0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
15 vistas1 página
Este poema describe a Almita como la luz que juega con los eucaliptos y los hace bailar, la semilla que dibuja caminos floridos y la estrella azul que salta por todos lados regando gotas y escalofríos. Almita es también la mañana perezosa que se acurruca en los párpados, la sal, las calles de viento dorado y las imperceptibles perfecciones de una sombra de fuego, siendo el compás de la vida que aparece en cada segundo del universo.
Este poema describe a Almita como la luz que juega con los eucaliptos y los hace bailar, la semilla que dibuja caminos floridos y la estrella azul que salta por todos lados regando gotas y escalofríos. Almita es también la mañana perezosa que se acurruca en los párpados, la sal, las calles de viento dorado y las imperceptibles perfecciones de una sombra de fuego, siendo el compás de la vida que aparece en cada segundo del universo.
Este poema describe a Almita como la luz que juega con los eucaliptos y los hace bailar, la semilla que dibuja caminos floridos y la estrella azul que salta por todos lados regando gotas y escalofríos. Almita es también la mañana perezosa que se acurruca en los párpados, la sal, las calles de viento dorado y las imperceptibles perfecciones de una sombra de fuego, siendo el compás de la vida que aparece en cada segundo del universo.
a los eucaliptos y los lleva a jugar desparramando burbujitas de hielo verde, la semilla pincelada que traza caminos de flores sonrientes, la estrella azul que salta en cada rincón salpicando gotitas y escalofríos, la mañana perezosa que se acurruca en los párpados, la sal, las calles de viento dorado, las imperceptibles perfecciones de una sombra de fuego, la pausa del mate el compás de la vida que aparece puntualmente en cada segundo del universo. ¡Almita!