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Romanos 12:6-8 – “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos
es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir;
o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”.
Debemos estar seguros y distinguir ahora entre el don personal, el cual determina
el enfoque de una persona, o la forma como hace las cosas, y los dones ministeriales
dados para edificar el Cuerpo de Cristo. Todo creyente y obrero cristiano ha sido
llamado a servir en uno de estos oficios. El don ministerial de administración es una
función, oficio o ministerio.
El don de enseñanza. Este es otro don que a menudo se puede observar en las
personas que administran. La enseñanza de los principios para vivir una vida práctica de
la manera que Dios lo requiere, y de cómo usar ese poder dinámico para cambiar nuestra
propia vida, es un ministerio importante para los cristianos recién convertidos.
El don de dar. Dentro del Cuerpo de Cristo hay algunas personas que tienen el
don de dar. ¿Ha notado que hay personas cuya vida entera es un ejemplo de dar? Son
personas que dan su dinero, su tiempo, se dan a sí mismos, dan su simpatía y su afecto.
Por otro lado, también vemos personas que se pasan la vida “demandando”. Esta son
personas inmaduras y egocéntricas que no han crecido espiritualmente hasta el punto de
poder comprender que es “más bienaventurado dar que recibir”. El don de dar no es sólo
un don especial impartido a algunos, sino un don que todos deseamos desarrollar
conforme crecemos en madurez espiritual en Su Reino.
El don de misericordia. La persona que posee este don tiene la habilidad especial
de poder identificarse con aquellos que sufren, así como la capacidad de aliviar el dolor y
traer consuelo. Esta persona reacciona ante la gente que actúa de manera insensible e
indiferente. Llora y se conmueve con facilidad. Vemos este ministerio en aquellas
personas que tratan de alcanzar a los que sufren, los hambrientos, los pobres, los
solitarios, los adictos y los indigentes. La compasión que caracteriza a este don también
se manifiesta en los ministerios carcelarios.
Al considerar cada una de estas áreas de “ministerio” quizás podemos ver con
más claridad que cada uno de nosotros (administradores o no) posee un don personal, un
don de gracia, cuyo uso al servicio del Rey produce gran gozo. De hecho, cada miembro
del Cuerpo de Cristo es llamado a servir en una de las áreas de dones ministeriales dentro
de su comunidad de creyentes.
Muchas de las decisiones más importantes que debe tomar un administrador son
una elección entre diferentes conjuntos de valores. ¿Cuál debería tener prioridad sobre
los otros y por qué? La siguiente afirmación planteada a un grupo de administradores
expresa lo anterior: “Las horas más solitarias de un administrador son las que debe pasar
1. Identifique el problema.
2. Escríbalo en el lenguaje más claro posible.
3. Examínelo meticulosamente. Obtenga toda la información que le sea posible.
4. Anote todas las alternativas posibles y a lo que cada alternativa puede
conducir.
5. Tome su decisión con base en los hechos examinados por los valores en los
que usted cree.
Toda decisión que usted toma es, en última instancia, el resultado de sopesar dos
factores: las ventajas versus las desventajas.
1. ¿Hay algo que alguien más puede hacer mejor que usted?
3. ¿Hay algo que alguien más puede hacer a un costo menor que usted?
4. ¿Hay algo que otra persona puede hacer en menor tiempo que usted?
1. Seleccione las tareas que va a delegar con cuidado y deliberación. Hay una
diferencia entre delegar tareas y deshacerse de trabajos desagradables.
7. Esté preparado para posibles errores. Cuando se presenten errores, nunca les
dé la espalda. Investigue qué salió mal, y más importante aún, por qué. Recuerde, sin
embargo, que el énfasis debe ser construir la confianza de la persona, en vez de destruirla.
Proverbios 16:9 – “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus
pasos”.
Jeremías 29:11 – “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
4. ¿Cuáles son cuatro cosas que hace un líder que cumple el oficio de administración?
7. ¿Cuáles son tres cosas que podemos hacer para aprender a ser líderes y servidores al
mismo tiempo?
8. ¿Cuáles son las dos razones más comunes del fracaso administrativo?
10. ¿Qué significa la expresión “Hago un deposito de minutos, para poder hacer un retiro
posterior de horas”?