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TITULO
Trabajo monográfico
INDICE Página
0. Introducción
3.En el Perú
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9 El interés superior del niño, la niña y el adolescente
1. INTRODUCCION
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La igualdad entre mujeres y hombres y la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer forman parte de los derechos humanos
fundamentales y de los valores de las Naciones Unidas. A pesar de ello, a lo
largo de su vida, las mujeres de todo el mundo sufren regularmente
vulneraciones de sus derechos humanos y no siempre se considera
prioritario hacer efectivos los derechos de la mujer.
Por ejemplo, a raíz del período extraordinario sobre Darfur (Sudán) y de la Misión de Alto Nivel
sobre la Situación de los Derechos Humanos en Darfur se redactó un informe en el que se
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expresó preocupación de manera concreta por las violaciones y la violencia sexual y la falta de
acceso a la justicia en relación con esos delitos (A/HRC/4/80, párr. 39). En los informes
elaborados en el marco del período extraordinario de sesiones dedicado a la República
Democrática del Congo también se expresó especial preocupación por la violencia sexual y la
desigualdad de género (A/HRC/10/59, párrs. 35 a 42, y A/HRC/13/63, párrs. 26 a 34).
4. En el Perú
En el Perú los derechos humanos son una prioridad de todas las organizaciones del sistema
ONU. Cada una de ellas, desde sus respectivos ámbitos, trabajan para la protección de los
derechos de los grupos más vulnerables, principalmente, así como en la educación, promoción
y difusión de los mismos.
Una de estas organizaciones es el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
en el Perú, que tiene como uno de sus ejes de acción el fortalecimiento de la gobernabilidad
democrática. Para ello, realiza múltiples proyectos como el apoyo a: la educación ciudadana
para el fortalecimiento de la democracia; la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza;
la Defensoría del Pueblo; la modernización del Estado; el desarrollo de la Sociedad de la
Información; y la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación.
También ofrece colaboración técnica en los lineamientos y principios de política a través de los
órganos de dirección del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, entre otros. Por su parte, la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), primer organismo especializado de las Naciones
Unidas, cuenta con una sede en Lima desde donde trabaja para fomentar la justicia social y los
derechos humanos y laborales internacionalmente reconocidos. Sus actividades se desarrollan
en el marco del Programa de Trabajo Decente del Perú, que incorpora tres líneas prioritarias:
La violencia contra las mujeres ha sido preocupación central del feminismo tanto en el ámbito
académico como en la militancia política. Desde la década de los 70, empezaron a generarse
en México esfuerzos encaminados principalmente a denunciar la violación sexual como un
fenómeno de grandes dimensiones cuantitativas y cualitativas, así como a derribar numerosos
mitos que en gran medida siguen inculpando a las víctimas. En el Distrito Federal y en algunos
estados de la República se formaron grupos, colectivos y redes de lucha contra la violencia. Se
lograron importantes reformas legislativas1 y entraron en funcionamiento las agencias
especializadas en delitos sexuales.2 Aún queda mucho por hacer en este terreno, pero existen
avances importantes que no deben pasar inadvertidos.
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La distinción entre los diversos tipos de violencia tiene un propósito analítico más que
descriptivo; casi siempre van juntas: cuando hay violencia física hay violencia psicológica, y
otro tanto puede decirse de la violencia sexual.
El problema está en qué debe entenderse por recurrente y por cíclico, términos que además
se enuncian como características concurrentes y no como sinónimos. ¿Puede haber un acto
recurrente que no sea cíclico o viceversa?
El problema de las definiciones tan amplias, que pueden ser muy ilustrativas, es que al
trasladar el precepto a cada caso concreto, es decir, al aplicar la ley, la conducta debe ajustarse
de manera precisa a la definición. Como la ley excluye la prueba confesional, evaluar la
intención implica una dificultad adicional.
Al desglosar la definición en maltrato físico, psicoemocional y sexual, se insiste en que los actos
u omisiones respectivas deben ser “repetitivos”, “reiterados” y “encaminados al sometimiento
y control”. En el maltrato sexual, la ley que se comenta remite al Código Penal (delitos contra
la libertad y el normal desarrollo psicosexual) y agrega el “inducir a prácticas no deseadas y
practicar la celotipia para el control, manipulación y dominio de la pareja”.
Este último es un elemento innovador que alude a una combinación de maltrato sexual y
psicológico y que normalmente no se registra en los expedientes legales.
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Para los griegos era la base de la sociedad, la comunidad, la tradición, el hogar, y sin embargo
era presocial; era el reino de la costumbre y no la polis, el lugar de la deliberación, de lo
público, de lo comunitario, el cual era territorio de los hombres.
Pero este también es un proceso inacabado. Todavía hay muchas legislaciones, muchas
regulaciones, en las que esos derechos no son reconocidos. De manera que en esa segunda
generación de derechos, los sociales, también seguimos teniendo muchos aspectos pendientes
de resolver. Por último, está la tercera generación de derechos, que no tiene una fecha precisa
de surgimiento pero que se inicia fundamentalmente a partir de la explosión de diversos
movimientos sociales en contra de la discriminación: de la emergencia de las minorías étnicas,
del propio movimiento de la mujer en buena parte de los países, de la lucha por los derechos
de la gente de color, etcétera.
Esta tercera generación de derechos lo que ha hecho es tratar de corregir el déficit que tanto
la generación de derechos políticos y civiles como la de los sociales y económicos han dejado
en una gran cantidad de países donde aún no son una realidad, además de luchar por la
concreción de muchos otros, como el derecho a la diferencia y el derecho a la no
discriminación; en el caso de las mujeres en particular, se ha puesto especial énfasis en los
derechos sexuales y reproductivos, es decir, el derecho a la libre maternidad, a decidir sobre su
propio cuerpo y a defender su integridad física y mental.
