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TEMA 4.

COMPETENCIA Y PUBLICIDAD

Índice
1. Protección contra la competencia desleal ..................................................................... 1
Concepto ......................................................................................................................... 2
1.- Cláusula General: ........................................................................................................ 2
2.- Actos concretos de competencia desleal ...................................................................... 2
2. Defensa de la libre competencia .................................................................................. 5
1. Practicas colusorias. Concepto y supuestos. ..................................................................5
2. Abuso de posición dominante. ..................................................................................... 6
3. Falseamiento de la libre competencia por actos desleales. ............................................ 6
El Consejo........................................................................................................................ 7
El presidente ................................................................................................................... 8
3. La publicidad comercial privada como instrumento de la competencia ......................... 8
Ámbito subjetivo ............................................................................................................. 8
Sujetos de la actividad publicitaria ................................................................................... 9
Ámbito y carácter de la publicidad ................................................................................... 9
Acciones frente a la publicidad ilícita. ............................................................................... 9
4. La propiedad industrial. El nombre comercial, las marcas, el rótulo de establecimiento,
las patentes de invención y otros derechos ........................................................................ 10
Concepto de propiedad industrial. ................................................................................. 10
Marcas .......................................................................................................................... 10
Nombres comerciales. ................................................................................................... 14
Patentes ........................................................................................................................ 15
Nulidad y caducidad de las patentes............................................................................... 19

1. Protección contra la competencia desleal


Materia regulada por la Ley de Competencia Desleal (LCD) de 10 de enero de 1991
recientemente reformada por la ley 29/ 2009 de 30 de diciembre. Esta nueva legislación, que
entró en vigor el pasado mes de enero, supone la transposición1 al derecho español de las
Directivas CE 2005/29 de 11 de mayo de 2005, relativa a las prácticas comerciales desleales de
las empresas en sus relaciones con los consumidores en el mercado interior y la CE
2006/114/CE de 12 de diciembre de 2006, sobre publicidad engañosa y publicidad
comparativa.
Ámbito objetivo: El nuevo ámbito objetivo de la Ley se establece en el nuevo artículo 2.3, de
acuerdo con el cual a partir de ahora la ley de competencia desleal será aplicable a los actos
desleales realizados antes, durante o después de una operación comercial o contrato, llegue a
celebrarse o no.
Ámbito subjetivo: La ley se aplicará a los empresarios, profesionales y a cualesquiera otras
personas físicas o jurídicas que participen en el mercado. La aplicación de la Ley no podrá
supeditarse a la existencia de una relación de competencia entre el sujeto activo y el sujeto
pasivo del acto de competencia desleal.
Concepto
La Ley Establece el Concepto de Competencia desleal a través de una Cláusula General y de
una serie de Actos Concretos.
1.- Cláusula General: De acuerdo con la Ley, se considera desleal todo comportamiento que
resulte objetivamente contrario a las exigencias de la buena fe, y en este sentido, la ley
reformada, explica, además, qué se entiende por comportamiento contrario a las exigencias de
la buena fe en las relaciones con los consumidores y usuarios, de manera que se establece que
se presume que la conducta de un empresario es contraria a la buena fe si concurren dos
requisitos de forma conjunta:
a) Que el empresario actúe de forma contraria a la diligencia profesional; ésta se define
como el nivel de competencia y cuidados especiales que cabe esperar de un
empresario conforme a las prácticas honestas del mercado;
b) Que distorsione o pueda distorsionar de manera significativa el comportamiento
económico del consumidor medio o del miembro medio del grupo destinatario de la
práctica, si se trata de una práctica comercial dirigida a un grupo concreto de
consumidores. Es decir, que la práctica profesionalmente negligente del empresario
tenga efecto sobre el comportamiento de los consumidores.
2.- Actos concretos de competencia desleal. La ley vigente divide la regulación de los actos
concretos de competencia desleal, recogiendo en el Capítulo II (arts. 4 a 18) de forma
casuística los principales actos de competencia desleal y en el Capítulo III (arts. 19 a 31) una
categoría específica de prácticas comerciales desleales con los consumidores y usuarios.
2.1– Principales actos de competencia desleal.
Los clasificamos en dos grupos:
A. Actos de deslealtad contra los competidores:
B. Actos de deslealtad frente al mercado.
A. Actos de deslealtad contra los COMPETIDORES:
1. Actos de DENIGRACIÓN
Se considera desleal la realización o difusión de manifestaciones sobre la actividad, las
prestaciones, el establecimiento o las relaciones mercantiles de un tercero que sean aptas
para menoscabar su crédito en el mercado, a no ser que sean exactas, verdaderas y
pertinentes. En particular, no se estiman pertinentes las manifestaciones que tengan por
objeto la nacionalidad, las creencias o ideología, la vida privada o cualesquiera otras
circunstancias estrictamente personales del afectado.
2. Actos de COMPARACIÓN.
Se considera desleal la comparación pública de la actividad, las prestaciones o el
establecimiento propios o ajenos con los de un tercero cuando aquélla se refiera a extremos
que no sean análogos, relevantes ni comprobables.
3. Actos de IMITACIÓN.
La imitación de prestaciones e iniciativas empresariales ajenas es libre, salvo que estén
amparadas por un derecho de exclusiva reconocido por la Ley. (por ej. una Patente). Asimismo,
tendrá la consideración de desleal la imitación sistemática de las prestaciones e iniciativas
empresariales de un competidor cuando dicha estrategia se halle directamente encaminada a
impedir u obstaculizar su afirmación en el mercado y exceda de lo que, según las
circunstancias, pueda reputarse una respuesta natural del mercado.
4. Actos de EXPLOTACIÓN DE LA REPUTACIÓN AJENA.
Se considera desleal el aprovechamiento indebido, en beneficio propio o ajeno, de las ventajas
de la reputación industrial, comercial o profesional adquirida por otro en el mercado.
En particular, se reputa desleal el empleo de signos distintivos ajenos o de denominaciones de
origen falsas acompañadas de la indicación acerca de la verdadera procedencia del producto o
de expresiones tales como modelos, sistema, tipo, clase y similares.
5. Actos de VIOLACIÓN DE SECRETOS
Se considera desleal la violación de secretos empresariales, que se regirá por lo dispuesto en la
legislación de secretos empresariales.
6. Actos de INDUCCION A LA INFRACCIÓN CONTRACTUAL
1. Se considera desleal la inducción a trabajadores, proveedores, clientes y demás obligados, a
infringir los deberes contractuales básicos que han contraído con los competidores si va
acompañada de circunstancias tales como el engaño o la intención de eliminar a un
competidor.
B. Actos de deslealtad frente al MERCADO
1. Los de CONFUSIÓN con la actividad, las prestaciones o el establecimiento ajenos.
2. Los que impliquen una PUBLICIDAD ENGAÑOSA por OMISIÓN o SILENCIO del Anunciante.
Estos actos están tipificados en el artículo 7 de la LCD y comprenden seis supuestos:
− La falta total de información necesaria o su ocultación
− La información ofrecida de forma poco clara.
− La información que resulte ininteligible
− La información ambigua
− La información facilitada en un momento inadecuado
− La publicidad encubierta, es decir, aquella en la que no se da a conocer el propósito
comercial de esa práctica, cuando no resulte evidente por el contexto.
3. Las denominadas tras la reforma PRÁCTICAS AGRESIVAS, esto es, comportamientos
susceptibles de mermar de manera significativa la libertad de elegir el destinatario o de alterar
mediante acoso, coacción, uso de la fuerza o influencia indebida, su comportamiento
económico en relación con el bien o servicio de que se trate. A estos efectos se considerará
influencia indebida la utilización de una posición de poder en relación con el destinatario de la
práctica para ejercer presión sobre él. A continuación, el apartado segundo del mismo artículo
8 enumera un conjunto de circunstancias relevantes a la hora de valorar si un comportamiento
tiene carácter de acoso, coacción o influencia indebida.
4. El PREVALERSE EN EL MERCADO DE UNA VENTAJA COMPETITIVA, que sea significativa,
adquirida mediante infracción de leyes.
5. Los DISCRIMINACIÓN CON LOS CONSUMIDORES, sin causa justificada, la explotación de
situaciones de dependencia económica de clientes o proveedores, la ruptura total o parcial de
relaciones comerciales sin preaviso y la obtención bajo amenaza de ruptura de precios o
condiciones no previstos,
6. Los realizados de forma sistemática de venta por debajo del precio de adquisición o de coste
(la denominada VENTA A PÉRDIDA que induzcan a error a los consumidores acerca del nivel de
precios de otros productos del mismo establecimiento y los encaminados a eliminar a
competidores del mercado.
7. La PUBLICIDAD ILÍCITA, regulada por la Ley General de Publicidad, se considerará desleal
2.2 – Prácticas comerciales desleales con los CONSUMIDORES o USUARIOS
Tras la reforma de la LDC del año 2009, ya citada, se ha incorporado a la Ley vigente un nuevo
Capítulo III que regula otra categoría específica de actos que tienen que ver con la deslealtad
frente a los consumidores. Se puede distinguir entre conductas engañosas y conductas
agresivas.
CONDUCTAS ENGAÑOSAS
a) Practicas engañosas por confusión para los consumidores.
En las relaciones con consumidores y usuarios, se reputan desleales aquéllas prácticas
comerciales, incluida la publicidad comparativa, que, en su contexto fáctico y teniendo en
cuenta todas sus características y circunstancias, creen confusión, incluido el riesgo de
asociación, con cualesquiera bienes o servicios, marcas registradas, nombres comerciales u
otras marcas distintivas de un competidor, siempre que sean susceptibles de afectar al
comportamiento económico de los consumidores y usuarios.
b) Prácticas engañosas sobre códigos de conducta u otros distintivos de calidad

