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JUAN MANUEL MORALES

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

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JUAN MANUEL MORALES

LA DIVINIDAD DE
LOS AVERNOS

Juan Manuel morales

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

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JUAN MANUEL MORALES

Juan Manuel Morales (2019)


ISBN: 9781674816692

Número de registro: 03-2019-120509391200-01

Derechos reservados conforme a ley.

Prohibida la reproducción parcial o total de este libro, por cualquier


medio, ya sea magnético, fotográfico, facsimilar, o cualquier otro, sin
el permiso especifico por escrito del autor.

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

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JUAN MANUEL MORALES

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

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JUAN MANUEL MORALES

INFIERNO: Lugar destinado al castigo de los


condenados. Lugar de alboroto desorden y violencia.

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

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JUAN MANUEL MORALES

INTRODUCCIÓN

Para todos aquellos que tengan la gracia y paciencia


para leer estas palabras, es menester advertir que serán
abrumados, confundidos y en muchos casos,
contrariados hasta la desesperación, hasta un punto
donde no se querrá volver la mirada para dar lectura a
tan desmesurada blasfemia.

Bajo la influencia de poetas y escritores que aún el


mundo no ha conocido, procedo a dar declaración de lo
que mis ojos han observado, visión o no, sueño o no,
realidad o fantasía, he aquí mi fiel testimonio,
esperando sea fuente de claridad para los que tengan
oídos y ojos para soportar lo que aquí se describe, y para
las generaciones postreras, que en algún momento se
preguntarán acerca de la realidad del cielo y del
infierno.

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JUAN MANUEL MORALES

VISIONES DEL EREBO

Con un conocimiento tan normal y promedio acerca del


cielo y el infierno, de dios y del demonio, en cierto
momento del tiempo, aparecí en un lugar que en ese
momento no era capaz de describir, sin la posibilidad
de comunicarme lo único que puedo decir es que era un
lugar extraño, que me parecía familiar, pero que no
podía recordar de donde lo había visto. Este ya no se
trataba del tiempo universal, en este lugar más bien todo
se desarrollaba en unidades de medida específicas,
creadas por los ancestros más antiguos, unidades de
medida que iban de 60 en 60. Precedidas por el día y la
noche, tomaban referencia el inicio y el fin de las
jornadas. Este era un lugar que parecía flotar por en
medio de otros cuerpos celestes. Cuando por fin caí
inmerso en aquel mundo, me di cuenta que era muy
parecido, a lo que ya había visto, todo tipo de
estructuras, personas que iban y venían, árboles,
naturaleza, etc. Ya todo era más familiar, aunque

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

todavía tenía mis reservas. Sin saber exactamente el


nombre del lugar en el que me encontraba, me pregunté
la razón por la cual había sido puesto en esta situación.
Todavía no terminaba de formularme la pregunta,
cuando se hizo presente un destello que parecía
proceder debajo de la tierra. La luz me cegaba aun con
los ojos cerrados, puse mis manos en mi rostro y con
ojos entreabiertos pregunté: ¿Quién provoca semejante
alboroto? Mas cuando los destellos se hubieron
disipado, y por fin pude abrir los ojos por completo, con
la vista todavía borrosa, pude confirmar la presencia de
un hombre joven pero de vestimenta muy particular, no
usaba manto y su calzado parecía brillar y le cubría todo
el pie. Cuando aún recuperaba la visión, se acercó a mí
y me dijo:

-Mi nombre es Nam y soy un mensajero del cosmos,


estoy aquí para responder tus preguntas nuevas y las
que has estado arrastrando durante tu existencia.-

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JUAN MANUEL MORALES

No pude siquiera articular frase alguna, pues cualquier


pregunta acerca de la razón de su presencia, estaba
demás, yo no había preguntado aún, cuando él ya me
había respondido. Palabras exactas y precisas.

-Entonces, ¿Qué sabes tú de lo que me inquieta?-


Pregunté extrañado.

El respondió:

-En realidad en este plano de la existencia, no hay


mucho que saber, la mente humana es sumamente
limitada, así que es muy sencillo saber cuáles son las
inquietudes de la misma.-

–Ven- Me dijo con alegría,

-Te voy a llevar a responder una de las dudas más


grandes que ha atormentado a la humanidad, por
muchas generaciones.-

No tenía idea de a dónde íbamos, pero mi intuición me


dijo que confiase en él, después de todo, no sabía dónde

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

me encontraba exactamente, y parecía que él era la


única persona que estaba al tanto de mi presencia en ese
lugar.

-¿A dónde vamos?- Pregunté inocente y desconfiado.

-Vamos a dar exploración a lo que la gente conoce


como “infierno”.-

Quedé sorprendido, ¿Cómo él sabía que yo tenía un


deseo intenso de saber la existencia de ese sitio, al que
todos temen, al que nadie quiere ir? Definitivamente
debía haber algo de cierto en la existencia del infierno,
desde pequeño fui instruido en la doctrina que decía que
las obras buenas se recompensan y las malas deben ser
pagadas, y que lugar más adecuado para los
“pecadores” que el mismo infierno.

Sin ser siquiera advertido, cerré los ojos para refrescar


la vista y para cuando los abrí de nuevo, me encontraba
en un lugar lleno de estructuras gigantescas, dirigiendo
la mirada hacia arriba, el cuello casi no me daba la

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JUAN MANUEL MORALES

flexión suficiente para contemplar el fin de tales


edificaciones, cuyas puntas parecían desaparecer entre
la nubosidad de la bóveda celeste. Un cielo azul y
despejado, que se veía interrumpido solo por las
grotescas dimensiones de las construcciones que
parecían estar apiladas una sobre la otra y una
inscripción polvorienta, que apenas podían distinguirse
sus palabras decía: “CUALQUIERA PUEDE EN
CUALQUIER MOMENTO SALIR DE ESTE
LUGAR”. Destellos desmesurados salían de los
edificios, enormes símbolos, con luces que parecían ser
de carácter hipnótico, el lugar estaba plagado, no hay
manera de ignorar los símbolos y luces que de ellos
emanaban. No hay lugar en donde esconderse, incluso
debajo de la tierra, pueden encontrarse.

Baje la mirada y vi un incontable número de personas,


caminando apresuradas, ninguno parecía poder guardar
calma. Todos andan, todos corren, todos parecen huir
pero, ¿De qué?

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

Continuamos recorriendo aquel lugar, y sin importar


cuanto avanzáramos o retrocediéramos, la historia se
cuenta igual, personas que parecían huir. Algunos más
veloces que otros y andando en distintas direcciones,
solo unos pocos lucen coherentes. La mayoría de los
que habitaban ese lugar, levaban consigo un artefacto
pequeño, como del tamaño de la palma de una mano
humana, brotaban luces de diferentes colores e
intensidades, y los que lo llevaban parecían ser
dirigidos por aquella cosa, caminaban y mantenían la
mirada al artefacto, y gran parte de sus vidas dependían
de aquello.

-¿Qué sucede aquí?- Pregunté confundido

Y Nam respondió: -En este rincón del averno,


desarrollan su existencia gran parte de almas, que se
han perdido a sí mismos, ¿Viste a todos ellos ir y venir
con prisa? Ninguno de ellos sabe a dónde va realmente,
ni tampoco saben porque hacen lo que hacen.-

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JUAN MANUEL MORALES

-¿Cómo es eso posible? ¿Acaso me has traído a un sitio


de locos?- Pregunté

A lo que Nam respondió:

-La locura y la cordura, son dos palabras que significan


exactamente lo mismo, lo que varía es la percepción de
quien las interpreta. No puedo decirte si ellos están
locos o no, lo que puedo decirte es que en este rincón
del infierno, ellos se han perdido a sí mismos y ahora
están en arenas movedizas, creyendo que la única
manera de salir es cavando, esforzándose, trabajando
hasta el cansancio. ¿Observaste las grandes luces de los
edificios? Son solamente sugerencias de ideas,
tentaciones, cosas que les ponen delante de ellos para
que jamás puedan recordarse a sí mismos, para que
sigan la carrera, la competencia, un fin y un objetivo
que los lleva a desear cosas que no son en lo absoluto
necesarias, cosas que la mayoría no puede alcanzar, y
los pocos que las consiguen, no quedan satisfechos. Un
hambre que no has experimentado jamás, entra en lo

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

más íntimo y profundo de sus mentes y se ven poseídos


a actuar de maneras raras y erráticas, con el único fin de
conseguir aquello que no necesitaban, un hambre que
no es de alimento, un hambre que corroe, un hambre
que corrompe, un hambre que nadie ha conseguido
jamás saciar. Aquellos que viste huir, en realidad no
saben que huyen, creen que no lo hacen, pero se
engañan ellos mismos, no pueden recordar, y tienen
todas las desventajas en el mundo que ellos conocen,
para perpetuar la amnesia. Huyen de sí mismos y huyen
del cruel destino que les depararía, en caso de que no
salgan a las calles con agitación y desasosiego a buscar
aquello que les causa una inquietud que no es
comparable con la de ninguna otra cosa. Se han
desmoralizado y se han hecho a la idea de que deben
conseguir y acumular lo más que sea posible, pero si le
preguntaras a cualquiera de ellos, la razón última, el
verdadero motivo del por cual hace lo que hace, no
conseguirás respuesta alguna mi estimado amigo, pues
han adoptado ideas muy claras, que ni siquiera nacieron

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JUAN MANUEL MORALES

de ellos mismos, son ideas de otros, no son ideas


vendidas, todas fueron sugerencias, que en algún
momento no quedo de otra más que aceptar lo que se
estaba ofertando, o por lo menos creyeron que no había
otro camino. Debes saber mi ilustre amigo, que siempre
hay alternativas, el hecho de que ellos siempre han
tomado las que les han parecido más cómodas, no les
exonera de desarrollar una existencia en este lado del
infierno. Desde que tienen memoria, sus mentes han
sido programadas, para ejecutar ciertos comandos, así
como también fueron instruidos, en diversos y muy
variados conceptos, de los cuales destacan el bien y el
mal. Sin embargo no son conceptos que sean
confiables, todas esas definiciones jamás vinieron de
virtuosos, sino que fueron instauradas por aquellos que
deseaban mantener el cautiverio de estas almas. Has de
saber, que no todas las cosas son lo que parecen, es por
eso que muchos virtuosos de distintas épocas han
pronunciado: “no juzgues por las apariencias”. Sus
mentes trabajan como máquinas que pueden ser

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

entrenadas para aceptar o rechazar ciertas ideas, pero


ellos lo desconocen, creen que deben estar en donde
deben estar por designio de un ser al que ni siquiera
conocen. En este lado del infierno sufren los que por
haber olvidado, ahora encarnan el tormento de los
condenados al no tener lo que ellos desean, y si es que
una fracción de ellos lo llegase a conseguir, se sentirá
todavía vacío. O dime tu mi fiel compañero, ¿Qué otro
tormento aún más cruel existe, para aquellos que desean
y no pueden tener lo que desean? ¿Qué castigo más
exasperante podría vivir alma alguna, que nunca pueda
encontrar satisfacción?-

Quedé desconcertado, mudo, totalmente horrorizado.


Sin poder dar crédito a lo que escuchaba siendo
respaldado por lo que observaba, me quede sin
palabras, no sé cómo estaría mi expresión en ese
momento, pero sé que sería la de un hombre que sin
duda vio el interior del infierno, no me causaba más
consuelo, cuando recordaba que Nam me decía que este

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JUAN MANUEL MORALES

solo era un rincón del infierno. Pensé que se trataba de


un mal sueño, una visión extraña causada por el sopor
del mediodía, pero no fue así. A mis adentros decía: -
no es posible que no sepan porque hacen lo que hacen,
carece de sentido, es absurdo, algo debe andar mal-

Y en un intento desesperado por encontrar algún valor


en la existencia de estas almas le repliqué a Nam:

-Pero, no en todos se desarrolla la misma historia, no


todos desprenden el mismo absurdo, algunos podrían
ser dichosos.-

A lo que Nam respondió:

-Vuelve la mirada a ellos, dime ¿En verdad lo crees?-

Justo cuando volví a mirar hacia la gran metrópoli,


contemple rostros cansados, con expresiones
nauseabundas salidas de los mismos avernos, ojos
cansados rojizos con mirada vidriosa, que no podían
parar de ver hacia todos lados, labios resecos, corazones
agitados al punto que parecía golpearles el pecho con

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

sonido de unos estruendosos tambores de guerra.


Hipnotizados por ideas falsas, ebrios por la ansia de
poseer, con un desmesurado afán de conseguir lo que
sea. No hay duda, este sitio es el mismo infierno, hoy
no hay a que aferrarse, hoy nadie celebra.

De nuevo cerré los ojos en un reflejo natural de mover


los parpados, y para cuando los había abierto, pude
observar un paraje seco, finas arenas como de un
amarillento desierto, y vi personas con mínimas
prendas cubriendo sus cuerpos.

Parecían más en calma que los anteriores, pero


cargando igual una pesada existencia. Aquí no había
mucho que desear, no había demasiado a lo que aspirar,
más el líquido vital suponía una lucha y un desafío a
cada momento. Junto a ellos se sumaban incontables
almas que si bien parecían tener el sustento fruto de su
trabajo, igual no podían saciar la sed que albergaban.
Con gritos de llanto que estremecerían incluso al mismo
Aquiles de Grecia, el terror se apodera de sus corazones

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JUAN MANUEL MORALES

y los despoja de toda voluntad propia, marchando cada


día a realizar tareas y labores para la supuesta adoración
de dioses de toda clase. Deidades desconocidas para
ellos, sustentados solo por la tradición, templos,
estatuas, amuletos, imágenes y figuras, parafernalia de
milenios, una tradición que comenzó siendo oral, ahora
tienen fiestas y días de ayuno para el beneplácito de los
diferentes dioses.

