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IDEA DE NEGOCIO

EL BIOGAS

Viendo la problemática en nuestra región sobre los desechos de productos degradables y el


precio del gas que se a incrementado.

Optamos por la producción del gas metano. El biogás es el resultado de la descomposición de


la materia orgánica. Para poder aprovechar los gases resultantes es necesario contar con una
planta en la que se pueda tanto almacenar los residuos como dejar a las bacterias hacer su
trabajo. Esto se puede llevar a cabo en plantas de biogás específicas o directamente en
complejos para la gestión de residuos. Sean más grandes o más pequeñas, todas las
plantas comparten unos espacios y funciones básicas:

Receptores. Es el lugar en el que se recibe y almacena la biomasa, compuesta principalmente


por residuos orgánicos, antes de transformarla. Es el espacio de la materia prima, también
conocida como sustrato, procedente por ejemplo de ganaderos y vertederos urbanos. Aunque
pueden combinarse diferentes tipos de sustratos, la mayoría de las plantas trabajan con un solo
tipo. Investigaciones recientes buscan cómo optimizar la mezcla de residuos para obtener más
energía.

Fermentadores o biodigestores. Aquí la materia pasa de estado sólido a gas. El sustrato se


introduce en una especie de cámaras oscuras sin luz ni oxígeno. Los residuos se mantienen en
movimiento y a una temperatura estable cerca de 40o C. El sustrato puede permanecer en el
biodigestor durante unos dos meses. Además, y según el tipo de instalación, podemos
encontrar sistemas de biodigestión discontinuos o continuos, que permiten añadir y extraer
todos los días la misma cantidad de sustrato para no parar la producción.

Almacenamiento. Una vez terminado el proceso, se obtiene por un lado biogás y por otro un
producto secundario (digestato), que puede aprovecharse para producir fertilizantes orgánicos.

Generadores de energía. Eléctricos, térmicos o de cogeneración, según el tipo de planta. Es


el lugar en el que el gas o bien se transporta o inyecta directamente a la red o se transforma en
energía eléctrica, la cual también podría aprovecharse para garantizar el funcionamiento de la
planta, o térmica.

Para qué se utiliza

Principalmente para la obtención de energía eléctrica y térmica. También, y tras refinarlo para
reducir el porcentaje de dióxido de carbono, podría inyectarse a la red convencional de gas
natural. En ese caso hablaríamos ya de biometano o metano de origen renovable, un producto
que también podría utilizarse como biocombustible en vehículos preparados. Además, existen
iniciativas que promueven la instalación de pequeños biodigestores particulares para que los
agricultores puedan transformar sus propios residuos y autoabastecerse.
¿Puede ser una opción?
Desde un punto de vista económico, la rentabilidad de una planta de biogás puede ser menor
que la de instalaciones fotovoltaicas o eólicas. Entre otras razones, porque su explotación
requiere más dedicación, como por ejemplo la obtención y manipulación de la materia prima.
Hay que tener en cuenta además que tanto el metano como el dióxido de carbono, los dos
principales componentes del biogás, son gases contaminantes.
“Su verdadero valor está en su aportación a la descarbonización de la energía y de la
sociedad”, explica el presidente de la Asociación Española de Biogás, Francisco Repullo. “La
utilización de la energía –asegura– que genera sirve para dos cosas, sustituir el consumo de
combustible fósiles y ayudar a la recuperación de la inversión, pero no es un objetivo en sí
mismo centrarse en la producción de energía”.

“Cuando se trate de pequeñas instalaciones, obviamente lo ideal será autoconsumir la energía


generada, y cuando se trate de instalaciones de mayor tamaño, usar las redes eléctricas o
gasistas para su aprovechamiento.

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