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Caso Palmer
Caso Palmer
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Para comenzar con nuestro análisis, debemos tener en cuenta el contexto en
que se sitúa. Históricamente, estamos tratando con una sentencia dictada por
la Court of Appels (Corte de Apelaciones) del estado de Nueva York en el año
1889. En ese momento, no existía una ley promulgara que previera el caso y
estableciera que "nadie podía beneficiarse de su propio ilícito". Sólo estaban
reguladas las disposiciones de última voluntad -es decir, el testamento-, a fin
de que sean válidas y cobren eficacia (que sería partir de la muerte del
causante).
Acto seguido, creemos que es conveniente realizar una síntesis sobre el voto
del Juez Earl, cuya relevancia se resume a que fue la decisión final del Tribunal
estadounidense gracias a la concurrencia del Juez Danforth. Sin embargo, el
Juez Gray disiente.
El juez Earl sostiene que si bien es cierto que, de acuerdo con la interpretación
literal de la ley el testamento era válido y otorgaba esa propiedad a Palmer, el
propósito de estas leyes fue permitir a los testadores disponer de su herencia
como recompensa al momento de su muerte y llevar a efecto sus últimos
deseos jurídicamente expresados.1
Fue la intención del legislador que los instituidos en un testamento obtuvieran
la propiedad a ellos otorgada, pero en ningún caso ha podido ser su intención
que una persona llamada a heredar y que asesina al testador para acelerar el
trámite sucesorio pudiera obtener algún beneficio en virtud de éste.
Según Earl, es un método común de interpretación que la intención del
legislador es tan ley como si fuera la propia letra de la ley. Los redactores de
las leyes no siempre expresan su intención perfectamente, sino que se exceden
o es insuficiente, por lo que los jueces recopilan solamente las conjeturas
racionales o probables, lo cual es denominado por Earl como “interpretación
racional”2. Sin embargo, a nuestro parecer, sería más exacto de hablar
“interpretación equitativa o razonable”, ya que tal interpretación de la ley debe
ser considerada como la mejor respuesta de la intención que los legisladores
tuvieron en mente. Como Bacon señala "Mediante una interpretación equitativa
Ver voto Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506
(1889), Corte de
Apelaciones de Nueva York.
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Ver voto Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506
(1889), Corte de
Apelaciones de Nueva York.
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Ver voto Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506
(1889), Corte de
Apelaciones de Nueva York. El Juez Earl cita al filósofo inglés Francis Bacon
(1561-1626) en su
voto, considerado uno de los padres del empirismo; sus obras y pensamientos
ejercieron una
influencia decisiva en el desarrollo del método científico.
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Dicho juez se plantea "¿Qué sería más irrazonable que suponer que fue
Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506 (1889), Corte
de
Apelaciones de Nueva York.
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Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506 (1889), Corte
de
Apelaciones de Nueva York.
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Allen c. M'Pherson, 1 H. L. Cas. 191; Apelación de Harrison, 48 Conn. 202.
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Ver voto Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506
(1889), Corte de
Apelaciones de Nueva York.
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continental europeo les había sido similar los legisladores del Estado y no
estimaron importante incorporar a sus leyes alguna disposición sobre este
asunto. Por consiguiente, entiende Earl, “fue supuesto que las máximas del
common law serían suficientes para regular tal caso y que su promulgación
específica para este propósito no era necesaria.”8
Finalmente, Earl dispone que el demandado Palmer no debiera tomar ninguna
de las propiedades como heredero, ya que él no era heredero antes del
asesinato y no había certeza de que llegara a serlo. El mismo Palmer se
convirtió en heredero a través de un asesinato y trató de obtener la propiedad
como fruto de su ilícito. “No puede concederse derecho alguno a sí mismo
mediante un crimen.”9
De esta manera, el Juez Earl revoca la decisión del árbitro inferior10, haciendo
lugar a la demanda de las actoras y prohibiéndolo a Palmer beneficiarse de la
herencia dejada por el testador.
Por otro lado, teniendo en cuenta lo expresado, dicho caso, en la actualidad, se
vería resuelto a través de la aplicación del artículo 2281 del Nuevo Código Civil
y Comercial de la Nación, que establece: "Causas de indignidad. Son indignos
Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506 (1889), Corte
de
Apelaciones de Nueva York.
9
Ver voto Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506
(1889), Corte de
Apelaciones de Nueva York.
10
Ver voto Juez Earl, Fallo Riggs vs. Palmer (traducido al español), 115 NY 506
(1889), Corte
de Apelaciones de Nueva York. La estructura de los tribunales del Estado de Nueva
York se
divide en un nivel de primera instancia (con diferentes tribunales por razón del
territorio y de la
materia) y un nivel de apelación. El más alto nivel de apelación le corresponde al
Tribunal de
Apelaciones (Court of Appeals), el nivel intermedio a las Divisiones de Apelación
del Tribunal
Supremo (Appellate Divisions of the Supreme Court) y el nivel inferior a las
Secciones de
Apelaciones del Tribunal Supremo (Appellate Terms of the Supreme Court). Los
Tribunales del
Condado (County Courts), aunque principalmente tienen encomendadas materias en
primera
instancia, conocen en apelación de algunas decisiones de los tribunales locales. La
Sección
General de Apelación o General Term es el antecedente de las Appellate Divisions of
the
Supreme Court, esto es, del nivel intermedio de apelación. Las apelaciones contra
las decisiones
de las Surrogate’s Courts son atendidas directamente por este nivel intermedio.