Se reputan desleales por engañosas, las prácticas comerciales que afirmen sin ser cierto:
1. Que el empresario o profesional está adherido a un código de conducta.
2. Que un código de conducta ha recibido el refrendo de un organismo público o
cualquier otro tipo de acreditación.
3. Que un empresario o profesional, sus prácticas comerciales, o un bien o servicio ha
sido aprobado, aceptado o autorizado por un organismo público o privado, o hacer esa
afirmación sin cumplir las condiciones de la aprobación, aceptación o autorización.
La exhibición de un sello de confianza o de calidad o de un distintivo equivalente, sin haber
obtenido la necesaria autorización, es igualmente, en todo caso, una práctica comercial
desleal por engañosa.
c) Prácticas que el legislador denomina señuelo, así como las prácticas engañosas como la no
suministración de bienes o prestación de servicios ofertados a determinado precio, la
oferta de premios que no llegan a concederse, etc.
d) Prácticas que engañan al consumidor sobre la naturaleza y propiedades de los bienes o
servicios, su disponibilidad y los servicios de postventa, tales como declaraciones falsas
sobre las propiedades curativas de bienes o servicios, uso de un idioma en servicios
postventa distinto al empleado en la transacción comercial sin avisarlo antes de formalizar
la misma, etc.
e) Las ventas piramidales, es decir, un plan de venta en el que el consumidor o usuario realice
una contraprestación a cambio de la oportunidad de recibir una compensación derivada
fundamentalmente de la entrada de otros consumidores o usuarios en el plan, y no de la
venta o suministro de bienes o servicios.
f) Las promociones engañosas dirigidas a inducir deliberadamente al consumidor a creer que
el bien o servicio procede de un determinado empresario o profesional, no siendo cierto.
g) Las prácticas comerciales encubiertas. Se considera desleal por engañoso incluir como
información en los medios de comunicación, comunicaciones para promocionar un bien o
servicio, pagando el empresario o profesional por dicha promoción, sin que quede
claramente especificado en el contenido o mediante imágenes y sonidos claramente
identificables para el consumidor o usuario que se trata de un contenido publicitario.
CONDUCTAS AGRESIVAS
Son coactivas las prácticas comerciales que hagan creer al consumidor o usuario que no puede
abandonar el establecimiento del empresario o profesional o el local en el que se realice la
práctica comercial, hasta haber contratado, salvo que dicha conducta sea constitutiva de
infracción penal.
Son prácticas que implican acoso las que recoge el artículo 29, entre ellas, las visitas en
persona al domicilio del consumidor o usuario, ignorando sus peticiones para que el
empresario o profesional abandone su casa o no vuelva a personarse en ella.
Igualmente se reputa desleal realizar propuestas no deseadas y reiteradas por teléfono, fax,
correo electrónico u otros medios de comunicación a distancia, salvo en las circunstancias y en
la medida en que esté justificado legalmente para hacer cumplir una obligación contractual.
Junto a las conductas que implican coacción y acoso, la LDC contempla en el artículo
317algunas otras consideradas prohibidas por agresivas, como, por ejemplo, obstaculizar la
posibilidad de que el consumidor presente reclamaciones.
CÓDIGOS DE CONDUCTA
Una de las novedades más destacables de la reforma de la LCD incorporada por la ley29/2009,
es la regulación de los Códigos de conducta, contenida, esencialmente, en los artículos 37 a 39
(si bien, otros preceptos de la ley hacen referencia a esta materia: v. arts. 21 y 5.2). Se
pretende con ello elevar el nivel de protección de los consumidores y usuarios
RÉGIMEN DE ACCIONES
1. Acción DECLARATIVA de la deslealtad del acto. Se pide al juez que reconozca que un acto
es desleal y, por tanto, ilícito. (Se acumula normalmente con otras acciones)
2. Acción de CESACIÓN del acto de de PROHIBICIÓN si todavía no se ha puesto en práctica.
3. Acción de REMOCIÓN de los efectos producidos por el acto. Se pide la eliminación de los
efectos del acto, con el fin de devolver al perjudicado a la situación anterior a dicho acto
desleal.
4. Acción de RECTIFICACIÓN de las informaciones engañosas, incorrectas o falsas.
5. Acción de resarcimiento de los DAÑOS Y PERJUICIOS causados por el acto, si ha intervenido
DOLO O CULPA del autor del acto.
6. Acción de ENRIQUECIMIENTO I JUSTO. Esta acción sólo procede cuando el acto lesione una
posición jurídica amparada por un derecho de exclusiva u otra de análogo contenido
económico. (Ej. Patente, Marca, etc...)
TODAS las acciones podrán ejercitarse por cualquier persona cuyos intereses económicos
resulten perjudicados o amenazados. LAS CUATRO PRIMERAS, además, pueden ejercitarlas las
asociaciones de consumidores o profesionales, cuando los intereses de sus miembros se vean
perjudicados y, como novedad añade la ley que “en defensa de los interese generales,
colectivos o difusos de los consumidores y usuarios también podrán ejercerlas:
a) El Instituto Nacional del Consumo y los órganos o entidades correspondientes de las
comunidades autónomas y de las corporaciones locales competentes en materia de
defensa de los consumidores y usuarios.
b) Las asociaciones de consumidores y usuarios que reúnan los requisitos establecidos en
el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios o,
en su caso, en la legislación autonómica en materia de defensa de los consumidores y
usuarios.
c) Las entidades de otros Estados miembros de la Comunidad Europea constituidas para
la protección de los intereses colectivos y de los intereses difusos de los consumidores
y usuarios que estén habilitadas mediante su inclusión en la lista publicada a tal fin en
el «Diario Oficial de las Comunidades Europeas».
d) El Ministerio Fiscal. En las sentencias estimatorias de las acciones previstas en el
apartado anterior, números 1.ª a 4.ª, el tribunal, si lo estima procedente, y con cargo
al demandado, podrá acordar la publicación total o parcial de la sentencia o, cuando
los efectos de la infracción puedan mantenerse a lo largo del tiempo, una declaración
rectificadora.

