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UNIVERSIDAD ESTATAL PENÍNSULA DE SANTA

ELENA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y DE LA


SALUD
CARRERA DE ENFERMERÍA

ASIGNATURA:
ENFERMERÍA PEDIÁTRICA

ESTUDIANTE:
GINGER LISBETH FLORES FRANCO

TUTOR:
LIC. CÉSAR FIGUEROA PICO, Ph.D.

CURSO:
7/3
PERÍODO ACADÉMICO
2021 – 1
MANEJO DE PACIENTES PEDIÁTRICOS CON AFECCIONES
RESPIRATORIAS EN VÍAS AÉREAS ALTAS O SUPERIORES: RESFRIADO
COMÚN, OTITIS, LARINGITIS, FARINGOAMIGDALITIS
Los trastornos de las vías aéreas superiores representan una parte considerable de las
consultas pediátricas. Los niños con procesos de vías respiratorias superiores presentan
diversos síntomas y signos, entre los que destacan la rinorrea, el dolor de garganta, el
dolor de oídos y la apnea obstructiva del sueño, que pueden verse acompañados de
fiebre, anorexia, irritabilidad, vómitos, diarreas, dolor abdominal, etc.
RESFRIADO COMÚN
La frecuencia depende del grado y el número de las exposiciones; es mayor en los niños
pequeños que acuden a las guarderías, en los desnutridos, prematuros,
inmunodeficientes, en condiciones de hacinamiento y en los hijos de padres fumadores.
Los preescolares pueden sufrir de tres a ocho infecciones por año, aunque este número
aumenta en los menores de 2 años. Los agentes productores son los rinovirus, virus
parainfluenza y virus respiratorio sincitial. Algunas bacterias de vías altas (S.
pneumoniae, H. influenzae, S. aureus) pueden infectar secundariamente la mucosa
inflamada y complicar el cuadro inicial.
La transmisión de la enfermedad se produce por contacto directo a través de gotitas
Flügge o de partículas de aire inhalado durante la respiración, pero la principal vía es la
transmisión directa de las secreciones nasales a través de los dedos y las manos.
El período de contagio se inicia unas horas antes de los síntomas y se extiende durante
toda la enfermedad. Los virus invaden el tracto respiratorio superior, lo que da lugar a
una liberación de mediadores inflamatorios que provocan un aumento de la
permeabilidad vascular y del edema, causantes de la obstrucción nasal y de la rinorrea.
Manifestaciones clínicas. El lactante mayor de 3 meses puede tener fiebre elevada,
secreción nasal, estornudos e irritabilidad secundaria a la obstrucción nasal, lo que
puede dificultar la alimentación y el sueño e incluso llegar a dificultar la respiración del
lactante muy pequeño, dado que su respiración es fundamentalmente nasal. El niño
mayor puede presentar sensación de malestar general, dolores musculares
generalizados, anorexia, febrícula o fiebre moderada, cefalea, sequedad e irritación
nasal, estornudos, tos y rinorrea fluida; en la exploración, se aprecia un enrojecimiento
de la mucosa nasal y faríngea e incluso conjuntiva. La elevación de la temperatura suele
durar unos 2-3 días. Cuando la fiebre desaparece, aún se mantienen accesos de tos que
se agravan por la noche. La sintomatología general dura aproximadamente 7 días.
Terapéutica sintomática/Tratamiento
 La mayoría de los niños están inapetentes.
 Fiebre. Si es elevada, se manifiesta con dolor general o cefalea, para la que se
administra paracetamol o ibuprofeno.
 Obstrucción nasal. Es uno de los síntomas que más incomodan al niño, sobre
todo para comer y para dormir, por lo que se deben eliminar las secreciones. Se
instilan en ambos vestíbulos nasales unas gotas de solución salina estéril, 15 o
20 minutos antes de las comidas y antes de dormir. Para dormir, el lactante debe
tener la cabeza algo elevada, de modo que aumente el drenaje posterior nasal
durante el sueño. Para mejorar la obstrucción nasal, también se utilizan
descongestionantes orales, pero no en el lactante menor de 4-6 meses. Estos
fármacos estimulan los receptores a-adrenérgicos del músculo liso vascular, lo
que da lugar a una vasoconstricción, ¡disminuyendo así e! flujo sanguíneo de la
región congestionada. En el niño mayor, los descongestionantes orales utilizados
con mayor frecuencia son la efedrina, la fenilefrina y la fenilpropanolamina.
