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R/ En la película 12 hombres sin piedad, solo uno de los miembros de jurado aplico el
principio de presunción de inocencia, ya que a pesar de que no estaba 100% seguro de
aquello, creía en la declaración que el reo había expuesto. Según el sistema Americano
(EE.UU) y conforme el contenido de la Película
Los doce miembros del jurado se encuentran ante una decisión de carácter deliberativo. Se
aplicará la condena de la silla eléctrica al culpable en caso de ser considerado así. Todos los
miembros son hombres, puesto que en los años cincuenta la existencia de mujeres en los jurados
populares americanos era nula. La decisión debe tomarse en completa unanimidad, no servirá
una mayoría absoluta, ni una mayoría estableciendo un porcentaje de acuerdo determinado.
Todos los miembros deben estar de acuerdo y por consiguiente votar lo mismo. En ese sentido si
se votaba por mayoría absoluta la decisión no tendrá validez por cuanto AFECTA EL DEBIDO
PROCESO Y PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
Si, la decisión final fue justa en relación con la Legislación colombiana, la presunción de
inocencia es un derecho fundamental está consagrada en el artículo 29 de la Constitución Política
de Colombia y en otros instrumentos internacionales que hacen parte del Bloque de
Constitucionalidad, por lo tanto, incorporados en el derecho positivo colombiano. En el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos 1 de Nueva York de 1966, aprobado por la ley 74 de
1968 y en la Convención Americana de Derechos Humanos 2 de San José de 1969, aprobada
mediante ley 16 de 1972, se consagra y reitera la presunción de inocencia en el sentido que
1
Artículo 14.2 Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad
conforme a la ley.
2
Artículo 8.2 Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad.
hemos venido otorgándole. También en la Declaración Universal de los Derechos Humanos3
proclamada por la Organización de Naciones Unidas se hace el mismo pronunciamiento respecto
al derecho fundamental bajo estudio.
Como se infiere del artículo 29 del texto constitucional y de los tratados internacionales
ratificados por Colombia, la inocencia apenas logra desvirtuarse con sentencia judicial de
culpabilidad. No se intenta defender la presunción de inocencia luego de que un juez o tribunal
determine la responsabilidad del agente, por supuesto que no somos tan necios: Lo absoluto de
este derecho
Los personajes
Nº 4. El corredor de bolsa. Este personaje ofrece a la vez una curiosa mezcla entre
paralelismo y contraste al interpretado por Henry Fonda. El hilo lógico de la argumentación
se devana entre estos dos hombres, cada uno de los cuales parte de defender un veredicto
opuesto, de inocencia o culpabilidad. Este personaje se atiene con frialdad y
desprendimiento a lo que le dice su razón, y es capaz de cambiar de opinión sin titubeos
cuando, sólo por la fuerza de los argumentos, tiene una duda razonable. Su juicio no
depende de nadie; no busca simpatías ni antipatías, ni se perturba por las que pudiera
inspirar. El iracundo intenta buscar su complicidad en todo momento, aferrándose a las
argumentaciones lógicas que él no sabe dar. Del mismo modo, y pese a que otros viven el
debate como una lucha entre dos bandos, estableciendo complicidades y animadversiones,
manifiesta su impasibilidad, independencia e imparcialidad cuando, sin levantarse, contesta
y manda callar al excitado y prejuicioso nº 10.
Nº 6. El más joven, empleado, de profesión pintor. Posee un carácter noble y se rige por
principios, cualidad que manifiesta cuando sale en defensa del anciano frente al nº 3 al
principio de la película. No tiene prejuicios, por ello su planteamiento será limpio y tendente
a encontrar la verdad. Pero, como confiesa al protagonista, no está habituado a tomar
decisiones, a pensar, por lo que en un principio tiende a aceptar la apariencia de culpabilidad
sin percibir esas incoherencias de las declaraciones de los testigos. No se trata de un
personaje de poca inteligencia, sino de excesiva modestia en lo que a su capacidad de
reflexión se refiere. Sin embargo es capaz de reconocer los argumentos cuando la situación
se presenta.
Pero hay otra característica fundamental en él. No se trata sólo de que se guíe por su razón y
de que se atenga firmemente al análisis objetivo de los hechos (esta misma actitud, como
hemos visto, la mantiene también uno de sus más firmes oponentes: el corredor de bolsa). Es
también un hombre de ideales. Cree en la justicia, se siente en la obligación de llevarla a
cabo. El ideal es la motivación, y sin esa motivación no hubiera sentido la necesidad de
buscar una revisión de las supuestas evidencias que fueron presentadas en el juicio. No es el
único miembro del jurado con una conciencia moral, pero sí el único que la antepone a las
apariencias, a la presión social, al “realismo” conformista que prima en un principio en otros
personajes. Incluso cuando su más enervado adversario se desmorona, es el único que
permanece cercano a él, el único que le muestra empatía, calor humano y respeto,
ayudándole a ponerse la chaqueta. Es, pues, un personaje de gran empatía.