Un poco más al este, una ciudad en ruinas, todos se


mueven por este lugar de izquierda a derecha, arriba y
abajo con temor, desestimando su existencia y
vendados de ojos se mueven, por la tierra se mueven,
por el infierno se mueven. Caminé entre los estrechos
pasillos que parecían estar formados, por templos de
diversas doctrinas, la confusión es el lenguaje de este
lugar, sin embargo ellos entran en los templos como si
supieran que ahí encontrarán seguridad, pero las
gruesas vendas les impiden ver que son templos hechos
de paja, y la tormenta se avecina. De pronto un pequeño

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

niño de no más de unos 10 años sintiendo mi pierna me


dijo:

-¿Tienes algo que darme?-

Escuálido y débil, daba la impresión de no haber


probado bocado en varios días. Me dispuse a quitarle la
venda, y cuando toque su rostro me dijo:

-¿Qué haces? ¡No me toques! ¡Si no tienes algo para


comer, entonces déjame tranquilo!-

Decidido a que aquel pequeño volviese a ver tome por


la fuerza la venda y la arranque de su cabeza, quedando
con los ojos descubiertos, le dije:

-¡Abre los ojos! Ahora ya puedes ver-

El mantenía los ojos cerrados, no hablaba y no se


movía, el viento movía su sucio manto, la brisa lo
despeinaba y con los puños apretados se mantenía
estático.

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JUAN MANUEL MORALES

-¿Acaso no me has oído? Ya puedes ver, solamente abre


tus ojos-

Con una expresión de enojo, labios apretados, y ceño


fruncido me gritó:

-¡Me han enseñado a no abrir los ojos jamás!-

Me levante y me fui rápidamente de ese lugar.

Más hacia el norte, por millones realizaban


peregrinajes, y se arrodillaban por cientos ante una
estructura de piedra.

El conflicto y la guerra no cesaba en aquel lugar,


descargaban su odio los unos contra los otros con
artefactos de todo tipo, no importa lo que se usara, aquí
la única regla es no dejar prisioneros.

Luchan por la tierra, luchan por sus dioses, dioses que


no pueden ver… por la liberación luchan, pues a pesar
de que la venda no está cosida a su cabeza, de todos

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

modos no abrirán los ojos, las instrucciones son muy


claras desde muy pequeños.

Líderes millonarios con feligreses en la miseria, líderes


que no dudarían un segundo para hacer lo que sea por
llevar su imperio financiero al siguiente nivel.

En la entrada de los templos se puede leer una


inscripción que bien podría leer todo aquel que guste,
su recado el siguiente: “dios es herramienta para la
enriquecer al templo y perpetuar la ceguera, el trabajo
sucio lo realizan los fieles”.

El viento sopla con aires gélidos que se entrecruzaban


en el corazón de la ciudad, el cielo rugía con potentes
truenos, y los relámpagos parecían cortar por la mitad
el mundo entero. Mientras todos corrían a resguardarse
en sus templos, un hombre ya entrado en años, se topó
conmigo, justo en ese momento los feroces vientos
desprendieron de su cabeza la pesada venda que llevaba
en los ojos.

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JUAN MANUEL MORALES

-¿Se encuentra bien?- Pregunté al hombre.

A lo que me respondió:

-¿Quién dijo eso? Por favor ayúdame a levantarme y


déjame tocar tu rostro y pueda conocerte.-

Le ayudé a levantarse, y cuando alzo su rostro, un


desconcierto y pánico recorrió mi cuerpo en instantes,
pues en las cuencas de sus ojos, apenas un vestigio de
podredumbre daba testimonio de lo que hace mucho
tiempo hubo allí. Ahora aunque quisiera ver, ya no tiene
con que hacerlo.

Mientras caminaba hacia atrás, Nam habló:

-He aquí el segundo rincón del infierno, el inframundo


de la confusión. En este lugar son azotados con temores
inenarrables todos aquellos que buscan la confirmación
de dios, de alguna deidad, un ser supremo a ellos
mismos.

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

Con ideas plantadas desde la cuna, llevan todo tipo de


despojos mentales hasta la tumba, creyendo todo tipo
de historias de salvadores y mesías que prometen la
liberación eterna a cambio del terror que los mantiene
prisioneros en una celda de humo.

Prisioneros de ideas que no fueron concebidas por ellos


mismos, marchan durante todo el año, con pies
descalzos, con la espalda cargada, con flores, con
incienso, con cirios, marchan con el terror de no ser
merecedores de la gracia más alta que podría cualquier
ser vivo lograr en vida. Por todo el averno marchan.

Un regalo concebido desde hace eones de tiempo es


desperdiciado, llenándolo de todo tipo de creencias y
supersticiones, instaladas por las generaciones que se
retiran al “descanso eterno”, donde lo único que no
harán es descansar, sino muy por el contrario,
encontrarán que el infierno es aún más amplio de lo que
jamás podrían haber imaginado.

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JUAN MANUEL MORALES

Narraciones de una tradición oral, es llevada de


generación en generación, y la palabra se convierte en
tinta con el transcurrir del tiempo, papel gastado por
linajes ajenos a los que plasmaron literatura espiritual,
que ahora es herramienta para la sumisión y la
esclavitud. Todo tipo de virtuosos antepasados de la
humanidad, dejaron un legado para la liberación
mental, pero ahora dramas psicológicos se han
convertido en superstición.

Alegorías con sentido espiritual, son desperdiciadas


con fines de lucro y más de 5000 años de literatura
sublime es echada a los puercos para que se revuelquen
en su propia mugre.

Unos van y otros llegan, pero al final, todos aquí tienen


un común denominador, el miedo. Un miedo que
resulta totalmente irracional, que los vuelve ciegos, que
les corroe la vista con el transcurrir del tiempo, todos
nacen con la posibilidad de ver lo obvio, pero nadie los
ha obligado a renunciar a sus ojos, ellos por propia

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

voluntad, decidieron dejar que la purulencia y la


corrupción los consumiera hasta un punto de no retorno.

Desgastan sus frágiles cuerpos en caminatas brutales,


ayunos anhelantes de santidad y justicia, creyendo con
firmeza que viven una vida de santidad, la inmundicia
consume sus mentes, los convierte en verdaderos
muertos errantes. No saben que han perdido lo que ellos
llaman “vida” por una existencia en uno de los rincones
más obscuros del inframundo. Hombres que se llaman
a sí mismos santos, les recorre por todo el cuerpo un
pánico de carácter diabólico, no puede haber virtud en
estas prácticas infames.

No saben a qué le temen, creen saberlo pero jamás


estarán cien por ciento seguros, creyendo que su fe en
el humo, los hará salvos. Su creencia en lo que no les
consta, los consume desde adentro y los obliga a
moverse a lo largo y ancho de situaciones infernales,
que no parecen tener fin.

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JUAN MANUEL MORALES

Con literatura espiritual que ha sido manipulada y


malinterpretada, todos ellos son seducidos por unas
cuantas palabras que no han podido comprobar, con
interpretaciones que no tienen utilidad alguna, unos
explican, otros oyen el discurso, pero la historia no
cambia, un ciego guiando a otro ciego.

Todos obedecen los absurdos pronunciados por unos


cuantos, nadie discute, nadie pregunta, nadie refuta.
Todos se someten conformándose con la ilusión de que
en algún momento del tiempo, habrá alguien que se
apiade de ellos. Mentes débiles se agrupan con
corazones cansados por fuertes y veloces latidos que
provoca la sumisión ante “el desconocido”, aquel que
les han contado que existe, pero que jamás se han
detenido a preguntarse si todo lo que se cuenta en el
templo es verdad, si las historias son verdad, sin ánimo
de ser exigente, lo único sensato hacer, es preguntar por
la coherencia de todo lo que se hace.

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

Se han convertido en autómatas, en bestias que cargan


un pesado conocimiento que solo sirve para la
inmundicia y degradación, están condenados a llevar
vendas atadas, ni siquiera arraigadas, prisiones de
papel, y a desarrollar una existencia miserable, con la
promesa de una vida después de la muerte, pero dime
tu hombre común de la tierra, ¿Y si eso no existiese?
¿Acaso es que sería en vano todo el temor y la fatalidad
de una vida en ruinas? ¿Quién les ha pedido la
autoflagelación, los infernales peregrinajes, el choque
de espadas, el crujir de huesos, el derramamiento de
sangre, las rasgaduras en la carne? Creyendo que
adoran a un dios, todas esas exigencias por sentido
común vendrían más bien del mismo demonio.

Tú mismo has comprobado de primera mano, que no es


posible que un tercero les quite la venda de los ojos, aun
cuando así fuese, un tiempo determinado marca su fútil
destino. El transcurso de la existencia en este plano, ha
dado todas las concesiones para que cada vez se haga

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JUAN MANUEL MORALES

más complicado tener acceso a la claridad de la forma,


es como aquel que cuando se haya en el fango,
intentado sacar su pierna, ahora introduce la brazo, y
con ánimos de sacar el brazo se ayuda de la mano, y sin
darse cuenta ahora está atascado hasta el cuello. Ahora
ven, los feroces vientos ya nos han advertido del azote
de la tormenta inminente.-

Nuevamente la situación me superaba, sin poder dar


crédito a que mis ojos habían atestiguado, y mucho
menos a lo que mis oídos habían escuchado.

Pregunté:

-¿Pero es que acaso su fe no es sincera?-

A lo que Nam respondió:

-Tu hombre del mundo, así como tus semejantes,


solamente se dejan llevar por lo que parece ser. Y lo que
parece ser, es que tienen una fe inquebrantable, pero no
es así. Lo único que llevan consigo es un corazón
deshecho, han buscado por milenios aquello que ya

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

tenían, vidas han ido y venido, pero no han sido capaces


reconocer lo que es obvio. Con el conocimiento
acumulado de muchas existencias, ahora sus cabezas
son pesadas, mentes atiborradas de conceptos que se
contradicen.

Llegando al hartazgo de caminar sin sentido, realizando


viajes que no sirvieron jamás, pies cansados de jornadas
extenuantes, suspiros que se han quedado sin aliento, el
desánimo y la desesperación, comienza por
consumirlos hasta un punto en donde cualquier cosa es
mejor que nada. Después de recorrer todos los caminos
conocidos, ellos solo buscaran arrodillarse ante lo que
sea, así sea ante el mismo diablo.

Totalmente desmoralizados, no es que tengan un gran


fervor, es que simplemente prefieren vivir haciendo
castillos en la arena, ellos morirán en su ley. Pero la
muerte no termina con la vida, y mucho menos con los
infiernos, una vez que el individuo se ha acostumbrado
a su misma corrupción, por hábito buscará perpetuarla.

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JUAN MANUEL MORALES

En este rincón del infierno llegan ya cansadas las almas


que no encontraron la paz espiritual que han buscado
por mucho tiempo, pero el tormento apenas comienza,
o respóndeme con sinceridad amigo mío, ¿Qué
tormento mayor podría experimentar un alma que busca
lo que no puede ser encontrado? ¿Cuál sería un castigo
más cruel, que hacerle creer a un alma, que ha
encontrado en el infierno, lo que desearía haber
encontrado en el cielo?-

Los ancianos han pronunciado con sabiduría, “ten


cuidado con lo que deseas”, ¿Quién comprende tan
profunda instrucción? ¿Quién se atreve a ver lo que se
encuentra más allá de las fronteras de sus deseos más
íntimos? ¿Quién podría creer que el infierno es por
mucho, más temible, cruel, brutal y atroz de lo que la
mayoría cree? ¿Cuál es el método, para asegurar que
esto es así? Casi que no podía creerlo, pero mucho
menos podía ignorarlo. Con asombro contemple la
tormenta, y la destrucción que causó en la ciudad, los

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

templos deshechos por la ventisca solo pueden dar


informe de la debilidad de lo que en realidad
representan. Y los que se consideran fieles de una
verdad que solo ellos conocen, y a la que solo ellos
tienen acceso, una verdad que jamás será comprobada
a pesar de ser pronunciada mil veces, se disponen a
reunir los trozos de lo que fueran sus centros de
adoración, motivados por el fervor y la promesa de un
futuro mejor, un futuro que no llegara con el mañana y
que no se ve próximo a aparecer, y aun cuando
apareciera, ¿Con qué lo verán?

La tempestad cesa, el vendaval ahora convertido en una


suave brisa seca las lágrimas que recorren mis mejillas,
no es la misma sensación si me lo hubiesen contado,
jamás podrían experimentar el desazón y la desilusión,
al ver las partes descubiertas del infierno.

Llevando mis manos a mis ojos, reponiéndome de la


exposición a lo que muchos llaman “vida”, sequé los
últimos vestigios del agua que brotó de ellos, sabía que

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JUAN MANUEL MORALES

mi viaje no estaba por concluir, así que reuniendo tanto


coraje como fuera posible, levanté el rostro confiado
que cuando abriese los ojos, ya no me afligiría por la
destrucción de aquellas almas en pena, pero cuando abrí
los parpados ya no me encontraba allí.

