Está en la página 1de 160

Radiodiagnóstico

11.ª Manual CTO


edición
de Medicina y Cirugía
Radiodiagnóstico

11.ª Manual CTO


de Medicina y Cirugía
edición

Coordinador
Manuel Moreu Gamazo

Autores
Cristina Batz Colvée Paula Hernández Mateo Manuel Moreu Gamazo
Agustín Cárdenas del Carre Irene Martín Lores Carlos Pérez García
Francisco Javier Fernández Jara Santiago Rosati

Directores de la obra
Juan José Ríos Blanco
Luis Cabeza Osorio
NOTA

La medicina es una ciencia sometida a un cambio constante. A medida que la investigación y la experiencia
clínica amplían nuestros conocimientos, son necesarios cambios en los tratamientos y la farmacoterapia. Los
editores de esta obra han contrastado sus resultados con fuentes consideradas de confianza, en un esfuerzo
por proporcionar información completa y general, de acuerdo con los criterios aceptados en el momento
de la publicación. Sin embargo, debido a la posibilidad de que existan errores humanos o se produzcan
cambios en las ciencias médicas, ni los editores ni cualquier otra fuente implicada en la preparación o la
publicación de esta obra garantizan que la información contenida en la misma sea exacta y completa en
todos los aspectos, ni son responsables de los errores u omisiones ni de los resultados derivados del empleo
de dicha información. Por ello, se recomienda a los lectores que contrasten dicha información con otras
fuentes. Por ejemplo, y en particular, se aconseja revisar el prospecto informativo que acompaña a cada
medicamento que deseen administrar, para asegurarse de que la información contenida en este libro es
correcta y de que no se han producido modificaciones en la dosis recomendada o en las contraindicaciones
para la administración. Esta recomendación resulta de particular importancia en relación con fármacos
nuevos o de uso poco frecuente. Los lectores también deben consultar a su propio laboratorio para conocer
los valores normales.

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmisión de ningún
otro formato o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro y otros medios, sin el
permiso previo de los titulares del copyright.

© CTO EDITORIAL, S.L. 2019

Diseño y maquetación: CTO Editorial

C/ Albarracín, 34; 28037 Madrid


Tfno.: (0034) 91 782 43 30 - Fax: (0034) 91 782 43 43
E-mail: ctoeditorial@ctoeditorial.com
Página Web: www.grupocto.es

ISBN obra completa: 978-84-17861-76-6


ISBN Radiodiagnóstico: 978-84-17861-75-9
Depósito legal: M-23234-2019
Radiodiagnóstico

11.ª Manual CTO


de Medicina y Cirugía
edición
Índice
01. Tórax.............................................................................................................................. 1 05. Musculoesquelético ............................................................................97
Paula Hernández Mateo, Irene Martín Lores, Manuel Moreu Gamazo Francisco Javier Fernández Jara, Irene Martín Lores, Santiago Rosati

1.1. Generalidades........................................................................................................ 1 5.1. Técnicas de imagen..............................................................97


1.2. Técnicas de imagen........................................................................................... 1 5.2. Generalidades de las fracturas............................................................... 98
5.3. Patología tumoral............................................................................................. 99
5.4. Patologías más frecuentes y casos clínicos
02. Abdomen..............................................................................................................18 por articulaciones miembro superior............................................. 102
Carlos Pérez García, Cristina Batz Colvée, Santiago Rosati 5.5. Patologías más frecuentes y casos clínicos
por articulaciones miembro inferior................................................ 107
2.1. Técnicas de imagen........................................................................................ 18
2.2. Patología del tubo digestivo superior................................................ 24
2.3. Patología del tubo digestivo inferior................................................... 27 06. Ginecología.................................................................................................... 116
2.4. Patología del hígado....................................................................................... 36 Cristina Batz Colvée, Carlos Pérez García, Francisco Javier Fernández Jara
2.5. Patología de la vesícula y vía biliar...................................................... 37
2.6. Patología del páncreas................................................................................. 40 6.1. Mama........................................................................................................................... 116
2.7. Patología del bazo............................................................................................ 44 6.2. Aparato reproductor......................................................................................... 125
2.8. Patología del riñón y glándula adrenal............................................. 45
2.9. Patología de la vía urinaria y vejiga..................................................... 48
2.10. Patología de la uretra y próstata........................................................... 50
07. Pediatría............................................................................................................. 132
2.11. Patología escrotal............................................................................................. 51 Agustín Cárdenas del Carre, Francisco Javier Fernández Jara, Paula Hernández Mateo

7.1. Generalidades........................................................................................................ 132


03. Neurorradiología........................................................................................55 7.2. Radiología neonatal........................................................................................... 132
7.3. Neurorradiología pediátrica......................................................................... 137
Santiago Rosati, Manuel Moreu Gamazo, Carlos Pérez García
7.4. Cabeza y cuello..................................................................................................... 137
3.1. Generalidades..................................................................................................... 55 7.5. Tórax.............................................................................................................................. 139
3.2. Patologías isquémicas.................................................................................. 55 7.6. Abdomen .................................................................................................................. 141
3.3. Patologías hemorrágicas............................................................................ 59 7.7. Genitourinario........................................................................................................ 142
3.4. Patologías infecciosas................................................................................... 62 7.8. Musculoesquelético.......................................................................................... 145
3.5. Patologías inflamatorias.............................................................................. 64
3.6. Patologías tumorales..................................................................................... 70
Bibliografía...................................................................................................................... 148

04. Imagen cardíaca.........................................................................................76


Irene Martín Lores, Paula Hernández Mateo, Cristina Batz Colvée

4.1. Técnicas de imagen cardíaca.................................................................. 76


4.2. Patología cardíaca............................................................................................ 80

VI
Tórax

01 ORIENTACIÓN MIR
El capítulo de radiología torácica conviene estudiarlo en profundidad ya que es el más
preguntado en el MIR en los últimos años. Es frecuente encontrar preguntas asociadas a RX de
tórax y cada vez hay más a imágenes de TAC. Siempre debemos atender a la orientación clínica
para poder resolver las cuestiones. Incidir en los temas más preguntados (tromboembolismo
pulmonar, infecciones pulmonares y patología neoplásica) así como en imágenes típicas de
algunas patologías (sarcoidosis, neumonía organizada, histiocitosis y fibrosis pulmonar) ya que
pueden ser claves para responder a algunas preguntas. Conviene también tener claros algunos
conceptos semiológicos generales ya que pueden resultar útiles para resolver preguntas de
1.1. Generalidades radiología en cualquier ámbito.

En este capítulo no se pretende realizar un estudio en profundidad de la Proyecciones


patología torácica mediante las diferentes técnicas de imagen, si no que el
objetivo es aportar nociones básicas de lectura de casos clínicos habituales Estándar: posteroanterior, lateral.
en la práctica clínica diaria. Para ello necesitaremos comprender ciertos fun-
damentos sobre las diferentes técnicas, sus indicaciones, y aprenderemos Adicionales: lordótica, oblicuas, espiración, decúbito lateral.
semiología radiológica básica, herramientas muy útiles a la hora de enfren-
tarnos a casos clínicos con pruebas de imagen asociadas. Las proyecciones más empleadas son la posteroanterior (PA) y lateral
(LAT) en bipedestación. Se realiza la proyección PA ya que representa, de
una forma más real, el tamaño de las estructuras anatómicas de la caja
1.2. Técnicas de imagen torácica, principalmente el corazón, al situarse más próximo a la placa
radiográfica. La proyección anteroposterior generalmente se emplea
cuando el paciente no puede colocarse en bipedestación y se encuentra
Radiografía simple de tórax encamado, debiendo tener en cuenta que en esta situación la silueta
cardíaca se magnifica.
La radiografía (Rx) simple de tórax es sin duda la exploración radiológica más
empleada en el estudio de la cavidad torácica. Su papel es fundamental en
Posteroanterior (PA)
la práctica clínica independientemente de la especialidad.

A. Fundamentos básicos

Técnica

Constituye el método de formación de imagen más simple, necesitando úni-


camente un tubo de rayos X y su generador, así como una placa radiográfica
convencional. Hoy en día la mayoría de equipos integran la placa radiográ-
fica para la digitalización de las imágenes (Figura 1). Anteroposterior (AP)

Tubo de Rx

Haz de Rx Generador Figura 2. La situación del paciente respecto a la de RX define el tipo


de Rx de proyección (posteroanterior o anteroposterior)

Es importante tener en cuenta los factores técnicos empleados en la adqui-


sición de los estudios para evitar errores de interpretación. Las radiografías
torácicas deben cumplir unos requisitos mínimos de calidad; estar bien ins-
piradas, correctamente centradas, técnicamente bien penetradas y no con-
Figura 1. Equipo de radiografía convencional tener, cuando sea posible, objetos externos que dificulten la interpretación.

1
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Se debe recordar que en la Rx de tórax el lado izquierdo de la imagen corres-


ponde al lado derecho del paciente, y el lado derecho, al izquierdo.

Densidades radiológicas

Una vez realizada la radiografía, cada punto de la placa se representa


en escala de grises el grado de atenuación del haz de rayos X en los teji-
dos, representado el blanco la mayor atenuación, y el negro, la menor.

a/b< 0,5 = normal


Grasa
a/b> 0,5 = cardiomegalia
Metal Hueso

Figura 4. Índice cardiotorácico. Analizamos el ratio del diámetro del


Aire
mediastino (a) sobre el diámetro mayor del tórax (b)

Hilios pulmonares

Se valora la densidad, situación y morfología de los hilios.


Tejidos blandos (agua/órganos sólidos)
En condiciones normales su densidad debe ser simétrica, con morfología
Figura 3. Densidades radiológicas
cóncava hacia el pulmón, y el hilio izquierdo se sitúa un poco más alto que
el derecho.
Lectura sistemática
Líneas del mediastino
La lectura de una radiografía de tórax es compleja ya que se deben ana-
lizar muchas estructuras anatómicas, por ello es fundamental seguir un Existen numerosas líneas mediastínicas que pueden estudiarse en la radio-
orden. Se puede comenzar del centro a la periferia, empezando por el grafía simple de tórax. Nos centraremos principalmente en las líneas que
mediastino, los hilios, el parén-
quima pulmonar, las partes blan-
das (pared torácica, estructuras Situación Densidad Morfología
cervicales y abdominales) y final-
mente el hueso.

Particularidades anatómicas
Hilio izquerdo más Simétrica en Cóncava hacia
Mediastino alto que el derecho ambos hilios el pulmón

Se debe valorar el tamaño de la


silueta cardíaca, los hilios (morfolo-
gía, situación y densidad) y las prin-
cipales líneas del mediastino.

Silueta cardíaca (índice


cardiotorácico)

Se analiza el ratio del diámetro


del mediastino sobre el diámetro
mayor del tórax. Si es mayor del
50% se considera que hay cardio-
Figura 5. Análisis del mediastino. Se debe valorar la densidad, situación y morfología de los hilios pulmonares
megalia.

2
01. Tórax | RD

conforman las principales estructuras anatómicas del mediastino detalladas


en la Figura 6:
•• Tráquea. superior superior
superior
•• Vena cava superior.
•• Aurícula derecha.
medio medio língula
•• Ventrículo derecho. inferior inferior
•• Aurícula izquierda.
•• Ventrículo izquierdo.
•• Botón aórtico.
Figura 8. Cisuras pleurales en una radiografía PA y lateral de tórax
definiendo los diferentes lóbulos pulmonares
Tráquea
En cuanto a la pleura se deben visualizar los ángulos costofrénicos laterales
y posteriores con morfología aguda.
Botón aórtico
Vena cava
superior Cuando los senos costofrénicos pierden su morfología aguda (signo del
menisco) hay que sospechar patología, siendo lo más habitual el derrame
pleural.

Ventrículo
Aurícula izquierdo
Aurícula izquierda
derecha

Ventrículo PA Signo del menisco LAT


derecho
Figura 9. Signo del menisco en una radiografía PA y lateral de tórax en
un paciente con pequeño derrame pleural izquierdo
Figura 6. Principales líneas de mediastino

Parénquima pulmonar y pleura B. Aplicación clínica

Se debe valorar el tamaño de ambos pulmones (deben ser simétricos), la Semiología radiológica
densidad pulmonar de forma global y la presencia de patología pulmonar
(nódulos, masas, consolidaciones o patrones intersticiales). Los signos radiológicos y la semiología constituyen un pilar fundamental en
el diagnóstico por imagen. Son herramientas sencillas que van a permitir
fundamentalmente diferenciar patologías y localizar lesiones.

Signo de la silueta

Según la definición de Felson, una lesión intratorácica que contacta con un


contorno cardíaco, aórtico o diafragmático de densidad similar, borrará ese
contorno.
Senos
cardiofrénicos

Senos
Senos costofrénicos costofrénicos
laterales posteriores

Figura 7. Senos costofrénicos en una radiografía PA y lateral de tórax

Es importante recordar que el pulmón izquierdo sólo consta de una cisura


mayor u oblicua que separa el lóbulo superior del inferior, y que el pulmón
derecho consta de dos cisuras, la mayor u oblicua que separa el lóbulo
superior del inferior, y la menor u horizontal, separando el lóbulo medio del
superior. Así quedarían distribuidos los lóbulos en las proyecciones PA y LAT Figura 10. Signo de la silueta. En la imagen de la izquierda el signo
en ambos pulmones (Figura 8): sería negativo y en la de la derecha positivo

3
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Signo de la silueta positivo Signo extrapulmonar

A nuestra izquierda se observa que en esta radiografía de tórax PA no se Cuando en una Rx de tórax se identifica una lesión extrapulmonar, la lesión res-
aprecia todo el contorno del borde cardíaco derecho. Se dice que está pecto a la pared torácica o el mediastino suele tener márgenes bien definidos y
borrado al estar en contacto con otra estructura de densidad similar, en este ángulos obtusos, a diferencia de las intrapulmonares donde suelen ser agudos.
caso derrame pleural y una pequeña atelectasia pasiva. A nuestra derecha
se observa la correlación con la imagen de TC del mismo paciente.

Figura 14. Lesión con características extrapleurales en hemitórax izquierdo

Figura 11. Signo de la silueta positivo en un paciente con derrame


Aspectos semiológicos generales
pleural derecho

Se debe conocer el léxico estandarizado para nombrar la patología en las Rx de


Signo de la silueta negativo tórax. Se hablará de nódulos para lesiones redondeadas de márgenes bien defini-
dos con un tamaño comprendido entre 4 mm y 3 cm, a partir de 3 cm se hablará
En la Figura 12, a nuestra derecha se observa una masa redondeada que de masa pulmonar. Se hablará de consolidación para una opacidad pulmonar de
por la proyección lateral se puede situar por detrás del corazón. En este márgenes mal definidos habitualmente con broncograma aéreo en su interior,
caso, la masa no contacta con el corazón por lo que no borra su contorno, debida a ocupación del espacio alveolar ya sea por agua, pus, células o sangre.
pudiendo distinguir de forma independiente ambas estructuras. Una atelectasia consiste en un agrupamiento de estructuras broncovasculares
con pérdida de volumen asociada, puede ser clasificada por su tamaño (subseg-
mentaria, segmentaria, lobar o pulmonar), u origen (obstructiva, cicatricial, com-
presiva, pasiva y adhesiva) (MIR 18-19, 22). El neumotórax y derrame pleural son
patologías pleurales debidas a ocupación del espacio pleural por aire o líquido.
Cuando se presentan a la vez ambos componentes se habla de hidroneumotórax.

A B C

Figura 12. Signo de la silueta negativo en un paciente con una masa D E F


retrocardíaca izquierda que resultó ser un quiste broncogénico

Signo del broncograma aéreo

Este signo traduce ocupación del espacio alveolar ya sea por agua, pus, célu- Figura 15. Aspectos semiológicos generales
las, o sangre, con preservación del árbol bronquial (bronquios aireados). Lo
más habitual es que se encuentre este signo en las neumonías.
Patrones radiológicos (Figura 16):

•• Patrón alveolar: opacidades mal delimitadas que borran los vasos pul-
monares y que pueden contener estructuras aéreas tubulares (bron-
cograma aéreo).
•• Vidrio deslustrado: opacidades tenues que no impiden la visualiza-
ción de vasos a su través.
•• Patrón miliar: nódulos de muy pequeño tamaño normalmente difu-
sos en ambos pulmones. Característico de diseminación hematógena
(infecciosa o tumoral).
Figura 13. Signo del broncograma aéreo en un paciente con •• Patrón reticular: es uno de los patrones más específicos de afectación
neumonía bilateral bibasal intersticial, son líneas que se distinguen del patrón normal de los vasos

4
01. Tórax | RD

sanguíneos. Ejemplo: líneas septales o B de Kerley: líneas de menos de Una complicación grave es el neumotórax hipertensivo o a tensión,
2 cm de longitud subpleurales paralelas entre sí generalmente en los que ocurre de forma aguda, cuando por un mecanismo valvular entra
senos costofrénicos o retroesternales, y traducen engrosamiento de aire a la cavidad pleural pero no sale, condicionando colapso pulmonar
tabiques interlobulares secundario a edema o diseminación neoplásica. completo y desplazamiento del mediastino hacia el lado contralateral al
•• Patrón reticulonodular: similar al reticular, apareciendo asociados neumotórax, condicionando hipotensión. Requiere colocación de tubo
pequeños nódulos. Suele manifestarse en enfermedades intersticiales de tórax urgente.
inflamatorias o tumorales.
•• Panalización: opacidades periféricas más comunes en las bases con Edema agudo de pulmón
imágenes quísticas aéreas menores de 1 cm superpuestas en varias
capas que en la radiografía dan un aspecto reticular. Suponen la pre- Clínicamente también cursa con disnea brusca y ortopnea, por insufi-
sencia de fibrosis pulmonar. ciencia cardíaca aguda (MIR 18-19, 21; MIR 09-10, 3). Radiológicamente
cursa con infiltrados alveolares perihiliares y simétricos, y habitualmente
A B C líneas de Kerley, y puede cursar con derrame pleural bilateral en cantidad
variable. Debe distinguirse del síndrome de distrés respiratorio agudo,
cuya presión capilar pulmonar o presión de enclavamiento no está ele-
vada (< 15 mmHg). A diferencia del edema agudo de pulmón de origen
cardiogénico, el SDRA no suele cursar con derrame pleural en cantidad
significativa.

D E F

Figura 16. Patrones radiológicos en la RX de tórax

Patología

Patología aguda

Neumotórax

Suele cursar clínicamente con dolor agudo a punta de costado y disnea


súbita, y la repercusión clínica va a depender del grado de colapso pulmonar
y la reserva ventilatoria del paciente.

Cuando un neumotórax es pequeño puede ser difícil de visualizar en la Rx


de tórax PA, por lo que en ocasiones se realiza una proyección adicional PA Figura 18. Rx de tórax AP en paciente con consolidaciones algodonosas
perihilares bilaterales en relación con edema agudo de pulmón
en espiración.

P. ej.: varón de 43 años con dolor brusco en hemitórax derecho (Figura 17). Tromboembolismo pulmonar
En la Rx PA de la izquierda en inspiración se visualiza un neumotórax dere-
cho, que en la proyección en espiración aumenta. Suele cursar con disnea súbita, dolor pleurítico, hipotensión y en ocasio-
nes síncope. Tiene baja sensibilidad y especificidad, siendo la Rx de tórax
normal en el 23% de los casos. Los signos típicos, aunque infrecuentes,
son:
•• Consolidación triangular periférica con base pleural por infarto pulmo-
nar o joroba de Hampton.
•• Ausencia de vasos por isquemia (amputación vascular).
•• Oligohemia pulmonar o signo de Westermark.
•• Aumento de tamaño de las arterias centrales por tromboembolismo
masivo.

En la Rx PA (Figura 19) se puede observar derrame pleural derecho


INSPIRACIÓN ESPIRACIÓN
(flecha corta) y una opacidad periférica de base pleural compatible con
Figura 17. Rx de tórax en inspiración y espiración en un paciente con infarto pulmonar en este varón de 70 años con tromboembolismo pul-
neumotórax derecho monar.

5
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

En la Rx PA (Figura 21) se visualizan consolidaciones bilaterales de predo-


minio en vidrio deslustrado en un paciente varón de 76 años anticoagulado.

Figura 19. Rx de tórax PA en paciente con TEP con derrame pleural


derecho y una opacidad periférica en LSD que resultó ser un infarto
pulmonar

Broncoaspiración
Figura 21. Rx AP de tórax en paciente con consolidaciones bilaterales
Puede ser secundaria a secreciones, alimentos o a cuerpos extraños. La clí- más extensas en pulmón izquierdo en relación con hemorragia alveolar
nica variará en función de la repercusión sobre la vía aérea, pudiendo cursar
sin síntomas o cursar con tos incoercible y disnea. Hernia diafragmática

P. ej.: varón de 57 años con carcinoma de laringe operado con tos incoercible. Las hernias diafragmáticas pueden ser congénitas (Bochdalek y Morgagni)
siendo mayoritariamente asintomáticas (MIR 15-16, 23). Sin embargo
En la Rx de tórax PA y LAT (Figura 20) se puede observar que el paciente puede producirse una hernia secundaria a un traumatismo y condicionar
porta una cánula de traqueostomía correctamente situada, pero hay un un compromiso respiratorio importante, pudiendo cursar con disnea súbita.
cuerpo extraño enclavado en el bronquio principal derecho que resultó ser
el resto de otra cánula previamente colocada. En esta Rx PA y lateral de tórax se puede observar una gran hernia diafragmática
izquierda secundaria a un traumatismo (accidente de tráfico). Existe gran despla-
zamiento de las estructuras mediastínicas hacia el lado derecho. En la Rx lateral
se observa un gran nivel hidroaéreo que posiblemente corresponde al estómago.

Figura 20. Rx PA y lateral de tórax en paciente con broncoaspiración Figura 22. Rx PA y lateral de tórax en paciente con hernia
de cánula de traqueostomía al bronquio principal derecho diafragmática traumática izquierda

Hemorragia alveolar Neumoperitoneo

Puede ser secundaria a un traumatismo torácico, a una hemoptisis masiva por Aunque no se trata de una patología de la caja torácica, la mejor técnica de
patología pulmonar previa (bronquiectasias, carcinoma pulmonar…), o una vas- radiología convencional para su detección es la radiografía de tórax PA en
culitis, cursando clínicamente con disnea súbita, hemoptisis y anemización. bipedestación, observando aire por debajo de los diafragmas (MIR 14-15, 1).

6
01. Tórax | RD

P. ej.: paciente de 63 años con dolor abdominal y fiebre. En la Rx PA y late- Empiema


ral se observa un pequeño neumoperitoneo por debajo del hemidiafragma
derecho (Figura 23, lado izquierdo). Se produce por acumulación de pus en la cavidad pleural. En la Rx de tórax
se visualiza generalmente como un derrame pleural de aspecto encapsu-
lado (lente biconvexa), y, en ocasiones, se puede encontrar aire en su inte-
rior (nivel hidroaéreo).

P. ej.: varón de 53 años que acude a urgencias por fiebre y tos no productiva.
En la Rx de tórax (Figura 25) se visualiza derrame pleural izquierdo de aspecto
encapsulado con un nivel hidroaéreo en su interior indicativo de empiema.

Figura 23. Rx PA y late ral de tórax en paciente con neumoperitoneo


derecho

Patología infecciosa

En este apartado únicamente nos vamos a centrar en las patologías infec-


ciosas más habituales o más representativas que podemos visualizar en una
Rx de tórax.

Neumonía (Figura 24)

P. ej.: mujer de 64 años con tos y expectoración. Se observa una consolida- Figura 25. Rx de tórax PA y lateral en paciente con derrame pleural
ción con broncograma aéreo en el lóbulo superior derecho (MIR 09-10, 6). loculado posterior izquierdo con aire en su interior (hidroneumotórax)
compatible con empiema

Tuberculosis

Existen numerosas manifestaciones radiológicas de esta enfermedad


dependiendo de la fase de la infección y del estado inmunológico del hués-
ped. Nos centraremos en las manifestaciones torácicas más frecuentes.

En la tuberculosis siempre se debe tener presente que es una infección frecuente


y que adopta múltiples manifestaciones, aunque es típica la afectación de la TBC
en los campos pulmonares superiores, tanto en los lóbulos superiores como en el
Figura 24. RX PA y lateral de tórax con consolidación en LSD con
segmento apical de los lóbulos inferiores, es habitual la presencia de adenopatías
broncograma aéreo
y la formación de cavidades tubercu-
losas/cavitación de las lesiones.
TB diseminación
TB primaria TB secundaria TB diseminación bronquial
hematógena (miliar)
Micetoma o aspergiloma
Consolidaciones en cualquier Consolidaciones en los Típicamente aparecen Micronódulos de 2-3 mm de
localización, adenopatías y segmentos apicales tanto de pequeñas consolidaciones con distribución aleatoria en el
derrame pleural los lóbulos superiores como de morfología en “árbol en brote” pulmón Representa una infección fúngica en
los lóbulos inferiores el interior de una cavidad preexis-
tente sin signos de invasión del tejido
adyacente. La cavidad preexistente
suele ser secuela de tuberculosis,
sarcoidosis o EPOC con bullas.

En la Rx PA de tórax observamos
una lesión cavitada en el lóbulo
superior izquierdo con el signo del
aire creciente o la semiluna (aire
que hay entre la pared de la cavi-
dad y su contenido). En la TC se
confirma la presencia de dos cavi-
dades con contenido en el interior
Tabla 1. Resumen en imagen de las diferentes manifestaciones de la tuberculosis pulmonar en RX y su correlación en TC (aspergilomas).

7
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Las manifestaciones de la tuberculosis en el paciente inmunodeprimido ocurren


cuando aún no existe gran deterioro inmunológico (300 CD4), desarrollándose un
cuadro pulmonar, o más habitualmente infección miliar o diseminada. Si el dete-
rioro es mayor pueden presentar cuadros de tuberculosis con importante afecta-
ción ganglionar manifestándose con grandes conglomerados adenopáticos.

Figura 26. Rx PA de tórax y TAC torácico en plano axial en un paciente


con micetomas pulmonares en LSI

Infecciones en el paciente inmunodeprimido (VIH)

Existen numerosos patógenos que pueden aparecer en este paciente, pero


nos centraremos en los más habituales: Pneumocystis jirovecii y tuberculosis.

Recordar que el Pneumocystis aparece en sujetos con < 200 CD4, y en el


pulmón se manifiesta generalmente como infiltrados intersticiales reticu-
lares perihiliares y opacidades en vidrio deslustrado, como en el ejemplo
(Figura 27).
Figura 28. Tuberculosis miliar

Figura 27. Neumonía por Pneumocystis jirovecii

En algunas ocasiones pueden aparecer quistes pulmonares (neumatoceles)


y no suelen presentar adenopatías ni derrame pleural. Figura 29. Tuberculosis ganglionar

Masas cavitadas
Patología tumoral
Masas centrales Nódulos
Masa hiliar (típico del (frecuente el
con atelectasia (signo Tumor de Pancoast (más frecuente el
carcinoma microcítico) carcinoma En la Rx de tórax la patología tumo-
de la S de Golden) adenocarcinoma)
epidermoide) ral puede manifestarse de múltiples
formas, ya sea como manifestación
de un carcinoma primario pulmo-
nar, o bien como metástasis de un
tumor extratorácico. Se resumen
las manifestaciones más frecuentes
de la patología tumoral primaria en
la Tabla 2:

Patología intersticial

Se pueden clasificar en dos grandes


bloques:
• Enfermedades granulomatosas.
• Enfermedades que cursan con
inflamación y/o fibrosis.

Como su nombre indica, son pato-


logías con especial afectación del
Tabla 2. Resumen de las manifestaciones más frecuentes de las masas pulmonares en RX y su correlación en TC intersticio pulmonar y, por tanto,

8
01. Tórax | RD

las manifestaciones radiológicas van a consistir en patrones intersticiales


generalmente reticulares con mayor o menor grado de fibrosis. Será muy
importante para su caracterización valorar la distribución dentro del pul-
món (campos superiores, medios o inferiores), la localización (subpleural
o central) y la existencia de otros hallazgos asociados (nódulos, calcifica-
ciones, adenopatías, derrame o placas pleurales, etc.). Las manifestaciones
radiológicas tanto de Rx como de TC se detallarán conjuntamente en este
apartado.
Figura 32. Silicosis pulmonar. Conglomerados silicóticos y granulomas
Enfermedades granulomatosas calcificados

Sarcoidosis pulmonar Enfermedades intersticiales que cursan con inflamación y/o


fibrosis
Es una enfermedad granulomatosa relativamente frecuente. Su manifesta-
ción radiológica más frecuente y característica es como adenopatías hilia- Existe un amplio espectro de enfermedades y por tanto únicamente desta-
res bilaterales y simétricas. caremos las que manifiestan hallazgos radiológicos típicos.

Radiológicamente se clasifica en 4 estadios: Fibrosis pulmonar idiopática


•• Estadio 1: adenopatías hiliares bilaterales.
•• Estadio 2: adenopatías hiliares y afectación del parénquima pulmonar En la fibrosis pulmonar idiopática se observa una afectación intersti-
(patrón reticulonodular). cial reticular de predominio subpleural y basal que muestra típicamente
•• Estadio 3: afectación del parénquima sin adenopatías. panalización, que consiste en agrupamiento de pequeños quistes aéreos
•• Estadio 4: fibrosis pulmonar. generalmente subpleurales. Asocia pérdida de volumen pulmonar y bron-
quiectasias de tracción.

Panalización

Figura 30. Sarcoidosis estadio1. Adenopatías hiliares bilaterales Figura 33. Fibrosis pulmonar idiopática

Neumonía organizada criptogenética (NOC)

Radiológicamente se visualiza consolidaciones periféricas y generalmente simé-


tricas bilaterales de predominio subpleurales en campos medios e inferiores. Un
rasgo muy típico es que cambian de localización en el curso de la enfermedad.

Figura 31. Sarcoidosis estadio 2. Adenopatias bilaterales y patrón


reticulondular

Típicamente la afectación del parénquima en la sarcoidosis pulmonar


predomina en los lóbulos superiores, generalmente de forma simé-
trica.

Neumoconiosis Figura 34. Neumonía organizada criptogenética

Radiológicamente cursan con una afectación pulmonar similar a otras enfer- Histiocitosis X
medades granulomatosas con un patrón pulmonar típicamente en los lóbu-
los superiores y adenopatías, muchas con calcificaciones. Pueden progresar En la histiocitosis de células de Langerhans o histiocitosis X se observa un
con el tiempo a fibrosis pulmonar. patrón intersticial reticulonodular de distribución peribroncovascular que

9
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

afecta más frecuentemente a los lóbulos superiores y campos medios, res- Tomografía axial computarizada de tórax
petando los senos costofrénicos. En su evolución aparecen pequeños nódu-
los que cavitan dando lugar a pequeños quistes aéreos. Pueden debutar con La tomografía computarizada (TC) es una de las técnicas de imagen con
neumotórax por rotura de los quistes. mayor evolución tecnológica en los últimos años, siendo un método de ima-
gen accesible y muy útil en el diagnóstico clínico. Gracias a los últimos avan-
ces se está logrando optimizar los equipos para obtener la máxima calidad
de imagen con la menor radiación posible para los pacientes.

A. Fundamentos básicos

Técnica

La TC es una técnica que al igual que la Rx convencional, emplea rayos X.


Permite obtener secciones axiales del cuerpo humano pudiendo visualizar
en detalle muchas estructuras anatómicas. Los equipos actuales de tercera
generación se componen de una mesa en la que se sitúa al paciente, y un
Figura 35. Histiocitosis X. Nódulos mal definidos y pequeños quistes
aéreos gantry que contiene tanto el tubo de rayos X como los detectores, que giran
360º para obtener las imágenes.

Lingangioleiomiomatosis
Tubo de Rx y detectores
Es una enfermedad rara que se presenta casi en exclusiva en muje-
res jóvenes y típicamente muestra un patrón reticular secundario a la
aparición de pequeños quistes aéreos de pared fina de distribución
bilateral, a veces con pequeños nódulos asociados. También puede
cursar con dilatación del conducto torácico y malformaciones linfáticas
pudiendo debutar con neumotórax por rotura de los quistes o quilo-
tórax.

Gantry Mesa

Figura 38. Esquema de un equipo de tomografía axial computarizada

Al igual que en la Rx convencional, las imágenes obtenidas se representan en una


escala de grises en función de la atenuación de los tejidos a los rayos X. Los valores
de los píxeles en función de los tejidos se miden en unidades Hounsfield (UH) y son:
•• Aire: del orden de -1000 UH.
•• Agua: de 0 UH.
•• Tejidos grasos: por debajo de 0 (entre -80 y -100 UH).
Figura 36. Lingangioleiomiomatosis. Quistes aéreos pulmonares de
pared fina •• Pulmón: entre -600 y -950 UH.
•• Tejidos blandos: entre 20 y 70 UH.
•• Hueso compacto: entre 800-900 UH.
Neumonía eosinófila crónica (NEC)
Para la valoración de la TC torácica, se debe tener en cuenta que existen tres
Dentro de las eosinofilias pulmonares se encuentra la NEC, que cursa típi- tipos de ventanas de visualización de la imagen, que permitirán visualizar
camente con consolidaciones periféricas bilaterales y simétricas (imagen en mejor ciertas estructuras:
negativo del edema pulmonar) preferentemente en campos superiores y a) Ventana de partes blandas: como su nombre indica permite valorar
medios. mejor el mediastino y las partes blandas (pared torácica, estructuras
vasculares, etc.).
b) Ventana de pulmón: es la indicada para valorar el parénquima pulmo-
nar y el árbol bronquial.
c) Ventana de hueso: como su nombre indica, está optimizada para la
valoración de las estructuras óseas.

Lectura sistemática

Al igual que en la Rx de tórax, es necesario seguir un orden preciso de lectura para


Figura 37. Neumonía eosinófila crónica no olvidar el análisis de estructuras anatómicas. Sin embargo, en este caso nos

10
01. Tórax | RD

PARTES BLANDAS PULMÓN HUESO

Figura 39. Ventanas para la visualización de estudios de TAC

valdremos de las diferentes ventanas. Podemos comenzar por analizar la ventana


de partes blandas, después la de pulmón, y por último ver la ventana ósea. En un
caso orientado al examen MIR, en general, suelen poner una imagen de TC con
una única ventana. Se debe identificar cuál es y qué patología muestra.
•• Ventana de partes blandas: se estudian los órganos mediastínicos
(tiroides, timo, esófago, corazón), los ganglios, los grandes vasos (aorta
y troncos supraaórticos), y la pleura y el pericardio.
•• Ventana de pulmón: se analiza el parénquima pulmonar de cada pul- Figura 41. Lobulillo pulmonar secundario
món y el árbol bronquial.
•• Ventana ósea: se analiza las estructuras óseas siguiendo, también, un orden.
Conocer esta anatomía tiene interés ya que muchas patologías van a poder
Particularidades anatómicas discernirse en función de la distribución de algunas lesiones en el lobulillo
secundario.
En la TC torácica se puede identificar los diferentes lóbulos pulmonares gra-
cias a su localización en el pulmón y a que se encuentran bien delimitados B. Aplicación clínica
por las cisuras. Recordar que el pulmón izquierdo únicamente consta de
una cisura mayor u oblicua, y el derecho consta de dos cisuras; una mayor u Semiología radiológica
oblicua, y otra menor u horizontal.
La patología pulmonar puede clasificarse de una forma muy básica en dos
Una particularidad anatómica a reseñar es que el segmento apical (seg- categorías, como aumento de densidad o bien disminución de densidad.
mento 6) de los lóbulos inferiores se sitúa muy alto en el pulmón, y es un
lugar de asiento frecuente de patología pulmonar. Aumento de densidad Disminución de densidad
Patrón alveolar Enfisema
El lobulillo pulmonar secundario es la unidad funcional pulmonar más Bronquiectasias
pequeña que se puede identificar en el pulmón mediante TC de tórax. Es Patrón intersticial Quistes pulmonares
de morfología hexagonal, sus paredes las conforman el intersticio pulmonar Patrón en panal
donde existen venas y linfáticos, y en el centro del lobulillo se encuentra un
bronquiolo y una arteriola centrolobulillares. Tabla 3. Patrones de densidad en TC

Derecho Izquierdo

LÓBULO LÓBULO
MEDIO SUPERIOR

Cisura
menor
Cisura
LÓBULO mayor
SUPERIOR izquierda

Cisura
mayor LÓBULO
derecha INFERIOR
LÓBULO
INFERIOR

Figura 40. Cisuras pleurales y lóbulos pulmonares en un corte axial de TC de tórax

11
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Aumento de densidad: A B C
•• Consolidación alveolar.
•• Consolidación en vidrio deslustrado.
•• Nódulos acinares.

Las consolidaciones consisten en ocupación del espacio alveolar. Distingui-


mos la consolidación alveolar de la consolidación en vidrio deslustrado por-
que en esta última distinguimos los vasos pulmonares a través de la misma.

A B C

Figura 45. Patrones intersticiales pulmonares básicos en TC

Patología

Figura 42. Aumento de la densidad en TC Patología aguda/urgente

Semiología de los nódulos pulmonares Tromboembolismo pulmonar

Hay diferentes tipos de nódulos, básicamente se pueden distinguir estos tres: La técnica gold standard empleada para la detección del tromboembolismo pul-
•• Nódulo calcificado o con calcificaciones. monar (TEP) es la angio-TC torácica con contraste. El diagnóstico se basa en la
•• Nódulo sólido: será importante valorar sus contornos (espiculados, visualización de defectos de repleción (trombos) en el interior del árbol arterial
redondeados…). pulmonar (fechas amarillas en Figura 46). En el ejemplo también visualizamos
•• Nódulo mixto: presenta un componente sólido, generalmente central, una consolidación periférica heterogénea compatible con infarto pulmonar.
y componente periférico en vidrio deslustrado.

A B C

Figura 43. Semiología de los nódulos pulmonares en TC

Disminución de densidad

Las patologías más frecuentes que se pueden encontrar como disminución


de la densidad son:
•• Bronquiectasias.
•• Enfisema.
•• Bullas pulmonares y quistes pulmonares.
•• Patrón en panal de abejas.

A B C D E

Figura 46. Reconstrucción coronal de máxima intensidad (MIP) de


angio-TC de arterias pulmonares con TEP bilateral

Figura 44. Disminución de la densidad en TC

Patrones pulmonares intersticiales

Básicamente se distinguen dos tipos de patrones:


•• Patrón intersticial reticular: en el que encontraremos engrosamiento septal.
•• Patrón intersticial retículo-nodular: además del engrosamiento sep-
tal veremos pequeños nódulos en el intersticio. Figura 47. Tromboembolismo pulmonar bilateral e infarto pulmonar

12
01. Tórax | RD

Síndrome aórtico agudo (SAA) En la disección clásica, como en este ejemplo, en la TC con contraste se
identifican dos luces aórticas, y contraste en ambas luces. En la imagen la luz
Es importante distinguir el tipo de disección, dónde se origina y finaliza en falsa corresponde a la señalada por las flechas amarillas (Figura 51). Ade-
la aorta, así como la afectación de otras ramas aórticas (troncos supraaórti- más, se observa que el origen de la disección es inmediatamente distal a la
cos, vasos viscerales, ejes ilíacos…). Para el diagnóstico del síndrome aórtico subclavia izquierda (flecha blanca en Figura 51), por lo que correspondería
agudo, la técnica de elección es el angio TC de aorta con contraste, aunque en a una disección aórtica tipo B.
primer lugar se suele hacer una adquisición basal (sin contraste) de la aorta
torácica para distinguir el tipo de síndrome aórtico (en el hematoma intra-
mural se mostrará hiperdenso respecto a la luz aórtica en esta adquisición).

El SAA puede clasificarse en tres tipos:


•• Hematoma intramural.
•• Úlcera penetrante.
•• Disección clásica.

A B C

Figura 51. Disección clásica tipo B

Hemorragia alveolar/hemoptisis

Figura 48. A: hematoma intramural; B: úlcera penetrante; C: disección


Ante una hemoptisis masiva está indicada la realización de un estudio de
clásica
imagen, siendo muy útil el angio-TC de tórax para la identificación de pato-
logías que originan el cuadro, o bien, para la identificación de anomalías de
En el hematoma intramural el diagnóstico mediante TC se realiza visuali- las arterias bronquiales.
zando en el estudio sin contraste, contenido hiperdenso en la pared aórtica
(el hematoma intramural). En el estudio postcontraste únicamente vemos En la hemorragia alveolar se identifican, generalmente, opacidades en
disminución del calibre de la luz aórtica. vidrio deslustrado o bien como consolidaciones alveolares, y la extensión y
distribución de las mismas es variable.
A B

Figura 49. Hematoma intramural aórtico; A: TC sin contraste;


B: TC con contraste

En la úlcera penetrante se visualiza una lesión de la pared aórtica conte-


nida en la capa media que adopta una morfología de pequeña saculación/
ulceración que afecta más frecuentemente a la aorta torácica descendente.

Figura 52. Hemorragia alveolar en paciente anticoagulado

Patología infecciosa

Empiema/absceso pulmonar

El diagnóstico del empiema se realiza clínicamente mediante punción y


análisis del mismo en pacientes con derrame pleural y clínica compatible,
aunque en ocasiones es necesaria la realización de una TC torácica para
localizar de forma más precisa el empiema de cara a un abordaje quirúr-
Figura 50. Úlcera penetrante en mujer de 56 años con síndrome gico, o para distinguirlo de otras patologías como el absceso pulmonar, cuyo
aórtico agudo
manejo es distinto. En la TC se visualiza derrame con realce y engrosamiento

13
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

de la pleura, y es característico la presencia de aire en la cavidad pleural nocomprometidos las infecciones fúngicas son más graves, existiendo
(MIR 11-12, 12). formas invasivas de aspergilosis. Las manifestaciones radiológicas son
diferentes, aunque será de gran interés conocer el estado inmunológico
del paciente.

Aspergiloma/ABPA/Aspergilosis invasiva

A B C

Engrosamiento
y realce pleural

Aire

Figura 55. A: aspergiloma; B: aspergilosis broncopulmonar alérgica;


Figura 53. Empiema pleural C: aspergilosis invasiva

Infecciones en pacientes inmunocomprometidos


En el absceso pulmonar radiológicamente se observa una lesión intrapa-
renquimatosa, generalmente, heterogénea y con aire/cavitación en su inte- Desde el punto de vista del TC torácico, las infecciones más habituales y sus
rior como en la Figura 54. manifestaciones radiológicas son:

Infecciones bacterianas: son las más frecuentes tanto en pacientes con


SIDA como en pacientes con neutropenia, y radiológicamente no pueden
distinguirse por imagen, manifestándose como consolidaciones alveolares
con broncograma aéreo. La neumonía por embolismo séptico por S. aureus
en ADVP puede sugerirse por imagen pues se manifiestan como consoli-
daciones nodulares periféricas en muchas ocasiones con cavitación. En la
Figura 56 también se aprecia pequeño neumotórax secundario (flechas
blancas).

Figura 54. Absceso pulmonar

Tuberculosis

La infección por TBC se expone en el apartado sobre Rx simple donde se


detallan las manifestaciones radiológicas en la Rx simple de tórax y en la
TC torácica. Figura 56. Nódulos bilaterales, algunos cavitados. Émbolos sépticos
por S. aureus en paciente ADVP
Infecciones por hongos
Infecciones por hongos (Pneumocystis jirovecii)
En general las neumonías fúngicas son raras en pacientes inmunocompe-
tentes. Las dos formas más comunes de infecciones fúngicas son las for- Se manifiestan generalmente como opacidades bilaterales y simétricas en
mas saprofíticas de Aspergillus (aspergiloma/micetoma) y la aspergilosis vidrio deslustrado de predominio perihiliar con mayor afectación de bases
broncopulmonar alérgica (ABPA), que ocurre por una reacción de hiper- y campos medios pulmonares. Pueden asociar pequeños quistes (neuma-
sensibilidad contra este hongo en el interior de la luz bronquial. En inmu- toceles).

14
01. Tórax | RD

Figura 59. Linfangitis carcinomatosa

Las neoplasias pleurales primarias son más infrecuentes, siendo el tumor


maligno más frecuente el mesotelioma pleural maligno, que se asocia a la
Figura 57. Neumonía por Pneumocystis jirovecii
exposición a asbesto. La TC es la técnica de elección para su estadificación, y
suele manifestarse como engrosamiento difuso de la pleura, nódulos pleu-
Infecciones por micobacterias (típicamente la TBC) rales, y derrame pleural en cantidad variable. En la Figura 60, se observa
derrame pleural con engrosamiento nodular de la pleura y algunas masas
Las manifestaciones por micobacterias ya se han descrito en el apartado de pleurales próximas al diafragma y en la pleura mediastínica (MIR 18-19, 24).
la Rx simple.

Infecciones víricas (citomegalovirus)

Es frecuente en pacientes con SIDA y en los trasplantados de médula


ósea y órganos sólidos. Se manifiestan radiológicamente como consoli-
daciones, áreas en vidrio deslustrado y micronódulos con halo en vidrio
deslustrado.

Figura 60. Mesotelioma en varón de 88 años con antecedentes de


exposición a asbesto

Patología mediastínica

Anterior
Posterior

Figura 58. Neumonía por CMV en paciente trasplantado renal en


tratamiento con inmunosupresores

Patología tumoral

Se clasifica la patología tumoral en cuatro grandes grupos:


•• Patología pleural.
•• Patología mediastínica.
•• Neoplasias pulmonares.
•• Enfermedad torácica metastásica.

Patología tumoral pleural

Lo más habitual en la pleura es encontrar diseminación tumoral de un tumor


primario pulmonar, de un carcinoma de mama o de un linfoma, que suele
manifestarse como derrame pleural y, en ocasiones, se identifica nódulos/ Medio
implantes tumorales pleurales a lo largo de la pleura y de las cisuras pleura- Figura 61. Compartimentos del mediastino en reconstrucción sagital
les como en la Figura 59. de un TC de tórax

15
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Mediastino anterior Mediastino medio Mediastino posterior Masas en mediastino posterior:


•• Tumores tímicos •• Bocio intratorácico •• Tumores
(timoma) •• Adenopatías neurogénicos A B C
•• Tumores germinales •• Quiste broncogénico (schwannoma,
(teratoma, seminoma) •• Quiste de duplicación neurofibroma)
•• Linfoma (más •• Tumor vertebral
frecuente en •• Quistes
compartimento neuroentéricos y
anterior y medio) meningoceles
Tabla 4. Clasificación de las lesiones mediastínicas más frecuentes por
compartimentos Figura 64. Rx preoperatoria, masa en mediastino posterior. En
la TC de torax masa con origen en un foramen vertebral dorsal
El diagnóstico y clasificación de las masas mediastínicas viene determinado por sugestiva de origen neurogénico. Fue operada con resultado de
Schwannoma. A: Rx; B: TC plano axial; C: TC plano sagital
la localización de las lesiones dentro de los compartimentos del mediastino,
ya sea anterior, medio o posterior. De todos los tumores mediastínicos, el más Neoplasias pulmonares
frecuente es el tumor neurogénico, que suele derivar del posterior, de las raíces
raquídeas, pero hay que tener en cuenta que pueden aparecer en cualquier La TC torácica constituye la técnica de elección para la estadificación del cáncer de
localización donde existan estructuras nerviosas. Sin embargo, donde es más pulmón ya que permite evaluar la extensión local del tumor, y a distancia. La PET/TC
frecuente encontrar masas en el compartimento mediastínico anterior. está indicada como técnica de elección en pacientes en los que no haya evidencia
de enfermedad metastásica en más de una localización y se plantee tratamiento
Masas en mediastino anterior: radical (cirugía o quimiorradioterapia), ya que es más sensible y específica que la
TC para la detección de adenopatías tumorales y metástasis, aunque requieren
A B confirmación histológica siempre que sean relevantes en la actitud terapéutica.

Se distinguen básicamente cuatro tipos de neoplasias de pulmón: carcinoma


de células escamosas o epidermoide, adenocarcinoma, carcinoma de células
grandes y carcinoma neuroendocrino (dentro del cual el subtipo más habitual
es el microcítico o también llamado de células pequeñas). Radiológicamente se
manifiestan como nódulos o masas y algunos pueden presentar algunas carac-
terísticas típicas. Véase la Tabla 2, en la que se detallan algunos de estos rasgos.

Las metástasis en la cavidad torácica van a depender de la vía de disemina-


C D ción del tumor primario (linfática, hematógena o en ocasiones peritoneal).
Algunos ejemplos se ven en la Figura 65.

A B C

Figura 62. A y B: Timoma en paciente con miastnia gravis, A: TC plano


sagital; B: TC plano axial; C y D: linfoma no Hodgkin, C: TC; D: PET-TC
Figura 65. Ejemplos de metástasis en la cavidad torácica.
Su ubicación dependerá de la vía de diseminación del tumor
Masas en mediastino medio: primario. A: nódulos pulmonares en paciente con carcinoma de
colon, B: implantes pleurales en pacientes con carcinoma tímico,
A B C: metástasis ganglionares en paciente con carcinoma urotelial

Patología intersticial

La patología intersticial se describe en el apartado de Rx simple destacando


las manifestaciones radiológicas típicas tanto en la Rx como en la TC torácica.

Preguntas
MIR MIR 18-19, 21, 22, 24
MIR 15-16, 23
MIR 14-15, 1
MIR 11-12, 12
Figura 63. Gran bocio endotorácico, A: Rx; B: TC plano sagital MIR 09-10, 3, 6

16
01. Tórax | RD

Ideas

C l ave
 El neumotórax cursa con dolor agudo a punta de costado y disnea sú- fecciones (embolismos sépticos, micobacterias, hongos...) o en tumores
bita, cuya repercusión clínica variará en función de la repercusión he- (primarios como el carcinoma epidermoide pulmonar o metastásicos).
modinámica que condicione. Si el neumotórax es a tensión, en la RX de
tórax se observará desviación de las estructuras mediastínicas hacia el  Ante un paciente con un cuadro constitucional y antecedente de expo-
lado contralateral. sición a asbesto, derrame pleural con engrosamiento de la pleura y/o
nódulos pleurales siempre hay que pensar en mesotelioma como causa
 En el tromboembolismo pulmonar la imagen típica en RX es una con- más probable.
solidación periférica de base pleural (infarto) y el derrame pleural. En el
angio-TC se verán defectos de repleción (trombos) en el árbol arterial  La imagen típica de la sarcoidosis pulmonar son las adenopatías hiliares
pulmonar. bilaterales y simétricas. Puede haber o no afectación pulmonar asociada
que suele ser reticulonodular.
 En la fibrosis pulmonar idiopática (FPI) es típica la presencia de quistes
de panal agrupados de predominio basal y periféricos en el pulmón.  Ante enfermedades pulmonares con predominio en los lóbulos su-
Además se asocian bronquiectasias cilíndricas de tracción y desestruc- periores se debe pensar en patologías secundarias a exposición de
turación del parénquima pulmonar. partículas (neumoconiosis, histiocitosis X, neumonitis por hipersen-
sibilidad, etc.) y siempre en la tuberculosis, cuyas manifestaciones
 Ante lesiones cavitadas en una imagen radiológica de tórax (RX o TC) son muy diversas en función de la edad y estado inmunológico del
se debe pensar en procesos con tendencia a la cavitación, ya sean in- huésped.

Casos

C l í n i co s
Un hombre fumador activo de 47 años con historia de abuso de drogas por ocasiones pequeños quistes o neumatoceles que predominan en los vérti-
vía parenteral acude a urgencias por un cuadro de dos horas de evolución ces pulmonares, incrementando el riesgo de neumotórax. Si atendemos a
de dolor costal izquierdo pleurítico de inicio agudo y disnea progresiva hasta las respuestas, la primera podríamos descartarla ya que nos dicen que el
hacerse de reposo. En las dos semanas previas había presentado febrícula, paciente ha tenido clínica de infección respiratoria las semanas previas, por
malestar general y tos seca. A la exploración el paciente impresiona de gra- tanto la respuesta debe ser una patología infecciosa. Entre las tres opciones
vedad, está taquipneico a 36 rpm, con tiraje supraclavicular, saturación de que quedan, debemos centrarnos en los CD4 que nos indican y en la ima-
oxígeno por pulsioximetría del 81%, cianosis, sudoración, taquicardia a 135 gen. Típicamente el Pneumocystis aparece con < 200 CD4/µl. La tuberculo-
lpm y PA 75/47 mmHg. La tráquea está desviada al lado derecho y a la aus- sis suele aparecer con recuentos mayores de alrededor de 300 CD4/µl y la
cultación presenta ausencia de murmullo vesicular en hemitórax izquierdo. imagen puede ser variable, siendo más frecuente la diseminación miliar que
Se realiza una serología VIH que resulta positiva y presenta un recuento de en pacientes seronegativos. La neumonía necrotizante puede aparecer con
linfocitos CD4 de 176 cel/ml. ¿Cuál es el diagnóstico más probable? recuentos mayores de CD4 de los mencionados, y aunque podría producir
neumotórax, el cuadro clínico generalmente es más florido y en imagen ve-
1) Rotura de bulla enfisematosa subpleural. ríamos una consolidación cavitada. Por tanto, en esta pregunta es clave tan-
2) Neumonía bacteriana necrotizante adquirida en la comunidad. to la imagen como el análisis del recuento celular de CD4 que nos indican.
3) Tuberculosis pulmonar.
4) Neumonía por pneumocystis jirovecii.

RC: 4

La imagen muestra un neumotórax a tensión con desviación de la tráquea y


de las estructuras del mediastino hacia el lado derecho. El pulmón izquierdo
aparece colapsado por completo. Además, en el pulmón derecho podemos
visualizar opacidades reticulonodulares perihilares que predominan en el
campo medio y superior del pulmón. Esta imagen es bastante típica en un
paciente VIH de infección por Pneumocystis. Estos pacientes presentan en

17
Abdomen

02 ORIENTACIÓN MIR
Abdomen es el tema de imagen más amplio de la preparación del MIR, debido a
esto recomendamos que su estudio esté basado en las asignaturas que comprenden
esta zona anatómica. Es más fácil estudiar la imagen del páncreas después de haber
repasado las principales patologías en digestivo o cirugía general, igual que con el
riñón y la urología.
Por tanto recomendamos que cuando estudies este capítulo lo intentes conectar
en tu mente con las distintas asignaturas del manual lo que te facilitará mucho su
2.1. Técnicas de imagen estudio.
No existe ningún apartado que sea más preguntado que otros, quizá por importancia incidir
mucho en el hígado, el páncreas y el colon.
Radiología simple de abdomen Intenta utilizar todas las pistas posibles que te de la información clínica de la pregunta y
aplicarlo para encontrar la mejor respuesta.
La radiografía simple es tradicionalmente la primera técnica empleada
en el estudio de la patología abdominal urgente de pacientes adultos. -- Radiografía lateral en decúbito supino con rayo horizontal: para
Con el desarrollo de la tomografía computarizada (TC) y su rápida dis- pacientes que no se pueden movilizar con las mismas indicacio-
ponibilidad, cada vez más extendida en los servicios de Urgencias, las nes que la proyección anterior.
indicaciones de la radiografía simple de abdomen están cambiando.
Sin embargo, sigue siendo una de las exploraciones más solicitadas de A. Lectura sistemática de una radiografía
urgencia ya que aporta una información muy valiosa si estamos habitua- de abdomen
dos a su lectura.
Es imprescindible una lectura sistemática de las radiografías simples
Es importante conocer las indicaciones de una radiografía simple abdo- de abdomen para reconocer los hallazgos y signos radiológicos más
minal para evitar radiación ionizante innecesaria a los pacientes, por importantes de cara al diagnóstico de la patología abdominal y deci-
lo que el clínico deberá indicar la sospecha diagnóstica para que así, dir qué prueba complementaria es la más rentable en función de los
tanto el técnico como el radiólogo, puedan realizar una exploración hallazgos.
adecuada. •• Visión global de la placa.
•• Valoración de las estructuras óseas.
Las indicaciones de radiografía simple de abdomen aceptadas son: •• Valoración de las líneas grasas / siluetas viscerales.
•• Obstrucción intestinal. •• Análisis del patrón de gas intraluminal.
•• Perforación de víscera hueca. •• Análisis del patrón de gas extraluminal.
•• Cólico renoureteral. •• Calcificaciones.
•• Patología inflamatoria en paciente con abdomen agudo/irritación •• Cuerpos extraños.
peritoneal.
•• Isquemia mesentérica. Visión global de la placa
•• Detección de cuerpos extraños radiopacos.
Se basa en la búsqueda de catéteres, vías venosas/arteriales, drenajes,
También es importante el conocimiento de las distintas proyecciones ya que sondas nasogástrica, vesical o rectal, clips quirúrgicos, material de fijación
cada una puede aportar información útil según la sospecha clínica: lumbar.
•• Proyección estándar:
-- Radiografía anteroposterior (AP) de abdomen en decúbito Valoración de las estructuras óseas
supino: no debe ser sustituida por ninguna otra proyección. Esto
se debe a que al estar el paciente en decúbito supino, las vísceras Se valorarán las costillas, la columna vertebral, el sacro y las porciones del
abdominales tendrán la misma distribución que cuando el clínico hueso coxal y cabezas femorales incluidas en el estudio.
realiza la exploración física.
•• Proyecciones complementarias: Valoración de las líneas grasas/siluetas viscerales
-- Radiografía AP en bipedestación: en sospecha de obstrucción
intestinal. También puede ser útil en la sospecha de perforación, •• Líneas musculares: se pueden identificar las líneas que conforman el
sin embargo la radiografía AP de tórax es más sensible al neu- margen externo de los músculos psoas con la grasa retroperitoneal. El
moperitoneo. borramiento de estas líneas puede indicar patología retroperitoneal
-- Radiografía en decúbito lateral izquierdo con rayo horizontal: (masas, hematomas, abscesos, etc.).
para pacientes que no puedan ponerse en pie. Se realiza des- •• Líneas viscerales: se aprecian el hígado, el bazo, las siluetas renales y
pués de 10 minutos en esa posición para visualizar neumope- la vejiga (sobre todo si está llena). Además de permitir localizar estos
ritoneo en escasa cuantía o niveles hidroaéreos en obstrucción órganos, también se puede valorar organomegalias, masas o globo
intestinal. vesical (Figura 1).

18
02. Abdomen | RD

A B •• Vólvulos de colon: se producen generalmente por una torsión de un


asa a lo largo de su eje mesentérico causando una obstrucción en asa
cerrada. Hay dos tipos:
-- Vólvulo de ciego: se identifica una dilatación de un asa que
supera los 9 cm y se localiza en epigastrio o hipocondrio
izquierdo. Se identifican las haustras colónicas (signo de la
coma). En bipedestación es típica la presencia de un nivel
hidroaéreo (Figura 4).

Figura 1. Representación de las líneas viscerales de la placa de abdomen.


Hígado (rojo), riñones (verde), bazo (morado) y músculos psoas (azul)

•• Diagnóstico de ascitis: el líquido libre abdominal que ocupa los recesos


peritoneales borrando planos grasos, centralizando asas intestinales y
borrando los contornos de los órganos sólidos.

Análisis del patrón de gas luminal

Se considera normal la presencia de aire en el estómago, asas intestinales y colon.