Curiosamente, ese sentimiento, mezcla de vanidad y falta de confianza, que hace que el
muchacho pueda ser condenado injustamente es el que va a dar fuerza al anciano del jurado.
Pese a la sabiduría que su sola experiencia le haya dado en la vida, no parece haber tenido
nunca la oportunidad de demostrarla, no sólo a los demás sino a sí mismo. A diferencia del
testigo, él no se activa por la mera vanidad de ser oído, sino por la admiración que le suscita
la actitud moral del protagonista. La suya sí va a ser una experiencia decisiva y salvadora:
vencer convenciendo a la férrea racionalidad del corredor de bolsa (nº 4) marca el triunfo del
afán moral que guía el debate: llegar a la duda razonable. Sin su perspicacia y finura
psicológica –ve muy bien, declara, y hay que añadir que no sólo con los ojos– no hubieran
podido cuestionar la declaración de la mujer.
Nº 10. El que desprecia a la gente de suburbios. Posee una cadena de garajes, y durante el
tiempo que dure la deliberación está perdiendo dinero. Sus prejuicios son de tipo social;
anulan su capacidad de reflexión y le obcecan hacia la condena. Por su tipo de personalidad,
su juicio y capacidad de aprendizaje y crítica están embotados por el egoísmo y la codicia.
Se identifica exclusivamente con su propiedad. Es esa codicia lo que le impide percibir en el
chico acusado más que un miembro más de esa clase social amenazante para sus intereses –
son “delincuentes”– y de la que, por su escasez de recursos, no puede obtener ninguna
ventaja.
R/ Si se vería afectado: Considero que la situación del acusado estaba en manos de personas
ineficaces que solo decían que el acusado era culpable para salir más rápido y cada quien
continuar con su vida sin importarles que su decisión afectaría la vida de una persona y
consecuentemente sus derechos, ya que si lo declaraban culpable lo sentenciaban a pena de
muerte, fue gracias a uno de los miembros del jurado que se puso en duda la presunta
culpabilidad, como recomendación podría estipular que al momento de juzgar en una audiencia
se debe de analizar todos los hechos y las pruebas que se presentan y verlos desde distintos
puntos de vista, para poder llegar a una decisión justa y razonable.
Los jueces en sus decisiones deben ser son imparciales en los procesos en los cuales actúan. Pero
hay algo más: la palabra imparcialidad significa varias cosas más que son diferentes a la falta de
interés que comúnmente se menciona al definir la cotidiana labor de un juez. Por ejemplo, exige
una definitiva: • Ausencia de prejuicios de todo tipo (particularmente raciales o religiosos)
respecto de las partes litigantes y del objeto litigioso. • Independencia de cualquier opinión y,
consecuentemente, tener oídos sordos ante sugerencias o persuasión de la parte interesada que
pueda influir en su ánimo. • No identificación con alguna ideología determinada. • Completa
ajenidad frente a la posibilidad de dádiva o soborno. • Ajenidad a la influencia de la amistad, del
odio, de un sentimiento caritativo, de la haraganería, de los deseos de lucimiento personal, de la
figuración periodística, etc. • No involucrarse personal ni emocionalmente en el meollo del
asunto litigioso. • Evitar toda participación en la investigación de los hechos o en la formación de
los elementos de convicción. • Fallar según su propio conocimiento privado del asunto. En el
caso de la Película existen 12 jurados que hacen las veces de juez, con personalidades y
opiniones diversas propias de una persona que no conoce de leyes o no ejerce su rol que se le ha
encomendado con apego al debido proceso, en tal sentido considero que en el caso Colombiano,
el principio de imparcialidad del Juez si se vería afectado.
El debido proceso definido en su esencia como verdadero método de debate; que solo es posible
en el sistema acusatorio de enjuiciamiento y que el concepto de imparcialidad comprende no solo
lo propio de la persona del juez sino también todo lo que implica lo funcional de su actividad.4
5. Hasta qué punto se ve afectada la libertad del acusado con la opinión del jurado (el
vendedor de mermeladas) que cree que es más importante un partido de béisbol y aquél
jurado (dueño de la cadena de garajes) que afirma estar perdiendo dinero y tiempo en
la toma de esa decisión?
4
Revista Ratio Juris Vol. 9 Nº 18 (enero-junio 2014) pp. 207-235 © Unaula Presentado: febrero 28 de 2014 •
Aceptado: abril 21 de 2014 Adolfo Alvarado Velloso.
