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Null 42
Null 42
Prólogo
Algo termina, algo comienza…
Reencuentro con el pasado
Las cosas importantes no las aprendiste en la escuela
¿Quién habla en tu interior?
La vida juega al ajedrez contigo ¿qué pieza vas a mover ahora?
Tomando las riendas de tu propia existencia
La importancia del agradecimiento
Asimila de forma consciente cuanto te sucede
¿Infelicidad o felicidad? tú eliges
Aborda los problemas como desafíos a tu destreza
La renovación: una constante en la vida
Tu realidad actual es consecuencia de algo anterior
Vive intensamente el momento presente
Convierte al subconsciente en tu aliado
Cuando las circunstancias se alinean a tu favor…
Constrúyete a ti mismo: crea una obra de arte única
Detente un instante: observa, siente, escucha…
¿Está presente la “energía” en cada cosa que realizas?
Tus expectativas ante el futuro
Vivir: un viaje apasionante único y maravilloso
Haz lo de siempre… de forma diferente
Los talentos: dones que atesoras en tu interior
Los símbolos: viajeros del tiempo, guías del camino
Conquista el libre albedrío… y ejércelo
Las respuestas que necesitas están en tu interior
Consigue tus objetivos
Divide tus metas en pasos
Cuando la vida se pone cuesta arriba
¿Por dónde continúa el camino?
La forma y su disolución: la llamada “muerte”
La pérdida: una puerta hacia algo nuevo
Luz en la oscuridad
El sueño reparador
“Si lo hubiese sabido antes...”: un engaño de tu mente
Las grandes verdades (prácticas) de la filosofía
Confía en la sabia corriente que te lleva
¿No te gusta tu realidad? en tu mano está el cambiarla
Las aparentes paradas: todo fluye, nada se detiene
Danzando con la vida
La desilusión: aterrizaje abrupto en la realidad
La aceptación: el comienzo de la sanación
Cuando nada parece funcionar
Creando tu futuro: la visualización
Todo esta conectado, nada es casual
Cuatro experiencias con tu aliada: el agua
Conecta con una realidad mayor a través de la respiración
No te disperses: sincroniza momento presente y vivencia
Recuerda: tu tiempo es limitado ¡llénalo de vida!
Últimas palabras
Nota del autor
PRÓLOGO
―¿E ntonces no es
aprendemos?
sólo a través del dolor como
―Y todas estas cosas de las que habla ¿las hace uno suyas
en el momento en que se da cuenta de ellas?
―No, no es tan fácil. El primer paso sin duda es reparar en
ellas. Después hay que entender y ejecutar correctamente la
secuencia de movimientos que deben seguirse para que
puedan ser integradas, algo que refleja perfectamente la Ley
del Campo.
››El concepto “gratis” es un invento del hombre, no existe en
la Naturaleza. Cualquier avance que consigas supondrá pagar
un precio por él. Tu progresión será a base de sudor y
lágrimas, puesto que tendrás que vencer las poderosas inercias
que te mantienen cautivo y te limitan, pero a cambio del
esfuerzo obtendrás Poder, no para manipular a los demás, sino
poder sobre ti mismo, algo que te permitirá abrir todas las
puertas sin tener que violentar nada ni a nadie.
―¿Qué es la Ley del Campo?
―Aplicar a nuestra vida, como si fuese un campo de cultivo,
las labores que un agricultor realiza en sus tierras para
obtener una buena cosecha.
››Al observar con atención el entorno natural podemos
encontrar claves que nos facilitan, por extrapolación, una
explicación clara de muchos de los procesos por los que
pasamos como seres humanos y que no pocas veces nos
desconciertan. Al fin y al cabo, como te decía, somos
Naturaleza, y en ella podemos vernos reflejados como en un
espejo.
››El que un árbol llegue a dar el fruto esperado por el
agricultor, es la culminación de un proceso laborioso, de la
previsión, y de la confianza. Antes de recoger, hubo que
preparar la tierra, abonar, sembrar, limpiar de malas hierbas,
podar, regar, etc. De la misma manera, las metas que nos
proponemos conseguir y que aspiramos a que algún día se
conviertan en realidad, serán la consecuencia de recorrer paso
a paso, con constancia, con determinación, el camino que nos
separa de ellas. Si tenemos mucha energía, podemos dar un
salto y plantarnos directamente allí, pero lo normal es que al
igual que un largo viaje nos lo planteamos en varias etapas
haciendo paradas para comer o dormir en alguna ciudad
intermedia, la consecución del objetivo llega después de una
planificación, de un ponerse manos a la obra, y del paso de una
determinada cantidad de tiempo.
