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Antecedentes de la Seguridad, Ideología y Aparato de Seguridad

del Estado

La seguridad ciudadana es definida en el artículo 55 de la Constitución de 1999


como un derecho de protección frente a situaciones de amenaza, vulnerabilidad y
riesgo de la integridad física, la propiedad, el disfrute de los derechos y el
cumplimiento de los deberes. Durante el lapso 1989 a 2017, Venezuela vivió dos
periodos históricos netamente diferenciados. Durante el primero, de 1989 a 1999,
más corto, el país logró contener la criminalidad y mantener su posición con tasas
de homicidio muy inferiores a las de países vecinos, como Colombia, a pesar de
graves hechos que afectaron su institucionalidad. Pero a partir de 1999 la
criminalidad comienza un ascenso acelerado. En esta segunda etapa, más larga y
que aún continúa.

Proceso histórico de la Seguridad


En Septiembre de 1996, ejerciéndose para ese entonces la segunda
vicepresidencia de Fedecámaras, y cumpliendo con la solicitud que me hiciera el
presidente de la institución, Jorge Serrano, redacté un documento que sería
presentado al país como la posición definitiva del empresariado en materia de
seguridad social. Luego de algunas modificaciones propuestas por Eddo Polesel y
Hugo Fonseca Viso, el documento fue aprobado por el Consejo Nacional de
Fedecámaras el 30 de Septiembre y publicado en sendos remitidos de prensa a
partir de esa fecha.
PROPUESTA DE FEDECÁMARAS DE UN NUEVO SISTEMA DE SEGURIDAD
SOCIAL
Los TRABAJADORES venezolanos merecen un sistema de Seguridad Social
que garantice, de manera efectiva y oportuna pensiones dignas, un óptimo servicio
de salud y protección adecuada para sus familiares en caso de invalidez, muerte y
paro forzoso.
Estos objetivos nos llevan a proponer un nuevo Sistema de Seguridad Social,
apoyado en una legislación, que incluya los siguientes lineamientos básicos:
1. La recapitalización por parte del Gobierno Nacional d actual Fondo de
Pensiones del IVSS, el cual deberá ser administrado por una comisión de alto
nivel creada con ese fin, de manera de asegurarle una pensión digna a los ya
jubilados y a las 200.000 personas que ya han llegado a edad de jubilación y a
quienes el Seguro Social no les ha pagado la pensión a que tienen derecho
2. La transferencia a los estados de la totalidad de los hospitales y ambulatorios
del IVSS.
3. La creación de los Fondos de Salud Previsional administrados por empresas
privadas reguladas por el Estado mediante una superintendencia con fines
específicos, de manera que los trabajadores cuenten efectivamente con un seguro
de salud que cubra el 100 por ciento de sus gastos médicos y de medicinas
acudiendo a centros de salud públicos o privados. Estos fondos harían posible la
adquisición de medicamentos por parte de los trabajadores, con cargo al Fondo de
Salud de su escogencia, sin necesidad de acudir a un hospital o ambulatorio.
Además, este sistema resolvería el problema creado por la atención a pacientes
no asegurados.
4. La sustitución del actual Sistema de Prestaciones Sociales por un nuevo
sistema más adecuado a las necesidades del país y que permita a las empresas
incrementar el salario real de sus trabajadores.
5. Una vez cumplidos todos los puntos anteriores, el Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales debe ser liquidado, eliminando la totalidad de su nómina
remanente.
Es nuestra convicción que, una vez promulgada la legislación necesaria,
Venezuela contará con un avanzado Sistema de Seguridad Social, a la par de los
mejores del mundo y los trabajadores podrán contar con pensiones de vejez,
muerte e invalidez digna, y un adecuado servicio de salud. Existirá, un gran
incentivo para reducir el tamaño de la economía informal. Cabe señalar que el
Estado aun tendrá la obligación de atender las necesidades de la población no
asegurada a través Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.
Fedecámaras está abierta al diálogo con el Gobierno nacional y con el sector
laboral para llegar a un acuerdo para el de este nuevo Sistema de Seguridad
Social. Para ello no tenemos tiempo que perder, en vista de la actual situación de
colapso del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.

