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Los 

sustantivos son términos que se utilizan para nombrar a todos los seres animados e
inanimados, de diferente naturaleza. Por ejemplo: marioneta, aire, dioses, Varsovia.

Morfológicamente, poseen género y número, es decir que son palabras variables. Sintácticamente,


constituyen sintagmas nominales y cumplen diversas funciones: núcleo del sujeto, objeto directo,
predicativos, aposiciones.

Sustantivos propios. Designan de forma única y singular a personas, animales, lugares, eventos,
empresas o cosas. Deben escribirse con mayúscula. Por ejemplo: Roma, Mariela, Hamlet.

Sustantivos comunes. Designan objetos, lugares, personas, animales, o entidades abstractas, sin
distinguir a uno de otro. Generalmente, van acompañados por un artículo. Por ejemplo: barco,
caballo, niño.

Sustantivos abstractos. Refieren a ideas, experiencias, cualidades u objetos imaginarios creados


por el pensamiento, pero que resultan imperceptibles para los sentidos. Por ejemplo: suerte, vida,
amor, verdad.

Sustantivos concretos. Nombran objetos materiales, tangibles y perceptibles por los sentidos. Por
ejemplo: piedra, ananá, barro.

Sustantivos contables. Nombran objetos o sustancias tangibles que pueden contarse, dividirse o
multiplicarse y agruparse. Pueden usarse en plural y admiten cuantificadores (medio, mitad). Por
ejemplo: manzana, cuaderno, flor.

Sustantivos incontables. Designan entidades que no son divisibles. Aunque son fraccionables, no
pueden separarse en unidades o agruparse en conjuntos. Se utilizan generalmente en singular y no
admiten numerales cardinales (uno, dos, cien) como modificadores. Por ejemplo: aire, viento,
agua, arena, valentía, ferocidad. Hay plurales expresivos que frecuentemente son considerados
sustantivos incontables. Por ejemplo: las aguas, los cielos, los aires (no indican varias unidades).

Sustantivos colectivos. Refieren a colecciones o grupos. Por ejemplo: cardumen, alumnado,


rebaño, equipo.

Sustantivos individuales. Refieren a un único individuo, entidad u objeto. Cuando están en plural,
pueden designar a más de uno. Por ejemplo: jirafa, mesa, bigote. Algunos sustantivos individuales
son utilizados únicamente en plural. Por ejemplo: nupcias, esponsales, albricias, modales,
cosquillas.

Sustantivos femeninos y masculinos

Los sustantivos que se refieren a seres o personas admiten la doble forma masculina y femenina.
Esta se expresa con una variación en la terminación de la palabra. Por ejemplo: niño/niña,
loro/lora, abad/abadesa, poeta/poetisa, oso/osa.

En estos casos, la variación formal está relacionada con la idea de sexo: de los nombres de los
seres del sexo masculino se derivan los de sexo femenino. Pueden formarse de distinta manera:

Cambiando -o por -a. Por ejemplo: mono/mona, alumno/alumna, maestro/maestra.

Agregando una -a cuando el sustantivo termina en consonante. Por ejemplo: león/leona,


director/directora, doctor/doctora.

Mediante la terminación -esa. Por ejemplo: milanés/milanesa, conde/condesa,


marqués/marquesa.

Mediante la terminación -ina. Por ejemplo: rey/reina, gallo/gallina, héroe/heroína.

Mediante la terminación -isa. Por ejemplo: sacerdote/sacerdotisa, profeta/profetisa,


poeta/poetisa.

Cambiando la terminación -dor/-tor por -triz. Por ejemplo: emperador/emperatriz, actor/actriz.

En algunos casos, el femenino se crea considerando la etimología de la palabra. Por


ejemplo: José/Josefa (antiguamente Josef), Pablo/Paula (antiguamente Paulus).

