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DE PANDEMIA COVID-19
Julián Alberto Gutiérrez López1
1
Economista, Magíster en Ciencias Económicas Investigador en Formación del CSEDN, en la Escuela Superior de
Guerra, Docente investigador de la Universidad el Bosque.
2
Administrador de Empresas, Magister en Seguridad y Defensa Nacionales de la ESGUE, Docente ocasional del
CSEDN, en la Escuela Superior de Guerra.
En continuidad, en un mundo globalizado, los problemas de salud deberían ser una
prioridad para los Estados y gobiernos, cualquier enfermedad puede propagarse
rápidamente, por lo que una crisis sanitaria, como la pandemia de covid-19, como lo
afirma el CEEEP (2020), es una amenaza para la seguridad nacional, porque además
de los grandes niveles de mortalidad que afectan a la población, una pandemia de este
nivel causa pánico e incertidumbre, y puede ser detonante para una gran crisis
económica, que puede llevar a una crisis política, y en consecuencia a una grave crisis
de inestabilidad social, que en resumen podría desestabilizar toda una nación,
afectando la seguridad nacional y tener graves consecuencias en la salud, educación y
trabajo de los ciudadanos.
Con base en lo anterior, y como afirma Alejo Vargas (2020), director del Grupo de
Investigación en Seguridad y Defensa de la universidad Nacional, es fundamental
resaltar que la Fuerza Pública es la administración pública más grande con la que
cuenta el Estado colombiano, con alrededor de 450 mil efectivos (entre Policía, Fuerza
Aérea, Armada y Ejército Nacional). Esto la convierte en la institución y en las
instituciones predilectas para la atención a problemas sociales que se salen del actuar
del resto de aparatos estatales, por su poca o nula presencia en el territorio, por los
límites que impone la ley, o por la emergencia en la que se encuentre una región. El
autor afirma también que la recursividad y capacidad de adaptación, ha llevado
históricamente a las Fuerzas Militares hacia capacidades multimisión.
Por lo que la respuesta histórica por parte del Estado colombiano, principalmente en las
últimas décadas, merece ser valorada en la emergencia actual que vive el país, donde,
evidentemente, la Fuerza Pública está teniendo un papel fundamental en la
movilización de los recursos de la institucionalidad estatal; rol que va más allá de
garantizar la seguridad. En este sentido, el presente texto manifiesta las diversas
dinámicas que tiene el sector seguridad y defensa, sus movimientos, estrategias y retos
en el contexto actual; teniendo en cuenta que el COVID-19 tiene un desafío a nivel
nacional y mundial, cuya respuesta solo se ha ido construyendo, con base en los
protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), poniendo en evidencia la
capacidad de adaptación de las instituciones estatales, siendo necesario puntualizar en
sus planes de apoyo y mejoramiento, y, en este caso puntual, de las destinadas a la
seguridad y la defensa (Ministerio de Salud, 2021).
A partir de este marco operativo (ver Figura 1), los ciudadanos han evidenciado las
funciones de las Fuerzas Armadas enfocadas en roles diferentes a los que se estaba
acostumbrado, y que como afirma el autor, se ha normalizado ver “soldados armando
hospitales de campaña en parqueaderos, infantes de Marina repartiendo mercados
puerta a puerta, pilotos de la FAC cargando sus aviones con agua y provisiones,
buques de la Armada recorriendo los ríos para llevar medicinas” (Semana, 2020) y
cientos de policías en las zonas urbanas y rurales del país velando por el cumplimiento
de los diferentes protocolos establecidos por el Gobierno Nacional para controlar la
cifra de contagios, cabe resaltar que esta operación denominada “San Roque" es en
honor a un peregrino nacido en 1378 y canonizado en el año 1584 el cual durante la
epidemia de peste que se desató en Italia, se dedicó a asistir a los enfermos
consiguiendo curar a varias personas con tan sólo hacer sobre ellos la señal de la cruz.
Figura 1 Operación San Roque
Estas cuatro líneas de esfuerzo de las Fuerzas Militares frente al COVID-19, buscan la
estabilidad y beneficio de los ciudadanos, preservar la salud, emplear los más grandes
esfuerzos del personal, desarrollo y mejoramiento de estrategias según las
necesidades, y, ante todo, prestar esas ayudas humanitarias que la población más
vulnerable necesitaba con urgencia. Cuatro líneas que permitieron estabilizar en mayor
medida la seguridad en todo sentido del país, con empatía y conciencia de la situación
tan apremiante que se está viviendo en todo el mundo.