2. Defensa de la libre competencia


Esta materia está regulada por la Ley de Defensa de la Competencia de 3 de junio de 2007
(LDC), que reformó la ley de 17 de julio de 1989 de Defensa de la Competencia, y el
Reglamento de Defensa de la Competencia, aprobado por Real Decreto (RD) 261/2008, de 22
de febrero. La Ley recoge las siguientes conductas prohibidas:
I. Las prácticas colusorias. (Con su régimen de excepciones)
II. El abuso de posición dominante.
III. Falseamiento de le libre competencia por actos desleales.
1. Practicas colusorias. Concepto y supuestos.
El art.1 de la LDC prohíbe todo acuerdo, decisión, o recomendación colectiva concertada o
conscientemente paralela que tenga por objeto, produzca o pueda producir el efecto de
restringir o falsear la competencia en todo o en parte del mercado nacional. Después de
definirlas, la ley expone una serie de supuestos, ejemplo de conductas prohibidas, aunque no
es una enumeración limitativa. Cita, entre otras: a) la fijación de forma directa o indirecta de
precios o de otras condiciones comerciales o de servicio. b) La limitación o el control de la
producción, la distribución, el desarrollo técnico o las inversiones. c) el reparto del mercado o
de las fuentes de aprovisionamiento.
Asimismo, tras esta enunciación establece la Ley la nulidad de pleno derecho de los acuerdos,
decisiones y recomendaciones prohibidas en esta Ley, a menos que sean alguno de los
supuestos exceptuados, que ahora vemos.
Excepciones: Se establece que algunas de las conductas que prohíbe el art.1 que acabamos de
citar, pueden ser autorizadas si se dan algunas circunstancias:
1) La prohibición del apartado 1 no se aplicará a los acuerdos, decisiones, recomendaciones y
prácticas que contribuyan a mejorar la producción o la comercialización y distribución de
bienes y servicios o a promover el progreso técnico o económico, sin que sea necesaria
decisión previa alguna a tal efecto, siempre que:
a. Permitan a los consumidores o usuarios participar de forma equitativa de sus
ventajas.
b. No impongan a las empresas interesadas restricciones que no sean indispensables
para la consecución de aquellos objetivos, y
c. c. No consientan a las empresas partícipes la posibilidad de eliminar la
competencia respecto de una parte sustancial de los productos o servicios
contemplados.
2) La prohibición del apartado 1 no se aplicará a los acuerdos, decisiones, o recomendaciones
colectivas, o prácticas concertadas o conscientemente paralelas que cumplan las
disposiciones establecidas en los Reglamentos Comunitarios.
3) Asimismo, el Gobierno podrá declarar mediante Real Decreto exceptuadas determinadas
categorías de conductas, previo informe del Consejo de Defensa de la Competencia y de la
Comisión Nacional de la Competencia.
2. Abuso de posición dominante.
Queda prohibida, según establece el art.3 de la LDC la explotación abusiva por una o varias
empresas de su posición de dominio en todo o en parte del mercado nacional. El abuso podrá
consistir, en particular, en:
a. La imposición, de forma directa o indirecta, de precios u otras condiciones comerciales o
de servicios no equitativos.
b. La limitación de la producción, la distribución o el desarrollo técnico en perjuicio
injustificado de las empresas o de los consumidores.
c. La negativa injustificada a satisfacer las demandas de compra de productos o de prestación
de servicios.
d. La aplicación, en las relaciones comerciales o de servicios, de condiciones desiguales para
prestaciones equivalentes, que coloque a unos competidores en situación desventajosa
frente a otros.
e. La subordinación de la celebración de contratos a la aceptación de prestaciones
suplementarias que, por su naturaleza o con arreglo a los usos de comercio no guarden
relación con el objeto de dichos contratos.
La prohibición prevista en este artículo no se aplicará en los casos en los que la posición de
dominio en el mercado de una o varias empresas haya sido establecida por disposición legal.
3. Falseamiento de la libre competencia por actos desleales.
La Comisión Nacional de la Competencia o los órganos competentes de las Comunidades
Autónomas estudiarán aquellos actos de competencia desleal que por falsear la libre
competencia afecten al interés público, de acuerdo con el régimen de prohibiciones que
establece la LDC.
La LDC también establece un régimen específico en materia de Concentraciones Económicas. A
los efectos previstos en esta Ley se entenderá que se produce una concentración económica
cuando tenga lugar un cambio estable del control de la totalidad o parte de una o varias
empresas como consecuencia de:
a. La fusión de dos o más empresas anteriormente independientes, o
b. La adquisición por una empresa del control sobre la totalidad o parte de una o varias
empresas.
c. La creación de una empresa en participación y, en general, la adquisición del control
conjunto sobre una o varias empresas, cuando éstas desempeñen de forma permanente
las funciones de una entidad económica autónoma.
También se regula el régimen de Ayudas públicas (art.11 y ss.)
ORGANOS DE SUPERVISIÓN Y CONTROL – LA COMISIÓN NACIONAL DE LOS MERCADOS Y LA
COMPETENCIA (CNMC)
A través de la ley 3/2013 de 4 de junio se crea la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia (CNMC), con la misión de ser el organismo encargado de garantizar, preservar y
promover el correcto funcionamiento del mercado, así como la transparencia y la existencia de
una competencia efectiva en todos los mercados y sectores productivos en beneficio de todos
los consumidores y usuarios, tal y como recoge el preámbulo de la Ley.
La CNMC sustituye la estructura de supervisión y control que hasta ese momento estaba
integrada por los siguientes organismos: - Hasta el año 2011 : Comisión Nacional de la
Competencia
− Hasta el año 2011:
• Comisión Nacional de la Competencia
• Comisión Nacional de la Energía.
• Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.
• Comité de Regulación Ferroviaria.
• Comisión Nacional del Sector Postal.
• Consejo Estatal de medios Audiovisuales
− A partir de 2011 se crean algunos más:
• Organismo Regulador del Sector del Transporte
• Comisión Nacional del Juego
• Comisión de Regulación Económica Aeroportuaria.
La CNMC está adscrita (depende) al Ministerio de Economía y Competitividad y ejercerá sus
funciones a través de los siguientes órganos de gobierno:
El Consejo.
Es el órgano colegiado de decisión en relación con las funciones resolutorias, consultivas, de
promoción de la competencia y de arbitraje y de resolución de conflictos atribuidas a la
Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, sin perjuicio de las delegaciones que
pueda acordar.
El Consejo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia está integrado por diez
miembros. Los miembros del Consejo, y entre ellos el presidente y el vicepresidente, serán
nombrados por el Gobierno, mediante Real Decreto, a propuesta del Ministro de Economía y
Competitividad, entre personas de reconocido prestigio y competencia profesional en el
ámbito de actuación de la Comisión, previa comparecencia de la persona propuesta para el
cargo ante la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados.
El Congreso, a través de la Comisión competente y por acuerdo adoptado por mayoría
absoluta, podrá vetar el nombramiento del candidato propuesto en el plazo de un mes natural
a contar desde la recepción de la correspondiente comunicación. Transcurrido dicho plazo sin
manifestación expresa del Congreso, se entenderán aceptados los correspondientes
nombramientos.
El mandato de los miembros del Consejo será de seis años sin posibilidad de reelección. La
renovación de los miembros del Consejo se hará parcialmente cada dos años, de modo que
ningún miembro del Consejo permanezca en su cargo por tiempo superior a seis años.
Los miembros del Consejo ejercerán su función con dedicación exclusiva y tendrán la
consideración de altos cargos de la Administración General del Estado.
El Consejo consta de dos salas, una dedicada a temas de competencia y otra a supervisión
regulatoria.
Las funciones del Consejo son, entre otras,
1. Resolver y dictaminar los asuntos que la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia tiene atribuidos por esta Ley y por el resto de la legislación vigente.
2. Solicitar o acordar el envío de expedientes de control de
3. Resolver sobre el cumplimiento de las resoluciones y decisiones en materia de conductas
prohibidas y de concentraciones.
4. Interesar la instrucción de expedientes.
5. Nombrar y acordar el cese del personal directivo, a propuesta del presidente del Consejo.
El presidente
Tiene, entre otras, las siguientes funciones:
1. Convocar al Consejo en pleno por propia iniciativa o a petición de, al menos, la mitad de
los consejeros, y presidirlo.
2. Ostentar la representación legal e institucional de la Comisión.
3. Velar por el adecuado desarrollo de las actuaciones de la Comisión, de acuerdo con el
ordenamiento jurídico.
4. Mantener el buen orden y gobierno de la organización de la Comisión.
5. Dar cuenta al titular del Ministerio de adscripción de las vacantes que se produzcan en el
Consejo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Por último, la Ley que crea la CNMC prevé la existencia de cuatro Direcciones de instrucción a
las que les corresponderá el ejercicio de las funciones señaladas en la propia ley, además de
aquellas que les pudiera delegar el Consejo. Estas Direcciones son las siguientes:
• La Dirección de Competencia
• La Dirección de Telecomunicaciones y del Sector Audiovisual, a la que
• La Dirección de Energía
• La Dirección de Transportes y del Sector Postal
Estas Direcciones ejercerán sus funciones de instrucción con independencia del Consejo.

