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VOLANDO SOLO

I. La travesía

Pág. 11. El barco que me llevaba en el otoño de 1938 de Inglaterra a


África se llamaba SS Mantola.
 Dice con qué barco empieza su viaje.
 Aquí he tenido la curiosidad de buscar el barco en Internet porque quería
comprobarlo con el que mi abuelo hizo el servicio militar. (Sarmiento de
Gamboa).

Pág. 12. En cierto sentido, hablaban un idioma propio. Si trabajaban en el África Oriental, sus frases aparecían
salpicadas swahili y, si vivían en la India, entremezclaban toda clase de dialectos. Una bebida a cualquier hora
era una chota.
 Es el idioma que ellos hablaban, con sus diferentes derivados.
 Esto me recuerda cuando voy a mi pueblo, hay palabras del mismo valenciano que en otras zonas no se
usan.

Pág. 14. De repente, cruzó precipitadamente por delante del ojo de buey la figura de un hombre desnudo.
 Llama la atención de estar en un camarote de un barco y ver a un hombre desnudo en cubierta.

Pág. 19. Me miró con tal desprecio y horror, y su rostro enrojeció de tal forma, que pensé que iba a sufrir un
ataque de apoplejía.
 Derrame cerebral.

Pág. 20 -21. En primer lugar, la cogió del frutero con el tenedor, en lugar de cogerla con los dedos. Luego con
la ayuda del tenedor y del cuchillo, practicó unas primorosas incisiones en la piel, alrededor de la naranja.
 Me resultó raro al leer el libro que la Sra. Trefusis no cogiera nada con las manos.
 Aunque, yo he intentado comerme la naranja con cuchillo y tenedor, sí que para hacer los cortes a la
naranja sí que la cojo con la mano.

Pág. 26. ¡Caspa! ¡Estoy lleno de ella! ¿Conoce alguno de ustedes un buen remedio?
 Cuando leí esto que dice U.N. Savory, aquí pensé que era raro, porque en páginas anteriores Roald ve en
el camarote como se echa unos polvos blancos y va al baño y en la esponjera pone sulfato de Magnesio.
 Esta cita me recuerda que en mi casa mi padre de siempre se lava el pelo con H&S.

Pág. 28-29. El desconocido era totalmente calvo y por eso fue por lo que tardé un par de segundos en caer en
la cuenta de que, en la realidad, no era otro que el mismísimo U.N. Savory. Es sorprendente cómo tener o no
pelo puede cambiar tanto el aspecto de una persona.
 Parece ser que tenía complejo por ser calvo y por eso lo quería disimular.

Pág. 29. Estuche de violín, abierto encima de su litera y, dentro, dispuestas una al lado de la otra, como si fue-
ran tres grandes y negros erizos peludos, había tres pelucas más. No tiene nada de malo ser calvo.
 Aquí Roald intenta hablar con él para decirle que no pasa nada por ser calvo. Pero solo consigue que el
U.N. Savory., le diga que nadie ha preguntado su opinión. Solo quiere que le prometa que no se lo cuenta a
nadie.
 Me ha recordado esta cita a Mahi Sasegosa, que gasta un montón de pelucas para cambiar su look.

I. Dar es Salaam

Pág. 34. Les envía chicas italianas para tenerlos contentos.


 Les llevaban chicas a los soldados italianos.
 Aquí en esta cita te das cuenta de lo degradadas que estaban las mujeres.
Pág. 35. Me embarqué en el Dumra y emprendimos viaje el mismo día. Esa tarde recalamos en Zanzíbar.
 Aquí deja el SS Mantola , y cambia de barco. Llega a Zanzíbar.
 He buscado Zanzíbar y he visto que es un archipiélago de Tanzania.

Pág. 36. En las que se veían rompientes y cocoteros con sus pequeñas copas verdosas y casuarinas, inmen-
samente altas y espectacularmente hermosas con su delicado follaje gris verdoso.

 Rompientes, olas golpeando las rocas y casuarinas, árboles parecidos a


los pinos. Aquí en esta página te describe como es Dar es Salaam (ciudad
más poblada de Tanzania), con su vegetación y fauna.
 Me ha recordado a la película de memorias de África.

Pág. 37. El mozo era, en realidad, una especie de criado y camarero para todo.
 El mozo o criado, hacía de todo, coser, lavar, planchar, asegurar que no
Casuarinas haya escorpiones en las botas antes de ponértelas etc.
 Me ha recordado también a la película “Cuando ruge la marabunta”.

Pág. 41. Medía un metro noventa, era tan gruesa como mi brazo de color negro.
 Aquí te nombra más fauna, he tenido curiosidad de saber que serpiente era.

