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UTOPÍA.

THOMAS MORE

Laura Benlliure Castelló


Historía del Pensamiento Político I
ÍNDICE

1. Contexto Histórico
2. Teoría Política
Primer Libro
Segundo Libro
3. Comparaciones
• Las Tres Visiones del Gobernante: Maquiavelo, Erasmo de
Rótterdam y Thomas More
• Martín Lutero y Thomas More. Protestantes y Cristianos
• La Nueva Atlántida contra Utopía. Francis Bacon y Thomas More
• Santo Thomas More y Santo Tomás de Aquino. La Idea de “Bien
Común”

4. Reflexión sobre la Actualidad del Pensamiento del autor


5. Bibliografía
CONTEXTO HISTÓRICO

Thomas More (1478-1535) es considerado uno


de los grandes pensadores renacentistas. Su
perspectiva humanista, característica de los autores
de este periodo, le lleva a criticar la sociedad de
su tiempo de manera que en 1535 le costó la vida.
Considerado un pensador adelantado a su tiempo,
su obra resalta por la atemporalidad de sus tesis
y su gran aportación a la fe cristiana, siendo
canonizado por la iglesia católica en 1935.

Nacido como el primer varón en una familia


burguesa inglesa, Thomas, vivió grandes
acontecimientos históricos que se ven claramente
reflejados en su obra. Entre estos cabe resaltar
el descubrimiento de las Américas y la Reforma
Protestante, donde en esta última se situaba en el
bando del papado, siendo él un fiel cristiano. Su
vida política se desarrolló en su mayoría durante
el reinado de Enrique VIII alcanzando varios

puestos de gran prestigio ya que este disfrutaba de la compañía de intelectuales


humanistas tales como More. Algunos de estos oficios són: en 1517 es nombrado
Master of Requests y pasa a ser parte del Consejo Real, en 1521 es nombrado
knight o caballero y se le designa como vicecanciller del tesoro, en 1526 recibe el
puesto de juez en la Cámara de la Estrella y finalmente en 1529 es nombrado Lord
Canciller, siendo así el primer Canciller laico de la historia de Inglaterra.

Su presencia dentro de la corte del rey Enrique VIII le dotó de grandes ventajas
hasta el día de su prematura muerte, dada su negativa hacia el divorcio de
Enrique VIII con Catalina de Aragón, formando parte de sus diferentes organismos
políticos intentó mejorar la sociedad del momento negándose a la implantación de
abusivos impuestos que solamente empobrecer la ya moribunda población. Esto
solamente le ganaría el desfavor del rey.

Siempre que hablamos de More cabe hablar de su perspectiva teológica, de


la cual se aferró hasta su último respiro. Considerado uno de los mártires de la
Reforma Protestante por la Iglesia anglicana su muerte ha quedado mitificada
entre los creyentes. Su objeción hacia el divorcio del rey Enrique VIII con Catalina
de Aragón y su negativa a firmar el Acta de Supremacía en 1534, le llevó a sus
últimas palabras: I die being the King’s good servant—but God’s first («Muero
siendo el buen servidor del rey, pero de Dios primero»).

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Podemos afirmar que More vivió su vida desde una posición muy privilegiada
dentro de la sociedad renacentista londinense bajo el mandato de un rey
absolutista, los prestigiosos colegios a los que asistió y sus múltiples viajes por
Europa así lo demuestran. Pero gracias a esta fue capaz de observar con claridad
ambos extremos de la sociedad, desde lo más bajo a lo más alto de la pirámide. Es
por eso que su obra Utopía es un reflejo opuesto a la sociedad inglesa narrado con
un tono crítico-satírico muy latente el cual nunca habría existido a no ser del gran
privilegio del que gozaba el autor.

TEORÍA POLÍTICA

Utopía se puede considerar como la autobiografía


intelectual de Thomas More (García Estébanez,
2011), exponiendo las diferentes lacras presentes
en su tiempo a lo largo del primer libro para luego
en el segundo resolver estos problemas por medio
del modelo de la sociedad utópica.

La isla de Utopía es creada de manera que con un


tono crítico-satírico muestra una sociedad idílica
a ojos del autor que se opone totalmente de la
Inglaterra renacentista, en ella podemos señalar
las diferentes cuestiones que componen la teoría
política del aclamado pensador. Cabe resaltar
cómo encontramos un argumento presente a
lo largo de ambos tomos, este siendo la tesis
principal de More.

