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Marzo de 1822: A inicios de este mes el General inglés al servicio de la causa libertaria, Juan
Illingworth con 300 hombres; mientras que los coroneles Adolfo Federico Rash, Luis Urdaneta
y Diego Ibarra, perseguían muy de cerca a las fuerzas realistas de los coroneles realistas Carlos
Tolrá y Francisco González.
2 de marzo de 1822: El General Sucre, tomando en cuenta que se había vencido el plazo dado a
los desertores en el decreto del 24 de febrero, considero prorrogar por tres días más para la
presentación de los desertores ante el Gobernador y comandante militar, esto por cuando
consideraba que algunos de ellos andaban armados y con municiones, que al vagar por los
campos se constituían un peligro para la paz y tranquilidad de la Provincia de Cuenca. En este
mismo decreto, Sucre concedió el plazo de tres días para que los ciudadanos, sin excepción
alguna, entreguen los fusiles que tuvieren en cualquier estado que estuvieren; quienes eludieren
esta orden “serán considerados y castigados como sospechosos”.
En el mismo documento, Sucre autorizó a los Jueces territoriales y a los ciudadanos, para
apresar a los desertores del ejército español, debiendo recibir inmediatamente el auxilio de las
autoridades parroquiales; a quienes entreguen a un desertor con sus armas, se le dará 4 pesos y a
quienes presenten a un desertor desarmado, se le compensará con 1 peso. Finalmente, se dice
que el incumplimiento de los Jueces Territoriales a las disposiciones dadas en el plazo
establecido, será castigados; pasados los tres días, serán enviados a los pueblos oficiales del
ejército para realizar la captura de los desertores.
4 de marzo de 1822: El General Don Antonio José de Sucre y Alcalá, en oficio extendido al
coronel Don Tomás de Heres, le hizo llegar los nombramientos de:
Informando al coronel Heres, que “el sueldo del Teniente Asesor Letrado de la Gobernación,
deberá de ser el mismo que tenía en el Gobierno expirante, mientras disponga otra cosa S. E.
el Presidente de la República, y hasta su aprobación se señala al Secretario trescientos pesos
anuales”.