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7. Ley D’Hondt.
La Ley d'Hondt, sistema ideado por Víctor d'Hondt, conocido jurista belga, en 1878, es
un método de promedio mayor. Se trata de una asignación de escaños en sistemas de
representación proporcional por listas electorales.
Este criterio de fórmula electoral se encuentra recogido dentro de Ley Orgánica del Régimen
Electoral General (LOREG) para materializar la representación proporcional y es el que se
aplica en nuestro país en todos los comicios
Esta ley establece que hay que repartir los escaños de una provincia entre los partidos que se
han presentado y que han obtenido votos en esa provincia. Tras el recuento, se divide el
número total de votos obtenidos por cada partido entre el número de escaños que se reparten
en la provincia, es decir, la cantidad total de votos de cada formación se divide por 2, por 3,
por 4, por 5 y así hasta llegar al número de escaños. Una vez hecha esta división se otorgan los
escaños a los cocientes mayores. La LOREG dice que atendiendo a un orden decreciente.
Además, cabe destacar el correctivo a la proporcionalidad, también conocido como barrera
electoral. Esto significa que aquellos partidos políticos que no hayan sacado al menos el 3 o 5%
de los votos válidos. Este valor depende de los comicios que se celebren.
Constitución de 1812
La primera constitución de la historia de España apareció en un momento tan particular como
lo fue la Guerra de Independencia contra la invasión napoleónica. En ella se intentaba llegar a
un clima de convivencia entre liberales y absolutistas y se demostraba la confianza que las
Cortes de Cádiz tenían en la figura de Fernando VII para que liderase un nuevo sistema
constitucional con el que quedaran atrás los tiempos del Antiguo Régimen sin perder de vista
el poder del monarca. Conceptos como el sufragio masculino, la separación de poderes o la
libertad de prensa y pensamiento eran ideas realmente avanzadas para el momento.
A su regreso de Francia, Fernando VII derogó la Pepa y solo volvió a estar vigente entre 1820 y
1823, tiempo en el que la tuvo que aceptar temiendo ser depuesto de forma permanente y
que terminó con la llegada de los Cien Mil Hijos de San Luis.
Técnicamente no es una Constitución sino una carta otorgada por la reina regente María
Cristina de Borbón, pero en la práctica se convirtió en la ley fundamental del país durante tres
años. El documento apareció tras la muerte de Fernando VII en septiembre de 1833 y debido a
la necesidad que tenía la Corona de hacer una reforma institucional que, sin volver a
la Constitución de 1812, intentara aunar a las fuerzas liberales y buscara un clima moderado en
el que poder trabajar para resolver los problemas del país (principalmente la guerra contra los
carlistas). En el Estatuto Real de 1834, un texto considerablemente corto, la reina regente
cedía parte de sus poderes y responsabilidades a las Cortes y al Consejo de Ministros y se
establecía el sistema bicameral, así como la posible colaboración entre los distintos poderes.
Una de las mayores carencias de este documento es que no poseía una declaración de
derechos del ciudadano. La división de los liberales, cada vez más poderosos en el país, entre
progresistas y conservadores acabó suponiendo la desaparición del Mandato Real y la creación
de una nueva constitución.
Constitución de 1837
La Constitución aprobada en 1837 supuso la instauración definitiva del régimen parlamentario
y el abandono del absolutismo. Tomaba como base el texto de la Pepa pero suavizaba
algunos de los aspectos más progresistas con el fin de contentar a los sectores moderados y
mantener cierta concordia en el mundo parlamentario. Se mantenía así la existencia de una
Cámara Alta (en Cádiz se defendió el unicameralismo), se adelantaba el principio de la
soberanía nacional del artículo tercero al Preámbulo y se recogía una declaración de derechos
y libertades individuales. Como contraparte, el documento otorgaba considerables poderes a
la Corona y remarcaba su inviolabilidad.
La del 37 fue una constitución que intentó abrir un camino hacia el nuevo orden parlamentario
en el que moderados, progresistas y conservadores pudieran encontrar su hueco. Como se vio
entonces, todo quedó en buenas intenciones y deseos incumplidos.
