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de 1999 se consagra por primera vez a nivel constitucional la seguridad ciudadana (artículo 55),
entendida en sentido amplio como la protección de los
en el orden público acuñado durante largo tiempo en el país, que garantizaba sobre todo el
normal funcionamiento de las instituciones del Estado y
una franca invitación a la seguridad, suponiendo que ante cualquier amenaza o coerción ilegítima
contra la libertad y los derechos, prevalecerá el orden constitucional (Borrego, 2002). La
introducción de este nuevo concepto
en materia de seguridad debía representar un aliciente para la sociedad venezolana y una guía
para las políticas públicas a desarrollar por la nueva
expuesto por Recasens (2000), frente a un modelo basado en el orden público, que tenga como
objetivo fundamental perpetuar la norma y mantener la
como objetivo preservar derechos y libertades, a la vez que se ofrece un servicio público a la
ciudadanía, y cuya misión fundamental sería la protección
de la seguridad de los ciudadanos, todo ello en procura de una mejor calidad de vida. En este
sentido, la seguridad ciudadana - siguiendo a Zuñigaviene a ser un “concepto instrumental para el
desarrollo de los derechos
Gilda Núñez
1 Entre ellos, derechos civiles, políticos, sociales y de las familias, culturales y educativos,
de las comunicaciones privadas, al debido proceso, al libre tránsito y, entre otros, el “derecho a la
protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana
los ciudadanos, dista mucho del tradicional concepto de orden público. Entendiéndola como una
garantía más del actual modelo de Estado, a través de
de una democracia de la ciudadanía, entendida como una manera de organizar la sociedad con el
objeto de asegurar y expandir los derechos de los
ponen en evidencia las limitaciones del Estado para erigirse como garante
concebible en tanto que deber de protección del Estado en relación con los
derechos” (Rosales, 2002a:300) y que la medida del desarrollo de una democracia está dada por
su “capacidad de dar vigencia a los derechos de los
democrático a superar.
Democracia, ciudadanía y seguridad ciudadana son conceptos que deben ser desarrollados, y su
cristalización depende de condiciones sociales,
una excusa para mantener el orden establecido en sentido autoritario (v. Lahera, 2002).
El proceso de reforma de la policía venezolana se inicia en abril 2006 con la creación por parte del
Ministerio de Interior y Justicia de la Comisión Nacional para la Reforma Policial, Conarepol, como
respuesta a un conjunto de episodios luctuosos que involucraban a las policías en hechos
delictivos.10
El programa de la reforma
La rendición de cuentas. Mientras que las policías venezolanas están signadas por el secretismo y
la opacidad frente al escrutinio público, impidiendo su control democrático, el impulso reformista
de estos años impuso el debate de la auditabilidad y la rendición de cuentas de la policía
(Gabaldón, 2007). Se especificaron instancias y procedimientos de supervisión interna y
mecanismos de control externo, como los Comités Ciudadanos de Control Policial, constituidos por
organizaciones sociales y que cuentan con poderes para supervisar los distintos procesos internos
de la policía, sus actuaciones y su desempeño, y realizar las recomendaciones pertinentes
(Gabaldón et al., 2012b). La reforma recupera, para la policía, las consignas de transparencia y
escrutinio ciudadano que han gozado de tanta importancia en otros ámbitos de la política pública
y en la agenda de gobernabilidad asociado con los proyectos neoliberales.