•• Íleo paralítico/adinámico: tras un proceso abdominal (cirugía reciente,
dolor, fármacos, traumatismo) se produce una acumulación de gas
que ocasiona una distensión generalizada e uniforme de estómago,
intestino delgado e intestino grueso.
•• Obstrucción mecánica de intestino delgado: la causa más frecuente
son bridas intestinales tras cirugía. En la radiografía AP en decúbito
supino se observa una dilatación de intestino delgado (> 3 cm) proxi-
mal a la obstrucción sin aire o muy escaso en colon (distal a la obs-
trucción). En la radiografía en bipedestación se identificarán niveles
hidroaéreos escalonados “en pila de monedas”, sin embargo es un
signo muy inespecífico (Figura 2) (MIR 10-11, 1; MIR 10-11, 2).
Figura 3. Obstrucción de intestino grueso con dilatación del marco
cólico y sin gas en ampolla rectal

Figura 2. Obstrucción de intestino delgado con asas dilatadas en


flanco izquierdo

•• Obstrucción mecánica de intestino grueso: la causa más frecuente es


el carcinoma colorrectal. Se observa dilatación de colon proximal a la
obstrucción con disminución o ausencia de gas distal en rectosigma.
Se considera dilatación de colon si supera los 6 cm de diámetro, salvo
en el ciego donde el punto de corte son los 9 cm (Figura 3). Figura 4. Vólvulo de ciego con el signo de la coma

19
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

-- Vólvulo de sigma: es el más frecuente. Se identifica una dilata- •• Neumatosis intestinal: es la presencia de gas en la pared de las
ción de un asa que supera los 6 cm y se localiza en hipocondrio asas intestinales. Hay muchas causas benignas que lo producen, sin
derecho apuntando hacia la pelvis. No presenta haustras coló- embargo en un contexto clínico adecuado podría indicar necrosis
nicas (signo del grano de café). En bipedestación se identifican intestinal (Figura 7).
varios niveles hidroaéreos (Figura 5).

Figura 5. Vólvulo de sigma con el signo del grano de café


Figura 7. Radiografía simple de abdomen. Gas en la pared del colon,
neumatosis
Análisis del patrón de gas extraluminal
•• Gas portal: es la presencia de gas en el sistema venoso portal hepático
•• Neumoperitoneo: ocasionado por la perforación de víscera hueca. Ante y se caracteriza por finas líneas radiolucentes ramificadas en la perife-
la sospecha, la prueba que se debe solicitar NO es una radiografía sim- ria del hígado y está asociado con la isquemia mesentérica.
ple de abdomen sino una radiografía simple de tórax en bipedestación •• Aerobilia: es la presencia de gas en el sistema biliar intrahepático y
dónde se puedan ver las cúpulas diafragmáticas. En la radiografía simple se caracteriza por finas líneas radiolucentes ramificadas en la porción
de abdomen en decúbito supino existen algunos signos como el signo central del hígado. Secundario a CPRE reciente, esfinterotomía, hepa-
de la doble pared o de Rigler (Figura 6) o el del ligamento falciforme. ticoyeyunostomías, etc. (Figura 8).
Sin embargo, estos signos son generalmente sutiles (MIR 09-10, 2).
A B

Figura 8. Comparación entre gas portal (A, flechas negras) y aerobilia


(B, flechas blancas)

Calcificaciones

•• Hepatobiliares: granulomas, quiste hidatídico (Figura 9), colelitiasis,


vesícula en porcelana.
•• Esplénicas: granulomas.
•• Pancreáticas: pancreatitis crónica.
Figura 6. Neumoperitoneo con signo de Rigler: se identifica tanto el borde •• Renales y ureterales: son las más importantes ya que permiten localizar
interno como el borde externo de las paredes de las asas intestinales la litiasis renal (en relación con la silueta renal o la teórica localización

20
02. Abdomen | RD

de los uréteres o en la vejiga). También permite hacer seguimiento de Estudios baritados del tubo digestivo
las litiasis y servir de guía para las técnicas de litotricia (Figura 10).
•• Vasculares: arteriales, aneurismas de aorta abdominal o flebolitos La radiología digestiva, si se realiza bien, sigue siendo una técnica diagnós-
(calcificaciones venosas generalmente localizadas en pelvis y se distin- tica en vigor, es barata y aporta suficiente información al clínico y al cirujano.
guen de las litiasis ureterales por la presencia de un centro radiolúcio). Sin embargo, la aparición de la endoscopia y nuevas técnicas de imagen
como la ecografía, TC o RM, han ido disminuyendo el número de indicacio-
nes de estas pruebas.

Los tipos de contraste endoluminal utilizados para estas pruebas son funda-
mentalmente dos:
-- Sulfato de bario: contraste inerte que no se absorbe por vía ente-
ral. No debe usarse si hay sospecha de perforación ya que puede
provocar peritonitis plástica.
-- Contrastes yodados hidrosolubles: se usan en controles posope-
ratorios, en fístulas o si se sospecha perforación. Existe el riesgo
de alergia al contener yodo. No debe usarse si hay riesgo de aspi-
ración ya que puede provocar edema de pulmón.

A. Indicaciones

Existen múltiples técnicas para el estudio del tubo digestivo:


1. Videodeglución: con el paciente de pie, se observa por radioscopia
el primer trago de bario a fin de descartar aspiraciones y fugas, valo-
Figura 9. Quiste hidatídico hepático calcificado ración de la musculatura faringea, descartar obstrucción (Figura 11).

Figura 11. Videodeglución en el momento de deglución del bario

Figura 10. Litiasis renales izquierdas 2. Esofagograma: está indicado con el fin de descartar hernia hiatal,
trastornos motores, sospecha de neoplasia esofágica, de perforación
Cuerpos extraños o valoración de coloplastia/gastroplastia tras resección esofágica.
3. Seriada gastroduodenal: se realiza conjuntamente con el estudio eso-
•• Metálicos: dispositivo intrauterino, objetos ingeridos por el paciente fágico. Debido a la masiva utilización de la gastroscopia su uso es cada
(psiquiátricos, en prisión). vez menor. Sus principales indicaciones son la imposibilidad de pasar
•• Drogas: hachís, cocaína. el píloro en la endoscopia o controles posquirúrgicos precoces (sobre
•• Restos de contraste baritado. todo en cirugía bariátrica).

21
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

4. Estudios del intestino delgado: su utilización es escasa debido a la Para el estudio de las estructuras intraabdominales se usan transductores
mayor eficacia de la cápsula endoscópica o técnicas de imagen. Sus convexos con frecuencias medias-bajas para una mayor penetrancia. Sin
principales indicaciones son la malabsorción, sospechas de obstruc- embargo, para el estudio de la pared abdominal o para una mayor reso-
ción crónica o recurrente y en el estudio previo a la cirugía bariátrica. lución de estructuras superficiales (por ejemplo, búsqueda del apéndice
Se dividen en dos grupos: vermiano en un paciente delgado) se usan transductores lineales con fre-
-- Tránsito intestinal: se administra el bario por vía oral y se realizan cuencias altas.
radiografías cada 30 minutos hasta que el contraste llega al íleon
terminal (Figura 12). A. Indicaciones

La ecografía abdominal se realiza con el paciente en decúbito supino y se


deben valorar todas las estructuras abdominales accesibles (tiende a no
incluirse el tubo digestivo a no ser que la sospecha sea de afección gastroin-
testinal), siguiendo una sistemática.
1. Hígado: se valorará la ecogenicidad, los bordes, el tamaño, cada uno
de los segmentos hepáticos, venas portales y venas suprahepáticas.
Sus indicaciones principales son el screening de metástasis hepáticas,
vigilancia de pacientes con cirrosis y valorar si la enfermedad hepática
es difusa o focal.
2. Vía biliar y vesícula: es una técnica especialmente útil ya que al con-
tener líquido presenta buen contraste en la ecografía. Es la primera
prueba a realizar en caso de ictericia y dolor en hipocondrio derecho
(Figura 13).

Figura 12. Tránsito intestinal

-- Enteroclisis: se administra el bario a través de una sonda enteral


colocada en el ángulo de Treitz. Se obtienen imágenes de mayor
calidad pero es menos cómodo para el paciente.
5. Defecografía: Es el estudio dinámico de la defecación mediante la
opacificación de la cavidad rectal con una pasta espesa de bario. Sus
indicaciones son el estudio de la evacuación obstructiva, estudio de
incontinencia y síndrome del periné descendido.

Estudios contrastados del aparato urinario


Se realizan con contraste yodado. Se siguen utilizando sobre todo tres técnicas:
•• Urografía intravenosa: consiste en la inyección de contraste yodado intra-
venoso e ir haciendo radiografías primero de la fase nefrográfica y poste-
riormente de los uréteres, vejiga y la uretra. Aunque ha sido desplazada por
la ecografía y la TC-urografía, sigue siendo útil en el diagnóstico de anoma-
lías congénitas o el estudio del sistema colector al ser un estudio dinámico.
•• Cistografía: se puede visualizar como parte de la urografía intravenosa
o con la introducción directa de contraste a través de una sonda.
•• Uretrografía: se divide en anterógrada o miccional (como parte de la
urografía intravenosa) o retrógrada a través de una sonda uretral. La Figura 13. Imagen ecográfica de la vesícula biliar
primera valora mejor la uretra posterior y la segunda la uretra anterior.
Útil en el estudio de estenosis o traumatismos uretrales. 3. Páncreas: difícil de evaluar mediante ecografía ya que está rodeado
de gas. Sigue siendo una prueba indicada ante la sospecha de tumores
Ecografía de abdomen pancreáticos, sin embargo la ecografía endoscópica tiene una mayor
sensibilidad y precisión diagnóstica.
Es una técnica que proporciona información clínicamente útil sin someter 4. Riñón, vía excretora, vejiga y próstata: será la primera prueba diag-
al paciente a radiaciones ionizantes, en tiempo real, con alta disponibilidad nóstica a realizar en caso de hematuria, sospecha de cólicos nefríticos
y bajo coste. Con el modo Doppler es posible una valoración cuantitativa y (para demostrar la litiasis y detectar complicaciones), sospecha de
cualitativa del flujo sanguíneo y también es eficaz para guiar procedimientos tumor renal, pielonefritis aguda que no responde al tratamiento, neo-
intervencionistas diagnósticos o terapéuticos. plasia vesical y prostatismo (Figura 14).

22
02. Abdomen | RD

A B

Figura 14. Imágenes en anteroposterior y craneocaudal de vejiga y


próstata

5. Bazo: descarta esplenomegalia o lesiones focales.


6. Glándulas suprarrenales: difícil de evaluar en adultos.
7. Pared abdominal: detección de hernias o lesiones superficiales.
8. Abdomen agudo: septicemia de probable origen abdominal, dolor
abdominal no filiado o en traumatismos abdominales como método de
cribado Eco-FAST (Focused Assessment with Sonography for Trauma).
Figura 15. Angio-TC de aorta y ramas principales esplácnicas

TC de abdomen 4. Urografía-TC: suelen realizarse tres adquisiciones. La primera sin


contraste intravenoso para el estudio de calcificaciones/litiasis. Una
Las principales ventajas son: segunda adquisición en fase portal para el estudio del parénquima
•• Es la técnica de imagen más completa para el estudio de la mayoría renal y una tercera adquisición o de eliminación a los 5 minutos tras la
de las enfermedades abdominales y valoración de estructuras óseas. inyección para valorar las vías urinarias y vejiga.
•• Es rápida por lo que la hace muy útil en pacientes inestables. 5. Entero-TC: con contraste oral neutro (1,5 L de manitol o polietilengli-
•• Detecta calcificaciones o gas en cantidades muy pequeñas. col). Útil para el diagnóstico de tumores de intestino delgado.
•• Se pueden realizar estudios multiplanares y volumétricos con una sola 6. Colono-TC: una buena limpieza del colon y una distensión adecuada resul-
adquisición. tan esenciales para conseguir un estudio de alta calidad. Para distender el
colon se puede utilizar aire ambiente o CO2 y se administra contraste oral.
Sin embargo también presenta limitaciones: Se realizan dos adquisiciones, una en supino y otra en prono. Sus indica-
•• La TC abdominopélvica imparte, de media, las mayores dosis de radia- ciones son una colonoscopia incompleta o cuando la colonoscopia está
ción en radiología diagnóstica. Por lo que hace que no sea en ocasio- contraindicada. No debe realizarse en menos de tres meses tras cirugía
nes la primera prueba a realizar. colónica o enfermedad inflamatoria intestinal activa (Figura 16).
•• Menor sensibilidad de cálculos biliares en vesícula que la ecografía en
las vías biliares que la RM. A B
•• Ausencia de información dinámica en tiempo real.

A. Técnicas de estudio

1. TC de abdomen sin contraste intravenoso: la información está limi-


tada tanto en el sistema vascular como en las vísceras sólidas. Sin
embargo, se usa en casos de alergia a contrastes yodados o insuficien-
cia renal. Es especialmente útil en el diagnóstico de litiasis renourete- Figura 16. Colono-TC con adquisiciones en decúbito supino (A) y
rales o de masas suprarrenales. decúbito prono (B)
2. TC de abdomen con contraste intravenoso: es la técnica más utili-
zada. Se puede realizar multifásico con una fase arterial tardía (35’’
tras la inyección del contraste), una fase portal (70’’ tras la inyección RM de abdomen
del contraste) y una fase tardía o intersticial (tras varios minutos). El
estudio multifase es útil para la caracterización de lesiones focales Las principales ventajas son:
hepáticas y tumores neuroendocrinos. •• La técnica con mayor resolución de contraste para los tejidos blandos,
3. Angio-TC: consiste en hacer una adquisición a los pocos segun- estructuras anatómicas rellenas de líquido y órganos pélvicos.
dos de la entrada del contraste con el fin de realizar un estudio •• Detecta de manera sensible y específica la presencia de grasa en los tejidos.
puramente arterial, con calidad diagnóstica similar a la arteriogra- •• Ausencia de radiaciones ionizantes.
fía convencional y en ocasiones aportando información adicional
(resto de estructuras abdominales que no se ven en la arteriografía Sin embargo presenta limitaciones:
(Figura 15). •• El tiempo de adquisición es sustancialmente mayor a la ecografía o TC.

23
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

•• Necesaria colaboración del paciente ya que deberá hacer apneas. 3. RM de glándulas adrenales: también se usa la secuencia fase-fase opuesta.
•• El contraste de la RM (gadolinio) no está exento de riesgos, asociado a 4. Entero-RM: dirigido al estudio del intestino delgado. La indicación
fibrosis sistémica nefrogénica. principal es el diagnóstico, evaluación, seguimiento y valoración de
•• No es útil en la detección de gas o calcificaciones en cantidades complicaciones de la enfermedad de Crohn.
pequeñas. 5. Urografía-RM: se emplea para caracterizar lesiones quísticas com-
plejas renales y permite también una buena visualización de las vías
A. Técnicas de estudio excretoras.
6. Angio-RM: presenta una menor resolución espacial que la angiografía
1. RM de hígado: se realizan múltiples secuencias, potenciadas en T1, en convencional o el angio-TC.
T2, etc. Cabe destacar la secuencia ‘fase-fase opuesta’ que permite la 7. RM de recto y perirrectal: es la mejor prueba para la estadificación
detección de grasa, pero no en lesiones completamente compuestas regional del cáncer de recto. También es útil en el estudio de las fístu-
de grasa, sino una combinación agua-grasa con una proporción entre las perianales.
30-70%. 8. RM de próstata: se utiliza para la detección, estadificación locorregio-
2. Colangio-RM: se realizan secuencias muy potenciadas en T2 en las nal, vigilancia y recaídas del carcinoma de próstata.
que se delimitan muy bien los conductos o estructuras rellenas por
líquidos estáticos o que se mueven poco, en este caso conductos bilia-
res y pancreáticos. Está indicado en el diagnóstico de coledocolitiasis, 2.2. Patología del tubo digestivo
tumores quísticos pancreáticos, obstrucciones pancreáticas o pan-
creatitis crónica. Puede realizarse colangio-RM dinámica con adminis-
superior
tración de secretina (Figura 17).
Esófago

A. Trastornos de la motilidad esofágica

Los trastornos de la movilidad esofágica pueden ser valorados mediante


estudios baritados (esofagograma) ya que existen características propias en
casi todos los trastornos (Tabla 1):
1. Prominencia cricofaríngea: es un retraso en la relajación del esfínter
esofágico superior y puede ser valorado fácilmente con un estudio de
videodeglución identificándose una impresión en la columna de bario
Figura 17. Colangio-RM identificándose la vesícula y la vía biliar a la altura de la unión faringoesofágica.

Acalasia EED Esclerodermia Presbiesófago Enf. de chagas

Disminución de los ganglios •• Etiología indeterminada Enfermedad multisistemática del •• Edad avanzada Destrucción de células
mientéricos del plexo de •• Puede ocasionar dolor de colágeno •• Trastorno motor no ganglionares por neurotoxina de
Auerbach tipo anginoso específico Trypanosoma cruzi
•• Ausencia de peristalsis •• Ausencia de peristalsis •• Motilidad normal por •• Peristalsis primaria Aspecto radiológico idéntico al
primaria primaria encima del arco aórtico (ms disminuída de la acalasia primaria
•• Puede haber ondas terciarias •• Imagen en “tirabuzón” o estriado) •• Ondas terciarias
(comienzo) “sacacorchos” •• Dilatación 2/3 inferiores
•• Esófago dilatado terminado •• EEI distendido (precoz)
en “pico de pájaro”

Tabla 1. Trastornos motores esofágicos más frecuentes

24
02. Abdomen | RD

2. Acalasia primaria: el esofagograma constata la ausencia de peristalsis, 2. Anillo de Schatzki: se define como una constricción del anillo “B”. En
un esófago dilatado, con ondas terciarias en estadios iniciales y falta los estudios baritados, los márgenes del anillo de Schatzki se muestran
de apertura del esfínter esofágico inferior visible como una estenosis transversos, finos, simétricos y fijos con las contracciones esofágicas,
lisa en cola de ratón. Se diferencia del cáncer de la unión esofagogás- inmediatamente por encima de una hernia de hiato. Se asocia a reflujo
trica en que en éste la estenosis es abrupta, irregular. gastroesofágico y a esofagitis péptica, pudiendo causar disfagia si el
3. Espasmo esofágico difuso: el aspecto típico es el esófago en sacacor- anillo presenta un diámetro inferior a 13 mm.
chos con repetidas contracciones terciarias que obliteran la luz, con 3. Divertículo de Zenker: es un divertículo por pulsión situado en la línea
ausencia de peristalsis primaria. media a nivel de la pared posterior de la unión faringoesofágica. El estu-
4. Esclerodermia: peristalsis leve o ausente en los dos tercios inferiores dio baritado muestra un saco lleno de bario posterior al esófago cervical
del esófago, esófago dilatado, rígido, con apertura del EEI que permite que puede comprimir y desplazar el propio esófago (Figura 19).
vaciamiento por gravedad.
5. Presbiesófago: disminución de peristalsis primaria y un número varia-
ble de contracciones no propulsivas.
6. Enfermedad de Chagas: aspecto radiológico idéntico al de la acalasia
primaria.

B. Patología benigna del esófago

Inflamatorio-infeccioso

1. Reflujo gastroesofágico, esófago de Barrett, esofagitis infecciosas…:


hoy en día la endoscopia ha desplazado al esofagograma y estas pato-
logías no tienen hallazgos sensibles.
2. Esofagitis eosinófila: esófago en anillo: estenosis concéntricas en
forma de anillo en la columna de bario (Figura 18).

Figura 19. Divertículo de Zenker

Otros

1. Perforación esofágica: en la radiografía simple de tórax se detectaría


un ensanchamiento mediastínico, neumomediastino, enfisema sub-
cutáneo y derrame pleural izquierdo. En el esofagograma, la fuga de
contraste fuera de la luz esofágica establece el diagnóstico. Se debe
usar contraste yodado hidrosoluble.
2. Cuerpos extraños: la radiografía simple de tórax o la lateral de cuello
puede mostrar el cuerpo si es radiopaco. El esofagograma demostraría el
cuerpo extraño impactado y la TC es útil para descartar complicaciones.
3. Varices esofágicas: en el esofagograma se aprecian defectos de reple-
ción longitudinales, tortuosos o serpiginosos con apariencia cam-
biante a diferencia de los pliegues engrosados de la esofagitis o el
carcinoma. En la TC se identifican estructuras tubulares serpiginosas
con un realce similar a los vasos adyacentes.
4. Hernia de hiato: La alteración más frecuente del tubo digestivo superior. En
Figura 18. Esofagitis eosinófila con la imagen típica de esófago la hernia por deslizamiento se observan pliegues gástricos por encima del
en anillo diafragma, en la hernia paraesofágica el fundus gástrico asciende paralelo
al esófago y en la mixta también asciende la unión gastroesofágica.
Anillos, membranas y divertículos
C. Carcinoma de esófago
1. Membranas esofágicas: aparece como una indentación más frecuen-
temente en la cara anterior del esófago cervical proximal. Pueden Suele emplearse una combinación de TC, ecoendoscopia + PAAF y PET-TC
estar asociadas con el síndrome de Plummer-Vinson. para establecer el diagnóstico y el estadio clínico.

25
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

•• Esofagograma: hoy en día no se utiliza en el algoritmo diagnóstico, •• PET-TC: las indicaciones han quedado restringidas a los casos en los
es más bien un hallazgo incidental. Se caracteriza por la presencia de que dependa la opción quirúrgica de la confirmación de metástasis o
un segmento esofágico estenosado de contornos asimétricos, irregu- de un segundo tumor en otra localización.
lares, ulcerados y fijos, y de bordes proximales abruptos (Figura 20). •• RM: se usa para resolver dudas en la estadificación local (T).

Estómago

A. Patología inflamatoria

1. Enfermedad ulcerosa péptica: la técnica de elección es la endoscopia ya


que permite obtener biopsias para descartar malignidad. El uso del tránsito
gastroduodenal con bario es marginal. La TC tampoco es capaz de detectar
úlceras de pequeño tamaño. Sin embargo las técnicas de imagen son útiles
para descartar complicaciones como la hemorragia (la TC puede demostrar
el sangrado activo), la perforación (con radiografía de tórax en bipedesta-
ción o radiografía abdominal en decúbito lateral izquierdo con rayo horizon-
tal) y la perforación contenida o úlcera penetrante (mediante TC).
2. Enfermedad de Ménétrier: en el tránsito gastroduodenal se observa
un marcado engrosamiento de los pliegues mucosos con irregularidad
de la mucosa gástrica.

Patología tumoral (Tabla 2)

1. Adenocarcinoma gástrico: la endoscopia es la técnica más sensible


y específica y es la técnica de elección. En cuanto a la utilidad de las
Figura 20. Carcinoma de esófago distal con morfología en corazón de técnicas de imagen:
manzana -- Tránsito gastroduodenal: relegado a un segundo plano.
-- TC: Tres morfologías, polipoide, ulcerativa o infiltrativa. Es la téc-
•• TC: una TC de tórax y abdomen es el método básico inicial para valorar nica de elección para la estadificación clínica (cTNM). Si bien su
la invasión locorregional (T) y de metástasis a distancia (M). Su uso rendimiento es bajo en estadios precoces, sus resultados son
para valorar extensión linfática es más limitada (N). mejores para determinar la extensión a la serosa (T4a) y órganos

AdenoCa Gástrico GIST Linfoma Gástrico Cascinoide Gástrico

H. pylori, dieta, gastritis atrófica Mutación en KIT o PDGFRA tirosina H. pylori Síndrome Zollinger Ellison (tipo 2)
quinasa
•• Intraluminal lo + frecuente •• Exofítico lo + frecuente •• Intramural (MALT) •• Intraluminal y múltiple
•• Tipos polipoide, ulcerativo o infiltrado •• Masas exofíticas o intramurales •• Exofítico (LBDCG) •• Nódulos pequeños múltiples con
hipervasculares con realce periférico •• Engrosamiento difuso con cavitación central
adenopatías

Tabla 2. Tumores gástricos más frecuentes

26
02. Abdomen | RD

vecinos (T4b). Tiene mayor sensibilidad que la ecoendoscopia en mural, sangrado activo y retro o neumoperitoneo en caso de perfo-
la detección de adenopatías extraperigástricas (N). ración. En otros casos, se puede observar engrosamiento parietal con
-- PET-TC: Su principal ventaja es la detección de metástasis a distancia. estenosis de la luz y obstrucción al vaciamiento gástrico (Figura 21).
2. Tumor estromal gastrointestinal (GIST): Debido a que la mayoría
de los GIST se crecen a partir de la muscularis propia, generalmente
muestran un patrón de crecimiento exofítico, por lo que el tránsito
gastroduodenal tiene poco valor.
-- Ecografía: se observaría una masa sólida bien definida, polilobu-
lada, con cambios quísticos, necrosis o calcificaciones.
-- TC: es la técnica de elección para el diagnóstico y seguimiento,
más útil que la endoscopia. Suelen ser masas grandes hipervas-
culares con un realce periférico ya que generalmente presenta
áreas centrales de necrosis, hemorragia o cavitación (MIR 12-13,
3; MIR 12-13, 4). Desplazan las estructuras adyacentes y en esta-
dios avanzados las invaden. No invaden los ganglios y las metás-
tasis tienen un patrón de realce similar al tumor primario. Figura 21. Tránsito gastroduodenal que demuestra una úlcera
duodenal en el margen superomedial
3. Linfoma: es la localización más frecuente de linfoma extranodal y el lugar
más común de los linfomas del tracto gastrointestinal. La TC es la prueba
para la evaluación previa al tratamiento y seguimiento. Dos grupos: B. Patología tumoral
-- Linfoma MALT: engrosamiento homogéneo y adenopatías peri-
gástricas. 1. Adenocarcinoma: constituye hasta el 90% de las lesiones malignas
-- Linfoma B difuso de células grandes: mayor engrosamiento de la detectadas en el duodeno, y hasta el 50-70% de los adenocarcinomas
pared (4 cm), cavitación y adenopatías de mayor tamaño. del intestino delgado. Normalmente, aparece como una masa sólida
4. Tumor neuroendocrino gástrico: corresponden a < 2% de tumores intraluminal que ocasiona un engrosamiento asimétrico e irregular,
gástricos malignos. Se dividen en tres tipos: así como ictericia obstructiva si se localizan en la región ampular.
-- Tipo I: el más frecuente, tumores pequeños < 2 cm en fundus y 2. GIST: tumor benigno más frecuente del duodeno. Hallazgos simi-
antro con necrosis central (signo de ojo de buey). lares a los gástricos.
-- Tipo II: pequeños y múltiples. Los pacientes con Sd. de Zollinger 3. Linfoma: muy raro.
Ellison tienen alto riesgo de desarrollarlos como respuesta a la 4. Tumor neuroendocrino duodenal: tiene una presentación clí-
hipergastrinemia. nica e histología distinta a los gástricos y los del intestino del-
-- Tipo III: suelen ser grandes, > 2 cm, agresivos, ulcerativos con gado. El duodeno es la localización más frecuente del gastrinoma
alto porcentaje de metástasis. (Sd. Zollinger Ellison). En la TC se observan pequeños tumores
intramurales hipercaptantes con adenopatías mayores al tumor
Otros trastornos gástricos primario también hipercaptantes (Figura 22).

1. Varices gástricas: aparecen radiológicamente como múltiples imáge-


nes de defectos de llenado, tubulares, lobuladas, lisas, que deben ser
diferenciadas de otras causas de engrosamiento en el fundus gástrico.
2. Vólvulo gástrico: se define como la torsión de todo el estómago o
parte de él de más de 180o sobre sí mismo, que puede llevar a una
obstrucción la luz gástrica (obstrucción en asa cerrada) con riesgo de
isquemia y perforación. Son útiles el tránsito gastroduodenal y la TC.
3. Bezoar: es una masa intragástrica compuesta de material ingerido, no
digerido y acumulado: existen varios tipos de bezoar, siendo los más
frecuente el fitobezoar (fibras vegetales) y el tricobezoar (pelos). En
el tránsito se observa como una imagen de defecto de repleción de
llenado en la que el material baritado se introduce en los intersticios
del bezoar produciendo un aspecto característico de moteado. En la Figura 22. TC abdominal en fase arterial que demuestra un nódulo
TC produce una imagen típica en patrón de miga de pan. hipervascular duodenal (flecha) compatible con un tumor neuroendocrino

Duodeno
2.3. Patología del tubo digestivo
A. Patología inflamatoria inferior
•• Enfermedad ulcerosa péptica: en el tránsito gastroduodenal se observa Tumores del intestino delgado
una colección persistente de bario fuera del contorno normal del duo-
deno. En la TC se identifica un engrosamiento parietal captante acom- El intestino delgado es una localización infrecuente de tumores (3-6% de los
pañado de cambios inflamatorios en la grasa adyacente, hematoma tumores del tracto gastrointestinal). La mayoría de tumores son asintomá-

27
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

ticos y cuando presentan sintomatología, con mayor frecuencia como cua- 5. Metástasis: es la afectación tumoral maligna más frecuente del intes-
dros suboclusivos de repetición, habitualmente ya presentan diseminación. tino delgado.
La técnica radiológica de primera elección ante la sospecha de un tumor del -- Extensión directa: en tumores pancreáticos o de colon.
intestino delgado es la enterografía-TC. -- Diseminación hematógena: los primarios más frecuentes el
1. Adenocarcinoma: segundo tumor maligno primario más frecuente melanoma y pulmón.
después del carcinoide. No existe correlación entre el tamaño y el -- Diseminación peritoneal: de neoplasias ováricas, gástricas,
grado de invasión por lo que lesiones pequeñas pueden dar disemi- mama, colon...
nación a distancia.
-- Tránsito gastroduodenal: estenosis focales o defectos de reple- Tumores del colon
ción polipoides.
-- TC: suelen presentarse como una estenosis anular concéntrica 1. Adenoma colónico: es el tumor benigno más común del colon y del
con bordes irregulares o bien como una pequeña masa de partes recto. Es el precursor del carcinoma colorrectal.
blandas o ulceración. -- Enema opaco: los pólipos sésiles se pueden ver como defectos
2. GIST: poco frecuente. Hallazgos similares a los gástricos o duodenales. de repleción en los márgenes de la pared del colon. Los pólipos
3. Linfoma: el linfoma primario de intestino delgado representa un grupo pediculados se puede observar la movilidad del pedículo y se
heterogéneo de neoplasias, con distintos patrones de crecimiento. Se debe de reconocer la cabeza.
dividen en LNH tipo T y LNH tipo B (Tabla 3). -- Colono-TC: es la técnica indicada para completar el estudio
de colon tras una colonoscopia incompleta. Ante un pólipo es
LNH - T LNH - B importante su diagnóstico diferencial con los restos fecales que
Segmento intestinal Yeyuno Íleon Terminal son los falsos positivos más frecuentes. Los pólipos pediculados
Localización Multifocal Focal son móviles y la cabeza del pólipo aparece en posición gravitacio-
Forma de presentación Engrosamiento mural Engrosamiento mural nal, reconocer la morfología de la cabeza del pólipo y su pedículo
moderado severo nos ayuda a diferenciarlo de restos fecales (Figura 24).
Adenopatías Discretas Voluminosas
Obstrucción Frecuente Raro
Perforación Frecuente Raro
Tabla 3. Comparación entre el linfoma no-Hodgkin B y T del intestino
delgado

4. Tumor carcinoide: tumor maligno primario de intestino delgado más


frecuente. La técnica de imagen de elección es la TC. Se identifican
masas intramurales hipervasculares con hipercaptación de contraste.
El signo característico es la reacción desmoplásica, que corresponde
a la extensión infiltrativa del mesenterio en forma de masa de par-
tes blandas espiculada que capta contraste y con calcificaciones. Las
metástasis hepáticas son típicamente hipervasculares que se detectan
menor en la fase arterial del TC multifase con contraste intravenoso Figura 24. Colono-TC, reconstrucción en 3D que demuestra un pólipo
(Figura 23). de 1 cm

2. Adenocarcinoma colorectal: neoplasia maligna más frecuente del


tracto gastrointestinal.
-- Enema opaco: lesión circunferencial estenosante y ulcerada con
forma de corazón de manzana (Figura 25).
-- TC y colono-TC: lo más frecuente es una masa de partes blan-
das concéntrica que engrosa la pared colónica y produce este-
nosis (Figura 26) (MIR 16-17, 11; MIR 10-11, 3; MIR 10-11, 4).
Realza con la administración de contraste intravenoso y cuando
es de mayor tamaño presenta un realce heterogéneo debido a
necrosis central. El carcinoma mucinoso suele mostrar un engro-
samiento mural excéntrico con escaso realce.
›› Estudio de extensión locorregional: tiene escasa sensibili-
dad en el estudio de extensión local aunque es útil para
valorar la infiltración de órganos vecinos.
›› Estudio de afectación a distancia: metástasis en el hígado
para carcinomas de colon y recto superior (mejor sensibi-
Figura 23. TC abdominal que demuestra un tumor carcinoide lidad RM que TC) y pulmón en carcinomas de recto bajo
intestinal (flecha blanca) y una marcada reacción desmoplásica (flecha (con TC de tórax).
negra) y engrosamiento de asas intestinales ›› Seguimiento: es la técnica más utilizada en el seguimiento.

28
02. Abdomen | RD

Figura 27. RM pelvis potenciada en T2 y proyección sagital que


demuestra un carcinoma de recto

3. Tumores apendiculares: son poco frecuentes pero con características


propias y en muchas ocasiones se presentan como apendicitis.
-- Mucinosos: tienden a formar mucoceles que son lesiones quísticas
Figura 25. Defecto de repleción en forma de “corazón de manzana” en región apendicular con calcificaciones curvilíneas (Figura 28).
con bordes irregulares compatible con un carcinoma de colon -- Carcinoides: neoplasia apendicular más frecuente pero suelen
ser incidentales tras apendicectomía.

Figura 28. TC coronal que demuestra un apéndice vermiforme


Figura 26. Engrosamiento concéntrico del ángulo esplénico del colon aumentado de tamaño, de aspecto quístico con calcificaciones
sugestivo de adenocarcinoma curvilíneas, compatible con un mucocele apendicular

-- RM: alta resolución en órganos pélvicos.


›› Estudio de extensión locorregional: se emplea satisfacto- Isquemia intestinal
riamente en el estudio de extensión local del carcinoma
de recto (sensibilidad del 65-100% en el parámetro T del Con el aumento exponencial de la esperanza media de vida en los últimos
TNM). La mayoría de errores se producen al diferenciar el años, la isquemia mesentérica se ha convertido en una entidad clínica cada
estadio T2 del T3. La RM permite identificar la fascia meso- vez más frecuente entre los ancianos.
rrectal que indica el margen de resección circunferencial.
También es muy útil en el diagnóstico de adenopatías La isquemia intestinal aguda puede afectar cualquier porción del tubo diges-
perirrectales (Figura 27). tivo, aunque afecta con mayor frecuencia al intestino delgado o grueso.
›› Estudio de afectación a distancia: mayor sensibilidad en el Puede ser segmentaria o difusa, y desde un punto de vista histológico,
diagnóstico de metástasis hepáticas que con la TC. puede existir compromiso parcial o transmural de la pared.

29
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

La cirugía suele reservarse para la necrosis transmural, si no se observan


signos de necrosis o si la necrosis es aparentemente parcial, el tratamiento
suele ser conservador.

A. Tipos de isquemia intestinal

La isquemia intestinal se puede dividir en dos grupos:


•• Isquemia intestinal oclusiva: es la más frecuente. Se produce por la
oclusión de vasos mesentéricos, ya sea una embolia (si la oclusión es
distal) o trombosis (si la oclusión es proximal) de la arteria mesentérica
superior como trombosis de las venas mesentéricas (Figura 29).
•• Isquemia intestinal no oclusiva: corresponde a un 20-30% de las isque-
mias mesentéricas. La causa más común es un bajo gasto cardíaco que
condiciona una hipoperfusión esplácnica. Puede presentarse en el intes-
tino delgado aunque es más frecuente en el colon, denominándose coli-
tis isquémica. Ésta última suele localizarse en el ángulo esplénico o en el
sigma ya que son dos áreas de pobre colateralidad vascular (Figura 30).

Figura 30. TC abdominal donde se identifica un engrosamiento


edematoso del ángulo esplénico del colon en relación con una colitis
isquémica (confirmado con colonoscopia)

B. Hallazgos radiológicos de isquemia intestinal

La placa simple de abdomen suele ser la primera prueba radiológica a rea-


lizar en la urgencia. La placa suele ser anodina o apreciarse una moderada
dilatación de asas (MIR 09-10, 1). En estadios más avanzados podría obser-
varse neumatosis intestinal, gas portal o neumoperitoneo.

La prueba diagnóstica de elección para descartar isquemia intestinal es el


TC multifase con contraste intravenoso. Éste se compone de una primera
adquisición del abdomen sin contraste intravenoso que nos ayudará a dis-
tinguir hematomas o sangrado activo intestinal; una segunda adquisición
que corresponde a un angio-TC de abdomen para valorar posibles oclusio-
nes arteriales; y una última adquisición en fase venosa/portal para valorar el
realce de las asas intestinales.
Figura 29. Angio-TC reconstrucción sagital que demuestra una
oclusión de la arteria mesentérica superior (flecha)
Los hallazgos más frecuentes de isquemia intestinal se resumen en la Tabla 4.

Infartos hepáticos /
Edema de la pared Hiperrealce mucoso Inflamación mesentérica Ascitis
esplénicos / renales

Tabla 4. Hallazgos radiológicos típicos de isquemia mesentérica

30
02. Abdomen | RD

C. Hallazgos radiológicos de necrosis transmural •• Tumores.


•• Diverticulosis.
Son los hallazgos más trascendentales ya que son los que van a modificar el •• Enfermedad inflamatoria intestinal.
manejo del paciente. En caso de sospecha de isquemia intestinal y la exis- •• Colitis pseudomembranosa.
tencia de alguno de estos signos, se debe valorar la cirugía urgente y resec- •• Hemorroides, fisura anal.
ción de las asas necróticas. Estos hallazgos se resumen en la Tabla 5.
B. Hallazgos radiológicos
Hemorragia digestiva
El diagnóstico de hemorragia digestiva se realiza con endoscopia digestiva.
Sin embargo, en situaciones dónde está contraindicada o no está disponi-
A. Etiología ble, la radiología tiene un papel importante.

Hemorragia digestiva alta: La TC ha desplazado a la angiografía convencional en el diagnóstico de


•• Relacionadas con cirrosis: varices esofágicas, gástricas, gastropatía de hemorragia digestiva y presenta una mayor sensibilidad para sangrados
la hipertensión portal. pequeños. Al igual que con la isquemia mesentérica, se debe realizar una TC
•• Relacionadas con enfermedad péptica: úlcera gástrica, duodenal, eso- multifase con adquisiciones sin contraste, fase arterial y fase venosa.
fagitis, Mallory-Weiss.
•• Tumores. El hallazgo en TC más importante para diagnosticar un sangrado activo es la
presencia de contraste intravenoso (hiperdensidad) en la luz gastrointesti-
Hemorragia digestiva baja: nal en la fase arterial que no se identificaba en la adquisición sin contraste y
•• Angiodisplasia. que aumenta en la fase venosa (Figura 31).

Ausencia de realce parietal Neumatosis intestinal Gas portal Perforación y neumoperitoneo

Se refiere a que la mucosa del intestino Al haber necrosis d ela mucosa intestinal, Este gas en la pared se filtra a las venas Cuando la necrosis alcanza todas
no realza tras la administración de se filtra gas a la pared del intestino mesentéricas que acaban drenando en la las capas del intestino se produce
contraste vena porta y al hígado perforación y salida de gas al peritoneo

Tabla 5. Hallazgos radiológicos de sospecha de necrosis intestinal

Figura 31. TC abdominal sin contraste, fase arterial y venoso. En el basal sin contraste no se identifica nada en el ángulo hepático del colon, sin
embargo, en fase arterial se aprecia una hiperdensidad que aumenta en fase venosa compatible con un sangrado activo arterial

31
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Obstrucción intestinal de abdomen demuestra signos típicos de obstrucción intestinal se rea-


lizará un TC. Existen varios signos que indican obstrucción mecánica:
Conceptualmente, la obstrucción u oclusión intestinal, se define como la -- Signo del pico: determinado por un cambio abrupto en el calibre
detención completa y persistente del contenido intestinal en algún punto a de las asas, indicando el nivel exacto de la obstrucción (Figura 33).
lo largo del tubo digestivo. -- Signo de la diana: producido por el edema submucoso y/o cam-
bios inflamatorios murales asociados a la obstrucción.
Es importante diferenciarlo de cuadros suboclusivos intestinales en los que -- Signo del remolino: causado por la rotación de asa aferente y
dicha detención no es completa y persistente. Por otra parte, la seudoobs- eferente alrededor de un punto fijo, con el giro del mesenterio
trucción intestinal idiopática o Sd. de Ogilvie (Figura 32) (MIR 15-16, 13), junto a los vasos asociados (Figura 34).
corresponde a una enfermedad crónica, caracterizada por síntomas de obs- -- Signo del grano de café: asas intestinales muy distendidas que
trucción intestinal recurrente, sin datos radiológicos de oclusión mecánica. convergen hacia un mismo punto. Muy característico de los vól-
vulos.
-- Patrón en miga de pan en intestino delgado: similar al obser-
vado en el colon. Indica obstrucción intestinal a nivel de ID.

Figura 33. TC abdominal con obstrucción de colon que muestra un


cambio de calibre brusco del asa con dilatación proximal (signo del pico)

Figura 32. Dilatación completa del colon, con gas en ampolla rectal,
sin signos de oclusión mecánica

Resulta importante diferenciar el íleo adinámico de íleo mecánico. En el


primer caso, existe una alteración en la motilidad intestinal debida a una
parálisis del músculo liso y que muy raras veces requiere tratamiento qui-
rúrgico. El íleo mecánico es una obstrucción al paso del contenido intestinal,
requiriendo tratamiento quirúrgico en muchas ocasiones.

Papel de la radiología

1. Radiografía simple de abdomen: ante un paciente con clínica compa-


tible con obstrucción intestinal la primera prueba de imagen a realizar
es la radiografía simple de abdomen. Siempre se debe realizar una
radiografía en decúbito supino ya que valora la distribución del gas,
el grado de dilatación de las asas y demuestra la ausencia de gas en
la ampolla rectal. Se puede complementar con la proyección en bipe-
destación, óptima para la visualización de niveles hidroaéreos (veáse
Apartado 2.1. Técnicas de imagen).
2. TC abdominopélvico: si la radiografía de abdomen es anodina pero Figura 34. TC abdominal con obstrucción intestinal que muestra el
tras tratamiento conservador el paciente empeora o si la radiografía “signo del remolino” con un giro del asa y del meso y sus vasos

32
02. Abdomen | RD

3. Signos de sufrimiento intestinal: al igual que ocurría con la isquemia medad, valorando su extensión y grado de afectación así como la
intestinal, existen una serie de signos que pueden cambiar el manejo existencia de actividad inflamatoria. El engrosamiento parietal (4-5
del paciente y plantearse la cirugía urgente. mm) es el signo central que indica enfermedad y su ausencia (menos
-- Obstrucción en asa cerrada: se produce cuando dos extremos de 3 mm) prácticamente descarta la enfermedad. Con el uso del
de un mismo asa presentan un punto en común de obstrucción, Doppler color y contraste ecográfico se puede valorar actividad de la
es decir, que un asa presenta dos puntos de estenosis adyacen- enfermedad si se demuestra hiperemia parietal y el realce intenso.
tes. Esto condiciona que el intestino obstruido entre las dos este- 3. TC/RM: son las mejores técnicas para valorar la afectación extraparie-
nosis no puede descomprimirse hacia asas proximales (como tal de la enfermedad.
ocurre con las obstrucciones de asa abierta) con mayor riesgo de -- Enfermedad inflamatoria activa: hiperemia de la mucosa
isquemia y perforación. (realce estratificado parietal), edema parietal, hiperemia mesen-
-- Isquemia intestinal: se produce por la afectación vascular de las térica (signo del peine) (Figura 36), la presencia de flemones o
asas obstruidas. El diagnóstico es superponible al de la isquemia colecciones y adenopatías (MIR 15-16, 11).
intestinal por otras causas. -- Enfermedad penetrante-fistulizante: se traduce en la existencia
-- Perforación: el paso final de la isquemia intestinal transmural de úlceras profundas, fístulas (entero-entéricas, entero-cutá-
con salida de aire y gas al peritoneo. neas, enterovesicales...), trayectos fistulosos ciegos (sinus tracts)
4. Etiología de la obstrucción: además el TC puede demostrar la causa o y colecciones (Figura 37).
al menos dar una aproximación o descartar otras. -- Enfermedad fibroestenótica: las exploraciones muestran estre-
checes segmentarias con dilatación preestenótica de las asas
Enfermedad inflamatoria intestinal intestinales. Es importante valorar la existencia de actividad
inflamatoria en las estenosis de cara a establecer el tratamiento
El término enfermedad inflamatoria intestinal engloba una serie de enfer- (médico vs. quirúrgico).
medades, básicamente la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, carac-
terizadas por la inflamación crónica y recurrente de las asas intestinales. Las
técnicas de imagen junto con la colonoscopia y la biopsia son la base del
diagnóstico de estas enfermedades.

A. Enfermedad de Crohn

1. Tránsito intestinal/enteroclisis: permite valorar la enfermedad superficial


pero puede no detectar algunos segmentos afectados por la superposi-
ción de asas y tiene menos capacidad para detectar la afectación parietal
y extraparietal. No permite establecer la actividad de la enfermedad. Los
hallazgos son las úlceras aftosas, el patrón en empedrado (úlceras longitu-
dinales y transversales) y el signo de la cuerda (vasoespasmo) (Figura 35).

Figura 36. TC en paciente con enfermedad de Crohn con un


engrosamiento del íleon terminal (flecha roja) e hiperemia
mesentérica (signo del peine -flechas blancas-)

Figura 35. Enema opaco en paciente con enfermedad de Crohn (signo


de la cuerda)
Figura 37. TC abdominal en paciente con enfermedad de Crohn con
2. Ecografía: es una técnica que en las manos adecuadas, dada su dis- engrosamiento de un asa (flecha blanca) y una fístula entero-cutánea
ponibilidad e inocuidad, resulta ideal para el seguimiento de la enfer- con absceso en la pared abdominal (flecha roja)

33
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

B. Colitis Ulcerosa •• TC: cuando hay alta sospecha y ecografía no concluyente. Además per-
mite una mejor valoración en caso de complicaciones como perfora-
Esta enfermedad únicamente afecta al colon y sólo a la mucosa y submu- ción o plastrón apendicular, etc. (Figura 40):
cosa, de modo que la ecografía, TC y RM tienen menor importancia en su
diagnóstico ya que no existe afectación transmural ni extraparietal. A B

El enema opaco puede mostrar las úlceras superficiales típicas (“en T” o


en botón de camisa) y en casos crónicos evolucionados una morfología del
colon en tubo de plomo secundario a la pérdida de haustras (Figura 38).

Figura 39. Ecografía con cortes longitudinal (A) y transversal (B) que
demuestra un apéndice (flechas rojas) engrosado con inflamación de
la grasa periapendicular en relación con una apendicitis aguda

Figura 38. Enema opaco en paciente con colitis ulcerosa que


demuestra un colon descendente sin haustras y úlceras superficiales
(flechas blancas)

Las técnicas de imagen son útiles en esta enfermedad en el diagnóstico de


las manifestaciones extraintestinales como la colangitis esclerosante (eco-
grafía, colangio-RM) o la sacroileítis asociada a EII (RM) y de las complicacio-
nes agudas como la perforación o el megacolon tóxico.

Otras enfermedades intestinales

A. Apendicitis aguda
Figura 40. TC coronal que demuestra un apéndice inflamado (flecha
La apendicitis aguda o inflamación del apéndice cecal es la urgencia quirúr- roja) y un absceso (flecha blanca)
gica abdominal más frecuente (2/3 de las cirugías por abdomen agudo se
deben a esta causa). Las apendicitis agudas se pueden clasificar, en función Diagnóstico diferencial
de si hay perforación o no de su pared, en complicadas o no complicadas.
Se debe hacer con otras causas de abdomen agudas de dolor en fosa ilíaca
Diagnóstico radiológico derecha:
1. Enfermedad de Crohn.
•• Ecografía: sensibilidad y especificidad cercanas al 90%. Los hallazgos 2. Diverticulitis derecha.
son (Figura 39): 3. Infarto omental: consiste en una necrosis focal de la grasa abdo-
-- Apéndice identificable: tubo aperistáltico con fondo de saco minal, casi siempre en lado derecho del omento mayor. Se suele
ciego y asentado en la base del ciego. deber a isquemia del omento por torsión o por trombosis venosa.
-- Diámetro apendicular mayor de 7 mm y dilatación de la luz apen- Tanto en ecografía como en TC, se observa una masa ovalada bien
dicular e imagen en anillo. delimitada de unos 5 cm, con densidad grasa aumentada y engro-
-- Aumento de ecogenicidad de la grasa adyacente. samiento del peritoneo visceral y parietal al que suele adherirse
-- Apendicolito o imagen cálcica intra apendicular. (Figura 41).

34
02. Abdomen | RD

La clasificación que habitualmente se emplea para distinguir los diferentes


grados de diverticulitis es la de Hinchey que se resumen en la Tabla 6.

Diagnóstico diferencial

Se debe hacer con otras causas de abdomen agudas de dolor en fosa ilíaca
derecha:
•• Apendicitis epiploica: los apéndices epiploicos son proyecciones peri-
toneales adheridas a la superficie serosa del colon por un pedículo
vascular y predominan en el sigma. La apendicitis epiploica es resul-
tado de la inflamación aguda o del infarto de los apéndices epiploicos
por torsión. En la TC se identifica como una masa de densidad grasa
con cambios inflamatorios (Figura 42). Puede ser indistinguible en
algunos casos de un infarto omental, sin embargo dado que el trata-
miento de ambas entidades es de soporte y el pronóstico es similar, la
Figura 41. TC abdominal sin contraste que demuestra la imagen diferenciación no tiene relevancia práctica.
típica de un infarto omental (flecha blanca). Obsérvese el apéndice de
tamaño normal (flecha roja), sin cambios inflamatorios, descartándose
en este caso la apendicitis aguda

B. Diverticulitis aguda

Los divertículos son más frecuentes en el colón descendente y el sigma


siendo éstos de naturaleza adquirida. La diverticulitis aguda es una com-
plicación de la enfermedad diverticular crónica y consiste en la inflamación
y en casos perforación diverticular causadas por la obstrucción del cuello
diverticular por impactación fecal.

Diagnóstico radiológico

El diagnóstico se basará en la demostración del divertículo inflamado. Tanto


en la ecografía como la TC se observará:
•• Engrosamiento concéntrico segmentario de la pared cólica.
•• Divertículos inflamados aumentados de tamaño. Figura 42. TC abdominal en el que se identifica una inflamación de un
•• Inflamación de la grasa pericólica. apéndice epiploico del sigma

Grado I Grado II Grado III Grado IV

•• Absceso pericólico menos de 5 cm •• Absceso a distancia o mayor de 5 cm •• Peritonitis purulenta •• Peritonitis fecaloidea
•• Poceso inflamatorio localizado •• El proceso inflamatorio va más allá, •• Infección generalizada por •• La más grave. Grandes perforaciones
alrededor de un orificio diverticular pero todavía permanece confinado macroperofración de un divertículo o, libres comunicando con la luz de
rotura de un absceso colon

Tabla 6. Grados Hinchey de diverticulitis. Las flechas rojas indican el colon inflamado y las flechas blancas los abscesos/perforación

35
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

C. Afectación infecciosa
2.4. Patología del hígado
1. Infecciones bacterianas: las enterocolitis secundarias a Salmo-
nella, Shigella, Campylobacter, etc, no tienen hallazgos caracte-
rísticos más allá de un edema de la pared del intestino y signos Enfermedad hepática difusa
inflamatorios circundantes.
2. Colitis pseudomembranosa: presenta un engrosamiento mural
colónico con hiperemia mucosa y edema submucoso muy mar- A. Cirrosis hepática
cado (mayor que otras colitis) con redundancia de las haustras
(signo del acordeón) (Figura 43). Los objetivos de las pruebas de imagen son reconocer los cambios morfoló-
3. Tuberculosis intestinal: debe hacerse diagnóstico diferencial gicos, estudiar la vascularización intra y extra hepática (hipertensión portal)
con la enfermedad de Crohn (Tabla 7). y descartar el carcinoma hepatocelular. Para ello se usará la ecografía el TC
y la RM.
•• Cambios morfológicos: nodularidad de la superficie hepática, realce
heterogéneo del hígado, atrofia del lóbulo hepático derecho y seg-
mento IV e hipertrofia del lóbulo caudado (Figura 44).
•• Signos de hipertensión portal: esplenomegalia, dilatación de la vena
porta, demostración de colaterales portosistémicas…
•• Nódulos: es imprescindible un estudio dinámico (TC o RM) con
contraste intravenoso ante cualquier nódulo para descartar un
hepatocarcinoma. Éste tiene un comportamiento específico en el
estudio dinámico con captación en fase arterial y lavado precoz
en fase venosa que no necesita confirmación histológica si mide
≥ 2 cm.

Figura 43. Engrosamiento muy edematoso del ángulo hepático


del colon con morfología en acordeón en paciente con una colitis
pseudomembranosa

TBC intestinal Enf. de Crohn


Engrosamiento mural Asimétrico Simétrico
Hiperemia mesentérica Raro Frecuente en fase aguda
Adenopatías Centro necrótico Hipercaptantes en fase aguda
Fístulas/Abscesos Raro Frecuente
Afectación peritoneal Frecuente Raro
Tabla 7. Diferencias entre TBC intestinal y enfermedad de Crohn

D. Afectación inflamatoria

1. Enfermedad celíaca: en los estudios baritados los hallazgos


clásicos son un tránsito enlentecido, una inversión del patrón
de pliegues mucosos (disminuyen en el yeyuno y aumentan en Figura 44. Ecografía hepática con signos de cirrosis, ecogenicidad
el íleon) y fragmentación del contraste baritado por exceso de heterogénea, contornos lobulados (flecha roja) y aumento de tamaño
del lóbulo caudado (flecha negra)
líquido.
2. Enfermedad de Whipple: en los estudios baritados el hallazgo clásico
es un engrosamiento irregular micronodular de pliegues del yeyuno. B. Hígado Graso
3. Enteritis rádica: dos fases:
-- Aguda: inflamación inespecífica de las asas afectadas. La esteatosis hepática se diagnostica fácilmente con las siguientes pruebas
-- Crónica: se identifica un engrosamiento parietal concéntrico que radiológicas:
puede condicionar estenosis, úlceras, fístulas y abscesos (similar •• Ecografía: un aumento de la ecogenicidad en comparación con la cor-
a enfermedad de Crohn). tical del riñón derecho (Figura 45).

36
02. Abdomen | RD

•• TC: un aumento de la atenuación de 8-10 unidades Hounsfield en


comparación con el bazo.
•• RM: con las secuencias “fase y fase opuesta”, se identifica una intensi-
dad de señal normal en “fase” y una disminución de la intensidad de
señal en “fase opuesta”.

Figura 46. Ecografía y TC que demuestran quistes hidatídicos, uno de


ellos con vesículas hijas (flecha blanca) y el otro con calcificaciones
parietales (flecha roja)

B. Lesiones sólidas

Sus características principales se resumen en la Tabla 8 (MIR 11-12, 1).

2.5. Patología de la vesícula


y vía biliar

Figura 45. Ecografía que demuestra una esteatosis hepática, con una Diámetros normales:
mayor ecogenicidad del hígado (estrella roja) en comparación con la •• Vesícula biliar: espesor de la pared < 4 mm y diámetro mayor < 10 cm.
cortical renal derecha (estrella blanca) •• Vía biliar: diámetro de la intrahepática < 2 mm y la extrahepática < 10
mm.
C. Sobrecarga férrica hepática
Utilidad de las técnicas de imagen
Se usa la resonancia, con una disminución de la intensidad de se-
ñal en las secuencias potenciadas en T2. Además con otras secuen- 1. Ecografía: Es la técnica de elección para la valoración inicial de la vesí-
cias existen fórmulas para cuantificar la concentración de hierro cula y la vía biliar por su alta sensibilidad y precisión para la detección
hepático. de litiasis y dilatación de la vía biliar. Es la primera prueba de imagen
en el algoritmo diagnóstico de ictericia.
D. Síndrome de Budd-Chiari 2. Colangiopancreatografía por RM o colangio-RM: Es la segunda
prueba indicada en el caso de hallazgos no concluyentes en la ecogra-
En la ecografía se pueden identificar signos específicos de la enferme- fía o necesidad de una mayor caracterización de lesiones. Es compara-
dad: ble con las imágenes de la CPRE por lo que actualmente ésta última se
•• No visualización de las venas suprahepáticas en el Doppler color. reserva para procedimientos terapéuticos.
• • Estenosis o trombo en la luz de una o varias venas suprahepá- 3. TC: Es la técnica de elección para la estadificación de neoplasias
ticas. de la vesícula y la vía biliar. Es tan sensible como la ecografía
•• Cordón fibroso que reemplaza las venas suprahepáticas. para identificar obstrucción de la vía pero más sensible para
identificar tumores. También puede proporcionar diagnósticos
Lesiones focales hepáticas alternativos.

Patología benigna
A. Lesiones quísticas

1. Quiste simple: lesiones redondeadas, bien delimitadas, con contenido A. Colelitiasis


líquido homogéneo en todas las pruebas de imagen y no realzan.
2. Quiste hidatídico: son quistes con una pseudocápsula periférica En el caso de un cólico biliar la primera prueba a realizar es la ecografía, con
(periquística) y con un contenido variable con vesículas hijas peri- sensibilidad y valor predictivo negativo mayores al 95%. El hallazgo es una
féricas y membranas germinativas despegadas. La periquística imagen (o varias) hiperecogénica (blanca) con sombra acústica posterior en
puede realzar y con el tiempo calcificar (Figura 46) (MIR 18-19, el interior de la vesícula. Si se cumplen estos criterios la imagen es patogno-
15; MIR 12-13, 5; MIR 12-13, 6). mónica (Figura 47).

37
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

•• Presencia de colelitiasis.
•• Engrosamiento parietal > 4 mm.
•• Aumento del diámetro longitudinal > 10 cm.
•• Líquido perivesicular.
•• Signo de Murphy ecográfico positivo (el más importante), es la defensa
abdominal al presionar con el transductor directamente sobre la vesícula.

Figura 47. Ecografía que demuestra una vesícula biliar con cálculos
que dejan sombra posterior

Hay que hacer diagnóstico diferencial con la vesícula en porcelana cuya


pared calcificada puede confundirse con una vesícula llena de litiasis.

B. Colecistitis aguda

La ecografía vuelve a ser la técnica de imagen de elección (MIR 16-17, 13). Figura 48. Ecografía con signos de colecistitis, engrosamiento parietal,
Los criterios diagnósticos son (Figura 48): sobredistensión y colelitiasis en su interior

Hiperplasia Carcinoma
Hemangioma Adenoma Hepatocarcinoma Colangiocarcionoma Metástasis
Nodular Focal Fibrolamelar
Morfología Lesión nodular Bien definida, Bien definida, Al inicio bien Lesión lobulada Crecimiento variable: Variable. De
bien delimitada lobulada, con encapsulada, definida, heterogénea con anular, infiltrativo, Colon, estómago,
cicatriz central, sin heterogénea con encapsulada. cicatriz central intraluminal páncreas, mama y
cápsula necrosis, grasa, En fases tardías (adolescentes o pulmón
hemorragia, heterogénea adultos jóvenes)
calcio… (patrón en mosaico)
con hemorragia,
necrosis, grasa…
Contraste Realce nodular Captación Captación Captación Captación Escasa captación La mayoría
arterial periférico homogénea hetorogénea homogénea hetorogénea no captan
(hipovasculares)
Las que captan
(hipervasculares) no
son de carcinoma
de células renales,
insulinomas,
carcinoides,
sarcomas,
melanomas y mama
Contraste Progesión central Sigue realzando o Sigue realzando o Lavado lento Sigue realzando o Escasa captación Escasa captación
venoso del realce se iguala al hígado se iguala al hígado se iguala al hígado
contraste Persiste el Realce de la cicatriz Realce de la Realce de la cápsula No suele realzar la Captación intensa (por Escasa captación
tardío contraste cápsula cicatriz central el tejido fibroso)
Imágenes
de RM

Tabla 8. Comparación entre las lesiones focales sólidas hepáticas más frecuentes

38
02. Abdomen | RD

Las complicaciones son:


1. Colecistitis enfisematosa: se define como gas dentro de la vesícula o
en la pared. El gas se ve hiperecogénico con un artefacto en cola de
cometa posterior en la ecografía. La sospecha debe confirmarse con
TC (Figura 49).
2. Colecistitis gangrenosa: isquemia y necrosis de la pared. Se distingue
una pared desestructurada o membranas intraluminales.
3. Perforación vesicular: se demuestra un defecto en la pared con una
colección de líquido adyacente.