Pág. 43. Le grité a Salimu en swahili: ¿Qué puedo hacer? Ya nada, bwana. Me res-
pondió, ¡Apartese, bwana! ¡Quédese lejos y déjemela a mí!
 En esta cita se puede ver la fidelidad del criado, hacía su señor.
La Mamba negra.
I. Simba

Pág. 45. Se trataba de un hombrecillo diminuto, dotado de un inmenso vientre caído.


 Me ha llamado la atención me lo he imaginado como un enano, me recuerda como antes salían en el circo,
que había gente que se reía de ellos en vez de con ellos.

Pág. 45. Una descortezadora es una máquina enorme y ruidosa que transforma las hojas de la planta de sisal
en fibras para hacer cuerdas.
 No conocía esa máquina, pero me la he imaginado como una máquina tejedora antigua.

Pág. 47. La casa de los Sanford estaba situada en una colina, fuera del pueblo. Era un edificio de madera de
dos plantas pintado de blanco y con el techo de tejas verdes.
 Esta cita es una descripción de cómo eran las casas de la gente un poco más alta como eran los oficiales
de distrito.

Pág. 52. Los criados vivían en una serie de dependencias pintadas de blanco, situadas en la parte de atrás de
la casa.
 Sigue con una descripción corta de cómo eran la casa de los criados y donde estaban ubicadas.

Pág. 52. La transportaba prendida por la cintura, de forma que por un lado le colgaban la cabeza y los brazos y
las piernas por el otro; me fijé en que la mujer llevaba un vestido de lunares rojos y blancos.
 Llevaba Simba (león en swahili), a la mujer como si fuera un su cachorro.
Me ha recordado a Simba en la película del Rey León.

Pág. 56 y 57. La historia de este extraño suceso con el león acabó divulgándose por toda el África Oriental y se
convirtió en una especie de leyenda.
 Es que parece increíble que no le hiciera ni un simple rasguño a la mujer del cocinero. Era algo tan
hipotético que por eso se convirtió en leyenda.
Pág. 57. El 5 de junio de 1939. Le vuelve a escribir a su madre una carta.
 Esta carta me ha llamado la atención porque es el día del cumpleaños de mi madre.

I. La mamba verde

Pág. 60. Su piel verde amarillenta brillante y su gran tamaño me dieron la certeza de que se trataba de una
mamba verde, un animal tan mortal como la mamba negra.
 Aquí te describe otra de las serpientes venenosas mortales que había en Tanganica.

Pág. 62. ¡Me olvide de Jack! -se puso a gritar. ¡Jack! ¡Jack!...
 Con el pánico terrible de la serpiente se olvidaron de sacar al perro.
 Esta cita me ha dado pena porque me he acordado del perro de mi abuelo “Tobby”.

Pág. 63-64. “El hombre de las serpientes era pequeño y muy viejo, mayor de 70. Calzaba botas de cuero grue-
so de vaca y llevaba manoplas en las manos del mismo material. Las manoplas llegaban hasta los codos. En la
mano derecha sujetaba un instrumento” ... “Ojos eran profundos, de color azul pálido, y su rostro redondo y
moreno, arrugado como una nuez” …
 Describe a el hombre que caza las serpientes que va a buscar el Sr. Fuller, para poder atrapar a la
serpiente.
 Como se nota que llevaba tiempo en el trabajo porque yo ni a mi edad creo que me atrevería.

I. El comienzo de la guerra

Pág. 72. Tanganica era África Oriental Alemana. Pero en 1919, trans el armisticio, Alemania fue obligada a en-
tregar el territorio a los ingleses, que le cambiaron el nombre por el de Tanganica.
 Curiosidad de que cambiara de nombre.

Pág. 73. Mdisho sólo tenía 19 años. Había nacido y se había criado en un lugar llamado Kigoma….
 En esta cita describe como era Mdisho (su criado) desde la infancia.

Pág. 74. Los días laborables, tan pronto llegaba a casa de la oficina, teníamos tres cuartos de hora o una hora
de lectura.
 Roald, le enseñaba a leer y a escribir a Mdisho.
 Se notaba el cariño que le había cogido y lo bien que trataba Mdisho a él.

Pág. 80. Los askaris transportaban un enorme carrete de hilo telefónico que iban a tender a lo largo de nuestra
ruta.
 Para no perder la comunicación en ningún momento.
 Me ha recordado los postes telefónicos antiguos, cuando no existía ni la fibra móvil, ni internet ni nada.

Pág. 81. En uno de los camiones había un bidón de 45 galones de agua potable.
 Curiosidad de la medida de volumen “galones”, no la conocía. 1 galón = 3,78 litros.

Pág. 83. Las ranas no cesaban de croar a nuestro alrededor en el bosque.


 En esta cita nombra más fauna de la anteriormente citada.