Pueden desencadenar efectos secundarios como nerviosismo, taquicardia,
mareos e hipertensión.
 Rinorrea. Si es intensa, pueden utilizarse antihistamínicos, que por su efecto
anticolinérgico producen sequedad de la mucosa nasal. No deben administrarse
al lactante, por debajo de los 6 meses. Los antihistamínicos de primera
generación (clorfeniramina, difenhidramina, clemastina, cipohestadina e
hidroxizina) provocan somnolencia y pueden disminuir la atención; los de
segunda generación (terfenadina, astemizol, loratadina y cetirizina) pueden dar
lugar a cefaleas y a trastornos gastrointestinales. La administración de bromuro
de ipratropio al 0,06% con vaporizador nasal disminuye de forma importante la
rinorrea.
 Tos. Sólo se debe tratar cuando sea importante, irritativa e interfiera el sueño o
la alimentación. En esos casos se prescribe un antitusígeno como
dextrometorfano (0,2 a 0,5 mg/kg cada 6-8 horas con un máximo de 1 mg/kg),
que tiene escasos efectos secundarios. Si el niño es mayor de 2 años y la tos no
ha mejorado con el fármaco anterior, se administra codeína (O,25-0,5mg/kg
cada 12 horas). Cuando se sospecha que la tos está provocada por una
hiperreactividad de las vías aéreas, se administran broncodilatadores, como el
salbutamol.
Cuidados de enfermería
 El lavado minucioso de las manos es una de las medidas más importantes para
evitar la diseminación de los virus respiratorios.
 Como los lactantes y los niños con catarro común o rinofaringitis generalmente
son asistidos en el hogar por los padres, la intervención más importante de
enfermería consiste en la educación de los padres para la resolución de los
problemas.
 La educación del profesional de enfermería a los padres incluye las medidas
siguientes: promover el reposo y el aislamiento de otros miembros de la familia,
proveer de líquidos y establecer una nutrición adecuada, aliviar las
manifestaciones clínicas locales, reducir la fiebre y observar la aparición de
complicaciones.
 Se deben limpiar las vías nasales para facilitar la respiración; en el caso del
lactante, aspiración nasal con aspirador, jeringuilla, pera o aparato de succión, y
siempre muy suavemente. A los niños mayores se les enseña a sonarse las
secreciones de ambas fosas nasales, manteniendo la boca abierta (primero de un
lado y luego del otro), a cubrirse la nariz y la boca cuando estornudan y tosan.
FARINGOADMIDALITIS
La faringoamigdalitis aguda es un problema muy común en la edad pediátrica, sobre
todo entre los 4 y los 7 años.
Etiología. La mayoría de las infecciones de la faringe y de las amígdalas están causadas
por virus (80-85%), los adenovirus, los virus de la influenza A y B, parainfluenza 1,2,3,
los enterovirus, virus del herpes simple, virus respiratorio sincitial, rinovirus y virus de
Epstein-Barr. Sólo en el 15-20% de los casos, la faringoamigdalitis aguda tiene un
origen bacteriano, y el estreptococo betahemolítico del grupo A es el germen más
frecuente.
Faringoamigdalitis viral
Los síntomas aparecen de forma gradual y suelen durar de uno a 5 días. Inicialmente, el
niño presenta fiebre que se acompaña de malestar general, mialgias, anorexia, rinitis, tos
y ronquera; a partir de las 24 horas, refiere dolor de garganta que adquiere distintos
grados de intensidad, en relación con el agente causal. Cuando la faringoamigdalitis está
causada por el virus influenza, es frecuente un aumento de los ganglios linfáticos
cervicales que pueden ser dolorosos. Los virus para influenza y el Virus sincitial
respiratorio tienen que ver con la afectación laríngea, bronquitis, bronquiolitis y a veces
neumonía en lactantes y párvulos.
Faringoamigdalitis estreptocócica
El niño, generalmente mayor de 2 años, presenta cefalea, dolor de garganta, dolor
abdominal, vómitos, fiebre elevada, que puede llegar hasta 40°C, y malestar general.
Generalmente, las amígdalas aumentan de tamaño con eritema y un exudado blanco
amarillento, que puede llegar a cubrirlas.