SEGURIDAD EN VENEZUELA HASTA EL AÑO 1999.


Los cambios del Estado venezolano a partir de 1999 generan nuevos retos e
invitan a replantear conceptos tradicionales como democracia, seguridad y
ciudadanía. En este estudio se propone una aproximación al análisis de la política
pública nacional de seguridad ciudadana, específicamente durante el período
comprendido entre 1999-2005, por considerarse que un análisis tal, puede revelar
los valores, objetivos y estrategias reales del Estado en esta materia. Para cumplir
con el objetivo, se hace especial referencia al desarrollo de la producción jurídico
penal como parte importante de la política de seguridad, para concluir que la ley
penal, lejos de guardar correspondencia con los imperativos constitucionales y con
los objetivos estratégicos planteados en el Plan de Desarrollo Económico y Social
de la Nación 2001-2007, se ha correspondido con una política criminal de
emergencia y de respuestas contingentes que han justificado la multiplicación de
las funciones del aparato represivo del Estado venezolano.
Las encuestas de victimización y opinión pública muestran un incremento de los
delitos violentos y de la desconfianza en el sistema de justicia penal. El marco
constitucional y legal que se ha venido desarrollando desde 1999 enfatiza un
concepto muy amplio de seguridad, que incluye tutela amplia de derechos y
satisfacción de necesidades indefinidas. El plan piloto de seguridad ciudadana
enfatiza la vigilancia ostensiva y la disuasión mediante acciones de ocupación
territorial transitoria. La disminución de ocurrencias delictivas es dudosa. Se
propone un marco de reflexión e investigación incorporando criterios de
transparencia y participación que contribuyan a generar corresponsabilidad y a
reducir la violencia.
Con la Constitución de 1999 (Venezuela, 1999) se introdujo bajo un nuevo
Título, denominado De la Seguridad de la Nación, un concepto cuyo fundamento
radicaría en el desarrollo integral y cuya defensa sería responsabilidad de las
personas naturales y jurídicas establecidas dentro del espacio geográfico (art.
322). El artículo 326 de la Constitución desarrolla la seguridad como una
corresponsabilidad entre Estado y sociedad civil para cumplir con los principios de
independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción
y conservación ambiental y defensa de los derechos humanos, así como para
lograr la satisfacción progresiva de las necesidades de la población.
Dentro de estos amplios enunciados se concibe la seguridad en una doble faz
de protección de principios y derechos y de cobertura de necesidades indefinidas,
aunque, cuando se indican las instancias garantes y los responsables operativos,
el concepto se restringe notablemente. No obstante, la Guardia Nacional que
desde 1950 forma parte de la Fuerza Armada Nacional tiene como
responsabilidad básica, según el art. 329, la conducción de operaciones para el
mantenimiento del orden interno del país. El art. 332 indica que los órganos de
seguridad ciudadana una de cuyas funciones es mantener y restablecer dicho
orden interno son de carácter civil, y que dicha función es competencia
concurrente entre el gobierno central y los gobiernos estadales y municipales. Sin
embargo, el énfasis en el orden público como responsabilidad militar ha creado
una tensión de rango constitucional, que anteriormente no existía, entre cuerpos
militares y civiles y entre cuerpos centralizados y descentralizados de policía.