 Te explica también su apareamiento con el macho.

Pág. 87. El hombre calvo me apuntó al pecho con su luger.


 Luger de cañon largo. Me ha llamado la atención el nombre del arma.

Pág. 88. Su cabeza pareció estallar.


 A partir de esta cita te introduce ya en la guerra, ya que es el primer hombre alemán que muere, y él lo
pasa muy mal, porque no lo quería matar, lo describe como una escena horrible.

I. Mdisho, de la tribu de los mwanumweri

Pág. 91. Que estaba salpicada de sustancia gris y fragmentos de hueso. Me di una buena ducha, me puse el
pijama y volví a bajar en busca de un ansiado whisky con soda.
 En esta cita a pesar de que anteriormente el capitán le dice que ha hecho lo que debía con la muerte del
alemán, y eso hace que se sienta mejor, lo mínimo es lo que dice. Porque yo me imagino y debe ser horrible.

Pág. 92. Y se la compré al capitán en el acto por 500 chelines.


 Chelines moneda con la que le compra la espada al capitán, moneda que creía que era antigua, y he visto
que aún está en curso.

Pág. 97. Es una espada fantástica, bwana. De un solo golpe le hice un corte tan profundo en el cuello que la
cabeza se le vino hacia delante y le cayó sobre el pecho.
 Aquí te describe como el alemán Fritz Kleiber es matado por Mdisho.
 Lo que me ha llamado la atención es que es justo lo contrario, este se siente enormemente bien.

Pág. 99. He decidido participar en la guerra como piloto de aviación. La única palabra para avión en el idioma
swahili es ndegi, que significa pájaro.
 Esta cita me ha recordado a la película de Tom Gun, y aquí también aparece otra palabra en su dialecto.

I. Entrenamiento para volar


Pág. 103. Me subí a mi viejo y pequeño Ford Prefect y emprendí el viaje de 600 millas
desde Dar es Salaam a Nairobi para alistarme en la RAF.
 Modelo de coche que he tenido la curiosidad de ver cómo era, ya que un año fui a la
feria del automóvil con mis padres.

Pág. 104. Cobra de color verde castaño que se deslizaba lentamente por los surcos de la carretera.
 Más fauna, otro tipo de serpiente.
 Me recuerda a la de los faraones, símbolo de resurrección.

Pág. 105. El río Wami, los nativos subieron mi coche a una balsa y, desde la orilla opuesta, seis hombres forzu-
dos tiraron de una cuerda para cruzar los 100 metros o así que había, cantando mientras tiraban.
 Curiosidad. Río Wami (este de Tanzania). Ves la falta de construcción, por ejemplo, de un puente, forma
original de llamarle un Ferry, comparado con lo que llamamos hoy Ferry. Y me ha llamado la atención que
cantaban.

Pág. 108. Me equiparon con un sencillo uniforme que constaba de calzones cortos, camisa y guerrera caqui,
calcetines caqui zapatos negros, y me dieron el rango de aviador de primera (LAC).
 Cita de descripción del uniforme para el vuelo.

Pág. 110. Un Tiger Moth no tenía defectos.


 Aviones ligeros, aeroplanos de hélices, pero que en aquella época era de lo mejor que tenían los militares.

Pág. 112. Nunca perdías tu diario de vuelo. Contenía un registro de los vuelos que realizabas y del avión en
que volabas...
 Algo muy importante y con sentido por cualquier cosa que pudiera pasar, estaba todo registrado.

Pág. 117. Era un enorme conjunto de hangares, barracones prefabricados y casas de una planta, de ladrillo,
edificados sin orden ni concierto en medio de un desierto ardiente, a orillas del cenagoso río Éufrates, muy le-
jos de cualquier sitio.
 Cita de descripción de la base de la RAF. Me recuerda a una academia para especializarte en algo.

Pág. 118. De vez en cuando había pequeñas distracciones que aliviaban nuestro aburrimiento, como cuando
se desbordo el Éufrates y tuvimos que evacuar durante 10 días todo el campamento hasta un alto barrido por
el viento.
 Antes de esta cita te dice que el diario de vuelo duro exactamente 6 meses, y aunque aparte de volar era
excitante.
 Pienso que es contradictorio el que diga que es excitante el volar, con que buscaban de lo mínimo para
poder distraerse.

Pág. 121. Había consumido 8 meses y una gran cantidad de dinero en adiestrarme y, de repente, se acababa
todo.
 A través de esta cita te enteras el tiempo completo que ha estado haciéndose piloto (entre los dos sitios).

I. Supervivencia

Pág. 124. Un aeródromo avanzado en el desierto oriental no era más que una franja de arena rodeada de tien-
das y aviones estacionados, y esos aeródromos se desplazaban con mucha frecuencia de un lugar a otro, de-
pendiendo de que la primera línea del ejército avanzara o retrocediera.
 No había nada de infraestructura montada. En cuanto la guerra se desplazaba, desplazaban los
aeródromos.