Figura 51. Colangio-RM que demuestra una dilatación del colédoco


(flecha blanca) y una coledocolitiasis (flecha roja)

D. Colangitis esclerosante primaria

•• Estadios precoces: estenosis cortas y segmentos normales/levemente


dilatados que dan un aspecto arrosariado.
•• Estadios avanzados: aspecto en árbol de invierno o árbol podado con
oclusión de los conductos más periféricos por las estenosis.

Patología maligna

A. Adenocarcinoma de vesícula biliar


Figura 49. TC coronal, se identifican burbujas de gas (flechas blancas)
en el interior de la vesícula en relación con una colecistitis enfisematosa La neoplasia más frecuente del árbol biliar. La primera prueba a realizar es la
ecografía. Se debe diferenciar del barro biliar y para ello es útil el contraste
C. Coledocolitiasis ecográfico intravenoso ya que el barro no capta y la neoplasia sí. La mejor
prueba de estadificación es el TC y la prueba que aporta más información
•• Ecografía: tiene una sensibilidad baja debido a la interposición de gas sobre la lesión y su afectación local es la colangio-RM.
intestinal en epigastrio (Figura 50) (MIR 11-12, 2).
•• TC: preferiblemente sin contraste intravenoso, se identifican imágenes Los hallazgos pueden ser:
hiperdensas con un halo hipodenso dentro de la vía biliar. •• Engrosamiento mural focal o difuso irregular con calcificaciones.
•• Colangio-RM: defectos de repleción como vacíos de señal (negros) •• Masa polipoide intraluminal (mejor pronóstico).
rodeados de bilis. Puede confundirse con coágulos o pólipos (Figura 51). •• Masa tumoral heterogénea que sustituye la vesícula e infiltra el hígado
(más frecuente) (Figura 52).

Figura 50. Ecografía abdominal que demuestra una dilatación del Figura 52. TC sagital que demuestra masas dentro de la vesícula
colédoco (flecha blanca) debido a una coledocolitiasis (flecha roja) (flecha blanca) e invasión del hígado por contigüidad (flecha roja)

39
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

B. Colangiocarcinoma 3. Hallazgos característicos en las pruebas de imagen: TC, US, RM.

La ecografía vuelve a ser la prueba inicial. Sin embargo, la TC y la colan- A. Criterios de indicación de pruebas radiológicas
gio-RM son las pruebas de elección para la estadificación del tumor y valo-
ración de resecabilidad. •• Ecografía:
-- Confirman el diagnóstico etiológico, básicamente la presencia de
Se dividen en tres grupos según su localización: litiasis biliar.
1. Colangiocarcinoma intrahepático (10%): es el segundo tumor -- Para el seguimiento y control de colecciones.
maligno primario del hígado tras el hepatocarcinoma. A su vez, tiene -- Como guía de procedimientos intervencionistas.
diferentes formas de presentación (MIR 14-15, 5; MIR 14-15, 6): •• TC:
-- Masa intrahepática periférica (lo má s frecuente): sólida, grande -- Ante la presencia de duda diagnóstica.
y única (Figura 53). -- Si hay sospecha de complicaciones:
-- Crecimiento periductal-infiltrante: crece a lo largo de la pared de ›› Pancreatitis aguda leve que no mejora pasadas 72 horas.
los canalículos biliares. ›› Pancreatitis con mala evolución clínica o potencialmente
-- Crecimiento intraductal (mejor pronóstico): lesiones polipoideas grave desde un inicio.
que protruyen a la luz de los conductos y los obstruyen. -- Como guía de procedimientos intervencionistas.
•• RM:
-- Alternativa a la TC cuando hay contraindicación al CIV por alergia
o insuficiencia renal.
-- En la mujer embarazada.

B. Fases de la pancreatitis aguda

1. Temprana (primera semana): definida por el fallo orgánico/multiorgá-


nico. El papel del radiólogo es menor debido a que las complicaciones
locales pueden aparecer, pero no son indicativas de severidad, por-
que determinar la extensión de la necrosis es poco segura y porque
los cambios morfológicos no son directamente proporcionales al fallo
orgánico.
2. Tardía (pasada la primera semana): las pancreatitis agudas que no se
recuperan presentan cambios morfológicos pancreáticos y peripan-
creáticos, así como complicaciones locales que pueden producir sep-
Figura 53. TC abdominal en fase arterial que demuestra un sis y fallo multiorgánico. El papel del radiólogo es fundamental para el
colangiocarcinoma de gran tamaño diagnóstico de estas complicaciones y planificación del tratamiento.

2. Colangiocarcinoma perihiliar (50%): afecta a la confluencia de los C. Pancreatitis aguda edematosa intersticial (PAEI)
conductos hepáticos izquierdo y derecho en el hepático común. Ante-
riormente conocido como tumor de Klatskin. Lo más frecuente es un Hallazgos en el TC con contraste intravenoso (Figura 54):
patrón de crecimiento periductal-infiltrante. El hallazgo más represen- •• Aumento del tamaño del páncreas difuso o focal.
tativo es una dilatación de los conductos biliares intrahepáticos y un •• Realce, generalmente homogéneo.
engrosamiento de la pared en la confluencia/hilio hepático. •• Tejidos peripancreáticos mal definidos-trabeculación grasa.
3. Colangiocarcinoma distal (40%): al igual que los perihiliares, tienden
a presentar un patrón de crecimiento periductal-infiltrante. Son los
que tienen mejor pronóstico debido a su resecabilidad. Se aprecia un
engrosamiento captante de la pared del colédoco con dilatación retró-
grada de la vía biliar.

2.6. Patología del páncreas

Pancreatitis aguda
Las pruebas radiológicas forman parte de los criterios diagnósticos de pan-
creatitis aguda. Estos son la presencia de, al menos, dos de los siguientes
criterios:
1. Dolor abdominal sugestivo de pancreatitis aguda. Figura 54. TC abdominal que demuestra signos de pancreatitis aguda
2. Niveles de lipasa y/o amilasa en suero por encima de 3 veces su valor edematosa intersticial con un engrosamiento del páncreas (flecha
normal. roja) e inflamación de la grasa peripancreática (flecha blanca)

40
02. Abdomen | RD

Complicaciones de la PAEI D. Pancreatitis aguda necrotizante (PAN)

1. Colecciones agudas peripancreáticas (Figura 55): aparecen en el Se define por la existencia de áreas no perfundidas (necróticas) de al menos
30-40% de los casos en las primeras 4 semanas, generalmente en 3 cm o que afectan al 30% de la glándula. Estas áreas necróticas pueden
menos de 48 horas. Son colecciones de líquido homogéneo, sin pared localizarse en el parénquima pancreático (5%), peripancreáticas (Figura 57)
demostrable y de localización peripancreática. (25%) o en ambos sitios (70%).
2. Pseudoquistes pancreáticos (Figura 56): es la persistencia de las
anteriores más de 4 semanas. Son colecciones de líquido homogéneo
con una pared bien conformada que realza y de localización peripan-
creática (MIR 15-16, 14).

Figura 57. TC que demuestra un páncreas engrosado que realza


(asterisco), sin embargo existen signos de necrosis de la grasa
peripancreática (flechas blancas)

Complicaciones de la PAN

1. Colecciones agudas necróticas (Figura 58): aparecen en las primeras 4


semanas. Son colecciones de líquido heterogéneas, con componente
sólido y tabiques internos, sin pared demostrable y de localización
Figura 55. TC coronal en el que se observa una inflamación del páncreas intra o peripancreática.
(flecha roja) y una colección aguda peripancreática (flecha blanca) 2. Necrosis encapsulada (Figura 59): es la persistencia de las anteriores
más de 4 semanas. Son colecciones de líquido heterogéneas, con com-
ponente sólido y tabiques internos, con una pared bien conformada
que realza y de localización intra o peripancreática.

Figura 58. TC en el que se identifica una pancreatitis necrotizante con


Figura 56. TC coronal en el que se observa un pseudoquiste (flecha ausencia de realce del parénquima hepático (flecha roja) y colecciones
blanca) dependiente de la cabeza del páncreas agudas necróticas peripancreáticas (flecha blanca)

41
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

•• RM:
-- Dilatación del conducto pancreático principal y de sus ramas,
secundarias a la tracción resultante sobre los ductos por la fibro-
sis periductal.
-- Disminución focal o difusa del tamaño de la glándula por la atro-
fia de células acinares.
-- Pérdida de la hiperseñal normal del páncreas en secuencias
potenciadas en T1 por pérdida del contenido proteico en los aci-
nos pancreáticos.
-- Cambios en el patrón de captación normal, con realce heterogé-
neo y disminuido en fase capilar y frecuente captación progre-
siva y tardía reflejando tejido fibroso.

A. Pancreatitis autoinmune

La pancreatitis autoinmune representa el 5-11% de todos los casos de pan-


creatitis crónica. Se divide en dos tipos, sin embargo, no hay diferencias
entre ambos en cuanto a los hallazgos radiológicos. Existen tres formas de
Figura 59. TC que demuestra una sustitución prácticamente completa
del parénquima pancreático por colecciones de necrosis encapsulada presentación:
• • Forma difusa: en la que existe un aumento de tamaño de to-
do el páncreas con un aspecto en salchicha, un estrecha-
Pancreatitis crónica miento del conducto pancreático y de la vía biliar intrapan-
creática, así como un halo periférico que rodea al páncreas
Los hallazgos típicos por pruebas de imagen son: (Figura 61).
•• Ecografía: no es una prueba especialmente sensible, sobre todo en los •• Forma focal: que suele afectar a la cabeza con estrechamiento del
estadios iniciales. conducto pancreático y biliar, y dilatación a nivel de cuerpo y cola. Esta
•• TC: forma es la más importante de reconocer, ya que puede simular un
-- Dilatación del conducto pancreático principal (signo más fre- adenocarcinoma pancreático.
cuente). •• Forma multifocal.
-- Atrofia del parénquima pancreático.
-- Presencia de calcificaciones (hallazgo más específico, casi pa-
tognomónico en TC) (Figura 60).
-- Otros hallazgos: pseudoquistes, áreas de aumento de tamaño
pancreático, dilatación acompañante de vías biliares, altera-
ción de la densidad de la grasa peripancreática o fascias peri-
toneales.

Figura 61. TC que demuestra un páncreas en salchicha típico de la


pancreatitis autoinmune

Tumores quísticos pancreáticos


El 90% de las lesiones quísticas del páncreas son pseudoquistes infla-
matorios, en pacientes con antecedentes de pancreatitis aguda o cró-
nica.
Figura 60. TC en el que se observa un páncreas con dilatación del
Wirsung y calcificaciones parenquimatosas compatible con una El diagnóstico diferencial de las lesiones pancreáticas quísticas más frecuen-
pancreatitis crónica tes se resumen en la Tabla 9.

42
02. Abdomen | RD

Neoplasia Mucinosa Papilar


Cistoadenoma Seroso Cistoadenoma Mucinoso Pseudoquiste
Intraductal
Demografía 75% mujeres 99% mujeres Ligera predominancia en hombres Tras pancreatitis aguda / crónica
Media edad: 75 años (abuela) Media edad: 45 años (madre) Media edad: 65 años (abuelo)
Apariencia Microquístico Macroquístico Macroquístico Unilocular
Localización Cabeza pancreática más frecuente Cuerpo o cola (95%) NMPI del conducto secundario: Cualquier porción
proceso uncinado
NMPI del conducto principal: en
cualquier porción
RM

Tabla 9. Comparación entre las lesiones quísticas más frecuentes en el páncreas

Tumores sólidos pancreáticos -- Irregularidad / deformidad en la pared del vaso.


-- Trombosis vascular, aparición de circulación colateral.

A. Adenocarcinoma ductal

Las técnicas de imagen tienen dos objetivos fundamentales, diagnosticar el


tumor y estadificar la neoplasia localmente y a distancia, para definir aque-
llos tumores potencialmente resecables quirúrgicamente que dependerá
sobre todo de la invasión de estructuras vasculares.

Técnicas de imagen

1. Ecografía: a menudo es la primera prueba que se realiza, sobre todo en


aquellos pacientes que presentan ictericia. Es útil para detectar la dila-
tación del conducto pancreático principal y a veces identificar el tumor.
2. TC: es la técnica de elección, con contraste endovenoso con estudio
dinámico, dos fases, una primera “pancreatográfica” que es una fase
arterial tardía y una segunda fase venosa/portal. Como contraste oral
se debe utilizar contraste hídrico negativo (agua).
3. RM: muestra una sensibilidad similar, pero la mayor resolución espacial y la
mayor disponibilidad de la TC, hace que se utilice como técnica complemen- Figura 62. TC coronal en el que se observa una dilatación del conducto
taria en casos dudosos y atípicos, y en aquellos pacientes alérgicos al yodo. Wirsung (flecha roja) y del colédoco (flecha blanca) con un “stop” brusco
en la papila duodenal en probable relación con un ampuloma
Hallazgos radiológicos
B. Tumores neuroendocrinos
•• Masa hipovascular: el adenocarcinoma pancreático se caracteriza his-
tológicamente por la presencia de un estroma fibroso hipovascular. Se trata de tumores poco frecuentes, representando menos del 5% de todos
Esta característica hace que aparezca como una lesión hipodensa res- los tumores pancreáticos. Se clasifican en funcionantes y no funcionantes,
pecto al parénquima normal al que rodea en la fase pancreatográfica, con hallazgos radiológicos similares.
y en fases tardías sea isodenso o discretamente hiperdenso.
•• Dilatación del conducto Wirsung: a veces es la única manifestación La TC es la primera técnica a realizar ante la sospecha de un tumor neu-
en tumores muy pequeños. El “signo del doble conducto” (Figura 62), roendocrino, realizándose un estudio dinámico. Se caracterizan por realzar
que consiste en la dilatación del Wirsung y del colédoco obliga a des- de forma marcada en fase arterial, debido a su rica vascularización, y fase
cartar una neoplasia de cabeza de páncreas o región periampular en portal aparecen hiper-isodensos respecto la glándula.
ausencia de litiasis (MIR 13-14, 1; MIR 13-14, 2).
•• Criterios de invasión vascular: la TC es la prueba de elección. Los tumores de pequeño tamaño aparecen como lesiones sólidas y homo-
-- Pérdida del plano graso de separación alrededor de los vasos géneas (Figura 63), mientras que los de mayor tamaño presentan áreas de
peripancreáticos (contacto mayor al 50%). degeneración quística-necrosis y calcificaciones.

43
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Patología vascular

A. Infarto esplénico

Es el resultado de la oclusión de una rama arterial esplénica (menos fre-


cuente venosa), las causas más frecuentes son embolias cardiacas, embolias
sépticas, anemia falciforme, pancreatitis o tumores infiltrantes en el hilio
esplénico.

Se diferencian dos fases del infarto:


1. Aguda-subaguda (primeras 2-4 semanas): áreas focales hipodensas
que no captan contraste, bien delimitadas, con morfología triangular o
en cuña con el vértice apuntando al hilio (Figura 65) (MIR 18-19, 19).
2. Crónica: pérdida de volumen con atrofia focal y puede calcificar.
Figura 63. TC en fase arterial en el que se identifica una lesión nodular
hipervascular con centro necrótico (flecha roja) en cola de páncreas
compatible con un tumor neuroendocrino con metástasis hepáticas
también hipervasculares (flechas blancas)

2.7. Patología del bazo

El bazo normal
Radiológicamente el bazo es una estructura homogénea, salvo en estudios
TC y RM con contraste intravenoso en fase arterial en los que muestra un
realce atigrado y se cree que este patrón es debido a las diferentes velocida-
des del flujo en los compartimentos de la pulpa roja.

Tanto en ecografía como en la TC el bazo suele ser isoecoico e isodenso con


el hígado.

Esplenomegalia
Aunque el tamaño esplénico varía de unas personas a otras, el límite más
aceptado son 13 cm de eje longitudinal máximo, 7 cm de ancho y 4 cm de
grosor.

Los hallazgos que sugieren esplenomegalia son (Figura 64):


•• Cualquier dimensión del bazo superior a 14 cm.
•• Polo inferior del bazo por debajo del borde más inferior del hígado o Figura 65. TC abdominal coronal en el que se observa una lesión
del polo inferior del riñón izquierdo (MIR 17-18, 33). hipodensa esplénica bien delimitada con morfología triangular y
vértice apuntando al hilio compatible con un infarto

B. Aneurisma arteria esplénica

Es el aneurisma visceral más frecuente en el abdomen. La mayoría son sacu-


lares y suelen ser secundarios a pancreatitis, traumatismos penetrantes,
úlceras gástricas o embolismos sépticos.

Lesiones focales

A. Lesiones quísticas
Figura 64. Radiografía simple de abdomen en decúbito supino que
demuestra un desplazamiento a caudal de la línea visceral del bazo 1. Quistes “verdaderos”: son congénitos. Similares a los hepáticos.
(línea morada) representando una esplenomegalia 2. Quistes hidatídicos: también similares a los hepáticos.

44
02. Abdomen | RD

3. Abscesos piógenos: la infección focal aislada del bazo es infrecuente,


suele ser resultado de la diseminación hematógena de un foco prima-
rio, siendo más frecuente la endocarditis. Se identifican como masas
con contenido líquido heterogéneo y márgenes irregulares. La visuali-
zación de gas es diagnóstica (Figura 66).

Figura 68. TC abdominal con múltiples lesiones hipodensas bien


Figura 66. TC abdominal en el que se identifica una lesión hipodensa
definidas en el bazo, en relación con un linfoma esplénico B difuso de
densidad líquido (flecha roja) con burbujas de gas (flechas blancas)
células grandes
compatible con un absceso hepático

B. Lesiones tumorales 2.8. Patología del riñón y glándula


1. Hemangioma esplénico: tumoración benigna más frecuente del bazo,
adrenal
pueden ser únicos o múltiples. En los estudios de imagen tienen el
mismo comportamiento que los hemangiomas hepáticos; en ecografía Anomalías congénitas
son hiperecogénicos y bien definidos y en la TC presentan una capta-
ción centrípeta progresiva de contraste (Figura 67).
2. Angiosarcoma: neoplasia muy rara, a pesar de esto es la neoplasia A. Agenesia renal
maligna de origen esplénico más frecuente. Mal pronóstico. Son lesio-
nes heterogéneas sólido-quísticas con áreas de necrosis y hemorragia. La agenesia renal puede ser uni o bilateral. La agenesia puede aso-
3. Linfoma (Figura 68): es el tumor maligno más frecuente en el bazo. ciarse a otras alteraciones como las duplicaciones uterina o vaginal y
Suelen asociarse a adenopatías retroperitoneales y tiene 4 formas de la asociación VACTERL. El riñón único suele presentar una hipertrofia
presentación: compensadora.
-- Esplenomegalia homogénea: típico de linfomas de bajo grado.
-- Masa única de gran tamaño: típico de linfomas de células gran- B. Hipoplasia renal
des.
-- Masas de 2-10 cm: típico de linfomas de células grandes. Riñón pequeño congénito que semeja un riñón normal aunque de menor
-- Nódulos miliares: típico de linfomas de células pequeñas, linfo- tamaño. El riñón contralateral suele presentar una hipertrofia compensa-
cíticos y mixtos. dora.

C. Ectopia renal

•• Ectopia renal simple: es la posición anómala de un riñón sin fusión


con el contralateral. Con más frecuencia se localiza en la zona lumbar,
iliaca o pélvica y está malrotado.
•• Ectopia renal cruzada: el riñón se localiza por completo o predomi-
nantemente en el lado contralateral. El riñón ectópico se localiza por
debajo del riñón contralateral, estando fusionados prácticamente
siempre. Normalmente el riñón inferior está malrotado, mirando
ambas pelvis hacia la línea media.
•• Riñón en herradura: tipo más frecuente de fusión renal y apa-
rece 1/600 nacimientos. Hay una fusión de los polos inferiores
de ambos riñones sobre la línea media por debajo del istmo, que
Figura 67. TC abdominal en fase arterial en el que se observa una normalmente se localiza anterior a la aorta y a la vena cava infe-
lesión con realce arterial periférico compatible con un hemangioma rior (Figura 69).

45
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Figura 69. TC con reconstrucción volumétrica y cortes axiales dónde se identifica un riñón en herradura (flechas blancas). Nótese que cruza anterior a
la aorta (flecha roja) y vena cava inferior (flecha azul)

Enfermedades renales difusas Pielonefritis aguda

•• Ecografía: útil para descartar abscesos, hidronefrosis, pionefrosis o litiasis.


A. Nefrocalcinosis Los riñones pueden ser normales o presentar una pérdida de la diferencia-
ción cortico-medular, o áreas de nefritis hipoecogénicas en el parénquima…
En la mayor parte de los casos el depósito de calcio en el parénquima renal •• TC: al igual que la ecografía es útil para detectar complicaciones. Tras la
es de localización medular. Las causas son: administración de contraste se puede ver un “patrón estriado” con ban-
•• Hiperparatiroidismo (lo más frecuente). das alternantes hiper e hipodensas que pueden simular infartos renales.
•• Acidosis tubular de tipo I.
•• Riñón medular “en esponja” (por estasis urinaria). Pielonefritis xantogranulomatosa

En las pruebas de imagen se identifica calcio en el parénquima medular en Es una complicación poco frecuente, consecuencia de una infección sobrea-
la radiografía simple y la TC y focos hiperecogénicos en la ecografía. ñadida a una obstrucción del tracto urinario de larga evolución.

B. Necrosis cortical renal El riñón se encontrará aumentado de tamaño con múltiples colecciones
fluidas, que se corresponden con cálices dilatados y áreas de parénquima
Hallazgo característico en TC: disminución de la captación de contraste corti- destruidos. En el seno central podrá visualizarse un cálculo coraliforme de
cal con preservación de la captación medular y un fino halo de realce capsular. gran tamaño (Figura 70) (MIR 15-16, 19; MIR 14-15, 24).

C. Necrosis papilar renal

Hallazgo característico en urografía intravenosa/Uro-TC: una cavitación ocu-


pada con contraste que se extiende desde el fórnix hasta la papila acompa-
ñado de deformación calicial.

D. Pielonefritis

En la mayoría de los casos, el diagnóstico de la pielonefritis aguda en adultos


puede basarse en los hallazgos clínicos y pruebas de laboratorio. Los méto-
dos de imagen sólo se reservan para descartar complicaciones:
•• Presencia de síntomas severos o atípicos como: sépsis, hematuria…
•• Pacientes de alto riesgo: inmunodeprimidos, diabetes mellitus, pato- Figura 70. TC coronal que demuestra un riñón derecho con dilatación
logía urológica… de cálices (flechas blancas) y una litiasis en la pelvis (flecha roja)
•• No hay respuesta al tratamiento antibiótico pasadas 72 h. con adelgazamiento cortical en relación con una pielonefritis
•• Sospecha de infección por organismos atípicos: pseudomona. xantogranulomatosa

46
02. Abdomen | RD

Pielonefritis enfisematosa Lesiones quísticas renales


Es una infección necrotizante que se caracteriza por la formación de gas en Se resumen en la Tabla 10.
el parénquima renal o alrededor del mismo. La diabetes mellitus está pre-
sente en el 85-100% de los casos (Figura 71). Tumores renales sólidos
La TC es la técnica de elección para el diagnóstico y determinar la extensión Se resumen en la Tabla 11 (MIR 17-18, 15; MIR 10-11, 23; MIR 10-11, 24).
del gas:
•• Tipo I (seca): 33%. Presencia de gas en el parénquima renal o perirre- Glándulas suprarrenales
nal. Alta mortalidad.
•• Tipo II (húmeda): 66%. Abscesos con gas. Menor mortalidad. Las glándulas suprarrenales son órganos pares retroperitoneales, localiza-
das en el espacio perirrenal, por delante y encima de los riñones. Cada glán-
dula está formada por un cuerpo y dos brazos (medial y lateral). El grosor de
cada brazo no debe ser superior a 5 mm.

La técnica de imagen de elección para el estudio de la patología suprarrenal


es la TC por lo que se deben reconocer las características morfológicas que
sugieren malignidad y la medición de los valores de atenuación en unidades
Hounsfield que van a sugerir benignidad (adenoma < 10 UH).

La RM es otra técnica diagnóstica empleada en la caracterización de las


lesiones suprarrenales, destacando la secuencia fase y fase opuesta para
detectar lípidos intracitoplasmáticos, permitiendo realizar el diagnóstico de
adenoma en los casos en los que la TC no lo ha permitido (Figura 72).

Figura 72. RM de abdomen con secuencias en fase y fase opuesta.


Figura 71. TC abdominal sin contraste en el que se identifica un Lesión nodular en glándula suprarrenal izquierda (flecha negra) que
absceso renal con gas (flecha blanca) y una litiasis de gran tamaño pierde intensidad de señal en fase opuesta, lo que indica contenido
(flecha roja) en relación con una pielonefritis enfisematosa tipo II graso y probablemente un adenoma. Nótese que el hígado también
pierde señal compatible con una esteatosis hepática

Bosniak I Bosniak II Bosniak IIF Bosniak III Bosniak IV

Morfología Quiste mínimamente Quiste complejo Quiste complejo


Quiste simple Carcinoma quístico
complejo indeterminado sospechoso
Septos No Aislados Varios Varios Varios
Grosor septos – 1 mm 2-3 mm 2-3 mm > 3 mm
Calicificaciones No Líneales Groseras Groseras/irregulares Groseras/irregulares
Pared engrosada No No No Sí, nódulo parietal Sí, masa quística/necrótica
Realce No No Mínimo Sí Sí
Manejo Nada Nada Control Cirugía Cirugía
Imagen

Tabla 10. Clasificación Bosniak de las lesiones quísticas renales

47
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Carcinoma renal de Carcinoma de células Carcinoma de células


Angiomiolipoma Oncocitoma
células claras renales papilar transicionales
Morfología Nódulo/masa con grasa Masa con cicatriz fibrosa Lesión cortical exofitica Masa de crecimiento lento Lesión en pelvis renal con
central (< 50% ) hipervascularizada defecto de repleción en fase
escretora
Realce Variable Realce en fase Realce heterogéneo o fase Realce en fase nefrogénica Realce en fase nefrogénica
corticomedular corticomedular
Calcificaciones No No En ocasiones En ocasiones No
Imagen

Tabla 11. Comparación entre los tumores renales sólidos más frecuentes

A. Lesiones suprarrenales más frecuentes

1. Adenoma: valores de atenuación < 10 UH. Lesiones < 4 cm, homo-


géneas, hipodensas, redondeadas de borde lisos y bien definidos con
realce homogéneo (Figura 73) (MIR 17-18, 7).
2. Mielolipoma: son tumores formados por tejido adiposo y elementos
hematopoyéticos en cantidad variable con valores de atenuación < 20
UH. Lesiones redondeadas bien definidas, bordes lisos y a veces con
calcificaciones.
3. Hematoma: valores de atenuación 50-90 UH. Márgenes mal defini-
dos, asociado a sangrado peri suprarrenal, a veces sangrado activo.
4. Feocromocitoma: cuando son < 4 cm son homogéneas, bien delimi-
tadas y cuando > 4 cm se vuelven lesiones heterogéneas, irregulares,
con áreas de necrosis y hemorragia.
5. Carcinoma suprarrenal: hallazgos que sugieren malignidad son lesio-
nes > 5 cm, con bordes irregulares, realce heterogéneo, con necrosis,
calcificaciones, hemorragia y adenopatías.
6. Metástasis: las lesiones malignas más frecuentes y a veces difíciles de
distinguir de los adenomas ya que cuando son pequeñas son lesiones
homogéneas, hipodensas, redondeadas de borde lisos y bien defini-
dos con realce homogéneo (Figura 74). Figura 74. TC abdominal en el que se identifica una lesión suprarrenal
derecha heterogénea compatible con una metástasis de carcinoma
microcítico de pulmón

2.9. Patología de la vía urinaria y


vejiga
Obstrucción del tracto urinario superior
Ante un dolor cólico en flanco, con o sin hematuria, el primer diagnóstico
que se debe considerar es la presencia de una litiasis urinaria. Es importante
disponer de un estudio resolutivo para determinar la presencia o no del cál-
culo y nivel del compromiso obstructivo de la vía, ya que un coágulo ureteral
de origen tumoral puede provocar un dolor similar. Para ello, se dispone de
múltiples técnicas de imagen:
1. Radiografía simple de abdomen: detecta un 60% de los cálculos
renoureterales. Será el método de estudio inicial en pacientes con clí-
Figura 73. Adenoma suprarrenal izquierdo con valor de atenuación nica de cólico nefrítico y más aún si tienen antecedentes de litiasis con
promedio de 1 episodios de dolor similar.

48
02. Abdomen | RD

2. Ecografía: se indica cuando se sospecha cólico nefrítico compli-


cado (fiebre, monorreno, resistente a tratamiento…) y cuando
existe duda diagnóstica de cólico nefrítico con otras patologías
abdominales. Es la técnica de elección en niños y embarazadas
(MIR 13-14, 21; MIR 13-14, 22).
3. TC: tiene una sensibilidad muy alta para la detección de litiasis. Deter-
mina su localización exacta, valora posible edema periuretral y otras
complicaciones asociadas (Figura 75).
4. Urografía intravenosa: está siendo relegada por la mejor precisión de
la TC.

Figura 76. Uro-TC reconstrucción coronal demuestra un defecto de


repleción en el uréter distal izquierdo con leve dilatación proximal del
tracto urinario en comparación con el lado contralateral

Vejiga

A. Patología neoplásica vesical


Figura 75. TC abdominal coronal sin contraste en el que se identifica
una litiasis ureteral derecha obstructiva (flecha roja) con dilatación Los tumores vesicales suponen el 2-6% de todos los tumores, siendo el más
pielocalicial retrógrada. Nótese una litiasis en el grupo calicial inferior frecuente del aparato urinario. Estos tumores pueden ser multicéntricos,
del mismo riñón (flecha blanca) recurrentes y metacrónicos. El más frecuente es el carcinoma de células
transicionales que supone el 90% de las neoplasias vesicales.
Tumores del tracto urinario superior
El papel de las pruebas de imagen:
El tumor más frecuente de vías urinarias es el carcinoma de células transi- 1. Ecografía: es la prueba inicial en la evaluación de la hematuria. Detecta
cionales que supone el 90% de las neoplasias en uréter. La hematuria asin- lesiones polipoideas, pero con una mala identificación de lesiones pla-
tomática debe ser considerada como manifestación de un tumor de la vía nas y mala valoración de la extensión extravesical. La ecografía con
urinaria hasta demostrar lo contrario. contraste (Sonovue) ayuda a diferenciar tumor de coágulos y juega un
importante papel en casos de insuficiencia renal o alergia a contrastes
La TC es la prueba de elección en pacientes con sospecha de carcinoma de yodados (Figura 77).
urotelio del tracto urinario superior y uréter. Los tumores de urotelio se iden- 2. Urografía intravenosa: permite detectar defectos de repleción o ecta-
tifican como una lesión de partes blandas que realzan en la fase nefrográfica. sia ureteral. Desplazada por la Uro-TC.
La lesión engruesa la pared y ocupa la luz de la vía excretora (Figura 76). 3. TC: el protocolo más usado es una adquisición sin contraste, seguido
de una fase portal (máxima captación tumoral a los 60 segundos) y
La TC permite además: una fase de eliminación (a partir de los 2 minutos). Además la TC per-
•• Realizar el estudio de extensión que es muy importante en tumores de mite valorar la extensión locorregional, ganglios linfáticos y buscar
urotelio dada su tendencia a la multicentricidad. otros tumores en la vía urinaria.
•• Diagnóstico diferencial con otras entidades que no realzan como los 4. RM: tiene mayor resolución tisular y mejor valoración de extensión a
coágulos o cálculos no radiopacos. grasa perivesical.

49
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

2.10. Patología de la uretra y próstata

Estenosis uretral

A. Causas

•• Infecciosas: gonococo, condiloma acuminado, tuberculosis.


•• Traumática: es la causa más frecuente en la actualidad. La causa más
frecuente de la estenosis de uretra posterior es la iatrogénica secun-
daria a cirugía de próstata.

B. Radiología

•• Uretrografía retrógrada: técnica de elección para definir la localiza-


ción, longitud y grado de estenosis (Figura 79).
Figura 77. Ecografía vesical donde se aprecia una masa sólida que se
•• Uretrosonografía: la mejor prueba como guía terapéutica.
origina de la pared lateral izquierda y posterior (flechas rojas) compatible
con una neoplasia vesical. Globo de la sonda vesical (flecha blanca)

B. Cistitis

El diagnóstico es clínico y los hallazgos radiológicos inespecíficos. Hay algu-


nos tipos especiales:
•• Cistitis enfisematosa: Se caracteriza por la presencia de gas en la
pared vesical (Figura 78).
•• Cistitis gangrenosa: necrosis de la pared con perforación, fístulas y
colecciones.
•• Tuberculosis vesical: puede producirse con el tratamiento de carci-
noma urotelial con BCG. En fase aguda aparecen masas irregulares o Figura 79. Uretrografía retrógrada que demuestra una leve estenosis
engrosamiento difuso parietal y en fase crónica una vejiga de pequeño uretral (flecha negra)
tamaño con engrosamiento parietal.
•• Cistitis incrustante: causada con mayor frecuencia por Corynebacte- Hipertrofia benigna de próstata
rium urealyticum. Se visualizarán calcificaciones que cubren el urote-
lio, que podrán ser finas y regulares o gruesas e irregulares. La ecografía transabdominal se emplea para valorar el volumen prostático
•• Cistitis eosinofílica: se caracteriza por infiltración de la pared vesical (Figura 80):
por fibrosis y necrosis muscular. La pared puede ser normal o engro- •• Grado I 20-30 cc.
sada con una o varias masas. •• Grado II 30-50 cc.
•• Cistitis rádica: puede desarrollarse cistitis hemorrágica grave con •• Grado III 50-80 cc.
necrosis, incontinencia y formación de fístulas. Suele presentarse •• Grado IV más de 80 cc.
como engrosamiento difuso de la pared asociado a un aumento de la
densidad y trabeculación de la grasa perivesicular.

Figura 78. TC abdominal en el que se observan hallazgos típicos de cistitis Figura 80. Ecografía vesico prostática en posición transversal y
enfisematosa con gas parietal (flecha blanca) e intraluminal (flecha roja) craneocaudal con medidas del tamaño prostático (HBP grado III)

50
02. Abdomen | RD

Cáncer de próstata •• Tardíos (24 h): teste de ecotextura heterogénea secundario a conges-
tión vascular, hemorragia e infarto.
Es el tumor más frecuente en el hombre. El 95% son adenocarcinomas.
Normalmente asintomático (si síntomas: obstrucción e irritación vesical). En
caso de dar metástasis son característicamente osteoblásticas. El enfoque
inicial se basa en una PSA elevada + aumento del tamaño prostático (tacto
rectal).

Por tanto, si los niveles de PSA son > 4 ng/mL o el tacto rectal es positivo se
indica biopsia de próstata que se realiza por vía transrectal, con muestras
aleatorias en ambos lados de la zona periférica de la próstata y si es posible
también la zona transicional.
Figura 82. Ecografía testicular que muestra un teste derecho
A. Técnicas de imagen aumentado de tamaño, homogéneo, sin vascularización en el Doppler
color compatible con una torsión testicular
La RM de próstata está indicada en:
•• Pacientes con PSA elevada y biopsias previas negativas. B. Epididimitis/orquiepididimitis
•• Pacientes con PSA elevada y riesgo clínico de cáncer de próstata previo
a biopsia. Es la primera causa de dolor testicular agudo en post puberales. Se da prin-
•• Pacientes previamente tratados y con signos de recidiva bioquímica cipalmente entre los 40-50 años.
(aumento PSA).
Hallazgos ecográficos (Figura 83):
La RM permite localizar el cáncer de próstata agresivo, según la localización •• Aumento del tamaño y grosor del epidídimo (que se suele iniciar en
anatómica de la lesión y su comportamiento en las distintas secuencias, la cola del epidídimo para extenderse posteriormente a todo el epi-
sobre todo T2, difusión y poscontraste (Figura 81). dídimo), el cual se encontrará hipoecoico y heterogéneo (debido a la
presencia de hemorragia y edema).
•• Aumento del flujo sanguíneo en el epidídimo que se verá con el
Doppler.
•• Hidrocele reactivo.

Figura 81. RM de próstata con secuencias de difusión y poscontraste.


Se identifica un área en el margen posterolateral izquierdo de la
próstata que presenta restricción a la difusión (flecha roja) y captación
de contraste (flecha blanca) sugestivo de carcinoma prostático

2.11. Patología escrotal

Patología escrotal aguda


Figura 83. Ecografía testicular donde se aprecia un marcado aumento
A. Torsión testicular de tamaño del epidídimo (flecha blanca) con un aumento difuso de la
vascularización en el Doppler color tanto en el teste (flecha negra) y
epidídimo compatible con una orquiepididimitis
Es una patología que se da principalmente en niños y es la causa de dolor
testicular agudo más frecuente en niños. Es la causa de dolor testicular
agudo más importante a detectar con rapidez debido a la necesidad de un Complicaciones:
tratamiento precoz para preservar la viabilidad y la función testicular. En el •• Infartos: se reflejan como un área hipoecoica y triangular con el vér-
90% de los casos la torsión en “intravaginal”. tice hacia el mediastino.
•• Abscesos: áreas hipoecoicas intratesticulares, con paredes irregulares
Hallazgos ecográficos: y ecos internos.
•• Precoces (4-6 h): ecografía puede ser normal o haber hallazgos ines- •• Pioceles: ocasionados por ausencia de tratamiento o por ruptura de
pecíficos como un aumento del tamaño testicular con ecogenicidad un absceso intratesticular. Se verán como hidroceles complejos con
normal (Figura 82). loculaciones y tabiques (Figura 84).

51
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Figura 85. Ecografía testicular en transversal y craneocaudal donde se


visualiza una lesión focal hipoecogénica testicular, muy sugestivo de
tumor testicular

B. Calcificaciones

•• Microlitiasis testicular: se define como una imagen de 5 microcálcu-


los o más en uno o ambos testículos. Ecográficamente se identifican
Figura 84. Ecografía testicular que demuestra un teste desestructurado como focos puntiformes hiperecoicos sin sombra posterior. Suelen ser
(flecha negra) y comprimido por una colección hipoecogénica un hallazgo casual y no hay evidencia de que constituyan una situación
heterogénea con septos (flecha negra) en relación con un piocele premaligna (Figura 86).
•• Macrocalcificaciones:
-- Extratesticulares: en el epidídimo son secundarias a tuberculo-
C. Traumatismo testicular sis o traumatismo. En el escroto se llaman “perlas escrotales o
escrotolitiasis” y derivan de apéndices testiculares torsionados,
Es la tercera causa más frecuente de dolor escrotal agudo. La causa sin relevancia clínica.
más frecuente es el golpe directo. Las manifestaciones más frecuentes -- Intratesticulares: pueden derivar de tumores de células de Ser-
son: toli o de células germinales.
•• Hematoma escrotal: sangre en el interior de la pared escrotal.
•• Hematoma del cordón testicular: es más frecuente en pacientes
sometidos a cirugía de una hernia inguinal.
•• Hematocele: colección de sangre localizada entre las capas de la
túnica vaginalis.
•• Fractura: es una discontinuidad del parénquima testicular. En la eco-
grafía la línea de fractura se identifica como un área hipoecogénica y
avascular.
•• Rotura: se produce hemorragia y extrusión del contenido testicular al
saco escrotal.

Patología escrotal no aguda

A. Tumores escrotales Figura 86. Ecografía testicular donde se identifican imágenes


puntiformes ecogénicas sin sombra acústica en relación con
El carcinoma testicular es la lesión maligna más frecuente en niños y hom- microlitiasis testicular
bres jóvenes de entre 15 y 34 años, aunque es un tumor relativamente raro
que sólo representa el 1% de los tumores malignos en varones.
Preguntas

La ecografía la primera técnica diagnóstica para investigar las lesiones testi- MIR MIR 18-19, 15, 19
MIR 17-18, 7, 15, 33
culares. La función de la ecografía es: MIR 16-17, 11, 13
1. Descartar una estructura normal que simule patología. MIR 15-16, 11, 13, 14, 19
2. Determinar si la lesión es intra o extratesticular. Su sensibilidad MIR 14-15, 5, 6, 24
para diferenciar entre intra y extra testicular es del 95-100%. Si MIR 13-14, 1, 2, 21, 22
MIR 12-13, 3, 4, 5, 6
una lesión es intratesticular es maligna mientras no se demues-
MIR 11-12, 1, 2
tre lo contrario y ocurre lo contrario con las extratesticulares
MIR 10-11, 1, 2, 3, 4, 23, 24
(Figura 85). MIR 09-10, 1, 2
3. Caracterizar la lesión, diferenciar tumor sólido de quístico.

52
02. Abdomen | RD

Ideas

C l ave
 Una imagen en pila de monedas en una radiografía de abdomen en membranas germinativas despegadas. La periquística puede realzar y
bipedestación es muy sugerente de obstrucción intestinal. con el tiempo calcificar.

 Una masa concéntrica que engrosa la pared del colon produciendo es-  El “signo del doble conducto” que consiste en la dilatación del Wirsung y
tenosis es un adenocarcinoma de colon. del colédoco obliga a descartar una neoplasia de cabeza de páncreas o
región periampular en ausencia de litiasis.
 Los signos de colecistitis aguda en ecografía son: presencia de colelitia-
sis, engrosamiento parietal > 4 mm, aumento del diámetro longitudinal  La esplenomegalia se define como cualquier dimensión del bazo supe-
> 10 cm, líquido perivesicular o signo de Murphy ecográfico positivo (el rior a 14 cm o que el polo inferior del bazo quede por debajo del borde
más importante). más inferior del hígado o del polo inferior del riñón izquierdo.

 Un quiste hidatídico es un quiste con una pseudocápsula periférica (pe-  Una lesión renal cortical exofítica hipervascularizada es compatible con
riquística) y con un contenido variable con vesículas hijas periféricas y un carcinoma renal de células claras.

53
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Casos

C l í n i co s
hipoatenuación que permite mejor visualización de la lesión. Esta fase es
adquirida 25 segundos después de la inyección del medio de contraste in-
travenoso. Permite la evaluación adecuada de los sistemas arterial y veno-
so mesentérico para la detección de invasión vascular.

Los cambios secundarios observados en la neoplasia pancreática incluyen


dilatación del conducto de Wirsung, signo del doble conducto por dilata-
ción simultánea de los conductos de Wirsung y colédoco, cambios atróficos
del parénquima pancreático distal a la obstrucción, efecto de masa o defor-
midad del contorno de la glándula o interrupción abrupta.

En las imágenes de este estudio se identifica una masa pancreática hipo-


densa (flecha roja) que rodea parcialmente la arteria mesentérica superior.

Hombre de 40 años sin antecedentes de interés. Desde hace 4 semanas, re-


fiere cuadro de deposiciones diarreicas, asociado a ictericia de piel y mucosas,
coluria, hipocolia y dolor en hipocondrio derecho, acompañado de pérdida de
peso (10 kg apróx.) y prurito intenso. En la analítica destaca: bilirrubina total:
15,3 mg/dl. Alanina-aminotransferasa: 70 U/l Aspartato-aminotransferasa: 85
U/l. Serología para hepatitis negativa y elevación del CA 19-9. Se realiza TC
abdominal. Se muestran 3 secciones axiales. En relación a los hallazgos de la
prueba radiológica, ¿cuál de las siguientes afirmaciones es cierta? Esta lesión corresponde muy probablemente a una neoplasia pancreática,
1) Se observa una masa tumoral en cabeza de páncreas que condiciona di- sobre todo debido a su localización (centrado en la cabeza pancreática)
latación biliar y ductal compatible con adenocarcinoma. y por otro hallazgo clásico de carcinoma de páncreas que es la dilatación
2) Presencia de engrosamiento difuso del páncreas con Wirsung arrosaria- de los conductos pancreático principal (flecha amarilla) y colédoco (flecha
do compatible con pancreatitis linfoplasmocitaria. azul), el signo del doble conducto.
3) Se identifica una masa tumoral en infundíbulo vesicular compatible con
adenocarcinoma vesicular.
4) Se observan voluminosas adenopatías tumorales en hilio hepático que
producen dilatación de la vía biliar.
5) Presencia de múltiples lesiones focales hepáticas sólidas compatibles
con metástasis hepáticas difusas.
RC: 1

En el paciente anterior ¿cuál de los siguientes tratamientos está indicado?


1) Drenaje biliar por vía endoscópica retrógrada y quimioterapia sistémica.
2) Duodenopancretectomía cefálica con resección vascular.
3) mbolización hepática con esferas cargadas de quimioterapia. En la pregunta 1, la respuesta correcta es la 1 ya que efectivamente lo que
4) Drenaje biliar transparieto-hepático y quimioterapia sistémica. se observa en la imagen es una lesión en la cabeza del páncreas con dila-
5) Tratamiento con corticoides. tación de ambos conductos. La respuesta 2 es falsa ya que no observamos
un engrosamiento del páncreas, la respuesta 3 también es falsa porque
RC: 2 no existen lesiones vesiculares. En cuanto a la respuesta 4 podrían exis-
tir dudas de que correspondiesen a adenopatías hiliares, pero raramente
Las imágenes corresponden a una TC de abdomen en fase arterial tardía. condicionarían dilatación del conducto pancreático. Finalmente, las imá-
Sabemos que está en fase arterial tardía ya que sólo existe realce de la genes hipodensas observadas en el parénquima hepático corresponden a
cortical de los riñones, el bazo aún presenta un realce heterogéneo y se ven los conductos biliares dilatados y no a lesiones focales (respuesta 5 falsa).
tanto venas suprahepáticas como venas portales. La fase arterial tardía
corresponde a la llamada fase pancreática en donde existe el mayor real-
ce del parénquima pancreático. En esta fase los tumores pancreáticos son En la pregunta 2, la respuesta correcta es la 2 ya que el tratamiento de
más visibles debido a que la mayoría son hipovasculares y ello contribuye elección de los carcinomas de cabeza pancreática es la duodenopancrea-
a maximizar la diferencia en la atenuación entre el tumor y el parénquima tectomía cefálica y la resección vascular probablemente sea debido a que
pancreático, aunada a la proliferación fibroblástica que crea un patrón de la lesión rodea más de 50% de la arteria mesentérica superior.

54
Neurorradiología

03 ORIENTACIÓN MIR
Amplísima subespecialidad dentro de la radiología que se encarga del diagnóstico de las
enfermedades neurológicas y neuroquirúrgicas.
De cara al MIR las preguntas suelen ser de la sección de ictus, tanto hemorrágico como isquémico.
Otros temas preguntados pero de importancia menor sería el diagnóstico diferencial de las LOE
cerebrales o la esclerosis múltiple.
Casi todas las técnicas de imagen más novedosas se aplican en neurorradiología por lo que
veréis muchos conceptos novedosos. El objetivo es que conozcáis que existen más que saber
manejarlas de manera precisa.
3.1. Generalidades
En el presente capítulo se pretende dar una noción básica del abordaje Normal
radiológico de las principales patologías involucradas en el sistema nervioso CBF 50-80 ml/100 g/min
central (SNC). El objeto es ayudar al estudiante MIR a reconocer los diferen-
Oligohemia
tes patrones radiológicos y poder correlacionarlos con sus correspondientes CBF 20-50 ml/100 g/min
enfermedades, y de esta manera facilitar la aproximación diagnóstica a una
hipotética pregunta MIR. Penumbra
10-20 ml/100 g/min
Se abordarán las principales enfermedades de las patologías isquémica,
Infarto (no viable)
hemorrágica, infecciosa, inflamatoria y tumoral. CBF < 10 ml/100 g/min

Figura 1. Valores de flujo cerebral


3.2. Patologías isquémicas
Clasificación:
La palabra ictus o stroke hace referencia a un síndrome clínico que •• Según tiempo de evolución de los síntomas:
implica la presencia de un déficit neurológico focal o global de instaura- -- Accidente isquémico transitorio (AIT): la definición clásica refiere
ción súbita, de etiología presumiblemente vascular (isquémica o hemo- la presencia de síntomas neurológicos focales de presunto ori-
rrágica). gen vascular se resuelven completamente en menos de 24 h.
Actualmente, se considera un AIT a aquellos casos con duración
Se puede dividir dos categorías de ictus: breve (menor de una hora) y sin lesión isquémica demostrable
•• Ictus isquémico: 80%. en estudios de imagen. En caso de presencia de lesión demos-
•• Ictus hemorrágico: 20%. trable se considera un ictus minor.
•• Según mecanismo:
En este apartado se hace referencia al ictus isquémico. -- Oclusión de gran vaso (15-20%).
-- Pequeño vaso (20-25%).
Ictus por oclusión arterial -- Cardioembolismo (30%).
-- Etiología múltiples o indeterminadas (35%).
Es la principal causa de invalidez permanente a nivel mundial y la tercera •• Según topografía:
causa de mortalidad. El reconocimiento del ictus isquémico agudo es una -- Circulación anterior.
urgencia médica vital dado que el pronto reconocimiento y manejo de dicha -- Circulación posterior.
enfermedad brinda a un número significativo de pacientes la posibilidad de -- Lacunares.
minimizar daños y ser independientes. -- Territorios fronteras/limítrofes.

Fisiopatológica: la presencia de una oclusión arterial condiciona una Código ictus: protocolo estandarizado de actuación médica mediante el
disminución de flujo sanguíneo cerebral (FSC: valores normales entre cual la sospecha clínica de una posible oclusión vascular arterial tiene a rea-
los 70 y 90 ml/100 gr de tejido cerebral/min) en el territorio afecto. lizar una rápida detección, tratamiento y control del paciente afecto.
Una disminución por debajo de 50 ml/100gr/min pone en riesgo el
tejido cerebral (territorio en oligohemia “benigna” con umbral entre Objetivo de la neurorradiología diagnóstica en el Código ictus:
los 20 y 50 ml/100 gr/min y territorio de penumbra con alto riesgo de •• Excluir sangrado (permite administrar tratamiento fibrinolítico inme-
infarto en caso de no reperfusión con umbral entre los 10 y 20 ml/100 diato para intentar recanalizar el vaso ocluido).
gr/min). Este territorio en penumbra puede recuperarse si se actúa de •• Valorar grado de afectación de territorio ocluido: en territorio anterior
manera rápida y efectiva mediante la recanalización del vaso ocluido. escala ASPECT.
En caso de persistir dicha oclusión y el FSC caer por debajo de los 10 •• Demostrar oclusión arterial: signo indirecto de arteria cerebral media
ml/100 gr/min aparece el infarto cerebral (core o núcleo del infarto) hiperdensa en TC basal o mediante realización de angio-TC demos-
(Figura 1). trando oclusión arterial.

55
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

•• Valoración de colaterales, territorio en riesgo (penumbra), volumen de Caso representativo


infarto: de valor pronóstico y para incluir pacientes con horario de inicio
incierto y de más de 6 h de evolución desde el comienzo de los síntomas. Paciente de 75 años con dificultad para mover mano y pierna izquierdas,
desviación de la mirada hacia la derecha y desviación de comisura bucal,
A. Semiología radiológica objetivada por su hija durante el desayuno (8.30 h). Avisa al servicio 112
quien confirma los hallazgos y activa Código ictus ante la sospecha de oclu-
Tanto el TAC como la RM pueden utilizarse como métodos de imagen iniciales sión vascular, siendo el paciente trasladado al hospital de referencia más
para el manejo de pacientes con ictus; no obstante existe mayor utilización cercano (llegada al hospital a las 9.35 h; puntuación en escala NIHSS 18 pun-
de la TC en la práctica clínica diaria por su disponibilidad, rapidez y sencillez. tos). Tras triage se realiza TC craneal (9.52 h).

Tomografía computarizada (Figura 2 y Figura 3)


A B

A B

Figura 4. A: se identifica hiperdensidad de ACM derecha; B: se


identifica borramiento de cabeza de núcleo caudado y núcleo
lenticular derechos (ASPECT 8 puntos)

Ante la ausencia de sangrado y evolución clínica menor a 4,5 h se


Figura 2. A y B: TC con los 10 territorios de la escala ASPECT (Alberta procede a administrar tratamiento fibrinolítico (el tratamiento fibrino-
Stroke Program Early CT Score). Un ASPECT de 10 puntos hace referencia lítico endovenoso ha de administrarse dentro de las primeras 4,5 h,
a una buena diferenciación sustancia gris-sustancia blanca y presencia período donde ha mostrado ser efectivo; posterior a dicho período no
de adecuada diferenciación de ganglios basales, indicando mejor
está indicado), y se realiza Angio-TC confirmando oclusión arterial en
pronóstico y menor riesgo de transformación hemorrágica. Un ASPECT
de 0 puntos implica pérdida completa de la diferenciación sustancia segmento M1 proximal de la ACM derecha (Figura 5) (MIR 17-18, 19;
gris-sustancia blanca con borramiento de ganglios de la base y por tanto MIR 16-17, 28).
implica mal pronóstico y alto riesgo de transformación hemorrágica

Figura 3. TC basal sin contraste en paciente con clínica de ictus Figura 5. Angio-TC muestra oclusión de la ACM derecha (flecha)
hemisférico derecho, identificando el signo de arteria cerebral media
hiperdensa (flecha). Este signo se encuentra presente en el 50% de
los casos de oclusión de gran vaso, y significativa trombosis de la Se activa rescate endovascular para trombectomía mecánica bajando el
arteria hiperdensa visualizada. Nota: en pacientes de mayor edad paciente a sala de angiografía. Nota: el tratamiento fibrinolítico i.v. y la
con ateromatosis calcificada de arterias intracraneales dicho signo trombectomía mecánica han mostrado ser efectivas de manera conjunta en
radiológico ve marcadamente disminuida su sensibilidad comparación al tratamiento médico aislado.

56
03. Neurorradiología | RD

A B C

Figura 6. A: serie angiográfica desde ACI derecha donde se identifica oclusión de ACM derecha en su segmento proximal (flecha); B: técnica
combinada de trombectomía mecánica donde se identifican stentretriever (flecha blanca) y catéter de aspiración (flecha azul); C: serie angiográfica
post-trombectomía con apertura completa de todos los vasos de la ACM derecha. Paciente con mejoría clínica y ranking funcional modificado de 2
ptos a los 3 meses (paciente independiente para funciones diarias habituales).
Nota: la trombectomía mecánica ha demostrado ser efectiva dentro de las primeras 6 h desde el inicio de los síntomas, pudiendo realizarse también
en seleccionados pacientes hasta las 24 h de comenzado los síntomas (nivel de evidencia 1-A)

con TAC sin contraste, mediante la presencia de aumento de densidad de


Trombosis venosa cerebral (TVC) los senos (trombo en fase aguda), pudiendo identificar en esta fase el signo
radiológico del “triángulo denso” que hace referencia a la trombosis del
Es una causa infrecuente de ictus (menor del 1%). Se caracteriza por la pre- seno longitudinal superior o el “signo de la cuerda” que hace referencia a
sencia de oclusión en el sistema de drenaje venoso cerebral, el cual dada su la trombosis de una vena cortical, Los trombos en fase subaguda-crónica
extensión y variabilidad condiciona una clínica inespecífica que dificulta el disminuyen su densidad dificultando su visualización. La sensibilidad del
diagnóstico. Si bien lo hemos incluido en el apartado de patologías isquémi- TAC simple es menor que la RM para la detección de trombosis venosas; no
cas, no es poco frecuente que un infarto venoso derive en transformación obstante la sensibilidad del TAC aumenta tras la administración de contraste
hemorrágica. i.v. (adquisiciones en fases venosas) poniendo de manifiesto el defecto de
repleción (signo del delta vacío). En RM no tenemos el artefacto óseo de la
Anatómicamente se puede dividir al sistema venoso en superficial (venas calota craneal y disponemos de secuencias específicas para detectar hemo-
corticales) que drenan la corteza y región cortico-subcortical hemisférica siderina.
supra e infratentorial, y el sistema venoso profundo (venas profundas) que
drenan la sustancia blanca profunda, ganglios de la base y tronco del encé- Nota: la venografía con angio-TC es igual de sensible y específica que la
falo. Dichos sistemas drenan en los senos venosos (sagital superior, sagital venografía por RM y la arteriografía para detección de TVC.
inferior, transversos, sigmoideos), colectores finales del flujo venoso cere-
bral, hacia las venas yugulares internas y posteriormente la aurícula derecha. Tomografía computarizada

Las causas de oclusión venosa pueden ser obstructivas (estenosis, tumores),


traumáticas, infecciosas y estados de hipercoagulabilidad.

Fisiopatológicamente la presencia de oclusión venosa condiciona dificultad


del retorno venoso con la consecuente congestión cerebral y por tanto pre-
sencia de edema vasogénico (hiperintensidad de señal T2 sin restricción de
señal en difusión), pudiendo derivar en infarto cerebral/edema citotóxico
(hiperintensidad de señal T2 con restricción de señal en difusión) y en pro-
bable transformación hemorrágica como resultado final.

Las manifestaciones clínicas son muy variables dependiendo de la extensión


y localización de la oclusión y de las colaterales venosas. Así, se puede tener
ausencia de repercusión clínica, cefalea (síntoma más frecuente aunque ines-
pecífico, presente en el 85% de los casos) focalidad neurológica focal, epilep-
sia, hipertensión intracraneal (papiledema presente en el 50%), o coma.

La localización de oclusión más frecuente es el seno longitudinal superior (60%).

A. Semiología radiológica Figura 7. TC sin contraste i.v. donde se identifica hiperdensidad del
seno longitudinal superior visualizada como el signo del triángulo
Por norma general la primera exploración radiológica será una TAC. Úni- denso (flecha). También identificamos transformación hemorrágica
camente en el 20% de los casos es posible diagnosticar trombosis venosa lobar frontal izquierda secundaria a dicha trombosis

57
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Resonancia magnética

A B C

D E F

Figura 8. A: izquierda: secuencias axiales T1 sin contraste; derecha: hiperintensidad de señal en seno longitudinal superior;
B: hiperintensidad de señal en senos transversos; C: hiperintensidad de señal en golfo de la vena yugular interna izquierda. D, E, F: secuencias
T1 post-administración de contraste en fase venosa ponen de manifiesto la presencia trombosis en senos longitudinal y transverso; D: signo
de delta vacío (flecha); E: senos transversos trombosados; F: reconstrucción sagital donde se muestra la extensión de la trombosis en el seno
longitudinal superior (flechas)

Caso representativo A. CADASIL (cerebral autosomal dominant


arteriopathy with subcortical infarcts and
Paciente de 38 años con cefalea de intensidad moderada holocraneal no leukoencephalopathy)
específica de una semana de duración, pudiendo asociar o no focalidad
neurológica (parestesias, paresias, o pares craneales). En ciertos casos
pueden referir alteración visual si se encuentra comprometido senos Como su nombre indica, representa una enfermedad de base genética
cavernosos. Como dato relevante tener presente si en la información (mutaciones NOTCH3 en el cromosoma 19) caracterizada por migrañas con
clínica nos ponen como dato la presencia de coagulopatías y/o toma de aura y accidentes cerebrovasculares isquémicos transitorios recurrentes
anticonceptivos, estos datos que deben hacernos sospechar trombosis (AIT de repetición) y en fases avanzadas alteraciones de comportamiento y
venosas. demencia. La enfermedad suele comenzar en la tercera-cuarta década de la
vida e ir progresando paulatinamente.
Enfermedades no ateroscleróticas no
hipertensivas Semiología radiológica

Los hallazgos típicos radiológicos requieren realización de RM cerebral,


En este apartado se agrupan las entidades que pueden causar ictus isqué- donde se identifican lesiones hiperintensas en T2 y FLAIR afectando funda-
micos y no están asociadas a causas arterioescleróticas ni cardioembólicas. mentalmente sustancia blanca subcortical en polos temporales y cápsulas
Se presenta una breve descripción de la enfermedad de CADASIL y de la externas de manera bilateral simétrica, y conforme avanza la enfermedad
enfermedad de Moya-Moya. se extiende a otros territorios.