Ahora me encontraba en un sitio amplio y luminoso,


similar al primero que visité, este parecía más limpio y
ordenado y la calma solo se veía interrumpida por las
tenebrosas voces lamentándose al unísono, gritos de
desesperación y coros infernales que quebrarían hasta
al más valiente. Dirijo la mirada hacia todos lados,
tratando de buscar la fuente de los llantos y aullidos de
los que parecen estar en agonía, ¡Dios mío, a quien
están torturando en este lugar!

Nam respondiendo a mi grito de horror dijo:

-En efecto, aquí hay almas en tortura, adentrémonos y


veamos de que se trata.-

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

Mientras caminábamos por el lugar, la pasividad se


tornó en violencia, los cielos se tiñeron de rojo
despojando al día de su resplandor, con una oscuridad
parecida más bien a una sangre espesa, caminar por ese
lugar suponía una dificultad mayor que en lugares
anteriores. En este lugar aparecen todo tipo de personas,
unos ultrajándose los unos a los otros, en un rincón
otros hacen daño a sus propios cuerpos, sus paños están
gastados y rasgados, sangre les brota de los ojos, piel
escamosa infectada y que cae a pedazos con el simple
mover de los vientos. Ciegos, sordos, mudos,
paralíticos, enfermos mentales, todos de aspecto
inmundo, se reúnen en este gran rincón del infierno. Los
lamentos se hacen presentes haciendo temblar la tierra,
con la esperanza de curación y salvación, gritos de
auxilio llenan el lugar generando un eco que no termina.
En regiones más al este en las islas más remotas del
averno, cientos de criaturas son capturadas para el
placer del paladar de los que gustan disfrutar engullir lo
que aún sigue con vida. Animales reptantes, insectos,

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JUAN MANUEL MORALES

seres vivos de las profundidades de los océanos,


animales domésticos, todo lo que tenga carne y sabor,
supone un manjar para los depravados apetitos de las
almas que no tienen satisfacción en el abastecimiento
de la tierra. Aquí todo se consume. Toman a las
criaturas venidas del fondo del inframundo, y proceden
a hendir enormes navajas en ellos, el animal aún con
vida es cortado en trozos servido con tazones inundados
de lo que parece ser sangre, y conservando todavía el
movimiento de sus extremidades, el bocado bañado en
la salsa del averno, es llevado a la boca de los dementes
seres que pagan condena en este sucio y fétido abismo.
¡Que abominación! Devoran con la fiereza de leones,
sus mandíbulas no tiene descanso, y el sonido que
producen sus dientes al llevarse a la boca y moler el
pegajoso animal con movimiento aun por reflejo, es
ensordecedor, ¡Cállense, paren ya! Sin darse cuenta
que sus existencias son tan vacías como las de los
infiernos vecinos. Sufren por millones, mueren por
cientos. Cadáveres son apilados a la orilla de un rio, los

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

que no son arrojados al agua, son incinerados en


hogueras que son prácticamente públicas, todo el que
quiera, puede ir a ese lugar a quemar los cuerpos viejos
o enfermos de los que parece han dejado de existir. La
madera se almacena en grandes proporciones, para
cuando un número de cadáveres valga la pena, puedan
tener siempre suficiente fuego. La madera se reúne, los
cuerpos esperan, y los desquiciados habitantes de este
lado del infierno, se apresuran a encender lo que ellos
llaman la “purificación por fuego”. La gruesa y seca
madera con cortezas de todo tipo cruje anunciando las
primeras brasas, el fuego crece y revolotea, ansioso por
consumir lo que sea, los cuervos graznan, los buitres
extienden sus alas, atraídos por un hedor inmundo, dan
volteretas en el cielo esperando deleitarse con los
cadáveres que esperan su turno para ser expiados de sus
cargas en este plano miserable de enfermedad, algunos
redoblan esfuerzos, aterrizando sobre los cuerpos
flotando en el rio. Algunas de las almas que habitan este
lugar, los pocos que aún conservan un poco de cordura,

42
JUAN MANUEL MORALES

en un intento desesperado por recuperar la tan ansiada


salud, beben todo tipo de elixires, jarabes, remedios,
inyectan sustancias extrañas en sus cuerpos, se someten
a todo tipo de tratamientos, y a la ciencia no le alcanza
para ofrecerles alivio. Agobiados, exasperados, y
encolerizados, ahora recurren a los métodos menos
ortodoxos.

Cuando la ciencia falla, recurren a la “magia”,


curanderos, chamanes, hechiceros, brujos, adivinos,
nigromantes… todo lo que se pueda, por mitigar la
insoportable condena. Unos preguntan: ¿Cuándo dará
fin este suplicio? Otros: ¿Por qué a mí? Los más
soberbios se lamentan y maldicen a los dioses. Los
necios buscan culpables más tangibles, pelean contra su
semejante, y lo culpan de su condición. Rostros de
angustia deambulan por todo el lugar, sin conocer la
cura para su mal, impelidos a actuar de maneras
erráticas, con el pasar del tiempo, o pierden toda
cordura, o son resignados a un final en las chispeantes

43
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

hogueras. Con cuerpos todavía en pie, pero


desfigurados, maltratados, deshechos, sufren un castigo
de males para los que ellos no conocen la cura. Males
avanzados y algunos incurables pero, ¿Cómo es
posible? ¿Cuándo fue que enfermaron todos ellos? ¿Es
que acaso en verdad no existe cura para lo que estas
almas padecen?

Como si pudiera leer mis pensamientos, Nam dijo con


voz de autoridad:

-Todas y cada una de las almas que en este rincón del


infierno habitan, tomaron la decisión de enfermar, ellos
aceptan la enfermedad a cada momento que pasa, y
definitivamente si existe una cura, mi curioso amigo.-

Con un poco de desconcierto repliqué:

-No comprendo, ¿A qué te refieres con que ellos


tomaron la decisión de enfermar?

Nam con expresión firme respondió:

44
JUAN MANUEL MORALES

-Sé que tu mente te hace jugarretas, y también sé que


ahora mismo crees que no sé lo que estoy hablando,
pero has de saber que el infierno también forma parte
del vasto universo, y las matemáticas universales se
encuentran en un inquebrantable equilibrio.

Muchas de estas almas, han venido de otros rincones


del infierno, algunos tienen un largo historial de
existencias, ahora además de cansados, llegan a este
lugar también con sus cuerpos destrozados, con toda
clase de enfermedades. El cuerpo humano como se le
conoce es solamente un vehículo. Pero no todos llegan
en mal estado, algunos tienen una increíble capacidad
de someter y dar muerte a un vehículo completamente
sano. Les es entregado un cuerpo completo y con todas
las funciones vitales al cien por ciento, pero se las
arreglan para que en unos pocos años, una máquina que
está diseñada para una existencia de milenios, sea
desmantelada en menos de diez lustros. El cuerpo
humano fue diseñado por un sabio y sublime ingeniero,

45
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

el cual dotó a su propia creación con la capacidad de


reparar, restablecer, sanar e incluso dar forma a cada
átomo que compone una máquina con capacidades
excepcionales. Trabajando como un todo, las funciones
y mecanismos del cuerpo comenzaron trabajando en
cooperación y armonía, de la misma manera que una
agradable sinfonía tiene orden y tiempos, el cuerpo ha
sido provisto de funciones que trabajan en avenencia y
concordancia.-

-¿Qué fue lo que ocurrió entonces? ¿Por qué es que


estas almas sufren una guerra sin cuartel?-

Interrumpí deseoso de saber la respuesta, y Nam


respondió:

-Ellos desarrollan efectivamente una guerra contra sus


propios cuerpos, y aunque mis palabras no tengan
sentido, son verdad universal. Con un equilibrio
ininterrumpido, el universo da las condiciones
necesarias para la armonía en todos los planos de la

46
JUAN MANUEL MORALES

existencia, estos individuos olvidando por completo su


linaje y origen celestial, permitieron ser seducidos y
engañados por ideas sugeridas, orientadas al detrimento
de lo que el ser humano representa. Aparecieron en este
plano con amnesia, y entregaron su capacidad de
curación a cosas, medicamentos, tratamientos, a los
rituales, sin saber que esas cosas del mundo jamás han
sido necesarias, pues es ilógico pensar que aquel que
diseño tan sofisticada máquina, no sea capaz de arreglar
su propia creación. Debes saber, que todas las cosas
creadas tienen una planeación, un boceto o referencia,
los planos del cuerpo humano son claros y su acceso es
solo para aquel que creó las magníficas cualidades con
las que fue dotado. Así como el maestro relojero tiene
planos precisos para ubicar y reparar cualquier sección
que compone un todo armonioso, también el cuerpo
cuenta con un respaldo que procederá a analizar,
diagnosticar y dar reparación inmediata de lo que sea
que padezca, es todo un complejo sistema autónomo
que se hace cargo de las eventualidades mientras se

47
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

desarrolla la existencia en cualquier plano físico. Un


sistema que fue programado incluso antes de que los
planos existenciales tuvieran lugar, pero la mente tiene
a su cargo muchos sistemas, abastecida con facultades
extrasensoriales, la mente da a lugar y desaparece lo
que para los planos físicos es evidente. Además y como
ya sabes, la mente puede ser reprogramada y re
direccionada para ir incluso en contra de su naturaleza
y aceptar ideas falsas en su lugar. Este es el caso de las
almas que sufren la condena de tener cuerpos
descompuestos, han aceptado las sugerencias de que
sus cuerpos son frágiles, y que necesitan todo tipo de
doctores y medicina para tratar de mejorar un poco su
condición. Cuentan con una mente con capacidades
extraordinarias, pero no pueden creer que su cuerpo
sanará por si solo en caso de que llegase a enfermar,
son desequilibrados mentales, prisioneros de su propia
ignorancia. Una rasgadura en el pie o una cortadura en
la mano, sana de la misma manera que sana el cáncer
terminal, malaria, tuberculosis y todas sus

48
JUAN MANUEL MORALES

enfermedades nuevas que han sugerido, y que los


débiles de mente han aceptado sin poner mínima
resistencia. En un intento de encontrar consuelo,
muchos optan por hacer culpables de su enfermedad a
agentes externos, lo que comieron o lo que bebieron,
pero una máquina tan potente no puede ser diezmada y
reducida a lo que estos muertos vivientes representan.

No existe sustancia que pueda hacer mella, en un


cuerpo dirigido por una mente equilibrada, por una
mente que no acepta las sugestiones externas, porque
debo informarte mi ilustre compañero, que sus
enfermedades no se deben al mal uso que le han dado a
sus cuerpos, sino por el mal uso que han hecho de sus
mentes.

La mente hace y deshace, el infierno está lleno de


sugerencias, pero cada uno tiene una la libertad de
elegir lo que va a introducir en la mente, pues es en la
mente que se desarrolla la existencia, y tiene la
capacidad de materializar y desvanecer lo que sea que

49
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

se le implante, pero no funciona a manera de introducir


cosas físicas en ella, la mente se alimenta de
pensamientos e ideas, la calidad del fruto será
proporcionalmente igual a la calidad de la siembra.

Ideas de debilidad desembocarán en un cuerpo frágil y


enfermizo, pensamientos de cólera y rencor llevarán a
padecer dolor y frustración. Pero nadie quiere sentir que
está destruyéndose a sí mismo, nadie acepta que
trabajan día y noche por la destrucción de su vehículo,
y es este una máquina tan potente que soporta jornadas
de más de dieciocho horas recibiendo ordenes mentales
de autodestrucción, pero el cuerpo soportara hasta que
no pueda más, puesto que sus instrucciones fueron muy
claras. En este rincón del infierno permanecen las almas
que pagan uno de los precios más altos, por haber
olvidado de lo que son capaces sus cuerpos,
subyugándose ellos mismos, observado la inevitable
destrucción de sus vehículos, viviendo en carne propia
el tormento de los condenados.

50
JUAN MANUEL MORALES

La tragedia y el dolor los consume, y sus dioses de


barro, papel, bordados en tela, permanecen mudos,
impasibles, indiferentes ante los quejidos, el llanto y el
crujir de dientes.

Se desgarran los mantos pidiendo que su castigo


termine, pero no hay nadie que escuche los
desesperados ruegos procedentes del inframundo.

Dime mi valiente compañero, ¿Acaso es que existe un


suplicio mayor, que destrozarse a uno mismo? ¿Qué
causaría más tortura, que el hecho de permanecer en la
exasperación de un dolor que no termina, sin saber que
se tiene la cura en las manos?-

Los tenebrosos escenarios no terminaban, las imágenes


que en mi mente quedaban impresas eran cada vez más
brutales, casi podía sentir la desesperación de los
habitantes del lugar, que se habían convertido
prácticamente en nativos de este amplio paraje, nadie
sabe cuándo llegaron, y nadie sabe cuándo se irán, ni

51
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

siquiera ellos mismos, parecen haberse enredado en una


tela de araña que se hace cada vez más resistente,
pegajosas ataduras que se arraigan firmemente a ellos,
y la lucha solo los agota.

Levantando la mirada pude ver cinco caminos, todos


muy bien adornados, con toda clase de cosas que
deleitan. Por millones caminan estos senderos
placenteros, pero no importa cuán hermosos parezcan a
la mente, todos conducen a una existencia de
desesperación y desaliento. Ubicando uno de los
caminos, pude contemplar todo tipo de imágenes
hermosas, pero que carecen de sustancia, intangibles
formaciones en el aire, que solo sirven para seducir a
los que han aceptado, que aquello es real.