Evaluación diagnóstica. El diagnóstico se efectúa generalmente por la clínica y la
observación de la garganta. En caso de duda, se puede recurrir al cultivo de la faringe, o
a la determinación rápida del antígeno del estreptococo, para tratar con antibióticos sólo
las faringitis que realmente sea necesario.
Terapia sintomática. En las faringoamigdalitis se aconseja la ingestión de abundante
líquido para mejorar la hidratación de las mucosas, así como una dieta blanda, cuya
deglución es menos dolorosa. Ante la sospecha clínica de faringoamigdalitis vírica, se
alivia el dolor de garganta y la fiebre con la administración de paracetamol (10-15
mg/kg), ácido acetilsalicílico (10-15 mg/kg) o ibuprofeno (4-10 mg/kg), cada 6 u 8
horas, según la intensidad de la odinofagia y del malestar general.
Cuidados de enfermería
La atención de enfermería se debe centrar siempre en proporcionar el máximo bienestar
al niño. Durante la enfermedad aguda está indicado el reposo en cama. Es mejor
proporcionarle una dieta blanda o líquida, tolera mejor los líquidos frescos que los
calientes, pues le producen menos dolor al tragar. No es necesario estimular al niño a
comer, si acusa odinofagia. Disponer de vapor caliente ayuda a mantener húmedas las
mucosas, mientras el niño respire por la boca. Si es suficientemente mayor para
cooperar, las gárgaras con solución salina tibia pueden lograr un alivio sintomático de la
odinofagia. Se pueden facilitar analgésicos y antipiréticos, si son necesarios. Si se
prescriben antibióticos, se debe aconsejar a los padres acerca de su administración
correcta y de la necesidad de completar la terapia. Debe insistirse en la buena práctica
del lavado de manos, tanto de los niños como de los cuidadores, para evitar la
propagación de la enfermedad.
OTITIS
Otitis externa
Puede ser bacteriana o viral. La otitis de origen viral suele acompañarse de cuadros
víricos de vías altas, con dolor intenso (la otalgia es el síntoma principal), prurito,
sensación de plenitud en la oreja, fiebre no muy elevada. La otitis bacteriana es debida a
Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Streptococcus, y otros gérmenes; a
veces intervienen agentes micóticos, como Candida albicans.
Otitis media
La otitis media es la inflamación de la mucosa del oído medio con afectación de las
estructuras aireadas adyacentes (trompa de Eustaquio y celdillas mastoideas).
Etiología. Los patógenos implicados en la mayoría de los casos de OMA son S.
pneumoniae y H. influenzae. Los virus, implicados, son del tipo rinovirus, adenovirus,
VRS, influenza A y B, parainfluenza, enterovirus, citomegalovirus y herpes simple.
Evaluación diagnóstica. En más de la mitad de los casos, la OMA aparece en el curso de
una infección de vías aéreas superiores. En los lactantes, los síntomas más
característicos, aunque inespecíficos, son irritabilidad, llanto agudo, fiebre, vómito y
rechazo de la alimentación. En los preescolares y niños mayores, la OMA se manifiesta
con fiebre, otalgia e hipoacusia.
Terapia. Se recomienda iniciar la terapia antibiótica de forma empírica a todos los niños
con OMA confirmada, sobre todo a los menores de 2 años. La amoxicilina es el
antibiótico de primera elección, por su eficacia clínica.
Cuidados de enfermería.
Los cuidados de enfermería de los niños con OMA se describen a continuación:
 Aliviar el dolor con la analgesia adecuada; ofrecer alimentos blandos para que el
niño mastique menos y aplicar calor local o compresas tibias sobre el oído
afectado.
 Reducir la fiebre mediante la administración de antipiréticos y a través de
medios físicos adecuados, así como limitar la ropa excesiva.
 Facilitar el drenaje del oído haciendo que el niño se tumbe con el lado afectado
en posición declive.
 Es importante cuidar la piel circundante del oído, manteniendo el conducto
auditivo externo limpio y seco. Es mejor no usar bastoncillos de algodón.
 Se pueden administrar descongestivos por vía oral, pues así se alivia la
congestión nasal que acompaña a la otitis.
 Administrar los antibióticos con el alimento para evitar el dolor abdominal.