―Encuentro lógico lo que dice.
―Una cosecha no madurará antes por sentarnos frente a ella
observándola impacientes. Asimismo precipitar una acción, o
realizarla cuando ya es tarde, puede tener serias
consecuencias, por ejemplo, desandar de golpe todo lo que con
mucho trabajo pudimos haber avanzado con anterioridad.
―¿Podría ponerme algún caso?
―Si nos disponemos a cruzar una calle abarrotada de tráfico,
tenemos que esperar el momento (que siempre acaba
llegando), en el que la distancia entre los vehículos que
circulan nos permita hacerlo sin peligro; atravesar la carretera
en el momento indebido, tentando a la suerte, puede costarnos
un buen susto, incluso la vida.
››Otro ejemplo sería lo que ocurre con el proceso de
maduración de la fruta. Una ciruela todavía verde no tiene
ningún valor; si uno, impaciente por comerla del árbol acude a
hacerlo antes de tiempo, no sólo no se desprenderá con
facilidad de la rama arriesgándonos a romperla al tirar del
fruto (observa que hasta el árbol, resistiéndose, dice de esta
manera que no es el momento), sino que estará ácida en lugar
de dulce, convirtiéndose en una experiencia desagradable y
posiblemente indigesta.
››La recogida del resultado de tu acción, debería ser algo tan
natural como llegar en el momento justo de recolección debajo
del árbol, y abriendo tu mano lentamente, que cayese en ese
instante la fruta sobre la palma antes de llevarla a tu boca. Las
cosas caen de maduras, y el comprender la secuencia previa
que rige su materialización, te evitará muchas contrariedades
generadas por impaciencias y falsas expectativas.
―Es cierto, muchas veces nos puede la impaciencia
―comenté.
―Eso ocurre en gran medida porque los medios de
comunicación nos bombardean a todas horas con mensajes en
los que nos dicen que podemos disponer “ahora” de tal o cual
bien, al instante, dándonos todo tipo de facilidades para
adquirirlo, pero con contrapartidas en el pago que tal vez no
seamos capaces de afrontar o que pueden hipotecar gran parte
de nuestra vida.
››Si no podemos hacernos con el objeto o el bien deseado,
esta situación produce en nosotros un estado de insatisfacción.
Tener las cosas de “ya para ya” no es lo natural, y las
actuaciones que se alejan de los ritmos naturales pueden
convertirse en atajos que a la postre aporten dolor. Aunque
siempre existe la excepción, debe haber una correlación en los
pasos, de la misma manera que una novela se lee siguiendo la
secuencia numérica de sus páginas, y no plantándose
directamente en el final.
››Es posible no tener aquello que deseamos (o creemos
desear), pero si de verdad lo queremos o lo necesitamos, no
deberemos poner el énfasis en nuestro sufrimiento por no
poder obtenerlo, o en que la vida nos niega algo que los demás
sí poseen, sino que, conscientes ahora de que para muchas
cosas y situaciones (prácticamente todas) rige la Ley del
Campo, nos pondremos manos a la obra para alcanzar aquello
que queremos conseguir, descubriendo que existe placer no
sólo en la consecución, sino también en cada uno de los
movimientos que nos encaminan hacia ese logro.
―Se me ocurren infinidad de situaciones en las que podría
ser aplicada esa ley: en el aprendizaje de un instrumento, en la
educación de un hijo, en la materialización de un proyecto...
―intervine.
―Esta ley es tan solo uno de los principios que existen y que
subyacen tras los acontecimientos ―retomó la palabra D.
Andrés―. No es necesario experimentar de forma directa sus
infinitas manifestaciones, lo importante es tenerla identificada
para aplicarla cuando sea necesario en algo que llevemos entre
manos. También nos ayudará a comprender por qué a veces no
conseguimos lo que nos proponemos, algo que suele tener que
ver con no dar los pasos en el orden correcto o no poner en
cada uno de ellos la energía y constancia necesarias. Si
logramos entender en profundidad este principio, nos será de
gran utilidad en muchas ocasiones a lo largo de nuestra vida.