3. La publicidad comercial privada como instrumento de la competencia


La publicidad privada como medio de captación de clientela promoviendo la contratación de
bienes y servicios está regulada en la Ley General de Publicidad de 11 de noviembre de 1988
(LGP), modificada por Ley 39/2002, de 28 de octubre, de transposición al ordenamiento
jurídico español de diversas directivas comunitarias en materia de protección de los intereses
de los consumidores y usuarios; por la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas
de Protección Integral contra la Violencia de Género y por la Ley 29/2009, de 30 de diciembre,
por la que se modifica el régimen legal de la competencia desleal y de la publicidad para la
mejora de la protección de los consumidores.
A los efectos de esta Ley, tal y como recoge el artículo 2 se entenderá por Publicidad, toda
forma de comunicación realizada por una persona física o jurídica, pública o privada, en el
ejercicio de una actividad comercial, industrial, artesanal o profesional, con el fin de promover
de forma directa o indirecta la contratación de bienes muebles o inmuebles, servicios,
derechos y obligaciones.
Ámbito subjetivo, es decir, los destinatarios de esta regulación serán las personas a las que se
dirija el mensaje publicitario o a las que éste alcance.
Sujetos de la actividad publicitaria. En la esfera mercantil la actividad publicitaria puede ser
desarrollada directamente por aquellos empresarios que dispongan de medios propios,
adecuados para la difusión o propaganda de sus actividades o productos; pero lo normal es
que los empresarios recurran a la colaboración de otras personas físicas o jurídicas
especializadas en esta actividad.
De ahí que la ley haya considerado oportuno determinar la condición de los sujetos
participantes en las relaciones jurídicas de publicidad. (art.8) Son los siguientes:
− Anunciante: la persona natural o jurídica en cuyo interés se realiza la publicidad, y cuyos
derechos regula el artículo.
− Agencias de publicidad las personas naturales o jurídicas que se dediquen
profesionalmente y de manera organizada a crear, preparar, programar o ejecutar
publicidad por cuenta de un anunciante.
− Medios de publicidad las personas naturales o jurídicas, públicas o privadas, que, de
manera habitual y organizada, se dediquen a la difusión de publicidad a través de los
soportes o medios de comunicación social cuya titularidad ostenten. Los medios de
difusión deslindarán perceptiblemente las afirmaciones efectuadas dentro de su función
informativa de las que hagan como simples vehículos de publicidad. Los anunciantes
deberán asimismo desvelar inequívocamente el carácter publicitario de sus anuncios.
Ámbito y carácter de la publicidad. La publicidad que regula la LGP ha de ser veraz y leal, y, en
concreto, la ley establece el régimen legal de la publicidad privada a través de determinar lo
que NO debe hacerse en esta actividad. A estos efectos, 9 se contemplan los siguientes
supuestos de publicidad ilícita:
a. La publicidad que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos
reconocidos en la Constitución, especialmente a los que se refieren sus artículos 14, 18 y
20, apartado 4.
Se entenderán incluidos en la previsión anterior los anuncios que presenten a las mujeres
de forma vejatoria o discriminatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o
partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende
promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados que vulneren
los fundamentos de nuestro ordenamiento coadyuvando a generar la violencia a que se
refiere la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género.
b. La publicidad dirigida a menores que les incite a la compra de un bien o de un servicio,
explotando su inexperiencia o credulidad, o en la que aparezcan persuadiendo de la
compra a padres o tutores. No se podrá, sin un motivo justificado, presentar a los niños en
situaciones peligrosas. No se deberá inducir a error sobre las características de los
productos, ni sobre su seguridad, ni tampoco sobre la capacidad y aptitudes necesarias en
el niño para utilizarlos sin producir daño para sí o a terceros.
c. La publicidad subliminal. (art.4) A los efectos de esta ley, será publicidad subliminal la que
mediante técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los
umbrales de los sentidos o análogas, pueda actuar sobre el público destinatario sin ser
conscientemente percibida.
d. La que infrinja lo dispuesto en la normativa que regule la publicidad de determinados
productos, bienes, actividades o servicios
e. La publicidad engañosa, la publicidad desleal y la publicidad agresiva, que tendrán el
carácter de actos de competencia desleal en los términos contemplados en la Ley de
Competencia Desleal.
Acciones frente a la publicidad ilícita.
1. Las acciones frente a la publicidad ilícita serán las establecidas con carácter general para
las acciones derivadas de la competencia desleal.
2. Adicionalmente, frente a la publicidad ilícita por utilizar de forma discriminatoria o
vejatoria la imagen de la mujer, están legitimados para el ejercicio de las acciones
previstas en el artículo 32.1, 1.ª a 4.ª de la Ley de Competencia Desleal:
a. La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.
b. El Instituto de la Mujer o su equivalente en el ámbito autonómico.
c. Las asociaciones legalmente constituidas que tengan como objetivo único la defensa
de los intereses de la mujer y no incluyan como asociados a personas jurídicas con
ánimo de lucro.
d. El Ministerio Fiscal.