La propiedad privada como la raíz de todos los


males es uno de los elementos más innovadores
dentro de este ya asombroso escrito, denunciando
al mismo tiempo la soberbia como el pecado
capital causante de esto. Nos situamos en una
sociedad proto-capitalista con un emergente
mercantilismo de ultramar que todavía no ha
alcanzado todo su potencial, con un monarca
absolutista y una marcada distinción de clases
sociales parece asombroso cómo un autor en
tal posición de poder pudiera plantear tal tesis.

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Para More el poder debía residir en el pueblo, no concentrado solamente en un
individuo; por eso afirma que el poder personal debía ser abolido y junto a él la
propiedad privada. La soberbia queda señalada como el detonante de todo lo
anterior, tal como menciona en su obra, “Esta (la soberbia) mide la prosperidad
no por sus propias ventajas, sino por las desventajas ajenas”(p.202); pero esta no
podrá ser nunca aplacada, solamente controlada ya que pertenece al hombre en la
forma de pecado capital. Por esto, dentro de la isla de Utopía no es que no haya
cabida para la soberbia, si no que no se le dan las determinadas condiciones para
florecer; el hombre es un ser débil al pecado por naturaleza, lo que los distingue
entre ellos es la manera en que se dejen llevar por dichos instintos.

PRIMER LIBRO

Si dirigimos la mirada al primer tomo de la obra observamos múltiples críticas al


modelo tanto social, político y económico de la época. Los males que somete a
juicio consisten en: la pena de muerte aplicada a pobres, ladrones y vagabundos,
la política expansionista de los monarcas y los impuestos que estos decretan.

La pena de muerte a los vagabundos y ladrones (p.91-106) nos conduce de nuevo


a la tesis de More: el poder y dominio de una reducida parte de la sociedad
provoca que una gran parte de la población sea condenada a la miseria. Esta
miseria lleva a la población a delinquir por el mero hecho de sobrevivir para
luego ser condenado por una justicia fruto de aquellos que les adjudicaron la
pobreza. En la obra los argumentos son claros, la pena de muerte es excesiva y
poco productiva para la sociedad. El valor que corresponde a la vida humana no
se puede dar en ningún bien material, al mismo tiempo que una ejecución resulta
muy poco beneficiosa para la sociedad si la comparamos al trabajo que un hombre
anteriormente condenado puede desempeñar.

Este nicho de la población que se ve sumido en la pobreza, como mencionado


anteriormente, es causado por la despreocupación del estado por aquellos que
se ven desfavorecidos. Entre estos se encuentran soldados incapaces de tomar
parte en el trabajo tras luchar por su patria, los cuales son abandonados por
esta después de que dieran su vida y sus miembros; los criados que han sido
despedidos; los colonos de los terratenientes, los cuales son explotados sin recibir
el sueldo necesario para subsistir; y finalmente, los colonos expulsados de sus
tierras y de sus pueblos por los propietarios.

More considera al delincuente como producto de la sociedad y no como una


bestia que necesita ser capturada y exterminada, el hombre a pesar de delinquir
aún conserva la inherente dignidad que le regala su naturaleza. Por eso considera
que antes de castigar se debe recuperar y reencaminar la vida de este individuo.
Hay que remarcar que More no se encuentra por encima de la pena de muerte;
en su obra las ejecuciones se practican, con la distinción de solamente se aplicaba
este castigo a delincuentes reincidentes de crímenes graves los cuales no han
podido o querido ser reencaminados.

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El segundo mal tratado consiste en el deseo de todos los monarcas de su tiempo
en anexionar nuevos territorios . Esta práctica se consideraba un trámite natural
dentro de las misiones de un buen monarca. Esta anexión podía producirse
por pactos, matrimonios, herencias o, más comúnmente, guerras. Como buen
humanista, More se encontraba en el bando pacifista que afirmaba que las guerras
solamente empobrecen al reino. El monarca debe estar al servicio de sus súbditos
y los grandes impuestos de guerra junto a las vidas perdidas en batalla solamente
impiden el bienestar de la sociedad; y todo esto para engrandecer el orgullo de un
individuo.