58
03. Neurorradiología | RD

Resonancia magnética Resonancia magnética

A B C
A B C

Figura 9. Secuencias axiales FLAIR de RM cerebral; A: lesiones


hiperintensas en sustancia blanca periventriculares y subcorticales
hemisféricas supratentoriales bilaterales; B: afectación típica de
cápsulas externas (flechas); C: afectación de polos temporales (flecha) Figura 11. A: secuencia de angio-RM TOF donde se identifica
ausencia de visualización de ambas ACM; B y C: secuencias axiales
Caso representativo FLAIR donde se identifica hiperintensidad de señal espontánea
por flujo lento en relación con presencia de colaterales “signo de
la hiedra” (flechas)
Paciente joven con ictus isquémicos de repetición (AIT de repetición) con
afectación de polos temporales y cápsulas externas deben hacer sospechar
este diagnóstico. Caso representativo

B. Enfermedad de Moya-Moya Si nos presentan un caso de un niño o joven con AIT de repetición, con
estenosis y/o oclusiones arteriales en segmentos terminales de ACI intracra-
Enfermedad oclusiva progresiva crónica de base genética, con prevalencia neales o segmentos proximales de ACM o ACA, de origen asiático, pensar en
de países asiáticos, que afecta a los segmentos terminales de ambas arterias enfermedad de Moya-Moya.
carótidas internas intracraneales (ACI) y segmentos proximales de las arterias
cerebrales medias (ACM)y cerebrales anteriores (ACA) de causa no arterioescle-
rótica, condicionando el desarrollo de colaterales de arterias lenticuloestriadas 3.3. Patologías hemorrágicas
(dan el nombre de Moya-Moya que en japonés significa “bocanada de humo”),
colaterales desde arterias carótidas externas y desde ramas leptomeníngeas. Representan el 15-20% aproximadamente de todas las causas de ictus/
stroke y hace referencia a la presencia de sangrado en el espacio extra-
Afecta a niños y pacientes jóvenes, con inicio de clínica frecuentemente vascular. La clasificación más sencilla y práctica es la clasificación ana-
antes de los 20 años, caracterizado por AIT de repetición e infartos cerebra- tómica en función de la localización del punto de sangrado, pudiendo
les, llevando a un deterioro cognitivo temprano. dividirlas en intraaxiales (intraparenquimatosa) y extraaxiales (hemo-
rragia subaracnoidea, hematoma subdural y hematoma epidural). El
Semiología radiológica sangrado dentro del sistema ventricular también es considerado un san-
grado extraaxial.
El diagnóstico se establece con secuencias de angio TC/angio RM y/o angio-
grafía convencional, donde se muestran la estenosis/oclusiones arteriales y Hemorragia intraparenquimatosa
el desarrollo de colaterales. Un signo radiológico a conocer es la hiperinten-
sidad de señal espontánea en T2/FLAIR por flujo lento de las arterias cola- Hace referencia a la acumulación de sangre en el interior del parénquima
terales piales y se conoce con el nombre del signos de la hiedra (¨ivy sign¨). cerebral y por tanto se considera un sangrado intra axial o intraparenqui-
matoso.
Arteriografía
Existen múltiples etiologías (traumática, aneurismática, hipertensiva,
transformación hemorrágica sobre lesión isquémica, causa oclusiva
A B venosa, tumoral) y diferentes localizaciones (ganglios de la base, lobares,
tronco del encéfalo, cerebelosas) de hemorragia intraparenquimatosas.
A modo de simplificar dicho tema se puede decir que las hemorragias
de origen hipertensivo suelen afectar con mayor frecuencia a ganglios
de la base, tálamos, cerebelos y región del tronco encefálico; en tanto la
hemorragia lobar suele estar asociada con mayor frecuencia con angio-
patía amiloidea.

A. Semiología radiológica
Figura 10. A: serie angiográfica desde ACI derecha donde se objetiva
estenosis de arteria carótida interna derecha intracraneal en
Existen dos entidades cuya semiología radiológica permite hacer una apro-
segmentos cavernoso y terminal (flechas) con desarrollo de arterias
lenticuloestriadas hipertróficas “signo de bocanada de humo” (flecha ximación diagnóstica relativamente certera, y son la angiopatía hipertensiva
azul); B: serie angiográfica desde AV izquierda que muestra colaterales vs. angiopatía amiloidea cerebral (AAC). En la Tabla 1 se exponen las prin-
leptomeníngeas rellenando territorios de ACM cipales diferencias.

59
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Hemorragia HTA Hemorragia en AAC

Diurna Nocturna

Hemisférica profunda, g. Base, TE, cerebelo, intraventricular Lobar, sulcal superficial, subaracnoidea. Raramente en g. Base, cerebelo y TE

Relación con FRCV No relación con FRCV

Lipohialinosis y necrosis fibrinoide de arterias perforantes lenticuloestriadas Depósito de amiloide en vasos de pequeño-mediano calibre en córtex y
leptomeninges
Tabla 1. Principales diferencias entre hemorragia HTA y hemorragia en AAC

Tomografía computarizada (Figura 12) Si bien la principal y primera prueba diagnóstica ante una hemorragia intra-
craneal suele ser la TC, para llegar a un diagnóstico diferencial más exacto
entre ambas etiologías suele requerirse realizar una RM cerebral incluyendo
A B
secuencias de gradiente (T2*) y/o susceptibilidad magnética (SWI) cuya
especificidad para detectar productos de degradación de la hemoglobina
las convierte en imprescindibles para valorar la presencia de microsangra-
dos.

Resonancia magnética

Figura 12. A: TC craneal con ventana de partes blandas donde se


identifica colección hiperdensa focal intraaxial talámica derecha,
sugestiva de sangrado intraparenquimatoso agudo; B: TC craneal con
ventana de partes blandas donde se identifica colección hiperdensa
talámica izquierda abierta sistema ventricular

Caso típico

Pensar en hematoma hipertensivo ante la presencia de sangrado en gan-


glios de la base, tálamo, cerebelo o tronco del encéfalo, en paciente con
antecedentes de hipertensión arterial crónica o con hipertensión arterial a
su ingreso en urgencias (MIR 10-11, 15). B

Figura 14. Secuencias de RM cerebral eco de gradiente en paciente


con hematoma lobar temporal basal izquierdo (flecha roja), signos de
HSA en surcos de ambas convexidades cerebrales (flechas blanca) y
depósitos de microsangrados subcorticales lobares bilaterales (flechas
azules) en paciente con AAC

Hematoma subdural
Hace referencia a la acumulación de sangre entre las láminas meníngeas
externa (duramadre) y media aracnoides).

Figura 13. TC con ventana de partes blandas donde se objetiva Su etiología puede ser traumática (puede aparecer con traumatismos de
colección hiperdensa intraparenquimatosa lobar frontal izquierda menor energía que el epidural) o sin traumatismo aparente (espontáneos).
sugestiva de hemorragia intraparenquimatosa aguda en paciente sin Este último es más frecuente en pacientes mayores (antecedentes de anti-
antecedentes de HTA, sospechar AAC
coagulación habitualmente presentes). El origen del sangrado se postula

60
03. Neurorradiología | RD

como de posible etiología venosa por rotura de los puentes venosos del Tomografía computarizada
espacio subdural.
A B
A. Semiología radiológica

La morfología típica es cóncava en semiluna, no respeta suturas craneales y


salvo que presenten un gran volumen no suele asociar efecto de masa signi-
ficativo. La localización más frecuente es la región frontoparietal y frecuen-
temente son unilaterales, con excepción de los niños donde en el 75% de los
casos suele ser bilateral y estar asociados a traumatismos (MIR 15-16, 24).

Tomografía computarizada

A B

Figura 16. A: TC con ventana de partes blandas donde se identifica


colección extraaxial hiperdensa (blanca) frontal derecha, con unidades
Hounsfield comprendidas entre 60 y 120, morfología lenticular y
leve efecto de masa subyacente, en relación con hematoma epidural
agudo; B: TC con ventana ósea donde se identifica línea de fractura
frontal derecha (flecha) secundaria a traumatismo y causa del
sangrado epidural

Caso típico

Pensar en hematoma epidural ante las características radiológicas des-


Figura 15. A: TC con ventana de partes blandas donde se objetiva
colección extraaxial frontoparietal izquierda, hiperdensa (blanca), con critas en el contexto clínico de un traumatismo (usualmente pacientes
unidades hounsfield entre 60 y 120, morfología cóncava, sugestiva de jóvenes con accidentes de moto, coche, balconing) con pérdida de cons-
corresponder con hematoma subdural de aspecto agudo (flecha); B: ciencia.
TC craneal con ventana de partes blandas donde se objetiva colección
extraaxial frontoparietal izquierda (flecha azul), isodensa en relación con la Hemorragia subaracnoidea
corteza gris cerebral (con unidades Hounsfield entre 30 y 60), morfología
cóncava, en relación con hematoma subdural de aspecto subagudo-
Hace referencia al acumulo de sangre en el espacio subaracnoideo, entre las
antiguo (cuanto más antiguo más hipodenso y con menor valor en las UH).
láminas meníngeas interna (piamadre) y media (aracnoides).
En el presente caso el volumen del hematoma es considerable provocando
efecto de masa sobre el parénquima cerebral subyacente (flecha blanca)
Su etiología frecuentemente es la rotura aneurismática, pudiendo existir
Caso típico también otras causas (traumáticas, malformaciones, síndrome de vaso-
constricción cerebral reversible, infecciones, etc.). La presentación típica
Pensar en hematoma subdural ante las características radiológicas descritas son paciente de mediana edad (50-60 años) con inicio de una cefalea
en el contexto clínico de un traumatismo o en caso de pacientes mayores súbita-aguda incapacitante (cefalea en trueno), referida como la cefalea
ante la presencia de deterioro cognitivo/demencia progresiva. más intensa de su vida, que puede asociar cortejos vegetativos o debutar
con pérdida de consciencia/coma (aproximadamente el 40-50% de los
Hematoma epidural casos).

Hace referencia a la acumulación de sangre entre el diploe/tabla interna de A. Semiologia radiológica


la calota craneal y la superficie externa de la duramadre (lámina externa de
las meninges). La morfología típica es la presencia de sangrado difuso localizado en sur-
cos y cisuras, siendo la localización más frecuente rodeando al polígono de
Su etiología es fundamentalmente traumática y suele estar asociada a la Willis y a la cisura de Silvio.
presencia de fracturas óseas (traumatismos de alto impacto). El origen del
sangrado suele ser arterial por rotura de arteria meníngea media (rama La sensibilidad de la TC para detectar HSA en las primeras 12 h del sangrado
arterial de la arteria carótida externa que presenta un recorrido extracra- llega al 100%, disminuyendo al 90% a las 24 h y al 50 h a los 7 días. Esta
neal pegado a la tabla interna de la calota). disminución en la sensibilidad de detectar sangre se debe al aclaramiento y
lavado de la misma.
A. Semiología radiológica
Mediante TC basal se puede clasificar la distribución del sangrado subarac-
La morfología típica del sangrado es biconvexa o lentiforme, respeta sutu- noideo mediante la escala de Fisher, escala que intenta predecir el riesgo
ras, suele ejercer efecto de masa. Las localizaciones más frecuentes son de vasoespasmo cerebral tardío secundario a la HSA, a mayor grado mayor
bajo la escama del hueso temporal y la región frontal (MIR 18-19, 26). riesgo de vasoespasmo (Tabla 2).

61
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Grado Criterio una rápida aproximación diagnóstica con el fin de instaurar un tratamiento
empírico de manera precoz.
0 No hay hemorragia detectable en la TC

I Mínima o fina HSA, sin sangre intraventricular Síndromes clínicoradiológicos


II Mínima o fina HSA, con sangre en ventrículos laterales
Mediante un conjunto de síntomas y signos clínicoradiológicos se pueden
HSA gruesa (llenado completo de una o más cisternas o cisuras), clasificar las infecciones que afectan al SNC en 6 síndromes.
III
sin sangre dentro del sistema ventricular

IV HSA gruesa, con sangre dentro del sistema ventricular A. Meningitis


Tabla 2. Escala de Fisher modificada
Es el proceso inflamatorio-infeccioso de las meninges (duramadre, aracnoi-
Otra localización característica en la región perimesencálica y cuando el des, piamadre y espacio subaracnoideo).
sangrado se localiza exclusivamente en esta región, en un alto porcentaje
de casos, no suele identificarse la etiología del sangrado, lo cual da a esta Se pueden dividir en meningitis asépticas (causadas por procesos víricos) y
entidad el nombre de hemorragia perimesencefálica no aneurismática (la meningitis piógenas o bacterianas.
arteriografía convencional es negativa).
El diagnóstico se realiza en base a la clínica, cuya triada clásica incluye fiebre
Si bien la etiología de una HSA puede ser diversa, la causa más fre- en el 95% de los casos, rigidez nucal (88%) y alteración del estado neuroló-
cuente es la traumática. En casos no traumáticos la principal etiología gico (78%), la analítica (leucocitosis o leucopenia y desviación a la izquierda),
es la aneurismática (85% de las causa de HSA no traumática). Ante una hemocultivos (positivos en un rango de 50-90% de los casos y dependerá
HSA de etiología no traumática es mandatorio realizar angio-TC, téc- del uso de tratamiento antibiótico previo a la toma de las muestras).
nica que con los nuevos equipos de tomógrafos de última generación
(multicortes) logran alcanzar una sensibilidad cercana al 97% para la Semiología radiológica
detección de aneurismática en mano de radiólogos expertos. No obs-
tante, la angiografía por sustracción digital también llamada angiogra- Los hallazgos de TC y RM suelen ser muy sutiles y se caracterizan por:
fía convencional o simplemente arteriografía, es el gold standard para •• Captación meníngea tras la administración de contraste i.v.
diagnóstico y en gran medida para el tratamiento de la patología aneu- •• Aumento de señal en los surcos y cisternas en secuencia FLAIR.
rismática. •• Puede también asociarse o complicarse con áreas de cerebritis,
empiema, trombosis venosas y/o hidrocefalia.
TC, angio-TC y angiografía convencional (arteriografía)
El diagnóstico diferencial se realiza fundamentalmente con la carcinomato-
A B C sis meníngea y la neurosarcoidosis.

A B

Figura 17. A: TC basal que muestra HSA con patrón de distribución


difuso, identificando también sangre dentro del cuarto ventrículo,
dando un grado IV en la escala de Fisher; B: angio-TC muestra
dilatación focal sacular aneurismática en origen de arteria
comunicante posterior derecha; C: arteriografía cerebral confirmando Figura 18. A: secuencia axial FLAIR en paciente con meningitis
los hallazgos del angio-TC. La arteriografía cerebral no sólo se neumocócica donde se identifica hiperintensidad de señal en
utiliza con fines diagnósticos sino también para realizar, en un gran surcos de la convexidad frontoparietal bilaterales (flechas); B:
porcentaje de casos, el tratamiento de la patología aneurismática secuencia de RM axial T1 post-administración de contraste
(embolización) i.v. donde se identifica fino realce meníngeo dural y como
también realce sutil aracnoideo-pial entre los surcos de ambas
convexidades (flechas)

3.4. Patologías infecciosas


B. Cerebritis/absceso
Los procesos infecciosos que afectan al SNC representa una emergencia
médica, por tanto, un diagnóstico y tratamiento temprano son cruciales La cerebritis es la manifestación más temprana de un proceso supurativo
para evitar consecuencias graves. focal intraparenquimatoso, usualmente de etiología piógena, y que pre-
cede a la formación del absceso. La relación hombre/mujer es aproxima-
Si bien al diagnóstico se llega fundamentalmente mediante datos clínicos, damente de 2:1, con una edad media de presentación de 20 a 40 años.
estudios microbiológicos de líquido cefalorraquídeo (LCR) y en ciertos casos La presentación clínica más frecuente es la cefalea (90%), aunque puede
análisis histológico de tejidos, dichos resultados suelen tardar cierto tiempo. debutar con convulsiones, déficit neurológico focal y fiebre en sólo el 50%
Las técnicas de imagen, fundamentalmente mediante TC y RM, permiten de los casos.

62
03. Neurorradiología | RD

Semiologia radiológica C. Empiema

Los abscesos típicos organizados muestran las siguientes características: Colección purulenta en el espacio subdural (más frecuente), epidural o en ambos
•• Lesión focal de contenido líquido rodeada de edema vasogénico. (15%). Ocurren usualmente por extensión de infecciones por contigüidad como
•• La cápsula suele ser hiperdensa en el TC e hiperintensa en la secuencia sinusitis complicadas, mastoiditis o inoculación directa por trauma y/o cirugía.
T1 de la RM, es bien definida e hipercaptante tras la administración de
contraste i.v. Semiología radiológica
•• En secuencia T2 de la RM la cápsula es hipointensa y el contenido
purulento del absceso muestra restricción a la difusión (caracterís- Las características radiológicas típicas que permiten diferenciarlos de los
tica radiológica más específica que ayuda a realizar el diagnóstico dife- hematomas subdurales y epidurales son la presencia de realce dural perifé-
rencial con el glioblastoma multiforme y las lesiones metastásicas las rico tras la administración de contraste i.v. y restricción de señal en secuen-
cuales usualmente no restringen). cias de difusión.

En los abscesos cerebrales se pueden identificar cuatro estadios ana- A B C


tomopatológicos, los cuales se correlacionar con sus correspondientes
características en las imágenes radiológicas representadas en la Tabla 3
(MIR 17-18, 12).

Fase Evolución Características

Cerebritis temprana Menos de 5 días Área de edema mal definido


con captación parcheada de Figura 20. A: TC post-administración de contraste i.v. en paciente
contraste postoperado de meningioma, con clínica de fiebre y mal estado general.
Se realizó TC postcontraste donde se identifica colección subdural con
Cerebritis tardía 5 días a 2 semanas Captación irregular en anillo
realce marginal de contraste, sugestivo de corresponder con empiema;
Cápsula temprana Alrededor de 2 semanas Cápsula de pared delgada B: secuencia de RM axial T1 post-administración de contraste i.v.donde se
bien definida confirma la existencia de empiema (flecha); C: secuencia de RM axial en
difusión donde se identifica leve restricción de señal en los márgenes de
Cápsula tardía 2 semanas a 1 mes Cápsula gruesa, con cavidad
la colección, apoyando el diagnóstico de empiema
densa, hipercaptante y
con restricción de señal en
difusión
D. Ventriculitis
Tabla 3. Fases de evolución de los abscesos
Es la infección del tejido ependimario relacionada con meningitis, trauma,
A B drenajes de derivación ventricular o ruptura de un absceso intraparenqui-
matoso.

Semiología radiológica

Las claves diagnósticas incluyen ventriculomegalia con contenido denso,


formando nivel de detritus intraventricular.

En los estadios iniciales los hallazgos son sutiles pudiendo observarse sólo
captación de contraste i.v. subependimario. En la ventriculitis evolucionada
el epéndimo se torna anormalmente hiperintenso en T2/FLAIR, con mar-
cado realce de contraste y restricción a la difusión.
C D

A B C

Figura 21. A: secuencia de RM axial FLAIR donde se identifica hiperintensas


de señal en márgenes periventriculares (flechas) y contenido en zonas
Figura 19. Secuencias de RM (coronal T2, axial T1 postcontraste,
declives del sistema ventricular bilateral en paciente con sospecha de
difusión y mapas de ADC) que muestran la típica imagen de un
ventriculitis; B: secuencia de difusión mostrando restricción de señal
absceso cerebral en fase capsular tardía, donde se identifica el anillo
en zonas declives del sistema ventricular (flechas); C: secuencia T1 post
de realce post-administración de contraste i.v. (flecha blanca) y la
contraste i.v. que muestra un fino realce lineal en la superficie posterior del
restricción de señal en difusión (flecha azul)
sistema ventricular (flechas); hallazgos que sugieren ventriculitis

63
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

E. Cerebelitis lizumab (anticuerpo monoclonal usado en la esclerosis múltiple).


También se han descrito casos en pacientes tratados con Rituximab,
Se denomina también ataxia cerebelosa aguda y se manifiesta clínicamente Infliximab y Efalizumab.
mediante ataxia, cefaleas, alteraciones de la coordinación motora fina y del
comportamiento. El cuadro clínico se instaura de manera aguda o subaguda Provoca destrucción de la mielina (afectación de sustancia blanca) provo-
y suele estar precedido por una infección vírica y el antecedente de vacuna- cando sintomatología de debilidad parestesia y posteriormente parestesias,
ción. Es más frecuente en niños (normalmente de menos de 6 años). Por lo pérdida de visión y deterioro de capacidades cognitivas.
general el cuadro suele resolver en un par de semanas y cursar con buena
respuesta a tratamiento con corticoides y terapia antivírica específica, aun- Se diagnóstica mediante clínica, hallazgos de RM y análisis del LCR con téc-
que hay casos de mala evolución clínica por herniación transtentorial e nica de PCR para detectar la presencia del ADN del virus JC (MIR 10-11, 27).
infartos.
A. Semiología radiológica
Semiología radiológica
En resonancia magnética, la LMP se caracteriza por lesiones únicas o múlti-
Con bastante frecuencia los estudios de neuroimagen son normales. En caso ples parcheadas en la sustancia blanca. Con la progresión de la enfermedad
de haber alteraciones se caracterizan en hiperintensidades de señal eT2/ las lesiones se vuelven confluyentes o crecen hasta formar una gran placa
FLAIR en sustancia blanca y gris cerebelosas bilaterales con cierto efecto en la sustancia blanca.
expansivo pudiendo existir compresión ventricular e hidrocefalia.
Estas lesiones son hipointensas en T1 e
F. Romboencefalitis hiperintensas en T2 comparado con las
sustancia blanca.
Es un cuadro inflamatorio-infeccioso que afecta al rombencéfalo (tronco
encefálico), de etiología no precisa que se presenta en niños y adolescentes. Las localizaciones más comunes son
A este síndrome se le supone una patogenia inmunológica y viral, siendo los lóbulos parietales y occipitales y el
la evolución benigna en la gran mayoría de los casos. Sin embargo, la rom- cuerpo calloso. El cerebelo y el tronco
boencefalitis se presenta en adultos con un pronóstico grave causada por de encéfalo es afectado ocasional-
Listeria monocytogenes. mente.
Figura 22. Secuencia de RM
Los criterios diagnósticos son: En la mayoría de los casos, no existe axial T2 en paciente con EM
tratado con Natalizumab
•• Evidencias clínicas y por imagen de una infección aguda del tronco efecto masa de las estructuras conti-
quien desarrolló una
cerebral. guas. leucoencefalopatía multifocal
•• Ausencia de compromiso clínico o radiológico de la corteza cerebral. progresiva. En esta imagen
•• Demostración de la presencia de L. monocytogenes en sangre, LCR o En estadios tempranos pueden presen- se observa la presencia de
tejido cerebral. tar restricción de los bordes en DWI y extensa afectación confluente
en fases tardías puede restringir a nivel de sustancia blanca frontal y
En los casos más graves los pacientes pueden presentar depresión respira- central. parietal hemisférica bilateral
(flecha)
toria y muerte. En el 97% de los casos se encuentra alteraciones del LCR,
el cual suele tener leucocitosis con predominio de polimorfonuclear o lin-
focitario, proteínas levemente aumentadas y glucosa normal. Esto obliga a 3.5. Patologías
realizar el diagnóstico diferencial con meningitis tuberculosa o micótica.
inflamatorias
Semiología radiológica
El prototipo de enfermedad inflamatoria en el sistema nervioso central es
Las imágenes de RM muestran alteración de señal en el tronco del encéfalo la esclerosis múltiple (EM). Por su frecuencia y repercusión clínica, el diag-
y en la sustancia blanca del cerebelo (hiperintensidades de señal T2/FLAIR, nóstico y reconocimiento radiológico de esta entidad es de fundamental
con realce variable, uni o bilateral en función de la etiología). importancia.

El diagnóstico diferencial se plantea con la encefalomielitis aguda diseminada En este capítulo también se describirá brevemente otras entidades inflama-
(ADEM), gliomas del tronco cerebral o cerebelitis idiopática de exclusión. torias menos frecuentes.

Leucoencefalopatía multifocal progresiva Esclerosis múltiple


(LMP)
La esclerosis múltiple (EM) es la enfermedad desmielinizante más frecuente
en la práctica clínica. Alcanza su pico máximo de incidencia a los 30 años,
Es una infección oportunista causada casi exclusivamente por la infección con predominio femenino (2 a 3 veces más frecuentes en mujeres).
por virus JC.
La fisiopatología de la enfermedad es probablemente consecuencia de una
Ocurre en persona con deficiencia grave del sistema inmunitario respuesta autoinmune mediada por linfocitos T frente a las proteínas que
(pacientes con VIH, trasplantados y pacientes con tratados con Nata- conforman la mielina.

64
03. Neurorradiología | RD

La etiología de la enfermedad es aún desconocida, aunque es probable que


desempeñen un papel importante varios factores ambientales e infecciosos
en personas con susceptibilidad genética para desarrollarla.

En más del 80% la manifestación inicial es un síndrome clínico aislado con


afectación de la vía óptica (neuritis óptica), la médula (mielitis transversa) o
el tronco de encéfalo (síndrome del tronco encefálico).

A. Manifestaciones clínicas

Neuritis óptica

Es un proceso inflamatorio desmielinizante que se caracteriza por dismi-


nución de la agudeza visual unilateral o bilateral. Puede ser la primera
manifestación de una EM (20% de los casos) o ser un proceso monofásico
y autolimitado aislado. Si bien el diagnóstico de neuritis óptica no requiere
la realización de una RM (el diagnóstico en clínico), debe realizarse siempre
dado que la presencia de lesiones subclínicas de características desmielini-
zantes en el parénquima cerebral (más del 50% de los casos) es un hallazgo
que indica un alto riesgo de desarrollar EM.

La forma de presentación típica en fase aguda es el engrosamiento e hiper-


intensidad de señal en T2 del nervio óptico asociado en algunas ocasiones a Figura 24. Secuencia sagital T2 de columna cervical identificando
pequeñas lesiones focales hiperintensas en los cordones posteriores
realce post-administración de contraste.
de la médula espinal cervical (flechas), que no llegan a extenderse en
más de 2 cuerpos vertebrales
En fase crónica aparece atrofia en el nervio óptico aunque puede persistir la
hiperintensidad de señal T2.
Síndrome del tronco encefálico

Al igual que en la neuritis óptica con frecuencias puede ser la primera mani-
festación de una EM o tener un curso monofásico. La forma de presentación
habitual es la oftalmoplejia internuclear.

Las lesiones tienden a localizarse en la periferia de la protuberancia, suelo


del IV ventrículo y los pedúnculos cerebelosos medios.

El curso clínico de la EM es muy variable, aunque cerca del 90% lleva una evo-
lución de recaídas-remisiones (forma remitente-recurrente), con los años
las exacerbaciones van seguidas de una recuperación incompleta, entrando
en una forma progresiva denominada progresiva secundaria. Otra presen-
tación clínica es la primaria progresiva,
la cual afecta normalmente a personas
de mayor edad y, curiosamente, con
una carga lesional menor. Los síntomas
neurológicos son progresivos sin claras
recaídas ni estabilizaciones, causando
grave discapacidad. También existe la
llamada EM maligna que es rápida-
Figura 23. Secuencia coronal T2 donde se identifican hiperintensidad mente progresiva, y la EM benigna en
de señal afectando al nervio óptico izquierdo (flecha) en paciente con la que tras la sintomatología inicial no
clínica de enfermedad desmielinizante
se produce ninguna recaída en años.
Figura 25. Secuencia de RM
Mielitis transversa Existen una serie de entidades donde axial T2 donde se muestra
placa focal desmielinizante
se producen lesiones desmielinizantes,
localizada en pedúnculo
Se caracteriza por ser un proceso inflamatorio focal medular con afectación que por sus características y en ocasio-
cerebeloso medio izquierdo
sensitivo-motora. La localización de las lesiones suelen afectar territorios nes por su evolución clínica no siguen (flecha) adyacente al IV
posteriores y/o laterales del cordón medular, con extensión no mayor a 2 un patrón típico de esclerosis múltiple ventrículo. También se aprecia
cuerpos vertebrales, predominando una afectación sensitiva sobre la afec- y se han clasificado como variantes de pequeña lesión en margen
tación motora. la misma: yuxtaventricular derecho

65
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

•• Formas pseudotumorales: son lesiones de gran tamaño que simulan B. Criterios diagnósticos
clínica y radiológicamente un tumor cerebral. La presencia de menor
edema cerebral y un realce en anillo incompleto (con apertura del ani- El diagnóstico de la EM se realiza mediante datos clínicos (brotes), de
llo hacia la sustancia gris (cortical o profunda) son datos radiológicos laboratorio (bandas oligoclonales en LCR) y de imagen (lesiones en RM),
que ayudan al diagnóstico diferencial. mediante el cumplimiento de los llamados Criterios de McDonald (última
•• Variante de Marburg: pacientes más jóvenes, con pródromos febriles actualización 2017) (Tabla 4).
y una clínica fulminante.
•• Enfermedad de Schilder: desmielinización bilateral asimétrica, con Si se cumplen los criterios de McDonald 2017 y no hay una mejor expli-
lesiones extensas y confluentes. cación para la presentación clínica, el diagnóstico es esclerosis múltiple.
•• Esclerosis concéntrica de Balo: lesiones grandes con zonas alternan- Si se sospecha esclerosis múltiple en virtud de un síndrome clínicamente
tes de sustancia blanca mielinizada y desmielinizada. aislado, pero los criterios McDonald 2017 no se cumplen por completo, el
diagnóstico es esclerosis múltiple posible. Si surge otro diagnóstico durante
A B la evaluación que explica mejor la presentación clínica, el diagnóstico no es
esclerosis múltiple.

C. Semiología radiológica

Si bien la TC suele ser la primera prueba diagnóstica de imagen a realizar en


la mayoría de paciente con clínica neurológica, su papel en la EM es limi-
tado. En la Tabla 5 se describen las principales características radiológicas
de la EM en RM junto a su representación en imágenes (MIR 11-12, 17; MIR
11-12, 18).
Figura 26. A y B: secuencias de RM sagital y axial FLAIR respectivamente,
donde se identifica lesión desmielinizante de gran tamaño, con morfología
redondeada y márgenes en anillo, anillo abierto hacia sustancia gris
cortical (flecha), representativa de la esclerosis concéntrica de Balo

Número de lesiones con evidencia clínica objetiva Datos adicionales necesarios para un diagnóstico de esclerosis múltiple

≥ 2 ataques clínicos ≥2 Ninguno*

≥ 2 ataques clínicos 1 (así como evidencias históricas bien definidas de un ataque previo Ninguno*
que involucró una lesión en una ubicación anatómica distinta†)

≥ 2 ataques clínicos 1 Diseminación en el espacio demostrada por un ataque clínico adicional que
implica un sitio SNC diferente o por RM

1 ataque clínico ≥2 Diseminación en el tiempo demostrada por un ataque clínico adicional o por
RM§ o demostración de bandas oligoclonales específicas de LCR¶

1 ataque clínico 1 Diseminación en el espacio demostrada por un ataque clínico adicional que
implica un sitio del SNC diferente o por RM y diseminación en el tiempo
demostrada por un ataque clínico adicional o por RNM§ o demostración de
bandas oligoclonales específicas en LCR¶
* No se requieren pruebas adicionales para demostrar la diseminación en espacio y tiempo. Sin embargo, a menos que la RM no sea posible, se debe
obtener una RM cerebral en todos los pacientes en quienes se está considerando el diagnóstico de esclerosis múltiple. Además, se debe considerar el
examen de RM o LCR de la médula espinal en pacientes con evidencia clínica y de RM insuficiente que apoyan la esclerosis múltiple, con una presentación
que no sea un síndrome clínico típico aislado, o con características atípicas. Si las imágenes, u otras pruebas (por ejemplo, LCR), son negativas, se debe
tener precaución antes de hacer un diagnóstico de esclerosis múltiple, y se deben considerar diagnósticos alternativos.
† El diagnóstico clínico basado en hallazgos clínicos objetivos de dos ataques es más seguro. La evidencia histórica razonable de un ataque pasado, en ausencia
de hallazgos neurológicos objetivos documentados, puede incluir eventos históricos con síntomas y características de evolución para un ataque desmielinizante
inflamatorio previo; al menos un ataque, sin embargo, debe ser respaldado por hallazgos objetivos. En ausencia de evidencia objetiva residual, se necesita precaución.
§ Los criterios de RM para diseminación en espacio y tiempo son:
–– La diseminación en el espacio se puede demostrar por una o más lesiones hiperintensas en T2 que son características de la esclerosis múltiple en dos
o más de cuatro áreas del SNC: regiones periventricular, cortical o yuxtacortical e infratentorial, y la médula espinal.
–– La diseminación en el tiempo se puede demostrar mediante la presencia simultánea de lesiones reforzadas con gadolinio y no reforzadas* en
cualquier momento o mediante una nueva lesión hiperintensa en T2 o reforzada con gadolinio en la RM de seguimiento, con referencia a una
exploración basal, independientemente del momento de la RM de referencia.
¶ La presencia de bandas oligoclonales específicas de LCR no demuestra la diseminación a tiempo per se, pero puede sustituir el requisito de demostración
de esta medida
Tabla 4. Criterios McDonald 2017 para el diagnóstico de esclerosis múltiple

66
03. Neurorradiología | RD

Localización:
•• Supratentorial: yuxtacortical (fibras en U), periventricular (predominio posterior),
adyacente a las astas temporales de sistema ventricular
•• Cuerpo calloso: margen inferior y unión calloso septal
•• Infratentorial: suelo del IV ventrículo, superficie pial y ventricular de la protuberancia,
bulbo y pedúnculos cerebelosos
•• Corticales: muchas veces difíciles de distinguir de las yuxtacorticales.
•• Sustancia gris profunda: tálamo

Morfología:
•• Márgenes bien definidos
•• Redondeadas u ovoides: distribución perivenular (dedos de Dawson)
•• Bilaterales y asimétricas
•• Confluencia lesional en fases avanzadas

Intensidad de señal:
•• T1: iso o hipointensas (agujeros negros)
•• T2: hiperintensas

Susceptibilidad magnética:
•• Signos de la vena central (dedos de Dawson)
•• Hipointensidad en anillo o central (depósito de hierro)
FALTA FOTO FALTA FOTO
placa vena

Neuritis óptica:
•• Hiperintensidad de señal en T2 o STIR
•• Realce de contraste en fase aguda

Medula espinal:
•• Afectación segmentos cervical y dorsal
•• Lesiones focales cortas (menos de 2 cuerpos vertebrales)
•• Afectación de menos del 50% de la sección transversal de la médula
•• Localización periférica (posterior o lateral)
•• Realce en fase aguda

Contraste i.v.:
•• Realce en anillo incompleto; el segmento incompleto del anillo mira a la sustancia gris cortical
o profunda (flecha)

Tabla 5. Principales características radiológicas de la EM en RM junto a su representación en imágenes

67
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

D. Síndrome radiológico aislado Encefalomielitis aguda diseminada


Con este nombre se hace referencia a la presencia de lesiones incidentales La encefalomielitis aguda diseminada (ADEM por sus siglas en inglés) es un
en parénquima cerebral o medular espinal con características radiológicas enfermedad inflamatoria desmielinizante de cuadro agudo y habitualmente
de EM pero sin manifestación clínica (probable EM en fase presintomática). monofásico.
El incremento en la utilización de RM en la práctica diaria ha llevado a iden-
tificar estos casos presintomáticos, casos que presentan un alto riesgo de Se caracteriza por estar precedida, habitualmente, por la presencia de una
desarrollar una EM. infección vírica o tras vacunación.

Neuromielitis óptica (enfermedad de Devic) Afecta con mayor frecuencia a niños entre 4 y 8 años, aunque puede ocurrir
en cualquier edad.
Enfermedad inflamatoria desmielinizante que habitualmente afecta al ner-
vio óptico y la médula espinal. Clásicamente se dice que no tiene afectación Clínicamente se caracteriza por un cuadro agudo de alteración del nivel
encefálica pero se ha visto que puede tenerla. de conciencia (sin fiebre) y un síndrome neurológico poli regional. El
curso clínico de la enfermedad suele ser, típicamente, de rápido pro-
Es importante sospecharla porque tiene peor pronóstico que la EM con greso con un pico máximo de gravedad entre los 2 y 5 días tras el inicio
mayor discapacidad. de los síntomas.

Se sospechará en paciente con neuritis óptica y mielitis con conservación Uno de los primeros pasos a llevar a cabo en un paciente que presenta sín-
relativa de la SB encefálica. En la médula cervical se verán lesiones expansi- tomas y signos neurológicos y encefalopatía, sobre todo si existe o ha exis-
vas multisegmentarias. tido un proceso febril, es descartar la presencia de un proceso infeccioso
bacteriano o viral del SNC. Por ello, es necesario comenzar un tratamiento
A. Semiología radiológica antimicrobiano empírico, realizar una punción lumbar y realizar una reso-
nancia magnética tan pronto como sea posible.
Nervios ópticos: ligeramente agrandados e hiperintensos en las secuencias
potenciadas en T2. A. Semiología radiológica

Medula espinal: señal medular central hiperintensa expansiva en 3 o más Las lesiones de esta enfermedad inflamatoria desmielinizante no son
segmentos. específicas. Se pueden encontrar lesiones hiperintensas en secuencias
potenciadas en T2 de tamaño y morfología variable pero generalmente
Encéfalo: lo característico es que no existan pero si las hay, se han descrito extensas, bilaterales, asimétricas e irregulares que afectan sobre todo a la
6 patrones: sustancia blanca cerebral, pero también a la sustancia gris y núcleos de la
•• Lesiones en el tracto corticoespinal (44%). base y a la médula espinal.
•• Periependimarias alrededor de los ventrículos laterales (40%).
•• Lesiones bulbares (área postrema), a menudo a continuación de las Dentro de la afectación de la sustancia blanca, la localización más frecuen-
cervicales (31%). temente comprometida suele ser frontal o parietal, sobre todo afectando a
•• Lesiones hemisféricas extensas (29%). la sustancia blanca yuxtacortical o profunda y, con mucha menor frecuencia,
•• Lesiones periependimarias, alrededor del 3.er y 4.º ventrículo la sustancia blanca periventricular.
(22%).
•• Otras lesiones hiperintensas en las secuencias potenciadas en T2, Las lesiones infratentoriales (incluyendo el tronco del encéfalo y la sustancia
inespecíficas (50%). blanca cerebelosa) y las lesiones medulares son comunes, de ahí que algu-
nos autores denominen según el área afecta encefalomielitis, cerebelitis o
Como hallazgo de relevancia clínica, la presencia de anticuerpos contra los mielitis.
canales de aquaporinas 4 (Anti-AQP4) es un hallazgo altamente específico
de esta enfermedad (sensibilidad del 90%). Estas lesiones suelen aparecer de manera simultánea con la aparición
de los síntomas clínicos, habiéndose descrito una aparición de las
A B C mismas de hasta 30 días. Por ello, un estudio de RM normal, en los
primeros días de la aparición de los síntomas, no descarta totalmente
esta entidad y, si existiera sospecha clínica, habría que realizar nuevo
control.

La afectación de los ganglios de la base se da en torno a un 50% de los casos,


siendo esta localización bastante predictora de ADEM y poco probable de
Figura 27. A y B: secuencias de RM axiales T2 que muestran esclerosis múltiple.
lesiones focales con afectación protuberebra y bulbar en
paciente con neuromielitis óptica; C: secuencia medular sagital Los hallazgos de imagen después de un período de tratamiento (corticoides
T2 que muestra extensa afectación de la médula espinal cervical, e inmunosupresores) suelen poner de manifiesto un descenso en el tamaño
en más de dos cuerpos vertebrales, en paciente con neuromielitis y en el número de las lesiones así como un cambio en la intensidad de la
óptica señal de las mismas, en paralelo a la mejoría clínica.

68
03. Neurorradiología | RD

La resolución de las lesiones se ha descrito hasta en un 70% de los pacien- Los síntomas clínicos varían en función del tamaño y localización de las
tes al cabo de varios meses desde el inicio de los síntomas. Dicha resolu- arterias afectadas. Un 50% de los pacientes presentan déficits neurológi-
ción puede ser total o parcial, persistiendo algunas lesiones en el estudio cos focales (hemiparesia, afasia, etc.) sugestivos de ictus o bien, síntomas
mediante RM al cabo de varios años. No obstante, hasta una tercera prodrómicos menores. Menos común es la presentación como crisis epi-
parte de los pacientes pueden mantener un déficit residual años después lépticas, demencia, neuropatías craneales, mielopatía o radiculopatía. En
del inicio de los síntomas, con la consiguiente lesión en el estudio de ocasiones, el déficit focal hace sospechar de una lesión tumoral, aunque el
neuroimagen. comienzo suele ser agudo y el curso recurrente.

El pronóstico de esta enfermedad suele ser bueno cuando se detecta y Su diagnóstico se basa en la sospecha clínica y en la imagen radiológica
trata oportunamente, quedando en la mayoría de los casos nulas o míni- (fundamentalmente RM y angiografía) y se confirma con la histología
mas secuelas. No obstante, existen algunos casos de evolución fatal o con obtenida por biopsia en cuña, una vez descartadas otras posibles cau-
secuelas graves. sas sistémicas de vasculitis con afectación del SNC. El análisis de LCR
muestra aumento de proteínas o una pleocitosis linfocítica en el 50%
de los casos.

B. Vasculitis secundarias

Se define como afectación de los vasos cerebrales secundariamente a una


vasculitis sistémica. Al igual que en las formas primarias, las manifestacio-
nes clínicas neurológicas dependen del tamaño y localización de los vasos
afectos. Se pueden subdividir los diferentes tipos de vasculitis secundarias y
clasificarlas según el calibre del vaso afecto:

•• Con afectación de grandes vasos:


-- Arteritis de células gigantes.
-- Arteritis de Takayasu.
•• Con afectación de vasos de mediano tamaño:
-- Poliarteritis nodosa (PAN).
-- Enfermedad de Kawasaki.
•• Con afectación de pequeño vaso (con o sin afectación de vasos de
mediano tamaño):
-- Enfermedad de Behçet: triada clásica de úlceras orales, genitales
y uveitis.
-- Granulomatosis de Wegener.
-- Churg-Strauss.
-- Poliarteritis microscópica.
-- Púrpura de Schonlein-Henoch.
-- Vasculitis crioglobulinémica esencial.
-- Vasculitis leucocitoclástica.
Figura 28. Secuencias de RM axiales FLAIR en paciente de 14
años que presenta cuadro de paresias en ambos hemicuerpos y
clínica de parálisis supranuclear y deterioro del estado general. C. Semiología radiológica
Una semana atrás presentó cuadro febril. Se realizó RM donde se
identifican lesiones focales hiperintensas afectando cápsulas internas, TC y RM: se pueden observar lesiones de isquemia y cambios inflamato-
mesencéfalo y protuberancia. En LCR se detectó ADN de mycoplasma, rios afectando la sustancia blanca y el córtex, hemorragias intracerebrales o
llegando al diagnóstico de posible ADEM subaracnoideas, así como hallazgos que recuerdan enfermedades desmieli-
nizantes. No hay hallazgos patognomónicos.
Vasculitis sistémicas
Angiografía convencional (arteriografía): si bien es la técnica de ima-
Como su nombre indica las vasculitis representan un grupo de enferme- gen más sensible, los hallazgos no son patognomónicos. Los hallazgos
dades inflamatorias que afecta a la pared de arterias y venas. Se pueden angiográficos se ven en un porcentaje variable de casos que oscila entre
clasificar en dos tipos de vasculitis que se exponen a continuación. el 56-90%, y se caracterizan por la presencia de estenosis segmentarias
alternando con dilataciones postestenóticas e irregularidad en el cali-
A. Vasculitis primarias bre de los vasos (patrón arrosariado, morfología en cuentas de rosario),
incluso con obstrucción brusca de la luz. También se puede identificar
Se define como una vasculitis granulomatosa de células gigantes, de natu- borramiento del contorno vascular y alteración del tiempo de circulación
raleza idiopática, que afecta a pequeños vasos intraparenquimatosos, lep- en la distribución vascular afectada. Las alteraciones angiográficas de vas-
tomeníngeos, y/o de médula espinal en ausencia de vasculitis sistémica culitis, tambien las de aspecto clásico, son difíciles de diferenciar de los
sintomática. Se han sugerido una posible causa vírica por su asociación con cambios vasculares secundarios a vasoespasmo, infección o enfermedad
el herpes zóster oftálmico. degenerativa.

69
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Biopsia: se considera el gold standard para el diagnóstico. Las biopsias pueden asociarse con un evento neurológico focal (déficit transitorios) y cri-
de leptomeninges o áreas del cerebro que se habían visto afectadas sis epilépticas.
en las pruebas de imagen pueden mostrar en la anatomía patológica
infiltrados multifocales y segmentarios, necrosis fibrinoide y fibrosis A. Semiología radiológica
de vasos. En ausencia de lesiones focales, la biopsia temporal del
hemisferio no dominante es el lugar preferido para la obtención de Los estudios de RM cerebral son habitualmente normales, aunque
muestras. pueden detectarse hemorragias intracraneales (6%), HSA (22%), infar-
tos (4%) o un síndrome de encefalopatía posterior reversibles (9%).
El tratamiento de las vasculitis se realiza con corticoides e inmunosu- Las características angiográficas son en muchos casos superponibles a
presores. las de una vasculitis o vasoconstricción cerebral, y por norma general
revierten de manera parcial o total en un período de 6 a 12 semanas
A B (reversible).

El pronóstico es bueno y no suelen existir recaídas ni quedar déficit residua-


les en la gran mayoría de los casos. El tratamiento suelen ser corticoides y
antagonistas del calcio.

A B C

C D Figura 30. Mujer joven en período de puerperio que comienza


con cefalea en trueno e ingresa a urgencias donde se identifica
hematoma intraparenquimatoso abierto a ventrículos en TC
basal (A). Se realizó arteriografía donde se identifican signos
de espasmo cerebral (flechas) en arterias de ambos hemisferios
cerebrales (B y C muestran series angiográficas en proyección lateral
desde arterias carótidas derecha e izquierda respectivamente).
Se realizó el diagnóstico de posible síndrome de vasoconstricción
cerebral reversible

A B

Figura 29. Secuencias de RM y arteriografía en paciente con


antecedentes de enfermedad de lupus que se presenta
con cefalea intensa y alteración visual. A: Secuencia axial
eco de gradiente que muestra HSA en surcos de convexidad
(flecha); B: secuencia axial de difusión que muestra infarto
occipital parasagital derecho (flecha); C y D: series de angiografía
convencional donde se identifican estenosis focales en arterias
de mediano y pequeño calibre sugestivas de posible vasculitis
(flechas azules)

Figura 31. Series angiográficas 2 meses después que muestran


Síndrome de vasoconstricción cerebral resolución completa de los signos de vasoespasmo
reversible

Grupo de enfermedades que se caracterizan por vasoespasmo prolongado 3.6. Patologías tumorales
y reversible de las arterias cerebrales.
La neurorradiología tiene un papel fundamental en el diagnóstico y segui-
Puede darse de forma espontánea pero es más frecuente que se asocie a miento de la patología tumoral cerebral. A modo práctico, se dividirá la
factores precipitantes como el consumo de sustancias vasoactivas (anfeta- patología tumoral en aquellas lesiones primarias de localización típica-
minas, ergotamina), drogas recreativas (cocaína, alcohol, cannabis), con- mente intraparenquimatosas (intraaxiales) de las extraparenquimatosa
sumo de anticonceptivos, gestación y puerperio. (extraaxiales), y se describirá por separado las lesiones secundarias metas-
tásicas.
Es más común en mujeres jóvenes y clínicamente tienen un comienzo
agudo caracterizado por cefalea extremadamente intensa (en trueno), que Cuadro diferencial:

70
03. Neurorradiología | RD

Hallazgos Lesiones intraparenquimatosas Lesiones extraparenquimatosas

Localización Central Periferica

Cambios óseos Infrecuentes Frecuentes: esclerosis, erosión, lisis, invasión.


Unión sust.gris-sust.blanca Desplazada a la periferia Desplazada hacia el centro
Corteza cerebral Afecta: engrosada, invadida, edematosa Respetada o levemente aplanada
Ángulos con las meninges Agudo Obtuso
Realce meníngeo Infrecuente Frecuente (signos de la cola dural)

Tabla 6. Cuadro diferencial de lesiones intraparenquimatosas vs extraparenquimatosas. Los astrocitomas son los tumores primarios cerebrales
intraparenquimatosos más frecuentes en el adulto. Los meningiomas son los tumores extraparenquimatosos más frecuentes. Por lo tanto serán los dos
casos representativos que se utilizarán para describir diferencias características típicas entre ambos grupos

•• Grado II de la OMS: astrocitoma de bajo grado.


Tumores intraparenquimatosos •• Grado II de la OMS: astrocitoma anaplásico.
•• Grado IV de la OMS: glioblastoma multiforme (la forma más frecuente).
Los tumores intraparenquimatosos primarios más frecuentes son los glio-
mas (tumores derivados de células gliales), siendo los astrocitomas los más Se caracterizan por ser lesiones tumores muy heterogéneas pudiendo exis-
frecuentes en los adultos. tir en una misma lesión tumoral más de un grado de malignidad histopato-
lógico.
Células
Micrología ependimarias
El astrocitoma de bajo grado (grado II) representa el 10% de los gliomas
cerebrales. Se caracterizan por ser lesiones de baja intensidad de señal en
T1, e hiperintensos en T2/FLAIR y no suelen realzar tras la administración
de contraste i.v.

Caso representativo
Oligodendrocitos
Paciente de 39 años con cefaleas y parestesias en hemicuerpo izquierdo de
3 semanas de duración.

A B
Astrocitos

Células de
Schwann

Figura 32. Células gliales (células estructurales)

Figura 33. A: secuencia axial FLAIR muestra lesión focal


A. Astrocitomas intraparenquimatosa frontotemporal derecha, hiperintensa,
bien delimitada, con efecto de masa sobre el sistema ventricular
ipsilateral condicionado desviación de línea media; B: secuencia
Se pueden dividir en dos tipos según patrón de crecimiento, en difusos/
coronal T1 post-administración de contraste i.v.muestra lesión
infiltrativos/fibrilares y focales/no infiltrativos/circunscriptos. marcadamente hipointensa sin realce evidente tras la administración
de contraste i.v.
Astrocitomas difusos
El astrocitoma anaplásico (grado III) representa aproximadamente el 15%
Presentan márgenes mal definidos, infiltrativo, y por tanto resulta difícil su de los tumores gliales, y suele ocurrir en paciente de mayor edad que los
exacta delimitación. astrocitomas de bajo grado. A diferencia de los de bajo grado, estas lesio-
nes tumorales presentan mayor heterogeneidad pudiendo existir áreas de
Se clasifican en función del grado de malignidad: pequeñas áreas quísticas en su interior.

71
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Caso representativo Como se puede observar en este caso, la TC ha sido el primer método diag-
nóstico utilizado; no obstante para un adecuado diagnóstico diferencial de
Paciente de 65 años con traumatismo craneoencefálico de baja intensidad, las lesiones tumorales es fundamental la realización de RM que permitirá
posterior al cual refiere comenzar con parestesias en pierna izquierda y caracterizar las lesiones mediante secuencias no sólo anatómicas, sino tam-
cefaleas inespecíficas. bién moleculares (espectroscopía).

A B Posteriormente se realiza RM cerebral específica para valoración de la lesión.

A B

Figura 34. A: secuencia axial FLAIR muestra lesión intraparenquimatosa


hiperintensa cortico-subcortical fronto temporal derecha con leve
efecto de masa; B: secuencia axial T1 postadministración de contraste C D
i.v., muestra mínimo realce cortical insular y frontal derechos,
identificando una zona de aspecto más hipointensa (probablemente
necrótica) en sustancia blanca frontal basal parasagital derecha. El
diagnóstico postquirúrgico reveló astrocitoma anaplásico (grado III)

El glioblastoma multiforme o astrocitoma de grado IV es el tumor más


frecuente (75% de todos los tumores gliales y 15-20% de los intracranea-
les). La localización más frecuente es en el lóbulo frontal y suele afectar a
pacientes mayores de 40 años. Las características radiológicas son las de
una lesión tumoral infiltrante heterogénea que suele presentar zonas de
Figura 36 A: secuencia axial FLAIR muestra lesión focal redondeada, de
necrosis, hemorrágica, áreas de hiper e hipovascularización y grados varia-
localización cortico-subcortical (parece existir leve engrosamiento cortical),
bles de hipercelularidad. Suelen asociar extenso edema perilesional y efecto con edema perilesional; B: secuencia de difusión B1000 que muestra leve
de masa. Tras la administración de contraste i.v. presentan realce heterogé- hiperseñal intralesional; C: secuencia eco de gradiente muestra deposito
neo alternando zonas hipervasculares con zonas necróticas. En un 5% de los en anillo de restos de hemosiderina, lo que sugiere sangrado intralesional
casos pueden ser multicéntricos (focos de realces aislados sin continuidad asociado; D: secuencia axial T1 postadministración de contraste i.v. muestra
anatómica) o multifocales (con continuidad anatómica) (MIR 18-19, 25). realce en anillo irregular (de aspecto festoneado), identificando también
un pequeño realce focal adyacente a la principal lesión (flecha blanca) y
un tenue realce más difuso en el territorio del edema (flecha azul). Dichos
Caso representativo
hallazgos deben hacer sospechar tumor cerebral intraparenquimatoso
primario tipo astrocitoma de alto grado (glioblastoma multiforme) como
Varón de 55 años con desorientación temporal, llevado a urgencias por su primera posibilidad diagnóstica, siendo menos frecuente el resto de
familia. En urgencias deciden realizar TC craneal ante la falta de colabora- patologías previamente descritas en la TC
ción del paciente el cual se encuentra desorientado y poco colaborador.
Paciente sin antecedentes personales patológicos de interés. También se realiza estudio de metabolitos mediante técnica de espectroscopia.

A B

Figura 35. A: TC craneal basal sin contraste muestra pérdida de


diferenciación cortico-subcortical frontal izquierda con presencia de
lesión focal redondeada ligeramente hiperdensa en región cortico-
subcortical anterior y extenso hipodensidad (edema) perilesional
con efecto de masa; B: TC craneal post-administración de contraste
i.v. muestra realce irregular en anillo de la lesión redondeada frontal Figura 37. Espectroscopia: pico de colina frecuente en procesos con
izquierda. El diagnóstico diferencial debe incluir lesión tumoral primaria, mayor producción y destrucción de membranas así como de mayor
abscesos, metástasis, y mucho menos probables etiologías infecciosas destrucción neuronal (tumores de alto grado)

72
03. Neurorradiología | RD

Astrocitoma focal
A B

Se caracterizan por ser tumores focales, con celularidad más diferenciada y


por tanto con un crecimiento lento. Por este motivo, y dada su menor pro-
gresión hacia formas malignas, acarrean mejor pronóstico.

En este grupo se incluye el astrocitoma pilocítico y el astrocitoma subepen-


dimario de células gigantes, ambos tumores más propios de infancia y ado-
lescencia.

El astrocitoma pilocítico se presenta con frecuencia en regiones cerebelo-


sas, con morfología de masa quística ocupante de espacio, con zona mural
C D
sólida con mayor captación. Se caracteriza por crecimiento lento, no obstante
puede condicionar obstrucción del sistema ventricular por compresión.

Caso representativo

Paciente de 19 años con cefaleas opresivas en región occipital de varios


meses de evolución con cuadro de inestabilidad.

A B
Figura 39. A: TC sin contraste que muestra lesión ocupante de
espacio intraventricular frontal derecha a nivel del foramen de Monro,
bien delimitada y parcialmente calcificada; B, C y D: secuencias
coronal FLAIR, axial T1 sin contraste y axial T1 con contraste i.v.
que confirman lesión parcialmente calcificada sin realce evidente
tras la administración de contraste i.v. La lesión fue resecada
quirúrgicamente y la anatomía patológica confirmó que se trataba de
un astrocitoma subependimario

Tumores extraparenquimatosos
C D
Hablar de lesiones tumorales intracraneales extraparenquimatosos es prác-
ticamente sinónimo de hablar de meningiomas, dado que representa el
tumor más frecuente extraaxial supratentorial del adulto y el 15% de los
tumores craneales.

A. Meningioma

Como su nombre lo indica es un tumor no glial dependiente de células


meníngoepiteliales de las granulaciones aracnoideas. Su pico de incidencia
Figura 38. A: TC con contraste que muestra tumoración cerebelosa es entre los 40 y 60 años. Pueden localizarse en múltiples territorios del
izquierda sólido-quística, con margen nodular medial con realce de eje cráneo medular donde existan células meníngeas, siendo su localiza-
contraste irregular. Ejerce efecto de masa sobre el cuarto ventrículo ción más frecuente la convexidad cerebral (20-35%), y en segundo lugar las
condicionando dilatación del sistema ventricular (hidrocefalia regiones parasagitales y la fosa craneal media (20% aprox cada una de ellas).
obstructiva); B, C y D: secuencias de RM cerebral FLAIR , T2 y difusión
respectivamente, que muestra lesión focal intraparenquimatosa
Semiología radiológica
cerebelosa izquierda con morfología sólido quística, bien delimitada,
con efecto de masa sobre cuarto ventrículo. Hallazgos compatibles
con astrocitoma pilocítico Son tumores bien delimitados, con base amplia de implantación dural y creci-
miento habitualmente lento. Por su morfología se pueden dividir en dos tipos:
El astrocitoma subependimario de células gigantes se suele localizar en •• Lobular: con morfología habitualmente convexa y ángulo agudo con
pared del ventrículo lateral, a nivel del foramen de Monro. Se caracteriza por respecto el parénquima cerebral (es la forma de presentación más
ser una masa bien delimitada y suelen asociarse con esclerosis tuberosas. frecuente).
•• Plano o en placa: como su nombre lo indica crecen en forma aplanada.
Caso representativo
TC: habitualmente son ligeramente hiperdensos con respecto a la sustancia
Paciente de 22 años con cefaleas inespecíficas. Se realiza TC e identifica gris cortical. Puede presentar calcificación (25% de los casos) y puede existir
lesión intraventricular derecha a nivel de foramen de Monro y se completa hiperostosis de la calota craneal subyacente (mucho menos frecuente en la
estudio con RM cerebral. infiltración y lisis ósea).

73
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

RM: secuencias T1 son ligeramente hipointensos o isointensos con respecto La localización más frecuente en el 80% de los casos son los hemisferios
a la sustancia gris cerebral. En secuencias T2 su intensidad de señal es más cerebrales, y en un 15% en los cerebelos.
variable dependiendo de su composición (mayor hipointensidad si pre-
sentan más componentes fibroblásticos y más hiperintensos si presentan Por orden de frecuencia las principales metástasis cerebrales son:
mayor componente angioblástico). Lo más característico es el realce homo- 1. Pulmon.
géneo e intenso tras la administración de contraste i.v., el signo de la cola 2. Renal.
dural (realce de las meninges en los márgenes de implantación). 3. Mama.
4. Melanoma.
Caso representativo 5. Colon.

