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HISTORIA DE LOS BIODIGESTORES:

Fue en el siglo XVIII cuando se detecto la presencia de gas metano en la descomposición del biogás, y  posteriormente
en el siglo XIX experimentos aislados dirigidos por L. Pasteur  demostraron la factibilidad de aprovechar la capacidad de
combustión del metano con fines energéticos.
A fines del siglo XIX y durante las primeras décadas de nuestro siglo en varias ciudades de Europa, India y Estados
Unidos se instalaron plantas para el tratamiento de aguas negras, en donde los sedimentos de alcantarillado eran
sometidos a digestión anaeróbica. El gas producido se utilizo para el alumbrado público o como parte del combustible
necesario para operar la planta.
Durante e inmediatamente después de la segunda guerra mundial, la crisis de combustibles hizo que las investigaciones
en esta área aumentaran, forzando el desarrollo a pequeña y gran escala,  entonces en varios países europeos se
desarrollaron y difundieron plantas  para la obtención del biogás en el medio rural, con el fin de hacer funcionar tractores
y automóviles, debido a la escasez de combustibles fósiles como el petróleo.
Durante la década de 1950, en Asia y particularmente en la India, se desarrollan modelos simples de cámaras de
fermentación más conocidos como biodigestores, para la producción de Biogás y Bioabono apropiados para hogares
aldeanos y alimentados con estiércol y desechos vegetales.
En China, India y Sudáfrica, debido a la escasez de recursos económicos estos métodos fueron difundiéndose y
desarrollándose de tal manera que hoy en la actualidad estos países cuentan con más de 30 millones de Biodigestores
funcionando, además desarrollaron técnicas de generación gaseosa a pequeña y gran escala

¿Qué es el biogás?
Se trata de una mezcla de gases con un elevado contenido de metano. Puede emplearse para cocinar, en sustitución de
otros combustibles como el gas propano, la leña y la electricidad. La llama de un quemador alimentado por esta clase de
gas tiene un color azul. Además, unas cuantas modificaciones en ciertos equipos convierten el biogás en una fuente de
energía para lámparas de camisa de asbesto, motores de combustión, bombas de agua y generadores.

El segundo producto de la digestión de materia orgánica es el biabono. Se trata de un excelente abono y acondicionador
del suelo con una alta concentración de nutrientes esenciales para el buen desarrollo de las plantas. Estos incluyen
nitrógeno, fósforo, potasio y microelementos.

Otros beneficios del biabono tienen que ver con su capacidad para ajustar el nivel del pH del suelo a niveles óptimos,
mejorar el drenaje de suelos arcillosos y aumentar la adherencia de las partículas de suelos arenosos, lo que contribuye
a disminuir la erosión.

Por otro lado, no hace falta esperar varios días a que se oxigene y libere el ácido sulfúrico que pueda contener, como
ocurre con otros abonos naturales. Se puede usar tan pronto salga del biodigestor. Por si fuera poco, estas herramientas
constituyen una solución ambiental que permite eliminar la contaminación que producen los desechos orgánicos en las
aguas subterráneas, así como eliminar los malos olores y la proliferación organismos que pueden causar enfermedades.

¿Cómo funciona un biodigestor?


El sistema consta de cinco partes:

