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https://www.youtube.com/watch?v=qmUBIa7CfvI introducción

Sobre la Pena Capital


7 DE DICIEMBRE DE 2019
Lectura estimada de 4 min.
“El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada;
porque a imagen de Dios es hecho el hombre.” Génesis 9:6 RVR1960

¿Por qué la pena de muerte?


Porque el hombre es hecho a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27; 1
Corintios 11:7.a), y quebranta el asesino esa imagen precisamente, la
vida no es restaurable, por lo mismo es que el asesino al no poder
restaurar la vida paga con la suya (Mateo 26:52) y debe ser cortado de la
sociedad.
“Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a
espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.”
Apocalipsis 13:10 RVR1960

En la enseñanza de Jesús, el estándar es aún superior a la obra del


pecado, pues con el pensamiento se peca y con un sentir se es homicida
(1 Juan 3:15), y la justicia no tarda en llegar para quienes violan los
mandamientos de Dios, así como Jesús nos enseñó:

“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano,
será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará
expuesto al infierno de fuego.”
Mateo 5:21-22 RVR1960

De tal modo que, podemos entonces entender, el por que el juicio llega
cuando se desobedece el mandamiento, menospreciando la imagen de
nuestro Creador en nosotros. Esto último, lo ponemos como explicación
a las eventuales excusas eisegeticas de que la Biblia dice «no matarás»,
la pena capital es un claro ejemplo de la desobediencia a ese mandato.

Dare también dos ejemplos más sobre la pena de muerte, ya hablamos


sobre la pena por un asesinato u homicidio; ahora también hablaré
brevemente sobre la violación de la libertad y de la propiedad.

Sobre la libertad:

“Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los
hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal
ladrón, y quitarás el mal de en medio de ti.”

Deutoronomio 24:7 RVR1960

Sobre la propiedad (y libertad):

“Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel


hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con
ella; mas a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como
cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este
caso.” Deutoronomio 22:25-26 RVR1960

La severidad en el castigo por la violación de los atributos antes


mencionados, es simplemente porque Dios es la fuente de la libertad y Él
delega la propiedad, ahora bien, como leímos en los versículos, parte de
la ley de Dios es la aplicación del castigo, de modo que no aplicar el
castigo que Dios estipula, sería una violación de la ley divina, es justo,
aplicar la ley civil de Dios y es inmoral no hacerlo.

Es importante mencionar que la libertad de cada individuo es de su


propiedad, así como la vida; la propiedad inicia con lo intangible que
posee.
Estos atributos son muy importantes en el ejercicio de la vida, uno tiene
relación con los otros y viceversa. No hay una plenitud en la vida si
alguno de ellos está ausente. Existen aún más causales so pena de
muerte en las Escrituras, sobre los cuales hablaremos en otra
oportunidad.

Ahora bien, ¿quién ejecuta la pena de


muerte?
Podemos ver la revelación literal de la Palabra de Dios en cuanto a la ley
revelada conforme al tiempo y forma de gobierno de la época en que sé
dio la misma, en la cual dice:

“Pero si hubiere alguno que aborreciere a su prójimo y lo acechare, y se


levantare contra él y lo hiriere de muerte, y muriere; si huyere a alguna de estas
ciudades, entonces los ancianos de su ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y lo
entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera. No le
compadecerás; y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.”
Deutoronomio 19:11-13 RVR1960

Conforme avanzo el tiempo, los sistemas fueron cambiando pero la ley


permanece para siempre como dice el Salmo 119:142 “Tu justicia es una
justicia eterna, y tu ley es la verdad.” Así que entonces, encontramos
multiformes aplicaciones con el principio de la multiforme gracia/sabiduría
de Dios (Efesios 3:10), y vemos que para el tiempo de los apóstoles,
Pablo dice que es el gobierno civil el encargado de ejecutar la ley de Dios
y utiliza la misma palabra en el original para referirse a los ministros de la
Iglesia que para los del gobierno civil: “διάκονος/diákonos”.
“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino
al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás
alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo,
teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador
para castigar al que hace lo malo.”

Romanos 13:3-4 RVR19

Carta: «Acerca de la ley»


11 DE AGOSTO DE 2020
Lectura estimada de 5 min.

Un artículo del Dr. Greg Bahnsen


Traducido por: Narciso Serafin Jr.

Las presiones y enseñanzas en conflicto, así como la discordia ética y la


desintegración de la cultura moderna, pueden confundir fácilmente a los
creyentes sinceros con respecto a sus principios éticos fundamentales.
En ese momento, la Confesión de Fe de Westminster puede ofrecer una
instrucción estabilizadora al pueblo de Dios. Por esa razón, la
interpretación tranquila pero engañosa del Sr. Bourgault no debe pasar
sin comentarios. (Número de Diciembre de 1977 “the GUARDIAN”).
Cuando sugiere que solo los diez mandamientos obligan a los hombres
hoy en día, pasa por alto el hecho de que RESUMEN, no agotan, la ley
moral de Dios. «La ley moral se comprende sumariamente en los diez
mandamientos» (LC 98). Como observa John Murray en otra conexión,
«el resumen no borra ni anula la expansión de la que es un resumen»
(PRINCIPIOS DE CONDUCTA, p. 192).