El articulo 29 constitucional, en relación con el debido proceso señala que se aplicará a toda clase
de actuaciones judiciales y administrativas. Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes
preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la
plenitud de las formas propias de cada juicio. En materia penal, la ley permisiva o favorable, aun
cuando sea posterior, se aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Toda persona se
presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente culpable. Quien sea
sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio,
durante la investigación y el juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones
injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar la
sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Es nula, de pleno
derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso. (subrayado fuera del texto).
De lo anterior se deduce que mientras no exista una sentencia que declare la culpabilidad o
inocencia del procesado, este es inocente, en ese sentido la Corte Constitucional ha sostenido
en diversas sentencias –entre ellas las C-774 de 2001, C-805 de 2002 y C-1154 de 2005–, que de
conformidad con el artículo 29 de la Constitución Política (debido proceso y presunción de
inocencia), las medidas de aseguramiento deben someterse al cumplimiento de las estrictas
exigencias que determinan su legalidad. Estas reglas son de dos clases, a saber: i) los requisitos
formales, es decir, la obligación de su adopción mediante providencia interlocutoria contentiva de
los hechos que se investigan, la calificación jurídica y los elementos probatorios que sustentan la
adopción de la medida; y ii) los requisitos sustanciales consistentes en los indicios graves de
responsabilidad con base en las pruebas legalmente producidas dentro del proceso.
Respecto de las pruebas, debe aclararse que con la adopción de la ley 906 de 2004, Código de
Procedimiento Penal vigente, la medida se impone con fundamento en los elementos materiales
de prueba y evidencia física, esto es, elementos con vocación de prueba, que se practicará apenas
en el juicio oral, pero que aún no son controvertidos por la defensa. En otras palabras, la prisión
preventiva se impone sin debate probatorio. La Corte indica que dentro de las audiencias de
imposición de medida de aseguramiento no se alega la responsabilidad del indiciado sino los
motivos y elementos con aptitud probatoria que posibiliten la adopción de la prisión cautelar,
refiriéndose únicamente a la procedencia de la medida (Corte Constitucional, 2005, C-1154).
7. Las opiniones previas del jurado de conciencia afectan el Principio del In Dubio Pro
reo del art. 7 del CPP en el evento de aplicarlo en el sistema penal colombiano? para
resolver este interrogante, primero qué se entiende por duda razonable, revisar el art.
381 del CPP.
Para Mercedes Fernández López5, el principio de In dubio pro reo se sitúa en los principios nulla
poena sine crimine, nullum crimen sine culpa, indicando además, como lo afirmó el autor Sentis
Melendo “este principio viene a establecer una regla aplicable en las situaciones de duda respecto
de los hechos, puesto que cualquiera que sea el orden jurisdiccional de que se trate, el juez se
puede encontrar en un estado de duda, en la medida en que su función es, en todo caso, la
subsunción de unos hechos en el supuesto de hecho de una norma jurídica”.6
Atículo 381. “Conocimiento para condenar. Para condenar se requiere el conocimiento más allá
de toda duda, acerca del delito y de la responsabilidad penal del acusado, fundado en las pruebas
debatidas en el juicio. La sentencia condenatoria no podrá fundamentarse exclusivamente en
pruebas de referencia”.
Por su parte el doctor Andrés Nanclares Arango 7, advierte que el legislador colombiano ha
incluido en el nuevo Código de Procedimiento Penal dos logogrifos 8 , tales como el
convencimiento más allá de toda duda razonable y el conocimiento más allá de duda,
5
La doctora Mercedes Fernández López, es profesora de derecho procesal en la facultad de derecho de la
Universidad de Alicante, España, autora de varios textos y directora de seminarios procesales.
6
SENTÍS, Santiago, In dubio pro reo, Ediciones jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1971, pág.55.
7
ARANGO, GIRALDO, Andrés. “¿CONVENCIMIENTO O CONOCIMIENTO PARA CONDENAR?: A
propósito del hallazgo de la verdad en la dinámica de enjuiciamiento criminal colombiana”. Documento extraído del
blog - derechoprocesalpenalcontemporaneo.blogspot.com
8
Según el diccionario de la real academia, logogrifo es un pasatiempo que consiste en adivinar cierta palabra y otras
más cortas, que se obtienen combinando las letras que forman la primera, a partir de pistas sobre su significado.
establecidos en los artículos 7, 91, 101,372 y 381 del Código de Procedimiento Penal – Ley 906
de 2004 -, y a su vez indica que hay dos estándares de prueba, donde el primero, el
convencimiento más allá de toda duda razonable hace relación al convencimiento sobre la
validez de la materia prima probatoria recibida a través de los conductos establecidos por
la ley procedimental, y el segundo, el que se conoce como conocimiento más allá de toda
duda, hace relación al uso de la lógica argumentativa, pudiéndose razonar sin apocamiento
o constricción, hasta darle cuerpo al juicio de valor que le otorga sustento a la certeza
discursiva.