Las almas decepcionadas caminan por este corredor, en


busca de alivio, lo que no saben es que están siendo
conducidos a donde sus cuerpos recogerán los frutos de
los rincones del averno en los que han experimentado
existencia, pues a muchas partes del infierno

52
JUAN MANUEL MORALES

desembocan estos caminos. Así que a pesar de mi


sobresalto, la curiosidad fue más grande en ese
momento, por lo que decidí explorar el origen del
primer camino. Su origen no parece ser tan grotesco
como todo lo que había visto, con confianza me dirigí a
entrar a lo que parecía un recinto no muy amplio, pero
mi ingenuidad se hizo presente cuando en la entrada era
custodiada por seres de apariencia descomunal, pies
sangrantes y piernas tan débiles que con dificultad se
trasladaban por sus propios medios, su respiración es
rápida y agitada, ropaje harapiento y de aspecto
inmundo, pero lo que en realidad llama la atención de
estos individuos, son las máscaras que llevan puestas en
el rostro, personajes conocidos, uno lleva la cara de
Gautama y el otro de Krishna, lo único que se puede
observar en el rostro, son un par de ojos que no
parpadean y las venas de ellos parece que fueran a
reventar en cualquier momento. Sus cabezas con muy
poco cabello, se notan pesadas, lucen cansados, nos
observan a Nam y a mí mientras nos adentramos en el

53
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

recinto, no nos quitan la mirada de encima, pero


tampoco nos prohíben la entrada.

Ni bien di unos cuantos pasos dentro, me cuesta trabajo


respirar, el aire es limitado en este lugar. Nam me
comentó que se debía a que en esta era reciente, han
llegado más almas de lo usual a este rincón del infierno.

Una línea dibujada en el suelo delimita este sitio, las


almas que aquí habitan no se sienten capaces de
sobrepasar la línea, así que este lugar parece más bien
una prisión imaginaria, cualquiera es libre, pero nadie
se atreve a serlo.

En este lugar hay inmensos estantes de una altura tal,


que la vista no me da para darme cuenta donde es que
terminan, el olor a papel desgastado y enmohecido se
percibe de inmediato, parece ser una biblioteca enorme,
aunque el lugar parecía pequeño, aquí hay una
sobrepoblación de almas que recorren
desesperadamente todos los pasillos, no duermen, no

54
JUAN MANUEL MORALES

comen, no conversan, corren apresurados de estante en


estante, toman libro tras libro, se desgastan hasta que no
aguantan más, para cargar todo tipo de literatura.

Buscan libros en específico, pero la búsqueda de un


título en especial requiere a veces un sacrificio
inmenso, pues deben caminar largas distancias, y sus
cansados pies se ven obligados a trabajar jornadas
extras, hasta que la piel se rasga, sangra y se infecta,
pero ellos parecen incansables, para ellos todo el
sacrificio lo vale.

Toman tanto como pueden y se retiran a sus celdas, para


consumir tanto conocimiento como se pueda, abren los
libros que están rasgados gastados y la tinta ya no puede
verse, han leído tantas veces, le han dado vueltas a los
libros tanto, que ya es sumamente complicado discernir
entre las palabras. Aun así, trabajan sin descanso
alguno, están desesperados por el conocimiento, pero
yo me pregunto, ¿Qué es lo que están buscando? ¿Qué
supone una búsqueda tan desesperada e intensa?

55
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

Pero nadie responde mis preguntas, estas almas no


conversan, no parpadean, no tienen tiempo para nada
que no sea examinar el siguiente escrito, y en este lugar
hay libros principalmente de literatura sublime, la
psicología no se queda atrás tampoco, la filosofía y la
alegoría también aparecen, con títulos que parecen muy
atractivos, sin embargo parece que cada vez es más
complicado recibir la instrucción. Me aproximo a tomar
uno de los gruesos volúmenes de esta interminable
colección, y casi que no puedo creerlo cuando los
nombres de los autores saltan ante mi vista, aquí esta
Isaías, Gandhi, Juan, LaoTze, Pablo, Shakespeare,
Platón, Ezequiel, Murphy, Wayne, Neville, Paracelso,
Da Vinci, Yogananda, Fillmore, Blake, Sócrates,
Emerson, Einstein, entre muchos otros más, así como
las escrituras védicas y cristianas, incluida una
colección de 66 libros que se ha acumulado con el paso
del tiempo a manera de antología alegórica.

56
JUAN MANUEL MORALES

El papel se deshace en las frías y débiles manos, de los


que no encuentran consuelo en ninguna de las palabras
plasmadas por los virtuosos y los eruditos, sin embargo
no puedo comprender la razón de su exasperación,
teniendo el paraíso en las manos, aun así continúan
rascándose la cabeza hasta que la sangre recorre sus
mejillas, el llanto de angustia y desesperanza no tarda
en calarme hasta los huesos, han leído hasta que casi los
ojos se salen de su lugar, y contemplado una y otra vez
las pinturas de los elevados en conciencia, aun así se
sienten que no hay esperanza. Los ancianos lloran, los
jóvenes se desgarran, con gritos que destrozan sus
gargantas.

Las celdas o lugares de estudio son pequeñas


habitaciones de apenas unos 4 pies de ancho por 3 de
largo, el olor que impregna los cuerpos es insoportable,
el calor aumenta, y el sudor brota copiosamente de las
frentes de estos individuos. Con incomodidad
continúan la faena, tienen una determinación

57
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

incomparable, pero eso no los libra de vivir en este


lugar, en donde las paredes dan testimonio, de la lucha
de los que no han vivido para contar lo que en este lugar
se experimenta, pues aquí llegan con buenas
intenciones, y se retiran con cabezas pesadas y cuerpos
destrozados.

Se pueden leer en las paredes, escritas con inmundicia


de sus cuerpos, notas como: ¡ayuda! O ¡del infierno no
escapa nadie!

Los que se han rendido, reposan sentados con la mirada


perdida, clavando los ojos hacia ningún lado y
pensando quien sabe que cosas, ya no pueden llorar, no
saben qué hacer, no saben a dónde más recurrir, no
tienen idea de cómo cayeron en este agujero, y ahora
tampoco saben cómo salir. Los coros, las oraciones, las
canciones, las afirmaciones, los cantares, taladran en
sus oídos hasta sangrar, se han hecho esclavos del
hábito de escuchar la enseñanza pero de todos modos,
cada luna que pasa, la arrogancia los consume, sus

58
JUAN MANUEL MORALES

cabezas pesan más, sus cuerpos se acaban, el calor los


asfixia. Un grupo pequeño de estos habitantes se
dedican a otra cosa, y se aíslan de los residentes de este
recinto, todos vestidos de blanco y con aumentos en los
ojos, gastan lo que no tienen, sufren lo que no les tocaba
y se asoman en donde nadie les ha llamado.

Se apartan porque simplemente no comparten la


ideología de los anteriores, confían solo en sus ojos,
tanto que todos ellos usan aumentos y a veces aparatos
que puedan hacerles ver aun con más aumento, quieren
observarlo todo, corren desesperadamente para buscar,
pero no saben que buscan. Tan solo la promesa de que
si buscan algo debe aparecer. Generaciones de estos
seres van y vienen, y aún continúan en la ardua labor de
“buscar”, pienso que no han tenido éxito en su
búsqueda de otra manera no tendría sentido ir por lo que
ya se ha encontrado.

Nam habló:

59
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

-Veo que has conocido el recinto de los intelectuales,


de aquellos que harían de todo con tal de saber más,
pero yo siempre me he preguntado: ¿Qué es eso que
quieren saber de más? Estoy seguro que la respuesta
tampoco la conocen ellos mismos, se han confundido
en el estudio de las leyes espirituales, la metafísica y el
conocimiento sublime, absorben como esponjas
palabras que no entienden, de otra manera no estarían
en este lugar, luchando con los tomos interminables de
este recinto. Cada generación ha conocido sus propios
sabios y virtuosos, pero nadie los toma en cuenta sino
hasta después de que dejan sus cuerpos, de todas
maneras, siempre existe un legado que han obsequiado
a las almas que buscan refugio y libertad, pero los que
aquí estudian, creen poder entender, se ha vuelto
arrogantes y soberbios, al punto que muchos se cuelgan
la máscara de eruditos del pasado, ellos creen que son
lo suficientemente sabios para dar instrucción a los que
no se cansan de ser necios, entonces malinterpretan lo
plasmado, y se vicia la enseñanza, el ciego guiando a

60
JUAN MANUEL MORALES

otro ciego, que cree que puede ver mejor que el tuerto.
En su loco afán no consiguen sino destrozarse, pagan
un precio demasiado alto, para aprender algo que ya
conocen, pero que no están conscientes que ya lo
conocían incluso desde el inicio de todo, pero su
terquedad es su verdugo.

No importa que les mencionen mil veces la clave para


salir de sus asquerosas celdas, no tienen oídos y no
prestan atención, a nada que no sean las mismas
estupideces que los trajeron aquí, bien ya lo dijo un
grande “hacer las mismas cosas y esperar resultados
distintos, es signo de locura”. Y así como ellos,
muchos.-

Así que yo pregunté:

¿Es que acaso no existe manera de salir de este lugar?


Pues no puedo dar crédito que hayan estudiado el
legado de tan grandes personalidades y aun así sean
esclavos de su propia soberbia.

61
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

A lo que Nam respondió:

-Desde luego que se puede ser libre y uno de los


místicos más poderosos que los universos hayan
conocido, pronunció en pocas palabras, la manera de
salir de cualquier rincón del infierno, y entrar en el tan
ansiado paraíso, pon atención y toma en serio estas
palabras amigo mío, porque bajo esta sentencia, es que
se han creado todos los universos que tuvieron, tienen
y tendrán lugar. Él era un místico y filósofo observador
de la vida misma, pero la mayoría lo desestimó, por la
manera en que expresaba su enseñanza, él dijo: “asume
una virtud si no la tienes”.

Pero dime algo compañero, ¿Será que existe alguien


que tome en serio las palabras anteriores? ¿De quién
debe venir la instrucción, para que sea escuchada y
puesta a prueba extrema?

Porque si bien esa fue la manera en que toda la creación


tuvo lugar, toda existencia debe cerciorarse de que es

62
JUAN MANUEL MORALES

verdad, en caso de que lo sea, debe ser implementado,


y los infiernos se evaporarán como el agua es reducida
por el sol del mediodía.

Pon atención y no permitas ser engañado por lo que


aparenta ser, leíste nombres de elevados en conciencia
en los libros, sin embargo es importante que seas sabio
y de buen criterio antes que te dispongas a dar tu
opinión con respecto a estos grandes hombres, pues la
humanidad ha desestimado su enseñanza, y es por eso
que los necios son escupidos al recinto de los que se
creen que son santos.

Estos grandes seres lograron descubrir el flujo de todo,


vieron lo mismo todos ellos, solamente que lo
explicaron de diferente manera, y por eso ahora existen
tantos rincones infernales, debido a la confusión que
han hecho los más ignorantes a la hora de discernir
entre la alegoría y la historia, la enseñanza, y el
vehículo que transmite la enseñanza.

63
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

Es como ver un árbol cargado de frutos y solo comer


las hojas. Usando cada quien su propia prosa y su
lengua, cada uno plasmo sus visiones y experiencias a
modo de que pudiese conservarse una prueba de lo que
se había atestiguado, de otra manera la tradición oral se
habría perdido con el pasar de los siglos y milenios.

Ahora bien, el segundo grupo constituye el resultado de


haber aceptado todas las sugerencias que inundan los
infiernos, son los peores, no aceptan nada que no pueda
ser comprobado con sus débiles ojos, quieren
comprender el infinito solo usando un órgano que está
limitado por la luz, la idea es risible e idiota en sí
misma.

Para estos seres la desgracia es mucho mayor y el precio


que se paga por la ignorancia es altísimo, han desfilado
todo tipo de infiernos por miles de años, y no han tenido
ni un solo resultado acertado o satisfactorio, buscan lo
que se explicó hace más de 5000 años, y quieren a toda
costa ver lo que no puede ser visto.-

64
JUAN MANUEL MORALES

No puede ser, nada de esto tiene sentido, ¿de qué se


trata todo esto? Todo lo que pensaba, todo en lo que
creía, todas las cosas en que había puesto mi atención a
lo largo de años, toda mi formación, todo lo que daba
por hecho, y los interminables conceptos del bien y el
mal, la corrupción y la justicia, todos se derrumban
como los otrora muros de Jericó y siento que mi mente
hace una explosión, un corto circuito, una falla, como
si algo se hubiese desconectado, no se la naturaleza de
las emociones que experimento, ¿Acaso es tristeza? No,
no lo es, ¿Sera que entonces es ira? No, tampoco, es
más bien una decepción, un desconcierto, una desazón,
que se mezcla con las anteriores, una combinación de
elementos que forman una sensación de demencia, un
sentimiento de que no se sabe absolutamente nada.
¿Cómo sabremos cuando estemos haciendo lo correcto?
Y pensando que Nam, leería mi mente como de
costumbre volví la mirada hacia su dirección, con
esperanza de respuestas, pero él se quedó inmutable, a
pesar de la vorágine que en todo el territorio se

65
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

desarrollaba, el parecía, fuerte, inmóvil, su rostro no


daba señales de ninguna expresión, se le notaba
inalterable, constante, resistente, silencioso, casi
omnipotente.