4. La propiedad industrial. El nombre comercial, las marcas, el rótulo de


establecimiento, las patentes de invención y otros derechos
Concepto de propiedad industrial.
Es la que adquiere por sí mismo el inventor o descubridor con la creación o descubrimiento de
cualquier invento relacionado con la industria; y el productor, fabricante o comerciante con la
creación de signos especiales con los que aspira a distinguir de los similares los resultados de
sus trabajos.
La que adquiere el inventor o descubridor con cualquier invento o descubrimiento relacionado
con la industria, que le pertenezca, y también la que adquiere el comerciante, fabricante o
productor con la creación de signos con los que pretende distinguir sus productos o servicios
de los competidores.
Modalidades.
Signos distintivos del empresario, de la empresa, del establecimiento y de los productos y
servicios que sean objeto de la actividad empresarial, son:
− El nombre comercial
− Las marcas de producto o servicio
Signos distintivos.
Marcas
Concepto (artículo 4 de la Ley de Marcas). Podrán constituir marcas todos los signos,
especialmente las palabras, incluidos los nombres de personas, los dibujos, las letras, las cifras,
los colores, la forma del producto o de su embalaje, o los sonidos, a condición de que tales
signos sean apropiados para:

a. Distinguir los productos o los servicios de una empresa de los de otras empresas
b. Ser representados en el Registro de Marcas de manera tal que permita a las autoridades
competentes y al público en general determinar el objeto claro y preciso de la protección
otorgada a su titular.

Además, la ley de Marcas establece qué signos no pueden constituir marca recogiendo a este
efecto lo siguiente:
− Prohibiciones absolutas
− Prohibiciones relativas

Prohibiciones absolutas
1. No podrán registrarse como marca los signos siguientes:
a. Los que no puedan constituir marca por no ser conformes al artículo 4.
b. Los que carezcan de carácter distintivo.
c. Los que se compongan exclusivamente de signos o indicaciones que puedan servir en el
comercio para designar la especie, la calidad, la cantidad, el destino, el valor, la
procedencia geográfica o la época de obtención del producto o de la prestación del
servicio u otras características de los productos o servicios.
d. Los que se compongan exclusivamente de signos o indicaciones que se hayan convertido
en habituales en el lenguaje común o en las costumbres leales y constantes del comercio.
e. Los constituidos exclusivamente por la forma u otra característica impuesta por la
naturaleza misma del producto o por la forma u otra característica del producto necesaria
para obtener un resultado técnico, o por la forma u otra característica que dé un valor
sustancial al producto.
f. Los que sean contrarios a la Ley, al orden público o a las buenas costumbres.
g. Los que puedan inducir al público a error, por ejemplo, sobre la naturaleza, la calidad o el
origen geográfico del producto o servicio.
h. Los excluidos de registro en virtud de la legislación nacional o de la Unión o por acuerdos
internacionales en los que sea parte la Unión o el Estado español, que confieran
protección a denominaciones de origen e indicaciones geográficas.
i. Los excluidos de registro en virtud de la legislación de la Unión o de acuerdos
internacionales en los que esta sea parte y que confieran protección a los términos
tradicionales de vinos.
j. Los excluidos de registro en virtud de la legislación de la Unión o de acuerdos
internacionales en los que esta sea parte, que confieran protección a especialidades
tradicionales garantizadas.
k. Los que consistan en, o reproduzcan en sus elementos esenciales, la denominación de una
obtención vegetal anterior, registrada conforme a la legislación de la Unión o al Derecho
nacional, o a los acuerdos internacionales en los que sea parte la Unión o España, que
establezcan la protección de las obtenciones vegetales, y que se refieran a obtenciones
vegetales de la misma especie o estrechamente conexas.
l. Los que reproduzcan o imiten el escudo, la bandera, las condecoraciones y otros
emblemas de España, sus Comunidades Autónomas, sus municipios, provincias u otras
entidades locales, a menos que medie la debida autorización.
m. Los que no hayan sido autorizados por las autoridades competentes y deban ser
denegados en virtud del artículo 6 ter del Convenio de París.
n. Los que incluyan insignias, emblemas o escudos distintos de los contemplados en el
artículo 6 ter del Convenio de París y que sean de interés público, salvo que su registro sea
autorizado por la autoridad competente.
2. No se denegará el registro de una marca de conformidad con lo dispuesto en el apartado
1, letras b), c) o d), si, antes de la fecha de concesión del registro, debido al uso que se ha
hecho de la misma, hubiese adquirido un carácter distintivo.

Prohibiciones relativas
Dentro de las prohibiciones relativas la ley sitúa las siguientes:
Marcas anteriores y establece que no podrán registrarse como marcas aquellos signos que
tengan las siguientes características:
Que sean idénticos a una marca anterior que designe productos o servicios idénticos.
Que, por ser idénticos o semejantes a una marca anterior y por ser idénticos o similares los
productos o servicios que designan, exista un riesgo de confusión en el público; el riesgo de
confusión incluye el riesgo de asociación con la marca anterior.
Son marcas anteriores las siguientes:

a. Las marcas registradas cuya solicitud de registro tenga una fecha de presentación o de
prioridad anterior a la de la solicitud objeto de examen, y que pertenezcan a las siguientes
categorías: i) marcas españolas; ii) marcas que hayan sido objeto de un registro
internacional que surta efectos en España; iii) marcas de la Unión Europea (en adelante
marcas de la Unión).
b. Las marcas de la Unión registradas que, con arreglo a su Reglamento, reivindiquen
válidamente la antigüedad de una de las marcas mencionadas en los puntos i) y ii) de la
letra a), aun cuando esta última marca haya sido objeto de renuncia o se haya extinguido
c. Las solicitudes de marca a las que hacen referencia las letras a) y b), a condición de que
sean finalmente registradas.
d. Las marcas no registradas que en la fecha de presentación o prioridad de la solicitud de la
marca en examen sean "notoriamente conocidas" en España en el sentido del artículo 6 bis
del Convenio de París.

Nombres comerciales
1) No podrán registrarse como marcas los signos:
a. Que sean idénticos a un nombre comercial anterior que designe actividades idénticas a
los productos o servicios para los que se solicita la marca.
b. Que por ser idénticos o semejantes a un nombre comercial anterior y por ser idénticas
o similares las actividades que designa a los productos o servicios para los que se
solicita la marca, exista un riesgo de confusión en el público; el riesgo de confusión
incluye el riesgo de asociación con el nombre comercial anterior.
2) A los efectos de este artículo se entenderá por nombres comerciales anteriores:
a. Los nombres comerciales registrados en España cuya solicitud de registro tenga una
fecha de presentación o de prioridad anterior a la de la solicitud objeto de examen.
b. Las solicitudes de los nombres comerciales a los que hace referencia la letra anterior, a
condición de que sean finalmente registradas.
Marcas y nombres comerciales renombrados
1. No podrá registrase como marca un signo que sea idéntico o similar a una marca anterior,
con independencia de que los productos o servicios para los cuales se haga la solicitud sean
idénticos o sean o no similares a aquellos para los que se haya registrado la marca anterior,
cuando la marca anterior goce de renombre en España o, si se trata de una marca de la
Unión, en la Unión Europea, y con el uso de la marca posterior, realizado sin justa causa, se
pudiera obtener una ventaja desleal del carácter distintivo o del renombre de la marca
anterior, o dicho uso pudiera ser perjudicial para dicho carácter distintivo o dicho renombre.
2. La protección reforzada prevista en el apartado 1 será igualmente aplicable a los nombres
comerciales renombrados.

Solicitud de la marca
− La solicitud de registro de marca se presentará en el órgano competente de la Comunidad
Autónoma donde el solicitante tenga su domicilio o un establecimiento industrial o
comercial serio y efectivo.
− Los solicitantes domiciliados en las Ciudades de Ceuta y Melilla presentarán la solicitud en
la Oficina Española de Patentes y Marcas.
− Los solicitantes no domiciliados en España presentarán la solicitud ante la Oficina Española
de Patentes y Marcas.