LA SEGURIDAD CIUDADANA EN MARCO DE LA CONSTITUCION


DE 1999.
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) de 1999
se consagra por primera vez a nivel constitucional la seguridad ciudadana (artículo
55), entendida en sentido amplio como la protección de los derechos, libertades y
garantías constitucionales. Ello implica al menos conceptualmente la superación
del tradicional modelo de seguridad basado en el orden público acuñado durante
largo tiempo en el país, que garantizaba sobre todo el normal funcionamiento de
las instituciones del Estado y bajo el cual se protegía (distorsionada mente) el
orden económico y político, tanto en gobiernos dictatoriales como democráticos,
incluso por encima de los derechos y garantías civiles. A partir de 1999, el
constituyente parece redefinir las relaciones entre el individuo y el Estado en
materia de seguridad, en el seno de un modelo constitucional propio de un Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la
justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en
general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.
La amplia gama de derechos reconocidos en la Constitución no sólo tiende a
fortalecer la tradicional noción de ciudadanía, sino que también es una franca
invitación a la seguridad, suponiendo que ante cualquier amenaza o coerción
ilegítima contra la libertad y los derechos, prevalecerá el orden constitucional
(Borrego, 2002). La introducción de este nuevo concepto en materia de seguridad
debía representar un aliciente para la sociedad venezolana y una guía para las
políticas públicas a desarrollar por la nueva República entrado el nuevo milenio,
quebrando la trágica historia de control del Estado, atacando un fenómeno
presente en las sociedades modernas la inseguridad y asumiendo el reto de
garantizar la seguridad de los derechos de sus ciudadanos, reto para el cual
cualquier política de Estado basada en el modelo del orden público resultaría
ineficaz. Evidentemente, el sentido que asume la seguridad ciudadana en cuanto a
la conservación, fomento y protección de los derechos y libertades de los
ciudadanos, dista mucho del tradicional concepto de orden público. Entendiéndola
como una garantía más del actual modelo de Estado, a través de la seguridad
ciudadana la democracia venezolana intenta consolidarse en función de la
garantía de los derechos, y asume tácitamente como compromiso el
mantenimiento de la vigencia de los mismos.
Desde este punto de vista, se abren nuevas puertas para el desarrollo de una
democracia de la ciudadanía, entendida como una manera de organizar la
sociedad con el objeto de asegurar y expandir los derechos de los cuales son
portadores los individuos. En un sistema tal, la violencia y la inseguridad son
consideradas como una seria amenaza para la estabilidad democrática y para la
gobernabilidad, no sólo porque ponen en evidencia las limitaciones del Estado
para erigirse como garante de los derechos reconocidos como democráticos, sino
porque tal situación genera rechazo social hacia el sistema político y hacia las
decisiones de los gobernantes y representantes políticos. En tal escenario, el
efectivo desarrollo de la noción de ciudadanía basada en el ejercicio de los
derechos agoniza, frente a la falta de protección y garantía de esos mismos
derechos.
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE
SEGURIDAD CIUDADANA EN VZLA.
El Estado venezolano impulsa políticas públicas para garantizar la seguridad
ciudadana con un nuevo modelo policial con pleno respeto a los derechos
humanos, basado en cuatro ejes: La creación de un nuevo modelo policial; el
control de armas, municiones y desarme; la lucha contra el tráfico ilícito de drogas
y el plan de humanización penitenciaria. Durante la presentación del Examen
Periódico Universal sobre Derechos Humanos, en desarrollo en Ginebra, Suiza, el
ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissami indicó que
Venezuela todavía tiene desafíos que afrontar en esa materia y ratificó el
compromiso del Gobierno para afrontarlos “enarbolando las banderas de la paz,
de la democracia protagónica y de la vida”.
El Estado "consideró impostergable asumir el proceso de reordenamiento del
sistema policial, por servir de instrumento de los anteriores gobiernos para reprimir
y controlar a los más excluidos”.

