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EL FUNDADOR

Las vivencias personales las plasmó también San Pablo de la Cruz en la


fundación de una orden que tendrá como finalidad vivir la espiritualidad de la Pasión,
en una forma apostólica. En la fundación su intuición y su reflexión se convierten en
institución. Para dar forma a su intuición se encierra en la sacristía de la iglesia
parroquial de san Carlos, de Castellazzo. Fue una iniciativa bien original. Imitando el
ejemplo de Jesús que, antes de lanzarse a la vida pública pasa cuarenta días de retiro,
también él se toma una cuarentena de soledad y penitencia para discernir el querer de
Dios sobre su futuro. En este retiro lleva a cabo una iniciativa que apenas se encuentra
en ningún otro fundador. Cuando aún no cuenta con ningún compañero, ni hay
perspectiva alguna de aprobación eclesiástica, escribe y compone ya las Reglas de la
fraternidad que va a fundar.

Llevado por el impulso divino, discernido en el retiro de Castelazzo, funda una orden
muy severa. Los Papas tendrán dificultad en aprobar una orden tan penitente. Por eso, se
resisten a dar una aprobación con votos solemnes y aprueban las Reglas sólo con la
emisión de votos simples. Combatido con una poderosa orden contemporánea, logró
superar todas las dificultades, atrayéndose el favor de la jerarquía por su actividad
pastoral en favor de la pobre gente de las marismas toscanas. La resistencia de la
jerarquía a aprobar su orden lo hace esperar pacientemente la hora de Dios, hasta que en
1769 el Papa Clemente XIV le concede la aprobación definitiva.

La Congregación fundada por él se extiende por todo el mundo, y configura una de las
espiritualidades más características de la Iglesia. La santidad ha florecido en ella con
santos como Gabriel de la Dolorosa y Gema Galgani. Cuenta con 4 santos, y 34 beatos,
con una decena de venerables. Con razón Pío XII llamó a la Congregación de San Pablo
de la Cruz «Madre de santos y santificadora de los pueblos».

La producción literaria de San Pablo de la Cruz no fue abundante. Fuera de los textos
oficiales de la Congregación por él fundada (Reglas, Reglamentos, Circulares, etc.) sus
principales escritos son el Diario de conciencia, escrito en la cuarentena de Castellazzo,
La Muerte Mística, y unas 2000 Cartas de dirección.

El binomio Juan y Pablo, consagrado en la tradición romana por los mártires de la


basílica celimontana, tiene una réplica mística en otro binomio místico que es Juan (de
la Cruz) y Pablo (de la Cruz).

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