Salimos del recinto, mientras caminamos aún se


alcanzan a escuchar entre lamentos y llanto, las
canciones y oraciones que no se cansan de escuchar y
recitar, los desquiciados y arrogantes habitantes de un
infierno que nadie quiere vivir, pero que muchos por
soberbia experimentan en carne propia.

Conforme avanzamos, se va descubriendo una ancha


vereda, adornada con rosales llenos de espinas, parece
ser el segundo camino. El sendero es muy amplio, pero
aquí desfilan por millones, y la abertura del camino no
da para las incontables almas que se restriegan mientras
marchan, pero las espinas que más bien parecen agujas,
dejan su testimonio de los que aquí entran, la sangre
brota de la misma manera que las lágrimas, ojos rojos,

66
JUAN MANUEL MORALES

inflamados, que solo pueden significar la tristeza y


dolor.

El camino es hermoso, y el suelo luce perfectamente


amortiguado por lo que bien pudiera ser algodón de
azúcar, pero ninguno de ellos imagina que al posar la
planta del pie, las ramas llenas de espinas envuelven los
pies de los que caminan por este lugar, el insoportable
dolor, los hace caer y ahora las pequeñas lanzas han
perforado sus brazos y cuellos.

No entiendo que los motiva a dar marcha por esta


vereda, ¿Por qué lo hacen? Pero mis preguntas solo
pueden ser respondidas explorando el final de este
camino. Pero, de qué manera poder llegar al final sin
hacerse daño, en ese momento Nam dijo:

-Sígueme, existe siempre una manera de permanecer en


el fuego y no arder-

Así que continuamos por lo que sería un camino


alterno, es obscuro y algo frio, pero es seguro.

67
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

Al llegar al final del camino, pude ver que no todos


soportaban la travesía, pero aquellos que lo lograban, lo
hacían con la esperanza de una promesa que no puede
ser cumplida. Con determinación, caminan un sendero
accidentado, destrozan sus cuerpos y debilitan sus
mentes, para llegar a conseguir lo que ellos consideran
como un gran logro, ser amado por otro ser. Entregan
sus corazones con la promesa y condición de que
llegará otra alma a llenar un hueco que jamás estuvo
vacío.

Entregan sus existencias, emociones y pensamientos a


imágenes que se forman con el viento y el vapor que
sale de sus alientos exhaustos. Se arrodillan ante lo que
no existe, entregan todo lo que son a lo que no tiene
lugar, nadie les pide nada, pero de todos modos no
pueden resistir la tentación de dar hasta lo que no
tienen, caminar senderos de muerte y desesperación.

Arrancándose el corazón del pecho, lo entregan a


cualquiera que les prometa seguridad.

68
JUAN MANUEL MORALES

Esto hacen en este lugar, así viven los que habitan aquí.

Solamente los más dementes, se atreven a dar marcha


por este camino y llegar a tan frio lugar, los cuerpos en
el suelo por cientos, solo hacen saber a los que mueren
lentamente aquí, que no habrá tregua para ellos, pues
decidieron adentrarse en un lugar donde no fueron
llamados, y ahora pagan las consecuencias.

Me acerco a uno de ellos, y tiene una expresión de


profunda tristeza y depresión, tan solo de mirarlo es
como si fuese contagioso, ¿O acaso es que existe
alguien que tenga una fortaleza que no sea quebrantada
al contemplar estas almas en plena destrucción?
También tiene un papel en las manos, tomo el papel y
dice así:

-Mi amada Leticia jamás olvidare el día en que nos


conocimos, fue en una gran celebración que daban mis
padres con motivo de mi graduación, invitados muy
importantes figuraban en el lugar, el duque Charmont,

69
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

el presidente Le Noir, príncipes, princesas y todo tipo


de personas con nombres y apellidos reconocidos
llenaban la habitación, pero nadie sabía que para mí, tu
presencia fue la más importante y revelación de mi
primer amor, a pesar de ser aún muy joven.

Estábamos hechos el uno para el otro y a partir de ese


momento, nada podía separarnos. Llenaste de alegría
mi existir, inflamaste todas mis pasiones, fuiste figura
de inspiración para mis poemas y canciones, caminaba
entre nubes, todo era precioso, estaba profundamente
enamorado.

Ya no tenía cabeza para nada, hipnotizaste mi mente, y


justo cuando creí que nada podría ser mejor, aceptaste
darme tu mano en matrimonio, fueron los momentos
más hermosos y felices de mi vida. Pero esa felicidad
duró muy poco, pues días después de haberme hecho el
hombre más feliz, una devastadora enfermedad te
separó de mí, y te despojó de este mundo.

70
JUAN MANUEL MORALES

Mi corazón se endureció, se hizo frio ya no lo sentía


como antes, es como si ya no lo tuviera más latiendo en
mi pecho, me aparte de todo y de todos, fue como si me
hubiesen dado un gran golpe desde el cielo, mis versos
desaparecieron, la inspiración era más bien de
maldición y de un origen tenebroso y diabólico.

Me rehusaba a aceptar la idea de que nuestra vida se


hubiera perdido por completo, y en mi desesperación,
decidí vagar por donde sea que hubiese una respuesta o
una solución, yo tenía la esperanza de que existiera una
forma de poder alcanzarte, así tuviera que renunciar a
todo y entrar en las sombras de la muerte.

Mi intenso viaje, me llevó a parajes extraños, lugares


llenos de hechicería y superstición, sitios en donde se
cree en la vida después de la muerte, una creencia que
aunque parecía absurda, yo quería aceptar.

Los angostos corredores, de lo que parecía un laberinto,


me conducían cada vez más profundo, y no pensaba lo

71
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

que me encontraría, pues si bien no sabía en donde


estaba, la gente del lugar parecía que me conocía a la
perfección. Un anciano se acercó a mí y me dijo: “tú no
tienes nada que hacer en este lugar, no busques lo que
no has perdido, intentar aliviar una pena, puede llevarte
a experimentar el infierno”.

Pero mi tristeza por no tenerte ya en este mundo, me


cegaba y yo estaba dispuesto a hacer lo que sea, no me
importaba si tenía que vivir en el infierno, para mí el
poder estar a tu lado aunque sea un pequeño momento,
valía cualquier sacrificio.

Ahora emprenderé un viaje del que no se si regresaré,


no importa lo que suceda, aunque tuviste que partir de
este mundo, sé que puede haber una forma de reunirme
contigo mi amor y no voy a descansar hasta que pueda
volver a tocar el pétalo de tu rostro y mirar tus ojos una
vez más.-

72
JUAN MANUEL MORALES

Un corazón roto y un espíritu doblegado, reposan en el


suelo los vestigios de lo que alguna vez fue un hombre,
no puede ponerse de pie, no habla, no se mueve, y su
camino aún es muy largo. La mirada perdida hacia
ningún lado, ojos vidriosos por las incontenibles
lágrimas, manos heladas que intentan por todas
maneras aferrarse a un ideal que ha desaparecido con el
grueso y frio puñal del rechazo.

Este no es el fin, por el contrario es el principio, es la


puerta, la bienvenida del averno que se ha ganado a
pulso, pues una vez atestiguado rincones del mismo
infierno, puedo decir con seguridad, que aquel que no
tenga intención de salir de aquí vagara por varios
escenarios. Jamás creí que el amor pudiera causar
semejante atrocidad y tormento. Pero en ese momento,
casi no terminaba de pronunciar las palabras en mi
mente, cuando Nam me interrumpió con fuerza:

-Debes desistir de ser un incoherente, tal y como lo son


los que se atreven a dar caminata por los pasillos que

73
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

desembocan en uno de los peores infiernos, no cometas


el error de la estupidez, ni caigas en la trampa de la
necedad y soberbia.

Eso que los humanos llaman “amor” no puede estar más


alejado de la realidad, de las múltiples e infinitas
realidades lógicas que componen un universo aún más
vasto e ilimitado, pero sobre todo de las realidades más
básicas y coherentes que se entrelazan y forman
realidades cada vez más completas y complejas. Lo que
los hombres llaman amor, para los virtuosos no es sino
una gruesa cadena, un pesado y apretado grillete que
rompe huesos, derrama sangre, y desgarra la carne hasta
hacerla supurar.-

Escuchando las palabras de Nam, me parece que se ha


vuelto loco, ¡ES IMPOSIBLE! ¿Quién se ha creído este
engreído? ¿Por qué habla de esta manera? ¿Qué
autoridad tiene este charlatán para decir semejante
blasfemia? Desde tiempos inmemoriales, es bien sabido
que el amor es la fuerza más poderosa, por amor es que

74
JUAN MANUEL MORALES

fue creado el mundo y los seres que lo habitan. Pero


como si Nam pudiese leer mi mente, dirige la mirada
hacia mí y con la seguridad de los elevados pronuncia
palabras que no olvidare jamás:

-En algo tienes razón, el amor es una fuerza poderosa,


y también es cierto que todo lo que tiene forma y
sustancia fue creado por la unión de fuerzas que los
hombres no pueden comprender, y una de ellas fue el
amor, pero no se trata de algo con lo que la humanidad
este familiarizada.

Los niveles en donde la conciencia casi ha desaparecido


por completo, han confundido a una sublime
experiencia, con la dependencia, el condicionamiento y
la esclavitud. Recuérdalo bien, el amor no es una
emoción sino una experiencia. Sé que lo que te he
presentado, va contra corriente de todo lo que has
aprendido, pero te insto a ser sabio, y a entrar en
conciencia espiritual, la cual no consiste en otra cosa
más que en la observación. En estos planos, el amor es

75
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

aún desconocido, solo unos pocos han tomado la


decisión de hacer caer el velo, y darse cuenta de lo que
el amor en realidad es. Si dejas por un momento tu
condición de autómata, podrás ver con claridad que lo
que existe entre un hombre y una mujer, no es amor,
jamás ha sido amor y de hecho no puede ser llamado
por ese nombre, es más bien una dependencia que
desemboca en esclavitud, que lleva a vivir uno de los
peores infiernos, o dime tu hombre pensante ¿Acaso se
ha sabido de alguno o alguna que haya “amado” y no
haya experimentado sufrimiento?

La incertidumbre que somete, la necesidad que provoca


desesperación, el anhelo que enloquece, los celos que
consumen y desquician. Los sabios han pronunciado
con labios sinceros y llenos de verdad, que el amor es
una emanación de los poderes más altos, una corriente
del creador mismo, sin embargo ¿Cómo es entonces
posible que algo que ha sido emanado desde los planos
más sublimes, este causando miseria y destrucción? La

76
JUAN MANUEL MORALES

idea en si es absurda, carece de todo sentido, todas las


prácticas provocadas que emanan de lo que los hombres
han llamado amor, son de naturaleza infernal, de
ninguna manera puede existir virtud en ello. Aquel que
realmente ha utilizado el amor para dar lugar a la
creación, te ha dotado con la capacidad de ser
autosuficiente en todos los aspectos. Para la creación de
seres como los que habitan estos planos de existencia,
fueron necesarios los sistemas más sofisticados de los
que se disponía, una mente y un cuerpo trabajando en
armonía constituye una bella pieza de la más alta
ingeniería celestial. De manera que si el creador de todo
lo que tiene vida y forma en el universo condiciono a su
más grande creación, a tener que encontrar a un tercero
para poder estar completo, entonces ha fallado en su
trabajo, y no sería creador, sino destructor.

Los seres que funcionan en niveles similares a este, han


utilizado la palabra “dios” para tratar de describir un ser
superior a ellos, creen en él como el creador, los

77
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

virtuosos conocen su naturaleza verdadera, los


ignorantes le temen, a pesar de tratarse de algo
imaginario. De ser así entonces se trataría del ser más
vil y despreciable que se haya conocido, puesto que su
creación estaría llena de limitación y condicionamiento,
como si lo hubiese hecho para su simple gozo y
diversión. Sin embargo este no es el caso, así que el
amor no debe ser confundido con la esclavitud. Algunos
hablan del amor fraternal como el verdadero amor,
¡pero escúchame bien! A estos niveles de la existencia,
solo llegan pequeños vestigios de lo que es el amor
verdadero, pues la humanidad como se conoce, jamás
ha tenido la experiencia del amor verdadero, a pesar de
haber sido creada por el amor en su máxima expresión.

Parece ilógico y suena a locura, sin embargo no es


posible para mí cambiar los hechos, solo puedo
expresarlos.

El amor que sienten los que se han convertido en padres


y madres de otros seres, es el resultado de sus inflados

78
JUAN MANUEL MORALES

egos, pues se rehúsan a ser llamados “malos”, así que


no les queda otro camino más que “amar” a lo que fue
producto de la pérdida de conciencia. Pero el amor es
libertad, y de ninguna manera puede haber amor
forzado, aquellos que “aman” por qué no les quedo otro
camino, se engañan a sí mismos diciendo que han
experimentado el amor verdadero, pero cargan una
pesada cadena que les corta la respiración, pues en su
condición de autómatas, se vieron obligados a “amar”,
es decir, que no tuvieron la oportunidad de decidir a
quién querían amar. Ahora sus dientes rechinan y de sus
ojos fluye testimonio de la vorágine que los va
deteriorando física y espiritualmente, pierden la vida
por dársela a alguien más, sin libertad no hay amor.