 Cámara de carga. Se trata de un pequeño depósito donde se coloca la materia orgánica que alimenta el reactor.
 Reactor. Es el digestor propiamente dicho, un tanque alargado que se sitúa bajo tierra. Allí es donde se
descomponen los desechos, conectado a las cámaras de carga y de descarga por dos extremos diferentes.
 Cámara de descarga. Colocada a menor altura que la cámara de carga, recibe los residuos provenientes del
reactor, los cuales pueden utilizarse como abono y acondicionador del suelo.
 Cubierta de plástico. Se coloca por encima del reactor y cumple dos funciones: impedir la entrada de aire al
interior y evitar la fuga del gas producido.
 Tubería. Conduce el gas que se produce en el reactor. Cuenta con una válvula de seguridad que impide que la
presión al interior de la cubierta plástica rebase los niveles permitidos. Este dispositivo también expulsa el agua
que se condensa en la tubería.
 Llave de paso. Regula la salida del gas.
Existen diferentes tipos de biodigestores: de flujo discontinuo, semicontinuo, continuo y familiar. La elección del modelo
adecuado varía de acuerdo con su finalidad y el presupuesto de sus usuarios. Por ejemplo, puede utilizarse como equipo
de eliminación de desechos animales en una granja, herramienta de saneamiento de una comunidad o, como ya se
comentó, como generador de combustible en una cocina.

El tiempo requerido para que las bacterias digieran la materia orgánica está directamente relacionado con la
temperatura. En ambientes que promedian 30 °C, se necesitan 10 días; 5 días a 20 °C y 55 días a 10 °C. Por esta razón,
el tamaño de la cámara del reactor varía de acuerdo con el clima del lugar.

Cómo construir un biodigestor casero para generar gas


Construir un biodigestor casero es accesible, ya que no requiere demasiada inversión, su uso es fácil y su mantenimiento
no es muy exigente. No obstante, sí es necesario recordar una serie de recomendaciones de seguridad.

Para construir un biodigestor casero es nesario:

 Un tanque o bidón de plástico como elemento central: el tamaño puede variar debido a las necesidades
particulares, pero se recomienda un mínimo de 120 litros de capacidad.
 Tubos.
 Válvulas.
 Mangueras.
 Adaptadoras para las mangueras.
Los pasos para hacer un biodigestor casero son los siguientes:

 Realizar dos orificios laterales en el bidón: uno más bajo, otro en su mitad. Y otros en su parte superior.
 Conectar una válvula en el orificio lateral más bajo para la salida del material procesado.
 En el otro agujero lateral, se sitúa un mecanismo de tubos para que expulse el exceso de fluidos.
 Uno de los orificios superiores es para la entrada del material orgánico; el otro, para la salida del biogás.
Una vez construido, se coloca el desecho orgánico diluido en agua en el interior del tanque de plástico. Estos desechos
se descomponen al no estar en contacto con el oxígeno. Así se obtiene el biogás -que se puede usar como combustible
en la cocina, para la calefacción o la iluminación- y las sustancias fertilizantes, que pueden usarse para los jardines.

Ahora que sabes cómo hacer un biodigestor casero para generar gas, recuerda que, si lo cuidas de forma adecuada,
¡puede aguantar hasta 6 años!

digestión anaeróbica (DA)


Los residuos orgánicos, cuando no son tratados, se convierten en un foco de contaminación o infección que puede
afectar tanto la salud humana como animal y puede ser un problema deshacerse de ellos. En la agricultura y la
producción pecuaria (ganadería, porcicultura, producción de especies menores) en pequeña escala se han venido
tratando los residuos para transformarlos en abonos naturales, y en algunos casos en combustible.

Frente a la problemática de los residuos orgánicos la digestión anaeróbica (DA), en la cual las bacterias en ausencia de
oxígeno degradan la materia orgánica, se convierte en una alternativa muy valiosa para dar solución a este tipo de
contaminación.
Por lo tanto, los biodigestores, sistemas diseñados por el hombre para brindar tratamiento biológico, aprovechan los
residuos orgánicos procedentes de actividades agropecuarias, principalmente estiércol y restos blandos de cosecha,
para producir biogás (combustible) y efluente/biol (fertilizante natural) se convierten una herramienta que contribuye a
mitigar la contaminación.