Pág. 126. El único recurso que me quedaba era efectuar un aterrizaje forzoso en el desierto, y hacerlo rápida-
mente, antes de que oscureciera demasiado, para poder ver.
 En esta cita veo es importante el tomar una gran determinación sabiendo las circunstancias, pero hay que
hacerlo porque si no de todas formas, te quedas sin combustible y te estrellas.

Pág. 128. La 80ª. Escuadrilla no había estado nunca en el lugar donde me enviaron.
 Ya podía buscar, y solo encontrar piedras y rocas anteriormente, se habían equivocado y la habían dado
mal la ubicación de la escuadrilla. Da la impresión de que las personas eran números, da igual lo que les
pasara. Ahora con la tecnología que hay creo que eso sería imposible que sucediera.

Pág. 134. Pero en nuestro país ha tenido un gran éxito como preanestésico.
 Medicamento que se administra antes de un anestésico. Es la segunda vez que leo algo relacionado a
medicinas nuevas, porque en un capítulo 4, te cuenta la enfermedad del Paludismo, y descubren un gran
remedio Atebrina.

Pág. 138. ¿Ha visto usted a Rodolfo Valentino en el cine? Sí, contesté. Le dejaré la nariz
como la suya.
 He tenido la curiosidad de buscar a la leyenda de actor de cine Rodolfo Valentino. De
todas formas, en esta cita viendo como tenían problemas con la anestesia, aun tenga ganas
el doctor de bromear.
 Ahora te duermen con inyecciones con una mascarilla de goma.

Pág. 145-146. Cuando el ayudante llegó a la altura de la mujer, quitó de pronto el lienzo de la bandeja y acercó
ésta al rostro de la mujer. En la bandeja había la pierna entera y amputada de un soldado.
 Ves las consecuencias graves y dolorosas de una guerra. Y que no tenían ni la más minina consideración.
Pág. 146. Finalmente, me dieron de alta en el hospital en febrero de 1941, cinco meses después de ser llevado
a él.
 A parte de las dos cartas anteriores que le escribe a su madre en el hospital, aquí te dice el tiempo que
estuvo desde que tuvo el accidente.

Pág. 147. Me respondieron que a Grecia naturalmente. Me dijeron que la 80ª Escuadrilla ya no utilizaba Gladia-
tors. Ahora estaban equipados con Hurricanes Mark I.
 En aquella época no me esperaba que tan rápido salieran aviones, que se suponían eran mejores.

Pág. 149. Es un riesgo que tiene que correr. Esto, me dije a mí mismo, es una pérdida de mano de obra y de
maquinaria. Yo no tenía ninguna experiencia en vuelos contra el enemigo. No había estado nunca en una es-
cuadrilla de operaciones.
 Aquí vuelvo a pensar lo duro de una guerra. No importa lo que te pueda pasar, da igual que funcione el
botón de la gasolina o no, te mandan y punto, aunque solo hayas tenido un par de días para aprender a pilotar
el avión nuevo.

I. Primer encuentro con un avión enemigo

Pág. 155. ¡Los boches, por supuesto! Tienen mil aviones al otro lado de esas montañas, y ¿qué tenemos noso-
tros?
 Boche, término que se usaba para despreciar a un alemán, se utilizaba en la 1ª y 2ª Guerra Mundial.
 Siempre han dicho que Alemania iba más avanzada en todo.

Pág. 159. En la otra mano llevaba una bolsa de papel de color crudo que contenía las pertenencias que había
podido llevar conmigo: un cepillo de dientes, un tubo de pasta de dientes a medias, una maquinilla de afeitar,
un tubo de jabón de afeitar, una camisa caqui de repuesto, una cazadora, un pijama, mi diario de vuelo y mi
querida cámara fotográfica.
 El equipaje era mínimo porque ya diciéndote antes como iba él de apretado en la cabina del caza, luego
más debajo de esta página te especifica que la tenía que llevar entre sus piernas.

Pág. 159. Entonces tenía una Zeiss Super Ikonta con lentes Tessar de 6.3 de distancia
focal.
 Curiosidad de ver lo antigua que era esa cámara de fotos. La comparas con las de
ahora y menuda diferencia.

Pág. 163. Pero la mayoría de nuestros vigías no distinguen


un Messerschmitt de un cochecito de niño.
 Messerschmitt, un caza alemán.