Constitución de 1845
En 1840 cayó la regencia de María Cristina y, en 1843, la de Baldomero Espartero. Isabel II fue
declarada mayor de edad antes de tiempo y pudo ocupar su lugar en el trono, confiando en los
sectores moderados para crear una nueva constitución que terminó siendo considerablemente
más conservadora que las anteriores. En el documento de 1845 se restringía el sufragio a una
élite adinerada, la soberanía nacional ya no residía en el pueblo español sino en la Corona y en
las Cortes y devolvía parte del poder perdido a la reina, que de nuevo podía volcarlo en sus
ministros.
La Constitución de 1845 marcó una tendencia que se prolongaría durante todo el siglo XIX y
que haría que la inestabilidad política en el país se acrecentara. En lugar de buscar la
aprobación de un texto consensuado y aceptado por distintas ideologías, se tendió a
constituciones más cercanas a los extremos que eran rechazadas por parte del espectro
político y que por lo tanto, al haber un cambio de poder, suponía una derogación automática
de esa constitución y la aprobación de otra de signo opuesto.
Constitución de 1869
Esta constitución es hija de la Revolución Gloriosa de 1868 que derrocó a Isabel II del trono y
de las ansias de verdadero cambio en la población. Tomaba elementos de algunas
constituciones europeas o de la estadounidense y se convertía en el texto más cercano a la
democracia que había existido hasta entonces en el país, destacándose la aplicación real del
sufragio universal (masculino) y la reducción del poder que podía ostentar el rey. Con todo,
esta constitución no terminó de funcionar ni llegó a contentar a ningún sector de la política
española que la veían o escasa o excesiva. El clima de crispación y la inestabilidad de la época
(reinado de Amadeo I de Saboya, Primera República, guerra colonial con Cuba, problema
cantonalista, guerras civiles) hicieron que tanto la constitución como el sistema en el que había
surgido acabaran cayendo.
El proyecto encontró muchos problemas en las Cortes, siendo discutido y rechazado por todas
las partes implicadas y coincidiendo además su debate con el levantamiento de los cantones,
que fue considerado un asunto mucho más urgente. Su aprobación se aplazó y finalmente se
paralizó definitivamente.
Constitución de 1876
Al fracaso que supuso la Primera República le siguió una etapa conocida como la Restauración,
el regreso de la monarquía a España en la figura de Alfonso XII, hijo de Isabel II. El nuevo texto
fue redactado por Antonio Cánovas del Castillo y volvía a traer un giro hacia el
conservadurismo sacando muchos de sus elementos de la Constitución de 1845 pero
estableciendo las herramientas necesarias para un nuevo sistema: el turnismo. La idea era que
este documento constitucional fuera lo bastante flexible como para soportar la alternancia
de los dos principales partidos del gobierno, que eran llamados por orden del rey cuando sus
predecesores acababan desgastados por la situación y cuya principal finalidad era el
mantenimiento del sistema monárquico constitucional. Es la época del pucherazo y la
manipulación política.
Constitución de 1978
El dictador Francisco Franco murió el 20 de noviembre de 1975. Empezaba así la Transición,
un periodo de cambio en el que el régimen debía desmontarse desde dentro y prepararse así
el escenario para la llegada de una democracia real a España. La Constitución de 1978 fue el
resultado de ese espíritu de consenso y cambio promovido durante la Transición, realizada por
representantes de distintos partidos y en el que se devolvían las libertades de las que los
españoles habían carecido durante años, se establecía el sistema de autonomías y se
esgrimía la pluralidad política como una garantía básica. Nacía así una monarquía
constitucional en la que la soberanía reside en el pueblo español y que ponía al país en
igualdad de condiciones que sus vecinos europeos.
9. ¿Qué son y cuáles eran las Leyes Fundamentales del Movimiento?,
¿eran leyes democráticas?
1. Se trata de una constitución escrita que forma parte del derecho positivo. Es cerrada y
codificada y se divide en títulos, capítulos y secciones.
2. Es bastante extensa: cuenta con un total de 169 artículos, 4 disposiciones adicionales,
9 transitorias, 1 derogatoria y 1 final.
3. Únicamente ha sufrido dos reformas a lo largo de la historia: en 1992 y en 2011.
4. Se trata de una constitución monárquica, ya que la forma política del Estado Español
es una monarquía de tipo parlamentario.
5. Es integradora y consensuada.
6. Cuenta con los derechos fundamentales de carácter inviolable e inherente.
7. Es democrática.
8. Muchos de sus artículos se inspiran en otras constituciones, por lo que también
es derivada.