La solicitud de registro de marca deberá contener al menos, los siguientes datos:


a. Una instancia por la que se solicite el registro de marca.
b. La identificación del solicitante.
c. Una representación de la marca que cumpla los requisitos establecidos en el artículo 4,
letra b). ES DECIR, QUE SE PUEDA REPRESENTAR GRÁFICAMENTE
d. La lista de los productos o servicios para los que se solicita el registro.
Adquisición del derecho sobre la marca:
El derecho de propiedad sobre la marca y el nombre comercial se adquiere por el registro
válidamente efectuado de conformidad con las normas de la Ley.

Duración y renovación
El registro de una marca se otorga por diez años contados desde la fecha de presentación de la
solicitud y podrá renovarse por períodos sucesivos de diez años.
El registro de la marca se renovará previa solicitud del titular de esta o de sus derechos
habientes, presentada ante la Oficina Española de Patentes y Marcas o los órganos a que se
refiere el artículo 11, (Verlo en el apartado de la Solicitud) que deberán acreditar esta cualidad
en la forma que se disponga reglamentariamente. Si la solicitud no fuera presentada ante la
Oficina Española de Patentes y Marcas, el órgano que la reciba la remitirá, junto con la
documentación que se acompañe, en el plazo de cinco días a la Oficina, contando el plazo para
su resolución a partir de la recepción del expediente.
La solicitud se presentará acompañada del justificante de pago de la tasa de renovación, cuya
cuantía vendrá determinada por el número de clases que comprenda la solicitud de
renovación.

Obligación de uso de la marca


Tener una marca registrada otorga derechos al titular de esa marca, por supuesto, pero
también le genera OBLIGACIONES. La fundamental es la OBLIGACIÓN DE USO DE LA MARCA.
Esa obligación implica que la MARCA debe ser utilizada por su titular o por quien esté
autorizado por el titular. El uso comenzará a partir del día en que se Registre la marca a todos
los efectos.
Si la marca no es usada en un periodo de cinco años, ni por su titular ni por alguien autorizado
por el titular, se producirán las consecuencias que prevé la Ley de Marcas, entre otras, la
caducidad de la marca.

Acciones por violación del derecho de marca


El titular de una marca registrada podrá ejercitar ante los órganos jurisdiccionales las acciones
civiles o penales que correspondan contra quienes lesionen su derecho y exigir las medidas
necesarias para su salvaguardia, todo ello sin perjuicio de la sumisión a arbitraje, si fuere
posible.

Acciones civiles que puede ejercitar el titular de la marca.


1. En especial, el titular cuyo derecho de marca sea lesionado podrá reclamar en la vía civil:
a. La cesación de los actos que violen su derecho.
b. La indemnización de los daños y perjuicios sufridos.
c. La adopción de las medidas necesarias para evitar que prosiga la violación y, en particular,
que se retiren del tráfico económico los productos, embalajes, envoltorios, material
publicitario, etiquetas u otros documentos en los que se haya materializado la violación
del derecho de marca y el embargo o la destrucción de los medios principalmente
destinados a cometer la infracción. Estas medidas se ejecutarán a costa del infractor, salvo
que se aleguen razones fundadas para que no sea así.
d. La destrucción o cesión con fines humanitarios, si fuere posible, a elección del actor, y
a costa siempre del condenado, de los productos ilícitamente identificados con la marca
que estén en posesión del infractor, salvo que la naturaleza del producto permita la
eliminación del signo distintivo sin afectar al producto o la destrucción del producto
produzca un perjuicio desproporcionado al infractor o al propietario, según las
circunstancias específicas de cada caso apreciadas por el Tribunal.
e. La atribución en propiedad de los productos, materiales y medios embargados en virtud de
lo dispuesto en el apartado c cuando sea posible, en cuyo caso se imputará el valor de los
bienes afectados al importe de la indemnización de daños y perjuicios. Si el valor
mencionado excediera del importe de la indemnización concedida, el titular del derecho
de marca deberá compensar a la otra parte por el exceso.
f. La publicación de la sentencia a costa del condenado mediante anuncios y notificaciones a
las personas interesadas.

Transmisión de la marca
La transmisión de la empresa en su totalidad implicará la cesión de la marca, a no ser que
exista acuerdo en contrario o que las circunstancias determinen claramente lo contrario. Esta
disposición será aplicable a la obligación contractual de transmitir la empresa.
Un supuesto especial son las licencias

Licencia de la marca
− Tanto la solicitud como la marca podrán ser objeto de licencias sobre la totalidad o una
parte de los productos y servicios para los cuales esté registrada y para todo o parte del
territorio español. Las licencias podrán ser exclusivas o no exclusivas
− El titular de una licencia no podrá cederla a terceros, ni conceder sublicencias, a no ser que
se hubiere convenido lo contrario.
− Salvo pacto en contrario, el titular de una licencia tendrá derecho a utilizar la marca
durante toda la duración del registro, incluidas las renovaciones, en todo el territorio
nacional y en relación con todos los productos o servicios para los cuales la marca esté
registrada.
− Se entenderá, salvo pacto en contrario, que la licencia no es exclusiva y que el licenciante
podrá conceder otras licencias y utilizar por sí mismo la marca.
− Cuando la licencia sea exclusiva el licenciante sólo podrá utilizar la marca si en el contrato
se hubiera reservado expresamente ese derecho.

Nulidad y caducidad de la marca


Nulidad
La Ley distingue entre:

a. Causas de nulidad absoluta. Se dan cuando se vulneran las prohibiciones absolutas que
hemos visto al principio del régimen de marcas.
b. Causas de nulidad relativa Se dan cuando se vulneran las prohibiciones relativas que
hemos visto al principio del régimen de marcas.

Nombres comerciales.
Concepto y normas aplicables
Se entiende por nombre comercial todo signo susceptible de representación gráfica que
identifica a una empresa en el tráfico mercantil y que sirve para distinguirla de las demás
empresas que desarrollan actividades idénticas o similares.
1. En particular, podrán constituir nombres comerciales:
a. Los nombres patronímicos, las razones sociales y las denominaciones de las personas
jurídicas.
b. Las denominaciones de fantasía.
c. Las denominaciones alusivas al objeto de la actividad empresarial.
d. Los anagramas y logotipos.
e. Las imágenes, figuras y dibujos.
f. Cualquier combinación de los signos que, con carácter enunciativo, se mencionan en
los apartados anteriores.
2. Salvo disposición contraria prevista en este capítulo, serán de aplicación al nombre
comercial, en la medida en que no sean incompatibles con su propia naturaleza, las normas
de la Ley relativas a las marcas.

Prohibiciones de registro
No podrán registrarse como nombres comerciales los signos siguientes:
3. Los que no puedan constituir nombre comercial por no ser conformes con el artículo 87.
4. Los que incurran en alguna de las prohibiciones absolutas del artículo 5 de la Ley de
Marcas.
5. Los que puedan afectar a algún derecho anterior de los previstos en los artículos 6 a 10 de
la Ley de Marcas.

Solicitud y renovación
La solicitud y la renovación del nombre comercial estarán sometidas al pago de las tasas
correspondientes, según el número de clases que comprenda, en los mismos términos que las
marcas.

Derechos conferidos por el registro


El registro del nombre comercial confiere a su titular el derecho exclusivo a utilizarlo en el
tráfico económico en los términos previstos en esta Ley.

Nulidad y caducidad del nombre comercial


1. Siempre que no sea contrario a su propia naturaleza, se declarará la nulidad del nombre
comercial en la forma y por las mismas causas previstas para las marcas y, además, cuando
hubiere sido registrado contraviniendo lo dispuesto en el artículo 88 de la presente Ley.
2. Se declarará la caducidad del nombre comercial en la forma y por las mismas causas
previstas para las marcas, siempre que ello no sea incompatible con su propia naturaleza.