Pág. 167. Yo ya conocía algunos retretes bastante primitivos en el África Oriental,


pero las letrinas de la 80ª. Escuadrilla en Eleusis se llevaban la palma.
 Letrinas: espacio fuera de una vivienda, con un círculo en el suelo, que era
para defecar, conectado a una alcantarilla.
 Eleusis: ciudad en África a 18 Km de Atenas.
 En esta cita, me sale comentar la falta de higiene que había en aquella época, y más en guerra.

Pág. 168. Mi nombre en clave era Azul Cuatro.


 Otra vez como en la película de Tom Gun, que su apodo es Maverick.

Pág. 171. Las montañas que hay a espaldas de Khalkis son salvajes, negruzcas y muy escarpadas, y los ale-
manes se adentraron entre ellas, muy por debajo de las cimas.
 Khalkis: Capital de una isla griega. Los alemanes se ponían en sitios estratégicos para dar caza al
enemigo.
Pág. 173. Había estado fuera una hora exactamente. Parecía que sólo hubieran sido diez minutos.
 Después de acabar con el JU88, había sido tan intenso el hacerse con él, que cuando estas en algo
concentrado, las horas pasan muy rápidas.

Pág. 174. Derribé un Uno-Cero-Nueve, lo dijo tranquilamente como si me estuviera contando que había pesca-
do un pez en el río que había al otro lado de la carretera.
 Se nota que su amigo David Coke llevaba más tiempo y estaba más acostumbrado. Aunque yo pienso
que es difícil acostumbrarse a una cosa así. Sin embargo, para nuestro Roald, había sido una hazaña.

I. El buque polvorín

Pág. 175. La radio comenzó a crepitar.


 Producir chasquidos repetidos.

Pág. 176. El pueblecito, con sus resplandecientes casas blancas de tejados de tejas rojas, estaba situado a ori-
llas de la ría y detrás de la ciudad, se veían las escarpadas montañas de color gris negruzco donde había per-
seguido a los JU 88 el día anterior.
 Descripción de Khalkis. Más adelante te dice que recordaba a los paisajes que pintaba Vicent Van Gogh,
yo lo conozco por los girasoles.

Pág. 177. Por algún milagro, el avión bajó el morro y el motor comenzó a recobrar su ritmo y, en pocos segun-
dos, la prodigiosa máquina volaba otra vez en línea recta y horizontalmente.
 Roald, la verdad que sí que es un milagro, porque para ser un piloto inexperto, la suerte le acompaña, para
todo lo que le ha pasado, salir del accidente tan trágico, volver de nuevo a RAF 80ª Escuadrilla, y acabar con el
JU88.

Pág. 178. Todos ellos llevaban cruces negras y blancas en el fuselaje y esvásticas negras en la
cola.
 Símbolo de los alemanes. Bandera de la Alemania nazi. Esvásticas: son una cruz cuyos
brazos están doblados en ángulo recto.

Pág. 180. Las malas nuevas que llevaba conmigo a la escuadrilla eran que los cazas alemanes estaban ya
dentro de nuestro radio de acción. Con sus aparatos podían llegar hasta nuestro aeródromo cuando se lo pro-
pusieran.
 Después de deshacerse de los Messeschmitt, por volar tan ras del suelo, como había entrado en su zona,
los alemanes ahora lo tendrían más fácil para saber dónde está su aeródromo.

I. La batalla de Atenas (20 de abril)

Pág. 181. 20 de abril.


 Esto es una tontería me ha hecho gracia que saliera en este libro, la fecha de mi madre de cumpleaños, y
ahora la mía.

Pág. 181. Cada una de esas salidas implicaba cruzar corriendo el campo de aviación hasta donde estuviera es-
tacionado el Hurricane (a menudo, a unos 200 metros), sujetarme los cinturones de seguridad, ponerlo en mar-
cha, despegar, volar hasta una zona determinada, combatir al enemigo, regresar a casa, aterrizar, informar a la
Sala de Operaciones y asegurarte de que reabastecían el avión de combustible y municiones inmediatamente
para estar preparado para otra salida.
 En esta cita te dice lo que es su día a día prácticamente hace desde que ha llegado al aeródromo de
Eleusis. Por cierto, muy agotador física y mentalmente, teniendo en cuenta que esas salidas eran varias veces
al día y sabiendo también que alguno moriría o los alemanes o uno de la RAF.
 Me recuerda a una rutina de trabajo del día a día, por ejemplo, la rutina que tengo yo de ir al colegio de
lunes a viernes.

Pág. 181. 20 de abril.


 Esto es una tontería, me ha hecho gracia que saliera en este libro, la fecha de mi madre de cumpleaños, y
ahora la mía.

Pág. 182. A veces volaba sobre el puerto del Pireo, persiguiendo a los JU88 que bombardeaban los barcos
que había allí. A veces estaba por la zona de Lamia, intentando disuadir a la Luftwaffe, de que destruyera
nuestro ejército en retirada.
 Pireo: Nombre del puerto de Grecia. Lamia: nombre de otra ciudad griega. Luftwaffe: Fuerza Aérea
Alemana en época nazi.