››Igual que la sabia Naturaleza premia con el orgasmo el
impulso de reproducirse, el placer por el logro de un pequeño
o gran avance hacia una meta que nos hemos propuesto es
como un anticipo de la recompensa que nos espera cuando
lleguemos a conseguir aquello que tenemos la determinación
de conquistar. Pero ojo, debemos saber que esa meta, cuando
sea alcanzada, se convertirá en el hito superado de un camino
que continúa y que presentará nuevos desafíos. Para quien ha
Despertado, esa senda deja de ser algo amenazante, algo
incierto o inseguro, para convertirse en un reto estimulante
que deseará afrontar para poner a prueba sus habilidades.
Cuando se enfrente a los desafíos que lleguen, recordará que
logró superar situaciones similares en el pasado, lo que le dará
seguridad. La memoria de sucesos anteriores le hará tener
presente que, a pesar de las dificultades, siempre, siempre,
hay un premio que aguarda como recompensa por la
resolución del “enigma”.
››Quiero insistirte Ismael en que es importante que como
fruto de nuestra observación, localicemos y vayamos
ampliando las que identifiquemos como constantes que se
repiten en nuestra vida. Hemos de aprender a reconocerlas,
pues nunca se presentan de la misma manera, aunque, como te
comenté, el guión sea el mismo.
››Si hay algo con lo que tropezamos con frecuencia y no
logramos solucionar, no podemos permitirnos el lujo de
continuar nuestro camino sin pararnos a pensar y analizar qué
es lo que no acaba de ir bien. “¿En qué me estoy
equivocando?” Esa es la pregunta.
››Lo que no funciona debe intentar ser arreglado, dejado
temporalmente hasta reunir las energías necesarias para
afrontarlo, esperar a que se den circunstancias más favorables
para atacarlo, o abandonarlo de forma definitiva.
››El modo de resolver algo una vez sabemos cómo hacerlo
gracias a experiencias que hemos vivido con anterioridad (o a
la intuición) se aplica en lo que dura un chasquido de dedos.
Pero ese movimiento, tan comprimido en el tiempo, se
consiguió a base de sintetizar aciertos y fracasos en una
definitiva fórmula de actuación que hoy aplicamos sin dudar.
Quiero decir con esto que debemos conformarnos con los
pequeños avances que nos es posible dar a los distintos
asuntos cada día; si hay una progresión, por pequeña que sea,
vamos por el buen camino, es suficiente (por hoy). No hay que
caer en la impaciencia y sí convivir con el ritmo natural de las
cosas en cada momento, vivir “golpe a golpe, verso a verso”,
como lo hace un racimo en la cepa que está llamado a
convertirse tras noches estrelladas, rocíos, soles, y profundos
sueños en la oscuridad de la bodega, en un magnífico vino.
―Al hablar de ese “identificar” lo que ha sucedido en el
pasado para tenerlo en cuenta en el momento presente,
supongo que no se referirá sólo a las cuestiones negativas. El
darse cuenta de ello, tanto de lo que nos funciona como de lo
que no, ¿tiene que ver con ese “Despertar” al que se refiere?
―Así es. Todas y cada una de las personas en algún momento
de su evolución alcanzarán algún día este punto, un hito que
no es una meta, sino la señalización de un nuevo comienzo
desde un lugar interno más elevado a partir del cual el mundo
se expande sin límite en progresión geométrica.
››La mayoría de los individuos están, por decirlo de alguna
manera, en un estado de somnolencia, no están despiertos del
todo. No son conscientes de lo que realizan en cada momento.
La repetición automática de sus rutinas al caminar, al conducir,
al comer, incluso al hablar, les hace dar la apariencia ante ellos
y ante los demás de que su estado es de vigilia, pero dentro de
sus cabezas están recordando o imaginando, soñando en
definitiva, ajenos a lo que realmente están haciendo.
››Una buena unidad de medida para saber en qué curso
estamos, en esta carrera en la que todos estamos matriculados
de “El Despertar”, es que, como te dije antes, nos vayamos
alejando de la manida frase: “el hombre siempre tropieza en la
misma piedra”. Hay quien repite una y otra vez patrones de
conducta que invariablemente le acarrean consecuencias
negativas, siendo incapaz de encontrar una correspondencia
entre la situación no deseada que sufre y su propia actuación.
Esto le lleva a recorrer de nuevo el mismo camino, un camino
que invariablemente acabará otra vez en el sufrimiento. Estas
personas están atrapadas en un círculo vicioso del que no
logran salir.
››Despertar viene a ser algo así como escuchar una voz desde
el interior que en un momento dado dice: “¿Qué está pasando
aquí? ¿Qué hay que hacer para escapar de esto?”