Para ello, se han desplegado acciones como la creación en 2006 de la


Comisión Nacional para la Reforma Policial, de la que se derivó un conjunto de
leyes para regular el funcionamiento del sistema policial, así como la creación de
la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) y la conformación
de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Además, la situación del sistema
penitenciario venezolano y garantizar los derechos humanos de la población
penitenciaria “representa un verdadero desafío” que, es abordado “con seriedad y
contundencia”. En ese sentido, en 2008 se creó el Consejo Superior Penitenciario,
del que surgió el Código Orgánico Penitenciario, y este año se creó el Ministerio
de Servicio Penitenciario. Acceso a la educación universitaria El 85% de la
población venezolana tiene acceso a la ecuación superior; ubicando al país en el
segundo lugar en América Latina y el Caribe, señaló la delegación iraní presente
en la realización del Examen. Por su parte, Japón considera positivo la creación
del Ministerio de Educación Universitaria, pues favorece el ingreso al sistema
educativo y la protección de los estudiantes. La delegación iraní reconoce la
“protección de los derechos humanos, los esfuerzos para garantizar la ecuación
para todos, que aumenta significativamente la matrícula escolar. Ambos países
proponen al Gobierno Bolivariano seguir la lucha por el acceso igualitario a la
ecuación superior y el aumento del presupuesto para ese sector.

En Venezuela, la inversión en educación pasó del 3% del Producto Interno


Bruto (PIB) en 1999 a 6,1% en 2011, y la inclusión de personas con discapacidad
y la creación de infraestructura ha permitido romper el círculo de la inequidad
social.
Para el año escolar 2009-2010 un total de 7,7 millones de jóvenes y niños
formaban parte del sistema educativo, lo que representa un incremento de 24% de
la matrícula escolar entre 1998 Y 2010. En cuanto al acceso a la educación
universitaria, el Estado ha aplicado la municipalización para permitir el derecho al
estudio a las personas con discapacidad, a los adultos mayores y con menores
recursos. El acercamiento de las universidades a las comunidades, más las 172
instituciones de educación superior que hay en el país con una matrícula de
2.293.914 inscritos, ha convertido a Venezuela en el quinto país del mundo con
mayor tasa bruta de matriculación en esta área.

No podemos olvidar que en el año 2017, El presidente de Venezuela, Nicolás


Maduro, presentó "seis líneas de acción" que son parte de un plan para atender la
"seguridad ciudadana" en el país y al que también denominó como "un sistema de
protección del pueblo", en el que trabajarán conjuntamente todas las fuerzas de
seguridad del Estado. "En el campo del frente de la seguridad ciudadana, en el
marco de la 'campaña Carabobo 2021', estoy lanzando seis líneas de acción que
resumen la más alta y acabada política en seguridad ciudadana que jamás haya
existido en Venezuela y creo que exista en América Latina", dijo Maduro en
cadena obligatoria de radio y televisión.

Explicó que la primera línea de acción será "la expansión de todos los planes
deportivos culturales y de creación de valores del Movimiento por la Paz y la Vida"
para "defender" a los niños de la "cultura que cultiva una admiración por la droga,
por la violencia, por las armas".

Pidió al llamado Movimiento por la Paz y la Vida promover un plan que "permita
neutralizar todas las campañas directas o indirectas que promocionan la violencia,
el culto a las armas, la muerte".

Como segunda línea, ordenó "a todo el estado mayor del sistema policial
venezolano" retomar y hacer "las adecuaciones necesarias" para poner "en la
calle toda la fuerza policial" y que el sistema de patrullaje sea "más efectivo".

En tercer lugar, la instalación de los "cuadrantes de paz", que según el ministro


de Interior, Néstor Reverol, son "una estructura, un estado mayor, donde
participan diferentes instituciones" policiales y la ciudadanía "en perfecta unión
cívico militar policial".

El ministro indicó que actualmente hay 2.119 "cuadrantes de paz" en todo el


territorio nacional que son "el corazón" de todo lo que hará en materia de
seguridad ciudadana, y que durante este año "se ampliarán a 2.300".

"El pueblo quiere paz, el pueblo quiere tranquilidad (...). Vamos a construir una
Venezuela con cuadrantes de paz que den seguridad, vamos a liberar a
Venezuela de esa peste del culto a las bandas y las mafias", agregó.

"Llamo a todas las iglesias católicas, a las iglesias evangélicas, a todos los cultos
a incorporarse a los cuadrantes de paz en la base. A usted cura, sacerdote,
pastor, a las monjas, al creyente, de todas las formas de creencia en dios y de
práctica del poder divino a incorporarse con su palabra", continuó.