Pero la gran mayoría de los sustantivos tiene una sola forma: o son femeninos o son masculinos.
Por ejemplo: el cielo, la noche, el libro, la hormiga.
masculinos. Por ejemplo: el cielo, la noche, el libro, la hormiga.

En estos casos, el género de los sustantivos no está vinculado con la idea de sexo, aun cuando
designen animales.

En general:

Son masculinos los sustantivos terminados en vocal, menos a. Por ejemplo: canto, bosque,
espíritu, jabalí.

Excepciones: mano, metrópoli, tribu, nao, etc.

Son femeninos los sustantivos graves terminados en vocal a. Por ejemplo: planta, risa, rosa, mesa,
casa.

Excepciones: idioma, atleta, planeta, sistema, tema, etc.

Es la concordancia con el adjetivo y el artículo la que determina con certeza el género del
sustantivo.

Además, son masculinos:

Los sustantivos que indican seres del sexo masculino o condiciones propias de esos seres. Por
ejemplo: Cervantes, Pinocho, padre.

Los nombres de océanos, mares y ríos. Por ejemplo: el Atlántico, el Mediterráneo, el Nilo.

Los nombres de vientos. Por ejemplo: el levante, el zonda, el siroco.

Los nombres de meses, días, números y notas musicales. Por ejemplo: un enero caluroso, el
jueves, el diez, el mi.

Muchos nombres de origen griego, aunque terminen con -a, como los que finalizan en -grama. Por
ejemplo: pentagrama, ideograma, monograma.
Y son femeninos:

Los nombres que significan seres del sexo femenino o condiciones propias de esos seres. Por
ejemplo: madre, nodriza, Elena, musa.

Los nombres de las letras del alfabeto. Por ejemplo: la a, la c, la f.

Los nombres de islas. Por ejemplo: Filipinas, Baleares, Canarias.

Los nombres de ciencias y artes (salvo dibujo, derecho, grabado). Por ejemplo: física, matemática,
pintura.

Las palabras que terminan en -sión, -ción, -xión, -cción. Por ejemplo: acción, emoción, visión,
reflexión.

Para tener en cuenta:

En algunos casos, los sustantivos admiten artículo femenino o masculino, pero la atracción
genérica modifica su significado. Por ejemplo:

(la) cólera = ira / (el) cólera = enfermedad.

(la) cura = curación / (el) cura = sacerdote.

(la) pendiente = cuesta / (el) pendiente = alhaja.

En otros casos se usa indistintamente el género femenino y el masculino. Por ejemplo: el/la tizne,
el/la mar, el/la apóstrofe, el/la tilde, el/la linde.

No hay una regla estricta para explicar a qué género pertenecen las palabras que finalizan en
consonante. Este se determinará a partir de la atracción genérica que ejerza en sus modificadores.

Sustantivos en singular y plural


En el español, hay dos números: singular (para designar una sola cosa) y plural (para designar más
de una cosa).

Por lo general, para formar el plural:

Si la palabra en singular termina en vocal no acentuada, se añade una -s final. Por ejemplo: mesas,
estantes, libros.

Si la palabra en singular termina en vocal acentuada o consonante, se añade -es. Por


ejemplo: ombúes, jabalíes, manjares. Sin embargo, algunas palabras con vocal acentuada se rigen
por la primera regla. Por ejemplo: papás, mamás, sofás, cafés, pagarés, tés.

Las palabras terminadas en -s o -x se mantienen invariables. Por ejemplo: (el/los) lunes, (la/las)


caries, (la/las) dosis.

Las palabras carácter, régimen y espécimen, cambian la colocación del acento. Por ejemplo: (los
caracteres, (los) regímenes y (los) especímenes.

En ciertos extranjerismos, el plural se forma de un modo especial. Por ejemplo: lord/lores,


frac/fraques, vivac/

palabras compuestas se rigen por las reglas antes mencionadas y añaden -s o -es al final, para
pluralizar. Por ejemplo: sacacorchos, abrelatas, paragolpes, agridulces.

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