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La 

ecuación de Avrami describe cómo los sólidos se transforman de una fase a otra a


temperatura constante. Puede describir específicamente la cinética de la cristalización, se
puede aplicar generalmente a otros cambios de fase en los materiales, como las velocidades
de reacción química, e incluso puede ser significativo en análisis de sistemas ecológicos. 
La ecuación también se conoce como ecuación de
Johnson- Mehl - Avrami - Kolmogorov (JMAK). La ecuación fue derivada por primera vez
por Kolmogorov en 1937 y popularizada por Mael Avrami.
Cinética de transformación
A menudo se ve que las transformaciones siguen un perfil característico en forma de S, o
sigmoidea, donde las tasas de transformación son bajas al principio y al final de la
transformación, pero rápidas en el medio.
La lentitud inicial se puede atribuir al tiempo necesario para que se forme y comience a
crecer un número significativo de núcleos de la nueva fase. Durante el período intermedio,
la transformación es rápida a medida que los núcleos crecen en partículas y consumen la
fase anterior, mientras que los núcleos continúan formándose en la fase parental restante.
Una vez que la transformación se acerca a su finalización, queda poco material sin
transformar para una mayor nucleación, y la producción de nuevas partículas comienza a
disminuir. Además, las partículas previamente formadas comienzan a tocarse entre sí,
formando un límite donde se detiene el crecimiento.
Derivación
La derivación más simple de la ecuación de Avrami hace una serie de suposiciones y
simplificaciones importantes:
 La nucleación se produce de forma aleatoria y homogénea en toda la parte no
transformada del material.
 La tasa de crecimiento no depende del grado de transformación.
 El crecimiento ocurre al mismo ritmo en todas las direcciones.
Si se cumplen estas condiciones, entonces procederá una transformación de en por la
nucleación de nuevas partículas a una tasa por unidad de volumen, que crecen a una tasa en
partículas esféricas y solo dejan de crecer cuando chocan entre sí. Durante un intervalo de
tiempo, la nucleación y el crecimiento solo pueden tener lugar en material no transformado.
Sin embargo, el problema se resuelve más fácilmente aplicando el concepto de volumen
extendido: el volumen de la nueva fase que se formaría si toda la muestra aún no se
transformara.
Considérese una distribución aleatoria de partículas puntuales cuya densidad de número es
n0 aplicada sobre un sistema de extensión infinita. Sea p(r) dr la probabilidad de que la
partícula más próxima al origen de referencia esté a una distancia entre r y r + dr  del
mismo. La elección del origen es arbitraria.
Dicha probabilidad p(r) dr equivale a la probabilidad de que no haya partícula alguna en
una esfera de radio r centrada en el origen, multiplicada por la probabilidad de que la
partícula se haya en un casquete esférico de grosor dr y radio interior r:

Se tiene por tanto que, cancelando diferenciales y derivando la expresión resultante:

Dicha ecuación es separable e integrable, obteniéndose que la probabilidad, una vez


normalizada a todo el espacio, es:

Como el origen del sistema es aleatorio, la probabiliad de que en el instante t el origen esté
contenido por una partícula de radio R(t) será la propia fracción de volumen transformado,
dado por:

La fracción de volumen no transformado será entonces:

Si se suceden N eventos de nucleación, la fracción no transformada resulta:

Supongamos que los


eventos de nucleación se
suceden de forma cada vez
más próxima los unos de los otros. Si se acepta que Δt es el intervalo entre dos eventos de
nucleación, se tiene que:
En el límite, los eventos están tan próximos que la suma se convierte en una integral de
Riemann:

Así, se alcanza la llamada ecuación de Avrami, que describe la fracción no transformada de


volumen debida a una nucleación continua:

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