No me malentiendas hombre de la tierra, por supuesto


que es posible experimentar el amor en estos planos,
pero será cuando no existan barreras ni
condicionamientos, cuando por fin sea comprendido el
concepto de libertad que solo el amor puede aportar,

79
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

debe ser un amor libre, ejercido sin ataduras, sin


contratos, sin lágrimas, sin sangre. Pero por el momento
nada de eso es practicado, se ha desfigurado tanto un
poder que comienza como un experimento y termina
como una experiencia, al grado que ahora se cree que si
un ser ama a otro, el segundo debe hacer única y
exactamente lo que le place al primero, aun si es
necesario comprometer el bienestar propio, ¡Qué
tontería!

La ignorancia es su verdugo, la estupidez es el pan de


cada día. La caída de los que se creen emperadores del
mundo resulta ser más dura, los que sienten que han
caminado entre nubes, recorren una distancia mayor, y
el pasar del tiempo no mejora su situación, resulta igual
a comer pero jamás quedar satisfecho, es una sensación
que enloquece, y que termina por escupirlos a la
inmundicia. Lo que comenzó como un sentimiento de
complementarse, término siendo el infierno mismo. Los
demonios existen en la mentes que los han creado, pues

80
JUAN MANUEL MORALES

no existen seres regentes de los avernos, más que


aquellos que han sido creados por la terquedad y
soberbia de los que creen haber acariciado el cielo, sin
saber que se revolcaban en el erebo.-

Llegado a este punto en que me encuentro superado a


mí mismo, ya no hay lógica en tratar de analizar lo que
he visto, lo que he escuchado, no le puedo encontrar
arriba o abajo a las cosas. Siendo habitante de la tierra,
no puedo evitar pensar en cómo terminará todo esto y
en cómo será mi vida si es que logro volver a ella.

Tengo miedo de preguntar y de saber lo que no me


corresponde, tengo dudas pero temo que sean
respondidas de la misma manera grotesca con la que se
me ha atendido hasta ahora, queremos siempre conocer
y dar explicación de las cosas, sin saber que
probablemente no estemos preparados de ninguna
manera para involucrarnos en los secretos más
profundos de la existencia, sin embargo la ignorancia
tampoco es bendición, pues he notado y sido testigo

81
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

ocular de que el infierno está conformado en su


totalidad por necios y dormidos. Una cosa es no saber
y otra es saber pero preferir no saber, pues si sabes algo
debes actuar, de otra manera se prepara el caldo de
cultivo perfecto para dar rienda suelta a los demonios
que con gusto construirán los cimientos más firmes que
el averno pueda tener. Me cuesta darme cuenta de cosas
que para mi compañero en esta travesía, parecen obvias,
son pocas sus reacciones y no se impresiona fácilmente.

Continuamos en este vasto lugar, interminable de


describir y con paisajes abominables, conforme
avanzamos encontramos almas que se dirigen en
dirección opuesta a la nuestra, de todos los que se
observan en ese lugar somos los únicos que caminamos
en contra corriente, yo quiero salir de ese lugar y
alejarme lo más posible, pero la mayoría se acerca,
como insectos a la luz, como si supieran que al final de
su camino habrá un premio esperándoles, me pregunto
qué será lo que yo puedo ver y que ellos no, y viceversa.

82
JUAN MANUEL MORALES

Cielos rojizos, tierras sin fin y siluetas de enormes


montañas es lo que se observa en este lugar, sin
necesidad de avanzar mucho, encontramos otro camino,
pero no se puede ver en donde comienza, de inmediato
se dejan escuchar los sonidos de lo que parece ser fuerte
discusión, de dos que no pueden ponerse de acuerdo, el
camino es ancho y lleno de objetos enormes que a la
distancia solo se perciben brillantes, parecidos a
diamantes pero de dimensiones gigantescas. Al
acercarnos ahora se escuchan gritos tumultuosos, la
trifulca parece ser muy grande, voces de ira en caluroso
debate se hacen presentes en mis oídos. Los que
atraviesan este camino lucen llenos de odio, sus
expresiones son de gran frustración, y enojo, caminan
lento, pero de vez en cuando se detienen enfrente de los
enormes objetos a vociferar toda clase de insultos,
improperios y argumentos raros, no es posible
comprender de lo que habla, ninguna de las palabras
que salen de sus bocas hace conexión y sentido con la
anterior, pero de todos modos se desquician al no poder

83
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

hacer entender al otro de su postura. No puedo evitar


sentir curiosidad acerca de con quien es la discusión, así
que dando la vuelta al imponente objeto brillante, me
acerco con cuidado, no sé de qué manera puedan actuar
estos seres, pero no alcanzo ver a nadie, únicamente al
individuo en soledad, las venas del cuello resaltan de
coraje, sus manos tiemblan, los ojos brillan, pero con
un brillo aterrador, su respiración es rápida.

De un momento a otro, parece que está harto de discutir,


pero en realidad no logro averiguar con quien es tan
tremenda riña, así que solo da la vuelta y continúa
caminando, no sé a dónde se dirige y creo que él
tampoco lo sabe, simplemente camina, y después de no
más de unos 30 pies se detiene nuevamente y
comienzan nuevamente los gritos, la sofocación y la
exasperación, por quien sabe qué argumentos, y para
convencer a quien sabe quién, de quien sabe qué cosas.

Los hay iguales por millones en este lugar, todos


gritando y espumeando de la ira y el rencor. Dispuesto

84
JUAN MANUEL MORALES

a averiguar el origen de todo esto, me postre justo en el


sitio que ocupaba uno de los tantos que por aquí
caminan, y lo único que pude ver es a mí mismo, me
dirigí al frente de otro de estos grandes objetos y
nuevamente solo puedo ver mi reflejo, ¿Qué es esto?
Continuo rápidamente a otro de estos enormes objetos,
y soy yo, pero esta vez mi imagen se ha deformado, veo
una realidad a través de mi reflejo que no concuerda con
lo que creo ser, voy a otro y nuevamente estoy
desfigurado, apenas puedo reconocerme, pero sé que
soy yo. Considero ser una cosa pero se me muestra otra,
¡Yo no soy eso que veo! ¿Por qué luzco así? No tengo
manera de averiguar cuál es la realidad, lo único que
tengo son estos enormes espejos, y conforme avanzo
veo algo, una imagen peor que la anterior, tengo una
sensación de arrancarme los ojos y comprobar por mí
mismo quien soy. Comienza como un susurro en mi
mente: “tú no eres así, definitivamente no eres ese,
¿Quién eres tú? ¡Responde! Y termina con un gran

85
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

estruendo de cuerdas vocales trabajando a su máxima


capacidad: ¡TU NO ERES ASI!

He perdido el control, pero en ese momento sentí una


mano en mi hombro derecho y escucho una voz que me
dice: “calma, todo está bien”.

Es Nam vino en mi ayuda cuando noto que comenzaba


a arder en las llamas del mismo infierno, entonces me
pregunta:

-¿Qué viste?-

Yo respondo:

-Me vi a mí mismo, pero a la vez vi a un ser grotesco,


con características más bien demoniacas, me vi
representado mis mayores temores, y también pude
contemplar las mayores infamias, las perversiones,
degeneraciones, suciedad, inmundicia y la maldad del
mundo siendo perpetradas por mí mismo, yo
representaba todo eso, y no podía dar crédito que yo
fuera ese ser que vi en innumerables reflejos. Lo que

86
JUAN MANUEL MORALES

siempre odié, lo que siempre condené, todo lo que


juzgué, todo lo que me prometí exterminar, me vi
siendo consumido por todo eso.-

Mi ropa esta rasgada, mis brazos y mis manos sangran,


mi cuerpo empapado en sudor, no sé cómo ocurrió, solo
sé que estoy feliz que haya terminado.

Nam habla como siempre con seguridad y con ese tono


lúgubre pero a la vez confiado que lo caracteriza, tiene
voz de autoridad y sus palabras son firmes:

-Todo ese daño te lo provocaste cuando no podías


reconocer lo que tu reflejo expresaba, estabas perdido
en tratar de comprobar que eras una cosa diferente de lo
que veías, pero estos espejos no pueden mentir, han sido
creados para ser experimentados pero no percibidos, es
por eso que no lograbas saber que se trataban de espejos
sino hasta el momento en que te postraste firme enfrente
de uno de ellos, y el primero te llevo al siguiente, y el
siguiente al siguiente y así sucesivamente. Esto no es

87
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

raro, sucede todo el tiempo, recuerda que este lugar es


el purgatorio y no me refiero al lugar en donde las almas
serán lavadas, ese lugar no existe, sino al lugar y
situación en donde se sufren penalidades.

Estos seres son arrogantes, vienen de caminos diversos


del infierno, sin embargo no saben cómo llegaron aquí,
pues este camino no tiene comienzo ni final conocido.
Se atormentan ellos mismos con visiones de lo que
odian, pero que en el fondo representan, es decir, uno
no puede dar testimonio de algo que no ha conocido, así
que marchan caminos de inmundicia, creyendo que
pueden juzgar con firmeza todo aquello que consideran
reprobable, pero es necesario ser estúpido para no darse
cuenta, que aquel que puede describir una cosa es
porque la conoce a la perfección. Aborrecer una cosa es
prestarle una atención tal, que se asemeja a adorarla,
todos estos faltos de coherencia han olvidado, han
decaído y han pagado el precio. Las cosas caen por su
propio peso, y en la condición que estos seres se

88
JUAN MANUEL MORALES

encuentran, su naturaleza es divina y es creadora, así


que es lógico pensar que se convertirán en lo que
contemplan, sin importar la naturaleza del objeto
contemplado.

Pero cuando han conocido, también han perdido la


inocencia y se han revolcado en lo que ellos consideran
decadencia, pues si no hubieran conocido jamás habrían
perdido la inocencia, pero no te confundas, no se trata
de permanecer ignorando la existencia de las cosas, sino
de ser capaz de aislar entre lo que es mente y lo que la
mente cree que es.

La pérdida de memoria supone pagar el precio más alto


que exista en todos los niveles de existencia conocidos.

Ahora solo discuten con ellos mismos porque no


pueden aceptar la idea que en el fondo, son lo que en el
principio se prometieron destruir, se han convertido en
lo que juraron exterminar, son irreconocibles para sus
enormes egos, sus reflejos informan de una realidad

89
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

más concreta de la que pueden percibir con su orgullo.


Todo regresa, todo siempre vuelve a su origen, es ley
natural que las cosas sean así, y habitando esta
dimensión es importante saber que habrá un final en
armonía con el origen, a pesar que sea olvidado, y a
pesar de no ser reconocido, siempre debe aparecer.

Si eres necio al final te hallaras discutiendo contigo


mismo, si has perdido la memoria, entonces estás
condenado a ser sorprendido hasta el día que la
recuperes. Pero debes saber que todo volverá a ti en la
misma manera que lo soltaste, la discusión es interna y
con uno mismo, todo lo que ves, fuera es solo un reflejo
de lo que arde por dentro.-

Pongo todo de mi para tratar de comprender las palabras


de Nam, sin embargo debo confesar que son algo
confusas para mí, yo no sabía de todo esto, ni tampoco
conocía la manera en que se administraba el
inframundo, solía pensar que era lugar de tortura por la
formación que he tenido, sin embargo, lo que he

90
JUAN MANUEL MORALES

atestiguado es por mucho más brutal de lo que


imaginaba, aquí no hay en donde apoyarse, aquí solo
existe uno mismo.

No hay verdugo, más que el que cada uno elija.

A un lado del camino, puedo observar un estanque o


lago, cuando me acerque parecía más bien pantano,
espumoso y espeso, negro, deshabitado, inerte, infértil,
inmundo. Este no es el pantano promedio, pues estas
aguas negras sirven para dar lugar a una clase de
vegetación que nace marchita. Me encuentro
observando la gruesa capa de porquería que se
encuentra flotando, cuando una onda en el agua me
hace pensar que algo se mueve dentro, levantando mi
rostro para averiguar el origen del movimiento, observo
algunas almas entrando lentamente al agua, vienen
todos en una sola fila, uno imitando los movimientos
del otro y así a manera de quedar sumergidos hasta el
cuello, sus rostros no tienen expresión alguna, pálidos,
la mirada cansada, y con una piedra en la mano que

91
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

sirve para golpearse el pecho, entran en estas aguas que


no son seguras, y menos para heridas supurantes. Se
apresuran a comer toda clase de vegetación que las
aguas inmundas ofrecen. No importa cuánto tiempo
transcurra, no paran de consumir los moribundos frutos
del pantano. Todos provienen de rincones diversos del
infierno, unos más lejanos que otros, pero el común
denominador de todas estas almas es la piedra con la
que se golpean y se hacen daño.

Mi curiosidad crece, y a pesar de que el lugar luce


tenebroso, tomo un fruto con la mano, lo observo es
todo gris y sin aroma, así que rápidamente lo muerdo
pero la experiencia es por demás extraña, probar esto es
igual a dar un bocado en el aire, no tiene sabor, olor, ni
sustancia al gusto, de hecho ahora mi apetito ha
aumentado sin razón alguna y tengo una sensación de
vacío.