Patentes
− Regulación: Ley de Patentes de 24 de Julio de 2015, que entra en vigor el 1 de Abril de
2017.
− Objeto de la Ley. De acuerdo con lo que establece el artículo 1 de la Ley de Patentes, la
protección de las invenciones industriales se llevará a cabo concediendo los siguientes
títulos de Propiedad Industrial:
a. Patentes de invención
b. Modelos de utilidad.
c. Certificados complementarios de protección de medicamentos y productos fitosanitarios.

− Concepto de patente: Se entiende por patente, tanto el derecho que garantiza al


inventor el derecho exclusivo de los resultados industriales de su propia invención, como el
título de propiedad industrial que a tal efecto se concede.
− Requisitos de patentabilidad: Son patentables las invenciones que reúnan los
requisitos de novedad, actividad inventiva y aplicación industrial, aún cuando tengan por
objeto un producto que esté compuesto o que contenga materia biológica, o un
procedimiento mediante el cual se produzca, transforme o utilice materia biológica.

a. Novedad Se considera que una invención es nueva cuando no está comprendida en el


estado de la técnica.
El estado de la técnica está constituido por todo lo que antes de la fecha de
presentación de la solicitud de patente se ha hecho accesible al público en España o en
el extranjero por una descripción escrita u oral, por una utilización o por cualquier otro
medio.
Se entiende igualmente comprendido en el estado de la técnica el contenido de las
solicitudes españolas de patentes o de modelos de utilidad, tal como hubieren sido
originariamente presentadas, cuya fecha de presentación sea anterior a la que se
menciona en el apartado precedente que hubieren sido publicadas en aquella fecha o
lo sean en otra fecha posterior.
b. Actividad inventiva Se considera que una invención implica una actividad
inventiva si aquella no resulta del estado de la técnica de una manera evidente para un
experto en la materia. Si el estado de la técnica comprende documentos de los
mencionados en el artículo 6.3, no serán tomados en consideración para decidir sobre
la existencia de la actividad inventiva.
c. Aplicación industrial Se considera que una invención es susceptible de aplicación
industrial cuando su objeto puede ser fabricado o utilizado en cualquier clase de
industria, incluida la agrícola.

No se considerarán invenciones, en particular:


a. Los descubrimientos, las teorías científicas y los métodos matemáticos.
b. Las obras literarias, artísticas o cualquier otra creación estética, así como las obras
científicas.
c. Los planes, reglas y métodos para el ejercicio de actividades intelectuales, para
juegos o para actividades económico-comerciales, así como los programas de
ordenadores.
d. Las formas de presentar informaciones.
No serán objeto de patente:

1. Las invenciones cuya explotación comercial sea contraria al orden público o a las buenas
costumbres, sin que pueda considerarse como tal la explotación de una invención por el
mero hecho de que esté prohibida por una disposición legal o reglamentaria.
En particular, no se considerarán patentables en virtud de lo dispuesto en el párrafo anterior:

a. Los procedimientos de clonación de seres humanos.


b. Los procedimientos de modificación de la identidad genética germinal del ser humano.
c. Las utilizaciones de embriones humanos con fines industriales o comerciales.
d. Los procedimientos de modificación de la identidad genética de los animales que
supongan para estos sufrimientos sin utilidad médica o veterinaria sustancial para el
hombre o el animal, y los animales resultantes de tales procedimientos.

2. Las variedades vegetales y las razas animales. Serán, sin embargo, patentables las
invenciones que tengan por objeto vegetales o animales si la viabilidad técnica de la
invención no se limita a una variedad vegetal o a una raza animal determinada.
3. Los procedimientos esencialmente biológicos de obtención de vegetales o de animales. A
estos efectos se considerarán esencialmente biológicos aquellos procedimientos que
consistan íntegramente en fenómenos naturales como el cruce o la selección.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no afectará a la patentabilidad de las invenciones cuyo
objeto sea un procedimiento microbiológico o cualquier otro procedimiento técnico o un
producto obtenido por dichos procedimientos.
4. Los métodos de tratamiento quirúrgico o terapéutico del cuerpo humano o animal, y los
métodos de diagnóstico aplicados al cuerpo humano o animal. Esta disposición no será
aplicable a los productos, en particular a las sustancias o composiciones, ni a las
invenciones de aparatos o instrumentos para la puesta en práctica de tales métodos.
5. El cuerpo humano en los diferentes estadios de su constitución y desarrollo, así como el
simple descubrimiento de uno de sus elementos, incluida la secuencia total o parcial de un
gen.
Sin embargo, un elemento aislado del cuerpo humano u obtenido de otro modo mediante
un procedimiento técnico, incluida la secuencia o la secuencia parcial de un gen, podrá
considerarse como una invención patentable, aun en el caso de que la estructura de dicho
elemento sea idéntica a la de un elemento natural.
La aplicación industrial de una secuencia total o parcial de un gen deberá figurar
explícitamente en la solicitud de patente.
6. Una mera secuencia de ácido desoxirribonucleico (ADN) sin indicación de función biológica
alguna

Derecho a la patente
1. El derecho a la patente pertenece al inventor o a sus causahabientes y es transmisible por
todos los medios que el derecho reconoce.
2. Si la invención hubiere sido realizada por varias personas conjuntamente, el derecho a
obtener la patente pertenecerá en común a todas ellas.
3. Cuando una nueva invención hubiere sido realizada por distintas personas de forma
independiente, el derecho a la patente pertenecerá a aquel cuya solicitud tenga una fecha
anterior de presentación en España.

Además, se establece que el inventor tiene derecho a ser mencionado como tal, aún cuando él
no llegue a ser el titular de la patente (at.14).
La ley también regula el “derecho a la patente” en el caso de las invenciones laborales.
Aquellas surgidas en el seno de una empresa y realizadas por un trabajador de la misma. (art.
15). La ley recoge tres clases de invenciones laborales.

Concesión de la patente
1. La solicitud de patente se presentará en la Oficina Española de Patentes y Marcas o en el
órgano competente de cualquier Comunidad Autónoma.
2. La solicitud de patente también podrá presentarse en los lugares previstos en el artículo
38.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, dirigida a cualquiera de los órganos
que, de conformidad con el apartado precedente, son competentes para recibir la
solicitud.
3. A la presentación electrónica de solicitudes será de aplicación la Ley 11/2007, de 22 de
junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos.

Requisitos de la solicitud
1. La solicitud de patente deberá contener:
a) Una instancia de solicitud, según el modelo oficial, dirigida al Director de la Oficina
Española de Patentes y Marcas.
b) Una descripción de la invención para la que se solicita la patente.
c) Una o varias reivindicaciones. (Son las partes de las que consta el invento)
d) Los dibujos a los que se refieran la descripción o las reivindicaciones y, en su caso, las
secuencias biológicas presentadas en el formato que se establezca
reglamentariamente.
e) Un resumen de la invención.
2. Cuando la invención se refiera a materia biológica de origen vegetal o animal la solicitud
deberá incluir la mención de su origen geográfico o la fuente de procedencia de dicha
materia si estos datos fueran conocidos. Esta información no prejuzgará la validez de la
patente.
3. Tanto la solicitud como los demás documentos que hayan de presentarse en la Oficina
Española de Patentes y Marcas deberán estar redactados en castellano y cumplir los
requisitos que se establezcan reglamentariamente. Sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 24.1.c), en las Comunidades Autónomas donde exista otra lengua oficial, tales
documentos podrán redactarse en dicha lengua debiendo ir acompañados de la
correspondiente traducción al castellano, que se considerará auténtica en caso de duda
entre ambas.
4. La presentación de la solicitud dará lugar al pago de la tasa correspondiente, así como de
la tasa por realización del informe sobre el estado de la técnica.