››Surgen preguntas, ¡importante!, algo se ha puesto en
marcha dentro. A partir de este punto, de una manera natural,
por mero instinto de supervivencia, nuestra percepción sobre
lo que acontece aumenta de grado, aunque en esta primera
fase sin la participación activa de nuestra voluntad. Cuando la
voluntad entre en escena, nuestro avance se acelerará
enormemente; será como si enganchásemos nuestros vagones
a una potente máquina de tren que nos llevará a otras tierras
más fértiles y con infinitas posibilidades que conquistaremos
por méritos propios.
VIVE INTENSAMENTE EL MOMENTO
PRESENTE
Vive el dolor
es el camino
a tu sonrisa dará valor
Tú, juventud
vamos recuerda
días de fiesta, estrellas y color
Súbete al tren
no te entretengas
la misma vida te abrirá la puerta
Que sí mi amor
vale la pena
así es la vida, como tú la sueñas
Sigue la luz
no tendrás pérdida
todo será así como lo creas
Nada, nada se quedó en su sitio
nada quieto quedó
tantas cosas fueron llegando
que tu caminó se perdió
Yo estoy aquí
llama a mi puerta
lo que yo sea será para ti
―D Andrés, ¿cree usted que las cosas están tan mal como
se escucha últimamente? ―dije cambiando de tema―.
Lo pregunto porque ya no es sólo que lo repitan con insistencia
en los medios de comunicación. Como sabe, yo mismo me
encuentro sin trabajo desde hace muchos meses, y otro tanto
les pasa a varias personas de mi círculo más próximo. Pero no
es sólo la economía, hay en el ánimo de la gente una sensación
como de desasosiego, incluso cierto temor. Nada parece
funcionar correctamente. Es como si el mundo estuviese patas
arriba.
―Las cosas nunca están mal Ismael, están como deben estar.
Siempre son la consecuencia de lo que ha sucedido con
anterioridad, y esto es aplicable tanto a la situación personal,
como a la económica, ecológica, política...
››Efectivamente, y más en estos tiempos de crisis, es
frecuente escuchar esa frase de “las cosas están mal”
expresada en tono de queja, como si fuese algo ajeno a
nosotros lo que nos agrede amenazando nuestra tranquilidad o
nuestro medio de vida.
››Siempre sucede lo que tiene que suceder y siempre hay
algo que lo origina: los ríos discurren por los valles porque
antes llovió en las montañas; un niño viene al mundo porque
un óvulo fue fecundado; nieva en lugar de llover cuando la
temperatura es igual o inferior a cero grados; etc. etc.
››De la misma manera, el que una ciudad no esté limpia, por
poner un caso, es la consecuencia de infinidad de movimientos
faltos de conciencia que apuntan en la misma dirección: el
cenicero del coche que vacía un conductor por la ventanilla, la
botella plástica de agua que se abandona en un parque
después de beberla, el papel del pastel que una vez comido se
arroja en la acera... Sin embargo las mismas personas que
realizan estos actos son los que emiten juicios del estilo “¡qué
sucia está esta ciudad!”, sin, increíblemente, encontrar una
correlación entre su forma de actuar y el estado de limpieza
del suelo que pisan. A veces su pobre razonamiento disculpa su
propia actuación creyendo, convencidos, que es el
Ayuntamiento el que está obligado a recoger cuanto hay tirado,
por supuesto también la basura que ellos arrojan al suelo, “que
para eso pago mis impuestos” ―dicen cargados de razón.
››Por sorprendente que parezca hay mentes, muchas, que
funcionan bajo estos parámetros, y no sólo en este campo; y así
les van las cosas a ellos y al mundo.
―Estoy de acuerdo en que hay personas con una sensibilidad
nula hacia la Naturaleza ―observé―. También yo he visto a
individuos estrellar botellas de cristal contra las rocas de una
playa, arrojar neumáticos al lecho de un río, o plantar fuego a
un bosque sin tener la más mínima sensación de estar
haciendo algo incorrecto.
―Es lógico que haya gente a nuestro alrededor que no tenga
ni siquiera conciencia de estar haciendo mal alguno mientras
deja un rastro de caos y entropía por donde pasa ―contestó D.
Andrés―. Ten en cuenta que los actos son siempre un reflejo
del estado interno del individuo.
››Quien ya sepa que la mejor huella que puede dejar de su
paso por la Naturaleza es precisamente la invisibilidad de su
paso, aplicará esa forma de proceder en su relación con ella al
margen de que otros no lo hagan. Su ámbito de actuación
estará en él mismo y en su radio de acción; es cuanto puede y
debe hacer. Obrando de esta manera, con su ejemplo, antes o
después, en mayor o menor medida acabará transmitiendo a
los de su entorno esta visión, visión con toda probabilidad ya
compartida con las personas más afines con las que se
relaciona, pues “lo similar atrae lo similar”.