Si hablamos de las extracciones o impuestos que los monarcas establece


encontramos e¡que en aquellos tiempos los reyes empleaban una serie de argucias
para mantener el status quo, por medio de: desvalorizar y revaluar la moneda a
su antojo, simular guerras para recaudar impuestos, la implantación de leyes y
prohibiciones abusivas con grandes multas,etc. A todo esto More, por medio de
la figura de Rafael, hace una serie de consideraciones racionales que afirman que
un rey que no responde a las necesidades de sus súbditos es un rey incapaz de
cumplir su cometido y su posición se verá en peligro ya que una población pobre
no tiene nada que perder, es decir, es más propensa a la rebeldía.

Al final de este primer libro nos encontramos con la cuestión de si la razón puede
presidir la gestión económica y política de una república, para luego observar el
modelo utopiense que representa la racionalización completa de las relaciones
sociales.

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SEGUNDO LIBRO

En este segundo tomo se nos presenta la isla de Utopía que constituye un reflejo
de la sociedad idílica de More, es por eso que es el puro reflejo de sus ideas
políticas, económicas y sociales. Utopía es querida y mantenida por todos sus
habitantes, la cual gracias a esta voluntad asienta sus bases en la justicia y la
prosperidad.

Dentro de la organización política de Utopía encontramos una democratización


de los órganos del estado donde el poder no reside directamente en uno. El
voto de los habitantes determina quienes formarán parte de los distintos órganos
del estado, los cuales irán rotando de miembros cada determinado periodo. Las
distintas ciudades que componen Utopía tienen su propio gobierno al mismo
tiempo que existen órganos que representan a toda la isla. Todos los cargos
presentes son puramente democráticos y se encuentran en constante rotación,
todos menos la figura del príncipe que contiene un carácter vitalicio; pero al
contrario de nuestra percepción de este, el príncipe es elegido democráticamente
de forma indirecta.

La organización laboral asienta sus bases en que todos los habitantes que puedan
trabajar (mujeres y niños incluidos) deberán hacerlo. Este trabajo se repartirá de
manera proporcional a sus fuerzas y equitativamente entre todos los habitantes;
solamente quinientos habitantes por ciudad serán seleccionados para consagrarse
en el estudio. El esfuerzo colectivo y el beneficio no del individuo sino de la
comunidad se ven reflejados en el repartimiento de las tareas: las más arduas,
tediosas y de mayor fatiga son efectuadas por masas que acuden con el propósito
de cumplir con dicho trabajo lo más rápido y descansadamente posible. Utopía
basa su producción en la agricultura, la ramaderia y la artesanía, donde cada uno
de sus habitantes elige su oficio y puede cambiar si en un futuro lo desea. Los
trabajos en el campo son considerados lo más arduos, por ello todos los habitantes
tienen que trabajar en él un mínimo de dos años. Las jornadas se componen de
seis horas, ni más ni menos; dándole una gran importancia al descanso y al tiempo
libre para fomentar las inquietudes personales de cada individuo. Para More el
trabajo no era una actividad de gozo, si no una simple actividad manual inherente
a la naturaleza humana, y cuando esta era obligada y repartida equitativamente
entre todos, se convierte en menos ardua.

Por otra parte cabe resaltar la importancia del trabajo dentro de dicha sociedad
que rechaza el dinero; por ello el único título legítimo para acceder a los bienes de
consumo es el trabajo. El dinero, según el autor, es el causante de una disfunción
intolerable, dándole un poder irreal a quien lo posee que le suele situar por encima
del resto de la población; esto es refutado con el argumento de que es más
imprescindible un agricultor que aporta a la sociedad que un rico que vive a costa
de los demás.

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Utopía, además hacia uso de la esclavitud, los esclavos no corresponden a la
definición contemporanea de la palabra, sino que se trataban de delincuentes
cumpliendo un castigo impuesto a causa de su desviación. Estos se encargaban de
aquellas tareas arduas las cuales los utopienses percibían como indignas.

Respecto a la organización económica hablamos de una puramente colectivista


donde todos los habitantes reciben los bienes que necesitan para vivir una vida
digna mientras estos trabajen. Las exportaciones son grandes dado que la isla
necesita comprar materiales, tales como el hierro, que no se encuentran en la
isla; una determinada cantidad de oro y plata es conservado específicamente
para la compra de importaciones, es decir, está limitado al comercio exterior. La
isla mantiene relaciones económicas con los estados extranjeros, donde la isla
ofrece préstamos cuyo reintegro exigen en limitadas ocasiones; esto produce un
endeudamiento con Utopía que la protege de posibles ataques.

