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Historia de la hacienda el Huique ubicada en la zona central de chile, que fue una de las haciendas de las familias oligarcas que componen parte de la clase alta en la actualidad en ese país.
Historia de la hacienda el Huique ubicada en la zona central de chile, que fue una de las haciendas de las familias oligarcas que componen parte de la clase alta en la actualidad en ese país.
Historia de la hacienda el Huique ubicada en la zona central de chile, que fue una de las haciendas de las familias oligarcas que componen parte de la clase alta en la actualidad en ese país.
Memorias de la Hacienda de los Presidentes de Chile. Comentarios Documental
Docente : José Bengoa
Alumna: Yenifer Pamela Hurtado Asignatura: Rural Carrera: Antropología Social
Lo primero que me nace al ver el documental “El Huique, Memorias de la
Hacienda de los Presidentes de Chile” (Bengoa J., 2007), es preguntarme ¿cómo llegaron estas tierras a manos de oligarcas?. Me sumerjo en la búsqueda de archivos del origen de este espacio y como llego a manos de la clase acomodada de nuestro país. La Hacienda de San José del Carmen El Huique, tiene su origen en Lamarhue ( localidad ubicada en la comuna de Pichidehua en la región de O’Higgins), se fundo a comienzos de 1.600 bajo la dirección del conquistador Juan de Quiroga, Gracias a las Mercedes de Tierra y Concesiones de repartición territorial a cargo de la Colonia. Es a mediados del S. XVIII que la propiedad pasa a manos de la familia Echeñique, y a finales de esa misma centuria la propiedad se divide en dos integrantes del mencionado clan familiar. En el año 1828, el dueño de la parte donde se levantara El Huique, era don Juan José Echeñique Bascuñán, es el quien comienza la construcción de las casas, a la par de buscar el acrecentamiento de la superficie de esta. En 1852 se edificó la bella iglesia que tenía una entrada especial, por donde la familia patronal ingresaba desde dentro de la Hacienda para llegar a la misa. La única hija de don Juan José, fue Gertrudis Echeñique, quien heredo “El Huique” como título individual y continuo el señorío de su padre. Ella junto a su marido Federico Errázuriz Echaurren (presidente de la república 1896-1901), ellos construyeron las casa para los administradores, mejorando su alojamiento y su comodidad, lo mismo continuo haciendo la hija de ambos, Elena Echeñique Errázuriz, heredera única también (CMN). Ambas integrantes de la familia aparecen en el relato de las personas que se entrevistan en el documental a las cuales se les recuerda como buenas y generosas. Fenómeno que no es tan alejado de la realidad ya que la relación que tenían los hacendados con los inquilinos era solo para las fiestas, dos veces al año , uno en la Semana Santa y lo otro era para las Misiones, donde los mujeres y los hombres inquilinos preparaban el peregrinaje a las montañas con guitarreras, cocineras y asistentes para ser atendidos en los festejos. En esta relación dispar es desde donde surge la figura del inquilino y del inquilinaje como una institución social que permaneció desde el siglo XVII. Por otro lado los administradores que eran las personas que tenían el poder de organización de la Hacienda ejercían muchas veces más abusos que los mismos patrones. Gozaban ellos mismos de una posición de privilegio donde eran la representación de la casa patronal (Bengoa J., 2007). La estructura de la Hacienda se divide en dos grupos por un lado los señores y dueños de la tierra y el otro grupo los trabajadores y servidores de los señores, este último grupo tiene una subdivisión interesante por un lado están los administradores que ostentan un poder considerable sobre los inquilinos , figura que respondía a trabajadores que vivían dentro del fundo, en una condición semi- servil ( Gonzales G. 2017). Estos inquilinos se subdividían en tres, el inquilino, el inquilino obligado y el inquilino voluntario, estas tres categorías de trabajadores tenían también una jerarquía social donde el obligado era el que menos libertades gozaba y el que era el último de la cadena en torno al patronaje, y como su nombre lo designa está obligado a servir por un plato de comida y un techo. Si no trabajaba o desobedecía cualquier calidad de inquino era expulsado negándole estabilidad laboral y económica la cual “ofrecía” la Hacienda, amparado por un fuerte paternalismo católico componente fundamental de la relación patrón- inquilino. A principios del siglo XX comienza a gestarse una transformación en los campos de nuestro país que desembocaría en la Reforma Agraria. Los reclamos de los trabajadores inquilinos, comienzan a ejercer presión y en la crisis agraria de 1920 en los latifundios los hacendados aumentan las “regalías” de los trabajadores y comienza a colapsar el “capital -dinero” para su organización y subsistencia. Bajo el gobierno de Jorge Alessandri (1958-1964) con la política de Alianza para el