Con toda la información anterior se puede inferir, que así como lo mencionó Alejo
Vargas (2020) en su escrito, las Fuerzas Militares son la burocracia más grande del
país y la que tiene mayor alcance a nivel territorial, por lo que en la contingencia actual,
han debido movilizar toda su capacidad para transportar los diferentes suministros a lo
largo del territorio nacional, garantizar el ingreso de mercancías vía aérea y marítima,
permitir la distribución terrestre y limitar lo que no se encuentre autorizado en medio del
estado de emergencia. Es decir, el poder utilizar la capacidad fluvial, marítima, aérea y
terrestre de movilización es fundamental para enfrentar el nuevo escenario a nivel
nacional.
Es decir, como objetivo de la primera fase operativa del Plan Nacional de Vacunación
contra el Covid-19, es reducir la mortalidad específica por el coronavirus, reducir la
incidencia de casos graves de Covid-19, proteger el talento humano en salud y
personal de apoyo, a los cuidadores de poblaciones de especial protección y a la
fuerza pública con soporte de Sanidad Militar, como lo afirma el Mayor General Hugo
Alejandro López (2021), Director General de Sanidad Militar.
Es por esto, que en el ejercicio que se realiza para priorizar la distribución de las
vacunas para prevenir el COVID-19 opera el concepto de justicia distributiva por
encima del de justicia conmutativa; es decir, más allá de suministrar bienes o servicios
a todos por igual, opera la responsabilidad Estatal de brindar el máximo beneficio
posible con los recursos disponibles. Por esto, el Mayor recalca la importancia del Plan
Nacional de Vacunación, partiendo de la idea de ser la creación de condiciones
generales de equidad a través de políticas públicas incluyentes y efectivas que tiendan
a la protección de personas en su dignidad humana y a la exigencia de la solidaridad
cuando sea indispensable para garantizar la plena efectividad de los derechos
fundamentales (Dirección General De Sanidad Militar, 2021).
Como soporte de lo anterior, el Ministerio de Salud a través del documento técnico del
Plan de Vacunación contra el Covid-19 (2021) manifiesta que Las Fuerzas Militares y la
Policía Nacional, en cumplimiento de sus actividades de seguridad y soberanía
nacional, han apoyado el afrontamiento a la pandemia con actividades de control
territorial, apoyo logístico y cumplimiento de las diferentes medidas emitidas por el
Gobierno nacional y los gobiernos territoriales. Y por lo mismo, acompañarán el plan de
seguridad durante el desarrollo de las estrategias de vacunación en los distintos
territorios del país.
Estas estrategias empleadas por las Fuerzas Militares han permitido el desarrollo de
este Plan, que es el resultado de un trabajo interdisciplinario, interinstitucional e
intersectorial, basado en los principios de solidaridad, eficiencia, beneficencia,
prevalencia del interés general, equidad, justicia social y justicia distributiva,
transparencia, progresividad, enfoque diferencial, acceso y accesibilidad e igualdad
como lo afirma el Ministerio de Salud (2021). A su vez, como entidades que luchan por
el bienestar del país, quieren que los ciudadanos tengan presente que el proyecto de
vacunación contra el COVID-19 debe asumirse como un gran proyecto nación, del cual
se espera haya un amplio sentido de pertenencia, y además, con la responsabilidad
estatal de hacer disponibles las vacunas, la responsabilidad social de no desinformar a
través de noticias falsas, teorías de conspiración o con estrategias de cualquier orden
para no respetar el turno asignado.
Ahora bien, para englobar la información, la Presidencia (2020) muestra con datos
numéricos, la evidente importancia de las Fuerzas en el país y su gran aporte para
luchar por el bienestar de los ciudadanos. Inicialmente, manifiesta que la Fuerza Aérea
Colombiana ha transportado en diferentes aeronaves 23 toneladas de canastas
alimentarias, como apoyo al ICBF, para la población infantil especialmente de Bahía
Solano, Nuquí, Leticia y Puerto Leguízamo. La Armada Nacional por su parte, ha
entregado 96 mil galones de agua potable y 2.860 mercados a las comunidades de
territorios insulares en Tierrabomba e Islas del Rosario, beneficiando cerca de 15 mil
personas y 18 mil litros de agua potable a los habitantes de San Andrés, así como
mercados y agua potable para adultos mayores y población vulnerable en diferentes
regiones del país; adicionalmente, tres de sus buques están listos y a disposición para
el transporte de ayudas humanitarias.