Si hablamos de la organización asistencial, la atención a los enfermos es óptima,


con cada ciudad contando con cuatro grandes hospitales. Los ancianos son
atendidos en virtud de lo que han trabajado, al contrario de los mendigos y pobres
(que son escasos) que no reciben ninguna asistencia por su falta de trabajo. Es
más, estos hospitales gauden de un jardín de la infancia donde se habilita un
espacio seguro para que las nodrizas y los recién nacidos puedan disfrutar. En
este lugar los huérfanos encuentran a una nodriza rápidamente, no dejando a un
niño sin padres o madres; esta visión tan abierta de la adopción y de la familia sin
importar la consanguinidad puede parecer chocante.

La organización educativa que More presenta es una garantía más de los


habitantes, previamente a las horas de trabajo, por ley, los niños deben asistir a
clases tanto prácticas como teóricas; por otra parte los adultos pueden optar por
asistir a clases o emplear ese tiempo libre para perfeccionar su oficio. Es verdad
que More percibe el trabajo intelectual como superior al manual, pero al mismo
tiempo no devalúa el papel esencial que desempeña el trabajo manual dentro de
una sociedad.

La organización militar del estado se basa en los casus belli o causas de una guerra
justa, este concepto de guerra justa dentro de la visión humanista pacifista de
More. Las causas que este identifica como justos para participar en un conflicto
bélico són: cuando un país ocupado por los emigrantes utopienses no aceptan
convivir por las mismas leyes que estos; para defender a pueblos amigos de otras
naciones que pretenden invadirlos; para liberar a otros pueblos de la tiranía;
para dar soporte a pueblos amigos en guerras extranjeras cuando estos primeros
están sufriendo injusticias; para vengar las penurias que sus propios agentes han
sufrido en el extrangero; cuando las propias fronteras de la isla de Utopía se ven
amenazadas. En orden de prepararse para una movilización militar, a pesar de
que estas se eviten a toda costa, todos los habitantes se forman en las artes de la
guerra, tanto hombres como mujeres. En batalla los utopienses se avergüenzan de
las victorias crueles, no practican el saqueo y respetan a los civiles y la población
no armada. More repulsa la guerra, afirma que no es interés de ningún habitante
de la isla y si es posible la evita, pero en el momento que es necesario un estado
debe estar preparado para defenderse.

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El derecho dentro de Utopía alberga pocas leyes. Respecto a sus pactos
internacionales, estos se sustentan por medio de la solidaridad de la naturaleza
humana. Además se percibe el colonialismo como un derecho natural ya que esta
práctica es impulsada por el exceso de población de la isla.

La moral que More refleja por medio de Utopía se puede definir en epicúrea,
ya que defiende el placer humano como mecanismo para obtener la felicidad, y
estoico, ya que señala el propio placer como parte de la condición humana. El
autor defiende que una moral verdadera no debe excluir el placer. More hace
distinción entre lo que él considera que son los placeres verdaderos y uno de ellos
es la inclinación de amar y desear el bien de aquellos cercanos a uno propio. De
aquí More toma tres principios de la religión: el alma es inmortal, esta ha sido
creada para la felicidad y en el más allá se premiará la virtud y se castigará el vicio.
Estas leyes son las que sustentan la tesis moral de More, que afirma que sin la
creencia de Dios y un más allá ningún hombre tiene ningún fundamento suficiente
para obrar bien.

Otros temas que se desarrollan que corresponden a la moral són: el respeto a los
animales, los cuales solamente son cazados por los esclavos ya que la caza es una
actividad indigna bajo la opinión de que Dios crea a los animales para que estos
vivan; el comedimiento de los utopienses es digno pero sin lo que consideramos
lujos, con vestimentas sobrias y sin excesos los habitantes se encuentran en un
punto medio inexistente en el contexto histórico del autor; la eutanásia, por
sorprendente que parezca es discutida en por el autor y este afirma que a pesar
que el suicidio es considerado como un apractica deshonrada, la eutanasia es
concebida como seguir la voluntad de Dios, pero para que esta se lleve a cabo se
debe seguir un meticuloso protocolo; por último se habla del divorcio, el cual a
pesar de no poder ser consentido con facilidad , tine una serie de motivos por los
cuales se permite la separación de los cónyuges.