Duración de la patente
La patente tiene una duración de veinte años improrrogables, contados a partir de la fecha de
presentación de la solicitud y produce sus efectos desde el día en que se pública la mención de
que ha sido concedida.

Obligaciones del titular de la patente


Junto al derecho o monopolio exclusivo que obtiene el titular de a patente tras su concesión,
éste asume la obligación de explotarla, bien por si mismo o autorizando a otra persona a
hacerlo a través de la concesión de licencias de explotación.
El titular de la patente está obligado a explotar la invención patentada, bien por sí o por
persona autorizada por él, mediante su ejecución en España o en el territorio de un miembro
de la Organización Mundial del Comercio de forma que dicha explotación resulte suficiente
para satisfacer la demanda del mercado nacional.
La explotación deberá realizarse dentro del plazo de cuatro años desde la fecha de
presentación de la solicitud de patente, o de tres años desde la fecha en que se publique la
concesión de ésta en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial, con aplicación automática del
plazo que expire más tarde.
La prueba de que la patente está siendo explotada de conformidad con lo dispuesto en la ley
incumbe al titular de la patente

Acciones por violación del Derecho de patente


El titular de una patente podrá ejercitar ante los órganos judiciales las acciones que
correspondan, cualquiera que sea su clase y naturaleza, contra quienes lesionen su derecho y
exigir las medidas necesarias para su salvaguardia.

Acciones civiles
El titular cuyo derecho de patente sea lesionado podrá, en especial, solicitar:
a) La cesación de los actos que violen su derecho, o su prohibición si éstos todavía no se han
producido.
b) La indemnización de los daños y perjuicios sufridos.
c) El embargo de los objetos producidos o importados con violación de su derecho y de los
medios exclusivamente destinados a tal producción o a la realización del procedimiento
patentado.
d) La atribución en propiedad de los objetos o medios embargados en virtud de lo dispuesto
en el apartado anterior cuando sea posible, en cuyo caso se imputará el valor de los bienes
afectados al importe de la indemnización de daños y perjuicios. Si el valor mencionado
excediera del importe de la indemnización concedida, el titular de la patente deberá
compensar a la otra parte por el exceso.

e) La adopción de las medidas necesarias para evitar que prosiga la infracción de la patente y,
en particular, la transformación de los objetos o medios embargados en virtud de lo
dispuesto en el párrafo c), o su destrucción cuando ello fuera indispensable para impedir la
infracción de la patente.
f) Excepcionalmente el órgano judicial podrá también, a petición del titular de la patente,
ordenar la publicación de la sentencia condenatoria del infractor de la patente, a costa del
condenado, mediante anuncios y notificaciones a las personas interesadas.
Las medidas comprendidas en los párrafos c) y e) serán ejecutadas a cargo del infractor, salvo
que se aleguen razones fundadas para que no sea así.
Las medidas contempladas en los párrafos a) y e) del apartado precedente podrán también
solicitarse, cuando sean apropiadas, contra los intermediarios a cuyos servicios recurra un
tercero para infringir derechos de patente, aunque los actos de dichos intermediarios no
constituyan en sí mismos una infracción, sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley 34/2002, de 11
de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico. Dichas
medidas habrán de ser objetivas, proporcionadas y no discriminatorias.

Nulidad y caducidad de las patentes


Nulidad
Se declarará la nulidad de la patente:

a) Cuando se justifique que no concurre, respecto del objeto de la patente, alguno de los
requisitos de patentabilidad contenidos en el Título II de la Ley.
b) Cuando no describa la invención de forma suficientemente clara y completa para que
pueda ejecutarla un experto en la materia.
c) Cuando su objeto exceda del contenido de la solicitud de patente tal como fue
presentada, o en el caso de que la patente hubiere sido concedida como consecuencia de una
solicitud divisional o como consecuencia de una solicitud presentada con base en lo dispuesto
en el artículo 11, cuando el objeto de la patente exceda del contenido de la solicitud inicial tal
como ésta fue presentada.
d) Cuando se haya ampliado la protección conferida por la patente tras la concesión.
e) Cuando el titular de la patente no tuviera derecho a obtenerla conforme a lo dispuesto
en la ley.

Si las causas de nulidad sólo afectan a una parte de la patente ésta quedará limitada mediante
la modificación de la o las reivindicaciones afectadas y se declarará parcialmente nula. A estos
efectos, en el escrito de contestación a las alegaciones de nulidad el titular de la patente, sin
perjuicio de poder defender con carácter principal la validez de las reivindicaciones
concedidas, podrá defender con carácter subsidiario el juego o los juegos de reivindicaciones
que proponga en la contestación.
Podrán solicitar la declaración de nulidad quienes se consideren perjudicados, así como la
Administración pública. Esto, no obstante, en el caso previsto en el apartado 1, letra d), del
artículo anterior solo podrá solicitar la declaración de nulidad la persona legitimada para
obtener la patente.
La acción de nulidad podrá ejercitarse durante toda la vida legal de la patente y durante los
cinco años siguientes a la caducidad de ésta.
La acción se dirigirá siempre contra quien sea titular registral de la patente en el momento de
la interposición de la demanda, y ésta deberá ser notificada a todas las personas titulares de
derechos sobre la patente debidamente inscritos en el Registro con el fin de que puedan
personarse e intervenir en el proceso.
La declaración de nulidad implica que la patente no fue nunca válida considerándose que ni la
patente ni la solicitud que la originó han tenido nunca los efectos previstos en la Ley

Caducidad
Las patentes caducan:
a. Por la expiración del plazo para el que hubieren sido concedidas.
b. Por renuncia del titular.
c. Por la falta de pago en tiempo oportuno de una anualidad y, en su caso, de la sobretasa
correspondiente.
d. Si la invención no es explotada en los dos años siguientes a la concesión de la primera
licencia obligatoria.
e. Por incumplimiento de la obligación de explotar prevista en la Ley en el Título IX, Capítulo
I, cuando el titular de la patente no pueda beneficiarse de las disposiciones del Convenio
de la Unión de París y resida habitualmente o tenga su establecimiento industrial o
comercial en un país cuya legislación admita la adopción de una medida similar.

Modelos de utilidad
La Ley establece que se podrá proteger como modelos de utilidad aquellas invenciones
industrialmente aplicables, que siendo nuevas e implicando actividad inventiva, consistan en
dar a un objeto o producto una estructura o composición de la que resulte una ventaja
práctica apreciable para su uso o fabricación.
vemos que se hace referencia en relación con los modelos de utilidad a los mismos requisitos
que vimos para las patentes (novedad, actividad inventiva y aplicación industrial)
La solicitud de modelo de utilidad debe presentarse ante la Oficina Española de Patentes y
Marcas (OEPM) y deberá contener como mínimo los siguientes elementos:
− La indicación de que se solicita un modelo de utilidad
− Las informaciones que permitan identificar al solicitante o contactar con él
− Una descripción de la invención para la que se solicita el modelo de utilidad.

Un trámite específico para los modelos de utilidad que recoge la Ley es el de OPOSICIONES A
LA SOLICITUD que consiste en que durante los dos meses siguientes a la publicación de la
solicitud del modelo de utilidad cualquier persona podrá formular oposición a que se registre
el modelo de utilidad, alegando la falta de alguno de los requisitos legales exigidos para
registrarlo, incluidas la novedad, la actividad inventiva y la aplicación industrial.
La oposición deberá formularse ante la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM)
mediante escrito acompañado, en su caso, de los correspondientes documentos probatorios.
Si pasados los dos meses nadie se opone al registro de ese modelo de utilidad,
entonces se procederá a su Registro y su titular tendrá derecho exclusivo sobre esa
invención durante un período de 10 años improrrogables.

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