Progreso, se reestructura formalmente el campo. Así a finales de 1962 se promulga bajo el gobierno de Alessandri la primera ley de Reforma Agraria en Chile, proponiendo esencialmente una reestructuración del campesinado donde se le den tierras al trabajador y si el latifundista no hacia buen uso de la tierra se le expropiaba. Se le dio al campesino y su propiedad la categoría de “unidad doméstica” y todo lo que este término identifica. Con Eduardo Frei (1965-1970) Se realizaron cambios en el plano jurídico e institucional varias transformaciones en el control de la tierra y la organización social del campesinado. Aun así después de la repartición de tierras, la expropiación de los latifundios, comenzó el fenómeno casi esperado y lógico donde los mismos oligarcas comienzan a comprar las mismas tierras expropiadas a muy bajo costo , volviendo a reunir a las familias aristocráticas de nuestro país en comunidades latifundistas que cimentan hoy la producción y dominio campesino, que claro, ha mutado del modelo de Hacienda a producción en línea con un capitalismo extractivista que sustenta toda la agronomía en nuestro país, con una población de temporeros o el antiguo nombre a de inquilinos voluntarios de más de 600.000 mil personas censadas en el censo de 2007 son los únicos que subsisten en esta figura de inquilino Hacendal ( INE, 2008). No se pude dejar de tomar una postura de esta parte de la historia de Chile , al saber o confirmar que nuestra cultura está ligada a la fuerza de la memoria y las tradiciones que se gestan en ellas. Los repertorios culturales responden a una condición que aun obedecen a la oligarquía y todos sus mecanismos subyugadores. Quizá la hacienda ya no exista como tal, con todos los procesos neoliberales que nuestro territorio se han implementado; pero aun en el imaginario, en la fuerza mítica que nos compone, la Hacienda la llevamos dentro, como una especie de prestigio de lo que se ostenta y se tiene, estandartes del dominado y el dominador. Esta realidad de cómo se han constituido las idiosincrasias en nuestro país, nos permite entender mucho fenómenos sociales que han surgido de la democracia que llego después de la dictadura. Al parecer es difícil escapar del hipnotismo de aspirar a ser el “patrón de fundo”, ostentar el poder y el orgullo de prosperar y mostrarle al mundo cuan exitoso se es. La identidad patria esta atravesada por la idea colonial de la Hacienda, sus jerarquías de ordenamiento, de subordinación desde el hacendado al inquilino, su relación patriarcal en las relaciones de género en el parentesco mismo, atravesada por la idea de subordinación ante un jefe de hogar que todo provee y en la condición que impone esta dinámica en las clases sociales, también, y por último, la relación que se establece con la naturaleza y la distribución de recursos de esta, como nos aclara José Bengoa: “La ruralidad, verdadera o aparente, ha sido el modelo de identidad nacional, el modelo de convivencia nacional, el modelo valórico, que ha unido, que ha interpretado a los chilenos, en especial a su clase media y obviamente a sus clases populares (...)” (1996)
Estas relaciones asimétricas que pretenden realizar un orden, una especie de
estructura noble, donde el trabajo dignifica y se hace de ello la fuerza moral que nos impulsa a interpretar a Chile como un especie de fundo, donde los trabajadores son los ciudadanos, con la misma oligarquía gobernando, con sus mismas ideas asimétricas de control, pero ahora de forma Estatal, como una imagen metafórica que nace en la política, pues son presidentes, diputados y personas “importantes” de la oligarquía los que ostentaban las distinciones de Hacendados, “dueños del país” y que constituye como dice Bengoa una “historia de poder” que no se ha extinguido sino más bien a mutado a otros modelos de dominación.
Bibliografía
Bengoa J.,1996, “ La Comunidad Perdida, Identidad y cultura :
desafíos de la modernización en Chile ”. Editorial Catalonia, Santiago, Chile, 2009
2007, “ Documental El Huique, Memorias de la
hacienda de los Presidentes de Chile”, Mi Dulce patria. Disponible [ https://www.midulcepatria.cl/el-huique-llamada-la- hacienda-de-los-presidentes/ ]
INE,2008, “VIICenso nacional agropecuario y forestal. Resultados
preliminares 2006-2007”. Santiago, Chile: INE. Instituto Nacional de Estadísticas. Disponible [ https://bibliotecadigital.infor.cl/handle/20.500.12220/21393 ]
CMN, “Casas de la Hacienda de San José del Carmen, El
Huique”, Patrimonio Mundial, Lista tentativa. Disponible[ https://www.monumentos.gob.cl/patrimonio-mundial/li sta-tentativa/casas-hacienda-san-jose-carmen-huique ] Gonzalez G.,2017, “Memorias en el Valle de Colchagua, inquilinos y Empleados : Reconstrucción de la Memoria Inquilina de la Hacienda San José del Carmen El Huique” , Tesis Licenciatura en Antropología, UAHC, Disponible [ http://bibliotecadigital.academia.cl/xmlui/bitstream/handle/12345 6789/4227/TANT%20208.pdf?sequence=1 ]