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Antonio Galvao de Melo Rosario

3ºA

Pecado original, sacramento de la penitencia y el


restablecimiento de la gracia

Dios creo a Adán y a Eva en estado de gracia, es decir, al crear al Hombre, Dios lo
constituyo en un estado de gracia y justicia, ofreciéndole una autentica
participación en su vida Divina. Dios en señal de su soberanía les dio un mandato
para que ellos cumpliéndolo mostraran su aceptación, pero ellos cediendo a la
tentación del demonio desobedecieron, al comer el fruto del árbol prohibido se
revelaron contra Dios desobedeciéndolo y cayendo en la tentación de querer ser
como Dioses. Este pecado de desobediencia fue el pecado original llamado así
por que fue el primer pecado que se cometió en la tierra.

Como consecuencia recibieron el castigo divino perdiendo gran parte de los


dones que les habían sido concedidos y fueron expulsados del paraíso. Con este
pecado nuestros primeros padres perdieron la gracia para ellos y para nosotros
sus hijos. Nosotros no somos responsables del pecado original porque no es
pecado personal nuestro, pero lo heredamos al nacer, es decir, nacemos ya con el
pecado original pero eso no significa que Dios no nos haya dado una segunda
oportunidad, esa segunda oportunidad se consigue mediante el bautismo que nos
purifica, y es fundamento de toda la vida cristiana, somos liberados del pecado y
regenerados como hijos de Dios.

Pero ser bautizado no significa que el Hombre no pueda volver a pecar, es una
característica de su naturaleza. La amistad con Dios, perdida con el pecado
original solo es posible recuperarse a través del bautismo y se pierde cada vez
que se comete un pecado grave, por eso la importancia del sacramento de la
penitencia para el restablecimiento de la gracia, Dios nos da la oportunidad de
recuperarla una y otra vez porque el es justo y misericordioso.

El sacramento de la penitencia es el sacramento instituido por Jesus para borrar


los pecado cometidos después del bautismo, siendo el sacramento de nuestra
curación espiritual, para que pueda haber una conversión. Esa conversión para
que sea autentica se tienen que dar tres reconocimientos: debemos reconocer
nuestros pecados, atraves del examen de conciencia, reconocernos como
pecadores y por ultimo reconocer las consecuencias del pecado, ya que nuestros
pecados no solo nos perjudican a nosotros pero también pueden perjudicar de
manera directa o indirecta a los demás.

Como he mencionado anteriormente Jesus instituyo este sacramento para borrar


los pecados que vamos haciendo a lo largo de nuestra vida, Dio el poder de
perdonar a los apóstoles y los obispos como son los sucesores de los apóstoles
han heredado este poder, es decir, tienen todos los poderes que Jesus les dio a
los apóstoles y también delegan ese poder a los sacerdotes. El sacerdote es muy
importante porque aunque es Jesus el que perdona los pecados el es su
representante y posee la autoridad de Cristo.

Como resumen, podemos decir que para que este sacramento sea valido, para
que pueda haber una contrición perfecta, nos debemos arrepentir de nuestros
pecados mediante un buen examen de conciencia y luego acudir al confesionario
para poder confesar nuestros pecados a un obispo o sacerdote; después de la
confesión nos dan la absolución y deciden cual debe de ser la penitencia que
debemos cumplir.

Es importante referir que el principal signo del sacramento es la imposición de


manos y la formula de la absolución "yo te absuelvo de tus pecados, en nombre
del padre del hijo y del espíritu santo", este gesto simboliza que los obispos o
sacerdotes son instrumentos de Dios ya que es El que nos perdona.

Después de todo, podemos afirmar que el sacramento de la penitencia esta


fuertemente relacionado con el restablecimiento de la gracia. La gracia es esencial
en nuestras vidas porque sin ella es imposible alcanzar la salvación y la vida
eterna y sin el sacramento de la penitencia, es imposible volver a alcanzar la
gracia. La justificación implica el perdón de los pecados, la santificación y la
renovación, aleja el hombre del pecado, que es contrario al amor de de Dios,
purificando su corazón

Termino con lo que decía San Agustin " la justificación del impío es una obra mas
grande que la creación del cielo y de la tierra porque el cielo y la tierra pasaran,
mientras la salvación y la justificación de los elegidos permanecerán"

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