GANANDO SIN PALABRAS (1Pedro 3:1) difícil de amar y poco amable, usted está mostrando amor
incondicional; porque Si ustedes aman solamente a quienes los
La Escritura enseña a las casadas, que aun cuando los
esposos sean desobedientes a la Palabra de Dios abierta o
secretamente, cualquier cosa, es mejor decírsela a Dios. Porque
nuestros esposos son nuestra autoridad, entonces nuestras palabras
no sólo son inútiles, sino que también son potencialmente peligrosas.
Por ese motivo, se nos aconseja que ganemos a nuestros esposos
sin una palabra y con una actitud de respeto, sin importar lo que ellos
estén haciendo.
¿Y qué hago acerca de mis preocupaciones? Pídale a nuestro
Padre Celestial y a YASHUA (quien está directamente por encima de
todos los hombres) que Él hable con su esposo acerca de lo que hay
en su corazón, ya que éste es el orden de autoridad. (1Cor. 11:3).
Mientras tanto, usted tenga la actitud apropiada: Obediente y
determinada a ganarlo sin palabras, humilde sometiéndose a su
autoridad.
La única forma posible de cambiar el corazón del hombre
hacia Dios, es por medio de la oración. Entienda que usted no es
responsable por lo que los demás hagan o no; "sino que cada uno
es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido". Santiago 1:14. Solo quítese de su camino. ¡Usted no es
su autoridad! ¡Ore a Dios! La única manera como puede ayudar a
sanar su casa, es por medio de sus oraciones. Por eso, confiésense
unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean
sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. Santiago
5:16.
Sea cuidadosa en cómo reacciona ante el mal cuando esto
ocurra. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal
con el bien. Romanos 12:21. ¡Otra vez los problemas ocurrirán!
pero ya saben que la prueba de su fe produce constancia.
Santiago 1:3. Tome cada situación como una oportunidad para
bendecir en oración a la otra persona. No devuelvan mal por mal ni
insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron
llamados, para heredar una bendición. 1 Pedro 3:9.
¡Concéntrese en amar lo difícil de amar! Cuando usted ama y
respeta (sobre todo a su esposo) a pesar de que esa persona sea
aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta
los recaudadores de impuestos? Mateo 5:46. Dele a Dios sus
heridas. Él le ayudará a amar.
Sea una embajadora del amor de Dios. Actúe como su hija;
eso atraerá a otros hacia el Señor. 2ª Cor. 5.18-20. No esté contando
los pecados de los demás, Recuerde que las misericordias de Dios
son nuevas cada mañana, y usted debe imitar a su Padre.
Su “campo misionero”. Nuestro primer “campo misionero” es
nuestro hogar, “¿y por qué debería yo ministrar a mi esposo o hijos?”
Muchas veces, queremos adelantarnos a Dios, saliendo a evangelizar
al mundo, antes de que estemos realmente listos. Pero como mujeres
jóvenes, debemos primero ministrar en casa, antes de que podamos
ser verdaderamente efectivos con otros, Conforme nuestros hijos
crecen, y maduramos, entonces nos volvemos “ancianas”, para
enseñar a las demás lo bueno. Tito 2:3.
Dios puede cambiar a los nuestros pero antes quiere que
aprendamos a tener contentamiento. Fil. 4:11-13. Si Usted quiere
tener éxito en sus luchas, debe pelear de la manera adecuada. Haga
lo que Dios dice ¡funcionará! No trate de defenderse usted misma. En
fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y
alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y
humildes. 1 Pedro 3:8 NVI
Esta es una batalla espiritual. Nuestro Padre Celestial llamará
a los ángeles para pelear a favor suyo en los “cielos” donde la “batalla
real” se está llevando a cabo. “Porque nuestra lucha no es contra
sangre y carne, sino contra… Ef. 6:12.
Cuando una persona está en pecado, es realmente sólo un
esclavo del diablo. Podemos pensar que el que peca es horrible, pero
también nosotros lo somos, si seguimos reaccionando en venganza.
Recuerde, que su lucha es contra el enemigo. ¡La venganza le
pertenece a YAHWEH! “Pues aunque andamos en la carne, no
luchamos según la carne; porque las armas de nuestra
contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas.” 2ªCor.10:3-4.
Sin Palabras, la lucha es espiritual ¿Entonces, qué debo hacer?
¿Acaso no es mejor tratar desde la raíz, en vez de tratar solo los
síntomas de sus problemas? ¡Comprométase sin importar las
consecuencias y deje los resultados a Dios! Clame al Dios de los
Ejércitos –Él es el Guerrero. Y prepárese para la Guerra
Poniéndose Su Armadura. (Ef. 6:10-13).

Siguiente estudio… Vistiendo la armadura de Dios