Por último, More nos habla sobre la religión en Utopía. A pesar de todo pronóstico
por ser él un devoto cristiano, More defiende la libertad de pensamiento religioso
en su obra. La tolerancia religiosa es esencial entre los habitantes de Utopía,
esto es apoyado con dos razones principales: si una religión es la verdadera esta
se situará por encima de las otras de manera pacífica, si llega a imponerse por
la fuerza, esta es la peor ya que es la religión de las bestias. Sus sacerdotes son
reducidos, pueden ser tanto hombres como mujeres, elegidos democráticamente y
pueden casarse, en sus templos no se encuentra ningúna imagen religiosa.

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COMPARACIONES

LAS TRES VISIONES DEL GOBERNANTE:


Maquiavelo, Erasmo de Rótterdam y Thomas More

Con la intención de relacionar la percepción del buen gobernante de estos tres


pensadores contemporáneos, primero he de situarlos en su contexto compartido.
Los tres humanistas, renacentistas y europeos, a pesar de pertenecer a diferentes
países de procedencia, crecieron y teorizaron en un contexto muy similar. Nunca
se supo si Maquiavelo tuvo contacto con los dos restantes, pero More y Erasmo
compartieron una estrecha amistad intelectual, influenciando y dedicándose sus
respectivas obras.

La obra de Maquiavelo se caracteriza por tener un carácter puramente


autorreferencial, oponiéndose a los escritos greco-latinos que otros autores tanto
veneraban. Su visión pesimista respecto a la naturaleza humana destaca en su obra
El Príncipe (1532) la cual emplearemos para llevar a cabo esta comparación.
Por otra parte, Erasmo de Rótterdam es influenciado principalmente por la
obra del aclamado filósofo grigo Platón. Adoptando así su teoría del filósofo-
gobernante dentro del Estado Ideal, es decir, el poder debe residir en
aquella persona que conozca que es el bien de verdad. En esta comparación
emplearemos su obra Institución del Príncipe Cristiano (1516)

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More no difiere mucho de la teoría de su estimado amigo, pero remarca en su obra
más célebre Utopía (1516) (la cual analizamos en este trabajo) la importancia del
bien común dentro de una organización política.
Entrando en la percepción de cada uno de estos autores encontramos muchas
miradas opuestas frente a una misma problemática que resulta curiosas dado
su contexto. En esta comparación trataremos dos de ellas: la figura del “buen”
gobernante y la guerra y la paz.

EL “BUEN” GOBERNANTE
Maquiavelo sustenta su tesis de que un buen gobierno es aquel que tiene
un Príncipe exitoso en tanto conservar como asentar su poder. Esta visión
centralizadora del poder y el hecho de afirmar el estado de una población
basándose solamente en una persona es muy característico de Maquiavelo.

El estado será próspero a medida que el Príncipe lo sea y el bien del estado
solamente se podrá lograr si el príncipe persigue su propio fin (el honor y la gloria
propios), si el Príncipe alcanza la gloria todos los ciudadanos la alcanzan con él.
La clara desligación de los clásicos, defendiendo teorías contrarias que figuras
tales como Platón, Cicerón o Aristoteles defendían, es altamente innovador. Pero
al mismo tiempo refleja una visión altamente pesimista sobre la naturaleza del
hombre que le lleva a afirmar que es preferiblemente ser temido a ser amado por
los súbditos. Muchos autores afirman que El Príncipe es un reflejo realista de la
política florentina a la que Maquiavelo perteneció, destapando así sus verdaderos
mecanismos para obtener y conservar el poder.

Por otra parte nos encontramos con Erasmo de Rótterdam, donde en su obra
Institución del Príncipe Cristiano (dedicada al futuro emperador Carlos V cuando
este tenía 16 años para asegurar un puesto como tutor del joven príncipe) expone
las directrices para la buena educación de un futuro monarca. Para Erasmo, la
función de un “buen” gobernante era priorizar el bien de la república por encima
de cualquier personalismo y este objetivo solamente era alcanzable por medio de
la moral individual y la educación intelectual; el rey no se sirve a sí mismo, sino que
sirve al pueblo.