Como cuarta línea indicó "el fortalecimiento del sistema de protección popular
para la paz SP3", que contará con "patriotas cooperantes para adelantarse con
información a las amenazas para identificar las bandas criminales
paramilitarizadas y las bandas de homicidas y sicarios, para hacer el trabajo de
inteligencia".
La quinta "línea de acción" tiene que ver con la recuperación y eficiencia del
operativo de seguridad denominado "Operaciones de Liberación del Pueblo" que
han sido sometidas a una "revisión profunda" y que ahora tendrán una nueva fase,
"superior", en la que se llamarán "Operaciones de Liberación Humanista del
Pueblo (OLHP)".
"Vuelven las OLP con más fuerza y más amor para el pueblo", añadió.
Por último, agregó, se crearán las "casas de justicia" que, dijo, son "para la
resolución de conflictos, para la justicia temprana, oportuna" y para "llevar la
autoridad del Estado" a la comunidad.
En el año 2020, Se realizó con éxito un encuentro con más de 60 responsables
de los diferentes centros universitarios del país, que forman parte de la Asociación
de Rectores Bolivarianos (Árbol), como parte de las 7 líneas estratégicas de
acción del Plan de la Patria 2020, en articulación con la Gran Misión Cuadrantes
de Paz (GMCP). La actividad se desarrolló en la Universidad Experimental de la
Seguridad (Unes), donde fue presidido por el viceministro de Prevención y
Seguridad Ciudadana, G/D Endes Palencia Ortiz, en compañía del Ministro del
Poder Popular para la Educación Universitaria César Trómpiz, el rector del alma
mater de la seguridad G/D Giuseppe Cacioppo y demás autores en la materia.
Durante la reunión se efectuó una videoconferencia con los demás institutos
universitarios del país, quienes expusieron sus inquietudes y sugerencias
relacionadas al ámbito de la seguridad y prevención para que sus trabajadores
mejoren sus servicios dentro y fuera de las adyacencias de los mismos. El
Viceministro, manifestó que se encuentran desplegados 2.247 Cuadrantes de Paz
en todo el territorio nacional y quienes serán incorporados en cada una de las
casas de estudio, con el fin de erradicar el delito y garantizar la paz de todos los
venezolanos. Además, agregó que el Centro de Comando, Control y
Telecomunicaciones VEN-911 se encuentra operativo las 24 horas del día, y que
gracias a la articulación entre los Cuadrantes de Paz y los organismos de
seguridad del Estado han logrado establecer comunicación con los estudiantes de
la Universidad de Oriente (UDO), quienes han ejecutado aportes necesarios para
combatir la delincuencia.

“Uno de los objetivos principales del encuentro con los directores de seguridad de
estas casas de estudio, es debatir estrategias para retomar y reimpulsar el Plan de
Seguridad que es implementado a través de la GMCP, para así garantizar la
segunda Línea Estratégica del Plan de la Patria 2020, que establece la Defensa
de la Patria y Seguridad Ciudadana”, dijo Palencia.

Por su parte, el rector G/D Giuseppe Cacioppo, manifestó que pone a


disposición sus 33 sedes, para ofrecer la capacitación del personal que prestan
sus servicios como vigilancia privada el cual tiene una duración de cuatro meses.

“Estas 7 líneas de acción de trabajo serán construidas de la mano con el pueblo


para continuar labrando los destinos del futuro de la nación, que nació libre hacen
200 años y que está decidida mantenerse de pie”, señaló.

Este plan se suma a los esfuerzos del Ejecutivo Nacional para incrementar el
funcionamiento policial, brindar seguridad a los ciudadanos y hacerles frente a los
ataques perpetrados por la derecha venezolana, que pretende desestabilizar el
país.
Análisis personal
Como ha venido evolucionando el aparato de seguridad del
estado, desde la década de los 60 hasta la actualidad.

