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 La buena fe es un principio que se constituye en la creencia subjetiva que

tiene el sujeto de que a través de su conducta o comportamiento no causa


daño a otros y que los mismos no contravienen normas imperativas, la
licitud, el orden público y las buenas costumbres. Precisando, que para
llegar a ese nivel de creencia debe haber desplegado una conducta objetiva
diligente, prudente y cuidadosa en el contexto de la realidad fáctica que
pueda ser debidamente acreditada. Y, que de cumplir con tales exigencias
el derecho no solo ampara, sino que protege frente a terceros la conducta o
comportamiento que ha realizado. Claro está que la conducta objetiva,
escrupulosa, cuidadosa, etc., que debe efectuar el sujeto debe entenderse
como un aspecto variable que debe analizarse caso por caso, pues es
inevitable que dependiendo de la cuestión de hecho se exija una u otra
conducta para validar la buena fe del sujeto.
 Artículo 2013. Principio de legitimación
El contenido del asiento registral se presume cierto y produce todos sus
efectos, mientras no se rectifique por las instancias registrales o se
declare su invalidez por el órgano judicial o arbitral mediante resolución o
laudo firme.
 El asiento registral debe ser cancelado en sede administrativa cuando se
acredite la suplantación de identidad o falsedad documentaria y los
supuestos así establecidos con arreglo a las disposiciones vigentes.
 La inscripción no convalida los actos que sean nulos o anulables con
arreglo a las disposiciones vigentes.
 La buena fe es un estado psicológico y de hecho al que se llega de forma
paulatina y progresiva mediante la realización de hechos externos que
validan la creencia de no estar causando daño a otros. Así, en principio solo
se tiene a la creencia, que luego es validada en el contexto fáctico, por lo
que entendemos que el elemento objetivo sobreviene y complementa al
elemento objetivo para hacer posible la configuración de la buena fe.
 En relación al propietario – tercero civil de buena fe, el TC ha recogido la
tesis de la buena fe objetiva y para tal efecto exige: i) inscribir en los
registros públicos su derecho de propiedad; y ii) guardar un deber de
diligencia en relación a su derecho inscrito para lo cual debe hacer uso de
los mecanismos que brinda la Sunarp: alerta de inscripción y alerta de
publicidad.
 En relación al tercero de buena fe registral, el TC ha recogido la tesis de la
buena objetiva y para tal efecto se exige: i) haber realizado una adquisición
a título oneroso; ii) haber revisado los asientos registrales y títulos
archivados que sustenten su transferencia; iii) desconocer la inexactitud del
registro; iv) inscripción de la titularidad en los registros públicos; y v) buena
fe desde la celebración del acto jurídico hasta su inscripción.
 El caso analizado y resuelto por el TC, es uno de aquellos casos raros en
que su argumentación sobre la buena fe se apoya en lo ya resuelto por la
Corte Suprema de la República, cuyos créditos les reconoce, lo que suele
suceder en rarísimas ocasiones o casi nunca.

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