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FLAMENCO de PAPEL

EL VILLANCICO FLAMENCO: UN CANTO A LA NAVIDAD (III)

No es fácil situar el origen del villancico


flamenco, aunque se toma como punto
de referencia al barrio de Santiago de
Jerez de la Frontera (Cádiz) de finales del
siglo XIX. Será el jerezano Rafael Ramos
Antúnez (Jerez de la Frontera 1893-
Sevilla 1954) el primero en grabar una
auténtica creación personal de villancico
flamenco que dice así:

Los caminos se hicieron, con agua viento y frío, caminaba un anciano, muy triste y
“afligío”. ¡Gloria! Y a su bendita Mare ¡Victoria! Gloria al recién “nacío” ¡Gloria!

Tanto éxito tuvo en los tablaos y Cafés sevillanos de la época, que se cuenta que los
mismos aficionados empezaron a nombrar a su autor como El Gloria, sobrenombre que
le valió para su nombre artístico de El Niño Gloria.

Otro villancico muy popular es, el de “Los Campanilleros”. Uno de los villancicos
flamencos más versionados y que se debe al jerezano Manuel Torre (Jerez de la Frontera
1880-1933) que lo grabó en 1929 con la guitarra de Miguel Borrull. Son muchos los
cantaores y cantaoras que lo han interpretado, pero fue La Niña de la Puebla quien lo
popularizó. También El Niño de la Rosafina tiene una versión muy original y particular.

La letra que grabó Manuel Torre dice:

A la puerta de un rico avariento, llegó Jesucristo y limosna “pió” y en “lugá” de darle una
limosna, los perros que había se los achuchó… Y Dios permitió, que al momento los perros
murieran y el rico avariento probe se “queó”.

Desde entonces se sigue cada año esta tradición, en Jerez de la Frontera, con su ya tan
conocida Zambombá.

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