El biogás puede ser empleado como combustible en las cocinas, calefacción o iluminación. En medianas y grandes
instalaciones se puede utilizar el biogás para alimentar un motor que genere electricidad y muchos usos más. El efluente
que sale del biodigestor puede ser utilizado como acondicionador de suelos y fertilizante y enriquecido, con adición de
nutrientes, se convierte en un biol, que se ha considerado como un producto secundario. Si embargo, actualmente se
está tratando con la misma importancia, o mayor que el biogás, ya que provee a las familias de un fertilizante natural que
mejora fuertemente el rendimiento de las cosechas y mejora las condiciones de generación de más alimentos y más
sanos, en el largo plazo.

Existen diversos tipos de biodigestores, los que se presentan en esta página corresponden a los de bajo costo, que son
aquellos que no requieren de sistemas activos de calefacción y/o mecanismos móviles de mezcla. De esta manera los
biodigestores de bajo costo se consideran una tecnología apropiada por su bajo coste de inversión, por su fácil manejo,
por requerir poco mantenimiento y por ser accesible a los pequeños productores como a los grandes.
La ventaja de los biodigestores familiares no sólo destaca por la generación de energía renovable y barata, sino que
también beneficia la salud de la familia, porque el biogás no desprende humo al cocinar. Cuando la familia recoge leña
para combustible, el trabajo físico que se reduce considerablemente, al ser sustituido por la carga de estiércol y agua del
biodigestor, diariamente.

En la producción agropecuaria, el productor dispone de un fertilizante natural y ecológico que significa un aumento en el
rendimiento de los cultivos, ya sean forrajes para la alimentación animal u otros como las hortalizas, frutales, maíz, papa,
café, cebolla, quinua, etc para la alimentación humana. Además del aumento de productividad, el biol añade valor
agregado ecológico a los productos, por ser cultivados libre de agroquímicos. De igual forma, los agricultores no gastan
dinero en compra de fertilizantes químicos para sus cultivos y pueden tener costos de producción más bajos, y suelos de
buena calidad por más tiempo.

Historia
Hace muchos siglos se observó que el biogás se generaba de forma natural en los pantanos, donde la materia orgánica
enterrada bajo el lodo sufre un proceso de digestión anaerobia gracias a las bacterias presentes. Este gas fue conocido
como gas de los pantanos. Los biodigestores simulan ese mismo proceso natural, donde las bacterias transforman el
estiércol en biogás y fertilizante, pero de forma controlada.

Los primeros biodigestores se realizaron en China a mediados del siglo XX. Eran biodigestores hechos de ladrillo que se
asemejaban a ollas de cocina gigantes enterradas y cerradas herméticamente. Debido a la laboriosidad de la obra de
este tipo de biodigestores, sus costes eran altos y hacían que esta tecnología no fuese accesible a las familias pequeñas
del ámbito rural con menores recursos.

A finales de los ochenta se propusieron biodigestores familiares como tecnología apropiada para el desarrollo


agropecuario de los países en desarrollo, donde los costes de inversión fueron fácilmente recuperados por una familia en
dos o tres años, así es como se da el nacimiento de los biodigestores de bajo costo que comenzaron a instalarse en
Latinoamérica y el Caribe, iniciando por Colombia.

Beneficios e impactos
La actividad agropecuaria está siendo impulsada desde los gobiernos como parte de la estrategia para la reducción de la
pobreza. El desarrollo agropecuario descontrolado implica ampliación de frontera agrícola, nuevos asentamientos
humanos en zonas de colonización, mal uso de agroquímicos y contaminación, mal manejo de los residuos orgánicos,
potencialmente contaminantes de acuíferos y ecosistemas, deforestación por consumo de leña tanto para cocinar como
para usos productivos (secado de café, quesos, yogures, secado de frutas, etc.).

El consumo de leña en los hogares para cocinar, además de deforestación, implica problemas respiratorios, cáncer,
irritación de ojos, y otras enfermedades, principalmente en mujeres y niños. Además, son estos dos grupos sobre los que
recae la carga de trabajo de búsqueda y recogida de leña. Por todo esto, el desarrollo agropecuario debe ir acompañado
de sensibilización, capacitación, promoción de tecnologías y normativas que permitan un desarrollo productivo
sustentable.

