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La guerra cañari-inka parte I

Alfonso Patricio Reinoso Gaguancela

La importancia estratégica de la región cañari fue aprovechada desde tiempos


prehispánicos, mediante guerra de guerrillas, táctica cañari empleada al inicio de la
guerra cañari-inka, como nos refiere Udo Oberem en su artículo “Los Cañaris y la
Conquista española de la Sierra ecuatoriana: Otro Capítulo de las Relaciones
Interétnicas en el siglo XVI”. Los cañaris que no pactaron con Túpac Yupanqui, se
replegaron hacia el norte, combatiendo en el ejército confederado que dio dura guerra
a los ejércitos inkas. Los cañaris, al inicio de la invasión inka, necesitaron pocos
soldados para dar golpes de mano entre Oña y Cañaribamba, causando gran desgaste
moral en el ejército inka.

El testimonio de Don Francisco Vilcacutipa, curaca de Ilave, recopilado en la crónica de


Garcí Diez de San Miguel, nos in vita a estudiar esta parte de la historia: “Era de edad
de cien años y que es cacique desde antes que muriese Guainacava [Huayna Cápac]
cuando fue a pelear con los indios de Tomebamba [Cañaris]… y que la dicha Guerra
duró veinte años… De toda la provincia de Chucuito dieron una vez al Ynga para la
guerra de Tomebamba donde este declara fue con él seis mil indios, y destos murieron
en la guerra los cinco mil y todos los caciques salvo dos y no volvieron más de mil
indios”…

En la guerra cañari-inka el ejército de Túpac Yupanqui se llevó una desagradable


sorpresa. En tiempos de paz, los cañaris se dedicaban a diferentes actividades
(agricultura, orfebrería, textiles, arquitectura, entre otras cosas). En tiempos de guerra
eran fieros guerreros. A decir de Jacinto Aguayza: “lucharon por su libertad”.

Estos acontecimientos provocaron en las fuerzas de Túpac Yupanqui un avance lento,


lineal (Saraguro-Guapondélig (la Tomebamba de los inkas, la Cuenca colonial)-
Ingapirca-Achupallas) y hostigado. Las condiciones culturales (cañaris del Urin Saya que
no reconocieron el pacto de Dumma, cacique de Guapondélig –Tomembamba de los
inkas- con Túpac Yupanqui), geográficas y climáticas, no permitieron un avance inka
hacia los flancos oriental y occidental de la nación cañari. Las dificultades de atravesar
este territorio las describen en sus apuntes de campo el quiteño Carlos Montufar y
Larrea, y los naturalistas europeos Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland (1-4 de
julio de 1802).

Mario Garzón Espinoza, en su libro “Cañaris del Sur del Ecuador, y Mitmaq Cañaris del
Perú”, anota lo siguiente:

“Finalmente Túpac Yupanqui, luego de establecer su dominio y subordinación a


hanansayas y urinsayas cañaris, estableció su residencia en Tumipamba [Tomebamba],
ubicada en el sur de la región cañari… A Túpac Yupanqui se le atribuye como el
iniciador de la construcción de la ciudad de Tomebamba”.

Lynn Hirschkin, en su artículo “Cañar Incásico”, concuerda con el criterio de Garzón y


agrega: “su hijo Huayna Cápac, nació allí”. José Alcina F., en su artículo “Los indios
Cañaris de la Sierra Sur del Ecuador”, dice que no fue Túpac Yupanqui, sino su hijo
Huayna Cápac, quien “edificó Tomebamba como una réplica del Cuzco”.

Tomado de: Alfonso Patricio Reinoso Gaguancela, "El Qhapaq Ñan: la historia del Cañar a
través de un camino", 2017.
Curaca cañari.
Cañaris con su atuendo original.

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