Pág. 183. Permanece grabada a fuego en mi memoria.


 Aquí en esta cita veo que debe de ser una batalla muy importante y que debe de acabar mal, para que
Roald diga que nunca la va a olvidar.

Pág. 185. Pero había visto al famoso teniente piloto Pattle varias veces en la tienda comedor. Era un hombre
pequeñito, de hablar suave, que tenía el aspecto profundamente engreído y fúnebre de un gato que supiera
que sus siete vidas se habían consumido ya.
 Es el primer contacto que tiene con el teniente de vuelo, ya que era en la RAF una leyenda, y luego
también te describe un poco como era.

Pág. 187. Realmente, fue la experiencia más agotadora y, en cierto sentido, más estimulante que he tenido en
mi vida.
 Vuelve a expresar lo cruel, terrible y sangrienta que fue la batalla del 20 de abril, de ahí que antes dijera
que no se le iba a olvidar mientras viva. Como para no serlo, si estaban vendidos ante los alemanes.

Pág. 188. Gracias a Dios, el tren de aterrizaje funcionó cuando accioné la palanca y aterricé más o menos a
salvo en Eleusis.
 Vuelve acompañarle la suerte.
 Aquí me recuerda que tiene 7 vidas como los gatos.

Pág. 189. El sudor me corría por el cuerpo y goteaba en el suelo.


 Normal como paro estarlo con todo el infierno que había visto en el cielo, hasta un hombre subido a un ala
del caza y tirarse al vacío porque iba a explotar.

Pág. 190. Murieron cuatro. Entre los muertos estaba el admirable Pat Pattle, una vez agotadas sus venturosas
vidas. Y también, el teniente piloto Timber Woods, el segundo piloto con más experiencia de la escuadrilla.
 En esta página comenta que el final de esta batalla ha sido desastroso, piensan que van a morir seguro,
porque ya entre lo poco que tenían y ahora solo quedaban siete Hurricanes medio inservibles.

I. El penúltimo día

Pág. 193. Una larga fila de Messerschmitt 109 que se dirigía en línea recta hacia nosotros, volando muy bajo y
disparando sus ametralladoras. Nos tiramos al suelo y esperamos lo peor.
 Parece ser que la batalla del 20 de abril no había terminado, aun después de aterrizar de la gran batalla
aérea, van los alemanes volando al ras del suelo y con sus ametralladoras dan a todo lo que pille por el suelo.

Pág. 195. Vi que algunos de los nuestros salían corriendo para auxiliar al piloto, uno de ellos con un extintor de
incendios en la mano.
 En esta cita se puede apreciar la bondad de los de la RAF, ya que ayudan a socorrer a un alemán para que no
muriera achicharrado de las llamas del motor.
Pág. 197. Desde mi aterrizaje había pasado menos de una hora.
 La guerra es lo peor que puede haber, no paran de salir a volar a matar al enemigo, no hace ni una hora
que había venido y ya tiene que salir de nuevo, esto dice que era normal efectuar una segunda ola de
ametrallamiento al rato de la primera.

Pág. 198. Me dio una palmadita amistosa en la espalda y cerró la capota de la carlinga sobre mi cabeza.
 Carlinga: El espacio interior de un avión, principalmente se le llama así a la cabina donde viaja el piloto y
sus ayudantes.

Pág. 201. Creo que todos nos sentíamos solos en aquel momento.
 Esto lo dice cuando abandonan de madrugada el aeródromo de Eleusis, para volar a Megara. Porque
estaban solo los siete pilotos que habían quedado totalmente abandonados y vendidos.

Pág. 202-203. Había una loma rocosa de unos setenta metros de altura entre nosotros y el mar y pensamos
que sería una posición más segura que cualquier otra. Justamente debajo de nosotros se encontraba a un lado
el bosquecillo de olivos en el que teníamos camuflados los siete Hurricanes, aunque aún eran bastante visi-
bles.
 De aquí hay que decir que después del aterrizaje en Megara, en el que taparon las alas de los aviones
con ramas de olivos, tenían tanto miedo de que los vieran y estar al descubierto, que aún se vuelven a llevar a
los aviones a otro sitio con más altura.
 El tipo de vegetación en Megara, eran los olivos.

Pág. 207. Alguien sugirió que podía tratarse de un Mercedes-Benz. Teníamos los ojos fijos en el gran automó-
vil negro. Se detuvo junto al olivar.
 Después de ver como cinco de los muchos Stukas, bombardearon a un petrolero, y ver como la corriente
o la marea acercaba a los cuerpos achicharrados y sin vida a la orilla, reciben la visita del comodoro del aire de
la RAF, al principio antes de que bajara del coche pensaban que podían ser los enemigos.