11
Artículo 8821, apartado a) e in fine, Código Civil y Comercial de la Nación, Ciudad
Autónoma
de Buenos Aires, Editorial Ediciones del País, 2014, Argentina, página 429.
12
Ver Ronald Dworkin, "Los Derechos En Serio", Barcelona, Editorial Ariel S.A., 1984
y 1989,
España, pág. 72.
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jurisprudencial ni legal que disponga tal excepción al derecho de ese nieto
según el testamento.
Así que el dato que nos importa es el siguiente: el tribunal de Nueva York
resolvió el asunto: a) contraviniendo el “derecho positivo” en ese momento
vigente, excepcionándolo sin base en una norma “positiva” que marque tal
excepción al derecho a suceder, es decir, no estaba previsto "positivamente";
b) basando la decisión en un principio que es jurídico, según Dworkin13, pero
cuya juridicidad no es de derecho positivo ni porque esté en una norma
“legislada” enunciado tal principio ni porque se “induzca” o extraiga del derecho
positivo, sino que se hace con los principios generales del derecho.
Nosotros creemos que el debate se centra en que si dicho tribunal aplicó o no
aplicó derecho al aplicar ese principio. Si mantenemos que sí y partimos de que
el principio en cuestión no formaba parte del “derecho positivo”, habrá que
explicar qué otras normas son derecho fuera del “derecho positivo”, y por qué.
Dworkin considera que el principio aplicado en el caso Riggs vs. Palmer es una
norma moral que al tiempo es jurídica14, que ha sido utilizada para enmendar la
solución para el caso que la norma positiva ofrecía y que se consideraba una
injusta o inmoral. Asimismo, es conocido que la regla primera del iusmoralismo
es que una solución para un caso dada por una norma positiva, no puede ser
una solución jurídica si ésta es inmoral o fuertemente inmoral. Es decir que la
moral está por encima del derecho positivo y condiciona radicalmente la eficacia
u operatividad de sus normas.
Todo lo expuesto anteriormente, nos lleva a la introducción del tratamiento de
la siguiente cuestión: ¿Cómo justifica o explica Dworkin que sean plenamente
derecho esos principios que, como en Riggs vs. Palmer, son usados por los
tribunales para excepcionar la solución para el caso que ofrece el derecho
positivo y aun cuando se trata de principios no “positivados” previamente en
ese sistema jurídico?
Dice Dworkin: “cuando los juristas [jueces] razonan o discuten sobre derechos
Ver Ronald Dworkin, "Los Derechos En Serio", Barcelona, Editorial Ariel S.A., 1984
y 1989,
España, pág. 73.
14
Ver Ronald Dworkin, "Los Derechos En Serio", Barcelona, Editorial Ariel S.A., 1984
y 1989,
España, págs. 80, 81, 82, 83.
15
Ronald Dworkin, "Los Derechos En Serio", Barcelona, Editorial Ariel S.A., 1984 y
1989,
España, págs. 80, 81, 82, 83.
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entender que todo lo que se integre en el razonamiento de los juristas, cuando
resuelven casos en derecho, es parte del sistema jurídico. Como razón para
inclinarse por una u otra norma de las que se crean para resolver en un caso de
laguna de segundo grado, los jueces emplean argumentos económicos.
En conclusión, creemos que el análisis realizado por Dworkin es totalmente
acertado: los jueces no sólo son aplicadores de las leyes, de forma estricta, sino
que deben razonar su aplicación, ya que las decisiones pueden ser injustas o no
equitativas, como hubiera ocurrido con el caso Riggs vs. Palmer si se hubiera
resuelto de acuerdo a la ley rigurosamente (lo cual le hubiera dado derecho a
Elmer Palmer de recibir la herencia, ya que el testamento era válido). Los
jueces deben fallar con razonabilidad, deben hacer “flexibles” las normas para
aplicarlas al caso concreto, y decidir con equidad, pero siempre y cuando
fundamenten lo que dicten; caso contrario, será una decisión arbitraria.
Asimismo, una norma
dando solución a una
pudiéndose dejar de
jurídicos que el juez
equidad.
Bibliografía.
Riggs vs. Palmer, 115 NY 506, Court of Appeals of New York, 1889. Link:
http://www.courts.state.ny.us/reporter/archives/riggs_palmer.htm
Traducción al español: Riggs vs. Palmer, 115 NY 506 (1889), Corte de
Apelaciones de Nueva York. Link:
http://constitucionweb.blogspot.com.ar/2010/09/caso-riggs-v-palmer-1889version-
en.html
Código Civil y Comercial de la Nación, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Editorial Ediciones del País, 2014, Argentina.
Dworkin, Ronald; Los Derechos En Serio [“Taking Rights Seriously”],
Barcelona, Editorial Ariel S.A., 1984 y 1989, España.