Valorar el trabajo de las entidades que han estado detrás de todos estos procesos,
alineaciones y lineamientos para apoyar el sector salud, es importante y pertinente.
Reconocer aciertos y desaciertos permite el avance y evolución de cualquier
contingencia, que, en este caso, al ser una emergencia a nivel global y por tanto a nivel
nacional, requirió de una unidad de mecanismos y fuerzas en busca del beneficio de
todos los ciudadanos. Estrategias en las que el departamento de Seguridad y Defensa,
junto con su Fuerza Pública tomaron un papel básico y fundamental para que las
directrices fueran acatadas en su mayoría.
De señalarse y es labor de este capítulo mostrar como pese a la pandemia del covid-
19, se mantuvieron las operaciones para debilitar a los grupos al margen de la ley,
evitar su crecimiento en hombres armados y su expansión territorial, por lo que el
Ministerio de Defensa (2021) muestra dentro de los logros de la política de Defensa y
Seguridad, que para el año 2020 se presentaron más de cinco mil neutralizados y en lo
transcurrido en el mes de enero y febrero del 2021 se han presentado más de mil,
dicha cifra incluye muertes en combates, capturas y deserciones de las disidencias de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) que se apartaron de un
acuerdo de paz de 2016, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), del Clan del Golfo,
Los Caparros y Los Pelusos, todos vinculados con el narcotráfico y la minería ilegal
7000
6000
5000
4000
3000
2000
1000
0
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Figura 3 Numero de Neutralizados, Elaboración propia con Datos del Ministerio de Defensa, 2021.
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Jan-20 Feb-20 Mar-20 Apr-20 May-20 Jun-20 Jul-20 Aug-20 Sep-20 Oct-20 Nov-20 Dec-20 Jan-21 Feb-21
Figura 4 Numero de Neutralizados por mes, Elaboración propia con Datos del Ministerio de Defensa, 2021.
Es de resaltar que esta dimisión en el año 2020 no obedece al factor coyuntural del
covid-19 (ver figura 4), sino responde a los diferentes procesos que adelanta el
gobierno colombiano en pro de lograr un paz estable y duradera, y a los grandes
avances que se han tenido en términos de la disminución del pie de fuerza de estos
grupos.
De acuerdo con un informe de inteligencia, los cinco grupos terminaron 2020 con
alrededor de 6.800 combatientes. Mientras que las disidencias de las FARC
cerraron el año pasado con unos 2.500 combatientes, el ELN terminó con 2.450,
el Clan del Golfo con 1.600, Los Caparros con 100 y Los Pelusos con 150, cifras
similares a las de 2019 (Reuters, 2021).
De igual manera en la lucha contra los delitos contra la vida y la integridad personal y
los delitos contra la libertad individual y otras garantías constitucionales, se logro tener
avances importantes como se muestra a continuación:
18000 350
16000 300
14000
250
12000
10000 200
8000 150
6000
100
4000
2000 50
0 0
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 feb
Figura 5 Homicidios y secuestros en el territorio nacional, Elaboración propia con Datos del Ministerio de Defensa, 2021.
Para finalizar y no menos importante, ya que estos es uno de los principales retos de
Colombia, se presentan los resultados en términos de la lucha contra el problema
mundial de las drogas:
140000
120000
100000
80000
60000
40000
20000
0
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Figura 6 Erradicación manual de cultivos de coca (Hectáreas), Elaboración propia con Datos del Ministerio de Defensa, 2021.
600
500
400
300
200
100
0
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Figura 7 incautación de cocaína, heroína y marihuana, Elaboración propia con Datos del Ministerio de Defensa, 2021.
Las anteriores cifras muestran el real valor del trabajo de estas personas que
arriesgaron sus vidas por salvaguardar la de los demás, reconocer el arduo trabajo de
estos departamentos que se esfuerzan y luchan continuamente por prestar un servicio
integral y efectivo. Su dedicación por cumplir con sus tareas en la contingencia sin
descuidar sus responsabilidades constitucionales evidenció el papel fundamental de la
Seguridad y Defensa en época de pandemia, su compromiso y disciplina para cumplir
con su misión, luchar por la seguridad y beneficio del país.
Referencias
Dirección General de Sanidad Militar. (2021). Sanidad Militar pone en marcha nueva
estrategia de vacunación.
https://www.sanidadfuerzasmilitares.mil.co/comunicaciones/noticias-
comunicados-prensa/sanidad-militar-pone-marcha-nueva-estrategia