Venezuela ha venido evolucionando a través del tiempo, en todo los sentidos en


lo político, social económico, tecnológico y en materia de seguridad ciudadana. En
la década de los 60 el país experimenta importantes, contradictorias y alentadoras
transformaciones en el campo de lo político, lo cultural, lo económico, lo social, y
la seguridad ciudadana. A Rómulo Betancourt ( 1958-1964), le correspondió
presidir el país en un periodo caracterizado por huelgas, protestas callejeras,
intentos de golpes de Estado, insurrecciones cívico-militar, guerrilla urbana y
campesina, suspensión de las garantías constitucionales y atentados contra su
vida. En 1961 fue promulgada la Constitución. Raúl Leoni es el primer presidente
en recibir el poder de manos de un presidente constitucional y el primero en
entregarlo a un candidato de la oposición "Dr. Rafael Caldera”. Durante el
gobierno de Raúl Leoni continuaron las guerrillas y proclama la "paz
democrática.", mientras que Caldera proclama la pacificación. El Gobierno de
Caldera adopta un verdadero programa de pacificación nacional, proclama una vía
de convivencia democrática que restituya la paz pública al establecimiento social
venezolano, convoca al diálogo y a la integración de los jefes guerrilleros a la
legalidad democrática, reduciendo considerablemente la violencia y represión
política que existió durante los gobiernos anteriores. La década de los ochenta
mostró claras evidencias del deterioro progresivo de las condiciones de vida de
nuestras sociedades y resultaron premonitorias de una crisis mucho más profunda
que se avecinaba en la región. En la década de los '80, Venezuela pasó de ser un
país tranquilo con mínimos niveles de violencia a un país con altas tasas de
homicidios, comparables con México y Brasil, y un aumento de protestas
populares. Estos cambios se atribuyen a la combinación de altos niveles de
corrupción en la elite política, frustración por un sistema altamente excluyente (en
1958, los dos partidos principales firmaron un pacto para alternar el poder), y la
recesión económica creada por la crisis de la deuda externa. Entonces surgieron
varios grupos sociales demandando mayor democracia y buscando construir un
proyecto alternativo basado en un modelo de crecimiento económico diferente y la
consolidación de un nuevo orden político. El proceso fue altamente conflictivo
causando que se incrementara la violencia política, la criminalidad y la inseguridad
en todo el país. En febrero de 1989 empezaron unas grandes protestas populares
en contra de un paquete de medidas económicas y financieras de corte neoliberal
presentadas por el Presidente Carlos Andrés Pérez, quien respondió en una
manera represiva. Después de cinco días terminó la protesta y se calculan que
hubo por lo menos 250 muertos y miles de heridos. A partir de entonces las
protestas se convirtieron en un acto recurrente en la vida cotidiana. En febrero de
1992 los comandantes Hugo Rafael Chávez Frías y Francisco Arias Cárdenas
intentaron liderar un golpe de Estado que fue controlado por el gobierno
rápidamente. Chávez fue encarcelado, pero su perfil nacional empezó a subir
mientras el apoyo para el presidente caía. En noviembre del mismo año otro grupo
intento liderar un golpe de Estado. Una vez más el gobierno pudo controlar la
situación dentro del mismo día. El gobierno no cambió de manos pero los golpes
fallidos impulsaron cambios en los diálogos políticos e económicos que terminaron
propulsando a Chávez a la presidencia en 1999 y le permitió ser reelegido en el
2005. Como muchos países en América latina, la evolución de la seguridad
ciudadana está íntimamente relacionada con las políticas públicas propuestas por
los diferentes gobiernos. Es muy difícil evaluar los cambios de la seguridad pública
en Venezuela pero sin embargo se pueden identificar algunas de las causas que
han resultado en la alta criminalidad existente: la falta de atención hacia las clases
desfavorecidas y la creciente desigualdad socio-económica, la complacencia hacia
los delincuentes y las altas tasas de corrupción y un limitado sistema educativo.
Se encuentran muy pocas estadísticas recientes sobre violencia y criminalidad en