Después de un largo rato, algunos salen del agua, y se


dirigen por caminos diversos, en donde ofenderán,

92
JUAN MANUEL MORALES

maldecirán, juzgarán, aborrecerán, sobajarán, mirarán


con desdén, repudiarán, y condenarán a todo aquel que
no haga lo que ellos han ido a hacer en las aguas negras.
Se visten con túnicas de color blanco, pero que están
ennegrecidas por la mugre de las aguas. Lucen
orgullosos y altivos, se pasean por todo el lugar
haciendo alarde de lo que supuestamente son, a mí no
me parece que sea la gran cosa venir a un lugar a
sumergirse en podredumbre y comer lo que no satisface
el apetito, de todos modos sus maneras son confusas, su
proceder es raro. Ahora se sientan a esperar, pero
cuando llega su turno, lo único que hacen es dar la
vuelta y una vez más sumergirse por el alimento que los
deja con bocas secas y estómagos chirriantes.

Vuelvo el rostro hacia mi compañero y con su siempre


firme expresión habla:

-Parece que no se comprende lo que estos seres están


haciendo en este fétido rincón del infierno, parecen
errantes, sin final, cometiendo absurdos, parece poco el

93
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

castigo, pero como ya bien sabes, el castigo es personal.


Aquí no hay regentes ni verdugos, aquí las manos obran
según el designio propio, los pies caminan sendas de
horror por elección, aquí se vive lo que se teme y se
experimenta lo que se aborrece. Estas almas se
encuentran en espera de recompensa divina pero, ¿Qué
tormento más grande puede haber, que esperar el
paraíso sin saber que este, no puede ser alcanzado
simplemente por comer o dejar de comer cierta materia
en específico? Porque no importa la naturaleza del
alimento físico, todo es materia, niveles energéticos que
se agrupan y dan lugar a lo que puedes percibir por
medio de cinco puertas.

Aquí habitan sin fecha de expiación, los ignorantes que


creen merecer el cielo por haber cambiado de dieta, por
haber cambiado lo que se movía y tenía vida, por lo que
no se mueve pero que igualmente tiene vida.

Un cambio en el consumo de materia no significa un


cambio en la conciencia.

94
JUAN MANUEL MORALES

Míralos, con gestos de arrogancia, creyendo que son


mejores que los que no se sumergen y se revuelcan en
su podredumbre, criticando, odiando, incitando a la
pelea, únicamente por el hecho de no ser como ellos.
Sin embargo de todos modos creen firmemente que se
merecen el cielo, creen que el mundo no los merece, y
efectivamente no los merece, por eso son escupidos al
inframundo, a vivir traicionándose a sí mismos,
viviendo insípidamente, mordiendo una cosa pero
imaginando que es otra.

No tienen idea del trasfondo de conceptos básicos, pero


eso no les impide que puedan juzgar fuertemente
algunas prácticas como “malas”. No malinterpretes lo
anterior, las cosas no son si malas ni buenas, se puede
elegir entre que hacer y que dejar de hacer, y no estoy
insinuando que dejar de consumir ciertas cosas sea un
acto de ignorancia, el acto se vuelve infame cuando se
condena al que no comparte la ideología, cuando se cree
que se tiene acceso directo a los niveles de los dioses,

95
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

solamente por someterse a una disposición que se


encuentra “amable”.

Cada quien en cada momento del tiempo tiene la


posibilidad de elegir uno de entre muchos futuros
posibles escritos con antelación, preparados desde el
comienzo de los tiempos, pero tus elecciones no deben
ser motivos de arrogancia y soberbia.

Estos seres extraños no entienden que dejaron de


consumir ciertos alimentos por la libertad con la que
comenzaron, y ahora quieren cortar esa misma libertad
de otros de elegir el tipo de materia con la que
alimentarán sus cuerpos, la elección debe ser personal
y no debe ser razón de altivez y presunción. Muchos se
llena la boca de pronunciar la falsedad de la libertad de
elección, la farsa del libre albedrio, sin embargo el
hecho de que tu destino ya haya sido escrito no significa
que no tengas la libertad de modificarlo. Suena
totalmente absurdo y contradictorio, pero es verdad, de
otro modo no estaríamos en un universo, nos

96
JUAN MANUEL MORALES

encontraríamos en una enorme prisión, y tampoco


hubiera sido una creación que se fundó bajo los
principios de libertad y justicia, sino de una dictadura
en donde un ser supuestamente supremo y
todopoderoso hace lo que le place y encuentra diversión
con las tribulaciones de la existencia.
Desafortunadamente como ya te dije antes, se paga un
precio demasiado alto por la pérdida de memoria, el
hecho que no pueda ser recordada la manera de elegir
un destino distinto, no significa para nada que no tengas
libertad de elección, y para los seres que desarrollan
existencia en estos planos, y que no pueden recordar
quienes son, el panorama pinta aún más desalentador.
La desesperación es brutal cuando las condiciones de
estos seres no cambian, cuando una y otra vez se ven
atrapados en las mismas circunstancias infernales y que
su cambio de alimentación no ayudó en nada más que a
engrandecer sus ya de por si inflados egos.

97
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

¡Qué decepción! Esperando el cielo, pero dándole


vueltas al infierno.

Creyendo merecer el paraíso y a la vez llenándose de la


inmundicia del erebo.

La pérdida de conciencia conduce a actuar


erráticamente, si observas con atención te darás cuenta
que, algunos solo imitan la forma de actuar de los
demás, se involucran en acciones y actitudes de las que
no están seguros, son inciertas y a veces
desconsideradas. Esperan con fervor que sus acciones
sean mérito suficiente para escapar de aquí, pero no se
dan cuenta que las actitudes de sus cambios los han
comprometido a probar incluso rincones diversos y
desconocidos del inframundo. Solo existe una manera
de salir de este lugar, pero debe ser elegida, no puede
ser ganada, porque en realidad no hay nada que ganar,
se trata más bien de una cualidad inherente a la
existencia de estos seres mundanos la posibilidad de
elegir en donde desarrollar su existencia. Algunos de

98
JUAN MANUEL MORALES

los primeros sabios pronunciaron elocuentemente: “He


puesto delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal”.
Siempre se tiene la capacidad de elegir sin importar el
aprendizaje que se tenga, es decir, por los conceptos del
mundo y la educación que cada uno tenga, se pueden
hacer juicios con respecto a la naturaleza de las cosas,
podemos decir que algo es bueno o que es malo, pero
mientras la existencia sea en estos planos, las
definiciones de estos conceptos siempre serán
subjetivos y hasta polarizados. El virtuoso sabe a la
perfección que aquel que es puro, todo lo percibirá
como puro, todo depende de lo que se desarrolle
internamente.-

Después que mi compañero terminara de hablar, de


repente se alejó un poco, como observando el lugar,
como disfrutándolo, como apreciándolo, sus pasos no
correspondían a la distancia que recorría, parecía que
volaba y se paseaba por todo el lugar. Cuando se

99
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

aproximó hacia donde yo me encontraba y recitó las


siguientes palabras:

-Fantasía, realidad, el virtuoso no encuentra diferencia

los universos se formaron, pero sin poder recordar

ahora las olvidadizas tierras

han puesto toda clase de injerencias.

Parece demasiado alto el precio

pero estos lares no siempre existieron,

se han ido labrando haciendo uso de un regalo,

se puede matar y dar vida, erigir y devastar

con la misma herramienta que tiene el reacio.

Y el sabio también, pero el sabio reconoce

el necio desbarata y corrompe.

El reconocimiento es conciencia

100
JUAN MANUEL MORALES

las diáfanas flores de primavera

nos gritan del esplendor

del que los inmersos en fantasía

no se atreven a escuchar,

pero jamás imaginaron

que sus dientes aquí crujieran.

Gritos, llanto, desesperación, desilusión,

no es lo que esperas de ti.

¡Por favor recupera tu memoria

y recupera tu trono!

No pierdas un segundo más

y evita sumergirte en la escoria.

La ignorancia te está destruyendo,

si estas tratando de comprender,

eso es igual a querer tomar el aire con las manos.

101
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

La lógica es la más terrible, agobiante,

podrida, atroz, y grotesca prisión,

a la que entran los infames

que esperan alivio en el agua enturbiante.

No es la primera vez que se dice,

ni tampoco la última

el iluminado escribió:

“Despierta, ¿Por qué duermes Señor? ¡Levántate! No


nos rechaces para siempre.-

Después de haber externado todas esas palabras,


regresó a donde yo me encontraba y me preguntó lo
siguiente:

-¿Serás capaz de trasmitir el mensaje que acabas de


escuchar?-

102
JUAN MANUEL MORALES

Superado por la pregunta temblorosamente respondí


que sí, una respuesta dada por la premura del momento
y la situación. Siento una presión en la parte alta de mi
cabeza, sensación desconocida que no me deja más
tranquilo. El corazón me palpita, mi cuerpo me pesa, mi
frente suda, parece no pasar el tiempo. Repentinamente
el cielo comienza a abrirse como si fuese perforado por
secciones, tonos de azul o quizá violeta se asoman por
los cada vez más grandes aros, la tierra se reforma y se
cura, las aguas se vuelven cristalinas, la vida marchita
se hace de texturas brillantes, colores jamás vistos,
aterciopeladas, los arboles tienen vida se mueven y
hablan, de la tierra brotan luces, pronto nos vimos
envueltos por todo el paisaje del lugar.

Cada paso dado en este sitio es un alivio para cada


sensación que puedo recordar, siento el calor cuando
afuera azotan los inviernos, siento la frescura, cuando
el brutal verano decide no dar armisticio, el abrazo de

103
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

resguardo, el peldaño de apoyo, el limón y el jengibre


en temporada de resfriado, cada paso aquí es sanar.

A unos cuantos metros lejos de mi observo a un hombre


arrodillado, como trabajando la tierra, conforme me
aproximo a él, puedo notar miles de luces, entre la tierra
y él, comienzan de la tierra se conectan por sus pies y
manos recorren su cuerpo y vuelven a la tierra haciendo
algo así como un ciclo.

Está cultivando flores y plantas, manto blanco,


sombrero desgastado, moreno del sol, Nam me advierte
que no debo perturbarlo, así que seguí su consejo y
continué derecho, pero cuando pasábamos a un lado
aquel hombre preguntó:

-¿Deseas algo en particular? Se bien que esta no es tu


dimensión porque nada de lo que hay a tu alrededor te
resulta familiar, así que dime ¿Qué te ha traído por este
lugar?-

104
JUAN MANUEL MORALES

No sabía cómo responder la primera pregunta, así que


decidí ignorarla supuse que sería la mejor manera de no
molestar a ese señor. Entonces respondí:

-En realidad no tengo idea de cómo llegue aquí, parece


que solo desperté y afortunadamente tengo un
compañero de viaje, por eso no pude perderme en este
infierno.-

A lo que aquel señor respondió:

-Todos ignoran la pregunta importante porque creen no


saber cómo responderla, o por temor a no merecer la
respuesta. Hay algo que me extraña un poco ¿Por qué
dices que este lugar es el infierno, acaso esto parece un
infierno?-

Es verdad, no me detuve a pensar que comencé en un


viaje en donde todo era problema y desorden por eso
me quedé con una idea en la cabeza, pero en realidad
esto ya no esta tan mal, me resulta confuso y Nam no
aparece por ningún lado, busco por todo el lugar pero

105
LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

no logro observarlo. Bueno este lugar es muy


agradable, así que no me atemoriza relacionarme con el
ambiente.

Con más calma pregunté:

-¿Qué es lo que usted hace?

El responde:

-Cultivo plantas en pequeños recipientes, cada una es


distinta.-

Yo las veo por miles y las veo todas iguales.

El habla:

-Toma, te obsequio esta de aquí.-

Yo la vi como una más de las incontables que ya tenía


en su enorme y verde jardín, no sabía qué hacer, si
tomarla o no, claramente se me dijo que no lo molestara
de sus actividades, volteé el rostro y vi a Nam, que con
un movimiento de expresión afirmativa resolvió mi

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JUAN MANUEL MORALES

dilema. Justo cuando me disponía a tomarla, antes de


dármela me advirtió:

-Cuida muy bien de ella, no es igual a ninguna otra a


pesar de que parezca exactamente lo mismo, cada una
tiene diferente tiempo de cuidados, agua de distintos
días y el sol de días distintos, y nacieron en ocasiones
separadas, cuida muy bien de ella porque en ella va una
parte de mi vida, he puesto mi vida en el crecimiento y
cuidado de estos seres así que mi vida también ha
servido como alimento para que se convirtieran en lo
que son el día de hoy.-

-¡Gracias!- Respondí.

Aún mi corazón no se recuperaba de mi audiencia con


él, todavía me sentía mareado del conocimiento y
sabiduría que podía expresarse en tan pocas palabras,
no parece un maestro no parece un erudito, ni siquiera
cuenta con un amplio vocabulario, pero expresa mucho
más que los que han tenido a la razón por maestro.

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Nam por fin habla:

-¿Confundido? Error clásico de tu dimensión, describir


algo por su aspecto visual. A veces los seres de los que
menos se esperan cosas no dan los tesoros reales,
muchos siempre quieren explicarte las cosas, el origen
del universo, de las cosas de la vida de esto y aquello,
pero no los comprenden, de hecho muchas ocasiones
ellos mismos dicen saberlo pero no poder explicarlo,
déjame decirte que eso es falsedad.