Los derechos humanos responden a una necesidad y son una aspiración; son, de alguna
manera, un ideal por el que estamos luchando y al que aspiramos llegar como sociedad, un
vínculo ideal de relación entre las personas. Destacaremos aquí algunos aspectos importantes:
en primer lugar, referentes al marco global de los derechos humanos y, en segunda instancia,
relativos a los derechos de los niños y las niñas. Abordaremos algunos de los problemas que,
en general, tienen que ver con el ejercicio de los derechos humanos. La primera problemática
se refiere a la dicotomía existente entre el ámbito privado y el ámbito público.
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En muchas ocasiones los abusos que se dan en el ámbito privado no son considerados como
violaciones de los derechos humanos por la familia. Muchas veces la familia, que tendría que
ser el ámbito de protección de los derechos de las niñas y los niños por excelencia, puede
convertirse en un ámbito de riesgo. Con frecuencia no hay responsabilidad de los Estados con
respecto a los abusos que se dan en el ámbito privado, de por sí insuficientemente conocidos.
Otro aspecto muy importante de los derechos humanos es el de su universalidad.
Todos los procesos de derechos humanos conllevan un enorme esfuerzo por lograr consenso
mundial en torno a estas bases éticas. Un aspecto que frena la posibilidad de alcanzar este
consenso son las contradicciones existentes entre las tradiciones y creencias religiosas y el
espíritu de los derechos humanos.
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9. EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO, LA NIÑA Y EL ADOLESCENTE
9.1 El niño, la niña
Adolescente son personas dignas, sujetos de derechos. Por ello el artículo 1° de la Constitución
Política del Perú señala que “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son
el fin supremo de la sociedad y del Estado”. Asimismo, en su artículo 4º se señala que “la
comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, adolescente, madre y anciano en
situación de abandono”.
En 1924 esta orientación fue respaldada por la Asamblea General de la Sociedad de las
Naciones Unidas, con la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño. Posteriormente,
la Organización de las Naciones Unidas promulgó la Declaración de los Derechos del Niño el 20
de noviembre de 1959.
Luego, la Convención Sobre los Derechos del Niño, que la firman los países convocantes el 20
de noviembre de 1989 (nuestro país la ratificó el 4 de setiembre de 1990) propone cuatro
principios fundamentales: (i) la no discriminación; (ii) el interés superior del niño; (iii) el
derecho a la vida, supervivencia y el desarrollo; y (iv) el respeto por los puntos de vista del
niño.
La Convención Sobre los Derechos del Niño define los derechos políticos, sociales, culturales y
económicos de los niños, protegiéndolo de los abusos que puedan sufrir por parte de sus
padres, la sociedad o el Estado. Cabe señalar que la Convención define como niño/a todo ser
humano menor de 18 años. Los derechos reconocidos en esta Convención son un avance
importante en la defensa y protección de los derechos del niño, la niña y el adolescente ya que
los Estados firmantes se comprometen en promover normas y políticas para su protección.
Así como se considera a los niños, niñas y adolescentes sujetos dignos y con derechos, también
se les reconoce deberes que cumplir. El Código de los Niños y Adolescentes N° 27337,
establece en su artículo 24° que todo niño/a y adolescente debe: (1) respetar y obedecer a sus
padres o quien sea el responsable de su cuidado, salvo en casos de que esas órdenes vulneren
sus derechos o contravengan las normas; (2) estudiar satisfactoriamente; (3) cuidar, en sus
posibilidades, a familiares en enfermedad y ancianidad; (4) ayudar en las tareas del hogar, de
acuerdo con su edad; (5) respetar la propiedad pública y privada; (6) conservar y proteger el
medio ambiente; (7) cuidar su salud personal; (8) no consumir bebidas alcohólicas, cigarrillos ni
drogas; (9) respetar las ideas y derechos de los demás, así como las creencias religiosas
distintas a las suyas; y (10) respetar a la patria, sus símbolos y a sus héroes.
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10. LA SITUACIÓN DE LA INFANCIA EN EL PERÚ
Según el INEI, existen al menos 10´550,694 menores de 18 años, cifra que representa más de
un tercio de la población nacional. En el Perú hay, según datos del INEI, más de 1 millón 200
mil niños menores de 5 años que viven en situación de pobreza.
Mientras la pobreza global del país es 23,9%, la pobreza entre los niños menores de 5 años se
eleva a 35,5%2. La mortalidad neonatal, en el primer mes de vida, y la mortalidad infantil,
durante el primer año de vida, también se han incrementado, pasando de 9 por cada mil
nacidos vivos en el año 2012 a 12 por mil en 2013, y de 17 por mil nacidos vivos en 2012 a 19
muertes por cada mil nacidos vivos en el año 2013, respectivamente.
Más de medio millón de niños menores de cinco años sufren de desnutrición crónica y más de
un millón tienen anemia. La brecha entre las zonas urbana y rural es grande. En las zonas
rurales, uno de cada tres niños tiene desnutrición crónica, mientras en las zonas urbanas esta
afecta a uno de cada 10 niños.
Después de haber venido descendiendo, la anemia infantil se ha elevado durante los años
2012 y 2013. En el curso de los dos últimos años, la anemia entre los niños de 6 meses a 3 años
de edad se ha incrementado en 4,8%, siendo ahora, según datos de la ENDES 2013, de 46,4%,
es decir, casi la mitad de los niños de esta edad sufre de anemia. Entre los niños de 6 meses a 5
años, la anemia subió durante los 2 últimos años de 30% en 2011 a 34% en 2013,
acentuándose en niños que tienen como lengua materna al quechua (67%), aymara (63%) y
lenguas amazónicas (65%).