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https://www.youtube.com/watch?v=qmUBIa7CfvI introducción
“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano,
será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará
expuesto al infierno de fuego.”
Mateo 5:21-22 RVR1960
De tal modo que, podemos entonces entender, el por que el juicio llega
cuando se desobedece el mandamiento, menospreciando la imagen de
nuestro Creador en nosotros. Esto último, lo ponemos como explicación
a las eventuales excusas eisegeticas de que la Biblia dice «no matarás»,
la pena capital es un claro ejemplo de la desobediencia a ese mandato.
Sobre la libertad:
“Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los
hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal
ladrón, y quitarás el mal de en medio de ti.”
Es bíblico que no lo hagan. Cada una de las ordenanzas justas de Dios es eterna
(Sal. 119:160) y nada se puede restar (Deut. 12.32). La más mínima infracción
de cualquier detalle hace que uno sea culpable de toda la ley (Sant. 2:10). Por
eso nuestro Señor enseñó que los principios generales deben seguirse SIN
descuidar los detalles menores de la ley (Lc. 11:42).
Las sugerencias del Sr. Bourgault con respecto a la «ley civil» son
igualmente engañosas con referencia a nuestra Confesión de Fe.
Primero, a mi conocimiento, la Confesión en ninguna parte reconoce una
categoría separada de la ley de Dios. Los mandamientos de Dios en el
área de las relaciones CIVILES (por ejemplo, asesinato, adulterio, robo,
falso testimonio) son totalmente obligatorios hoy. Nuevamente, leer la
exposición de la ley del Catecismo Mayor mostrará que una multitud de
asuntos civiles están incluidos en nuestro deber actual como creyentes
(entre los cuales, cabe señalar, está la prohibición general de la usura).
Las normas de la iglesia no enseñan que las normas de la moral civil
hayan sido abrogadas, ¡sino todo lo contrario!