Paciente de 65 años con cefaleas frontales derechas inespecíficas de años A. Semiología radiológica
de evolución.
La morfología radiológica es muy variable, a continuación se revisan las
características más típicas y frecuentes en la práctica clínica:
A B
•• Suelen ser lesiones focales redondeadas, con zonas centrales necró-
ticas.
•• Márgenes con realces variables tras la administración de contraste i.v.,
central o periféricos, habitualmente irregulares (pueden realzar en anillo).
•• Suelen asociar extenso edema perilesional, desproporcionado para el
tamaño de la lesión.
•• Típicamente iso o hipointensos en T1 e hiperintensos en T2/FLAIR.
•• No suelen restringir en difusión a diferencia de los abscesos que si
suelen hacerlo (baja señal en mapas de ADC).

A B
C D

Figura 41. Secuencias de RM (A: axial FLAIR; B: T1 post-administración


de contraste i.v.) que muestran metástasis de un carcinoma de pulmón
(edema desproporcionado para el tamaño de la lesión y realce en anillo)
Figura 40. A y B: secuencia coronal y axial T2 con presencia de masa
extraaxial ocupante de espacio que desplaza y comprime el lóbulo
frontal ipsilateral. La lesión es ligeramente hipointensa con respecto a la En este apartado se hace referencia al diagnóstico diferencial de las lesiones
sustancia gris cortical y presenta en su interior vacío de señal (flecha) que con realce en anillo, de gran importancia dada la variabilidad de lesiones que
sugieren la presencia de vasos en su interior; C y D: secuencia coronal pueden manifestarse de esta manera y su implicancia en el manejo clínico de
y axial T1 post-administración de contraste i.v. que muestra un intenso los pacientes. Si bien existen múltiples lesiones que pueden tener la aparien-
realce de contraste. En C se puede identificar la extensión del realce
cia de realce en anillo, únicamente se exponen las más típicas en la Tabla 7.
meníngeo dural de la base de implantación de la lesión, lo que se conoce
como signos de la cola dural (flecha blanca). En D se identifica un área
central intratumoral hipointensa (que no realza contraste), sugestiva
de corresponder con área de necrosis central (flecha azul). Estas zonas Recuerda
necróticas centrales son frecuentes en los meningiomas de gran tamaño
Recuerda la regla mnemotécnica de las lesiones metastásicas cerebra-
Metástasis les que pueden debutar con sangrado cerebral: CoMe PuRiTo (coriocar-
cinoma, melanoma, pulmón, riñón, tiroides).
Representan el 40% aproximadamente de las lesiones tumorales intracra-
neales de los adultos.
Preguntas

Dada su migración principalmente vía hemática, tienden a localizarse en la MIR MIR 18-19, 25, 26
MIR 17-18, 12, 19
unión cortico-subcortical. MIR 16-17, 28
MIR 15-16, 24
Habitualmente únicas pero no menos frecuente es encontrar en la práctica MIR 11-12, 17, 18
clínica diaria múltiples lesiones. MIR 10-11, 15, 27

74
03. Neurorradiología | RD

Metástasis Absceso Glioblastoma multiforme Linfoma Esclerosis múltiple

Localización Unión cortico-subcortical Supratentorial Supratentorial Supratentorial Supra e infratentorial


(periventricular cruzando
línea media)
Realce Sólido o en anillo En anillo regular fino Anillo grueso e irregular •• Inmunocompetente: Anillo incompleto
(necrosis) marcadamente en herradura hacia la
homogéneo sustancia gris
•• Inmunocomprometido:
anillo grueso periférico
Edema Severo Moderado Moderado Ligero No
Apariencia en secuencias Variable (sangre, necrosis) Hiperintenso con halo Hiperintenso Heterogéneo Hipointenso (50%) Múltiples lesiones
T2 hipointenso hiperintensas, menos
frecuente lesiones
solitarias
Difusión No restricción Central No restricción Periferica Usualmente no restrictivas
Perfusión ++ No ++ + Usualmente no
No infiltrativo Infiltrativo vascularizadas

Tabla 7. Cuadro diferencial de lesiones con realce en anillo

Ideas

C l ave
 Un ictus es isquémico en el 80% de las ocasiones y hemorrágico en el  La primera causa de HSA es la traumática. Si no existe historia de trauma-
resto. tismo hay que descartar un aneurisma cerebral.

 El tratamiento del ictus isquémico actual incluye la fibrinolisis intrave-  Un absceso cerebral restringe a la difusión (brilla en difusión y es negro
nosa asociada a la trombectomía mecánica salvo que existan contrain- en ADC).
dicaciones.
 La EM se diagnostica con RM y requiere una diseminación espacial y
 Los hematomas cerebrales se suelen acompañar de hipertensión arte- temporal.
rial, como causa o como consecuencia del sangrado por lo que es muy
importante para el estudio etiológico saber si la hipertensión es conoci-
da o hay datos que lo sugieran.

75
Imagen cardíaca

04 ORIENTACIÓN MIR
Este capítulo está en íntima relación con el capítulo de cardiología por lo que recomendamos
que se estudie con el Manual de Cardiología al lado para consultar posibles dudas o rellenar
información.
La cardioimagen es amplia ya que incluye la mayoría de técnicas radiológicas pero focalizadas
en un órgano concreto.
Recomendamos no perder la cabeza con las distintas técnicas sino tratar de comprender
cuales se usan en cada patología y con qué objetivo; el cateterismo se empleará siempre que
4.1. Técnicas de imagen cardíaca exista una posibilidad de tratamiento mientras que las técnicas no invasivas cuando queramos
diagnosticar para manejar médicamente o controlar una patología.

Ecocardiografía A. Modo M

La ecocardiografía es una técnica muy útil en la valoración cardíaca, amplia- Primera técnica ecográfica introdu-
mente utilizada en el ámbito hospitalario y ambulatorio por su alta accesibilidad, cida en el estudio del corazón que
buena calidad de imagen y práctica ausencia de complicaciones. Hay limitacio- aún tiene utilidad hoy en día. Técnica
nes de la técnica en pacientes con “mala ventana ecocardiográfica” (obesos, unidimensional a lo largo del tiempo
enfisema pulmonar…) y hay que tener en cuenta que es operador dependiente. (un único haz de ultrasonidos que se
registra de manera continua en la
Se utiliza un transductor (sonda) que es emisor y receptor de ultrasonidos y pantalla a lo largo del tiempo) obte-
que envía la señal, obtenida de atravesar las distintas estructuras cardíacas niendo información de la movilidad
y volver a la sonda, a un ordenador que la codifica en una imagen que se de las estructuras cardíacas estu-
puede ver en la pantalla en tiempo real. La ecocardiografía se puede realizar diadas (Figura 2). Puede valorar los Figura 2. Ecocardiografía modo M
por vía transtorácica o transesofágica colocando el transductor en diferen- diámetros de las cámaras, estimar de la válvula aórtica normal
tes posiciones para obtener diferentes planos del corazón y así estudiar las la fracción de eyección y valorar el
diferentes estructuras (Figura 1). La ecocardiografía se realiza también con movimiento de las válvulas.
registro electrocardiográfico.
B. Ecocardiografía 2D
La ecocardiografía es muy útil en la valoración del miocardio, la función ven-
tricular, las válvulas y el derrame pericárdico. Sirve también de guía para El transductor, mediante cristales alineados (el modo M tiene un solo cris-
pericardiocentesis percutánea en el caso de derrame pericárdico. tal), obtiene una imagen bidimensional con la que se pueden hacer dife-
rentes cortes del corazón, estos cortes o planos se obtienen situando y
Hay diferentes modos de imagen que se ven a continuación. angulando la sonda en diferentes áreas del tórax (ventanas ecocardiográfi-

Supraesternal

Paraesternal

Eje largo paraesternal Eje corto paraesternal Eje corto paraesternal


músculos papilares En la base del corazón

Apical

Subxifoidea
4 cámaras apical Eje largo apical
Algunos planos ecocardiográficos 2D

Figura 1. Ventanas ecocardiográficas en ecocardiografía transtorácica

76
04. Imagen cardíaca | RD

cas). La imagen obtenida en la pantalla nos da información más completa de intracardíacos (CIA y CIV). También se puede valorar el realce miocárdico,
las estructuras cardíacas en tiempo real. útil en la cardiopatía isquémica.

C. Ecocardiografía 3D F. Ecocardiografía de estrés

El uso de transductores con un gran Ecocardiografía realizada durante el estrés, físico o farmacológico, con ejer-
número de cristales (matriciales) y cicio (de elección) o fármacos como la dobutamina (inotrópico positivo que
mejores procesadores de imagen, aumenta las demandas de oxígeno del miocardio y condiciona isquemia
permite realizar estudios tridimen- en las zonas comprometidas) o adenosina o dipiridamol (VD de corona-
sionales del corazón que se pueden rias sanas que producen robo coronario de las arterias comprometidas).
valorar también en tiempo real o tras Si aparecen alteraciones de la contractilidad segmentaria que no existían
un postproceso offline. Es muy útil en previamente, se puede deducir que las arterias a este territorio están com-
la valoración de las válvulas cardíacas, prometidas. Es una prueba con mayor sensibilidad que la ergometría.
anatomía cardíaca compleja como las
Figura 3. Ecocardiografía
malformaciones congénitas y mejora la
tridimensional de la válvula
Procedimientos invasivos intravasculares
cuantificación de los volúmenes ventri- mitral
culares (cálculo estimado en la ECG 2D)
con resultados similares a la cardio-RM. A. Coronariografía
Se usa también para guía en procedimientos intervencionistas valvulares.
Diagnóstico y tratamiento de estenosis coronarias (angioplastia). Se intro-
D. Doppler/Doppler color duce un catéter por una arteria periférica, normalmente radial o femoral, y se
llega a los ostios de las coronarias en la aorta torácica ascendente, mediante
Con la ecografía Doppler se puede detectar el movimiento de los hematíes la introducción de contraste yodado radiopaco se realizan imágenes de la luz
en el torrente sanguíneo y se puede estimar la velocidad y los gradientes vascular obteniendo la coronariografía diagnóstica. Mediante estos catéte-
del flujo sanguíneo en un punto, resulta muy útil para estimar las áreas val- res se pueden avanzar dispositivos de angioplastia (balón) hasta la estenosis,
vulares. Con el Doppler color se puede visualizar, además, la dirección del donde se infla rompiendo la placa de ateroma disminuyendo o eliminando la
flujo de sangre con un código de colores (generalmente azul o rojo según se obstrucción coronaria. Posteriormente se pueden colocar stents.
alejen o acerquen al transductor, o una mezcla de colores en la aceleración
o turbulencia de flujo), es importante para la visualización en tiempo real de Durante el cateterismo diagnóstico se puede realizar también la reserva de
los cortocircuitos intracardíacos o alteraciones valvulares. flujo fraccional (RFF) en la que mediante guías de presión se puede estimar
la limitación funcional de la estenosis coronaria al flujo, mejor valoración de
la gravedad de la estenosis que la estimación visual.

Figura 5. Coronariografía normal. A: tronco coronario izquierdo con


descendente anterior y circunfleja; B: coronaria derecha

B. Otros procedimientos intervencionistas


endovasculares
Otros procedimientos diagnósticos son la valoración de cortocircuitos (cal-
culando también la oximetría), realizar ventriculografía y estimar la fracción
Figura 4. Plano cuatro cámaras apical en un paciente con marcapasos de eyección o toma de biopsias miocárdicas.
en el VD (flecha amarilla), se aprecia un jet de insuficiencia tricuspídea
(flecha azul) Cada vez se realizan más procedimientos intervencionistas percutáneos
evitando la realización de cirugía cardíaca abierta, como en el cierre de
E. Contrastes ecocardiográficos cortocircuitos, valvuloplastias, tratamiento de la insuficiencia mitral con
Mitraclip®, colocación de prótesis valvulares percutáneas (principalmente
Los contrastes con microburbujas mejoran la señal en pacientes con mala aórtica -TAVI- y mitral), cierre de orejuela, ablación de venas pulmonares
ventana ecocardiográfica y son útiles en el diagnóstico de trombos y shunts en la FA, pericardiotomías/pericardiocentesis... En muchos de estos proce-

77
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Obtenemos una serie


del 75% del ciclo
Estudio prospectivo: con radiación sólo en una parte del ciclo

Obtenemos tantas series


como queramos, ya que
se hace el estudio
durante todo el ciclo
Estudio retrospectivo: con radiación durante todo el ciclo

Figura 6. Diferentes tipos de adquisición de angio-TC de arterias coronarias en función de la sincronización cardíaca

dimientos se realiza una TC cardíaca antes del procedimiento que sirve de patibles con la RM) o ecocardiografía no valorable o limitada. Cada vez
mapa para la intervención y también puede haber un ecocardiografista ayu- es más utilizado en el estudio para la valoración de la anatomía cardíaca
dando a la implantación del dispositivo. antes de la realización de procedimientos intervencionistas intracardia-
cos, como la TAVI (implantación transcatéter de válvula aórtica), válvulas
TC cardíaca mitrales percutáneas, dispositivos Mitraclip® (tratamiento de la insufi-
ciencia mitral), dispositivos de cierre de orejuelas y ablación de venas
Con la evolución de las TC multicorte y la posibilidad de sincronización pulmonares.
electrocardiográfica (gating) se han reducido mucho los artefactos por
latido cardíaco del corazón, por lo que la cardio TC ha experimentado Tiene la ventaja frente a la
una importante expansión en el estudio no invasivo de las arterias coro- coronariografía de valorar la
narias. composición de la placa de ate-
roma (placa blanda, calcificada
La adquisición de la imagen se puede realizar de dos maneras: o mixta), ya que la coronario-
•• Estudio prospectivo: sólo se radia durante una parte del ciclo cardíaco, grafía sólo estudia la luz del
la telediástole o el 75% del ciclo, donde se ven mejor las coronarias. vaso, no obstante el calcio muy
Estudio con menor radiación, pero necesita una frecuencia cardíaca abundante también limita la
lenta y regular (< 65 lpm). valoración de la estenosis en la
•• Estudio retrospectivo: radiación durante todo el ciclo cardíaco (hasta TC. Se suele realizar un estudio
tres veces más de radiación), se obtienen imágenes del corazón de basal antes de la inyección de
todas las fases (para pacientes que no reducen la FC), en el pospro- contraste, donde se cuantifica
cesado se puede poner en movimiento el corazón y realizar medidas el calcio coronario (score Agats-
funcionales (similar a la ecocardiografía o la RM). ton) dando una estimación del
riesgo epidemiológico de enfer-
Como desventajas frente a la ecocardiografía estarían la menor disponibili- medad coronaria (poco especí-
dad y el uso de radiaciones ionizantes, con altas dosis en el estudio retros- fico en pacientes individuales).
pectivo. Como ventajas tendría la ausencia de mala ventana y mejor mejor Figura 7. Reconstrucción 3D de
valoración de la anatomía. Con la ayuda de la inteligencia una cardio-TC. Recuerdo anatómico
artificial, la TC también puede de las arterias coronarias: TCI
La cardio-TC se utiliza principalmente para la valoración de las esteno- estimar la reserva de flujo frac- (tronco coronario izquierdo), DA
sis coronarias, con un alto valor predictivo negativo (un estudio normal cional (RFF-TC) (similar a la con- (descendente anterior, por el surco
interventricular), CX (circunfleja,
prácticamente excluye la enfermedad coronaria), si bien no predice bien seguida con la coronariografía)
por el surco AV izquierdo) y CD
la isquemia miocárdica por lo que se suele usar en pacientes con baja útil para la valoración precisa (coronaria derecha, por el surco
probabilidad pretest. También se usa en el estudio de anomalías coro- de la repercusión funcional de AV derecho). Recordar que la
narias, bypass, algunos casos de tumores cardíacos y en el caso de no una estenosis de manera no dominante es la coronaria de la que
poder realizar RM (por ejemplo con dispositivos intracardíacos no com- invasiva. surge la descendente posterior

78
04. Imagen cardíaca | RD

RM cardíaca C. Perfusión miocárdica de primer paso en reposo y


tras estrés farmacológico
Técnica de imagen cada vez más utilizada para la valoración del corazón.
Muy útil para la valoración morfológica y funcional del corazón (conside- Secuencia realizada mientras se inyecta el contraste paramagnético (gado-
rada en la actualidad la técnica de referencia para la función ventricular linio). El contraste pasa de la vena periférica a las cámaras derechas, pos-
y masa miocárdica), pudiendo obtener además información valiosa de teriormente a las izquierdas y al miocárdio para, finalmente “lavarse” por
las características tisulares del miocardio. Se utiliza además en el estudio las venas miocárdicas. El miocardio normal realza rápidamente y posterior-
de valvulopatías (si la ecocardiografía es limitada) y para caracterizar las mente se vuelve negro. Lo que no realza (negro durante la secuencia) sería
masas cardíacas. un defecto de perfusión. Útil para valorar la isquemia miocárdica tanto en
reposo como tras estrés farmacológico (mismos fármacos que en la eco-
Como ventajas frente a la ecocardiografía estarían la mejor valoración ana- cardiografía). Es una secuencia con baja resolución espacial (se ve un poco
tómica y funcional y la ausencia de mala ventana ecocardiográfica. Como borrosa), pero alta de contraste.
limitaciones están la menor disponibilidad, la necesidad de colaboración
del paciente, la claustrofobia y algunos dispositivos intracardíacos incom- A B
patibles (cada vez menos usados). No utiliza radiaciones ionizantes como
en la cardio TC.

En el protocolo de la cardio-RM se utilizan varias secuencias, cada una enca-


minada al estudio de un aspecto diferente del corazón y de la patología
cardíaca. Al igual que en la ecocardiografía, se utilizan varios planos básicos
del corazón basados en su propio eje: eje corto, dos cámaras (o eje largo
del VI), cuatro cámaras y tres cámaras (o tracto de salida del VI), si bien se
pueden utilizar otros planos extra según las necesidades.
Figura 10. Secuencia de perfusión de primer paso en un paciente
A. Secuencias cine o de sangre blanca con isquemia inducible. A: en reposo, el gadolinio perfunde por
todo el miocardio; B: tras estrés con adenosina, se aprecia defecto
En esta secuencia (realizada en todos los planos de referencia) se obtiene de perfusión en el septo, el paciente tenía una lesión en la coronaria
el corazón en movimiento a lo largo de un ciclo cardíaco y nos da informa- derecha
ción anatómica y funcional. A partir de las imágenes obtenidas se pueden
realizar mediciones de la función (volúmenes y fracción de eyección), masa D. Secuencias de realce tardío de Gadolinio o
miocárdica y valoración cualitativa de la movilidad del miocardio (contracti- viabilidad miocárdica
lidad segmentaria) y de las valvulopatías.
Realizada unos minutos tras la inyección de Gadolinio y con anulación de
A B C D
la señal del miocardio normal (que pasa a ser negro). El miocardio patoló-
gico realzará, se verá hiperintenso (blanco) con respecto al miocardio norma
(negro). Según el patrón de realce se puede deducir el tipo de miocardio-
patía. Principalmente se dividen en dos: realce tipo isquémico (subendocár-
dico o transmural) y no isquémico (Figura 11 y Figura 12).

A B
Figura 8. Secuencias cine de RM o sangre blanca en los cuatro planos
de referencia: cuatro cámaras (A), dos cámaras o eje largo (B), eje
corto (C) y tres cámaras (D)

B. Secuencia de
triple IR o sangre
negra T2

Secuencia potenciada en T2 Figura 11. Secuencia de eje corto de realce tardío en dos pacientes,
(líquido blanco) con anulación uno sin realce (A) donde todo el miocardio es negro (normal) y otro
de la señal tanto de la sangre con realce no isquémico intramiocárdico (flecha en B) donde el
en movimiento como de la miocardio patológico es blanco
grasa, por lo que “brillaría” el
líquido intramiocárdico extra- E. Contraste de fase
celular (edema). Esta secuen-
cia se usa principalmente en Utilizadas para visualizar y cuantificar el flujo. Se realiza una imagen en un
Figura 9. Secuencia sangre negra T2 eje
las miocarditis y para detectar corto en un corazón normal, si se ven perpendicular al flujo que queremos medir (por ejemplo: la aorta ascen-
IAM. focos blancos en el miocardio hay edema dente) obteniendo parámetros de velocidad y flujo. Útil para valorar el volu-

79
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Diferentes tipos de realce tardío de gadolino en el VI

Tipo isquémico

Subendocárdico Transmural Oclusión microvascular

Infarto con signos de viabilidad Infarto sin signos de viabilidad Infarto sin signos de viabilidad y con
oclusión microvascular “no fellow”

Tipo no isquémico

Intramiocárdico Subendocardio difuso Epicárdico Intramiocárdico parcheado


· Miocarditis · Amiloidosis · Miocarditis MCH
· MCH · Oist transplante · A. Fabry
· MCD idiopática · Esclerosis sistémica · Chagas

Figura 12. Patrones de realce típicos en algunas patologías pericárdicas

men latido que sale del VI, medición de cortocircuitos con la medición del Es una prueba de detección de isquemia (similar a la ergometría). Los defec-
Qp/Qs o los grados de insuficiencia o estenosis valvulares. tos de perfusión se corresponden con isquemia inducible (defecto sólo tras
el estrés) o infarto establecido (defecto también en el reposo).
F. T1 y T2 mapping

Técnicas muy novedosas, cada vez más utilizadas en la práctica clínica,


que superan al realce tardío en la caracterización tisular, pudiendo ade-
más obtener medidas cuantitativas y objetivas (el realce tardío es una
medida cualitativa o semi cualitativa). El miocardio normal tiene un valor
determinado de tiempo de relajación de T1 que puede ser cuantificado,
este tiempo puede verse afectado en las diferentes miocardiopatías
(aumentado en la mayoría de patologías, como el edema, la fibrosis, la
hipertrofia, la isquemia... y, raramente acortado, aunque característico,
de la enfermedad de Fabry, displasia arritmogénica del VD o hemocro-
matosis).

SPECT Figura 13. SPECT en un paciente con isquemia inducible en cara


inferior, menor captación de radiotrazador en cara inferior tras el
estrés (flechas amarillas) normal en el reposo
La SPECT (tomografía computarizada por emisión monofotónica) es la
prueba de medicina nuclear realizada tras la inyección intravenosa de un
radiofármaco (Talio-201 o compuestos derivados del Tecnecio-99m) que
es absorbido por las células miocárdicas en proporción al flujo corona- 4.2. Patología cardíaca
rio que reciban. La radiación que emiten se capta en una gammacámara
obteniendo imágenes en sístole y diástole del miocárdio. Como en la eco- Este capítulo se ha enfocado fundamentalmente hacia el diagnóstico de las
cardiografía y la RM se puede realizar la prueba tras estrés farmacológico diferentes patologías cardíacas mediante pruebas de imagen, sobre todo las
o físico. referidas en el apartado anterior, incluyendo algunos datos adicionales de

80
04. Imagen cardíaca | RD

la clínica y diagnóstico diferencial, si bien para mayor profundidad de cada •• Cardio TC: buena herramienta para descartar o para demostrar la
patología se remite al Manual CTO de Cardiología y cirugía cardiovascular. enfermedad coronaria, aunque, en el caso de existir, es poco útil para
predecir la trascendencia hemodinámica de las lesiones (muy sensible
Cardiopatía isquémica pero poco específica, ya que, como se ha visto previamente, una TC
negativa prácticamente excluye la enfermedad coronaria, pero en el
La isquemia miocárdica ocurre por un desajuste entre el aporte de oxígeno caso de ser positiva es difícil demostrar que los síntomas del paciente
al miocardio y las demandas energéticas del mismo. Generalmente, es se deban exclusivamente a la ateromatosis). Generalmente, se usa en
secundario a estenosis de las arterias coronarias por la ateromatosis, no pacientes con probabilidad pretest baja o intermedia de enfermedad
obstante hay otras causas menos frecuentes: anomalías coronarias congé- coronaria o con pruebas de detección de isquemia no concluyentes o
nitas, cualquier forma de shock, alteraciones hematológicas o alteraciones dudosas.
patológicas de aumento de demanda de oxígeno.
A. Detección de la isquemia miocárdica
El papel de las pruebas de imagen en la miocardiopatía isquémica se cen-
tran básicamente en dos procesos, en la detección de la enfermedad coro- Ecocardiografía: análisis de la contractilidad global y segmentaria en
••
naria (y en ocasiones el tratamiento) y la detección de las consecuencias reposo o bajo estrés (esfuerzo o fármacos) y valorar complicaciones
sobre el miocardio (isquemia miocárdica, infarto establecido y otras com- postinfarto como aneurisma, pseudoaneurisma, rotura de cuerdas
plicaciones). tendinosas.
•• Coronariografía con RFF: uti-
lizando sondas para valorar la
reserva de flujo fraccional se
puede estimar la repercusión
hemodinámica de una este-
nosis. Un valor menor a 0,8
significa estenosis hemodiná-
micamente significativa.
•• SPECT: prueba de medicina
nuclear que detecta isquemia
o infarto.
•• Cardio-TC: en los aparatos más
modernos, y a costa de aumen-
tar de manera importante la
dosis de radiación, se puede
detectar alteraciones de la
perfusión miocárdica e incluso
realce tardío. Se puede valorar
además de algunas complica-
ciones del infarto (si la ecografía
o la RM no son valorables o no
se pueden hacer) como la rotura
Figura 14. Recuerdo anatómico de los segmentos del miocardio del VI y que arteria coronaria irriga cada cardíaca. Posibilidad también
segmento de realizar, con la ayuda de la
inteligencia artificial, de RFF TC.
•• Coronariografía convencional: prueba de referencia para la valora-
ción de las estenosis coronarias con la posibilidad de tratamiento con A B
angioplastia y/o stents. Es una prueba no exenta de riesgos y utilizada
sobre todo en pacientes con alta probabilidad preprueba de estenosis
o en el proceso agudo (MIR 15-16, 8; MIR 12-13, 7).

A B C

Figura 15. Paciente con lesión muy importante en la coronaria


derecha (flecha amarilla en A), se le realiza angioplastia con balón Figura 16. Reconstrucción de dos coronarias derechas en dos
(flecha blanca en B) con resultado de recanalización completa (flecha pacientes diferentes, la primera (A) es completamente normal, la
azul) segunda (B) presenta ateromatosis calcificada difusa

81
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

•• Cardio-RM: A B
-- Alteraciones de la contractilidad segmentaria (hipocinesia,
discinesia o acinesia), según la arteria afectada, y valoración
del espesor miocárdico en las secuencias cine (en movi-
miento).
-- Defectos de la perfusión, en reposo o con estrés farmacológico
durante la inyección de contraste, donde se aprecia ausencia de
realce del miocardio isquémico frente al normal.
-- Realce tardío de gadolinio: importante para valorar la viabilidad
miocárdica y, por lo tanto, el pronóstico. En la necrosis y en la C D
fibrosis miocárdica aumenta el espacio extracelular y el contraste
queda retenido en las zonas patológicas (siguiendo el territorio
vascular afectado), que se verán blancas (realce) frente al negro
del miocardio normal. El realce tardío tipo isquémico puede ser
de tres tipos, de mejor a peor pronóstico:
›› Subendocárdico (< 50% del espesor) lo que indicaría viabili-
dad del territorio afectado (se podría revascularizar).
›› Transmural (todo el espesor o al menos > 50-75%) que indi-
caría ausencia de viabilidad y baja probabilidad de recupe- Figura 18. Miocardiopatía isquémica crónica con adelgazamiento
ración tras revascularización. del septo y pared inferolateral en las secuencia cine (A: eje corto; B:
›› Patrón de no reflujo: en las zonas de realce tardío se puede cuatro cámaras) y realce tardío de gadolinio transmural en ambas
ver una banda subendocárdica de hipointensidad de señal áreas (ausencia de viabilidad) y foco de obstrucción microvascular (no
(negra), que indicaría obstrucción microvascular. reflujo) (flecha verde)

Subendocárdico Transmural

Miocardio viable Miocardio no viable


Figura 19. Ecocardiografía transtorácica en un paciente con aneurisma
apical. El miocardio apical está adelgazado y se abomba mientras el
resto de segmentos se contrae durante la sístole (discinesia)

•• Rotura miocárdica o pseudoaneurisma cardíaco: generalmente en


infartos inferiores (los anteriores no suelen sobrevivir). Puede identifi-
carse de manera aguda o ser asintomáticos e identificarlos de manera
casual en el seguimiento del paciente. Se identifican como aneuris-
mas de cuello corto (menor diámetro del cuello que del aneurisma)
generalmente con trombo en su interior y con realce del pericardio
en la RM.
Figura 17. Tipos de infarto de miocardio en función de su realce tardío
A B C D

B. Complicaciones de la cardiopatía isquémica:

Una de las mayores causas de muerte intrahospitalaria. Las complicaciones


que se pueden estudiar mediante técnicas de imagen son:
•• Aneurisma ventricular: generalmente en infartos anteriores. Se
observa adelgazamiento del miocardio, con realce transmural en la Figura 20. Dos pseudoaneurismas en cara inferior en dos pacientes
RM y con discinesia (contracción contraria al resto de segmentos) de diferentes. Uno en ETT (A) y RM (B) donde se aprecia además
los segmentos afectados (en RM o ecocardiografía). Puede haber un trombosis parcial del pseudoaneurisma (flecha verde) y otro en TC
trombo intraventricular por estasis sanguíneo. (corte de dos cámaras, C, y reconstrucción 3D, D)

82
04. Imagen cardíaca | RD

A B Puede haber fallo diastólico por disminución de la distensibilidad del mio-


cardio, con aumento de presiones de llenado ventricular, del territorio
venoso y capilar pulmonar y que, finalmente, puede llevar a congestión pul-
monar. El fallo sistólico y la dilatación pueden apreciarse en estadíos finales
de la enfermedad.

Los factores más importantes de riesgo de muerte súbita valorables por


imagen son:
•• Grosor del miocardio telediastólico >30 mm.
•• Incremento de la masa miocárdica total.
•• Obstrucción dinámica al tracto de salida del VI (TSVI): Secundaria a
movimiento anterior de la valva anterior de la válvula mitral durante la
sístole (SAM) que puede disminuir y ocluir el TSVI. Característico de las
miocardiopatías hipertróficas obstructivas.
•• Presencia de fibrosis miocárdica.
Figura 21. Aneurisma apical (A) y seudoaneurisma en cara inferior (B),
donde el cuello (línea azul) es mayor que el diámetro máximo (línea Técnicas de imagen
blanca) en el aneurisma y menor en el pseudoaneurisma
•• Ecocardiografía: técnica más utilizada sobre todo para valorar ausen-
•• Rotura del tabique interventricular: que generaría una CIV aguda. cia o presencia de hipertrofia y la función miocárdica. Puede valo-
•• Rotura de músculo papilar: más frecuente en infartos inferiores. Provoca rar también el SAM (movimiento anterior de la valva anterior mitral
una insuficiencia mitral aguda potencialmente mortal. En la ecocardiografía durante la sístole) (Figura 22), la obstrucción al TSVI y la posible insu-
o RM se observa insuficiencia valvular con prolapso de la valva y en la TC ficiencia mitral. Limitaciones en la valoración del ápex y de la pared
hipodensidad (más oscuro que el resto del miocardio) del músculo papilar. libre del VD.
•• Pericarditis: por inflamación del pericardio que cubre el área infartada.
Puede ser precoz (similar a una pericarditis aguda) o tardía (síndrome
de Dressler, entre la 2.ª y 8.ª semana y relacionada con un fenómeno
autoinmunitario). Suele verse derrame pericárdico y, en la RM y TC,
realce del pericardio.

Otras miocardiopatías
Las miocardiopatías son un conjunto heterogéneo de enfermedades que se
caracterizan por alteraciones estructurales y funcionales del miocardio en
ausencia de alteraciones coronarias o sobrecarga hemodinámica (isquemia,
valvulopatías, hipertensión o anomalía congénita) que las justifique y que
en muchas ocasiones tienen un origen genético. Se han realizado dos clasi-
ficaciones importantes para agruparlas, la de la American Heart Association
(AHA) y de la European Society of Cardiology (ESC), siendo esta última más Figura 22. MCH con SAM y aceleración del flujo en el tracto de salida
práctica desde el punto de vista de la imagen. Las miocardiopatías con alte- del VI
raciones solamente eléctricas no se consideran en este capítulo.
•• TC: papel limitado en esta patología. Puede valorar alteraciones asocia-
La técnica de imagen de referencia para el estudio de miocardiopatías es la das de las arterias coronarias como el origen anómalo y la aterosclerosis.
RM, aunque la ecocardiografía es útil en el despistaje inicial y la TC puede
tener papel en alguna de ellas.

A. Miocardiopatía hipertrófica (MIR 15-16, 9)

Es el trastorno cardíaco congénito más frecuente (prevalencia ≈ 1/500 adultos)


que se transmite en hasta un 60% de forma autosómica dominante con pene-
trancia variable. Se caracteriza por hipertrofia del miocardio del VI, VD o ambos Figura 23. MCH muy marcada, asimétrica, en paciente de 35 años con
dolor torácico, las coronarias eran normales
en ausencia de otra causa cardíaca o extra cardíaca (HTA, valvulopatía…). Histo-
lógicamente, se debe a una desestructuración e hipertrofia de las fibras miocár-
dicas y fibrosis intersticial. Los pacientes pueden estar asintomáticos o pueden •• RM: técnica muy útil tras la ecocardiografía. Valora todos los segmen-
presentar dolor torácico, disnea, síncope, infarto o muerte súbita. tos miocárdicos, la función y la contractilidad, incluyendo el SAM y la
obstrucción al TSVI. Es la técnica de referencia para estimar la masa
La hipertrofia puede ser simétrica o asimétrica, y la afectación más fre- miocárdica total y para identificar la fibrosis, que se detecta como
cuente es la del tabique interventricular. Se define en imagen como un gro- realce tardío de gadolinio no isquémico intramiocárdico o con las
sor miocárdico > 15 mm en la fase telediastólica. secuencias de T1 mapping.

83
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

-- Secuencias T2 (triple IR, T2


mapping…) detectan edema
que representa proceso
inflamatorio activo y poten-
cialmente reversible.
-- Realce tardío o T1 mapping:
detecta fibrosis intersticial
y, según el patrón de realce,
puede diferenciar entre
las diferentes etiologías.
El realce es no isquémico
Figura 24. Secuencias cine de RM. MCH, con afectación sobre todo del septo IV, pero que condiciona SAM durante (intramiocárdico/mesocár-
la sístole que condiciona obstrucción al tracto de salida del VI (la aceleración del flujo que se ve como un “chorro” dico, subepicárdico, lineal o
negro en la RM) (flecha amarilla) parcheado).

B. Miocardiopatía dilatada A B C

Dilatación y disfunción sistólica del VI o biventricular en ausencia de


anomalías de llenado ventricular o de cardiopatía isquémica. Es secun-
daria a fibrosis intersticial progresiva y disminución de los miocitos con
capacidad contráctil. Tiene una prevalencia aproximada de 1/2.500 de
individuos.
Figura 25. Miocardiopatía dilatada idiopática en una mujer de 20
Causas: hasta en un 50% de los pacientes no se encuentra causa (idiopática) años. Secuencias cine 4 cámaras (A y B) y eje corto y eje corto post
contraste (C), no hay realce tardío. Se ven al menos dos trombos
y entre el 50% restante los dividimos en dos grupos:
intraventriculares (flechas blancas)
•• Familiar/genética: el 25%. Generalmente HAD. Derivada de muta-
ciones de genes de proteínas citoesqueléticas y de la membrana
nuclear. C. Miocardiopatía arritmogénica
•• Adquirida/esporádica: múltiples causas de daño miocárdico condicio-
nan dilatación y disfunción ventricular. Las más frecuentes son la mio- Llamada clásicamente displasia arritmogénica del ventrículo dere-
carditis y el alcohol, otras serían las toxinas, fármacos y quimioterapia, cho, por su mayor afectación a este ventrículo, aunque puede afectar
las infecciones, enfermedades autoinmunes, alteraciones metabóli- a ambos, y en algunos casos sólo al VI. Es una enfermedad hereditaria
cas, periparto… Hay datos que sugieren que muchas de las idiopáticas infrecuente con herencia autosómica dominante y penetrancia y expre-
son postmiocarditis. sividad variables, caracterizada por reemplazamiento progresivo del
miocardio normal por tejido fibroadiposo (más frecuentemente en el
Algunas de las miocardiopatías dilatadas pueden ser reversibles, total o par- tracto de salida, ápex y tracto de entrada del VD: triángulo de la displa-
cialmente, si se elimina el desencadenante (alcohol, fármacos…). sia). Puede causar arritmias ventriculares y disfunción ventricular y es
causa de hasta el 20% de los casos de muerte súbita en menores de 35
Técnicas de imagen años. Si se detecta un caso, se deben de estudiar el resto de familiares
de primer grado por la posibilidad de implantar un desfibrilador en los
•• Ecocardiografía: generalmente la única técnica utilizada para el diag- afectados asintomáticos.
nóstico. Aumento del diámetro y de los volúmenes ventriculares y •• Algoritmo diagnóstico: ninguna prueba es suficiente para establecer
contractilidad global disminuida, también valora las insuficiencias el diagnóstico por lo que se han descrito varios criterios (TFC, Task
valvulares (mitral y tricuspídea secundarias). Como limitaciones no Force Criteria), agrupados en menores y mayores, que se basan en
puede identificar la causa, datos de reversibilidad (edema) o irreversi- demostrar la disfunción, las alteraciones estructurales, alteraciones
bilidad (fibrosis). tisulares en la biopsia, anomalías eléctricas en el ECG, antecedentes
•• TC: utilidad en los casos que se requiera descartar estenosis coro- familiares de la enfermedad o personales de arritmias.
naria.
•• RM: normalmente se hace cuando la ecocardiografía es limitada Hallazgos de imagen
o para identificar cambios morfológicos, cuantificar las altera-
ciones o monitorizar la respuesta al tratamiento. Muy útil en el •• Ecocardiografía: muy limitada por la peor valoración del VD en la ETT.
diagnóstico diferencial con la cardiopatía dilatada isquémica (en La ETE es mejor aunque también limitada. Valora la dilatación ventri-
esta última generalmente hay adelgazamientos focales del mio- cular y las alteraciones de la contractilidad segmentaria del VD (aqui-
cardio). nesia, disquinesia o aneurisma del VD).
-- Secuencias cine: aumento de la masa ventricular, aumento de los •• Angiografía invasiva: estudio de segunda línea, realizado sobre todo
diámetros ventriculares, de los volúmenes sistólico y diastólico y para la realización de la biopsia endomiocárdica, si bien debido a la
disminución de la fracción de eyección. Detección de la insufi- afectación parcheada se pueden dar falsos negativos. Valoración de
ciencia mitral secundaria. las alteraciones contráctiles en la ventriculografía.

84
04. Imagen cardíaca | RD

Hallazgos de imagen

La restricción ventricular con-


diciona la dilatación auricu-
lar, aumento de calibre de la
vena cava y suprahepáticas,
con tamaño ventricular normal
y espesor miocárdico conser-
vado o levemente aumentado.
Figura 26. RM en varón de 52 años con sospecha de DAVD. Hay dilatación del VD, con adelgazamiento de la pared El pericardio no debe de estar
y alteraciones de la contractilidad segmentaria (en C se aprecia un aneurisma anterior). En la secuencia de realce
engrosado (al contrario que en
tardío hay realce no isquémico epicárdico en la cara lateral del VI (flecha azul) y más dudoso en la pared libre del
VD (flecha verde). Cumple criterios de DAVD la pericarditis constrictiva donde
suele presentar engrosamiento
focal o difuso).
•• RM: técnica de elección. Valoración tanto morfológica como funcional •• Ecocardiografía: primera prueba diagnóstica. Detecta el compromiso
y tisular. Dilatación ventricular, alteraciones de la contractilidad seg- diastólico ventricular y puede diferenciar la constricción pericárdica
mentaria (discinesia, acinesia o disincronía) y detección de la cicatriz mediante el registro Doppler a través de las válvulas mitral y tricuspí-
fibroadiposa (realce tardío de gadolinio). También puede detectar dea. Característica la gran dilatación biauricular.
trombos endocavitarios. •• TC: utilidad en la valoración del pericardio (engrosamiento y calcifica-
•• TC: Papel limitado y no incluído en los criterios diagnósticos. Puede ciones) en el diagnóstico diferencial con las pericarditis.
detectar grasa intramiocárdica. •• RM: permite un estudio integral, con el estudio morfológico y funcio-
nal, el diagnóstico diferencial con la pericarditis constrictiva y puede
llegar al diagnóstico etiológico caracterizando las diferentes enferme-
dades por depósito con el realce tardío y las secuencias T1 mapping.

Tipos específicos de miocardiopatías secundarias


restrictivas en imagen

•• Amiloidosis (Figura 28): afectación del corazón en el 90% de las ami-


loidosis primarias. Son típicos el engrosamiento miocárdico y del tabi-
que interauricular y el derrame pleural y pericárdico. Presenta realce
tardío de gadolinio difuso subendocárdico o transmural y aumento
Figura 27. TC en un paciente con DAVD, hay grasa intramiocárdica de los valores de T1. Característicamente hay dificultad para anular la
(flechas amarillas) en el septo interventricular
señal del miocardio en las secuencias postcontraste.
•• Hemocromatosis: depósitos de hierro en el miocardio en la hemosi-
D. Miocardiopatía restrictiva derosis sistémica, hay que sospecharla en pacientes con afectación
hepática, DM y aumento de la pigmentación cutánea. La RM permite la
Miocardiopatía menos frecuente. Se caracteriza por una disfunción dias- detección del hierro por la disminución de la señal en secuencias T2*.
tólica secundaria a aumento de la rigidez ventricular con disminución del •• Enfermedad Anderson-Fabry (Figura 29): enfermedad de herencia
volumen diastólico uni o biventricular, con función sistólica conservada y AR ligada a X con acumulación de glucoesfingolípidos multiorgánica,
ausencia de dilatación o hipertrofia ventricular significativas. La disminución hay casos con afectación exclusiva del corazón. Suele haber hipertrofia
de la distensibilidad ventricular condiciona aumento de las presiones de lle- ventricular, disminución marcada del T1 mapping y realce caracterís-
nado con congestión venosa pulmonar y sistémica. tico mesocárdico basal inferolateral.
•• Causas: •• Sarcoidosis (Figura 30): afectación cardíaca en menos del 5% de los
-- Idiopática. pacientes con sarcoidosis, pero asociada a mal pronóstico. En la RM
-- Genética (raras). se pueden detectar los granulomas sarcoideos como focos de edema
-- Secundaria a infiltración miocárdica de enfermedades sistémicas y realce de gadolinio en la fase activa y en la fase postinflamatoria se
(como amiloidosis, hemosiderosis sarcoidosis, esclerodermia, puede detectar un realce subepicárdico septal y lateral basal.
síndrome hipereosinofí-
lico de Loeffler, fibrosis
endomiocárdica).

Es importante hacer diagnóstico


diferencial con la pericarditis cons-
trictiva, ya que tanto clínica como
hemodinámicamente son similares,
pero esta última puede beneficiarse Figura 28. Paciente con amiloidosis, en las secuencias cine se observa engrosamiento miocárdico tanto del VI
de tratamiento quirúrgico (pericar- como del VD, hay también derrame pleural, típico en estos pacientes. En las secuencias de realce se observa el
diectomía). realce tardío subendocárdico difuso. E: esquema del tipo de realce no isquémico

85
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

situación emocional o física estresante (miocardiopatía de estrés). Clínica,


enzimática y electrocardiográficamente se comporta como una angina o
infarto por lo que está indicado un cateterismo urgente para descartalo.
El pronóstico suele ser bueno con normalización de la función en unos
meses.

Hallazgos de imagen
Figura 29. Esquema Figura 30. Realce tardío intramiocárdico
del tipo de realce septal en paciente con sospecha de Acinesia o discinesia generalmente medioventricular o apical, aunque
tardío típico de sarcoidosis cardíaca. Esquema del tipo de puede ser segmentaria, con disfunción sistólica desproporcionada a la ele-
los pacientes con realce tardío típico de los pacientes con vación de enzimas. La afectación no se corresponde con un territorio coro-
enfermedad de Fabry sarcoidosis
nario concreto.
•• Ecocardiografía: se aprecian las alteraciones de la contractili-
E. Miocardiopatía no compactada dad segmentaria y disfunción sistólica. Útil también en el segui-
miento.
Tipo de miocardiopatía no clasificada que en la mayoría de casos suele tener •• Angiografía con ventriculografía: ausencia de oclusiones coronarias.
base genética. Es secundaria al defecto de la maduración de los sinusoides En la ventriculografía se puede apreciar la dilatación o “balonamiento”
de la pared miocárdica y se caracteriza por un aumento de la trabeculación apical típico (que le da el nombre al síndrome ya que asemejaba a
del endocardio, recesos intertrabeculares profundos y una capa epicárdica una vasija tradicional japonesa para pescar pulpos), patognomónica
compacta delgada. Puede evolucionar a dilatación, disfunción sistólica, en ausencia de enfermedad coronaria.
arritmias y fenómenos embólicos. •• TC: útil para descartar enfermedad coronaria, aunque en el cuadro
agudo suele hacerse arteriografía.
En afroamericanos se ha descrito un aumento de la trabeculación miocár- •• RM: alteraciones de la contractilidad segmentaria que no sigue una
dica no patológica con niveles que serían considerados patológicos en cau- distribución coronaria, también se puede apreciar edema en secuen-
cásicos. cias de sangre negra T2 en la fase aguda y ausencia de realce tardío
(lo que apoya al diagnóstico y ayuda al diagnóstico diferencial con el
Hallazgos de imagen infarto y la miocarditis).

•• Ecocardiografía: limitaciones en la diferenciación con la miocardio- G. Miocarditis


patía hipertrófica y baja reproducibilidad. El criterio sería una rela-
ción de miocardio no compactado/miocardio compactado mayor a Proceso inflamatorio del miocardio secundario a múltiples causas, como
2. También puede hacer hipocinesia o acinesia de los segmentos agentes infecciosos (generalmente el virus Coxsackie B), toxinas, reacciones
afectados. de hipersensibilidad (fiebre reumática o fármacos), drogas, vasculitis…si no
•• RM: hay varios criterios diagnósticos, el más reciente requiere de se reconoce agente se le denomina miocarditis primaria. Puede ser fulmi-
al menos un segmento de miocardio no compactado/compactado nante, aguda, subaguda, o persistente.
mayor a 3. También puede detectar fibrosis en el realce tardío, edema
subendocárdico y defectos de perfusión. Suele ser asintomática o con síntomas leves (tos y disnea tras cuadro
febril) y muchas pasan desapercibidas, aunque pueden darse arritmias,
A B dolor torácico (sobre todo cuando asocian pericarditis) o insuficiencia
cardíaca. Generalmente se resuelven de manera espontánea, pero un
pequeño porcentaje puede evolucionar a miocardiopatía dilatada por
reacción autoinmune.

Hallazgos de imagen

•• Ecocardiografía: modalidad inicial, puede observarse engrosamiento


miocárdico difuso por el edema intersticial y dilatación y aumento de
las cavidades en las fases agudas, también se aprecian alteraciones de
la contractilidad (difusa o segmentarias).
Figura 31. Secuencia de cine o sangre blanca de RM en paciente
con miocardiopatía no compactada. A: eje corto donde se •• RM: detecta, a parte de las alteraciones de la contractilidad, edema
aprecia una razón mayor a 3 del miocardio no compactado (línea miocárdico en las secuencias T2 (sobre todo STIR) y realce tardío
amarilla)/no compactado (línea azul). B: mismo corazón en de gadolinio, estos dos últimos se han asociado a peor pronóstico.
eje largo El realce tardío presenta una distribución no isquémica (subepicár-
dica o intramiocárdica, lineal o parcheada y, generalmente, infero-
lateral o septal), si se mantiene en el tiempo representa fibrosis,
F. Miocardiopatía de Takotsubo por lo que se suelen hacer controles. La RM es útil también en la
valoración del pericardio (miopericarditis) y en el seguimiento de
Deterioro abrupto y transitorio de la función sistólica sin estenosis coro- los pacientes.
naria significativa. Suele afectar a mujeres posmenopáusicas tras una •• TC: se puede realizar para excluir enfermedad coronaria.

86
04. Imagen cardíaca | RD

A B C Métodos de imagen

Generalmente, las valvulopatías se sos-


pechan por la clínica y la auscultación
de soplos.
•• Ecocardiografía con técnica
Doppler: la primera prueba de
imagen que se realiza (transtorá-
Figura 32. Varón de 21 años con clínica de miocarditis aguda. cica) y, generalmente, la única, ya
En la secuencia STIR (T2) (A) se ve edema intramiocárdio en
que valora la alteración valvular
septo (flecha azul) y epicárdico anterolateral (flecha amarilla)
y en la secuencia de realce tardío (B) se observa realce en las y realiza las medidas necesarias Figura 33. Eje corto
mismas áreas del edema. C: esquema del tipo de realce tardío para el manejo del paciente. En el paraesternal a nivel de
típico caso de mala ventana o en casos una válvula aórtica trivalva
más concretos como la valoración normal
de trombos o prótesis está indi-
Formas específicas de miocarditis cada la ecocardiografía transesofágica.
•• RM: confirma y completa el diagnóstico en casos con ecocardiografía
Enfermedad de Chagas: producida por el protozoo Trypanosoma cruzi, dudosa, la secuencia más útil es el contraste de fase, ya que cuantifica
endémica de centroamérica y sudamérica, detectada en nuestro medio el flujo y la velocidad a través de la válvula. Se puede valorar también
sobre todo en inmigrantes de estas zonas. En fase aguda se comporta como la función y otras alteraciones ventriculares y de la aorta torácica. En
cualquier miocarditis, no obstante aproximadamente un 20% de los pacien- las secuencias cine se ve un artefacto de vacío de flujo (negro) que se
tes desarrollarán una miocardiopatía crónica, tras un periodo asintomático corresponde con el jet de valvulopatía.
de latencia de unos 10-30 años que suele cursar con insuficiencia cardíaca. •• TC: Valora la anatomía valvular aunque es poco útil comparando con
En las pruebas de imagen se caracterizan por: las otras pruebas y utiliza radiación. No obstante, cada vez es más uti-
•• Aneurismas, generalmente apicales (con o sin trombo). lizada en el estudio prequirúrgico en el caso de implantación de pró-
•• Adelgazamiento miocárdico. tesis percutáneas, sobre todo aórtica (TAVI) aunque también mitral y
•• Realce tardío de gadolinio intramiocárdico o epicárdico inferolateral mitraclip® y para descartar enfermedad coronaria previo a la cirugía
y apical. abierta (para realizar bypass en el mismo acto), para esto último tam-
•• Hipocinesia posterobasal y deterioro de la FEVI progresiva. bién se puede realizar una coronariografía.

Valvulopatías B. Estenosis aórtica

La estenosis aórtica (EAo) es la valvulopatía más frecuente. Es una limitación


A. Generalidades a la apertura valvular, lo que dificulta la salida de sangre del VI a la aorta
y condiciona hipertrofia concéntrica compensatoria ventricular. Puede ser
Las valvulopatías son alteraciones morfológicas o funcionales de las vál- asintomática durante varios años y, cuando aparecen los síntomas, el más
vulas cardíacas que condicionan limitación de la apertura o cierre de las frecuente es la disnea de esfuerzo.
mismas.
Tipos
Tipos de valvulopatía:
•• Estenosis: dificultad a la apertura de la válvula lo que condiciona un •• Primarias:
incremento de presión (poscarga elevada) en la cámara cardíaca proxi- -- Degenerativa: la más habitual y aumenta con la edad, por cal-
mal provocando hipertrofia compensadora, en el caso del ventrículo, o cificación del anillo que condiciona rigidez de las valvas.
dilatación en las aurículas. Normalmente aparecen los síntomas antes -- Congénita: sobre todo la válvula bicúspide (anomalía congénita
de la disfunción ventricular, por lo que se suelen manejar con una acti- cardiovascular más frecuente, prevalencia del 1-2%).
tud expectante. -- Reumática: suele asociar valvulopatía mitral y, a veces, también
•• Insuficiencia: defecto de cierre valvular que provoca paso de sangre insuficiencia aórtica.
de vuelta a la cámara proximal, condicionando sobrecarga de volumen •• Funcionales:
e hipertrofia excéntrica (dilatación) de la cavidad cardíaca. Suele haber -- Subvalvular: por miocardiopatía hipertrófica obstructiva o mem-
disfunción ventricular antes de los síntomas, por lo que se requiere un brana.
seguimiento más estrecho y puede requerir cirugía incluso en pacien- -- Supravalvular: congénita muy poco frecuente, asociada al sín-
tes asintomáticos. drome de Williams-Beuren.

Además ambas valvulopatías se pueden diferenciar según su instauración Pruebas de imagen


en agudas o crónicas, siendo las primeras muy mal toleradas y precisando,
generalmente, tratamiento quirúrgico precoz. También se pueden clasificar •• Ecocardiografía: morfología y número de las valvas (para identificar la
en orgánicas/primarias (por alteraciones de las valvas como degeneración o causa) y estimación de la severidad con el área de apertura máxima
fiebre reumática) o en funcionales/secundarias (por causa externa, general- valvular y el gradiente transvalvular (diferencia de presiones entre el VI
mente dilatación del anillo). y la Ao medida con Doppler, mayor cuanto más grave es la estenosis).

87
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Valoración también de la Ao ascendente que puede estar dilatada y la Implantación transcatéter de la válvula aórtica (TAVI)
hipertrofia ventricular izquierda.
-- EAo severa: área < 1 cm² (< 0,6 cm²/m² indexada) y gradiente Es un procedimiento intervencionista intravascular que realizan los hemo-
transvalvular sistólico medio > 40 mmHg o velocidad < 4 m/s. dinamistas en pacientes con EAo severa sintomátic, no candidatos a reem-
-- Una situación clínica especial, y de difícil manejo, es la estenosis plazo valvular por prótesis, generalmente ancianos y/o con alto riesgo
grave (< 1 cm²) con bajo flujo y bajo gradiente (< 4 m/s y < 40 quirúrgico (con esperanza de vida > 1 año). No obstante, dados los buenos
mmHg). Puede ser por disfunción sistólica (con FEVI baja) o por resultados obtenidos las indicaciones se están ampliando a más grupos de
VI pequeño por hipertrofia concéntrica con disfunción diastólica, pacientes.
en estos casos está indicada ecocardiografía (o RM) de estrés
que desenmascararía la estenosis. TC de planificación para las medidas del anillo valvular y aorta (para la elec-
•• TC: es la mejor prueba para la medición del calcio valvular mediante el ción del tamaño de la prótesis) y medidas vasculares (para elegir la vía de
score Agatston, a mayor puntuación mayor gravedad. También puede abordaje, generalmente por la arteria femoral), todo ello para facilitar la
valorar la anatomía y área valvular en un estudio retrospectivo (alta implantación y evitar complicaciones.
radiación) y útil en el estudio de la aorta. Guía para planificación previa
a la implantación de la prótesis aórtica tipo TAVI. C. Insuficiencia aórtica

Defecto de cierre de la válvula aórtica, condicionando un reflujo de


sangre hacia el VI durante la diástole, lo que provoca un aumento del
volumen hacia la cavidad ventricular, que se dilatará de manera com-
pensatoria. Generalmente los pacientes se mantienen asintomáticos
durante varios años, hasta la dilatación y la disfunción sistólica. El sín-
toma más frecuente es, como en la estenosis, la disnea de esfuerzo, si
bien estos pacientes toleran mejor el ejercicio físico moderado, ya que la
taquicardia y la vasodilatación periférica disminuyen el volumen regur-
gitante.

Causas

•• Valvulares: degenerativa, reumática, endocarditis o válvula bicúspide


Figura 34. Válvula aórtica en TC con calcificación degenerativa y (esta última puede ser tanto normofuncionante, como estenótica o
limitación a la apertura
insuficiente).

Figura 35. Captura de pantalla del programa de postprocesado para las medidas de la aorta y anillo aórtico (A) y reconstrucción vascular de la aorta
abdominal y ejes ilíacos (B) realizadas por TC para valorar el tipo de prótesis y vía de abordaje

88
04. Imagen cardíaca | RD

•• Secundarias a dilatación del anillo: por aneurisma de aorta ascen- que aumenta el riesgo de embolias sistémicas, también se puede dar
dente, disección aórtica, enfermedad de Marfan… hemoptisis.

Pruebas de imagen Causas

•• Ecocardiografía: valoración anatómica y de la incompleta coapta- •• Fiebre reumática: la causa más frecuente (siendo la valvulopatía más
ción de las valvas en diástole, estimación de la gravedad mediante frecuente por esta causa), con predilección por el sexo femenino.
Doppler y realización de medidas del VI y Ao ascendente. A veces el •• Congénita, mucho menos frecuente.
estudio es limitado y es necesaria la realización del estudio transe-
sofágico o RM. Pruebas de imagen

A B •• Ecocardiografía Doppler:
generalmente la única
prueba utilizada, con
buena valoración de los
velos y el orificio de este-
nosis, calcula también,
como en el resto de este-
nosis, la velocidad y el
gradiente transvalvular.
Figura 36. Paciente con válvula aórtica bicúspide con insuficiencia Se puede valorar también
Ao severa, eje corto paraesternal (A) donde se ven las dos valvas y eje el fallo del VD y la hiper-
largo paraesternal (B) donde se ve el jet de insuficiencia tensión pulmonar.
•• RM: poco utilizada, sólo
•• RM: análisis de la anatomía y orificio de regurgitación y cálculo del ante dudas ecocardio-
volumen y de la fracción regurgitante con la secuencia de contraste gráficas y valoración de Figura 38. Paciente con estenosis
mitral reumática, con aceleración del
de fase. Valoración también de la morfología y función ventricular trombos.
flujo a través de una válvula que no se
y de la aorta. En las secuencias cine se suele ver un artefacto de •• TC: normalmente no es abre completamente
vacío de flujo (chorro negro) que se corresponde con el jet de val- útil, aunque reciente-
vulopatía. mente se empieza a utili-
•• TC: para el estudio de la aorta ascendente, también en pacientes con zar para guía de implantación endovascular de prótesis mitral, alternativa
Marfan (Figura 37). a la prótesis quirúrgica, que se suele utilizar en pacientes con alto riesgo
quirúrgico, fallo de prótesis biológica o con importante calcificación.

Figura 37. Dilatación de la raíz aórtica en un paciente con síndrome


de Marfan

D. Estenosis mitral (MIR 17-18, 4)

Disminución de la apertura valvular mitral con dificultad del paso de sangre


de la aurícula al ventrículo durante la diástole. Esto condiciona aumento
de presión retrógrada con dilatación auricular e incremento de la presión Figura 39. Medidas con TC del anillo mitral para la colocación de
venosa y capilar pulmonar que, si progresan, provocan fallo ventricular prótesis mitral percutánea
derecho. Característicamente, en la EM, el ventrículo izquierdo está conser-
vado, con FEVI normal. E. Insuficiencia mitral (MIR 16-17, 8)

La dilatación auricular masiva puede condicionar arritmias auricula- Defecto de cierre de la válvula, condicionando regurgitación de sangre del
res, generalmente fibrilación auricular, y trombos intracavitarios, lo VI a la AI.