Una familia que pueda disponer de unos 20 kilos de estiércol fresco al día, ya sea de dos o tres vacas, o de varios
cerdos, o unas decenas de ovejas, y que tenga acceso a agua, aunque no sea potable, durante la mayor parte del año,
puede introducir un biodigestor de bajo costo en su modo de producción obteniendo:
 Energía: El biogás es principalmente gas metano, muy parecido al gas butano y propano que se vende en garrafas
(cilindros). Se puede usar para cocinar, iluminar y calentar.
 Rendimiento de cultivos y conservación de suelos: El biól producido es un fertilizante natural y gratuito, que
mejora el rendimiento de los cultivos hasta un 30%. Se puede usar directo sobre la tierra, como pretratamiento
sobre las semillas o de forma foliar. Si se tiene vacas lecheras, el empleo del fertilizante sobre los cultivos
forrajeros como la alfalfa, aumenta su producción y calidad, y esto repercute en una mayor producción de leche de
las vacas.
 Salud familiar: Al quemar el biogás para cocinar no se producen humos, y tanto los pulmones de mujeres y niños,
como las paredes de la cocina y ollas dejaran de estar cubiertos de hollín negro. De esta manera se previenen
enfermedades respiratorias, irritación en los ojos y otras enfermedades.
 Higiene animal: Al introducir el estiércol en el biodigestor se eliminan olores, focos de infección y moscas. El
descenso en la población de moscas incide directamente reduciendo la mastitis en las vacas.
 Medio ambiente: Al generar cada familia su propio combustible para cocinar ya no es necesaria la tala de árboles
para convertiros en leña y se reduce la presión sobre el entorno.
 Carga de trabajo y económica: El tiempo diario o semanal dedicado por las familias a recoger leña, o el dinero
dedicado a la compra de combustible en las épocas de lluvias se sustituye por 20 minutos diarios que requiere el
biodigestor para su carga con estiércol fresco y agua.
 Tecnología sostenible: Al ser una tecnología sencilla, es accesible a cualquier persona sin conocimientos previos.
Basta con instalar de forma guiada un biodigestor para conocer a fondo la tecnología, su manejo diario, su
mantenimiento y modalidad de reparaciones. Todos los materiales se pueden conseguir en el mercado local, sin
ser necesario importar nada del extranjero.
 Baja inversión: El coste de un biodigestor familiar depende de su tamaño y este depende del clima. En climas
fríos, el coste en materiales es entorno a 250 dólares americanos, mientras que en climas tropicales baja a 150
dólares. La inversión se recupera en dos a tres años por los ahorros producidos en gasto en combustible, tiempo y
mejora de la producción.
Un biodigestor de bajo costo es un sistema sencillo y accesible que incide positivamente en varios de aspectos sobre la
vida familiar, económica y productiva de los pequeños y medianos productores, sin ser una solución a todos los
problemas, si es un recurso que aporta multitud de significativas mejoras.Entre los beneficios ecológicos, es importante
mencionar la reducción de la deforestación debida a consumo de leña para cocinar. También se evita contaminación por
la sustitución de los agroquímicos y se administra un buen manejo de residuos ganaderos, que en casos de alta
densidad, pueden llegar a contaminar acuíferos. Al disponer de un fertilizante de producción propia, el mismo terreno
rinde más, y de este modo se evita la ampliación de frontera agrícola. Finalmente, al tener en cuenta el efecto
invernadero y el cambio climático, se capturan las emisiones de gas metano en el biodigestor, que de otro modo irían a
la atmosfera. Baste recordar que el metano incide negativamente sobre el cambio climático 23 veces más que el dióxido
de carbono.Este texto ha sido extraído del documento elaborado por Jaime Martí Herrero para el programa IDEASS de
Naciones Unidas

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