Cuando tú hablas de un tema y es tu tema, es decir, que


lo conoces bien lo puedes explicar fácilmente y harás
que los que te escuchan lo comprendan de la misma
manera, pero si crees que lo sabes, pero no sabes cómo
explicarlo, entonces no sabes del tema, porque cuando
lo sabes, las palabras salen solas, la poesía fluye sin
control, el tiempo pasa y podrías seguir, incluso
utilizando unas pocas palabras, así como es el caso de
nuestro amigo que parece no tener gran vocabulario y
aun así puede expresar y dar a entender su punto.-

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JUAN MANUEL MORALES

Ciertamente he cometido ese grave error, ahora sé de


qué manera proceder, aunque a todo esto todavía me
queda una duda, que lugar es este, aquel hombre se
extrañaba que fuera el infierno, y con justa razón, así
que aprovecho para preguntarle a mi compañero.

-Sé que comenzamos caminando por los infiernos pero


¿Qué lugar es este ahora? Ya no luce tenebroso y
agotador como los anteriores.-

Nam responde:

-Encontrándonos en esta dimensión no comprendo bien


tu pregunta, jamás nos movimos del lugar en donde nos
encontrábamos, el panorama cambió y los niveles de
conciencia también en este lugar, porque aquí ya no
existen los nombres, pero trataré de explicarte en
palabras que puedas comprender, esto es lo que tu
dimensión llamaría “cielo”.-

Desconcertado respondí:

-Pero si jamás nos movimos.-

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Nam replica:

-El cielo y el infierno se encuentran en la misma tierra


que pisas.-

En ese momento los cielos se volvieron una vez más


como eran antes, la tierra muerta, las plantas marchitas
y los despojos continuando su caminata, y aquel
hombre estaba también en este lugar, todavía
cultivando, pero ¿Como lo hace en este lugar de
podredumbre, donde no vive nada, donde solo hay
muerte?

Y una vez más se abrieron los cielos y regresaron a la


frescura y la calidez, el viento que refresca, la solana
que alivia, el simple hecho de estar parado sobre este
lugar hace que la tierra busque conexiones en mi cuerpo
y siento comunicación con todo lo que existe.

Nam continuó:

-Lo vez, es tan fácil hacer del infierno un cielo y del


cielo un infierno, el juego de palabras resulta más

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JUAN MANUEL MORALES

complicado que hacer la materialización en cuestión, el


lugar es el mismo pero visto con diferentes ojos, tú no
te has quitado tus ojos para ver este sitio, pero quiero
mostrarte que aquel hombre permanece impasible en lo
que parecen ser ambos lugares.

Todo lo que él puede percibir es este lugar, a pesar de


que lo he llevado al infierno y de vuelta no lo ha notado,
jamás dejó de ser su hogar, es por eso que para él le
resultaba muy extraño que tú te refirieras a su hogar
como infierno. Por supuesto que él conoce de la
existencia del infierno, pero encontró hace años la
manera de salir, pero ni el mismo sabe cómo lo hizo,
desde entonces continúa viviendo su vida, sin importar
si sea cielo o infierno, él solo se dedica a vivir y a sus
flores, eso lo elevo al cielo, aunque comenzó
caminando como los millones que observamos antes,
un día se detuvo y simplemente comenzó a plantar,
descubrió como salir.

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No es raro que de entre miles, por lo menos uno se


detenga a leer lo que está escrito en las puertas del
averno, la libertad no puede ser ganada.-

Ahora mi mente se encuentra más confundida, ¿De


manera que el cielo y el infierno se mezclan acaso?

Nam prosigue:

-No se mezclan, no se pueden mezclar, pero dentro de


uno está contenido el otro. Entre los motivos de este
viaje también está el aprendizaje, el infierno es un sitio
horrible, pero que experimentan por miles de millones
cada día sideral y sin ninguna necesidad, no es requisito
pasar por esa circunstancia, nadie lo ha pedido. Pero
cada respuesta puede ser hallada en la misma pregunta
en cuestión, así como cada solución y salvador se
encuentra en la tribulación que se está experimentando,
has visto toda clase de rincones infernales, cada uno
más grotesco que el anterior, con seres desarrollando
existencias por mucho tiempo, todos desean otra cosa

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distinta de la que tienen, pero nada les da solución, pero


la solución se encuentra justamente en el infierno que
están viviendo, solo que se encuentra tan cercano, que
la imagen de distorsiona y ya no se distingue, la
atención se hace vaga, se pierde el interés hasta verse
uno mismo haciendo algo en automático, haciendo lo
que otros hacen, comiendo lo que otros comen, se ha
perdido el norte, ya no se sabe lo que se quería al
principio, así que si lo que deseas ahora mismo, no es
un deseo que es en verdad tuyo, no es un deseo legítimo.

Se ponen cómodos, sin saber que se están poniendo


“cómodos” en el infierno.

Aquí la libertad es moneda de cambio, dan su libertad


por un paquete de deseos pensados por alguien más,
despiertan con las pesadas cadenas de aquel que fuera
su peor negocio. En este plano hay valores que son por
mucho más preciados que los que persiguen los
dementes habitantes. El tiempo es un bien que es
invaluable en este universo, y todos los que aquí

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caminan y se destruyen lo tienen, aún no se les ha


logrado arrebatar esa ventaja, y cuentan con un capital
que es posible invertir y sacar dividendos.

No busques entre tus bolsillos físicos, no vayas a tus


arcas en la tierra.-

Todo es verdad, jamás me detuve a pensar en todo lo


que había observado desde que tengo memoria, sin
embargo aún tengo una última pregunta, ¿Quién es en
realidad este hombre que ha fungido como mi
compañero y guía en esta travesía?

Nam respondió:

-Yo soy el hombre, soy representante del que existe y


tiene vida, en realidad soy tú mismo pero
dimensionalmente más grande, sé que estas sumamente
confundido, pero no es raro, en este universo se
encuentran contenidas sus partes, sus partes consisten
en dimensiones de la existencia que no son apartadas de
aquello con lo que los seres lógicos están más

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JUAN MANUEL MORALES

acostumbrados, la mayoría está acostumbrado y se


sienten muy cómodos desarrollando su existencia en lo
que conocen como tercera dimensión, pero en ese
sentido existen objetos que son equivalentemente más
grandes, dimensionalmente hablando. Los cortes
transversales de los cuerpos nos darán dimensiones
cada vez más sutiles y con menores características, por
el contrario la adición de dimensiones a un cuerpo le
añadirá cada vez más características y sustancia, lo hará
cada vez más complejo y con más cualidades.

Los que existen y se han acostumbrado a vivir en tres


dimensiones no pueden notar que hay muchas más
contenidas en ella misma, de otra manera seria una
creación incompleta, los niveles son seriales y se
acompañan, no pueden ser separados del orden natural
establecido.

Tienes el poder de viajar, experimentar y conectar con


todo tipo de planos de la existencia, tantos como los
puedas imaginar, pero si cambias esa libertad por un

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LA DIVINIDAD DE LOS AVERNOS

puñado de deseos y ambiciones que son para otros,


posiblemente te veas demasiado desvirtuado y ocupado
como para poder prestar atención a todo el universo que
existe adentro, nadie busca en el lugar correcto, todos
esperan ver fuegos artificiales afuera, cuando en
realidad se están llevando a cabo lluvias de estrellas,
rotaciones galácticas, ordenamiento de cuerpos celestes
y todo tipo de espectáculos en el interior.

Es por eso que te he pedido encarecidamente, te he


rogado y suplicado, que por favor recuperes tu
memoria, te prometo que ese día, será traído el manto
de poder y autoridad, todas tus huestes se formarán y
tus ejércitos no se apreciarán en donde terminarán, se te
ha prometido que se hará tu voluntad en la tierra como
en el cielo, y puede ser que tú ya hayas olvidado esa
promesa, pero yo no, así como tampoco tus fieles
siervos, ni tus súbditos ni tus ejércitos, todos ansiosos
que despiertes de tu sueño y continúes ejerciendo el
gobierno que dejaste antes de caer en profundo letargo.

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JUAN MANUEL MORALES

El hecho de recordar, empuñar el cetro, ponerse el


anillo del reino, hacer y deshacer a tu antojo, es un
premio que no tiene ningún costo, es gratuito y es para
todo aquel que se atreva a desafiar todo lo que ha
recolectado en múltiples existencias, sin embargo se ha
de pagar el precio más alto por no tomar una decisión,
ese precio supone el infierno mismo.

El castigo es brutal, y solamente derrotándote a ti


mismo, los infiernos se evaporan, es cuando por fin será
posible apreciar la divinidad de los avernos, la
hermosura en lo que parece no tener rastro de belleza,
pues no se trata de la cosa, sino del individuo que
observa la cosa.

Lo que pueden registrar tus sentidos se forma y se


destruye con el instructivo que yace en las
profundidades, solamente los valientes se sumergen en
las marianas en pos de la perfección, solamente
aquellos que tienen un corazón tranquilo, son capaces

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de desafiar la rabia del tigre, cuando este supone la


restricción por la sustancia que da vida.-

Mi corazón tiembla, me siento melancólico, afligido,


quebrantado, nostálgico. Camino hacia las aguas
cristalinas y mi reflejo me habla de un hombre, que ha
sido superado por emociones que no es posible para mi
lenguaje poder describir. Mi rostro está sucio,
polvoriento, y mis lágrimas hacen lodo, tengo la
apariencia de un individuo que ha tenido una existencia
fútil.

Debo aceptar que tengo un poco de apocamiento, el


hecho de que Nam vea las lágrimas correr por mi rostro
y que lleguen hasta mi cuello, así que procedo a
lavarme, el agua confunde mi tristeza. Sin embargo, es
como si no hubiese aprendido nada de mi compañero a
lo largo de todo este viaje, pues se acercó a mí y me
dijo:

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JUAN MANUEL MORALES

-Sé que todo esto ha sido demasiado para ti, comprendo


tu tribulación, pero no es posible que yo pueda
experimentarla, he olvidado lo que significa desarrollar
existencia como los seres de tu mundo. Un día morí a
lo que representaba, y morí tan completamente a lo que
era, que nadie pudo encontrar el lugar de mi sepulcro, y
es porque la muerte no significa dejar las funciones
corporales, lo que ustedes conocen como “muerte”, es
solamente un paso adelante, un triunfo, una graduación.

La verdadera muerte en realidad consiste en despertar a


la vida.

Así que morí tan definitivamente, que ahora ni yo


mismo recuerdo en donde dejé mi antigua vestidura.

La mayoría de los seres de dimensiones sutiles,


caminan en un mundo de sueños, un mundo de muerte,
creyendo que tiene la sustancia de la realidad definitiva.
Amigo mío, mi fiel y valiente compañero, he aprendido
tanto de ti como tú de mí, a pesar que creas que mis

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palabras carecen de veracidad. Ha sido para mí todo un


honor ser tu guía a través de lo que tus deseos más
íntimos añoraban. Te he contado el conocimiento
sublime de niveles de existencia que fueron creados
desde el principio de todo lo que ha sido, todo lo que es
y todo lo que alguna vez será. Tienes la llave de las
puertas del cielo y del averno, te he dicho en siete
palabras la manera de salir de los infiernos. La libertad
de elección, les da un tremendo poder a los seres de este
universo, ese poder es un arma de dos filos, y la mayoría
hienden sus almas con la elección de la pérdida de
memoria. Así que a pesar de que has atestiguado la
brutalidad del infierno, es posible que olvides aquello
que hizo estremecer tu humanidad, que te lleno de
horror y angustia. En calidad de humano, se tiene el
poder de elegir el agua para saciar la sed, o para morir
ahogado, de manera que si en algún momento del
tiempo y espacio, llegases a dar caminata como los
miles que has observado, dando marcha por los
variados rincones del inmenso erebo, te ruego a que

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apeles a tu sabiduría, te insto a que observes tus


movimientos, eso de llevará a recordar ésta instrucción,
y te conducirá a que des fin definitivo a tu
intrascendente y frívolo camino.

No me despido, porque yo soy tú, no puedo separarme


de ti, y ni puedo decirte adiós, tu y yo somos uno, a
pesar de que no estuvieras consciente de mi existencia
hasta ahora, yo siempre he estado consciente de ti. No
temas porque sin importar donde te encuentres, yo
siempre estaré contigo, y yo represento la conexión que
tienes con el poder que mantiene en órbita los planetas,
que hace girar las galaxias, que permite crecer la hierba,
que da la vida en todos los planos, tienes acceso a esa
omnipotencia, si no lo puedes creer, ese es el único
obstáculo que te hará fallar una y otra vez, hasta el
hartazgo, hasta la desesperación, hasta vivir en el
mismo averno.

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El camino que has de tomar esta trazado, así que


atrévete a elegir el que más te agrade. Yo estoy
contigo.-

Nam terminó su discurso de una manera prístina,


inmaculada, impecable, de la manera que siempre
habló, de la manera que solo él sabe expresarse,
diciendo mucho, haciendo uso de poco. Con ese tono
firme, de autoridad, honesto, con voz grave y
harmoniosa, con tonos de antiguo misticismo que da a
conocer secretos de milenios a mundos como el mío, en
donde parece no haber un aliciente para actuar de otra
forma que no sea la que la mayoría ha adoptado.

Te entrego a ti hombre del mundo, mis visiones y


reminiscencias de lo que he experimentado, he puesto
delante de ti, todo cuanto más he podido expresar y
describir acerca de lo que una existencia en el infierno
refiere, tienes la libertad de elegir tu morada. ¿Cuál
elegirás, en el paraíso o en el averno?

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