89
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Causas •• TC: útil en el caso de ecocardiografía incompleta y para valorar lesio-


nes extra valvulares y fenómenos embólicos torácicos y extratorácicos
•• Orgánicas valvulares: prolapso (probablemente la más frecuente), cal- (abscesos pulmonares o cerebrales).
cificación degenerativa, endocarditis y reumática. •• PET TC: útil en endocarditis sobre válvulas, ya que son más difíciles de
-- El prolapso mitral, o síndrome de Barlow, es un tipo especial evaluar por ecocardiografía, hay captación de FDG en el tejido infec-
de prolapso donde una de las valvas (generalmente la poste- cioso.
rior) protruye hacia la aurícula durante la sístole (> 2 mm) y en
ocasiones se puede desarrollar IM. Se suele asociar con altera- Complicaciones que requieren cirugía
ciones del tejido conectivo como el síndrome de Marfan o de
Ehlers-Danlos. •• Insuficiencia cardíaca (la más frecuente): por insuficiencia valvular
•• Isquémica: que puede ser aguda, por rotura de músculo papilar (rara y aguda, fístula o vegetación obstructiva.
potencialmente fatal ya que puede provocar edema agudo de pulmón •• Infección incontrolada: sobre todo con extensión perivalvular con abs-
y shock cardiogénico) o crónica por disfunción, generalmente, de la cesos, seudoaneurismas o fístulas.
valva posterior (más frecuente). •• Prevención de episodios embólicos producidos por las vegetaciones,
•• Funcional: secundaria a dilatación del anillo. mayor riesgo cuanto mayor sea la vegetación.

Pruebas de imagen Patología del pericardio


•• Ecocardiografía: al igual que en el resto de valvulopatías se valora la
morfología valvular, intentando averiguar el mecanismo responsable y A. Derrame pericárdico y taponamiento (MIR 17-18, 3;
la función con la técnica Doppler. Valoración también de la aurícula y MIR 10-11,3)
posibles trombos y guía para la implantación de Mitraclip® (especie de
pinza que se implanta entre ambos velos en hemodinámica vía tran- El derrame pericárdico es la alteración más común del pericardio y es el
septal en pacientes de alto riesgo quirúrgico). aumento del líquido pericárdico por encima de 50 ml (cantidad considerada
•• RM: para valoración de la morfología, de la función valvular y ventri- fisiológica). Secundario a insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, infeccio-
cular y cálculo del volumen y fracción regurgitante con la combinación nes, neoplasias, afectación autoinmune o infarto de miocardio.
del volumen latido calculado en el ventrículo derecho, en la secuen-
cia cine y el volumen latido de la aorta (parte del volumen ventricular El taponamiento cardíaco es una situación clínica grave consecuen-
vuelve a la aurícula y no pasa a la aorta). cia de la acumulación de líquido pericárdico en cantidad suficiente y
con la suficiente rapidez para comprometer el llenado ventricular por
F. Endocarditis infecciosa (MIR 17-18, 13) compresión y disminuir la función cardíaca. En el derrame crónico la
acumulación lenta hace que el pericardio se adapte y, a pesar que de
Infección del endocardio con extensión a las válvulas y estructuras cardía- pueda haber más líquido, la presión es menor y hay menor compro-
cas adyacentes, también puede afectar a las válvulas protésicas. Es una miso hemodinámico.
patología grave y potencialmente mortal, se trata con antibioterapia, si
bien casi la mitad de los pacientes serán sometidos a una cirugía en el Pruebas de imagen
episodio agudo.
•• Ecocardiografía: diag-
Pruebas de imagen nóstico del derrame
con la visualización
•• Ecocardiografía: especialmente la transtorácica, es la prueba de elec- del líquido y valora-
ción para su diagnóstico, donde se identifican las vegetaciones (nódu- ción semicuantita-
los adyacentes a las válvulas), los abscesos, fístulas, pseudoaneurismas tiva de la cantidad
y la dehiscencia en el caso de válvulas protésicas. mediante el espesor
(< 1 cm: pequeño, 1-2
cm: moderado y > 2
cm: severo), es impor-
tante también para
valorar la repercusión Figura 41. Derrame pericárdico en
ecocardiografía
hemodinámica en el
caso de taponamiento
cardíaco (con compresión de la AD durante la sístole precoz, dila-
tación de venas cavas y variaciones marcadas del flujo mitral y
tricuspídeo con la respiración) (Figura 41).
•• TC: visualización de todo el pericardio, por lo que se establece mejor
Figura 40. Paciente con endocarditis sobre válvula protésica biológica. la cantidad y valora mejor derrame loculados, además, mediante la
Se observa una gran vegetación (flecha azul) que condiciona estenosis atenuación (unidades Hounsfield) se puede ayudar a caracterizar el
aórtica moderada (jet con señal Doppler con mosaico de colores) líquido distinguiendo entre trasudado (< 20 UH), exudado (20-50 UH)
(flecha blanca) o sangre (> 50 UH) (Figura 42).

90
04. Imagen cardíaca | RD

A B C

Figura 42. Derrame pericárdico en tres pacientes diferentes que se pueden caracterizar según la UH. A: trasudado en paciente con insuficiencia
renal (< 10 UH); B: exudado en pciente con pericarditis (20-50 UH); tienen también realce pericárdico; C: hemopericardio (> 50 UH) en paciente con
disección aórtica tipo A

•• RM: similar a la TC en cuanto a la valoración de la cantidad, se puede Pruebas de imagen


valorar también la repercusión hemodinámica, más limitado que en la
ecocardiografía en este aspecto. •• Ecocardiografía: se aprecia engrosamiento pericárdico (aunque su
ausencia no lo excluye). Es muy útil en la valoración de la repercusión
B. Pericarditis aguda hemodinámica con el Doppler mediante las variaciones respiratorias
de la velocidad de flujo en las valvas auriculoventriculares y en las
Síndrome clínico secundario a la inflamación del pericardio, clínicamente se venas cavas (con la inspiración aumenta la velocidad en las cámaras
caracteriza por dolor torácico, fiebre y roce pericárdico en la auscultación. derechas y disminuye en la mitral y viceversa) demostrando la interde-
Para su diagnóstico se necesitan dos o más de los siguientes: pendencia ventricular. También hay desplazamiento del septo IV hacia
•• Dolor torácico típico. la izquierda en la diástole precoz y variaciones respiratorias en el movi-
•• Roce pericárdico. miento del mismo.
•• ECG compatible. •• TC: valoración del engrosamiento pericárdico (> 4 mm) mejor que con
•• Derrame pericárdico. la ecocardiografía, realce calcificación (hasta en un 50%), derrame
pericárdico y signos indirectos de constricción (ventrículos de morfo-
La mayoría son idiopáticas (probablemente víricas por el virus Coxsackie A logía tubular), dilatación auricular, de cavas y suprahepáticas, derrame
y B e influenza), otras menos frecuentes serían la tuberculosis, bacterianas, pleural y ascitis. Si el estudio es retrospectivo también se puede valo-
colagenosis, insuficiencia renal crónica, neoplasias, radioterapia, trauma, o rar la movilidad (mayor radiación) (Figura 43).
cirugía o AI. •• RM: similar a la TC en la valoración del engrosamiento pericár-
dico, además el realce tras la administración de gadolinio indica
El principal diagnóstico diferencial es el IAM. actividad inflamatoria, lo que sugiere reversibilidad tras trata-
miento conservador y podría evitarse la pericardiectomía (tra-
Pruebas de imagen tamiento definitivo). Útil también en la valoración de los signos
de constricción de manera directa en las secuencias cine identifi-
No serían necesarias si hay un diagnóstico clínico claro. cando las alteraciones en la movilidad del pericardio (limitado en
•• Ecocardiografía: prueba recomendada ante la sospecha, si bien, un la constricción) y el desplazamiento del septo relacionado con la
resultado normal no excluye el diagnóstico, se puede ver derrame. respiración.
•• TC/RM: útiles en algunos casos como en clínica atípica, búsqueda de
causa específica, mala respuesta al tratamiento inicial, seguimiento...
Se valora mejor el engrosamiento pericárdico y el realce (tras con-
traste) que indican inflamación.

C. Pericarditis constrictiva

Consecuencia de inflamación crónica del pericardio, que condiciona rigidez


y disminución de la distensibilidad (por la fibrosis, calcificación y las adhe-
rencias entre las capas del pericardio) con la consecuente limitación del lle-
nado ventricular y de la función diastólica.

El riesgo de desarrollar pericarditis constrictiva tras una pericarditis aguda es Figura 43. TC en paciente con pericarditis constrictiva. Se observa
bajo, sobre todo tras pericarditis idiopática o vírica, la incidencia es mayor tras derrame pericárdico con calcificación periférica (flecha amarilla) y
etiología purulenta o tuberculosa y tras cirugía o radioterapia (estas dos últimas signos indirectos de constricción, con ventrículos tubulares (flecha
en aumento). Hasta en el 50% no se reconocen antecedentes de pericarditis. azul) y dilatación de las aurículas y vena cava (flecha roja)

91
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Tumores cardíacos ›› Ecocardiografía: valoración de la movilidad del tumor y el


pedículo, si la base es muy amplia habría que hacer diag-
Son tumores muy infrecuentes, siendo más frecuentes las metástasis que los nóstico diferencial con tumor maligno con otras pruebas.
tumores primarios, y de estos últimos, los benignos más que los malignos. ›› TC/RM: mejor caracterización tisular, extensión cardíaca y
extracardíaca. Realza tras el contraste (Figura 45).
A. Metástasis -- Fibroelastoma papilar: segundo en frecuencia y muy típico en
las válvulas cardíacas, sobre todo en las izquierdas. Diagnóstico
Sobre todo de pulmón, mama y melanoma (este último es menos frecuente diferencial con trombos.
pero con mayor riesgo a metastatizar que los otros dos), las metástasis -- Lipoma.
afectan más al pericardio que al miocardio y pueden condicionar derrame y -- Rabdomioma: el más frecuente en niños.
taponamiento (Figura 44). •• Malignos:
-- Angiosarcoma: el más frecuente en adultos
-- Rabdomiosarcoma: el más frecuente en niños

Cardiopatías congénitas
Este es un tema muy extenso y complejo, por lo que se centra el apar-
tado en exponer las áreas más preguntadas orientándolo a las pruebas
de imagen.

Las cardiopatías congénitas afectan hasta al 1% de los recién nacidos (más


frecuentes en síndromes polimalformativos) y se clasifican en cianóticas o
no cianóticas y, dentro de estas, si condicionan o no hiperaflujo vascular
pulmonar.

A. Pruebas de imagen

Figura 44. Implantes pericárdicos (flecha amarilla) y pleurales (flecha •• La ecocardiografía: es la modalidad de elección para el diagnóstico y
verde) en paciente con linfoma seguimiento.
•• Placa simple de tórax: útil para la sospecha de algunos casos.
B. Primarios •• TC: caracteriza muy bien la anatomía cardíaca y vascular (útiles para la
planificación quirúrgica de ser necesaria).
•• Benignos: •• RM: también proporciona buena valoración anatómica cardiovas-
-- Mixoma: el más frecuente (25-50% de los casos), ubicado cular, con la ventaja de no utilizar radiaciones ionizantes, y, además,
normalmente en la AI con base pediculada en el tabique inte- aporta datos funcionales como la medición de los cortocircuitos con
rauricular. Es más típico en mujeres (30-50 años) y hasta en el cociente Qp/Qs en las secuencias de contraste de fase (flujo en la
un 7% se asocian al síndrome de Carney (HAD con hiperpig- arteria pulmonar/flujo en la aorta) que cuando excede 1,7-2 está indi-
mentación cutánea y varios tipos de tumores). Pueden cau- cada la corrección quirúrgica. Al igual que en las valvulopatías también
sar embolismos sistémicos, insuficiencia cardíaca o SRIS (por se puede ver el chorro de sangre de color negro en las secuencias cine.
secreción de IL6). En imagen, el diagnóstico diferencial es
sobre todo con un trombo intracavitario y clínicamente con B. Cortocircuitos
la endocarditis (recordar el típico soplo diastólico que cambia
con la posición y el plop tumoral al encajar la masa en la vál- Son conexiones anormales del flujo sanguíneo entre la circulación sistémica
vula mitral). y la circulación pulmonar. Hay dos tipos de shunt, izquierda-derecha (donde

A B C

Figura 45. Ecocardiografía cuatro cámaras (A y B), se observa un gran mixoma intraauricular izquierdo, que depende del septo IA y protruye hacia el VI
a través de la valva mitral (B), condiciona estenosis valvular (C)

92
04. Imagen cardíaca | RD

la sangre oxigenada para de la circulación sistémica a la pulmonar) y de mera en la población pediátrica, ya que muchas de ellas se cierran espontá-
derecha-izquierda (donde la sangre no oxigenada fluye directamente de la neamente. Hay cuatro tipos según su localización y márgenes, los dos más
circulación pulmonar a la sistémica). frecuentes son:
•• Defecto membranoso: (70%-80%), defecto en la parte membranosa
Cortocircuitos izquierda-derecha (basal) del septo interventricular.
•• Defecto muscular o trabecular: defecto en la parte muscular del septo
Condicionan un hiperaflujo sanguíneo a la circulación pulmonar que, sí interventricular, si son pequeñas se suele cerrar el primer año de vida.
es significativo y el tiempo es suficiente, hace que la resistencia arterial
pulmonar se iguale o exceda a la resistencia vascular sistémica ocasio- Para las pruebas de imagen es similar a la CIA (Figura 47).
nando que el cortocircuito se vuelva bidireccional o se invierta (síndrome
de Eisenmenger), momento en que la corrección quirúrgica no es posi- A B
ble.

CIA

La comunicación interauricular (CIA) es el cortocircuito más frecuente


detectado en la edad adulta ya que la mayoría se mantienen asintomáticos.
Es más frecuente en mujeres. Suelen cursar con sobrecarga de cavidades Figura 47. Paciente con gran CIV membranosa, en eco se ve el orificio
derechas. en la parte más superior del septo (flecha amarilla), con paso de
•• Tipos de CIA: sangre al VD (ecocardiografía Doppler, B) y también se ve el orificio
-- Tipo ostium secundum: el más frecuente (sobre el 75%) defecto en la secuencia cine de RM, donde se aprecia además leve derrame
pericárdico (flecha verde)
localizado en la fosa oval (tercio medio del septo interauricular).
Si son pequeñas se suelen cerrar en el primer año de vida.
-- Tipo ostium primum: (10%), defecto en la parte baja del Ductus arterioso persistente
septo, próximo a las válvulas auriculoventriculares y se puede
asociar a un defecto auriculoventricular (CIA ostium primum Aproximadamente el 10-12%
en continuación con una CIV en la zona basal del septo ven- de todas las cardiopatías con-
tricular, con válvula AV común y paso de sangre entre todas génitas. Es la persistencia de
las cavidades, condicionando un shunt I-D y D-I y se asocia a la comunicación entre la aorta
síndrome de Down). descendente (distal a la sub-
-- Tipo seno venoso: cerca de la desembocadura de las venas cavas, clavia) y la arteria pulmonar
inferior o superior o cerca del seno venoso. izquierda que está presente
intraútero y que habitualmente
La ecocardiografía Doppler es la prueba de elección, visualizando el se cierra espontáneamente en
defecto en el septo interauricular y el paso de sangre de la AI a la AD, las primeras horas de vida. Es
también se aprecia la dilatación del VD. La RM es útil en casos dudosos más frecuente en niñas, prema-
de ecografía. turos y tras infección materna
por rubeola. Si la comunicación
A B se mantiene y es grande se pro-
duce un cortocircuito I-D con
Figura 48. Ductus arterioso
hiperaflujo pulmonar y sobre-
persistente en mujer de 45 años,
carga izquierda, los DAP peque- reconstrucción con RM (Ao: aorta;
ños no producen alteraciones API: arteria pulmonar izquierda
hemodinámicas pero predispo-
nen a endocarditis.

La ecocardiografía Doppler es la principal técnica de imagen, ya que visua-


liza la comunicación. La TC y la RM presentan mejor valoración anatómica
siendo la última útil para la cuantificación del shunt. La angiografía valora la
HTP y puede hacer tratamiento endovascular.
Figura 46. Dos CIA tipo ostium secundum en dos pacientes diferentes
con el defecto en el tercio medio del septo. En B se observa un jet Drenaje venoso pulmonar anómalo
negro (flecha amarilla) que se corresponde con la sangre pasando de
la AI a la AD Es un tipo de cortocircuito extracardíaco donde una o más venas pulmona-
res drenan a la AD (a través de la vena cava, vena innominada o seno coro-
CIV nario), en vez de a la AI, condicionando un shunt I-D. La forma más común
es la parcial, si es total es más grave y cianótica, se asocian frecuentemente
Es la segunda cardiopatía congénita del adulto (se recuerda que la primera a CIA (en el 100% de las formas totales). Generalmente se diagnostica con
era la válvula aórtica bicúspide), representando un 20% del total y la pri- CT o RM, pudiendo cuantificar el shunt en esta última.

93
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

A B D-Transposición de grandes vasos

Segunda cardiopatía congénita cianógena más frecuente. Hay una concor-


dancia auriculoventricular y una discordancia ventrículo arterial, la aorta se
origina del VD morfológico y la pulmonar se origina del VI morfológico ori-
ginando, por tanto, dos circuitos independientes que serían incompatibles
con la vida a no ser que haya una conexión entre ambos, con un foramen
permeable, un ductus persistente, una CIA o CIV. Las pruebas de imagen,
tanto la ecocardiografía, como la TC y la RM van encaminadas al diagnóstico
y a la valoración prequirúrgica.

L-transposición de grandes vasos


Figura 49. TC (A: coronal; B: reconstrucción 3D) en paciente con
drenaje venoso pulmonar anómalo parcial, la vena pulmonar del LSI Cardiopatía muy poco frecuente. Se denomina también transposición corre-
(flechas verdes) drenan en el tronco venoso braquiocefálico izquierdo gida de grandes vasos. La AD se conecta al VI morfológico del que sale la
que finalmente drenará a la AD (en lugar de a la izquierda) pulmonar y la AI se comunica con el VD morfológico del que sale la aorta,
por lo que en este caso el problema sería por la debilidad del VD en pasar la
Cortocircuitos derecha-izquierda sangre oxigenada a la circulación sistémica. Se suele asociar a CIV, estenosis
pulmonar, anomalía tricuspídea y arritmias. En las pruebas de imagen, tanto
La sangre pobre en oxígeno pasa directamente desde la circulación pulmo- en la ecocardiografía como en la RM, se valoran las anomalías y la función
nar a la sistémica sin el paso por el pulmón, por lo que habrá una disminu- de ambos ventrículos y la TC tiene también buena valoración anatómica.
ción del oxígeno a los tejidos.
Hipoplasia de cavidades izquierdas
Tetralogía de Fallot
Grupo de anomalías congénitas cianóticas en las que hay un hipodesarrollo
Es la cardiopatía congénita cianótica más frecuente después del pri- de las cavidades izquierdas y la circulación en ambos circuitos se mantiene
mer año de vida. La forma clásica se caracteriza por cuatro defectos gracias al VD, la CIA y el ductus.
estructurales:
•• CIV. Otras anomalías congénitas
•• Obstrucción al flujo pulmonar en el tracto de salida del VD.
•• Aorta acabalgada entre ambos ventrículos, sobre la CIV.
•• Hipertrofia del VD. A. Coartación de aorta (Figura 50)

Puede asociarse también CIA, persistencia del ductus o agenesia de la vál- Estrechamiento focal de la aorta descendente que condiciona disminución del
vula pulmonar. flujo distal al mismo (a abdomen y miembros inferiores) y un aumento de la pos-
carga proximal hacia las ramas aórticas más proximales y corazón condicionando
En las pruebas de imagen, un signo clásico es la forma de bota o garrafa hipertrofia del VI. Se caracteriza por HTA y claudicación en MMII con diferencia de
en la radiografía simple (con ápex elevado, dilatación de aorta ascen- tensiones entre MMSS y MMII, generalmente en pacientes jóvenes.
dente). La ecocardiografía valora mejor las malformaciones, y la TC y la
RM presentan mejor resolución espacial, sobre todo en pacientes con Existen dos tipos, según donde sea el estrechamiento con respecto al ductus:
mala ventana acústica, la RM valora también la fibrosis miocárdica con •• Preductal: forma infantil, con manifestaciones graves tempranas.
el realce tardío. •• Postductal: más frecuente y típica de adultos.

A B C D

Figura 50. Coartación aórtica en una paciente de 24 años diagnosticada por HTA. A: placa de tórax en la que se ve cardiomegalia y las pequeñas
muescas costales características (flechas blancas), B y C: reconstrucciones de TC donde se aprecia la estenosis de la aorta descendente postductal
(flechas amarillas); D: en el plano axial se aprecia la circulación colateral por las arterias bronquiales, intercostales y mamarias

94
04. Imagen cardíaca | RD

B. Anomalía de Ebstein (Figura 51) Preguntas


MIR MIR 17-18, 3, 4, 13
MIR 16-17, 8
Se debe a un desplazamiento del plano de inserción de la válvula tricúspide
MIR 15-16, 8, 9
hacia el VD, condicionando “atrialización” de parte del VD (la que queda
MIR 12-13, 7
por encima de la válvula). Generalmente, hay insuficiencia tricúspide. Suele MIR 10-11, 3
haber asociación con CIA.

A B C D

Figura 51. Paciente de 33 años con anomalía de Ebstein. Ecocardiografía 4 cámaras (A) implantación baja de la válvula tricúspide con “atrialización” del
VD, que está aumentado de tamaño. En la RM del mismo paciente, eje corto (B), 4 cámaras (C) y eje largo del VD (D) se ve también el desplazamiento
ventricular de la válvula (flechas) con gran dilatación del ventrículo atrializado

Ideas

C l ave
 La ecocardiografía suele ser la primera prueba, para la valoración de pa- miocárdica y la detección de enfermedades de depósito. El realce tardío
tología cardíaca. Valora la morfología, contractilidad y función del mio- de gadolinio se identifica como área blanca sobre miocardio negro y
cardio, las válvulas (con ayuda de la técnica Doppler) y el derrame peri- se divide principalmente en dos tipos: isquémico (subendocárdico o
cárdico. Es importante reconocer la anatomía cardíaca en las imágenes transmural) y no isquémico (el resto de patrones). Un tipo de miocar-
congeladas de los diferentes planos ecocardiográficos. diopatía importante es la hipertrófica, con un grosor miocárdico de >
15 mm.
 Las pruebas de imagen en la cardiopatía isquémica se usan para la de-
tección de las estenosis coronarias (con la coronariografía en caso de  La estenosis valvular es una dificultad de apertura de la válvula condicio-
alta sospecha preprueba, ya que también sirve para el tratamiento, y nando hipertrofia de la cámara proximal. Los síntomas aparecen antes
cardio-TC en el caso de baja sospecha) y para la detección de isquemia del fallo ventricular. En ecocardiografía Doppler color el flujo presenta
miocárdica (principalmente ecocardiografía, RM y SPECT). una mezcla de colores que indica aceleración. La insuficiencia valvular es
un defecto de cierre de la válvula condicionando dilatación de la cáma-
 En el estudio de las miocardiopatías es importante la cardio-RM y sobre ra proximal. Los síntomas aparecen tras el fallo ventricular (seguimiento
todo la secuencia de realce tardío de gadolinio, ya que los diferentes más estrecho). En ecocardiografía Doppler color se aprecia flujo hacia la
patrones de realce ayudan a la detección de edema, necrosis y fibrosis cámara próximal.

95
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Casos

C l í n i co s
Un paciente de 38 años sin antecedentes de interés acude al Servicio de Este es un tipo de pregunta repetida en el MIR y que es muy sencilla si se
Urgencias aquejando dolor torácico epigástrico y disnea. En la exploración tiene en cuenta la anatomía cardíaca y se detectan las válvulas en esta
física destaca un paciente intranquilo, sudoroso, con presión arterial de imagen congelada de ecocardiografía en un plano paraesternal de eje
105/60 mmHg y frecuencia cardíaca de 120 Ipm. Una imagen del ecocar- largo. La válvula aórtica está cerrada y la mitral abierta, por lo que se
diograma practicado se muestra en la figura. ¿En qué fase del ciclo cardíaco corresponde con la diástole. En esta pregunta no son necesarios los datos
está congelada la imagen? clínicos.

La siguiente prueba a realizar debe de ser:

1) Solicitar una angiografía coronaria urgente.


2) Solicitar una tomografía axial computarizada.
3) Medir la presión arterial en inspiración y espiración.
4) Solicitar cirugía cardíaca urgente.
5) El paciente no necesita más pruebas y puede ser dado de alta.

RC: 3

En esta pregunta la imagen nos ayuda y también apoyan los datos clí-
1) La fase de contracción isovolumétrica. nicos aportados (hipotenso, taquicárdico e intranquilo). En el margen
2) La diástole. inferior de la imagen y rodeando al corazón, se aprecia una banda negra
3) La sístole. que se corresponde con líquido (derrame pericárdico) y para saber si
4) La fase de relajación isovolumétrica. está comprimiendo el ventrículo derecho, se puede medir el pulso para-
5) En ausencia de registro simultáneo de electrocardiograma, es imposible dójico (en inspiración y espiración). Para el tratamiento se puede reali-
precisarlo. zar una punción (pericardiocentesis), si hay compromiso hemodinámico,
RC: 2 y no cirugía.

96
Musculoesquelético

05 ORIENTACIÓN MIR
Esta asignatura está vinculada fundamentalmente a dos asignaturas complementarias:
reumatología y traumatología.
Las preguntas del MIR de reumatología con imágenes se contestan perfectamente con el
Manual de Reumatología por lo que recomendamos que el estudiante estudie las artropatías
de ese manual para completar este capítulo.
La asignatura de traumatología es amplia por su extensión a toda la anatomía y las múltiples
enfermedades con nombre propio. En este capítulo hemos resumido las más importantes y
hemos intentado crear un sistema de aproximación a las preguntas del MIR útil y rápido.
5.1. Técnicas de imagen
lares y es la prueba de elección en el screening de la displasia de cadera en
recién nacidos.
Radiografía simple
TC
La radiografía (Rx) simple debe ser la puerta de entrada para el estudio de la
patología de musculoesquelético tanto aguda como crónica, debe ser siem- Se puede interpretar la TC como la radiografía simple 2.0. Es la prueba de
pre las primera prueba a realizar. elección como norma general cuando la Rx simple no es suficiente para
valorar las patologías relacionadas con el hueso o calcificaciones.
Utiliza radiaciones ionizantes (rayos X) para obtener la imagen. Siempre han
de realizarse al menos dos proyecciones.
A B C
En general, es fundamental ante todas las pruebas de imagen, y en parti-
cular con la radiografía simple, saber el contexto clínico y los antecedentes
del paciente.

La radiografía simple es, casi siempre, la primera y única prueba de imagen


realizada en el caso de fracturas. Es excelente para evaluar el hueso, tanto
cortical, como esponjoso. Es fundamental en el estudio de los tumores
óseos y la patología reumatológica. Es de gran ayuda, y prueba fundamen-
tal, en el caso de calcificaciones en estructuras de partes blandas, tanto en
ligamentos o tendones, como en tumores de partes blandas.
D E F
Las series óseas, que son estudios de radiografías del esqueleto en diferen-
tes proyecciones, están en desuso, pero se siguen usando hoy en día en el
despistaje de lesiones en el mieloma y algunos tipos de displasias óseas
poliostóticas. Normalmente, las proyecciones realizadas son:
•• Rx lateral de cráneo.
•• Rx AP del esquelético torácico.
•• Rx lateral de columna cervical, dorsal y lumbar.
•• Rx AP de pelvis.
•• Rx de ambos húmeros y fémures. Figura 1. Arriba, radiografías simples (3 proyecciones, A, B y C) de fractura
de tibia distal, con afectación de la epífisis, metáfisis y región posterior de la
Ecografía diáfisis. Abajo, reconstrucciones coronal (D), sagital (E) y 3D (F)
Hoy en día, se ha convertido en una técnica cada vez más utilizada en el sis-
La ecografía es una técnica de imagen muy empleada en el sistema muscu- tema musculoesquelético, dada su mayor disponibilidad y rapidez, y aunque
loesquelético, sobre todo por su rapidez, la ausencia de radiaciones ionizan- también utiliza rayos X para obtener la imagen, los nuevos equipos de TC,
tes y, sobre todo, su principal ventaja con respecto al resto de pruebas de cada vez producen menos radiación en los pacientes.
imagen en el sistema musculoesquelético es que es dinámica.
La TC obtiene cortes axiales de una región del cuerpo, por lo tanto evitan los
Es la prueba de primera elección ante la sospecha de una tumoración de errores por la superposición de imágenes que ocurre en la Rx simple. Tiene
partes blandas y es la segunda prueba tras la radiografía simple para el estu- más posibilidades de proporcionar información adicional de los huesos y
dio de calcificaciones de partes blandas, sobre todo localizadas en tendones. articulaciones más complejos (pelvis, cintura escapular, tobillo, muñeca).

Sus principales indicaciones son la evaluación de tendones ligamentos y Hoy en día la TC se usa de rutina en el estudio preoperatorio en fracturas
músculos, la detección y caracterización de colecciones intra o extraarticu- complejas, para la evaluación prequirúrgica, debido a que es posible realizar

97
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

reconstrucciones de las imágenes adquiridas en el plano axial, en distintos Procedimientos intervencionistas


planos y 3D. También es fundamental en ortopedia en determinadas cir-
cunstancias, para realización de medidas, como por ejemplo las medidas en Las pruebas de imagen, sobre todo la ecografía y la TC, se pueden utilizar
el caso de inestabilidad glenohumeral o inestabilidad patelo-femoral. como método de ayuda para la realización de procedimientos intervencio-
nistas.
RM
Sobre todo se usan como guía para realización de biopsias, infiltraciones o
La resonancia magnética (RM) es una de las técnicas más empleadas en el tratamiento de lesiones de partes blandas y óseas.
estudio del sistema musculoesquelético. De hecho, la RM de rodilla y RM de
columna, son las pruebas de imagen de RM más realizadas en los servicios Por ejemplo, se realizan como técnica de tratamiento de tendinopatía cal-
de Diagnóstico por la imagen. No utiliza radiaciones ionizantes. cificada, realizándose mediante guía ecográficas punciones-lavado de las
calcificaciones tendinosas, sobre todo localizadas en los tendones del man-
La RM se emplea fundamentalmente dada su alta resolución de los teji- guito rotador. Hoy en día, para el tratamiento del osteoma osteoide hay
dos blandos: ligamentos, meniscos, tendones y músculos. También es clave bastante consenso en que se realice mediante radiofrecuencia del nidus,
su alta sensibilidad a los tejidos edematosos, edema óseo y fracturas de con guía de imagen (TC).
estrés.
A B C
La artro-RM y la artro-TC son pruebas que consisten en la utilización de con-
traste intraarticular diluido (paramagnético en la artro-RM y yodado en la
artro-TC), para el estudio articular. Las principales indicaciones son lesiones
de menisco/fibrocartílagos, alteraciones del cartílago articular, desgarros
y distensión anormal de la cápsula articular y detección de cuerpos libres
intraarticulares.

Las articulaciones más comúnmente estudiadas son el hombro y la cadera.


El hombro en el estudio de la inestabilidad glenohumeral y la cadera en el Figura 3. Osteoma osteoide, en región posterior del tercio medio de la
estudio del síndrome de pinzamiento o impingement fémoro-acetabular y diáfisis tibial, visto en Rx simple (A) y TC axial (B), en mujer de 33 años,
displasia de cadera del adulto (principales causas de artrosis precoz en el con dolor nocturno, que cede con AAS, tratado con radiofrecuencia
adulto joven). guiada con TC (C)

5.2. Generalidades de las


A B

fracturas
Las fracturas más frecuentes son las fracturas traumáticas. Una fractura pato-
lógica es aquella fractura que
se produce sobre un hueso
anormal, ya sea por una lesión
maligna (metástasis, mie-
loma o tumor óseo primario)
o sobre una lesión benigna
Figura 2. A: imagen axial de artro-RM de hombro; B: imagen axial de (como por ejemplo un quiste
artro-TC de hombro, en paciente con marcapasos simple en niños). Las fractu-
ras por estrés son las que se
producen en el hueso debido
Comparación de la sensibilidad de los métodos para evaluar el esqueleto a un disbalance entre la resis-
óseo y las partes blandas (Tabla 1): tencia ósea y el estrés mecá-
nico crónico sobre el hueso;
estas fracturas pueden ser:
Método Esqueleto óseo Partes blandas
fractura por fatiga/sobre-
Radiografía simple ++ + carga: estrés anormal sobre
hueso normal y fractura por
TC +++ ++
insuficiencia: estrés normal
RM ++ +++ sobre hueso anormal. Estas
Ecografía + +++ dos últimas son ambas más Figura 4. Varón de 39 años, con
frecuentes en mujeres y son fractura patológica de la región
Tabla 1. Comparación de técnicas para diagnóstico de patología ósea más frecuentes en columna, lateral de la diáfisis femoral
y de partes blandas izquierda, sobre displasia fibrosa
pelvis y miembros inferiores.

98
05. Musculoesquelético | RD

En el caso de sospecha de una fractura por estrés las radiografías son nega-
tivas, sobre todo en los estadios iniciales y es la RM el estudio de imagen Rx simple
indicado.

Tipo de fractura Características Lítica Lítica Esclerótica


Traumática Se producen por traumatismos
Se producen sobre un hueso anormal (lesión maligna
Patológica
o benigna)
Bien definida Mal definida
Por estrés:
• Por fatiga/sobrecarga •• Estrés anormal sobre hueso normal
• Por insuficiencia •• Estrés anormal sobre hueso anormal
Tabla 2. Tipo de fractura y principales características < 30 años Edad > 30 años

Un caso típico de fractura por fatiga sería una mujer joven, de unos 35 años, H. largo Día-meta-epífisis
corredora de maratones y comienza con dolor a nivel de la cadera o región
glútea posterior por lo que habría que sospechar una fractura por fatiga en Localización
el sacro, pelvis o en fémur. Un escenario típico de fractura por insuficiencia Esq. axial Céntrico-excéntrico
es una mujer de 80 años, sin antecedente traumático relevante, que tiene
osteoporosis y comienza con dolor de espalda o región glútea, por lo que
habría que pensar en una fractura por insuficiencia en la espalda o en la Solitaria Reacción perióstica
región pélvica. Miscelánea
Múltiple Destrucción cortical
A B
Figura 6. Enfoque diagnóstico de los tumores óseos

La mayoría de los tumores óseos primarios se dan en menores de 30 años.


En mayores de 30 años, se debe incluir en el diagnóstico diferencial metás-
tasis y mieloma (Tabla 3) (MIR 12-13, 16).
Figura 5. Varón de 32 años con dolor inguinal tras correr una maratón,
con fractura por fatiga/sobrecarga incompleta en la región medial del
cuello femoral derecho Edad Bien definida Mal definida Esclerótica

5.3. Patología tumoral


0-10 •• GE •• GE – Ewing Osteosarcoma
•• QOS •• Osteosarcoma -
Tumores óseos leucemia
10-20 FNO, Osteoblastoma, •• Ewing •• Osteosarcoma
Los determinantes más importantes en el análisis de un potencial tumor displasia fibrosa, •• GE •• Displasia fibrosa
óseo son: GE, QOS, QOA, •• Osteosarcoma •• GE – Osteoma
•• La edad del paciente. condroblastoma, osteoide –
FCM •• Osteoblastoma
•• Morfología de la lesión en Rx simple:
- Osteolítica bien definida. 20-40 TCG, encondroma, TCG •• Encondroma –
- Osteolítica mal definida. condrosarcoma Osteoma
(↓ grado), HPT-tumor •• Istole óseo –
- Esclerótica. pardo, osteoblastoma Osteosarcoma
parostal –
Es importante tener en cuenta que la radiografía simple es el examen más Lesiones
curadas (FNO,
útil para diferenciar estas lesiones, la TC y la RM sólo son útiles en casos
GE, QOS, QOA,
seleccionados. condroblastoma)
+ 40 MTX, micloma, geoda MTX, micloma, •• MTX
La mayoría de los tumores óseos son osteolíticos. El indicador más fiable condrosarcoma •• Istole óseo
para determinar si la lesión es benigna o maligna es la zona de transición (↑ grado)
entre la lesión y el hueso adyacente normal. Otras pistas son la localización Todas Infección Infección Infección
en el esqueleto y dentro del hueso, reacción perióstica, destrucción cortical, las
calcificación de la matriz. edades
Tabla 3. Lesiones óseas más frecuentes en función de las características
Enfoque diagnóstico (Figura 6): de imagen y edad del paciente

99
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

La zona de transición es el indicador más relevante para determinar si una Reacción perióstica:
lesión osteolítica es benigna o maligna (Figura 7): •• Sólida o unilaminar: no agresiva. Lesión de crecimiento lento.
- No agresiva: márgenes definidos y zona de transición estrecha. •• Multilaminar o en capas de cebolla: agresividad intermedia.
- Agresiva: márgenes mal definidos y zona de transición ancha. •• Espiculado, en cepillo o en rayos de sol: apariencia más agresiva. Muy
sugestiva de malignidad.
•• Triángulo de Codman: elevación del periostio de la cortical, con
Tipo 1a - Borde bien definido con anillo esclerótico formación de un ángulo. Aunque asociado a osteosarcoma, no
siempre, incluso puede verse en procesos benignos, como infec-
Tipo 1b - Borde bien definido pero sin anillo esclerótico ciones.
Agresividad

Tipo 1c - Lesión lítica focal con borde mal definido


Matriz:
•• Condroide: punteado, floculante, anillo y arcos. Lesión cartilaginosa:
Tipo 2 - Patrón “apolillado” encondroma, condrosarcomas o condroblastoma.
•• Osteoide: patrón osificación trabelular, algodonoso, amorfo mal
Tipo 3 - Patrón “permeativo”
definido.

Figura 7. Tipos de lesiones óseas, en función de su agresividad Número y tamaño (Tabla 4):

La mayoría de los tumores < 30 años: Osteoma osteoide Osteoblastoma


óseos son SOLITARIOS FNO, osteomielitis multifuncional, encondromas,
osteocondromas, leucemia y metástasis Ewing
-- Sd Ollier (encondromas múlt) Nidus < 1,5 cm Nidus < 1,5 cm
-- Sd Maffuci (múlt. encondromas + hemangiomas)

•• F ibrosa displasia > 30 años: Defecto cortical fibroso Fibroma no osificante


•• E ncondroma
•• E wing Longitud < 3 cm Longitud > 3 cm
•• M etástasis Común: metástasis, mieloma múltiple, múlt. encondromas
•• M ieloma Encondroma Condrosarcoma
•• H iperparatiroidismo Poco común: displasia fibrosa, tumores pardos de
•• I nfección hiperparatiroidismo, infartos óseos 1–2 cm + riesgo si es > 4–5 cm

Tabla 4. Izquierda: lesiones óseas solitarias vs. múltiples. Derecha: diferencias de lesiones óseas en función del tamaño

A B C D

Figura 8. Sarcoma de Ewing en región diafisaria proximal del peroné en niño de 7 años (A y B: Rx simple; C, D y E: RM)

100
05. Musculoesquelético | RD

detallados de 12 categorías/grupos con algunos hallazgos de imagen rela-


cionados.

Cada grupo se divide en 4 subgrupos con diferente comportamiento bio-


lógico:
•• Benigno.
•• Intermedio (maligno; localmente agresivo).
•• Intermedio (maligno; raramente metastatiza).
•• Maligno.

Tres nuevos grupos/categorías se incluyen: tumores del estroma gastroin-


testinal (GIST) (Grupo 9), tumores de la vaina nerviosa (grupo 10) y los sar-
comas indiferenciados/no clasificados (grupo 12).

Se incluyen nuevos tumores. Algunos tumores cambian de categoría.

Clasificación de la OMS de los tumores de partes blandas, 2013:


1. Tumores adiposos.
Figura 9. Osteosarcoma de pelvis derecha en varón de 81 años 2. Tumores fibroblásticos/miofintoblásticos.
3. Tumores llamados fibrohistiocíticos.
4. Tumores de músculo liso.
Tumores partes blandas 5. Tumores periciticos (vasculares).
6. Tumores de músculo esquelético.
La gran mayoría de tumores de partes blandas (TPB) son benignos. El más 7. Tumores vasculares.
frecuente es el lipoma. Al menos un 30% de los tumores benignos de partes 8. Tumores condroides (óseos).
blandas son lipomas, 30% fibrohistiociticos (fibrosos), 10% vasculares y un 9. Tumores gastrointestinales.
5% tumores de la vaina de los nervios periféricos. 10. Tumores de la vaina de los nervios.
11. Tumores de diferenciación incierta.
Los TPB son un grupo grande y heterogéneo de neoplasias mesenquimales, 12. Sarcomas no clasificados/desdiferenciados.
que incluyen tumores de tejido graso, de componente muscular, de nervios
periféricos, vasos sanguíneos y tejido fibroso. Otras lesiones de partes blandas no están incluidas en la clasificación actual
de la OMS: gangliones/quistes, hematomas/abcesos, granuloma, neuroma
La clasificación es a menudo difícil. La nueva clasificación de la OMS ha sido de Morton, variantes anatómicas.
actualizada en el año 2013, y en ella el radiólogo juega un papel principal en
la gestión de los TPB. Las diferencias fundamentales entre tumor benigno y tumor maligno se
exponen en la Tabla 5.
A pesar de que diferentes técnicas de imagen como la radiografía, ecografía,
TC y/o RM, están disponibles para el estudio de los TPB; el radiólogo debe Benigno Maligno
realizar un enfoque razonable del uso de las mismas, así como un diagnós- Pequeño (menos de 3 cm) Tamaño de más de 5 cm.
tico diferencial correcto.
Bien definido Mal definido/márgenes irregulares
Homogéneo (en secuencias T1) Heterogéneo (en secuencias T1)
Es importante el conocimiento de las características radiológicas de los TPB
de acuerdo con las diferentes edades e identificar los hallazgos radiológicos Estructuras vecinas intactas Estructuras vecinas infiltradas
de las lesiones más comunes. Realce homogéneo Realce inhomogéneo
Baja señal en secuencias T2 Necrosis
Por lo general, son indoloros. Los tumores superficiales > 5 cm y todos los Tabla 5. Diferencias de lesión de partes blandas benigna y maligna
tumores profundos son probablemente sarcomas. La historia clínica es
esencial y proporciona información pertinente. La radiografía simple debe
de ser la primera exploración a realizar y puede revelar calcificaciones espe-
cíficas (flebolitos, condromatosis...). La ecografía es obligatoria para descar-
tar un tumor quístico. La biopsia (Bx) debe hacerse después de la RM y es
una decisión de un comité multidisciplinar.

La RM es la técnica de elección para analizar los TPB, fundamentalmente si


una lesión ha sido considerada no diagnosticable con otras técnicas. El papel
de la RM es: diagnosticar, analizar el contenido de la lesión y su extensión.

La 4.a edición de la clasificación de la OMS de los TPB es del año 2013 Figura 10. Leiomiosarcoma en región distal pierna, en mujer de 33
(la previa era de 2002), incorpora datos clínicos, histológicos y genéticos años

101
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

A B Durante mucho tiempo se pensó que la tendinopatía del manguito rotador,


se debía únicamente al pinzamiento subacromial, hoy en día se sabe que la
patología del manguito rotador se produce por una serie de varios factores.
Entre los que se encuentra el pinzamiento subacromial, que es un compro-
miso del espacio entre el acromion y el margen superior del húmero. Facto-
res que favorecen un pinzamiento subacromial son: os acromiale, acromion
tipo III, artrosis acromioclavicular, engrosamiento/osificación ligamento
C D
coracohumeral, inestabilidad de hombro y deformidades postraumáticas.

Entre el 15% y el 25% de personas con más de 60 años tienen roturas com-
pletas de algún tendón del manguito rotador y más del 50% de las personas
de más de 80 años tiene roto alguno o varios tendones del hombro.

En términos generales, los tendones se dividen en tendones tipo I (sin vaina


sinovial) y tipo II (con vaina sinovial). En la Tabla 6, se resume la termi-
nología a utilizar en la patología tendinosa (TPLB: tendón porción larga del
bíceps):

Figura 11. Lipoma en eminencia tenar Tendones tipo I (sin vaina) Tendones tipo II (con vaina)

•• Ej.: tendón de Aquiles y •• Ej.: tendones mano y tobillo-pie


tendones del manguito -- Vaina – tenosinovitis
rotador -- Tendinopatía
5.4. Patologías más frecuentes y -- Tendón – tendinopatía
(+/- Ca – calificada)
-- Retináculos
-- Comunican con cavidad articular
casos clínicos por articulaciones -- Paratendón - peritendinitis
-- Bursas – bursitis
(TPLB, poplíteo, flexor hallux pie)

miembro superior -- Grasa (ej: Hoffa / Kager) –


paratendinitis
•• Roturas parciales o completas

•• Roturas parciales o completas


Hombro Inserción:
•• Entesopatía (+/- Ca)
A. Patología del manguito rotador •• Entesitis
-- Erosión, edema óseo, aumento vascularización Doppler

Para el estudio del dolor del hombro véase Figura 12. Tabla 6. Diferencias entre tendones tipo I y tipo II

Dolor de hombro

Trauma y/o > 40 años No trauma y < 40 años Sospecha de labrum/


inestabilidad

Normal
o dudas

Figura 12. Algoritmo del diagnóstico por la imagen en el dolor de hombro

102
05. Musculoesquelético | RD

Tendón Tendón
normal Pre-calcificado Calcificado Post-calcio normal

Reabsortiva
Formativa Reposo
(cólico)

- dolor +/- dolor +/- dolor + dolor +/- dolor

Figura 13. Fisiopatología de la tendinopatía calcificada

La tendinopatía calcificada del manguito rotador es una causa frecuente Las roturas del manguito rotador se pueden estudiar con ecografía o RM, en
de dolor en el hombro (7-17% de pacientes con dolor en el hombro). Es función de la experiencia de los radiólogos. Normalmente, si se plantea un
más frecuente en mujeres en la 4.a o 5.a década de la vida. La causa de tratamiento quirúrgicos se suele realizar una RM prequirúrgica, en la que es
la tendinopatía calcificada es desconocida, pero se conoce bien la histo- importante clasificar de qué tipo de rotura se trata (Figura 15).
ria natural de la enfermedad, que es autolimitada. Se estudia fundamen-
talmente con Rx simple en dos proyecciones (AP en rotación externa e En el estudio prequirúrgico es importante referir:
interna) y con ecografía. El dolor condicionado por dicho calcio es producido •• Afectación de uno o varios tendones (tipo de rotura).
por un pinzamiento subacromial o por la reabsorción del calcio (“cólico •• Grado de retracción tendinosa.
del hombro”), más frecuentemente a la bursa subacromiodeltoidea y •• Patología del tendón de la porción larga del bíceps.
menos frecuente al hueso subcortical o a la unión miotendinosa. Este •• Estado de la articulación acromioclavicular y glenohumeral.
cólico del hombro suele llevar al paciente a la urgencia con intenso dolor de •• Grado de atrofia grasa muscular.
hombro (Figura 14).
B. Inestabilidad glenohumeral
El lavado percutáneo de la calcificación guiado por ecografía es una técnica
indicada en la fase en la que el calcio produce dolor agudo, condicionando Lo más importante en la inestabilidad glenohumeral es conocer el esce-
un pinzamiento subacromial. Existen otros posibles tratamientos, como las nario clínico del paciente. Se pueden dividir en 3 escenarios clínicos y en
ondas de choque. La cirugía, que es otra opción terapéutica, se realiza cada función de los mismos, buscaremos patologías características en las prue-
vez en menos casos. bas de imagen. Son escenarios clínicos que se entrelazan entre sí, pues una
persona que es hiperlaxa puede luxarse el hombro por ejemplo. La prueba
A B indicada en el estudio de la inestabilidad glenohumeral es la artroRM o en
su defecto la artro TC.

Escenarios clínicos en la inestabilidad glenohumeral (Figura 16).

C. Escenarios clínicos

Escenario clínico 1

Paciente con antecedentes de luxación traumática, normalmente unidirec-


Figura 14. Tendinopatía calcificada del supraespinoso izquierdo en cional. La luxación glenohumeral es más frecuente anterior. En casos de que
mujer de 46 años. A: Rx simple; B: ecografía, derecha sea posterior, se debe pensar que el paciente es epiléptico o que se trata de
un caso de electrocución o de traumatismos de alta energía.

A B

Figura 15. Clasificación de las roturas del manguito rotador

103
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

glenohumeral y el estado de la articulación acromioclavicular. En estos casos


es frecuente observar roturas insercionales de la superficie articular insercio-
nal del supraespinoso, que se asocian con cierta frecuencia, estas roturas se
Escenario 1
Hill-Sachs llaman roturas tipo PASTA (Partial Articular Supraspinatus Tendon Avulsion).
Escenario 3
+ Blankart Hiperlaxitud
o variante capsular A B
(*/- artro TC)

Traumatic (TUBS) Escenario 2 Atraumatic


· Traumatic Hiperlaxitud (AMBRII)
· Unidirectiona capsular · Atraumatic
· Bankart · Multidirectional
· Surgery · Bilateral
· Rehabillitation
· Inferior capsular
shift and closing
the rotator
cuff Interveral Figura 18. A: rotura tipo PASTA del tendón del supraespinoso; B: artro-
RM de paciente con SLAP

AIOS Escenario clínico 3


(microinstability)
· Acquired
· Instability Son pacientes hiperlaxos, ocurre más frecuentemente en mujeres jóvenes.
· Overstress En estos casos puede que no tenga clínica y suele afectar a ambos hombros
· Surgery
y la inestabilidad es multidireccional.

Figura 16. Escenarios clínicos en la inestabilidad glenohumeral


En estos casos, en los estudios de imagen se buscará signos de hiperlaxitud
capsular (cápsulas abombadas) y lesiones labrales asociadas.
En estos casos, en los estudios de imagen se buscará la deformidad de
A
Hill-Sachs en el margen posterosuperior de la cabeza humeral y la lesión por
contragolpe en el margen anteroinferior de la glenoides, que puede ser un
Bankart óseo o de partes blandas o una variante de Bankart (Perthes, ALPSA
o ALIPSA). También se valorarán las lesiones ligamentarias y condrales aso-
ciadas y si existe una lesión de nervio axilar (existe un 42% de incidencia de
lesión del nervio axilar en pacientes con historia de luxación).

A B

B C

Figura 17. Paciente con antecedentes de luxación glenohumeral,


A: con deformidad de Hill-Sachs; B: Bankart de partes blandas

Escenario clínico 2 Figura 19. A: mujer joven hiperlaxa; B y C: artro RM con cápsulas
abombadas (flechas)
Se trata de un caso de pacientes que tienen una “microinestabilidad” por
sobreuso. En nuestro medio es frecuente en jugadores de pádel y otras acti- Codo
vidades o deportes que conlleven movimientos repetitivos con el brazo por
encima del hombro; es una microinestabilidad producida por sobreuso.
A. Patología tendinosa
En estos casos, en los estudios de imagen se buscará lesión de SLAP (Supe-
rior Labral AnteroPosterior), que no se debe confundir con variantes anató- En el codo los tendones más afectados son los tendones proximales de los
micas (que son el receso y foramen sublabral y la variante Bufford, que es la extensores en su inserción en el epicóndilo lateral (epicondilitis o codo de
ausencia de labrum anterosuperior y engrosamiento del ligamento glenohu- tenista) y los tendones proximales de los flexores en su inserción en el epi-
meral medio). También se debe valorar lesiones condrales en la articulación cóndilo lateral/epitróclea (epitrocleitis o codo del golfista).

104
05. Musculoesquelético | RD

dad de señal en las secuencias sensibles al líquido en RM y se descartan posi-


A B
bles lesiones de partes blandas que comprimen el nervio a nivel del codo.

La neuropatía compresiva del nervio cubital en el codo es conocida común-


mente como la segunda neuropatía más frecuente de la extremidad supe-
rior después del síndrome del túnel carpiano.

Figura 20. A: tendón común de los extensores normal; B: epicondilitis


A B

Para el estudio de dichas tendinopatías el estudio de primera elección es la


ecografía, que permite valorar los signos típicos de tendinopatía, que son
engrosamiento, pérdida del patrón fibrilar, con hipoecogenicidad del ten-
dón y aumento de vascularización en el estudio Doppler color, en el caso
de tendinopatías de largo tiempo de evolución. También permite valorar la
presencia de roturas tendinosas. En el caso de dudas diagnósticas, o para
valorar patología asociada, se puede realizar RM.
C
Otro tendón que se lesiona con cierta frecuencia en el codo es el tendón distal
del bíceps braquial, que clínicamente cursa con el clásico signo del “Popeye”.
Aquí lo importante es diferenciar si la rotura del bíceps es a nivel proximal en
el hombro o distal en el codo. Para ello, normalmente se realizan pruebas de
imagen, ecografía y, en el caso de que se plantee tratamiento quirúrgico, se
realizará una RM. En la Tabla 7 se resume las diferencias entre ambas roturas.

Proximal Distal
Pacientes mayores Pacientes jóvenes
Figura 21. Neuritis del cubital, con nervio hiperintenso y engrosado
Hombro Codo en el canal epitrocleo-olecraneano (A), producida por músculo
A menudo relacionado con rotura Levantadores de pesas ancóneo accesorio a este nivel (B y C)
del manguito rotador
Signo del Popeye menos
frecuente
Signo del “Popeye” (si rotura lacertum
fibroso)
Muñeca y mano

A. Fractura del extremo distal del radio y fractura de


escafoides
Fracturas del extremo distal del radio

Las fracturas del extremo distal del radio son fracturas relativamente comu-
nes, que generalmente ocurren tras una caída. La más común de estas
Paciente con signo del “Popeye”
derecho, por rotura del bíceps
fracturas es una fractura extraarticular transversa, con angulación dorsal
proximal asociada, se denomina fractura de Colles. Tiene una distribución bimodal
Normalmente no quirúrgica Normalmente quirúrgico por edad y sexo; varones jóvenes en mecanismos de alta energía y mujeres
mayores tras caídas simples.
Tabla 7. Diferencias entre las roturas del tendón proximal y distal del
tendón del bíceps braquial
Para el estudio de estas fracturas basta con la realización de una radiografía
simple AP y lateral de muñeca. En los casos de dudas, y ante la posibili-
B. Patología neuropática alrededor del codo dad de afectación de la superficie articular y posible tratamiento quirúrgico,
estará indicado la realización de una TC.
Alrededor del codo, se puede producir compromiso de varias estruc-
turas nerviosas, incluyendo el nervio cubital, radial y mediano. Para Es importante valorar en esta TC la extensión intraarticular y la afectación de
el estudio de estas neuropatías, normalmente, basta con una buena la estiloides cubital. Para ello Frykman las divide en 8 categorías (Figura 22):
exploración física y la realización de estudios electrofisiológicos; no obs- 1. Fractura del radio distal extraarticular.
tante, en ocasiones se pueden realizar estudios dirigidos (ecografía o 2. Fractura del radio distal extraarticular + fractura del cúbito distal.
RM), para descartar causas compresivas de estos nervios, que pueden ser 3. Fractura del radio distal intraarticular radiocarpiana.
debidas a tumores de partes blandas benignos o malignos, músculos acce- 4. Fractura del radio distal intraarticular radiocarpiana + fractura del
sorios y otras variantes anatómicas, artrosis o tumores intraneurales. cúbito distal.
En las pruebas de imagen, se observa un nervio engrosado y con hiperintensi- 5. Fractura del radio distal intraarticular radiocubital.

105
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

6. Fractura del radio distal intraarticular radiocubital + fractura del cúbito distal. simple de muñeca (2 proyecciones). Si son normales, y los síntomas conti-
7. Fractura del radio distal intraarticular radiocarpiana y radiocubital. núan, otras pruebas de imagen pueden realizarse (TC o RM). Normalmente
8. Fractura del radio distal intraarticular radiocarpiana y radiocubital + se actúa de la siguiente manera, ante una sospecha clínica, con unas Rx
fractura del cúbito distal. simples negativas, se trata la fractura con inmovilización con yeso y se repite
las Rx simples en 2-3 semanas.
1 2 3 4
Normalmente, las fracturas no desplazadas se tratan con inmovilización con yeso.
La fijación interna puede ser necesaria para las fracturas del cuello desplazadas.
La mayoría de las fracturas curan sin complicaciones. No obstante una complica-
ción que puede producir es la necrosis avascular del polo proximal, debido a que
la vascularización al escafoides le llega por el polo proximal. Para el estudio de la
necrosis avascular, en los últimos años, se realiza RM sin y con contraste intrave-
noso (CIV) para valorar la viabilidad del fragmento óseo proximal.
5 6 7 8

A B C

Figura 22. Clasificación de Frykman de las fracturas del extremo distal


del radio

La tasa de complicaciones de la fractura del extremo distal del radio es de


aproximadamente un 30%, en las cuales se encuentran:
•• Lesión del nervio mediano.
•• Distrofia simpaticorefleja (atrofia aguda de Sudeck).
Figura 24. Secuelas de fractura del escafoides, con necrosis avascular
•• Consolidación viciosa (fragmentos consolidados en una posición no del polo proximal. A: T1; B: STIR; C: estudio con CIV con ausencia de
anatómica. captación
•• Pseudoartrosis.
•• Rigidez articular.
•• Artrosis postraumáticas. B. Patología tendinosa
•• Roturas tendinosas.
•• Inestabilidad mediocarpiana. La patología tendinosa en la muñeca es relativamente frecuente. En la tendino-
patía de los tendones extensores hay que tener en cuenta que existen 6 compar-
A B timentos extensores y los que más se afectan son el 1.o y el 6.o. Su patología es
por sobreuso; la patología de los compartimentos centrales es menos frecuente
y, como norma, si existe patología en los mismos, se ha de sospechar patología
inflamatoria (artritis reumatoide u otras), o en el contexto adecuado (antece-
dente de trauma abierto o mordedura) infecciosa. Existen dos excepciones en los
síndromes de intersección de la muñeca, son cruces entre los tendones, uno más
proximal (en el que cruzan los tendones del 2.o compartimento sobre el 1.o) y el
distal (donde cruza el tendón del 3.er compartimento sobre el 2.o).
C
De radial a lateral los compartimentos alojan a los siguientes tendones:
1. Aductor largo y extensor corto del pulgar.
2. Extensor carpo radial largo y corto.
3. Extensor largo del pulgar.
4. Extensor común de los dedos y dedo índice.
Figura 23. Fractura del extremo distal del radio extraarticular + 5. Extensor propio del meñique.
fractura del cúbito distal (tipo 2 de Frykman). A: Rx simple; B: TC - 6. Extensor cubital del carpo.
reconstrucción 3D; C: TC-reconstrucción coronal

Fractura de escafoides Recuerda


Para acordarse pensar que el primero es largo y luego sigue: corto, lar-
Fractura que afecta más frecuentemente a varones adolescentes jóvenes.
go, corto, largo.
Es la fractura más común del carpo. Cursa con dolor en la muñeca - taba-
quera anatómica tras caída con la mano extendida.
La patología más frecuente afecta a la 1.a corredera extensora: tenosinovitis
Las fracturas de escafoides pueden pasar desapercibidas en la Rx simple. de De Quervain y a la 6.o corredera: tenosinovitis del extensor cubital del
Las series de escafoides (4 proyecciones) tienen más sensibilidad que la Rx carpo (ECU).

106
05. Musculoesquelético | RD

La tenosinovitis de De Quervain ocurre más frecuentemente en mujeres de artrosis de muñeca, que tienen un origen distinto. Su origen suele ser postraumá-
edad media. Es bastante típica en madres o padres con niños, secretarios/as tico, aunque la muñeca SLAC también puede ser secundaria a artritis reumatoide,
o enfermeros/as. El diagnóstico es clínico, con el test de Finkelstein positivo, enfermedad por depósito de cristales, enfermedad neuropática o amiloidosis.
y se pueden realizar pruebas de imagen, sobre todo la ecografía para con-
firmar la sospecha clínica. El tratamiento inicial es conservador, con reposo La muñeca SLAC se debe a la rotura del ligamento escafo-semilunar y la
y antiinflamatorios y también se puede realizar infiltración ecoguiada de la muñeca SNAC a la fractura no consolidada de escafoides. Se estudian con
vaina tendinosa, que tiene una efectividad del 50% de los pacientes tras una Rx simple y en casos de estadios avanzados, en los que se valora optar por
única inyección. tratamiento quirúrgico, se realizará un TC. En la Tabla 8 se muestran las
clasificaciones de ambas patologías.