Dentro de su teoría de la educación del príncipe encontramos una gran influencia


platónica que inevitablemente recuerda al filósofo-gobernante, esto se refleja en el
primer capítulo de la obra donde afirma que si uno no es filósofo no será príncipe,
sino tirano.Este Filósofo-príncipe deberá presentar cualidades tales como la
dignidad, grandeza y magestad que solamente deberán ser adquiridas por medio
de la sabiduría, la integridad y los rectos.

Si ahora giramos la mirada hacia la definición de “buen” gobernante que More


sostiene, nos encontramos que el buen gobierno es el gobierno del pueblo. La
mera centralización del poder en una sola figura como es el Príncipe se posiciona
en un lugar totalmente opuesto del pensamiento moreiano. Tal y como indica en
su obra Utopía gracias al modelo idílico de la isla de Utopía, el poder personal
es el factor corruptor dentro de una sociedad. Dicho poder debe encontrarse
repartido entre la población.

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Resulta rompedora esta perspectiva comparada con las de sus contemporáneos
expuestos anteriormente, pero esta tesis será empleada hasta hoy en día dentro de
la teoría comunista.

LA GUERRA Y LA PAZ
Si hablamos de la perspectiva de la paz y la guerra que Maquiavelo expone en
El Príncipe, observamos la tesis de que no existe nada tal como la paz, sino
que un estado solamente tiene dos situaciones: la guerra y la preparación para
la guerra. Bajo la perspectiva del autor, el Príncipe debe centrar sus estudios en
el perfeccionamiento del arte de la guerra ya que esta es la principal actividad
dentro de su oficio, además de leer la historia de estados anteriores para conocer
examinar las victorias y derrotas pasadas para poder aprender de ellas. La guerra
es la herramienta principal para generar cambios dentro de un estado, con aún
más razón si se trata de un estado nuevo.

Si ahora observamos los escritos de Erasmo nos encontramos con una prevalencia
de la paz sobre la guerra, donde se le aconseja a el joven Príncipe formarse en
las artes de la paz dado que estas le enseñarán a cuidar y, por consecuencia, ser
amado por sus súbditos. Esta idea es acuñada como original por su nacimiento
en un contexto altamente bélico como fue el renacimiento dada la Reforma
Protestante, propulsada por la publicación de las 95 tesis de Lutero en 1517.

Al contrario de Erasmo, a pesar de definirse también como un pacifista, More


afirma la posibilidad de una “guerra justa”, donde causando el menor daño
posible al pueblo enemigo, se protege el territorio al igual que se protegen a los
pueblos amigos de injusticias. Bajo la premisa de “más vale prevenir que curar”,
los habitantes de Utopía se forman en las artes de la guerra con la esperanza de no
ponerlas en uso, pero si se da el caso de que se necesiten alzar las armas, estos lo
harán.

El contraste de la perspectiva maquiavélica sobre los conflictos bélicos con la


perspectiva pacifista de los dos autores restantes refleja de cierto modo las
distintas vivencias a pesar de haber ocupado puestos dentro de sus respectivas
naciones muy similares.

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MARTÍN LUTERO Y THOMAS MORE. PROTESTANTES Y CRISTIANOS.

Tanto Lutero como More tomaron unos determinados puestos de suma


importancia dentro de la Reforma Protestante que sacudió a Europa hasta los
cimientos con una serie de guerras que la dejaría marcada hasta hoy en día.

Mientras que Lutero lideraba el bando protestante, criticando la institucionalización


de la iglesia católica, su abusivo monopolio y su hipocresía a la hora de tomar
parte en la venta de indulgencias; More fue convertido en uno de los mártires de la
reforma por su ejecución al negarse al divorcio de el rey Enrique VII y Catalina de
Aragón, jurando lealtad a Dios por encima de su lealtad al monarca.

Ambas figuras poseen un gran poder de influencia dado su gran bagaje e intelecto
dentro de la vida política, pero a pesar de que ambas se opusieron respecto a sus
ideologías personales, sus tesis tampoco les separan.