 Es muy importante facilitar información al niño y a la familia en los casos de
OMA. Procede explicar la dosis, las técnicas de administración y los posibles
efectos secundarios de los medicamentos, insistiendo en la importancia de
completar de modo regular todo el ciclo de antibióticos. Los padres deben
identificar los signos de pérdida de audición e insistir en la importancia de llevar
a cabo pruebas de audición, si fuera necesario.
LARINGITIS
Se trata de una inflamación de las vías respiratorias altas, no siempre limitada a la
mucosa de la faringe, sino acompañada de alteraciones inflamatorias, edema, espasmo y
acúmulo de secreciones en las partes adyacentes, superiores o inferiores, del aparato
respiratorio. Se manifiesta por tres síntomas fundamentales: las tos crupal o perruna, la
dificultad respiratoria y la disfonía. El predominio en edad pediátrica, sobre todo en
lactantes y párvulos es debido, en parte, a la estrechez de la vía respiratoria en esas
edades.
Laringitis aguda es causada generalmente por cuadros víricos. La principal causa es el
virus parainfluenza tipo I, pero otros virus que lo pueden causar son el parainfluenza 2 y
3, virus respiratorio sincitial, virus influenza A y B, el adenovirus y el sarampión. Más
raramente, puede ser causada por bacterias, generalmente por Mycoplasma pneumoniae,
Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes, Streptococcus pneumoniae y
Haemophilus influenzae.
Sintomatología
La tríada característica de la laringitis se compone de: disfonía, tos perruna y estridor
inspiratorio, con o sin disnea. En la laringitis aguda vírica, el inicio de los síntomas
suele ser gradual, comenzando con rinorrea, tos leve y febrícula. Progresa en 12 a 48
horas, apareciendo los síntomas típicos, disfonía, tos perruna y, si la obstrucción es
suficiente, estridor inspiratorio, con o sin fiebre. La tos es disfónica, seca, metálica, a
modo de ladrido. El estridor, sonido respiratorio rudo, suele ser inspiratorio, aunque, a
veces, es bifásico. Al inicio, solo aparece con la agitación o el llanto, pero al aumentar
la gravedad, es evidente también en reposo. La agitación, el llanto y el decúbito la
agravan. El curso clínico suele ser fluctuante, con remisión en 2-7 días, aunque la tos
puede persistir más tiempo.
Los sonidos respiratorios pueden estar disminuidos. Predomina una respiración
bradipneica, mientras que suele haber polipnea cuando hay afectación del tracto
respiratorio inferior (laringotraqueobronquitis)
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y no suelen precisarse pruebas
complementarias. Debe realizarse una rápida evaluación del estado general, signos
vitales, estabilidad de la vía aérea y estado mental, para identificar a los niños con
dificultad respiratoria severa e insuficiencia respiratoria inminente. El pilar fundamental
de la valoración de la laringitis es establecer el grado de dificultad respiratoria,
considerando los siguientes parámetros: estridor, retracción, entrada de aire, color y
nivel de consciencia. Todo esto se llevará a cabo mediante la escala de Westley.
TRATAMIENTO
En todos los casos es esencial garantizar la permeabilidad de la vía aérea del paciente,
su adecuada oxigenación y ventilación utilizando las medidas terapéuticas necesarias.
Como en toda dificultad respiratoria, se pautará oxigenoterapia, con gafas o mascarilla,
a 2-3 l/min.
Antes de iniciar cualquier tratamiento, es importante que el niño se encuentre tranquilo;
para ello le pondremos en una posición cómoda, implicando esto en la mayoría de los
casos la presencia de un familiar o acompañante. Con esta medida conseguiremos no
irritar al paciente y que la medicación sea más efectiva.
Los corticoides son los fármacos más útiles en el tratamiento de la laringitis, reducen el
edema, por acción antiinflamatoria, y la intensidad y duración de los síntomas, y no se
han descrito efectos secundarios de su uso a corto plazo, siendo eficaz una dosis única
de dexametasona oral en todos los casos, independientemente de su gravedad. Su efecto
se inicia tras 1-2 horas, y dura más de 12. La dosis de 0,15 mg/kg es igual de eficaz que
dosis superiores de 0,30 y 0,60 mg/kg (en este caso, con un máximo de 10 mg). Si
existe dificultad respiratoria y la saturación de O2 es inferior al 94%, debe administrarse
oxígeno humidificado.