SLAC SNAC
I: a rtrosis en articulación entre la I: a rtrosis entre el fragmento distal del
estiloides radial y el escafoides escafoides y la fosa escafoidea radial
II: a rtrosis que afecta a toda la II: igual que estadio I + artrosis entre
articulación radioescafoidea escafoides y grande
III: artrosis radioescafoidea y grande- III:
semilunar •• Artrosis que afecta a estiloides radial,
escafoides proximal y escafoides-grande,
con progresión a grande-piramidal
•• Migración proximal lateral del grande
dorsal al semilunar (deformidad en DISI)
•• Neo-articulación entre grande y radio
IV: artrosis radiocarpiana e
intercarpiana +/- articulación
radiocubital distal

Figura 25. Tenosinovitis de De Quervain, en mujer de 33 años, con Tabla 8. Clasificación de las muñecas SLAC y SNAC
recién nacido. Se observa un engrosamiento de los tendones abductor
largo y extensor corto del pulgar, con engrosamiento sinovial
A B

La tenosinovitis del extensor cubital del carpo es frecuente en gente que


practica deportes de raqueta, como pádel o tenis, golf o deportes de alto
impacto, como el rugby. También suele ser secundario a sobreuso y en el
caso de no haber antecedentes deportivos o de sobreuso hay que pensar en
artritis reumatoide. También tiene un diagnóstico clínico y su confirmación
puede ser ecográfica.

C. Síndrome del túnel carpiano

Es la compresión del nervio mediano en el túnel carpiano. Es una de las neuro-


patías periféricas más frecuentes Es más común en mujeres de entre 40 y 60
años. La clínica es bien conocida, con dolor y parestesia de predominio noc-
turno y síntomas sensitivos que afectan a los tres primeros dedos y la región
radial del 4.o dedo. El diagnóstico es clínico, con los test de Tinel y Phalen
positivos y con electromiograma. Ante los casos dudosos, o posibles causas Figura 26. Muñeca SNAC estadio III. A: AP; B: lateral
compresivas, se pueden realizar pruebas de imagen, normalmente ecografía
o RM. Entre las posibles causas compresivas se encuentran: tenosinovitis de
los flexores, tumores de partes blandas, fracturas, artrosis en el carpo, etc.
5.5. Patologías más frecuentes y
Recuerda casos clínicos por articulaciones
Regla mnemotécnica (causas síndrome túnel de carpo): MEDIAN TRAP
miembro inferior
M: mixoedema, E: edema, D: diabetes mellitus, I: idiopático, A: acro-
megalia, N: neoplasia, T: trauma, R: reumatoide artritis, A: amiloidosis,
P: pregnancy (embarazo). Cadera

D. Muñeca SLAC y muñeca SNAC A. Pinzamiento femoroacetabular

La muñeca SLAC (ScaphoLunate Advanced Collapse) y SNAC (Scaphoid Nonunion Existen tres tipos de pinzamiento femoroacetabular, tipo CAM, Pincer o
Advanced Collapse), se refiere a un proceso evolutivo, cuyo final es un colapso y combinado. La importancia de estos pinzamientos femoroacetabulares

107
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

radica en que son potenciales causas de coxartrosis en gente joven, por A B


ello hay que conocer bien las características de imagen.

Se trata de un desorden clínico relacionado con el movimiento de la cadera,


con una triada de síntomas, signos clínicos y hallazgos de imagen. Repre-
sentan un contacto prematuro sintomático entre el fémur proximal y el
acetábulo.

Pinzamiento femoroacetabular = síntomas + signos clínicos + diagnóstico


de imagen
C
Síntomas:
•• Dolor inguinal o de cadera relación con el movimiento o la posición.
•• Dolor, a veces, de espalda o glúteo.
•• A veces clic, atrapamiento, bloqueo, rigidez o rango de movimiento
restringido.

Signos clínicos:
•• Test de pinzamiento de cadera que deben de reproducir los síntomas.
•• Limitación del rango de movimiento.
Figura 27. Paciente de 32 años, con pinzamiento femoroacetabular
tipo CAM, con joroba lateral en ambos cuellos femorales (A) y rotura
Diagnóstico de imagen:
labral asociada en la cadera izquierda (B y C)
•• Rx simple AP de pelvis y axial de la cadera dolorosa, para identificar
las morfologías CAM o Pincer e identificar otras causas de dolor de
cadera. B. Necrosis avascular de cadera
•• Cuando se necesite valorar mejor la morfología de la cadera o lesio-
nes asociadas del cartílago o labrum se realizarán pruebas de imáge- La cadera es un sitio frecuente de osteonecrosis, probablemente, debido
nes adicionales. En este caso, la prueba indicada normalmente es la a una combinación de vascularización deficitaria y una alta carga al estar
artro-RM, que permite valorar adecuadamente estas posibles lesio- de pie. Cursan con dolor de cadera, inguinal, en el muslo y región glútea, a
nes. menudo, los pacientes permanecen asintomáticos hasta estadios tardíos.
Típicamente afecta a la superficie articular superior (entre las 10 y las 2) y
CAM Pincer empieza en la parte más anterior de la cadera.

Presentación Dolor cadera/inguinal Dolor cadera/inguinal


La etiología puede ser traumática (secundaria a fracturas del cuello femoral)
Demografía Varón, joven (30-35 años) Mujer, edad media (40-45 o no traumática. En los casos no traumáticos, es bilateral en el 40% de los
años) casos. Posibles etiologías: traumática, terapia crónica con corticoides, alco-
holismo, tabaco, lupus eritematoso sistémico, VIH, hiperlipidemias, hemog-
Morfología Joroba en unión cabeza-cuello Sobrecobertura acetabular lobinopatías, fallo renal crónico, diabetes mellitus y embarazo.
ósea femoral, disminución del focal o global, retroversión
desplazamiento cabeza-cuello acetabular
femoral La Rx simple puede ser negativa en los estadios iniciales y es la RM la prueba
de imagen más sensible y específica. Existe un sistema de clasificación espe-
Mecanismo Primero afecta al cartílago- Afecta primero al labrum,
cífico, estadios de FICAT:
lesión unión condrolabral con flexión con un patrón de lesión
repetida. El labrum se lesiona de localizado en la periferia •• Estadio 0:
forma secundaria del acetábulo. Asociado a -- Rx simple: normal.
lesiones por contragolpe -- RM: normal.
-- Clínica: no síntomas.
Hallazgos Deformidad en culata de pistola. Signo de la pared
radiológicos Ángulo alfa de más de 50º acetabular posterior •• Estadio I:
-- Rx simple: normal o mínima osteopenia.
Tabla 9. Diferencias entre CAM y Pincer -- RM: edema.
-- Clínica: dolor, típicamente en la ingle.
•• Estadio II:
Recuerda -- Rx simple: osteopenia y/o esclerosis y/o quistes subcondrales,
sin hipodensidades subcondrales.
Regla mnemotécnica para acordarse:
-- RM: defecto geográfico.
Para el CAM, que empieza por C, por ejemplo, pensar en Cristiano
Ronaldo, que también empieza por C; el CAM es más frecuente en -- Clínica: dolor y rigidez.
varones de en torno a 35 años. •• Estadio III:
Para el Pincer, pensar en Penélope Cruz, que empieza por P; el Pincer -- Rx simple: signo de la media luna y eventual colapso cortical.
es más frecuente en mujeres de en torno a 40-45 años. -- RM: igual que Rx simple.
-- Clínica: dolor y rigidez +/- irradiación a rodilla y cojera.

108
05. Musculoesquelético | RD

•• Estadio IV: luxación. Para ello, en muchas ocasiones se realiza una TC para valorar
-- Rx simple: estadio final con coxartrosis. una serie de medidas ortopédicas, entre las cuales la más importante
-- RM: igual que Rx simple. es el TAGT o distancia entre la tuberosidad tibial anterior y el surco
-- Clínica: dolor y cojera. (Groove) troclear. Una distancia por encima de 20 mm, se considera
patológica.
A B
A B

Figura 28. Necrosis avascular de cadera izquierda estadio III, en varón


de 53 años, en tratamiento crónico con corticoides, con signo de la
media luna (flecha en A); B: edema óseo adyacente; C: ligero colapso
de la superficie articular
Figura 29. Paciente con luxación de rótula, con edema óseo en
el margen inferomedial de la rótula (flecha roja) y en el margen
anterolateral del cóndilo femoral externo (flecha azul en A), con
Rodilla rotura del ligamento femororotuliano en su inserción rotuliana (flecha
amarilla), cuerpo libre (B) y hemartros (C)

A. Luxación de rótula
B. Lesiones meniscales
La luxación rotuliana es típica de gente joven deportista, la rótula se luxa
hacia el lado externo. Se d iagnostica con una sospecha clínica y/o radio- La lesión meniscal es una de las lesiones más frecuentes en el sistema mus-
lógica. Casi la mitad de los pacientes con un primer episodio, tienen más culoesquelético y una de las causas por la que más pruebas de imagen se
episodios de luxación. La inestabilidad crónica femororotuliana y luxaciones solicitan en los servicios de Radiodiagnóstico.
recurrentes, producen un daño progresivo del cartílago y una artrosis precoz.
Las funciones del menisco son: distribuir las fuerzas compresivas y de tor-
Los estabilizadores de la rótula, son activos y pasivos. Los activos son los sión (amortiguador), limitar el movimiento anormal, la congruencia arti-
músculos extensores y los pasivos el hueso y los ligamentos (retináculo cular, distribuir el líquido sinovial sobre la superficie articular y prevenir el
medial y ligamento femororotuliano). pinzamiento sinovial. El menisco es un fibrocartílago y está vascularizado
en el tercio periférico, por lo que roturas periféricas tienen un cierto poten-
En el caso de luxación rotuliana, la prueba más indicada es la RM, que ser- cial a curarse. Hay dos meniscos, interno y externo. El menisco se divide en
virá para valorar el edema óseo característico que afecta al margen infero- cuernos anterior y posterior y cuerpo. Esto es importante de cara a definir
medial de la rótula y margen anterolateral del cóndilo femoral externo. En dónde se localizan las roturas.
esta RM también se valorará la integridad, sobre todo, de los ligamentos, el
retináculo medial y el ligamento femororotuliano y se verá si hay lesiones La prueba indicada para valorar patología meniscal es la RM. La rotura
condrales, cuerpos libres y otras lesiones asociadas. meniscal se observa en RM como una señal lineal intrameniscal que
contacta en al menos dos cortes sucesivos de la RM con la superficie
Siempre que ha habido una luxación de rótula es importante valorar articular. La RM tiene una sensibilidad de 86-96% y especificidad de
si existe alguna variante anatómica que condicione o favorezca esta 84-94% para detectar roturas del menisco interno y una sensibilidad de

109
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

70-92% y especificidad de 89-98% para detectar roturas del menisco C. Lesiones ligamentarias
externo.
Las lesiones de los ligamentos de la rodillas son frecuentes, sobre todo
Existen distintos tipos de roturas meniscales: las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA), en deportes como el
•• Rotura horizontal-oblicua. fútbol y el esquí. La prueba indicada para valorar los ligamentos de la
•• Rotura vertical. rodilla y, en concreto las roturas del LCA, es la RM. El LCA normalmente
•• Rotura radial. se rompe de forma completa y es menos frecuente que se rompa de
•• Rotura meniscal, fragmentos desplazados: forma parcial (el LCA se compone de dos haces, el anteromedial y el
-- Asa de cubo (signo del doble cruzado posterior). posterolateral, y cuando la rotura es parcial se rompe uno de estos com-
-- “Flap” (volteado). ponentes). Es importante detectarlas, pues las roturas de LCA son nor-
-- Extruido. malmente quirúrgicas.
•• Rotura compleja.
Hay una serie de hallazgos en Rx simple que son característicos y ayudan a
diagnosticar las lesiones ligamentarias en la rodilla, como se muestran en el
esquema a continuación (Figura 31):

A B

Rotura horizontal Rotura vertical Rotura radial

Signo del surco lateral profundo Signo del Arcuato:


+ derrame articular: Fractura avulsión tibia proximal
90% rotura LCA (inserción tendón BF-LLE).
90% rotura LCP

C D

Rotura en asa de cubo


(signo del doble cruzado posterior)

Figura 30. Tipo de roturas de meniscos

Existen una serie de hallazgos asociados a las roturas meniscales:


•• Quiste de Baker. El 80-90% de ellos se asocian a patología meniscal.
•• Quiste parameniscal. 85-100% asociados a roturas meniscales. Más
frecuentes en el menisco externo.
•• Lesiones condrales.
Fractura Segond: Fractura-Avulsión LCA:
Lo más importante de las pruebas de imagen es dar una descripción ade- Ligamento anterolateral, niños – inserción tibial.
cuada de la localización y tipo de rotura, valorar si la rotura es estable 75-100% asociado a Adultos + frecuente LCP
o inestables, es decir, si existen fragmentos desplazados, si la rotura es rotura LCA
reparable o no. También es importante valorar si hay lesiones condra- Figura 31. Hallazgos en radiografía simple característicos de roturas
les asociadas, pues si se realiza una cirugía meniscal con meniscectomía ligamentarias en la rodilla
podría empeorar la condropatía y producir una artrosis precoz. Las roturas
reparables son normalmente las longitudinales de más de 10 mm, las que En función del mecanismo de la lesión, se observa en la RM un
afectan a la región periférica del menisco, sobre todo en gente joven, y las edema óseo característico de cada lesión ligamentaria en la rodilla
asas de cubo. (Figura 32):

110
05. Musculoesquelético | RD

A B C D E

Edema óseo en “Pivot shift” Edema Óseo en “salpicadero de Edema Óseo en “clip” (CFE y Edema óseo en “luxación Edema óseo en “kissing”
(meseta tibial externa coche” (tibial anterior): meseta tibial externa; CFI) rótula” (CFE anterolateral y (fémoro-tibial anterior)
posterior): rótula inferomedial)
LCP LLI LCP, LCA, meniscos
LCA Ligamento Fémororotulario y luxaciones rodilla

Figura 32. Edema óseo característico en lesiones ligamentarias de rodilla

Sobre todo es importante, si se observa en una RM de rodilla un edema Después de un traumatismo en el tobillo, los dos diagnósticos diferenciales
óseo en el margen posterior de la meseta tibial externa, se ha de valorar si principales son una lesión ligamentaria (esguince de tobillo) y una fractura.
el paciente tiene una rotura del LCA, que, como se ha mencionado dicho La decisión sobre si se necesita una radiografía de tobillo puede tomarse
anteriormente, es más probable que sea completa. utilizando las reglas de Ottawa:
-- Sólo se requiere una radiografía de tobillo si existe:
La cirugía de las roturas de LCA, consiste en una reconstrucción y no en -- Dolor óseo a lo largo del borde posterior del maléolo late-
una reparación. Normalmente, se repara usando plastias autólogas, en ral, o
medio radiológico la más usada es de tendones isquiotibiales (semiten- -- Dolor óseo a lo largo del borde posterior del maléolo medial, o
dinoso y recto interno/gracilis) y también se usan de HTH (hueso-ten- -- Incapacidad para ponerse de pie en carga en el momento de la
dón-hueso de tendón rotuliano). En la rodilla postquirúrgica de LCA, es lesión.
importante valorar la posición de los túneles, la integridad de la plastia, •• Sólo se requiere una radiografía de pie si existe:
la infección, que es poco frecuente, y también es importante valorar la -- Dolor óseo de la base del quinto metatarsiano, o
presencia de artrofibrosis o lesión de cíclope (se llama así, porque en -- Dolor óseo de la navicular, o
la artroscopia le aparece al cirujano, como un ojo de cíclope), que es la -- Incapacidad para ponerse de pie en carga en el momento de la
aparición de fibrosis anterior al LCA, tiene una frecuencia de 5% y apa- lesión.
rece 8-32 semanas después de la cirugía (una media de 16 semanas des-
pués). Su etiología es incierta y produce clínicamente un dolor y déficit Si se requiere una radiografía según la evaluación clínica, se requerirá una
durante la extensión de rodilla. radiografía de tobillo o pie para determinar si hay una fractura. Es relativa-
mente raro que se necesiten radiografías de tobillo y pie.
A B
Las fracturas del peroné distal son lesiones importantes porque, depen-
diendo de la afectación de la sindesmosis, la estrategia de tratamiento varía
significativamente. La clasificación de Weber ayuda en la determinación de
la estrategia de tratamiento y pronóstico.

El esguince de tobillo (lesión ligamentaria) se produce por los siguientes


mecanismos:
•• Ligamento colateral lateral-inversión.
•• Ligamento deltoideo-eversion.

Es más frecuente la lesión del ligamento colateral lateral, cuya cronología


de lesión es: primero se lesiona el ligamento peroneo-astragalino ante-
Figura 33. Artrofibrosis/lesión de cíclope (flechas azules) en paciente rior (LPAA), luego el ligamento peroneo-calcáneo (LPC) y posteriormente
operado de rotura de LCA. A: sagital; B: axial el ligamento peroneo-astragalino posterior, este último es raro que se
lesione.
Tobillo y pie
Los esguinces de tobillo se diagnostican clínicamente, pero para estudiarlos
pueden realizarse ecografías o RM.
A. Lesiones ligamentarias
El esguince se divide en 3 grados:
El esguince de tobillo es una lesión muy frecuente en las consultas de trau- •• Grado I - edema periligamentario
matología. Puede ser el resultado de un trauma menor, haciendo deporte o •• Grado II - edema periligamentario e intrasustancia. Rotura parcial.
andando, o secundarios a traumatismos importantes. •• Grado III - rotura completa.

111
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Existen una serie de factores de riesgo que hay que conocer, como son: el
A B
sobrepeso y la obesidad, hipercolesterolemia y la toma de fluoroquinolonas.

También se puede encontrar tendinopatía de Aquiles en pacientes con defor-


midad de Haglund, que consiste en una prominencia ósea posterolateral en
calcáneo, que produce bursitis aquílea profunda y entesopatía aquílea +/-
roturas, en este caso, cuando da clínica se denomina síndrome de Haglund.

A B

Figura 34. Esguince grado II del LPAA, con edema periligamentario e


intrasustancia (rotura parcial)

Normalmente la RM se realiza cuando se sospecha complicaciones de esguinces


de tobillo, entre las que se encuentran fracturas ocultas y lesiones osteocondrales
en el margen medial de la cúpula astragalina, en el caso de esguinces del ligamento
colateral lateral. clínicamente un dolor y déficit durante la extensión de rodilla.

A B Figura 36. Tendinopatía aquílea, con rotura parcial intrasustancia


(flecha azul), en paciente con antecedentes de toma de
fluoroquinolonas por neumonía. Nótese la presencia también de
lipoma intraóseo en el calcáneo (flecha blanca)

A B

Figura 35. Lesión osteocondral en el margen medial de la cúpula


astragalina, en paciente con antecedentes de esguince del ligamento Figura 37. Síndrome de Haglund con deformidad de Haglund (flecha
colateral lateral azul), entesopatía calcificada aquílea (flecha blanca) y bursitis aquílea
profunda (flecha roja)

B. Patología tendinosa Tendón del tibial posterior

Tendón de Aquiles La disfunción del tibial posterior es una de las causas del pie plano adquirido
del adulto. La fisiopatología es la siguiente: disfunción del tibial posterior
La tendinopatía aquílea se produce por sobreuso o estrés crónico sobre el tendón. → pérdida arco longitudinal plantar medial → inestabilidad articulaciones
Puede verse en deportistas y en no deportistas y puede asociarse a rotura o no. astrágalo-escafoidea y subastragalina → deformidad en valgo retropié y en
abducción o varo del antepié.
La tendinopatía produce engrosamiento, interrupción del patrón fibrilar y un
aumento en la vascularización del tendón. Para el estudio del pie plano adquirido del adulto hay que realizar Rx sim-
ple de pies en carga y una RM para valorar el tibial posterior y el resto de
Afecta particularmente las porciones media y distal del tendón. estructuras implicadas en la estabilidad del arco plantar y el estado articular.

Se puede estudiar con ecografía o RM, normalmente en estudios de urgen- Existen tres tipos de roturas del tendón del tibial posterior:
cias, y para valorar tendinopatías crónicas se usa la ecografía, dejando la RM •• Rotura parcial:
para estudios prequirúrgicos. -- Tipo 1. Hipertrófica. Engrosamiento fusiforme, pérdida de la forma
ovalada, focos de aumento de señal en RM intratendinosos en T1 y
Es un tendón tipo 1, sin vaina sinovial (veáse Tabla 6. Diferencias entre ten- T2, que reflejan roturas longitudinales o en sp lit. Estas roturas par-
dones tipo I y tipo II ). ciales intratendinosas cicatrizan dando lugar a un tendón engrosado.

112
05. Musculoesquelético | RD

A B C

Figura 38. Pie plano (A: Rx simple lateral en carga) con rotura tipo 1; B: RM axial donce se ve hipertrofia del tibial posterior (flecha azul en B y C)

-- Tipo 2. Atrófica. Elongación y adelgazamiento tendinoso y altera- •• Rotura de la placa plantar: la placa plantar es un refuerzo articular
ciones de señal en RM. plantar y lateral de la articulación metatarsofalángica. Su roturas es
•• Rotura completa. Tipo 3. Disrupción completa, con defecto tendinoso más frecuente en el 2.o espacio.
o gap de grosor completo es infrecuente, debido a la presencia de
adhesiones entre tendón, sinovial y hueso, que evitan la típica retrac- A B
ción y dificultan el diagnóstico.

C. Metatarsalgias

La metatarsalgia es el dolor en el antepié, dolor en la región metatarsal. Es


uno de los motivos más frecuente de consulta en la patología ortopédica de
pie e indicación de RM de pie.

Los factores de riesgo son: el deporte (sobre todo correr), el sobrepeso y la


obesidad, el uso de tacones, otras patologías del pie y enfermedades reu-
matológicas (como la gota y la artritis reumatoide).

Entre las causas más frecuentes de metatarsalgia se encuentran: C


•• Neuroma de Morton: fibrosis perineural del nervio intermetatarsiano.
Más frecuente en el 3.er espacio intermetatarsiano, entre las cabezas
del 3.er y 4.o metatarsiano.

A B

Figura 40. Rotura de la placa plantar del 2.º dedo con desviación
medial del dedo (A: Rx simple; B y C: RM). Paciente operado de hallux
valgus

•• Enfermedad de Freiberg: osteonecrosis de la cabeza del 2.º


metatarsiano. Bilateral 10%. La causa es controvertida. Más fre-
cuente en mujeres 10-18 años. Fragmentos osteocondrales en
fases tardías.

•• Bursitis adventicial: bursas de apoyo, no anatómicas. Se localizan en


Figura 39. Neuroma de Morton en el 3.er espacio intermetatarsiano en zonas donde el TCS se expone a alta fricción y presión. Más frecuente
ecografía (A y B) y en RM (flecha en C) superficial a la 2.o cabeza del metatarsiano.

113
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

A B

Figura 43. Síndrome de dedos divergentes o síndrome doloroso del


2.º espacio
•• Neuropatía de Joplin: compresión rara. Afecta a nervio propio del 1.er
Figura 41. Enfermedad de Freiberg. Rx simple, AP (A); lateral (B); con
cuerpo libre dorsal (flecha) (C y D: RM) dedo (rama del nervio plantar medial). Puede haber neuroma de Joplin.
Produce dolor y sensibilidad en 1.a articulación metatarsofalángica. Es
frecuente en jugadores de fútbol y en postquirúrgicos de Hallux valgus.
A B
A B

Figura 42. Bursitis adventicial superficial a la cabeza del 2.º


Figura 44. Neuropatía de Joplin en mujer de 28 años corredora, con
metatarsiano (flecha azul)
dolor y sensibilidad en el 1.er dedo, con disminución del 1.er espacio
intermetatarsiano (flecha en A) y edema muscular en el aductor propio
•• Síndrome de dedos divergentes o síndrome doloroso del 2.o espa- del 1.er dedo en relación con signos de neuropatía (flecha en B)
cio: metatarsalgia por divergencia progresiva de los dedos 2.o y 3.o,
se asocia a un acercamiento de las cabezas de los metatarsianos 2.o
Preguntas
y 3.o. Exceso de longitud del 2.o o 3.er metatarsianos es la causa más
importante del cuadro. MIR MIR 12-13, 16

Ideas

C l ave
 La radiografía (Rx) simple debe ser la puerta de entrada para el estudio  Los tumores óseos primarios son poco frecuentes. La mayoría de los
de la patología de musculoesquelético tanto aguda como crónica, debe tumores óseos primarios se dan en menores de 30 años.En mayores
ser siempre las primera prueba a realizar. de 30 años, se debe incluir en el diagnóstico diferencial metástasis y
mieloma.
 Las fracturas más frecuentes son las fracturas traumáticas. Una fractura
patológica es aquella fractura que se produce sobre un hueso anormal, ya  En general, para la patología tendinosa y ligamentaria se usa como pri-
sea por una lesión maligna (metástasis, mieloma o tumor óseo primario) o mera prueba la ecografía, si necesitamos mayor sensibilidad o se plantea
sobre una lesión benigna (como por ejemplo un quiste simple en niños). un tratamiento quirúrgico, la RM es la prueba de elección.

114
05. Musculoesquelético | RD

Casos

C l í n i co s
Posibles etiologías: traumática, terapia crónica con corticoides, alcoholis-
mo, tabaco, lupus eritematoso sistémico, VIH, hiperlipidemias, hemoglobi-
nopatías, fallo renal crónico, diabetes mellitus y embarazo.

La Rx simple puede ser negativa en los estadios iniciales y es la RM la prue-


ba de imagen más sensible y específica. Existe un sistema de clasificación
específico, estadios de FICAT:

● Estadio 0:
– Rx simple: normal.
– RM: normal.
Varón de 25 años, con antecedentes de asma, en tratamiento cróni- – Clínica: no síntomas.
co con corticoides, con dolor inguinal izquierdo de inicio insidioso, sin
traumatismo. El dolor es continuo y va en aumento. Empeora con la ● Estadio I:
bipedestación. Se realiza una RM. ¿Qué diagnóstico considera más pro- — Rx simple: normal o mínima osteopenia.
bable? — RM: edema.
— Clínica: dolor, típicamente en la ingle.
1) Osteomielitis aguda.
2) Artrosis de cadera. ● Estadio II:
3) Necrosis avascular de la cabeza femoral. — Rx simple: osteopenia y/o esclerosis y/o quistes subcondrales, sin hi-
4) Osteosarcoma. podensidades subcondrales.
— RM: defecto geográfico.
RC: 3 — Clínica: dolor y rigidez.

La cadera es un sitio frecuente de osteonecrosis, probablemente debido ● Estadio III:


a una combinación de vascularización deficitaria y una alta carga al — Rx simple: signo de la media luna y eventual colapso cortical.
estar de pie. Cursan con dolor de cadera, inguinal, en el muslo y región — RM: igual que Rx simple.
glútea, a menudo los pacientes permanecen asintomáticos hasta esta- — Clínica: dolor y rigidez +/- irradiación a rodilla y cojera.
dios tardíos. Típicamente afecta a la superficie articular superior (entre
las 10 y las 2) y empieza en la parte más anterior de la cadera. La etio- ● Estadio IV:
logía puede ser traumática (secundaria a fracturas del cuello femoral) — Rx simple: estadio final con coxartrosis.
o no traumática. En los casos no traumáticos, es bilateral en el 40% de — RM: igual que Rx simple.
los casos. — Clínica: dolor y cojera.

115
Ginecología

06 ORIENTACIÓN MIR
En este capítulo se resumen las principales patologías que afectan a la mujer en dos grupos:
mama y pelvis.
Para el estudio de la mama la correcta interpretación de la mamografía es esencial dada su
implantación masiva como técnica de cribaje y de diagnóstico. Además hay que entender
como las distintas técnicas complementan a la mamografía para llegar al diagnóstico correcto.
En la pelvis femenina es importante conocer los distintos tumores tanto de ovario como de útero.

6.1. Mama A. Mamografía

La mamografía utiliza radiaciones ionizantes (rayos X) de baja energía para


Técnicas de imagen el estudio de la glándula mamaria. Las proyecciones básicas de una explo-
ración mamográfica son oblicua mediolateral (OML) y craneocaudal (CC).
La radiología de la mama utiliza de forma complementaria mamogra- Para obtener estas imágenes se ha de comprimir la mama con el objetivo
fía, ecografía y resonancia magnética tanto para el diagnóstico de la principal de reducir la superposición de tejido que pueda ocultar patología.
patología mamaria como para guiar procedimientos intervencionis- Estas imágenes se presentan enfrentadas entre sí para su interpretación,
tas. Todas estas exploraciones han de ser interpretadas e informadas ya que facilita la localización de los hallazgos. Tomando como referencia el
siguiendo los criterios BI-RADS (Breast Imaging Reporting and Data pezón y trazando una línea imaginaria hacia el músculo pectoral (no siem-
System) publicados por la American Society of Radiology (5.a edición, pre incluido en la proyección CC), cada mama se divide en cuatro cuadran-
de 2013), que determinarán la línea de actuación según el nivel de tes: superointerno, superoexterno, inferointerno e inferoexterno (Figura 1).
sospecha.
•• 0: estudio incompleto - son necesarias exploraciones adicionales y/o Existen proyecciones adicionales como mediolaterales estrictas, magnifi-
comparación con estudios previos. cadas (valoración de microcalcificaciones), compresión focal, Eklund (con
•• 1: sin hallazgos. desplazamiento posterior del implante), etc (Figura 2).
•• 2: hallazgo benigno.
•• 3: hallazgo probablemente benigno. La tomosíntesis es una técnica derivada de la mamografía que adquiere una
•• 4: hallazgo de sospecha (se dividen en A, B y C en nivel creciente de serie de imágenes secuenciales en un ángulo determinado (dependiendo
sospecha). del fabricante) de tal manera que se reduce significativamente la superposi-
•• 5: hallazgo muy sugestivo de malignidad. ción de tejido mamario (el gran inconveniente de la mamografía). Esto hace
•• 6: malignidad confirmada por biopsia. que patología subyacente oculta pueda ser detectada (Figura 3).

A B C D

Figura 1. A: OML derecha; B: OML izquierda; C: CC derecha; D: CC izquierda

116
06. Ginecología | RD

A B C D E F

Figura 2. Mamografías normales: OML (A), CC (B) y CC mostrando músculo pectoral (C). Mamografía en paciente con implante: CC (D), proyección
Eklund (E) y OML (G). Imagen ecográfica del implante (F)

C. Resonancia magnética

La RM se ha convertido en una técnica imprescindible en el manejo de


la patología de mama. Se utilizan antenas de superficie específicas y la
paciente se sitúa en decúbito prono con las mamas suspendidas en el
interior de la bobina. Las secuencias básicas son T1, T2 y poscontraste.
Estas últimas necesitan un posprocesado que sustraiga las imágenes
T1 de tal manera que tan solo muestran el realce real. El tipo de realce
ayuda a determinar el nivel de sospecha de una lesión. Así la RM es la
técnica más sensible para detectar y valorar la extensión de la patolo-
gía mamaria, lo que es extremadamente útil para la planificación qui-
rúrgica y el seguimiento de los tratamientos quimioterápicos. Algunas
de las indicaciones más importantes para la realización de un RM de
mama son: estadificación prequirúrgica, patología oculta o discordan-
cia en técnicas de imagen convencionales, seguimiento de tratamiento
quimioterápico, valoración de prótesis y cribado en mujeres de alto
riesgo (Figura 5).
Figura 3. Esquema de tomosíntesis

B. Ecografía

Técnica de gran utilidad para el estudio de la mama ya que es un órgano


superficial y accesible y no conlleva radiación ionizante. Utiliza transduc-
tores de alta frecuencia y sus indicaciones principales son la valoración de
nódulos/masas detectados en mamografía o RM, pacientes jóvenes sin-
tomáticas, sospecha de abscesos/colecciones, como guía para biopsias/
drenajes, etc (Figura 4).

Tejido
adiposo

Músculo Tejido
pectoral glandular

Costilla

Figura 4. Ejemplo de ecografía de mama normal


Figura 5A. RM de mama normal: secuencias axiales T1

117
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

das por vacío, arpones, marcadores, drenajes, etc.; pero la técnica a elegir
se basa en lo anteriormente expuesto.

Patología benigna

A. Lesiones focales

Quistes

Son dilataciones de las unidades ducto-lobulares terminales que contienen


líquido. Aunque no está clara su etiología se cree que tienen un componente
hormonal ya que aparecen en mujeres jóvenes y son más infrecuentes tras
la menopausia. Se observan como nódulos bien definidos (generalmente
bilaterales) en mamografía, anecoicos en ecografía (negros - contienen
líquido). En RM aparecerán blancos en secuencias T2 y negros en secuen-
cias T1. No requieren tratamiento aunque se pueden aspirar percutánea-
mente si son causa de molestia/preocupación (Figura 6).

Figura 5B. RM de mama normal: secuencias axiales T2 A B

Figura 6A-B. Quistes. RM T1 (A)/T2 (B) mama izquierda

C D

Figura 5C. RM de mama normal: poscontraste - imagen axial de


sustracción

D. Técnicas intervencionistas

Con la ayuda de las técnicas diagnósticas anteriores se realizan procedi-


mientos intervencionistas en la mama, tanto para fines diagnósticos como
para guiar las cirugías. Las biopsias con aguja gruesa (12/14 G) son esencia-
les para obtener un diagnóstico histológico. La técnica a elegir dependerá
de la detectabilidad de la lesión en las diferentes exploraciones. De esta
manera, las calcificaciones se biopsian por estereotaxia (guía mamográfica)
(MIR 12-13, 15), las masas visibles en ecografía se biopsian usando esta
técnica y las lesiones, sólo detectables por RM, se han de biopsiar con la
ayuda de la misma. Existen otros procedimientos en radiología de la mama:
Figura 6C-D. Mamografía OML
punción aspiración con aguja fina (PAAF - estudio citológico), biopsias asisti-

118
06. Ginecología | RD

E F
Anecoico
(líquido)

Refuerzo
posterior

Figura 6E-F. Ecografía mama derecha (E). Aspiración de quiste con aguja fina (F)

Mastopatía fibroquística A B

Término ampliamente utilizado para refe-


rirse al tejido glandular firme y/o doloroso
que responde a estímulos hormonales
cíclicos; sin embargo, se desaconseja su
uso ya que no es un proceso patológico
per se. Suele presentar fibrosis, quistes,
adenosis, hiperplasia, etc.; siendo más
frecuente en mujeres jóvenes. Se ha
descrito en mamografías de tejido glan-
dular denso con calcificac iones benignas
dispersas y se pueden observar peque-
ños quistes en ecografía (Figura 7). No
requiere diagnóstico histológico.

Figura 8A-B. Fibroadenoma. Masa sólida de bordes bien definidos. En


mamografía tiene similar apariencia a los quistes (aunque más denso)

Figura 7A. Mastopatía Figura 7B. En la ecografía se


fibroquística: mama normal muestra pequeños quistes en tejido
muy densa glandular denso

Adenomas/fibroadenomas

Tumoraciones benignas compuestas por tejido conectivo y glandular nor-


mal, en proporciones variables. De origen idiopático, son más frecuentes
en mujeres jóvenes y responden ante los cambios hormonales. La clí-
nica de presentación frecuente es la de una mujer premenopáusica con
D E
una tumoración móvil, generalmente blanda, sin signos de sospecha en
la exploración. En mamografía aparecen como lesiones densas redon-
deadas/ovaladas bien definidas y la ecografía confirma una masa sólida
ecogénica con estas características. Con el tiempo, pueden calcificar con
forma de “palomitas de maíz”. El diagnóstic o diferencial principal es con
el tumor filodes, tumor de crecimiento rápido con un amplio espectro his- Figura 8C-D-E. Fibroadenoma. Masa sólida de bordes bien definidos.
tológico. Es recomendable la realización de biopsia ante cualquier masa En ecografía es parecido al tumor filodes (C). Calcificaciones
características en palomita de maíz (D y E)
sólida de nueva aparición (Figura 8).

119
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Necrosis grasa ejemplo diuréticos) u hormonas. La exploración clínica debe además


valorar la presencia de tumoraciones testiculares y patología hepática
Inflamación estéril de origen traumático (golpe, cirugía) que típicamente (Figura 10).
produce quistes oleosos con tendencia a calcificar progresivamente.
Imagen característica en mamografía: quistes de baja densidad (con- Patología infecciosa/inflamatoria
tenido graso) con calcificación grosera periférica en cáscara de huevo
(Figura 9).
A. Mastitis aguda
Ginecomastia
Se trata de una infección bacteriana de la glándula mamaria que
Es el desarrollo de tejido glandular, uni o bilateral, en el varón. La ocurre típicamente durante el puerperio/lactancia, cuando erosio-
mamografía muestra una mama masculina predominantemente grasa nes en el complejo areola-pezón actúan como puerta de entrada
con tejido glandular en la región subareolar. Puede ser idiopática o de microorganismos patógenos (S. Aureus). La presentación clínica es
como consecuencia del uso de determinados medicamentos (por muy característica: mujer joven puérpera con dolor, fiebre, eritema,
calor e hinchazón de la mama
(MIR 18-19, 28). En mamogra-
fía se observa un engrosamiento
difuso de la piel y del patrón tra-
becular, con aumento de la den-
sidad de la glándula afecta. Si ha
progresado con la formación de
un absceso, este se puede obser-
var como una masa densa de
bordes irregulares. La ecografía
muestra un aumento difuso de la
ecogenicidad con edema y engro-
samiento de la piel. Es sobre todo
muy útil ya que confirma la pre-
sencia de un absceso (colección
heterogénea) y sirve de guía para
el drenaje percutáneo, lo que
mejora el cuadro clínico y per-
mite el estudio microbiológico de
la muestra. Tratamiento antibió-
tico (+/- drenaje) y seguimiento
clínico (MIR 18-19, 28). Exis-
ten mastitis con otras etiologías
(tuberculosa, autoinmune, granu-
lomatosa, etc.) pero son mucho
Figura 9. Ejemplo de necrosis grasa. Calcificaciones en cáscara de huevo menos frecuentes (Figura 11).

A B C D

Figura 10. Ginecomastia: tejido glandular en la mama derecha de un varón

120
06. Ginecología | RD

A B
engrosamiento
cutáneo
Edema

Figura 11A-B. Mastitis. La ecografía muestra engrosamiento de la piel y edema difuso (desdibujamiento del tejido glandular/adiposo con
ensombrecimiento de la imagen [A]). Formación de absceso que se observa como una colección heterogénea de márgenes irregulares (B)

C D
B. Mastitis de células plasmáticas

Se produce una distensión de los conductos galactóforos en mujeres peri o


posmenopáusicas, con la extravasación de material lipídico que provoca una
reacción inflamatoria crónica en el estroma adyacente. Generalmente es asin-
tomática pero puede cursar con secreción bilateral espontánea. Presenta una
imagen mamográfica c aracterística con calcificaciones groseras lineares en
forma de vara y bordes bien definidos, generalmente bilaterales. No se deben
confundir con las microcalcificaciones ductales sospechosas de malignidad.
No requiere pruebas complementarias ni tratamiento médico (Figura 12).

Figura 12. Mastitis de células plasmáticas. Dilatación de los conductos


galactóforos

Patología maligna
El carcinoma de mama es la primera causa de mortalidad por cáncer en mujeres
en España (fuente: Instituto de Salud Carlos III). La detección precoz de esta
patología es fundamental para reducir la morbimortalidad, y con este fin se han
implantado programas de cribado en España desde el año 1990. Van dirigidos
a mujeres entre 50-69 años a las que se invita a realizar una mamografía cada
dos años, y tienen una tasa de participación de hasta el 75%. Las mujeres de
Figura 11C-D. Mastitis. Mamografía (MIR 18-19, 28) muestra una alto riesgo (mutaciones genéticas como BRCA 1 y 2, historia familiar de cáncer
mama derecha normal (C) y aumento generalizado de la densidad y la de mama, radioterapia torácica en infancia/adolescencia, etc.) requieren otros
trabeculación de la mama izquierda (D) protocolos de cribado y seguimiento. El cáncer de mama se origina en la uni-

121
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

dad terminal tubulolobulillar y metastatiza inicialmente en los ganglios linfáti-


cos ( axilares o de la cadena mamaria interna). Puede diseminarse a cualquier
órgano, con especial preferencia por el hueso, hígado, pulmón y SNC. A

A. Carcinoma in situ

Ductal - CDIS

Proliferación tumoral en los conductos galactóforos, confinada por la mem-


brana basal del epitelio ductal. Se considera precursor del carcinoma infiltrante
y generalmente se diagnostica en mujeres asintomáticas gracias a las mamo-
grafías de screening. Sin embargo pueden presentarse como una masa palpable
o secreción sanguinolenta por el pezón. Su característica radiográfica esencial
con las microcalcificaciones sospechosas: heterogéneas o pleomórficas (dife- B
rentes morfologías y tamaños) agrupadas o de distribución lineal/ramificada
o segmentaria. Estos hallazgos se consideran BIRADS 4 o 5 y requieren biopsia
guiada por estereotaxia (MIR 12-13, 15) (Figura 13, Figura 14 y Figura 15).

Figura 14. Microcalcificaciones sospechosas: agrupación ramificada.


Figura 13. Microcalcificaciones sospechosas: agrupación segmentaria. Esquema (A), proyección normal con marcador (B) e imagen
Esquema (A), proyección normal (B) y ampliada (C) marcando las calcificaciones (C)

122
06. Ginecología | RD

A C D

Figura 15. Microcalcificaciones pleomórficas agrupadas y de distribución segmentaria. Alta sospecha de malignidad - biopsia guiada por estereotaxia
(MIR 12-13, 15). Proyección MLO de mama derecha (C), marcaje (D) y ampliada (B)

Lobular la piel, retracción/ulceración de piel o pezón). En imagen se detectan como


(Figura 16):
En realidad no se considera una lesión cancerosa o precancerosa. Se trata •• Microcalcificaciones sospechosas (ver CDIS).
de la presencia de células anómalas en los lobulillos de la glándula mama- •• Masas irregulares, de bordes mal definidos o espiculadas (Figu-
ria, lo que indica un mayor riesgo de padecer carcinoma tanto en la mama ra 17).
diagnosticada como en la contralateral. El término carcinoma lobular se usa •• Distorsiones de la arquitectura glandular (Figura 18).
cada vez menos y lo correcto es describir estas lesiones como neoplasia
lobular. El carcinoma invasivo de mama puede tener un origen ductal (75%) o
lobular (15%), lo cual se confirma
B. Carcinoma invasivo en el estudio histológico. Estos car-
cinomas frecuentemente tienen
El carcinoma ha traspasado la membrana basal e infiltra el estroma circun- un componente mixto, infiltrante
dante. En este punto, existe riesgo de invasión linfovascular y, por lo tanto, e in situ, por ello, los hallazgos
de metástasis a distancia. Pueden presentarse tanto de forma asintomática radiográficos suelen ser una com-
como por la presencia de una tumoración palpable, dura y adherida a pla- binación de microcalcificaciones y
nos sin/con otros signos sospechosos en la exploración (engrosamiento de masas/distorsiones.

A B

Engrosamiento y
retracción de la piel

Figura 16C. Carcinoma infiltrante


de mama izquierda, lesión
densa de bordes irregulares y
Figura 16A-B. Carcinoma infiltrante de mama. Lesión hipoecoica de bordes mal definidos (líneas paralelas) espiculados con engrosamiento y
e irregulares (línea). Ecografía (A y B) retracción de la piel

123
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

A B A B

Figura 18A-B. Carcinoma infiltrante. La mamografía muestra una


distorsión sospechosa en mama derecha (A y B)

C C

D D

E F

Figura 18C-D. Carcinoma infiltrante. Masa de bordes irregulares y mal


Figura 17. Carcinoma infiltrante. Masa de bordes irregulares en definidos en ecografía (C). Imagen de RM poscontraste, sustracción
mamografía y ecografía. Imagen axial de TC (D) y RM T2 (E) y en la que se observa un área mal definida de realce patológico en la
poscontraste (F). Nótese el marcador (densidad metal) en TC mama derecha (D)

124
06. Ginecología | RD

El porcentaje restante (aproximadamente el 10%) corresponde a otros tipos


histológicos como mucinoso, papilar, metaplásico, tubular, etc. Aunque muy 6.2. Aparato reproductor
raro, la mama puede ser órgano de depósitos metastásicos de tumores pri-
marios como el melanoma o el linfoma (Figura 19).
Técnicas de imagen
A

A. Ecografía

Ante sintomatología que sugiera un origen ginecológico, la ecografía es la primera


técnica a realizar por su disponibilidad y capacidad diagnóstica. Si bien luego se
realizan exploraciones complementarias, éstas se determinarán en función de los
hallazgos ecográficos. La ecografía ginecológica puede realizarse por vía transab-
dominal o transvaginal (contraindicada en mujeres vírgenes) (Figura 20).

A B

B
Figura 20. Ecografía transvaginal. Ovario normal con folículos (nódulos
anecoicos, negros [A]). Imágenes sagitales de útero normal, nótese
la diferencia de grosor del endometrio (línea central hiperecogénica,
blanca) en diferentes momentos del ciclo menstrual (B y C)

B. Tomografía computerizada

Puede ser la primera técnica radiológica en el diagnóstico de la patología


ovárica ya que estas pacientes presentan clásicamente con un cuadro inespecí-
fico de dolor y aumento del perímetro abdominal, y la TC es la exploración de
elección en patología abdominal aguda (MIR 13-14, 14). Sin embargo, no es un
estudio específico para la caracterización de lesiones ginecológicas (Figura 21).

C A B

Figura 19. Metástasis de linfoma en mama derecha. Mamografía


lateral (A), imágenes axiales de TC (B) y PET (C) Figura 21. TC coronal. Se muestra la apariencia normal del útero (A y B)

125
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

C. Resonancia magnética cuando existen dudas por su localización/tamaño, se puede realizar RM. Se
observa un aumento difuso nodular del útero con lesiones ecogénicas sóli-
La resonancia magnética para el estudio del aparato reproductor femenino das que tienden a calcificar (Figura 23).
utiliza las secuencias habituales T1, T2 y postcontraste, junto con secuencias
especiales dependiendo de la indicación de la prueba. Al igual que la RM en B. Quistes
otras partes del cuerpo, se obtienen planos ortogonales (axiales, coronales
y sagitales) aunque se añaden planos de corte que se adaptan a la morfolo- Los quistes ováricos son un hallazgo muy frecuente, generalmente incidental
gía del útero para el estudio del mismo (Figura 22). y de origen funcional (folículos grandes, no reabsorción de cuerpo lúteo, hipe-
restimulación ovárica, etc.). Tienen las mismas características radiológicas que
Patología benigna los quistes en otras partes del cuerpo (véase el punto Ecografía de mama en el
apartado de Técnicas de imagen) y, si son menores de 5 cm y no presentan sep-
tos/nódulos sólidos, no es necesario realizar pruebas de imagen adicionales.
A. Leiomiomas (miomas)
C. Endometriosis
Es la neoplasia ginecológica más frecuente, compuesta por músculo liso
y tejido fibroso. Generalmente son caracterizados por ecografía aunque Presencia de tejido endometrial ectópico, frecuentemente en ovarios y
peritoneo pélvico aunque puede
A B aparecer en pleura, pulmón y SNC.
Este tejido ectópico responde a
los estímulos hormonales al igual
que el tejido endometrial nor-
mal y puede sangrar formando
colecciones que se denominan
endometriomas. Es una patología
típicamente de mujeres jóvenes
que cursa con dolor (no siempre
cíclico) en región pélvica y lumbo-
sacra, dismenorrea y dispareunia.
Es causa de infertilidad y el trata-
miento efectivo requiere la resec-
Figura 22. Ejemplo de anatomía normal de la pelvis femenina. A: Ovario derecho normal (flecha amarilla); Ovario ción quirúrgica de estos depósitos.
izquierdo con quiste (flecha roja); arteria y vena iliacas externas (flecha verde); músculo psoas izquierdo (flecha azul); En radiología se observan lesiones
B: Corte sagital de línea media con RM. quísticas uni/multiloculares con

A B C

D E F

Figura 23. Leiomiomas: Cortes axiales de TC donde se observa un útero de contornos irregulares (A y F) con calcificaciones groseras (B). Ecografía
de leiomioma que muestra una masa ecogénica heterogénea con calcificaciones (D y E). Arriba a la derecha, imagen sagital de RM de múltiples
leiomiomas uterinos (C)

126
06. Ginecología | RD

contenido denso en relación con restos hemorrágicos: ecogénicos en eco- folículos pilosos, tejido muscular y glandular, cartílago y hueso. Debido a
grafía, iso/hiperintenso en T2/T1 respectivamente (Figura 24). esto, son lesiones de aspecto heterogéneo en imagen. Menos del 1% de los
teratomas maduros malignizan, mientras que los inmaduros son considera-
D. Cistoadenomas dos malignos desde su origen. También se pueden complicar con rotura o
torsión, produciendo clínica de abdomen agudo (Figura 26).
Son neoplasias ováricas quísticas benignas, relativamente frecuentes. Se
originan del epitelio ovárico y se presentan como grandes quistes de pare- Patología maligna
des finas con/sin septos (a veces difíciles de diferenciar de quistes simples),
con contenido líquido (seroso) o denso (mucoso). La pared puede realzar
de forma fina y homogénea tras la administración de contraste pero no se A. Carcinoma de ovario
observan nódulos sólidos –signo de sospecha– (Figura 25).
El carcinoma de ovario es la cuarta causa de muerte por cáncer en la mujer
E. Teratomas y es predominantemente de origen epitelial, siendo raros los de origen ger-
minal y estromal. Es más frecuente en mujeres posmenopáusicas y suele
Neoplasias de las células germinales (pluripotenciales), que pueden presen- diagnosticarse en estadios avanzados ya que presenta una sintomatología
tar estructuras derivadas de las tres líneas germinales (endodermo, mes- insidiosa y no existen en la actualidad métodos de cribado validados. La
odermo y ectodermo) en proporción y grado de maduración variable. El presentación clínica clásica es la de aumento del perímetro abdominal con
más frecuente es el teratoma quístico maduro, también llamado quiste der- dolor abdominal difuso (MIR 13-14, 14). Puede cursar con anemia ya que
moide. Es una tumoración generalmente asintomática (puede asociar sínto- estas lesiones tienden a sangrar y, debido a esta presentación, la primera
mas inespecíficos como dolor abdominal), que presenta tejido de al menos técnica a realizar suele ser la TC para descartar patología abdominal aguda.
dos líneas germinales, de tal manera que puede contener tejido graso, Esta mostrará típicamente una lesión abdominal de gran tamaño, de carac-

A B C

D E

Figura 24. Endometriomas. Secuencias T2 y T1 de RM en las que se observa endometrioma ovárico derecho, isointenso en T2 (A) e hiperintenso en
T1 (B), debido al contenido hemático. Imagen axial de TC que muestra un gran endometrioma con nivel hemático en su interior (C). Ecografía de la
misma paciente en la que se objetiva una lesión quística con contenido ecogénico (D). Nivel líquido-sangre visto en secuencia T2 de RM (E)

127
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

A B C

D E

Figura 25. Cistoadenoma seroso. Lesión quística hipointensa en T1 (A) e hiperintensa en T2 (B), con septo fino, sin signos de sospecha visto en
ecografía (C). Nótese el realce fino de la pared tras la administración de contraste en comparación con la imagen A (flecha blanca en D). Múltiples
septos finos en T2 (E)

A B C

D E F

Figura 26. Teratoma quístico maduro. Imágenes de RM potenciadas en T1 (A y D) y T2 (B y E) muestran contenido graso (flecha vertical
en D), líquido y óseo (círculo). Lesión quística compleja en ecografía (C y F) con múltiples líneas hiperecogénicas (folículos pilosos -
flecha horizontal) y un nódulo sólido característico compuesto por material sebáceo, folículos pilosos y hueso - nódulo de Rokitansky
(flecha vertical en F)

128
06. Ginecología | RD

terísticas sólido-quísticas que realza con contraste. Suele existir disemina- B. Carcinoma de endometrio
ción peritoneal al diagnóstico, observándose ascitis y nódulos metastásicos
peritoneales (MIR 13-14, 14) (Figura 27 y Figura 28). Es el cáncer ginecológico más frecuente y se detecta precozmente ya que
las mujeres consultan por sangrado vaginal anormal y/o dolor, lo que favo-
A B rece una tasa de supervivencia alta. Se inicia en el la cavidad uterina y pro-
gresa invadiendo miometrio y cérvix, pudiendo dar metástasis ganglionares.
Es fundamental valorar el grado de invasión para el estadiaje, que se clasi-
fica en I (a/b/c según afectación miometrial), II (invasión cérvix), III (invasión
locorregional) y IV (implantes metastásicos peritoneales). Existen factores
de riesgo como el síndrome metabólico, tratamiento con tamoxifeno, sín-
drome de ovario poliquístico, menarquia precoz y menopausia tardía, etc.
La presentación clásica es la de una mujer posmenopáusica que consulta
por sangrado vaginal anormal; y puede acompañarse de dolor o leucorrea
(Figura 29).
C
A B

C D

Figura 27. Adenocarcinoma de ovario. B: masa sólido-quística pélvica


(estrella), con nódulo peritoneal (flecha horizontal) y ascitis (flecha
vertical). A y D: corte axial de la misma paciente muestra afectación Figura 29. Carcinoma de endometrio: lesiones mamelonadas sólidas
peritoneal (por encima de la línea amarilla) (nótese la diferencia de en la cavidad uterina con invasión del cérvix (estadio II). En los
atenuación con la grasa mesentérica normal). En la ecografía (C) se estudios de imagen se pueden observar también restos hemáticos
aprecia una masa heterogénea con componente líquido (anecoico) y en la cavidad uterina en ecografía (A), RM coronal (B) y RM axial
sólido (ecogénico) potenciada en T2 (C) y T1 post contraste (D)

A B C

Figura 28. Adenocarcinoma de ovario. Imágenes axiales de RM T1 (A), T2 (B) y poscontraste (C). Obsérvese las características lesiones quísticas (hiperintenso
en T2 [B], flecha blanca) sólidas (isointenso en T2 con realce en secuencias poscontraste flecha roja) con múltiples septos gruesos nodulares (flecha azul)

129
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

C. Carcinoma de cérvix imagen es el de valorar la extensión de estas lesiones para la planificación del
tratamiento. Si ya existe sintomatología será típicamente sangrado vaginal
El factor de riesgo más importante es la infección por el virus del papiloma anormal y dispareunia en mujer de menos de 50 años (Figura 30).
humano (VPH); para cuya detección se realizan citologías en mujeres asinto-
máticas de entre 25 y 65 años que mantengan relaciones sexuales. En España Preguntas
no existe un programa de cribado nacional establecido, aunque las comuni- MIR MIR 18-19, 28
MIR 13-14, 14
dades autónomas deben seguir las recomendaciones de las guías europeas y MIR 12-13, 15
ofrecer la prueba a estas mujeres cada 3-5 años. El papel de las pruebas de

A B

Figura 30. Carcinoma de cérvix: cortes axiales T2 y poscontraste de una lesión en la pared posterior del cérvix (flecha). Se observa lesión isointensa en
T1 con realce postcontraste

Ideas

C l ave
 Mujeres asintomáticas con mamografías, generalmente dentro del pro-  Sintomatología abdominal característica de patología ovárica (mujer
grama de detección precoz de cáncer de mama, buscar calcificaciones con aumento de perímetro abdominal y leve anemia), muestra hallaz-
de sospecha (clasificación BI-RADS): microcalcificaciones heterogéneas/ gos en TC abdominal (masas pélvicas, ascitis, carcinomatosis peritoneal).
pleomórficas, de distribución segmentaria/lineal/agrupada.
 Otros diagnósticos de patología ginecológica suelen ser clínicos
 Sintomatología de mama casi siempre acompañada de mamografía/ (acompañados de imagen como TC/RM para el estadiaje) o incidenta-
ecografía, fijarse bien en la presentación clínica y en signos de sospecha: les en estudios de radiología. La información clínica es esencial en es-
masas, retracción piel/pezón, piel de naranja (peau d´orange), adheren- tos casos y nos dará la pista antes de valorar la imagen que acompaña
cia a planos profundos, secreción sanguinolenta por el pezón... a la pregunta.

130
06. Ginecología | RD

Casos

C l í n i cos
 ujer de 52 años asintomáti-
M la mamografía de cribado (recordar que las mujeres entre 50 y 69 años son
ca que acude a un programa invitadas a participar en el programa de detección precoz del cáncer de
de detección precoz de cáncer mama). Se aporta la imagen de una mamografía ampliada en proyección
de mama. Para completar el craneocaudal de la mama izquierda: nótense las microcalcificaciones de
estudio se realiza una radio- morfología y tamaño heterogéneos de distribución segmentaria dirigidas
grafía ampliada que se mues- hacia el pezón.
tra en la imagen. ¿Cuál es el
signo radiográfico que define
mejor los hallazgos?

1) Mamografía normal.
2) Nódulos con microcalcificaciones.
3) Lesiones microquísticas.
4) Microcalcificaciones segmentarias sospechosas de malignidad.
5) Microcalcificaciones groseras sugestivas de mastopatía fibroquística.
Estos hallazgos son altamente sospechosos de malignidad (BI-RADS 5) y el
RC: 4 paso a seguir será la toma de muestras para estudio histológico, de tal ma-
nera que habrá de realizarse una biopsia con aguja gruesa utilizando como
A la vista de estos hallazgos, ¿cuál es la actitud a realizar? guía la mamografía (guía esterotáxica) ya que es la prueba de imagen de
elección para la detección y visualización de calcificaciones. Nunca estarán
1) Control mamográfico en 6 meses para ver su estabilidad. indicados los controles ante la sospecha de malignidad y las otras opcio-
2) Biopsia con control esterotáxico. nes corresponden a actuaciones terapéuticas, a valorar tras el diagnóstico
3) Cirugía radical. histológico.
4) Tratamiento con antiestrógenos.
5) Control rutinario en el programa de cribado mamográfico. Respecto a la primera opción; no se aprecian nódulos ni quistes (aparecen
como nódulos en mamografía); no obstante, sí aparecen calcificaciones
RC: 3 groseras dispersas en la mamografía -que no deben confundirnos en el
diagnóstico radiológico, ya que cuando se observen varios hallazgos siem-
Esta pregunta que apareció en el examen MIR 2012 muestra un caso típico pre primarán los de mayor sospecha para categorizar la imagen (sistema
de mujer asintomática que presenta microcalcificaciones sospechosas en BI-RADS) y guiar los procedimientos posteriores-.