Thomas More, a pesar de ser un devoto cristiano, abogaba por la tolerancia


religiosa como lo demuestra en su obra Utopía, afirmando que si es verdad que
una religión es la verdadera esta demostrará su supremacía sin la necesidad de
optar por la violencia ya que los actos de violencia son propios de las bestias, es
decir, de los peores. Su decisión final de no aceptar el Acta de Supremacía fue por
firmeza a sus propias creencias. More delegaba por una reforma; tanto económica
como política como social como religiosa. A pesar de formar parte de la religión
mayoritaria, este buscaba la igualdad entre los practicantes de todas las religiones
que creyeran en un Dios. La religión católica se encontraba en una situación de
decadencia y desgaste, cosa que More conocía a la perfección.

Si luego analizamos la figura de Martín Lutero encontramos como este no abogaba


por la supremacía del protestantismo ni de la iglesia luterana alrededor de toda
Europa, sus escritos (concretamente sus 95 tesis) criticaban las prácticas que

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realizaba la iglesia católica que tenían un carácter abusivo hacia la población,
denunciando principalmente la venta de indulgencias. Influenciado por los
escritos de Erasmo de Rótterdam, amigo de More, se posicionó al frente del
pensamiento protestante, basándose en la relación directa del individuo con
Dios.

Las críticas hacia la organización que compone la iglesia católica no son una
novedad para More. A pesar de haber tenido intenciones de adoptar una vida
religiosa, queriéndose unir a franciscanos o a los cartujos; More rechaza esta
vida y posteriormente desprende sus observaciones en la obra de Utopía.
Denuncia la ignorancia que reina entre los miembros del clero, su fanatismo,
el excesivo número y escasa eficacia en cuestiones sociales. En último lugar
destaca su percepción del placer como objetivo inherente a la condición
humana, incluso mayor que el sacrificio y la renuncia por la que advocaban los
enclaves.

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LA NUEVA ATLÁNTIDA CONTRA UTOPÍA . FRANCIS BACON Y
THOMAS MORE.

Francis Bacon (1561-1626) fue otro pensador


inglés que teorizó una sociedad similar a Utopía
más de cien años después de su publicación.
La Nueva Atlántida, escrita en 1626 revivió el
modelo de “utopía” renacentista, actualizando
dichos conceptos a la nueva generación de
pensadores utilizando el modelo de la isla de
Bensalem.

Algunas de las similitudes que se encuentran


entre ambas obras consisten en: el interés por
el bien común por encima del bien individual;
el establecimiento de unas pocas pero rigurosas
leyes que garantizan un correcto funcionamiento
de la sociedad; la distanciación con lo
extrangero, dado que esto supone un foco de
corrupción; la latente dificultad para atravesar
las fronteras nacionales, en el caso de Utopía
incluso condenando a la esclavitud a aquellos
que cruzan las fronteras sin autorización;

ligando con lo anterior, el aislamiento del resto del mundo, hasta el punto de que
muchas naciones no son ni conocedoras de la propia isla; la priorización de la
educación del ciudadano, donde todos gozan de una buena base y si lo desean
pueden seguir el camino de las letras; la desvalorización del oro y la plata y por
consecuencia la moneda; y finalmente ambas sociedades comparten el hecho
de que son consideradas mucho mas avanzadas que el resto del mundo que se
conoce.

Las diferencias más destacables entre ambas obras consisten en:


• La perspectiva moreana del castigo sigue sin descartar la pena de muerte,
solamente la deja como último recurso para solamente ser usada en
delincuentes no reformados con repetidos delitos; además de aceptar la
esclavitud como castigo principal, perdiendo la libertad por un determinado
periodo de tiempo y pagando tus deudas con la unica forma de pago existente
en la isla de Utopía, el trabajo. Contrariamente, Bacon en su obra no hace
ninguna referencia de castigos a los crímenes que se puedan cometer en
Bensalem.

• Si analizamos la organización política de ambas utopías notamos como More


jerarquiza de mayor manera el Gobierno, generando muchos estamentos
que se escogen de manera piramidal ascendente. Además hace un énfasis en
la figura de un Rey y un Príncipe dentro de la isla, pero a pesar del carácter

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vitalicio de estos puestos, estos son elegido de manera democrática por
medio de una votación entre los 200 filarcas elegidos por los habitantes. Si
tomamos de referencia el modelo utópico de Bacon observamos como este se
simplifica respecto a su organización política, encontrándose solamente con los
magistrados como única representación gubernamental.

• La última diferencia que se puede observar es la presencia de vecinos al otro


lado de las costas de la isla de Utopía, mientras que en la Nueva Atlántida
no se menciona en ningún momento la presencia de más sociedades en las
periferias de la isla.