Pág. 209. Acaban de bombardear Eleusis de nuevo, señor. Los hemos visto pasar. Eran 109. Había muchos.
 Después de saber que no quedaba nadie con vida en Eleusis, se ofrece Roald a llevar un paquete rígido a
Eleusis de nuevo, pero solo puede entregarlo a un tal Carter, y nunca a manos de los enemigos. Esto se lo
pide el comodoro del aire.

Pág. 209. Aterrice enseguida, busque a Carter, entréguele esto y váyase sin dilación.
 Sin perder tiempo, sin demora.

Pág. 211. Sólo somos siete, señor, dijo uno. Anuncio el comodoro del aire, erizándosele el bigote.
 Después de entregar Roald el paquete al Sr. Carter, tiene que regresar y con los 6 restantes volar hacia
Argos. Los mandan a morir, igual les da.

Pág. 212. Era un hombrecillo de mediana edad que llevaba un traje gris claro y un sombrero flexible en cabeza.
 Descripción de Carter.
.
I. El fracaso de Argos

Pág. 217. Un piloto de caza nunca espera encontrarse cara a cara con un piloto enemigo. Para él, el enemigo
es el avión.
 Aquí pasa un Messerschmitt 110 (uno-uno-cero), cerca del suelo y se ven las caras, pero como Roald y
los suyos no estaban pilotando sus aviones si no que estaban en campo a tierra, no les hace nada el piloto
alemán.
Pág. 219. Yo era sólo un oficial piloto novato.
 Aunque sabía que era un oficial con pocas horas de vuelo comparado con otros, sabía también que no
tenían nada que hacer porque estaban vendidos, aun así, no podía abandonar por eso dice me maldeciría si
dejaba aquello así.

Pág. 221. Vi que se trataba de un Havilland Rapide, un avión de pasajeros capaz


para una docena de personas. Le dejamos ir y nos dirigimos de regreso a nues- tro
campo de aterrizaje.
 Aquí Roald está a punto de disparar a un vuelo de personas de la RAF,
pensando que era el enemigo, llega a tiempo gracias a David que pone su
Hurricane cerca del suyo y empieza hacerle señales con una mano sacudiendo su gorro de vuelo.

Pág. 222. Recé para que no me estrellara contra David o contra cualquier otra cosa que hubiera delante.
 El aterrizaje fue peligroso ya que todo el campo estaba cubierto de una gran capa de humo, y no se veía
nada, pero no les quedaba combustible, y decide aterrizar después de David, rezando para que no le pasara
nada, de nuevo la suerte le acompaña a nuestro amigo.

Pág. 225. Así podría vendérsela a los alemanes cuando llegasen.


 Cuando Roald va a buscar su diario de vuelo, ve que su cámara de fotos había desaparecido. Algún
griego la robaría, para tener algo que vender a los alemanes.

Pág. 226. Allí estaba el pequeño Havilland Rapide que yo estaba a punto de derribar 30 minutos antes.
 El avión que los va a sacar de allí era el que él casi dispara, cinco segundos le faltaron.

Pág. 227. No teníamos dinero egipcio. Conduje a todos ellos, nueve pilotos jóvenes en total, a través de las ca-
lles de Alejandría, a la maravillosa mansión que poseían el mayor Bobby Peel y su mujer.
 Gracias a Ralf, fueron a casa del matrimonio que lo cuidaron en su convalecencia, ya que no llevaban
nada encima solo su diario de vuelo.
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I. Palestina y Siria

Pág. 232. Me había convertido en el orgulloso poseedor de un Morris Oxford cerrado,


modelo 1932, de nueve años de antigüedad, un vehículo cuya carrocería había sido ro-
ciada con una pestilente pintura marrón, del color de las heces de un perro, y cuya máxi-
ma velocidad en una carretera recta y lisa era treinta y cinco millas por hora.
 He convertido las 35 millas por hora, y son 56 Km/hora. Ahora lo comparas con
nuestros coches actuales que van a 120 Km/hora como normal en carretera, y ves como
ha evolucionado el automovilismo después de tantos años ahora son mucho más
cómodos y no se sobrecalientan como el de Roald.

Pág. 235. Vi un escorpión gigantesco en la arena, a un palmo de la carretera. Era ne-


gro como el azabache y medía casi 15 cm y, subidas encima, como si fueran pasaje-
ros en lo alto de un autobús llevaba a sus crías.
 En el desierto que encontrar sino un escorpión, ya que de vegetación no había
nada, y me ha llamado la curiosidad por lo de las crías llevadas a su lomo.