131
Pediatría

07 ORIENTACIÓN MIR
Lo primero y más importante que hay que preguntarse a la hora de interpretar estudios de imagen
en el paciente pediátrico en general -y a la hora de responder preguntas tipo test- es cuál es la edad
del paciente. Independientemente de la imagen que se nos muestre en el examen, el diagnóstico
diferencial cambiará dependiendo del rango de edad en el que el paciente se encuentre.
Pediatría y Radiodiagnóstico son especialidades transversales y, en cierto modo, inabarcables.
Para poder optimizar el tiempo de estudio y el esfuerzo de cara al MIR, en este capítulo nos
centraremos en la técnica, la imagen y la patología que sea más específica del paciente pediátrico
y por tanto más probable que pueda preguntarse en el examen.
7.1. Generalidades El objetivo principal del capítulo es reconocer, identificar y diagnosticar diversa patología
pediátrica a través de métodos de imagen. Por tanto, se ha diseñado un texto rico en
imágenes y casos clásicos en la práctica clínica, con una explicación detallada de los hallazgos
Técnica radiológicos en los pies de foto de cada caso ilustrativo. La descripción pormenorizada de la
fisiopatología de cada entidad estará disponible en el Manual CTO de Pediatría.
Por norma general, el paciente pediátrico es más radiosensible, con mayor
propensión a los efectos estocásticos y probabilísticos de la radiación ioni- B
zante. Por este motivo, se procura ser más conservador a la hora de seguir A Caput succedaneum
Cefalohematoma Periostio
los criterios ALARA (As Low As Reasonably Achievable) de cara a optimi- Hematoma
zar el uso de los rayos X. En consecuencia, se tiende a intentar utilizar subdural
más la ecografía o la RM –cuando es posible– en lugar de la radiología Hemorragia Hemorragia
convencional, la TC o estudios de imagen con radioisótopos de medicina subaracnoidea subgaleal
nuclear. Además, los pacientes neonatos, en mayor medida, y menores de
un año, tienen menor osificación, por lo que el haz de ultrasonido puede
Aracnoides Duramadre
penetrar en tejidos que normalmente son de difícil acceso en adultos por
ecografía, como por ejemplo el encéfalo, el cono medular o la articulación Fractura
coxofemoral. craneal

B
7.2. Radiología neonatal *

Neurorradiología neonatal

A. Cefalohematoma y caput succedaneum

Debido a una laxitud fisiológica de las suturas craneales y del tejido


osteofibroso de los huesos de la calota, el cráneo del neonato es relati-
vamente flexible. Esto es determinante para que esta estructura pueda
pasar a través del canal del parto. Cuando el parto es traumático, pue-
den darse hematomas superficiales a la calota. Los más clásicos son
el cefalohematoma, el hematoma subgaleal y el caput succedaneum
(Figura 1).

Figura 1. Cefalohematoma y caput succedaneum. Resonancia


Caput succedaneum Cefalohematoma magnética cerebral de un recién nacido, imagen coronal potenciada
en T1. El paciente presenta un cefalohematoma (asterisco), limitado
Edema de tejido celular
Hemorragia subperióstica por el periostio del hueso parietal izquierdo. Por tanto, este tipo de
subcutáneo hematomas estará limitado por las suturas. El caput succedaneum
Inicio En el momento del parto Horas después del parto (flecha) es una colección serosanguinolenta ubicada en el tejido celular
subcutáneo, y por tanto no limitado por las suturas
Respeta suturas No Sí
Resolución En unos días 2 semanas - 3 meses
B. Hemorragia de la matriz germinal (prematuros)
Piel Equimótica a veces Normal
suprayacente
La matriz germinal es uno de los puntos del organismo del neonato prema-
Tabla 1. Caput succedaneum vs. cefalohematoma turo en los que el endotelio es más frágil, debido a su inmadurez y a su limi-

132
07. Pediatría | RD

A B C

Figura 2. Hemorragia de la matriz germinal. Imágenes coronales en escala de grises de ecografía transfontanelar (a través de la fontanela anterior)
de un neonato prematuro (nacido a las 23 semanas de gestación), adquiridas, respectivamente, el día 1 posparto, día 25 y aproximadamente a los
dos meses de vida. A: muestra una hemorragia de la matriz germinal derecha, originada en el surco caudotalámico, con extensión intraventricular,
intraparenquimatosa y con isquemia venosa (grado IV); B: muestra disminución de la extensión y del efecto de masa un mes más tarde; C: muestra
gliosis y leucomalacia en esa misma región, el último estadio de necrosis coagulativa cerebral

tada capacidad de autorregulación. Por este motivo, tiene un mayor riesgo D. Médula anclada
de hemorragia ante mínimos cambios de hemostasis y presión arterial. En
el compartimento intracraneal, la matriz germinal se localiza principalmente Durante los últimos meses del desarrollo fetal existe una asimetría fisiológica
en surco caudotalámico. También existe adyacente a los núcleos dentados entre el desarrollo del cono medular y filum terminal respecto al de la columna
de los hemisferios cerebelosos. Cuando se produce sangrado, éste se puede ósea lumbosacra. El desarrollo de la parte inferior del tubo neural es especial-
clasificar en cuatro grados (I-IV) según su severidad y extensión más allá de mente delicado, en el que se sincronizan el ectodermo dérmico y neural junto
la matriz germinal hacia los ventrículos laterales o hacia la sustancia blanca con el mesodermo de la notocorda y esqueleto axial. Cuando el desarrollo es
periventricular (Figura 2). anómalo por cualquier motivo (debido, por ejemplo, a cromosomopatías o
insultos durante el desarrollo embrionario o fetal), pueden darse casos de dis-
C. Encefalopatía hipoxicoisquémica, leucomalacia rafismos o defectos de cierre del tubo neural. Dependiendo del lugar preciso en
periventricular el que se localice el defecto del cierre del tubo neural y de los tejidos afectados
pueden darse meningoceles, lipomeningoceles, lipomieloceles o mielocistoce-
Una de las mayores causas de morbilidad y mortalidad perinatal es la encefalopatía les. Además, en estos casos suele existir una localización anómala de la parte
hipoxicoisquémica. En esta entidad, el cerebro del neonato sufre hipoxia e isque- inferior del cono medular, con o sin engrosamiento o tensión del filum terminal.
mia, la mayor parte de los casos son consecuencia de una complicación periparto, En el neonato, debido a la consistencia cartilaginosa de la columna lumbosacra
como por ejemplo desprendimiento prematuro de membranas, eclampsia o cor- a esta edad, este área anatómica se puede estudiar con ecografía (Figura 4).
dón nucal. La sustancia blanca periventricular, la más susceptible de sufrir isquemia,
puede eventualmente presentar infartos. Estas regiones infartadas serán reempla- A B
zadas por gliosis, leucomalacia y líquido cefalorraquídeo (Figura 3).

A B

C
C D

Figura 3. Encefalopatía hipóxico-isquémica. Neonato prematuro


con lesión anóxica profunda causada por un parto complicado. Cortes Figura 4. Médula anclada y disrafismo con lipomielomeningocele:
axiales del cerebro. Las tres primeras imágenes muestran A: Difusión; Varón de tres meses de edad con hoyuelo sacro, enuresis y parálisis
B: coeficiente de difusión aparente; C: perfusión cerebral, a los tres flácida de los miembros inferiores. A: RM potenciada en T1, corte sagital
días del parto, tras hipotermia terapéutica. Por desgracia, en este a nivel de la columna lumbosacra. Hay una discontinuidad del saco
caso no mejoró el pronóstico. D: TC tomada cinco meses más tarde, tecal posterior, con herniación de grasa epidural y parte de la placoda
mostrando las secuelas con pérdida de volumen severa, leucomalacia neural (flecha roja); B: cortes axiales con RM; C: ecografía en ese mismo
y colecciones bilaterales subdurales. El paciente sufre parálisis cerebral área. Se confirma el disrafismo, compatible con un lipomielocele

133
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Patología respiratoria neonatal En radiografía se verá un patrón granular o retículo-granular bilateral, sin
líquido en cisuras, y con volumen pulmonar disminuido, debido la falta de
distensibilidad pulmonar. En casos graves, pueden darse atelectasias, en las
A. Taquipnea transitoria del recién nacido que habrá colapso parcial (con broncograma aéreo) o total (sin broncograma
aéreo) de las vías aéreas periféricas (bronquiolos) y alveolos (Figura 6).
También conocido como “pulmón húmedo”, es la causa más frecuente de
dificultad respiratoria neonatal. Este trastorno se caracteriza por un retraso C. Síndrome de aspiración meconial
en la absorción de líquido fetal pulmonar. Los síntomas aparecen inmedia-
tamente tras el parto, y suele recuperarse por sí sola en pocos días. El caso El caso clásico de aspiración meconial es el de un recién nacido postérmino
clínico clásico (aunque no exclusivo) es un neonato nacido a término, por (aunque también puede darse a término), que haya sido sometido a algún
cesárea. Otro caso puede ser una madre diabética o con sedación. En radio- tipo de estrés perinatal. Esta situación precipita la peristalsis intestinal y, en
grafía se verá un patrón intersticial, con o sin líquido en las cisuras, y con consecuencia, la liberación de meconio al líquido amniótico. La patofisiolo-
volumen pulmonar normal o aumentado (Figura 5). gía de esta entidad será secundaria a la de la aspiración. En radiografía se
verán áreas de hiperinsuflación por atrapamiento aéreo, consecuencia de
mecanismo valvular del meconio, que obstruye las vías aéreas distales. Esto
se combinará con infiltrados alveolares parcheados y atelectasias. Los
volúmenes pulmonares, globalmente, estarán aumentados. Es importante
recordar también que la aspiración se puede complicar con neumotórax en
un 10-40% de los casos (Figura 7).

A B

Figura 5. Taquipnea transitoria del recién nacido. Radiografía frontal de Figura 7. Síndrome de aspiración meconial. Niña de tres días de edad,
tórax de una niña recién nacida a término, tras parto por cesárea. Se identifica postérmino, con aspiración de meconio. A: radiografía AP de tórax adquirida
un patrón intersticial, en su mayor parte homogéneo, con volúmenes en el día 3 posparto muestra hallazgos característicos: hiperinsuflación por
pulmonares levemente aumentados (manifestados por leve aplanamiento atrapamiento aéreo, aumento de los volúmenes pulmonares (manifestado
diafragmático). Los hallazgos de imagen se resolvieron a los dos días por aplanamiento diafragmático) y atelectasias subsegmentarias perihiliares;
B: radiografía AP de tórax del mismo paciente, adquirida al día siguiente, tras
extubación. Hay un nuevo colapso en el lóbulo superior derecho (asterisco)
B. Enfermedad de la membranas hialinas con pérdida de volumen y desviación/retracción mediastínica hacia la
derecha, compatibles con atelectasia lobar
Esta entidad se da virtualmente exclusivamente en prematuros. Los pulmo-
nes aún no se han desarrollado lo suficiente como para producir surfactante.
D. Hipertensión
A B C
pulmonar persistente
También conocida como circula-
ción fetal persistente. Fisiológi-
camente, la circulación pulmonar
del feto tiene una resistencia
vascular elevada, lo que permite
la perfusión del parénquima pul-
* monar en desarrollo. Al nacer,
para que se pueda dar la tran-
sición de la circulación fetal a la
Figura 6. Enfermedad de las membranas hialinas. Niña prematura nacida en las 24 semanas de gestación. A: posnatal, dicha resistencia vas-
radiografía AP de tórax adquirida el día del parto, muestra hallazgos característicos: patrón granular difuso bilateral,
cular debe disminuir y llegar a
hipoinsuflación pulmonar. El asterisco muestra el catéter umbilical venoso, y la flecha muestra el catéter umbilical
ser menor a la sistémica. Cuando
arterial. El paciente también está intubado con un tubo endotraqueal, además de un catéter orogástrico. B: Radiografía
AP de tórax del mismo paciente, tras permanecer un mes y medio en la UCI pediátrica, postextubación. El patrón esto no ocurre, se producirán
granular se ha resuelto, pero en su lugar ha aparecido un marcado patrón reticular con fibrosis septal, también llamado shunts derecha-izquierda a través
“patrón en esponja”, característico de la displasia broncopulmonar, secuela de una combinación del diagnóstico inicial del foramen oval o ductus arte-
y el tratamiento. C: misma radiografía que B con esquema ilustrativo de afectación septal (rojo) rioso, lo que clínicamente puede

134
07. Pediatría | RD

manifestarse como cianosis y/o hipoxemia. Los hallazgos en radiografía


suelen ser inespecíficos o incluso normales. En algunos casos, puede
observarse disminución de la vasculatura pulmonar.

E. Displasia broncopulmonar

Esta es una enfermedad casi exclusiva del neonato prematuro de muy bajo
peso. Los pacientes que se complican con enfermedad de membranas hia-
linas requerirán oxigenoterapia y ventilación. Cuando esta se da de forma
prolongada, se produce una combinación de microbarotrauma alveolar.
Esto, combinado con la inmadurez del pulmón y la toxicidad del oxígeno,
causarán un daño difuso al parénquima pulmonar. Cuando la ventilación Figura 9. Onfalocele. Radiografías frontal y lateral de abdomen de
se aplica más allá de un mes (de edad postconcepcional corregida) y existe un neonato con onfalocele. Las asas intestinales eventradas están
daño alveolar, se diagnostica la displasia broncopulmonar. En la radiogra- recubiertas por peritoneo
fía de tórax se observará un “patrón en esponja”, en el que existirá una
combinación de patrón intersticial con fibrosis septal y áreas hiperclaras B. Enterocolitis necrotizante
redondeadas y/o quísticas (Figura 8).
El hallazgo radiológico más característico de la enterocolitis necrotizante es la
neumatosis intestinal, o acumulación anómala de gas en la pared intestinal. Por
lo general, se detecta mediante radiología convencional, ecografía o tomografía
computerizada. El hallazgo de gas extraluminal, circunferencial en la pared intes-
tinal es virtualmente patognomónico. La ecografía tiene las ventaja de poder
explorar la vasculatura con Doppler, la perfusión de las asas intestinales, valorar
engrosamiento/edema de su pared con mayor precisión, así como la habilidad
de evaluar la peristalsis. Otros posibles hallazgos relacionados son la neumatosis
portal (P. ej.: gas en la circulación portal) y, cuando existe perforación de víscera
hueca, el neumoperitoneo (Figura 10).

A B

Figura 8. Displasia broncopulmonar. Radiografía frontal de tórax


de niño prematuro de un mes de edad, nacido a las 24 semanas
de gestación, tras permanecer un mes en UCI neonatal. Se
observa un marcado patrón reticular con fibrosis septal, también
llamado “patrón en esponja”, característico de la displasia
broncopulmonar
C
Trastornos digestivos del recién nacido

A. Gastrosquisis y onfalocele

Tanto las gastrosquisis como el onfalocele son defectos congénitos, en


los que existe una eventración de asas intestinales a través de la pared
abdominal anterior, asociada o no con órganos abdominales. El diag-
nóstico es relativamente sencillo con una anamnesis y exploración física
adecuadas. Desde el punto de vista del diagnóstico por imagen, exis- Figura 10. Enterocolitis necrotizante. Estudios de imagen de un neonato
ten dos principales diferencias: la más determinante es que el onfalo- con enterocolitis necrotizante. A: radiografía AP abdominal, muestra
cele estará recubierto por una membrana externa, al contrario que en neumatosis intestinal extensa. No se evidencia neumatosis portal. B:
la gastrosquisis (MIR 13-14, 86). Segundo, que el onfalocele está fre- ecografía abdominal con transductor de alta frecuencia, demuestra gas
extraluminal, circunferencial en la pared intestinal (flechas), compatible
cuentemente asociado a otras malformaciones, no como en el caso de
con neumatosis. Este asa mostró también hipoperistalsis. C: ecografía
la gastrosquisis. Y tercero, que en el caso del onfalocele, como su pro- abdominal con transductor de alta frecuencia, centrada en el cuadrante
pio nombre indica, el defecto se producirá a través del anillo umbilical, superoexterno. Se identifican múltiples pequeños focos hiperecogénicos
mientras que, en la gastrosquisis, el defecto en la pared abdominal será con artefacto en cola de cometa (flechas), de predominio periférico,
paraumbilical (Figura 9). compatibles con neumatosis portal

135
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

C. Malrotación y vólvulo

La malrotación intestinal se define como una posición anómala del intestino


delgado, del colon o de ambos, causada por una rotación anómala durante
el desarrollo fetal. Suele asociarse a una fijación anómala al mesenterio, la
cual a su vez predispone el vólvulo de intestino medio. S

En estudios de fluoroscopia con tránsito baritado se observará una posi-


ción anómala de la unión duodeno-yeyunal, en lugar de su localización
habitual en el ángulo de Treitz, que es en el cuadrante superior izquierdo.
En los casos que se compliquen con vólvulo de intestino delgado, el caso
clínico típico será el de un neonato con clínica de obstrucción intestinal *
y vómitos biliosos. En el tránsito baritado, además de la posición anó-
mala de la unión duodeno-yeyunal, se observará un signo del remolino.
R
En ecografía se podrá identificar una inversión de la posición de la arte-
ria y vena mesentérica superiores, con la vena mesentérica superior en
el lado izquierdo. En los casos que se compliquen con vólvulo, se podrá
ver ocasionalmente un signo del poste del barbero, con rotación de la
vena mesentérica superior sobre la arteria, en contra de las agujas del Figura 12. Enfermedad de Hirschsprung. Enema opaco, proyección
AP a la altura de la pelvis. Se identifican hallazgos clásicos de esta
reloj (Figura 11).
enfermedad: calibre del recto (R) menor al del sigma (S); cambio brusco
de calibre a la altura de la transición entre el segmento afectado y el
D. Enfermedad de Hirschsprung normal (asterisco), con dilatación retrógrada de asas. Y por último, patrón
mural en diente de sierra sobre el esfínter anal, secundario al espasmo
También conocida como megacolon agangliónico congénito. Como su (flechas) (cortesía del Dr. José Moltó, Washington DC)
propio nombre indica, está causada por la ausencia de células ganglio-
nares en el plexo mientérico colónico. En consecuencia, existirá una
hipoperistalsis, que se manifestará como una obstrucción de carácter
funcional. La mayor parte de los casos se presentarán con una falta de
eliminación de meconio a las 24-48 horas de vida, acompañados de dis-
tensión abdominal.

El método de imagen radiológico clásico para el diagnóstico de esta enfer-


medad es el enema opaco. En este estudio se podrán identificar una combi-
nación de los siguientes tres hallazgos característicos: primero, un punto de
transición entre el segmento colónico anormal (agangliónico) y el normal,
con cambio brusco de calibre; segundo, el segmento agangliónico, por su
carácter espasmódico, podrá presentar el patrón mural en diente de sierra.
Y por último, en la mayor parte de los casos existirá un retraso en la eva-
cuación del contraste. El diagnóstico definitivo se hace mediante biopsia
(Figura 12 y Figura 13).
Figura 13. Enfermedad de Hirschprung

A B C

VMS VMS

AMS

Figura 11. Malrotación y vólvulo. Varón de dos meses de edad con vómitos biliosos. A: tránsito baritado mostrando el clásico signo del remolino
(flecha), compatible con vólvulo intestinal. Nótese una posición anómala de la unión duodeno-ileal, en el cuadrante superior derecho; B: ecografía
abdominal del mismo paciente, con Doppler color a la altura de los vasos mesentéricos. Nótese una localización anómala de la vena mesentérica
superior (VMS), a la izquierda de la arteria (AMS); C: imagen adicional de ecografía abdominal del mismo paciente, algo más caudal, mostrando el signo
del poste del barbero, con rotación de la vena mesentérica superior alrededor del eje de la arteria, en contra de las agujas del reloj. En la laparotomía
exploratoria se identificó malrotación intestinal, complicada con un vólvulo de intestino medio

136
07. Pediatría | RD

E. Íleo meconial A B

El íleo meconial consiste en la obstrucción intestinal, ya sea completa


o parcial, debido a la acumulación anómala de meconio espeso
en el íleo terminal. Hasta un 10% de los pacientes pueden presen-
tarse con peritonitis meconial, debida a una perforación intraútero.
En esos casos, podrán identificarse en ocasiones calcificaciones sobre
la pared peritoneal en estudios de imagen. La mayor parte de los
pacientes presentarán también un microcolon, debido a falta de uso
(Figura 14).

Figura 15. Craneosinostosis. Niña de dos años de edad.


Reconstrucción 3D de TC craneal, con orientación coronal (A) y axial
(B). Se identifica fusión parcial, prematura y asimétrica de la sutura
coronal derecha. Esto provoca una deformidad en plagiocefalia de la
calota y apariencia en ojo de Arlequín de la órbita derecha

7.4. Cabeza y cuello

Órbita
*

A. Retinoblastoma

El retinoblastoma es el tumor intrao-


cular más frecuente durante la infan-
cia. La mayor parte de los casos (más
del 90%) se diagnostican durante los
primeros cinco años de vida. Entre
un 50% y un 60% de los pacientes
pueden presentar leucocoria en el
Figura 14. Íleo meconial. Enema opaco, proyección AP. Existe una examen físico. En métodos de ima-
disminución generalizada del calibre colónico, por falta de uso, gen, este tumor maligno aparecerá Figura 16. Retinoblastoma.
denominado “microcolon” (asterisco). El meconio espeso que causa como un nódulo intraocular. La RM y Varón de tres años de edad con
la obstrucción a nivel del íleon terminal se mostrará como defectos TC se utilizan para identificar posibles pérdida de visión y leucocoria
de repleción de contraste (flechas) (cortesía del Dr. José Moltó, en el ojo izquierdo. Resonancia
tumores concomitantes intracranea-
Washington DC) Magnética, corte axial a través
les, que pueden darse en la glándula de la órbita muestra una masa
pineal (retinoblastoma trilateral) o intraocular. Biopsia compatible
incluso en la región supraselar (tetra- con retinoblastoma
7.3. Neurorradiología pediátrica lateral), además de para descartar
posibles metástasis (Figura 16).

Calota Vía Aérea

A. Craneosinostosis A. Atresia de coanas

La craneosinostosis se define como la fusión prematura anómala de La atresia de coanas es un estrechamiento óseo, membranoso o carti-
suturas de la calota. Dependiendo de la sutura afectada, la calota podrá laginoso de las coanas. Puede estar asociado a diferentes síndromes,
presentar diferentes tipos de deformidad. Los tres tipos más frecuen- el más clásico de los cuales es el CHARGE (Coloboma, Heart, Choanal
tes son la braquicefalia, causada por un cierre prematuro de la sutura Atresia, Retarded growth and development, Genitourinary anomalies,
coronal, y la escafocefalia, causada por un cierre prematuro de la sutura Ear anomalies).
sagital. El cierre asimétrico de las suturas coronales puede causar plagio-
cefalia y, en algunos casos, deformidades de la órbita (como en ojo de La TC es el estudio de imagen óptimo para estudiar esta alteración, por la
arlequín) (Figura 15). información que aporta de esqueleto maxilofacial (Figura 17).

137
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

* *
*

Figura 19. Cuerpo extraño. Varón de cuatro años de edad, atragantamiento


brusco durante almuerzo, sensación de cuerpo extraño y dificultad
respiratoria. TC de tórax, reconstrucción coronal en ventana pulmonar
muestra un defecto de repleción en el bronquio intermedio derecho (flecha).
Esto causa un mecanismo valvular secundario con atrapamiento aéreo en el
parénquima pulmonar afectado (asterisco). En la broncoscopia se identificó
un guisante obstruyendo el bronquio intermedio

C. Laringitis
Figura 17. Atresia de coanas. Varón de nueve días de edad con
También conocida como crup, esta infección suele ser causada en la mayor
dificultad respiratoria. Hay estrechamiento de ambas coanas, con
medialización de ambos huesos maxilares hacia el vómer (flechas). parte de los casos por el virus parainfluenzae de tipo 1. Suele darse en niños
Cuando la atresia es total, se podrán observan niveles hidroaéreos de entre 3 meses y 5 años. El diagnóstico es eminentemente clínico.
(asteriscos)
En radiología convencional, el hallazgo clásico descrito en la literatura es
el signo en punta de lápiz, manifestado por una estenosis/estrechamiento
B. Cuerpo extraño subglótico en la proyección frontal de la vía aérea (Figura 20).

La ingesta o aspiración de cuerpos extraños es relativamente fre-


cuente en la población pediátrica. El caso clásico que se puede pre-
guntar es el de la ingesta de una moneda, pidiéndo distinguir si se
localiza en la tráquea o en el esófago. Clínicamente, la dificultad
respiratoria asociada a una aspiración sería obviamente de mayor
gravedad; en radiografía convencional, las monedas localizadas en
el esófago aparecerán por normal general de perfil en la proyección
lateral (Figura 18 y Figura 19).

Figura 20. Laringitis vírica o crup. Varón de 3 años de edad con tos
perruna y estridor. Radiografía AP de vía aérea muestra un estrechamiento
subglótico (flechas), también conocido como el signo de la punta de lápiz o
del campanario, por su carácter afilado, característico de esta infección vírica

D. Epiglotitis

En casos de alta sospecha de


epiglotitis aguda, el diagnóstico
definitivo no se hace mediante
radiología convencional, sino
por exploración laríngea directa.
Figura 18. Cuerpo extraño. Niña de tres años de edad con Por norma general, la radiografía
sialorrea y dificultad respiratoria. Proyecciones AP y lateral lateral de la vía aérea constituirá
de tórax muestran un cuerpo extraño, bien definido, de una primera prueba de cribado.
morfología circular en el esófago, compatible con una moneda. En los casos positivos, se podrá Figura 21. Epiglotitis. Niña de cinco
Es importante recordar que, ocasionalmente, las pilas en forma detectar engrosamiento de la años de edad con epiglotitis. Radiografía
de botón pueden mostrar una morfología similar, aunque sus lateral de vía aérea. Existe un marcado
epiglotis, frecuentemente aso-
complicaciones asociadas son potencialmente mucho más engrosamiento de la epiglotis (flecha)
ciado al de los pliegues ariepi- y de los pliegues ariepiglóticos,
graves. Las pilas de botón, al contrario que las monedas, suelen
tener unos bordes biselados glóticos (Figura 21). compatibles con esta enfermedad

138
07. Pediatría | RD

E. Absceso retrofaríngeo A

La mayor parte de los abscesos retrofaríngeos se diagnostican en niños


menores de 6 años. Los pacientes se presentarán con fiebre, estridor y dis-
fagia. Es causado generalmente por necrosis caseosa de un ganglio linfá-
tico infectado. En radiografía lateral de la vía aérea se podrá observar un
aumento anómalo del espacio prevertebral.

A
*

B C

Figura 22. Absceso retrofaríngeo. Varón de cinco años de edad con fiebre
alta, estridor y marcado dolor a la palpación cervical anterior. A: muestra
C
una radiografía lateral de la vía aérea, con ensanchamiento anormal
de partes blandas prevertebral; B: corte sagital y C: corte axial de una
tomografía computerizada con contraste endovenoso del mismo paciente,
adquirida el mismo día. En ella se puede identificar una colección de
líquido con realce en anillo (línea roja), centrada en el espacio retrofaríngeo
y parafaríngeo izquierdo, compatible con un absceso. También se pueden
observar adenopatías locorregionales (flechas rojas)

7.5. Tórax
*
Congénito

A. Secuestro pulmonar

Esta patología consiste en la presencia de una parte anómala del


parénquima pulmonar, separada del árbol bronquial, con aporte vas-
Figura 23. Secuestro pulmonar. Varón de cinco años de edad con
cular arterial sistémico. La localización más frecuente es en lóbulos infe- neumonías de repetición. A: radiografía AP de tórax muestra una
riores. El cuadro clínico clásico es un niño con neumonías de repetición, opacidad irregular en el seno cardiofrénico derecho, persistente en
con persistencia de una opacidad anómala en el área del secuestro, varias radiografías previas. Ante estos hallazgos, se recomendó una
que no se resuelve a pesar de tratar la neumonía. En TC o RM se po- angio-TC para descartar un posible secuestro pulmonar; B: angio-
drá identificar el aporte vascular arterial sistémico, diagnóstico de secues- TC torácica del mismo paciente, corte axial a la altura del diafragma
tro. Existen dos subtipos principales: el intralobar (alrededor del 75% de muestra una rama arterial supernumeraria (flecha), la cual irriga a una
porción de parénquima pulmonar anómalo con ocupación alveolar
los casos) y el extralobar (25%). El secuestro intralobar compartirá pleura
(línea roja discontinua); C: reconstrucción 3D de este mismo caso
visceral con el resto del pulmón, al contrario que el extralobar. El secuestro ilustrando el secuestro pulmonar (asterisco, en color verde), con aporte
extralobar tendrá, además, drenaje venoso sistémico (Figura 23). vascular arterial sistémico independiente (flecha)

139
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

B. Hernia diafragmática congénita Otras


El diagnóstico de la hernia diafragmática congénita es relativamente senci-
llo. En el período prenatal se hace mediante ecografía. Tras el parto, el diag- A. Fibrosis quística
nóstico se hará mediante la identificación de asas intestinales en la cavidad
torácica, acompañadas de un defecto en el diafragma. El tipo más frecuente Los pacientes con fibrosis quística, debido a la alteración congénita en
es la de Bochdalek, de localización posterolateral izquierda (Figura 24). sus canales iónicos a nivel celular, suelen presentar secreciones glandu-
lares deshidratadas y, por tanto, más espesas. Esto predispone a la obs-
trucción, retención de secreciones y, por tanto, predispone a infecciones
de repetición. En el parénquima pulmonar y en las vías aéreas existirá
obstrucción parcheada de los bronquios y bronquiolos terminales, neu-
monías de repetición y, particularmente, presencia de bronquiectasias
de predominio en lóbulos superiores (en contraposición al déficit de
alfa 1 antitripsina, en el que las bronquiectasias serán de predominio
inferior).

Figura 24. Hernia diafragmática congénita. Niña de un día de edad,


nacida a término. Radiografía AP de tórax muestra múltiples lesiones
redondeadas radiolúcidas, compatibles con asas intestinales invadiendo el
tórax izquierdo. Existe hipoplasia del pulmón ipsilateral, así como efecto de
masa con desviación secundaria del mediastino hacia la derecha

Inflamatorio/infeccioso

A. Neumonía redonda

Los hallazgos radiológicos de la neumonía lobar son muy similares y prác-


ticamente superponibles al de los adultos. Sin embargo, existe un tipo par-
ticular de neumonía en la población pediátrica, denominada “neumonía
redonda”, que conviene recordar. La práctica totalidad de estos casos se dan
en pacientes menores de 8 años. El agente causal más frecuente es Strep-
tococcus Pneumoniae. En radiografía de tórax, esta neumonía aparecerá,
como su propio nombre indica, como una opacidad redondeada. Es conve-
niente no confundir este tipo de infección respiratoria con una neoplasia.
Si el cuadro clínico es clásico, no son necesarios otros métodos de imagen. Figura 26. Fibrosis quística. Varón de 18 años de edad con
Lo recomendable es repetir la radiografía tras tratar la neumonía. La dismi- diagnóstico conocido de fibrosis quística. Angio-TC torácico
de urgencia por hemoptisis. Se observan múltiples
nución (o resolución) de la opacidad excluirá otras entidades (Figura 25).
bronquiectasias (flechas) tanto cilíndricas como varicosas o
saculares, de predominio en lóbulos superiores (característico
A B de esta enfermedad). Hay también engrosamiento pronunciado
de la trama broncovascular perihiliar y de las vías aéreas
centrales

Tráquea y Esófago
*

A. Atresia esofágica
Figura 25. Neumonía redonda. Varón de 8 años de edad con fiebre
alta, tos, expectoración y dolor pleurítico. Radiografía frontal muestra La atresia es la malformación congénita esofágica más frecuente. El diag-
una opacidad redondeada en el lóbulo inferior izquierdo (ausencia nóstico radiológico es sencillo: se nos mostrará una radiografía de tórax,
de signo de la silueta). La proyección lateral confirma el hallazgo y la con una sonda nasogástrica fija y/ o enrollada en el esófago torácico
localización posterior (asterisco). Es conveniente no confundir este
medio, en un bolsón esofágico (MIR 11-12, 135). En los casos en los que
diagnóstico con una neoplasia. La indicación es tratar la neumonía y
repetir imagen después. En este paciente, las radiografías un mes más exista fístula traqueoesofágica, se podrá identificar aire en el estómago
tarde mostraron resolución total de la opacidad (Figura 27).

140
07. Pediatría | RD

13-14, 179; MIR 10-11, 153). Lógicamente, estas cifras son orientati-
vas, y el diagnóstico se hará mediante una combinación de anamnesis,
exploración física y hallazgos en imagen. Otros hallazgos radiológicos
típicos son la falta total de paso de contenido gástrico hacia el bulbo
duodenal, o el paso de una mínima cantidad. Este último, en estudios
de fluoroscopia se manifestará como el signo de la cuerda (Figura 29
y Figura 30).

A B
E

H
* A

RD D
Figura 27. Atresia esofágica. Varón neonato de un día de edad con
dificultad respiratoria y sialorrea. Radiografía AP de tórax muestra falta
de paso de sonda nasogástrica más allá del esófago medio, retenida
en un bolsón esofágico (flecha). Nótese la presencia de gas en la Figura 29. Estenosis hipertrófica del píloro. Varón de cinco
cámara gástrica, la cual demuestra la existencia de una fístula distal semanas de edad con vómitos proyectivos, no biliosos. A:
con el árbol bronquial ecografía abdominal muestra engrosamiento de la musculatura
y alargamiento anómalo del canal pilórico (flechas rojas), sin
paso de contenido desde el antro gástrico (asterisco); B: mismo
B. Fístula traqueoesofágica paciente, tránsito baritado, proyección lateral a la altura del
abdomen superior muestra distensión del antro gástrico (A) y
E
T estrechamiento marcado del canal pilórico, manifestado como el
La mayor parte de los casos de atresia
signo de la cuerda (flechas rojas). H: hígado; RD: riñón derecho; E:
esofágica, en torno al 92% se acom- esófago; D: duodeno
pañarán de algún tipo de fístula con
el árbol bronquial. En cuanto a estu-
B
dios de imagen, se suele hacer un
esofagograma con contraste hidro-
soluble. El propósito del estudio será
localizar el punto de comunicación
del esófago con el árbol bronquial
(Figura 28).

C. VACTERL

Figura 28. Fístula La fístula traqueoesofágica se asocia


traqueoesofágica. entre un 47-75% de los casos a malfor-
Esofagograma, proyección maciones congénitas adicionales. Entre
lateral. Opacificación
ellas, conviene destacar la asociación
anómala de la tráquea (T) y
del árbol bronquial (B) tras la VACTERL (malformaciones Vertebra-
Figura 30. Estenosis hipertrófica de píloro: imagen anatómica
administración de contraste les, Ano imperforado, malformaciones
hidrosoluble por vía esofágica Cardíacas, fístula Traqueo-Esofágica,
(E), debido a la presencia de una malformaciones Renales y de extremi- A. Invaginación intestinal
fístula traqueoesofágica (flecha) dades (Limb).
La invaginación intestinal más frecuente en la población pediátrica es la
de intestino delgado, seguida de la ileocólica. Por norma general, las inva-
7.6. Abdomen ginaciones de intestino delgado suelen resolverse por sí solas y no requie-
ren desinvaginación mecánica. La invaginación ileocólica consiste en la
introducción telescópica de un segmento intestinal (intussusceptum), en
Estenosis hipertrófica del píloro este caso del íleon distal dentro del calibre de un segmento inmediata-
mente distal y contiguo (intussuscipiens), en ese caso el colon proximal.
La estenosis hipertrófica del píloro consiste en un engrosamiento cir- En ecografía abdominal, se observará la imagen clásica “en donut”, en
cunferencial idiopático de la musculatura del canal pilórico. La inci- corte transversal a nivel de la invaginación (MIR, 12-13, 33). La radiogra-
dencia es cinco veces mayor en varones. Casi todos los casos se dan fía abdominal mostrará, en el caso de invaginación ileocólica, ausencia de
entre la tercera y la duodécima semana, siendo muy infrecuente en gas en el ciego y colon ascendente. En estudios de fluoroscopia, durante
el período neonatal y más allá del tercer mes. En ecografía, el criterio el proceso de desinvaginación mecánica, se podrá identificar el “signo
diagnóstico más aceptado será un espesor de la capa muscular de más del menisco”, el cual refleja el defecto de repleción de aire por parte del
de 3 mm, con una longitud del canal pilórico mayor a 15 mm (MIR segmento invaginado (Figura 31 y Figura 32).

141
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

A El estudio de imagen óptimo para los casos con sangrado intestinal será la
gammagrafía con Tecnecio (Tc 99m). En los casos sintomáticos en los que
se sospeche una diverticulitis, la ecografía o TC podrán ayudar. Cuando se
sospeche sangrado activo, ocasionalmente se puede realizar arteriografía
selectiva de la arteria mesentérica superior (Figura 33).

B C

Figura 33. Divertículo de Meckel. Niña de 2 años de edad con


hemorragia rectal indolora. Estudio de medicina nuclear, gammagrafía
* con Tecnecio 99m. Proyección frontal incluyendo abdomen y pelvis.
Este radiotrazador es captado fisiológicamente por las células
secretoras del estómago (asterisco). Sin embargo, en este paciente
también se observa un foco anómalo de captación en la fosa ilíaca
derecha (flecha), indicativo de mucosa gástrica ectópica en un
remanente del conducto onfalomesentérico (i.e.: divertículo de Meckel)
Figura 31. Invaginación intestinal. Varón de dos años de edad con
invaginación ileocólica. A: ecografía abdominal, corte transversal a nivel
de la válvula ileocecal muestra el clásico signo del donut; B: estudio de
fluoroscopia durante reducción mecánica terapéutica con enema de
7.7. Genitourinario
aire. En éste se identifica el signo del menisco (línea discontinua), con el
intussusceptum (asterisco) penetrando en el ángulo hepático del colon
(intussuscipiens); C: misma imagen que B, sin anotaciones Congénito

A. Riñón en herradura

El riñón en herradura tiene una apariencia patognomónica en ima-


gen, con una fusión congénita anómala de ambos riñones a través
de la línea media, por norma general, de sus polos inferiores. Estos
pacientes tienen un aumento de complicaciones en casos de trauma,
aumento de riesgo de infecciones del tracto urinario, de nefrolitiasis y
aumento de incidencia de tumor de Wilms comparado con la población
general (Figura 34).

Figura 32. Invaginación intestinal: imagen anatómica

B. Divertículo de Meckel

El divertículo de Meckel es una dilatación sacular ileal, causada por una ano-
malía del desarrollo por persistencia del conducto onfalomesentérico. Su
Figura 34. Riñón en herradura. Niño de dos años de edad con
mera existencia no tiene por qué causar síntomas. Aproximadamente, un anemia de Blackfan-Diamond y estudio de RM sin contraste
50% de los casos, debido a su desarrollo embrionario, presentarán mucosa para la cuantificación de concentración de hierro (de ahí la baja
gástrica ectópica. El 90% de esos casos sintomáticos se manifestarán como resolución de la imagen). Imagen axial potenciada en T1 muestra
sangrado intestinal en pacientes pediátricos. el hallazgo incidental de riñón en herradura (flechas)

142
07. Pediatría | RD

B. Valvas de uretra posterior Reflujo vesicoureteral


Las valvas de uretra posterior son una anomalía congénita que consiste en la El reflujo vesicoureteral es el flujo anómalo retrógrado de orina desde la
prominencia de las plicas coliculares de uretra posterior, un remanente del con- vejiga hacia el tracto urinario superior. Se graduará de menor a mayor gra-
ducto wolffiano. Cuando están presentes, suelen extenderse desde la altura del vedad dependiendo del grado de la extensión (y, en su caso, de dilatación)
verumontanum hasta la uretra prostática. Esto causará una obstrucción uretral del uréter, del sistema pielocalicial, o de ambos. Es importante porque
retrógrada de menor o mayor grado. En métodos de imagen se podrá identifi- aumenta considerablemente el riesgo de infecciones del tracto urinario
car un cambio brusco de calibre con dilatación marcada de la uretra posterior, de repetición y, en algunos casos, de aparición de nefropatía por reflujo
con presencia de un defecto de repleción a la altura de la válvula (Figura 35). que se puede complicar con cicatrices renales. El método diagnóstico más
extendido es la cistouretrografía miccional seriada (CUMS), la cual se hace
mediante fluoroscopia con inyección de contraste a través de un catéter
V
vesical. También está cada vez más extendida (sobre todo en Europa) la
urosonografía miccional seriada, la cual utiliza la ecografía (de ahí su nom-
bre). Esta última tiene la ventaja añadida de no utilizar radiación ionizante
(Figura 37 y Figura 38).

A B

V
P

UD
*
UI

Figura 35. Valvas de uretra posterior. Varón de nueve días de edad.


CUMS, proyección lateral, La vejiga (V) está distendida y muestra
irregularidad de su pared posterior. Existe un marcado estrechamiento
con cambio brusco de calibre a la altura del verumontanum (flechas), Figura 37. Reflujo vesicoureteral. Niña de tres años de edad
secundario a la prominencia de las valvas posteriores. Hay dilatación con infecciones urinarias de repetición. A: estudio de CUMS
retrógrada de la uretra posterior (P) mostrando opacificación anómala con marcada dilatación y
tortuosidad del uréter derecho (UD) e izquierdo (UI), así como
del sistema pielocalicial bilateral. Esto es compatible con reflujo
C. Uraco patente de categoría 5 (el más severo); B: ejemplo de urosonografía
miccional seriada en otro paciente. Proyección lateral de la uretra
La persistencia anómala del uraco es una fístula onfalovesical. Durante la vida (asterisco) y vejiga (V). En esta imagen no se identifica reflujo
fetal, el anillo umbilical y la parte superior de la vejiga están conectados por vesicoureteral
el alantoides. Eventualmente, este conducto se fibrosa de modo fisiológico.
Si esto no ocurre y la luz del conducto persiste, puede existir un abanico de
anomalías, tales como la fístula, quiste, divertículo o seno uracal (Figura 36).

V Grado Grado Grado Grado Grado


I II III IV V

C
Figura 38. Grados de reflujo vesicoureteral

Figura 36. Uraco permanente. Neonato varón de 1 mes edad con Neoplasias
exudación de líquido amarillento de pH ácido desde el anillo umbilical.
Imagen de ecografía abdominal con transductor lineal de alta frecuencia,
con proyección sagital de la pared abdominal anterior, a la altura de la
pelvis. La izquierda de la imagen es craneal, la derecha es caudal. Existe Recuerda
persistencia del conducto onfalovesical (flechas rojas). Dentro de este
conducto existen numerosos pequeños focos lineales hiperecogénicos, Es muy importante –y rentable– conocer bien las diferencias entre tu-
compatibles con gas, indicativos de una luz permeable. V: vejiga; M: mor de Wilms y neuroblastoma.
musculatura de la pared abdominal anterior; C: cavidad peritoneal

143
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

En los próximos apartados se estudia un caso de tumor de Wilms y uno


de neuroblastoma, así como una tabla incluyendo las principales dife-
rencias.

A. Tumor de Wilms

Es un tumor maligno renal, derivado del metanefros blastémico primitivo.


Es el segundo tumor abdominal más frecuente en niños.

Desde el punto de vista radiológico, es importante recordar el signo


de la garra o de la pinza de cangrejo. Consiste en la apariencia de
los márgenes de parénquima normal que rodean o “abrazan” la lesión.
Este hallazgo es útil desde el punto de vista diagnóstico, ya que no se
da en los tumores de origen no renal. En ecografía, por norma gene-
ral aparecerá como una lesión hipoecogénica (i.e. oscura) y en TC se
mostrará como una lesión de atenuación de partes blandas, rela-
tivamente hipovascular. A la hora de analizar este tumor mediante
métodos de imagen, es importante estudiar el pedículo vascular
renal, sobre todo para descartar trombosis de la vena renal. También
es importante obtener radiografías o TC de tórax, ya que este tumor
metastatiza con frecuencia al pulmón, entre un 10 y 20% de los casos
(Figura 39).

A B

Figura 40. Hemorragia suprarrenal. Neonatal varón de una semana de


edad, macrosómico y nacido por parto de nalgas. La imagen de la izquierda
es una ecografía renal, corte longitudinal centrado en el espacio suprarrenal
derecho. Se observa una masa hipoecogénica (P. ej.: predominantemente
Figura 39. Tumor de Wilms. Niña de 4 años de edad. Angio-TC de oscura) con efecto de masa sobre en polo superior del riñón ipsilateral,
abdomen con adquisición de imágenes en fase arterial. A: corte inmediatamente caudal. La imagen de la derecha, adquirida durante el
coronal; B: corte axial. Se identifica una lesión ocupante de espacio, mismo estudio, muestra una proyección transversal de la misma lesión. El
con origen en del riñón izquierdo (signo de la garra). El tumor es estudio de Doppler color demuestra ausencia de flujo sanguíneo vascular
relativamente hipovascular interno en la lesión. En consecuencia, una neoplasia sólida es altamente
improbable. La ecografía de seguimiento un mes más tarde mostró
marcada disminución de la lesión, confirmando el diagnóstico
Glándula suprarrenal
B. Neuroblastoma

A. Hemorragia suprarrenal neonatal El neuroblastoma es el tumor sólido extracraneal más frecuente durante la
infancia. Histológicamente, es un tumor de origen embrionario compuesto por
Aunque desde el punto de vista patológico esta entidad no puede consi- neuroblastos (células primitivas de la cresta neural). Puede surgir de cualquier
derarse como una neoplasia, se incluye en este apartado por su apariencia punto de la cadena ganglionar simpática o de la médula adrenal. En lactantes,
similar a los tumores (en concreto, al neuroblastoma suprarrenal) y por su la mayor parte de estos tumores surgen de la médula adrenal. Es importante
importancia en el diagnóstico diferencial. recordar que 9 de cada 10 casos se diagnostican en menores de 2 años.

Esta lesión suele darse con mayor frecuencia en neonatos macrosómicos Desde el punto de vista del diagnóstico diferencial radiológico, es fundamental
que hayan sufrido algún tipo de estrés perinatal, tales como parto traumá- determinar si el tumor es suprarrenal o si, por el contrario, surge del polo superior
tico, de nalgas o con asfixia. Debido a su localización, la prueba radiológica del riñón, lo que haría un neuroblastoma altamente improbable. Para ello, conviene
óptima para estudiarla es la ecografía. En este tipo de estudio de imagen, recordar algunos factores distintivos. Primero, si existe un signo de la garra, será
la hemorragia suprarrenal aparecerá como una masa heterogénea pero indicativo de un tumor renal y, por tanto, no adrenal. Segundo, Cuando el neuro-
predominantemente hipoecoica, sin flujo en Doppler/avascular, en una blastoma es de gran tamaño en el momento del diagnóstico, puede cruzar la línea
glándula suprarrenal por lo demás normal. La indicación es tratamiento de media a través del retroperitoneo. Esto no se da en tumores primitivos renales.
soporte y repetir la ecografía a las pocas semanas. La necrosis coagulativa Tercero, se puede utilizar una gammagrafía con I-123 MIBG (metayodobencilgua-
del propio hematoma hará que la lesión disminuya de tamaño y aparezca nidina), un estudio de medicina nuclear cuyo radiotrazador capta las catecolami-
más cística/homogénea en la ecografía de seguimiento, confirmando el nas. Este estudio tiene una especificidad para neuroblastoma de más del 90%. Si el
diagnóstico (Figura 40). tumor es renal, no habrá captación de radiotrazador (Figura 41 y Tabla 2).

144
07. Pediatría | RD

A B los hallazgos normales y variantes anatómicas de la patología. Esto tendrá


importantes consecuencias en morbilidad, diagnósticas y médico-legales.

A. Fractura de Toddler

El término Toddler, en inglés, se refiere al niño entre uno y dos años que está
empezando a dar sus primeros pasos. En este grupo poblacional, existe un tipo
de fractura que, debido a su especificidad y frecuencia, conviene recordar. Es
una fractura oblicua, también denominada espiral de la tibia. La mayor parte de
Figura 41. Neuroblastoma. Varón de dos años de edad. Masa adrenal
los casos suelen darse en la metadiáfisis distal. Suele ser de estrés, por lo que no
derecha con efecto de masa sobre el polo superior del riñón ipsilateral.
A: TC con contraste, corte coronal; B: ecografía abdominal del mismo siempre existe un antecedente traumático concreto (Figura 42).
paciente, corte longitudinal centrado en el espacio suprarrenal
derecho, confirmando separación respecto del riñón ipsilateral

Neuroblastoma Wilms (nefroblastoma)


•• Tumor sólido •• 2.º tumor abdominal más
extracraneal más frecuente en niños
Epidemiología frecuente en niños •• Mayores que los niños del
•• Sobre todo < 2 años neuroblastoma (≥ 3 años)
•• N-Myc •• Alteraciones cromosoma 11
•• 70% abdomen •• Riñón
(suprarenal o paramedial) •• No pasa línea media
Localización
•• Pasa línea media •• A veces bilateral (familiares)
•• 20% tórax
•• Masa •• Asocia a veces hemihipertrofia,
•• Síndromes aniridia, malformaciones
paraneoplásticos (VIP, genitourinarias y síndromes
Clínica
opsociono-miociono) congénitos
•• Masa abdominal
•• HTA
•• Qx •• Cirugía en estadio I
Tratamiento •• RT •• Otros: Qx + QT + RT
•• QT (según estadio)
•• Bueno. A veces se •• Bueno, sobre todo en Figura 42. Fractura de Toddler. Varón de dos años de edad.
diferencia o regresa menores de 2 años
Pronóstico espontáneamente •• Metástasis a pulmón
Radiografía de tibia y peroné, proyección frontal. Fractura no
•• Metástasis a hígado, desplazada de morfología espiral en la metadiáfisis distal de la tibia
médula ósea, piel y hueso
Tabla 2. Neuroblastoma vs. nefroblastoma B. Maltrato

El maltrato infantil, denominado en la actualidad “traumatismo no acciden-


Recuerda tal” es la segunda causa de muerte en España durante los primeros 5 años
de vida, excluido el periodo neonatal. Frecuentemente, la primera sospecha
La clave distintiva más importante, independientemente de la clínica y los
de maltrato se da tras la identificación de signos sospechosos en técnicas de
hallazgos en imagen, es la edad del paciente. Por norma general, el tumor
de Wilms se da mayoritariamente en niños mayores de 3 años, mientras imagen. Por norma general, la mayor parte de los casos de maltrato se darán
que el neuroblastoma aparece mayoritariamente en menores de 3 años. durante los dos primeros años de vida, y mayoritariamente en los lactantes.

Existe un grupo de fracturas que son sugerentes, y en algunos casos altamente


específicas de traumatismo no accidental. Conviene conocerlas bien. Son las
7.8. Musculoesquelético siguientes: fracturas metafisarias clásicas, fracturas costales, (sobre todo poste-
riores) y de escápula. La configuración y morfología de estas fracturas las hacen
atípicas de traumatismos mecánicos de alta fuerza/impacto o contusiones; más
Especificidades del paciente pediátrico bien, se explican en su mayor parte por mecanismos de aceleración y decelera-
ción, cizallamiento o presión directa sobre la caja torácica. Por otro lado, la identi-
El sistema musculoesquelético, y en concreto el esqueleto, es uno de los ficación de fracturas diafisarias de huesos largos o de calota, así como la presencia
aparatos más dinámicos durante el desarrollo del niño y el adolescente. de hematomas subdurales en pacientes no ambulantes, sobre todo cuando no
Las fisis permanecen abiertas a lo largo del crecimiento, existen diferen- exista una historia clara de traumatismo, deben considerarse sospechosas.
tes grados de calcificación de los centros de osificación, múltiples variantes
del desarrollo y, en consecuencia, cambios constantes en la apariencia en Dicho esto, por desgracia, no existe ninguna lesión que sea patognomónica
métodos de imagen. El radiólogo pediátrico, además de conocer la patolo- de traumatismo no accidental. El diagnóstico suele alcanzarse de un modo
gía, debe conocer la apariencia normal de los músculos y huesos a lo largo multidisciplinar, combinando los métodos de imagen, la historia clínica,
de este período, conocer las variantes anatómicas y, sobre todo, distinguir exploración física y otras pruebas complementarias (Figura 43).

145
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

A B C

D E F

Figura 43. Maltrato. Lesiones típicas de traumatismo no accidental. A: niño 2 meses de edad. Radiografía frontal de la rodilla derecha muestra una fractura
metafisaria clásica. Las flechas muestran el patrón en asa de cubo, características de este tipo de fracturas, en las que un “anillo” de tejido óseo y cartilaginoso
es avulsionado desde la placa de crecimiento. Este tipo de lesión indica un mecanismo probable de aceleración-deceleración en lugar de un impacto directo
de alta energía; B: niña de 4 meses de edad. Radiografía frontal de la rodilla derecha muestra una fractura metafisaria clásica. El mecanismo de lesión es
probablemente superponible al descrito en A. Debido a la proyección del haz de rayos X, la imagen aparecerá como una fractura en esquina en lugar de
en asa de cubo; C: radiografía AP del fémur derecho en un niño de 4 meses de edad; D: reconstrucción 3D de la calota de una niña de 13 meses de edad
con fractura longitudinal, no desplazada del hueso parietal izquierdo, comunicada con el hueso escamoso del temporal ipsilateral; este tipo de lesiones
son altamente sospechosas cuando no exista una historia clara de traumatismo, o esta sea confusa; E: radiografía frontal de un niño de 5 meses de edad.
Múltiples fracturas en la parrilla costal (flechas). Muchas de ellas son posteriores; además, varias de las laterales muestran reacción perióstica, compatibles con
evolución subaguda y, por tanto, de traumatismos repetidos, en distintos momentos. El padrastro de este niño confesó ante el juez haber zarandeado a este
paciente repetidas veces y haber presionado con sus manos sobre la caja torácica; F: niña de 9 meses de edad. TC de cráneo, core axial. Hematoma subdural
frontal derecho. La causa más frecuente de morbimortalidad en niños que sufren traumatismo no accidental es la lesión craneal. Cuando ésta existe, el
hallazgo más frecuente es en hematoma subdural. Debe de investigarse la causa y, si no hay una historia clara de traumatismo, sospechar este diagnóstico

Cadera Durante los primeros seis meses de vida, las cabezas femorales son
cartilaginosas y apenas están osificadas, por lo que las radiografías con-
vencionales no serán de gran utilidad. En este rango de edad, además
A. Luxación congénita de cadera de aplicar las maniobras de Barlow y Ortolani en la exploración física,
se utiliza la ecografía. A medida que las cabezas femorales empiecen
La luxación congénita de cadera predispone a la displasia acetabular. El diagnós- a osificarse, la penetración del haz ultrasónico será cada vez menor;
tico y tratamiento precoz de esta patología es fundamental, para así poder pre- en consecuencia, las radiografías irán cobrando mayor utilidad (véase
venir la el desarrollo de displasia acetabular y de artrosis de cadera prematura. Figura 44).

146
07. Pediatría | RD

A B C

Epifisis H
Labrum
femoral

Ilion S

Isquion

Figura 44. Displasia congénita de cadera. Neonato con luxación congénita de cadera. A: ecografía dinámica de cadera, corte longitudinal a través de
la articulación coxofemoral. El ángulo acetabular está disminuido, y menos de la mitad de la cabeza femoral está cubierta por el cotilo. B: paciente con
luxación congénita de cadera y displasia acetabular. Radiografía frontal de pelvis. Las epífisis aún no están osificadas. C: misma imagen que en B con
anotaciones. H: línea de Hilgenreiner. Es una línea horizontal, trazada uniendo ambos cartílagos trirradiados. P: línea de Perkins, trazada a la altura del
borde lateral del acetábulo y perpendicular a la línea de Hilgenreiner. Teóricamente, más del 50% de la cabeza femoral debería situarse medial a esta
línea para considerarse normal. S: línea de Shenton. Es una línea curva, trazada desde el borde medial del cuello femoral hacia el borde distal de la
rama iliopúbica. Su discontinuidad es indicativa de subluxación

B. Legg-Calve-Perthes fractura de Salter Harris tipo 1. Suele darse en la adolescencia temprana. Es


más frecuente en varones con sobrepeso. Es importante porque constituye
La enfermedad de Legg-Calve-Perthes es una osteonecrosis idiopática de la una urgencia ortopédica, ya que el tratamiento precoz es determinante de
cabeza femoral. El pico de incidencia se da entre los 5 y 7 años. En métodos cara al pronóstico (Figura 46).
de imagen, se podrá observar una combinación de heterogeneidad, escle-
rosis, degeneración quística y aplanamiento de la cabeza femoral afectada. A B
En RM con contraste y en estudios de medicina nuclear se podrá observar,
respectivamente, ausencia de realce y disminución de perfusión en la epífi-
sis femoral proximal, compatible con el diagnóstico (Figura 45).

A B

Figura 46. Epifisiolisis femoral proximal. Varón obeso de


14 años de edad, presentándose con cojera de predominio
derecho. A: radiografía AP de pelvis muestra un borramiento
sutil de la fisis en su parte medial (flecha roja); B: la proyección
Figura 45. Legg-Calve-Perthe. Niño de 5 años de edad con cojera de axial (“en rana”) muestra un claro deslizamiento con traslación
varios meses de evolución. A: radiografía AP de pelvis; B: TC de pelvis, de la epífisis respecto del cuello femoral, confirmando el
corte coronal a la altura de las articulaciones coxofemorales. Ambos diagnóstico
estudios muestran una combinación de heterogeneidad, esclerosis y
aplanamiento de la cabeza femoral afectada, compatible con necrosis
avascular subaguda. No hay estrechamiento del espacio articular Preguntas

C. Epifisiolisis femoral proximal


MIR MIR 13-14, 86, 179
MIR 12-13, 33
MIR 11-12, 135
MIR 10-11, 153
La epifisiolisis femoral proximal es un deslizamiento/traslación de la cabeza
femoral sobre el eje del cuello femoral, a través de la fisis. Es un ejemplo de

147
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 11.ª edición

Ideas

C l ave
 Un neonato con problemas respiratorios agudos presentará distintas pa-  El criterio diagnóstico más aceptado para la estenosis hipertrófica del
tologías en función de si es pretérmino, a término o postérmino. píloro será un espesor de la capa muscular de más de 3 mm, con una
longitud del canal pilórico mayor a 15 mm.
 La neumonía redonda es una patología típica de la infancia y no hay que
confundirla con patología tumoral, nos suelen contar un niño o adoles-  La invaginación intestinal presenta la clásica imagen “en donut”.
cente con fiebre.

Bi b l i o grafía
-- Zamorano JL, Bax JJ, Rademakers FE, Knuuti, J. Imagen Cardiovascular.
 Capítulo 1 Editorial Panamericana, 2012
-- del Cura JL, Pedraza S, Gayate A. Radiología Esencial 1.ª edición. Edito-
rial Panamericana, 2010.  Capítulo 5
-- Goodman LR. Felson Principios de radiología torácica. 1.ª edición. Mc -- Helms C, Major N, Anderson M, Kaplan P, Dussault R. Musculoskeletal
GrawHill, 2000. MRI. 2.ª edición. Saunders, 2008.
-- Helms C. Fundamentals of Skeletal Radiology. 5.ª edición. Elsevier, 2019.
 Capítulo 2
 Capítulo 6
-- Lee JKT, Sagel SS, Stanley RJ, Jay P. Heiken. TC Body con correlación RM.
4.ª edición. Lipinkot Williams, 2007. -- del Cura JL, Pedraza S, Gayate A. Radiología Esencial. 1.ª edición. Edi-
-- del Cura JL, Gayete A, Rovira A. Radiología Esencial 2.ª edición. Edito- torial Panamericana, 2010.
rial Panamericana, 2013. -- Organización Mundial de la Salud (WHO). Acceso web: www.who.int
 Capítulo 3 -- Instituto de Salud Carlos III. Ministerio de Ciencia, Innovación y Uni-
versidades. Acceso web: www.isciii.es
-- Nadgir R, Yousem D. Neurorradiology: The requisites. 4.ª edición. Else- -- Ikeda DM. Los Requisitos en radiología: Radiología de mama. Editorial
vier, 2016. Elsevier Mosby, 2005.
-- del Cura JL, Gayete A, Rovira A. Radiología Esencial 2.ª edición. Edito-
rial Panamericana, 2013.  Capítulo 7
 Capítulo 4
-- Coley BD. Caffey’s Pediatric Diagnostic Imaging. 12.th Edition, Elsevier, 2013.
-- del Cura JL, Gayete A, Rovira A. Radiología Esencial. 2.ª edición. Edito- -- Donelly LF. Fundamentals of pediatric Imaging. 2.nd Edition. Elsevier
rial Panamericana, 2013. 2016.

148
ISBN: 978-84-17861-75-9 ISBN: 978-84-17861-76-6

También podría gustarte