el país sin embargo se puede analizar la situación actual observando las tasas del
Global Peace Index. Este índice presentado por el Economista Inteligencie Unit es
un índice complejo que abarca una gran cantidad y diversidad de indicadores con
el que se pretende mostrar el nivel de paz y seguridad comparando a 140 países.
En este contexto, Venezuela aparece como el 123 de la clasificación para el año
2008. Según datos de la CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científica, Penales y
Criminalísticas de Venezuela), el total de homicidios para el año 2006 fue de
12,257, lo que representó 45 homicidios por cada 100 mil habitantes. En
comparación con los datos de 1996, se observa un grave incremento de ambas
tasas: en 1996, el total de homicidios era de 4,961, o 22 homicidios por cada 100
mil habitantes. Más inquietante aún es el crecimiento del total considerado de
homicidios en Venezuela en los últimos 20 años, lo cual representa el 438%. El
gobierno venezolano admite que la preocupación principal social de los
ciudadanos es la seguridad y ha dado inicio a diversos programas para enfrentar
este grave problema, el último siendo el Programa "Caracas Segura 2008" que
busca disminuir la violencia en la capital venezolana, que registra una de las tasas
más altas de violencia del país. En adición, algunas municipalidades han
empezado programas propios como en Chacao con el "Plan 180", cuyo objetivo es
consolidar un Sistema de Justicia eficaz y eficiente. De hecho, el informe 2007 del
Latino barómetro señala que 75% de los encuestados venezolanos sienten el
miedo de ser víctima de delitos con violencia. El informe también pone de relieve
que Venezuela tiene la tasa más alta de víctimas de delitos, en comparación con
el resto de los países de la región alcanzando el 49%. En vista del aumento
constante de la tasa de homicidios y de la percepción de inseguridad en el país, el
gobierno venezolano creó una Comisión Nacional para la Reforma Policial con el
objetivo de mejorar la seguridad de los venezolanos al igual que para mejorar la
lucha contra la violencia. El resultado de esta iniciativa fue el lanzamiento del
Sistema Nacional de Policía que culminó con la adopción de la Nueva Ley de
Policía Nacional y de Servicio de la Policía en mayo 2008. Esta nueva legislación
trae enormes cambios en el sector de la seguridad ciudadana de Venezuela ya
que regula a todas las policías, unifica los criterios en torno al régimen educativo,
disciplinario, de seguridad social, los principios de actuación, el diseño de las
políticas de uso de fuerza física, la rendición de cuentas y la atención a las
víctimas. La nueva Policía Nacional deberá por otra parte asumir características
de policía comunitaria y promover la participación de los ciudadanos para la
reducción de la violencia y de los delitos. Esta nueva ley también permite la
creación de un Consejo General de Policía cuya función es la definición, la
planificación y la coordinación de las políticas públicas en materia del servicio de
policía así como del desempeño profesional de la policía. El gobierno venezolano
también votó una nueva Ley de Inteligencia y Contra-Inteligencia que lleva a la
creación de cuatro nuevas instituciones de seguridad. La Dirección General de
Inteligencia y la Dirección General de Contra-Inteligencia serán directamente
puestas bajo la dirección del Ministerio del Poder Popular para Relaciones
Interiores y Justicia. Estas nuevas iniciativas gubernamentales buscan enfrentar la
creciente criminalidad en Venezuela y demuestra la intención de parte del
gobierno de promover nuevas políticas más adaptas a la situación de la seguridad
ciudadana en el país. La simplificación de la estructura policial, la medida más
innovadora en este tema, tendrá que ser analizada para evaluar los resultados y
poder analizar de manera más completa la eficacia de los programas
gubernamentales venezolanos como respuesta a una seguridad pública.

Discente:
Aranguren samari
CI: 30014648
Am http://jornadassociologia.fahce.unlp.edu.ar/vii-jornadas-
2012/actas/Liaudat.pdfbiente: 8

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