La adrenalina nebulizada también ha demostrado su eficacia, especialmente en los casos
moderados y graves.
CASO CLÍNICO
Paciente de 6 meses de edad acude con madre al área de emergencia pediátrica por
presentar cuadro clínico de 12 horas de evolución caracterizado por llanto disfónico, tos
quintosa (estridor audible) más dificultad respiratoria de aplicación espontanea. Se
encuentra consciente, orientado, afebril, activo, reactivo, hidratado; que no refiere tener
antecedentes familiares, personales. Signos vitales T°: 36,5°C, FC: 160 X”, FR:50 X”,
TA: 80/50 y SpO2: 93%; Medidas Antropométricas: Peso 7,5 kg Talla: 61 cm. Esquema
de vacunas completa para la edad. No alergias conocidas. Al ingreso del paciente
presenta un cuadro clínico sintomático que se tenía como diagnostico presuntivo de
Laringitis aguda, que posteriormente es confirmado. Se indica tratamiento con:
Dexametasona 0.6 mg/Kg/dosis. c/8 horas
Budesonida nebulizada 0.5 mg, en 0.50 ml de Solución Salina al 0.9%. C/6 horas
Paracetamol 60 mg c/ 6 horas o PRN.
Universidad Estatal Península de Santa Elena

CARRERA DE ENFERMERIA
PLAN DE CUIDADOS DE ENFERMERIA
DIAGNOSTICOS ENFERMEROS (NANDA) INTERVENCIONES DE ENFERMERIA (NIC) RESULTADOS ESPERADOS (NOC) EVALUACION
DOMINIO 4 Actiidad/reposo CAMPO Fisiológico complejo DOMINIO Salud fisiológica VALORACION SUBSECUENTE
CLASE
4 Respuestas cardiovasculares/pulmonares
CLASE Control respiratorio CLASE Cardiopulmonar FECHA 27/05/2021
CODIGO 00032 CODIGO 3350 CODIGO 0415
Paciente estable que responde favorablemente
ETIQUETA Patrón respiratorio ineficazINTERVENCION Monitorización respiratoria RESULTADO Estado respiratorio al tratamiento por lo que se continua con la
DIAGNOSTICO ENFERMERO ACTIVIDADES FUNDAMENTO CIENTIFICO COD INDICADOR PUNTUACION colación en posición semiflower, control de
Permite observar alteraciones en Valo racio n Meta curva atérmica, mantiene una SPO2 96% y
Vigilar la frecuencia, ritmo,
relación a su función normal y eupnea (150 rpm), mejorando el estado
profundidad y esfuerzo de las
establecer medidas por si existe Saturación respiratorio
respiraciones.
Patrón respiratorio inefi caz r/c
alguna anormalidad. 041508 de oxígeno 2 5
hiperventilación, fatiga de los Monitorizar los niveles de Valo racio n Meta
músculos respiratorios m/p saturación de oxígeno. Los niveles de saturación óptimos
Sonidos
disnea, alteración de los Mantener una vía aérea garantizan que las células del
respiratorio
movimientos torácicos y uso de permeable cuerpo reciban la cantidad
041501 s 2 5
músculos accesorios para adecuada de oxígeno, el
respirar porcentaje adecuado y saludable Valo racio n Meta
Instaurar tratamientos de
de oxígeno en sangre es de entre
terapia respiratoria Uso de
el 95% y el 100%
(nebulizador) músculos
041510 accesorios 2 5
BIBLIOGRAFÍA
 American Psychological Association. NANDA Internacional Diagnósticos
Enfermeros. Definiciones y clasificación: 2015 - 2017. Barcelona: Elsevier
 Bulechek, G., Butcher, H., & McCloskey Dochterman, J. (2009). Clasificación
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 Moorhead, S., Johnson, M., Maas, M., Swanson, E. (2014). Clasificación de
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 Manual de farmacología básica y clínica. Pierre Mitchel Aristil Chéry 6a
edición. | McGraw-Hill, 2013 Español
 Aguilar Cordero, M. J. (2012). Tratado de Enfermería del niño y el adolescente.
Cuidados Pediátricos. 2da edición. Editorial Elsevier. Barcelona- España. ISBN:
9788480868624

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