Este nicho dentro de la literatura filosofía renacentista nos muestra la necesidad


de muchos autores en escapar la sociedad en la que vivían solamente para
transportarse a una idílica que conciben como mejor en todos los aspectos;
avanzada socialmente, económicamente, moralmente, etc. Y sobretodo una
sociedad que garantiza la igualdad de todos sus habitantes.

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SANTO THOMAS MORE Y SANTO TOMÁS DE AQUINO. LA IDEA DE
“BIEN COMÚN”

Ambos autores canonizados por la iglesia católica tratan en sus escritos de la idea
del “bien común” y su importancia dentro de la sociedad.

Si analizamos ambas encontramos que comparten la tesis de que el hombre es


naturalmente un ser sociable que necesita la comunidad para vivir.

Desde la perspectiva de Santo Tomás de Aquino, encontramos la idea de


“comunitarista” idea que el poder político pertenece a la comunidad, es decir,a la
población, y este proviene de Dios. Teniendo en cuenta que la comunidad no está
capacitada para albergar dicho poder, el poder queda conferido a un determinado
sujeto, normalmente dicho sujeto se trata del monarca. Esta percepción del poder
como algo que el mismo Dios proporciona a sus hijos e hijas resulta innovador.

Si centramos la vista en Santo Thomas More, su percepción del bien común no


se encontraba tan altamente ligada a un poder divino. De manera que el poder
no se albergaba en un solo sujeto, sino que este era repartido en los distintos
organismos que forman el gobierno de Utopía que son legitimados de manera
democrática.

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REFLEXIÓN SOBRE LA ACTUALIDAD DE PENSAMIENTO DEL AUTOR

Utopía fue escrita en un momento donde Europa estaba sumida en la mas


profunda decadencia; las múltiples guerras, crisis y enfermedades que atravesaban
las emergentes ciudades caracterizan este periodo en la historia del hombre.
Por esto afirmamos que la obra se compone por una crítica satírica efectuada de
manera explícita que pretende exponer todos aquellos aspectos necesitados de
reforma dentro de la sociedad. Con el paso del tiempo la novela ha resurgido en
momentos de igual inestabilidad, cuando los ricos pasan por encima de aquellos
trabajadores condenados de nacimiento a la miseria por aquellos que se sitúan
arriba.

No es raro pensar en una lectura marxista de la obra si eres un joven del siglo XIX,
pero al igual que nuestro pensamiento crítico nos señala las semejanzas, también
nos resalta las incoherencias al efectuar la paralela.

More se distancia notablemente del marxismo con una simple tesis: el origen que
atribuye a la existencia de la propiedad privada, siendo el mismo hombre y no las
condiciones materiales.

En segundo lugar la solución que propone a los males producidos por la

propiedad privada se sitúan en el mismo hombre, en su voluntad razonable y no


en el determinismo progresivo de unas leyes objetivas.

Otra diferencia muy marcada entre el modelo de utopía y el marxismo es su


surgimiento e implantación en la sociedad. Mientras que los regímenes marxistas
necesitan de un ambiente y entorno determinados pero no objetivados para
llevar a cabo la revolución, al contrario la injusticia se mantiene como orden;
dentro del modelo utópico no necesita de nada más salvo la buena voluntad de
sus integrantes, la estructuración de una vida comunitaria no necesita de unas
condiciones predeterminadas para darse.

Es por esto que muchos escritos de autores que se sitúan bajo el abrigo de
marxistas son considerados autores de la “Utopía moderna”, donde se aplica el
mismo modelo escapista de sociedad idílica a unos tiempos diferentes.

Bajo mi punto de vista la teoría de More no estará tan presente en el mundo


intelectual como lo estará el modelo que puso encima de la mesa en el momento
que publicó su obra hace más de quinientos años. Este modelo de propuesta
social, escapista, libre y fácil de burlar la censura, ha sido y será empleado por
autores a lo largo de la historia. Esta innovación ha aparecido no solamente
en obras de carácter filosófico, si no también en aspectos de la cultura pop. La
creación de un imaginario que refleja un mundo deseado donde reina la igualdad
es el esquema que tanto los marxistas como la proxima banda de indie-pop.

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BIBLIOGRAFÍA

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