Es una Energía renovable, proveniente de residuos orgánicos, principalmente del
dióxido de carbono y metano el cual se transforman en energía en forma de gas. El biogás es una de las fuentes de energía que están aportando solución a los cambios climáticos. También no hay que olvidar que se debe tener medidas de seguridad con el dióxido de carbono y metano ya que son gases contaminantes. El biogás es un gas renovable compuesto principalmente por metano y dióxido de carbono obtenido a partir de la degradación anaerobia –sin oxígeno– de residuos orgánicos. Es, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España, “la única energía renovable que puede usarse para cualquiera de las grandes aplicaciones energéticas: eléctrica, térmica o como carburante”. Se trata por tanto de transformar residuos ganaderos, agroindustriales y lodos de depuradoras de agua, pero también parte de los residuos domésticos. La basura se convierte así en la materia prima de una fuente de energía. Ese es su carácter renovable. Del mismo modo que los plásticos acumulados en un vertedero pueden reciclarse y convertirse en nuevos productos, aquí los purines de cerdos se transforman en energía. Es el resultado de la descomposición de la materia orgánica. Para poder aprovechar los gases resultantes es necesario contar con una planta en la que se pueda tanto almacenar los residuos como dejar a las bacterias hacer su trabajo. Esto se puede llevar a cabo en plantas de biogás específicas o directamente en complejos para la gestión de residuos. Sean más grandes o más pequeñas, todas las plantas comparten unos espacios y funciones básicas: - Receptores - Fermentadores o biodigestores - Almacenamiento - Generadores de energía Se utiliza principalmente para la obtención de energía eléctrica y térmica. También, y tras refinarlo para reducir el porcentaje de dióxido de carbono, podría inyectarse a la red convencional de gas natural. En ese caso hablaríamos ya de biometano o metano de origen renovable, un producto que también podría utilizarse como biocombustible en vehículos preparados. Además, existen iniciativas que promueven la instalación de pequeños biodigestores particulares para que los agricultores puedan transformar sus propios residuos y autoabastecerse de energía. Una idea que empresas como la inglesa SEaB energy comercializan pensando en entornos más urbanos u otras industrias.