El catecismo explica que bajo UN pecado o deber TODOS los de la


misma clase (junto con las causas, medios, ocasiones, provocaciones al
mismo) están prohibidos u ordenados (LC 99) Cuando los mandamientos
sumarios del decálogo se exponen en el Catecismo Mayor, ES bastante
claro que se considera que abarcan e incluyen los VARIOS
mandamientos de Dios a lo largo de las Escrituras (incluidas las leyes de
casos del A.T.). Si uno simplemente lee la extensa lista de pecados y
deberes cubiertos por los diez mandamientos, así como las citas bíblicas
que se dan, debería ser obvio que la Confesión y los Catecismos no
reducen estrictamente nuestra obligación moral al decálogo.

Es bíblico que no lo hagan. Cada una de las ordenanzas justas de Dios es eterna
(Sal. 119:160) y nada se puede restar (Deut. 12.32). La más mínima infracción
de cualquier detalle hace que uno sea culpable de toda la ley (Sant. 2:10). Por
eso nuestro Señor enseñó que los principios generales deben seguirse SIN
descuidar los detalles menores de la ley (Lc. 11:42).

En Mateo 5:19, Jesús advierte solemnemente contra la enseñanza de


que incluso el más pequeño de los mandamientos de Dios en el Antiguo
Testamento puede aflojarse en su obligación; ni una jota ni una tilde ha
sido abrogada por Su venida (vv. 17-18). John Murray comentó sobre
este pasaje: «Jesús está diciendo que no vino a derogar ninguna parte
de la ley mosaica … Nuestro Señor reconoció que las minucias de la ley
tenían significado. Si no nos gustan las minucias o la insistencia en ellas,
entonces no nos sentimos cómodos con la actitud de Jesús … No
debemos esperar una subvaloración, mucho menos menosprecio, de los
detalles de la ley» (págs. 150, 151, 152). Al contrario que el Sr.
Bourgault, estamos sujetos a la totalidad de la ley de Dios y no solo a un
resumen de ella.

Las sugerencias del Sr. Bourgault con respecto a la «ley civil» son
igualmente engañosas con referencia a nuestra Confesión de Fe.
Primero, a mi conocimiento, la Confesión en ninguna parte reconoce una
categoría separada de la ley de Dios. Los mandamientos de Dios en el
área de las relaciones CIVILES (por ejemplo, asesinato, adulterio, robo,
falso testimonio) son totalmente obligatorios hoy. Nuevamente, leer la
exposición de la ley del Catecismo Mayor mostrará que una multitud de
asuntos civiles están incluidos en nuestro deber actual como creyentes
(entre los cuales, cabe señalar, está la prohibición general de la usura).
Las normas de la iglesia no enseñan que las normas de la moral civil
hayan sido abrogadas, ¡sino todo lo contrario!

Lo que sí menciona la confesión es (diversas leyes judiciales. Con esto,


la Confesión se refiere a la LEY DE CASOS del A.T., como es obvio por
las citas bíblicas y el uso común de ese día (p. ej., El trabajo de John
Cotton, MOISES SUS JUDICIALES, 1636). Las jurisprudencias ilustran la
aplicación de la ley moral de Dios en casos particulares (por ejemplo, la
protección de la vida humana colocando una barandilla alrededor del
techo donde se recibe a los invitados). Con la expiración del Estado de
Israel, las ilustraciones particulares también desaparecen (p. ej., los
techos inclinados en Estados Unidos no se utilizan para entretener a los
invitados). Sin embargo, la confesión tiene cuidado de recordarnos que
«la equidad general» de estas ilustraciones, es decir, el principio moral
subyacente, todavía se nos «exige». En consecuencia, hoy continuamos
distinguiendo entre homicidio y homicidio premeditado, como lo ordena la
ley (cf. Éx. 21:12-13; Deut. 19:4ss). En consecuencia, Pablo podría
afianzar sus argumentos morales apelando al principio enseñado en la
Jurisprudencia del A.T. (I Cor. 9: 8-10, citado por la Confesión). Por lo
tanto, contrariamente al Sr. Bourgault, NO estamos «mirando en el lugar
equivocado» cuando consultamos el A.T. sobre la cuestión moral de la
usura.

Además, la noción de «libertad cristiana» no se aplica a cuestiones


morales tan particulares (por ejemplo, la usura) sobre las que las
Escrituras hablan claramente. Practicar cualquier pecado (cualquier
«transgresión de la justa ley de Dios», CWF VI.6) con el pretexto de la
libertad cristiana destruye el fin muy intencionado de tal libertad CWF
XX.3) De hecho, cuando la Confesión enseña explícitamente que «bajo
el Nuevo Testamento, la libertad de los cristianos se amplía aún más»,
menciona la libertad ÚNICAMENTE de la ley ceremonial (XX.1). No
estamos libres de la equidad general del derecho judicial, y mucho
menos libres en lo que respecta a la moral civil. Así, contrariamente al Sr.
Bourgault, los creyentes no deben dejar la decisión sobre la usura, por
ejemplo, a su propia madurez y conciencia. Incluso los creyentes pueden
herir sus conciencias (CFW XVII. 3; XVIII. 4). En esta edad madura de la
plenitud del Espíritu, todavía es la LEY la que se cumple en nosotros
(Rom. 8:4). Dios por gracia nos da un corazón nuevo, con su ley escrita
en él, para que podamos obedecer todos sus mandamientos (Jer. 31:33;
Eze. 36:26-27).

En este turbulento día de moralidad existencial y situacional, la iglesia necesita


prestar atención a su Confesión, no cambiar todos los detalles de la santa ley de
Dios por confusión.

MIRAR UNA PELICULA Y DONDE DISTINGUE LOS VALORES Y ANTIVALORES Y CONSECUENCIA

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