Pág. 238. Fue divertidamente cómico ver cómo tiraban las chicas los vasos de vino y salían corriendo con sus
tacones altos en busca de la puerta del edificio más cercano.
 Cuenta algo divertido después de tanto drama, aunque me imagino que las chicas se asustarían bastante
y no les haría ninguna gracia como a ellos, que lo volvieron hacer, pero esta vez ya no las pillaron de sorpresa.
Pág. 240-241. Sus ojos eran sorprendentemente brillantes. La negra pupila del centro de cada uno de ellos era
la mayor, más negra y brillante que había visto en mi vida, y el iris que rodeaba la pupila era azul brillante. En
su excitación por ver un avión de verdad, los niños empezaban a tocarlo.
 Lo mandan pensando que es un escondite de los JU88, y se encuentra con un hombre que tenía a su
cargo a unos niños judíos refugiados. Es normal que los niños con lo curiosos que son, al ver un avión de
verdad quisieran subir, tocarlo y verlo de cerca.

Pág. 243. Ése es un problema muy pequeño, replicó el hombre, el nuestro es mucho mayor. Me sentía indigna-
do por lo que decía.
 Roald se enfada bastante porque parece que la guerra que estaban viviendo no fuera con aquel hombre
alto de barba. Solo pensaba en sus problemas y no veía nada más.
 Yo veo a este hombre egoísta, que solo le afecta lo suyo, por las palabras que dice en esta página.

Pág. 244. Necesitamos una patria, decía, un país para nosotros, hasta los zulús tienen Zululandia, pero noso-
tros no tenemos nada.
 El hombre tenía algo de razón, se encontraba en tierra de nadie, y reclamaba tener un país, así poco a
poco le quiso hacer ver a Roald, que sí que le importaba también su labor.

Pág. 247. El hombre de aquel pequeño asentamiento de huérfanos judíos era Ramat David.
 Al final de este capítulo te dice el nombre del señor alto y con barba.

I. Regreso a casa

Pág. 249. El dolor aparecía cuando hacia virajes pronunciados y cuando realizaba cambios bruscos de direc-
ción, en el que el cuerpo estaba sometido a elevadas fuerzas de gravitación y el dolor, al presentarse, era
como si me clavaran un cuchillo en la frente.
 Roald empieza a sentir grandes dolores de cabeza, se da cuenta que le suelen dar en altura y cuando
hace giros rápidos. Virajes: Cambio preciso y nivelado de dirección de vuelo, mientras se mantiene su altitud.

Pág. 250. Será declarado inútil y enviado a Inglaterra, dijo. Usted ya no es útil para nosotros aquí.
 Después de examinarle el médico y decirle que todo venía de las secuelas del accidente que tuvo, tiene
que abandonar porque puede perder el conocimiento durante el vuelo.
 Te debes de quedar fatal cuando a lo que tu te has dedicado durante tiempo de repente no lo puedes
hacer. Como les pasa alguno de los profesionales que se dedican a algún deporte.

Pág. 251. Compré un saco de limones y limas, mermelada, azúcar, chocolate y varios cortes de seda francesa
de magnifica calidad para un vestido para cada una de mis hermanas.
 El regreso a su casa compra cosas para su familia. Eso hacemos nosotros cuando viajamos siempre el
último día es de compras para llevar recuerdos a la familia.

Pág. 252. La suerte nos siguió acompañando.


 Es otra de las veces que nombra la suerte, o que Dios lo acompañe, lo dicho anteriormente ya no se si le
quedaran alguna de las siete vidas que tiene un gato.

Pág. 253. Con el auricular pegado al oído y preguntándome lo que le diría a mi madre si tenía la suerte de po-
der comunicarme con ella.
 Después de saber que podía haber fallecido su madre por los bombardeos que sufrió la ciudad por la
guerra, piensa que si tuviera suerte de nuevo y la encontrara viva todo lo que le diría.

Pág. 256. Mi hermanastra me dio el número y lo anoté. Me dijo también que fuera allí a dormir y anoté su direc-
ción de Hampstead.
 Después de saber que su madre y sus hermanas, se salvaron porque abandonaron Londres, recuerda el
apellido del marido de su hermana que se casó con un bioquímico, así que la llamo, y prefirió que le diera el
teléfono de su madre que la llamará ella. Más adelante llega hablar con su madre, que no se creé que este
vivo. Y le dice que coja el primer tren de la mañana para reunirse con ella.
 Yo me imagino después de tres años y sabiendo que esta en la guerra, que te llamen y te digan que está
vivo menuda alegría se llevaría.

Pág. 257. ¡Es un maldito oficial, grito uno de ellos, ¡Vamos a por él!
 Me quedo con mal sabor de boca pensando que después de todo lo vivido, le pase algo ahora a Roald, y
no pudiera reunirse con los suyos.

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