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LA CASI.

La Cooperativa Agraria y Ganadera San Isidro (CASI) fue fundada en 1944, cuando un
grupo de agricultores de la Huerta y Vega de Almería se unieron con el objetivo de
comercializar directamente sus productos en el Mercado de abastos de la ciudad.

Los primeros años de CASI estuvieron enfocados a la venta diaria de las hortalizas de
sus asociados. Desde sus comienzos tendría una importancia especial la venta de una
ingente producción de patata, cultivada en la Vega almeriense durante el invierno. Un
producto de una gran calidad que se aprovechaba del clima benigno de la zona y de las
manos expertas de los agricultores.

Primeros años:

La producción de patata alcanzaría tal magnitud que las necesidades de semilla llegarían
a alcanzar hacia finales de los años sesenta cifras record. Números en torno a las 300
toneladas que mayoritariamente procedían del norte de España (Navarra, Palencia,
Galicia), pero también del extranjero (Irlanda). Paralelamente y sobre todo desde finales
de la década de los cincuenta, los cultivos hortícolas enarenados se fueron instalando
sobre suelos de la vega tradicional, pero, sobre todo, en nuevos terrenos roturados en la
árida llanura litoral que se extendía hacia el Este de la ciudad.

La elevada productividad de los nuevos sistemas de cultivo en arenas y su buen


resultado en los mercados, hicieron insuficiente el pequeño puesto de venta de CASI en
el Mercado Central, lo que obligó a la búsqueda, en los primeros años de la década de
los sesenta, de improvisados almacenes en los que desarrollar un nuevo sistema de
venta: la corrida o subasta a la baja, que pronto se convertirá en un método muy
popular.

Años 60:

El éxito del modelo animó, a finales de la década, a la adquisición de terrenos


sobre los que edificar un almacén propio en Los Partidores, localidad ubicada
entre la ciudad de Almería y la barriada de La Cañada de San Urbano, donde en
la actualidad todavía se encuentran las instalaciones centrales de CASI.
Años 70:

Acuerdos para participación en la Empresa Nacional MERCOSA para ordenar la


actividad de las Alhóndigas, estudios de viabilidad de asociaciones a través de la Unión
Nacional de Cooperativas para exportación de tomate, obtención de la Licencia como
Exportador y mejoras en la normalización del producto.

Todo ello fue reflejo de la creciente pujanza de la producción de tomate entre los cada
vez más numerosos asociados. Esto consolidó a la entidad y definió su línea de
actuación hacia la especialización en este producto cuyo volumen obligaría incluso en
dos ocasiones a la ampliación de las instalaciones de venta antes de que terminara la
década. El tomate se erigió así en producto estrella de la Cooperativa y eclipsó
rápidamente la importancia de otros tradicionales como la patata que continuarían
comercializándose en la mesa del Mercado Central.

Años 80:

Los ochenta supondrían para CASI la definitiva consolidación del sistema de subasta en
origen. También sería el de la implantación y perfeccionamiento de un modelo que se
convertiría en marca de la casa: la confección y envasado por parte de los socios en sus
instalaciones particulares, el transporte también individual y la subasta en las
dependencias de la entidad. El tiempo ha demostrado que este modelo genera valor, por
la flexibilidad ante situaciones cambiantes y por su adaptación a las características de
las explotaciones agrícolas de los socios.

También en estos años hubo que adoptar medidas para ajustarse a las exigencias de un
mercado cada vez más competitivo. En este sentido hay que destacar mayores
exigencias en la normalización del producto, crecientes controles de calidad y la
incorporación de nuevos envases.

Paralelamente, los agricultores socios de CASI también contribuyeron a esta renovación


con la introducción de mejoras en los sistemas de cultivo (riego por goteo,
invernaderos) y de nuevas variedades de tomate, más resistentes al transporte y más
homogéneas en su presentación. Una serie de avances que, en conjunto, permitieron la
sinergia entre las actividades de producción y de comercialización hasta consolidar a
CASI como una de las mayores subastas de tomate del mundo.

Años 90:

Nuevos envases vinieron a ajustar aún más los esfuerzos en normalización y control de
calidad, y la entidad creció no solo en metros edificados sino también en secciones de
servicios al socio (asesoramiento técnico, suministros, riegos, ferretería, taller). Un gran
paso adelante fue el reconocimiento como Organización de Productores de Frutas y
Hortalizas (OPFH) hacia 1992, que ajustó el funcionamiento de la Entidad a los criterios
de la Comunidad Europea.

Pero en esta década también aparecieron nuevos retos para fortalecer el liderazgo de
CASI en el mercado. La entrada en escena de nuevas zonas de producción de tomate en
países terceros o la extensión de serios problemas de virosis obligaron a CASI a
readaptarse a las circunstancias incidiendo en la calidad y presentación en el mercado de
sus productos y optando por esmeradas prácticas agrícolas, que se tradujeron en nuevos
éxitos.

Actualidad:

La Cooperativa Agrícola y Ganadera San Isidro, ha consolidado su posición en el sector


hortofrutícola hasta convertirse en una de las mayores comercializadoras de tomate para
consumo en fresco del mundo.

Pero esta hegemonía no se ha conseguido sin esfuerzo. Todos los protagonistas de la


actividad de CASI han aportado su experiencia y trabajo para la consecución de una
larga lista de objetivos: certificaciones de calidad, presentación del producto,
adecuación al cliente, búsqueda de nuevos mercados, fidelización de los antiguos,
racionalización de instalaciones, mecanización de los procesos, ampliación de la
superficie útil, incremento de plantillas, mejora en variedades resistentes, control
integrado y biológico, nuevas prácticas culturales, mejores instalaciones en campo,
entre otros muchos que están encaminados a ofrecer siempre el mejor producto posible
como corresponde a un gran especialista en tomate como es CASI.

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