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Toda persona que tiene el Espíritu Santo morando en ella tiene parte del ministerio de
Jesucristo en el mundo. ¡Él o ella es un ministro! Esto es tanto un asombroso privilegio
como una gran responsabilidad. 2 Corintios 5:17-21.
El Don de Liderazgo
Que algunos líderes tienen y deberían aplicar al ministerio en el Cuerpo de Cristo es el
don de liderazgo.
La palabra para liderazgo (prohistemi) designa a una persona que “está puesta por
encima” de otros o que preside, dirige (ver Romanos 12:8). Esta palabra es diferente de
gobierno o administración. Esta palabra aparece ocho veces en los escritos de Pablo, casi
siempre con un énfasis en la dirección personal de otros y en el cuidado de ellos.
El uso más amplio de esta palabra contiene las ideas de “llevar adelante”, “ser puesto por
encima de” y “presidir”.
Para llevar un buen liderazgo es importante estar relacionado con la dirección / Gobierno
que nos dice 1 Timoteo 3:4; 3:12.
Mientras que Cristo es cabeza de la Iglesia, Él obra por el Espíritu Santo mediante líderes
humanos para proveer dirección, liderazgo y orientación.
Esto se cumplió tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, y a lo largo de la
historia de la Iglesia. Cristo nombró y preparó a los doce para proporcionar orientación y
liderazgo a la Iglesia naciente. Por consiguiente, dondequiera que fueron plantadas
iglesias, Dios siguió levantando líderes para esas iglesias locales.
La persona con el don de liderazgo puede que no sea muy dotada en la organización de
las personas y los recursos necesarios para alcanzar las metas. Él/ella puede delegar
esta tarea administrativa en otra persona, pero el líder dotado es capaz de hacer que
otros vean las metas, deseen alcanzarlas y se muevan en esa dirección. Por supuesto, es
útil que el que tenga el don de liderazgo, tenga también la habilidad de administrar.
Además es útil para aquellos con el don de administración entender el liderazgo y mejorar
en sus habilidades de liderazgo.
(1 Timoteo 3:1).- Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
El oficio que Pablo describía es el del obispado. Nuestra cultura religiosa nos ha dado
una idea muy particular de lo que es el obispo; pero la palabra obispo en el Nuevo
Testamento griego [episkopos] literalmente significa “el que vigila” – un vigilante.
Estos eran hombres con liderazgo y autoridad en la iglesia. “El estado tiene su monarca,
la Iglesia tiene su obispo; uno debe gobernar de acuerdo a la ley y a las tierras; el otro de
acuerdo a la palabra de Dios.”
En Hechos 20:17:28: se nos enseño que había muchos obispos – esto es, vigilantes – en
una iglesia en una ciudad. Sin duda, estos eran hombres que estaban a cargo las
diferentes hogares-iglesias. Basándonos en lo que obispo significa, un obispo es alguien
que supervisa en la iglesia, un líder.
“Porque no es cualquier cosa representar al hijo de Dios en una tarea tan grandiosa
como levantar y extender el reino de Dios, al preocuparse por la salvación de las almas a
las que el Señor mismo se dignó a comprar con su propia sangre, y gobernar a la iglesia,
la cual es herencia de Dios.” (Calvin)
El liderazgo espiritual en la iglesia no tiene que ver con títulos, honor y gloria; se trata
sobre la obra. Jesús dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el
servidor de todos. (Marcos 9:35) “¿De qué sirve un ministro perezoso? Este no es bueno
ni para el mundo, ni para la iglesia, o para sí mismo. Es una deshonra para la profesión
más noble que puede ser otorgada a los hijos de los hombres.” (Spurgeon)
(1 Timoteo 3:2)
Los líderes no deben ser escogidos al azar, tampoco porque se ofrezcan
voluntariamente, o porque aspiren a la posición. Los líderes deben ser elegidos
principalmente en base a qué tanto coinciden con los requisitos que se mencionan aquí.
Los requisitos para el liderazgo no tienen nada que ver con el talento. Dios puede crear
fácil e instantáneamente dones en un hombre, porque los dones son dados por el Espíritu
Santo, como Él quiere (1 Corintios 12:1-31). Lo que califica a una persona para el
liderazgo espiritual es un carácter consagrado.
Sin embargo esta no es una lista rígida que demanda perfección en todas las áreas; son
metas a alcanzar y a su vez criterios generales para la selección.
Estos requisitos también son valiosos para toda persona – no sólo para aquellos que
aspiran al liderazgo. Son claros indicadores de un carácter consagrado y de madurez
espiritual, y pueden dar la verdadera medida de un hombre.
(1 Timoteo 3:2-7)
Una lista de requisitos para los líderes de la Iglesia:
Que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso,
hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de
ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que
tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su
propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que
envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga
buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
Irreprensible: Esta palabra literalmente significa “Nada que pueda ser usado en contra.”
No debe haber nada que otros puedan usar en su contra y para atacar a la iglesia.
Marido de una sola mujer: La idea que se maneja aquí es “Hombre de una sola mujer.”
No es que el líder tenga que estar casado (si así lo fuera, Jesús y Pablo no podrían ser
líderes espirituales en nuestras iglesias). La idea tampoco es que un líder nunca podría
volver a casarse si su esposa hubiera fallecido o si se hubiera divorciado bíblicamente. La
idea es que el amor, el afecto y el corazón se le dan a una sola mujer, a aquella que es su
legítima esposa ante la ley. Esto significa que el líder Bíblico no es un mujeriego, ni
adúltero, ni conquistador, y no muestra amor romántico ni interés sexual por otras
mujeres, incluyendo representaciones o imágenes de mujeres en pornografía.
Sobrio: Lleva la idea de alguien que no es dado a los extremos. Son fiables y de
confianza, y usted no tiene que preocuparse por cambios abruptos de visión, estado de
ánimo o de acciones.
Prudente: Esto describe a la persona que tiene la capacidad de pensar con claridad y
objetivamente. No bromean constantemente sino que saben tratar los temas serios con
seriedad.
Decoroso: Lleva la idea de “ordenado.” Ejemplo: 1 Timoteo 2:9.
Hospedador: Están dispuestos y pueden abrir las puertas de su hogar tanto como para
amigos como para extraños.