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René Descartes (1596-1650).

Filósofo, matemático y físico de origen francés,


padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, fue uno de los
grandes nombres de la revolución científica , cuya obra rompió con la
escolástica que imperaba hasta entonces. Junto a Spinoza y Leibniz,
conforma el trío de los más grandes racionalistas de la historia.

Blaise Pascal (1623-1662). Matemático, físico, teólogo, filósofo y escritor


francés, no solo contribuyó teóricamente con las ciencias naturales y
la historia natural, sino prácticamente con todas las ciencias. Es uno
de los pioneros en la construcción de las calculadoras mecánicas.

Baruch Spinoza (1632-1677). Filósofo judío neerlandés, es considerado uno


de los grandes racionalistas del siglo XVII. Su obra fue acosada por el
catolicismo y olvidada hasta su redescubrimiento en el siglo XIX.
Filósofos posteriores como Hegel y Schelling lo proclaman como el
padre del pensamiento moderno.

Gottlieb Leibniz (1646-1716). De origen alemán, este matemático, teólogo,


jurista, bibliotecario, político y filósofo fue uno de los grandes
pensadores de su época, al que se le confiere el título de “último genio
universal”. Sus aportes en todas las áreas anteriormente mencionadas
son significativos, tanto que hasta sus detractores lo admiraban
profundamente.

La realidad para Descartes.

René Descartes . Se le ha considerado el padre de la filosofía moderna,


iniciador de la corriente denominada racionalismo y de la actitud
filosófica moderna llamada idealismo. Las obras cartesianas de mayor
relieve son: Discurso del Método , Meditaciones metafísicas , Reglas para
la dirección del Espíritu y Principios de Filosofía.

Comienza su andadura filosófica partiendo de la idea de que el


conocimiento que poseía hasta entonces, que le habían sido
transmitido, no le garantizaba certezas y que ni siquiera merecía la
pena tratar de reformarlo sino que era mejor derribarlo por completo y
edificarlo de nuevo.
Y esto es lo que se propone hacer: Llegar a la verdad estructurando un
sistema de proposiciones evidentes e indudables basándose únicamente
en la razón. Y puesto que la razón es única, la ciencia, la sabiduría
humana
también lo será, así lo simboliza mediante la imagen de un árbol cuyas
raíces son la metafísica, el tronco la física y las ramas serían las ciencias
prácticas (medicina, mecánica, ética.). Se pregunta por qué las ciencias, en
especial las matemáticas son tan útiles mientras que la filosofía parece
llevar siglos estancada, a su parecer, la respuesta está en que carece de
un buen método.

Lo primero que debe hacer es, pues, crear un método que le garantice
certezas, ha de ser un método sencillo, con pocas reglas y fáciles de
seguir, (se inspira en el método de la escuela de Padua, como Galileo, y
en las matemáticas, pero trata de hacerlo más sencillo y centrándose en
el funcionamiento de la razón), comienza investigando el funcionamiento
de la razón y encuentra dos mecanismo mentales, a saber:
La intuición: es una especie de “luz natural”, que ilumina nuestra
razón y permite captar sin error ideas simples.
La deducción: permite establecer relaciones entre ideas simples, es
todo aquello que se concluye necesariamente de verdades ya
conocidas con certeza.

A partir de aquí Descartes propone las siguientes reglas del método.

. Regla (Evidencia)

«No admitir jamás como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia
que lo era: es decir, evitar con todo cuidado la precipitación y la
prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se
presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese ocasión
alguna para ponerlo en duda»

. Análisis

«Dividir cada una de las dificultades que examinase en tantas partes


como fuera posible y como requiriese para resolverlas mejor»

Cualquier problema que tengamos que estudiar no es más que un


conjunto vertebrado de ideas complejas.

3. Síntesis
«El tercero, en conducir por orden mis pensamientos, comenzando por
los objetos más simples y más fáciles de conocer para ascender poco a
poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos,
suponiendo incluso un orden entre los que se preceden naturalmente
unos a otros”.

. Comprobación

«Y el último, en realizar en todo unos recuentos tan completos y


unas revisiones tan generales que pudiese estar seguro de no omitir
nada»

Se trata de comprobar y revisar que no haya habido error alguno en todo


el proceso analítico-sintético. La comprobación intenta abarcar de un solo
golpe y de manera intuitiva la globalidad del proceso que se está
estudiando. Se parte de la intuición y a ella se vuelve.

Una vez comprobado todo el proceso, podremos estar seguros de


su certeza. Certeza racional y evidente que le da solidez a sus
propios planteamientos.

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