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Los caminos se hicieron, con agua viento y frío, caminaba un anciano, muy triste y
“afligío”. ¡Gloria! Y a su bendita Mare ¡Victoria! Gloria al recién “nacío” ¡Gloria!
Tanto éxito tuvo en los tablaos y Cafés sevillanos de la época, que se cuenta que los
mismos aficionados empezaron a nombrar a su autor como El Gloria, sobrenombre que
le valió para su nombre artístico de El Niño Gloria.
Otro villancico muy popular es, el de “Los Campanilleros”. Uno de los villancicos
flamencos más versionados y que se debe al jerezano Manuel Torre (Jerez de la Frontera
1880-1933) que lo grabó en 1929 con la guitarra de Miguel Borrull. Son muchos los
cantaores y cantaoras que lo han interpretado, pero fue La Niña de la Puebla quien lo
popularizó. También El Niño de la Rosafina tiene una versión muy original y particular.
A la puerta de un rico avariento, llegó Jesucristo y limosna “pió” y en “lugá” de darle una
limosna, los perros que había se los achuchó… Y Dios permitió, que al momento los perros
murieran y el rico avariento probe se “queó”.
Desde entonces se sigue cada año esta tradición, en Jerez de la Frontera, con su ya tan
conocida Zambombá.