Sostiene este mismo autor que el estándar de prueba denominado convencimiento más allá de
toda duda razonable, tiene una significación y una funcionalidad definida, siendo equivalente a
aludir a la serie de formalidades que sirven de carriles para acopiar las pruebas que habrán de
debatirse en el juicio, es decir, la serie de ritualidades que le confieren validez a las pruebas
recaudadas. Con respecto al otro estándar de prueba denominado conocimiento más allá de la
duda, manifiesta que este es el instrumento que utiliza el juez para abordar el análisis de las
pruebas sobre las cuales ha adquirido un convencimiento más allá de toda duda razonable.
Es necesario señalar que el sistema procesal penal colombiano introdujo un nuevo estándar de
convicción para condenar: “más allá de toda duda razonable”, el cual surge de la tradición
jurídica anglosajona, lo que implica que sea desconocido para nuestros operadores, pese a los
quince (15) años que lleva vigente nuestro sistema, consagrado en la Ley 906 de 2004, aunado a
la mezcla que tenemos con la tradición europea, lo que significa una doble vía para entender y
dar aplicación al derecho, inconveniente que incluso ha tenido las altas cortes al momento de
afianzar este concepto en sus decisiones, tal como lo podemos denotar en pronunciamientos
recientes, tanto en el año 2014 como en el año 2016, donde se sigue teniendo en cuenta el
concepto de CERTEZA para condenar o responsabilizar penalmente a un ciudadano y no el de
DUDA RAZONABLE, tal como la normatividad procesal lo enuncia y lo exige, de allí entonces
que si las altas cortes sigue teniendo en cuenta el concepto de CERTEZA, los demás jueces
continuaran emitiendo sentencias condenatorias basados en este concepto, el cual es propio de la
Ley 600 de 2000 y no de la Ley 906 de 2004. Veamos:
“Entonces, los atributos de las pruebas, según lo ha decantado la Sala son: conducencia, según el
cual, el medio de convicción ostenta aptitud legal para forjar certeza en el juzgador (negrillas
fuera del texto), lo que presupone que esté autorizado en el procedimiento; pertinencia, implica
que guarda relación con los hechos, objeto y fines de la investigación o el juzgamiento;
racionalidad, cuando es 40 realizable dentro de los parámetros de la razón y, utilidad, si reporta
algún beneficio, por oposición a lo superfluo o innecesario”9
9
Sentencia AP 1282-2014. Radicado 41741 del 17 de Marzo de 2014. Magistrado Ponente: Eyder Patiño Cabrera.
y tomar una decisión sobre otro, y que por las evidencias, sólo aparentes, cree actuar con
certeza de justicia hasta que aparece «una duda razonable». Una duda que no siempre tiene
la suerte de ser lo suficientemente atendida, pero cuando logra que los individuos
reflexionen, tal reflexión no sólo les llevará a replantear el problema mismo, sino que
además les llevará a un verdadero análisis retrospectivo y a cuestionarse sus propios valores
morales.
Los prejuicios, los intereses y las influencias del pensamiento preponderante de la sociedad
ejercen una gran presión sobre el individuo a la hora de juzgar y tomar una decisión sobre
otro, y que, por las evidencias, sólo aparentes, cree actuar con certeza de justicia hasta que
aparece «una duda razonable». Una duda que no siempre tiene la suerte de ser lo
suficientemente atendida, pero cuando logra que los individuos reflexionen, tal reflexión no
sólo les llevará a replantear el problema mismo, sino que además les llevará a un verdadero
análisis retrospectivo y a cuestionarse sus propios valores morales.
9. Son éticas las primeras opiniones que adveran los distintos jurados, están
ajustadas a Derecho, atendiendo que no son especialistas en la materia de
derecho penal?.
No son éticas estas primeras opiniones, por cuanto el procesado de 18 años que es
juzgado por el asesinato de su padre. Se somete a un jurado que debe emitir su veredicto
en un caso en que todas las evidencias parecen condenar al acusado.
Estos doce hombres, a los que el sistema presupone imparciales, comienzan a manifestar
su personalidad a medida que deliberan, a petición de uno de ellos, sobre los testimonios
que fueron presentados. La fuerza del diálogo y de la lógica va desmoronando la
consistencia de esos testimonios que, una vez que son unidos como un rompecabezas,
manifiestan su inconsistencia.