››Piensa que en el gran “tejido humano” que formamos entre
todos, cada individuo no es más que una hebra de determinado
color y tonalidad, pero que tiene la posibilidad de tintar a las
que tiene a su alrededor (ojo: y viceversa, para bien y para
mal; ten en cuenta que la estupidez también es contagiosa).
Cuando nosotros cambiamos, nuestro entorno también
comienza a cambiar.
››La atracción entre las personas, las razones por las que
unas adquieren en nuestra vida más relevancia que otras, es,
entre otras cosas, porque existen visiones parecidas sobre lo
que nos rodea. Una de ellas, en este caso que estamos
hablando de la Naturaleza, sería el convencimiento de que el
medio ambiente debe ser cuidado para que las generaciones
siguientes lo reciban en las mejores condiciones posibles.
―A propósito de lo que está diciendo ―interrumpí― en cierta
ocasión mantuve una breve pero interesante charla con un
paisano en Chamonix, un precioso pueblo al pié de los Alpes
Franceses.
››Allí, durante una placentera caminata por el valle en la que
coincidimos sumergidos en la magnífica floresta, le expresé mi
sana envidia por el exquisito cuidado que en su país
dispensaban a la Naturaleza y al bosque en especial. Le hablé
por contraste de como en Galicia se habían sustituido las
inmensas frondas de robles y castaños que durante siglos
formaron parte del paisaje por un eucaliptal sin fin. Le
mencioné las razones por las que esto había ocurrido: la
voracidad de las contaminantes celulosas y su insaciable
apetito de materia prima, la connivencia de los corruptos
gobiernos de turno con esta tropelía, y el ansia de ganar cuatro
euros por parte de los ignorantes propietarios de las fincas
talando cada pocos años unos árboles raquíticos a base de
empobrecer sus terrenos y secar los acuíferos subterráneos y
las fuentes en las que antaño bebieron sus padres y abuelos.
››¿Sabe lo que me contestó el paisano?
―Cuéntame.
―Girando sobre sí, describiendo un círculo completo con el
brazo en alto señalándome orgulloso los gruesos troncos de los
árboles que nos rodeaban, me dijo que la diferencia que
encontraba entre lo que ocurría en Galicia y lo que hacían ellos
en Francia era que ellos, al igual que antes lo habían hecho sus
padres, cuando plantaban árboles lo hacían pensando en sus
hijos y en sus nietos.
―Me parece muy interesante la historia que acabas de
contar Ismael. Como ves, una vez más, lo que se tiene dentro,
se refleja en el exterior.
››Sin embargo todo está en evolución, y a pesar de cómo
están hoy las cosas aquí en ese terreno ―francamente mal,
estoy de acuerdo contigo―, una tendencia depredadora y
destructiva puede evolucionar con el tiempo hacia el cuidado y
la conservación, como ya ha ocurrido en otros lugares. Esto es
posible, no sólo en lo relativo a la Naturaleza, sino en otras
muchas áreas.
››Lo que sucede en cualquier campo en el que estén
implicadas personas, tiene relación directa que ver con la
media del nivel de conciencia de los individuos que componen
el grupo. Lo bien cierto es que esa media siempre resulta ser
descorazonadoramente baja. Tenemos tendencia a confundir lo
normal con lo mejor, y nada más lejos de la realidad. Lo normal
sólo es la norma, y como ya te dije el primer día que nos vimos,
la media, de forma necesaria siempre será mediocre, y lo que
piensa el vulgo, vulgar.
››Es triste, pero a muchos les tranquiliza pertenecer a la
manada, formar parte de esa “mayoría” que aporta una
sensación ficticia de calor y seguridad a cambio de anular su
individualidad.
››Todo es susceptible de mejora Ismael, tanto en el ámbito
personal como en los temas globales. El punto de partida para
cualquier cambio es darse cuenta de que las cosas no
funcionan bien o que podrían hacerse mejor. La constatación
de este hecho puede ser vivido en un principio como una mala
noticia, pero una mente que trabaja en positivo siempre
encontrará el camino para revertir aquello que la contraría.
››La actuación individual tiene más fuerza de lo que pudiera
parecer a primera vista. La forma de lograr que las cosas
mejoren en términos generales es sumando individuos a la
causa, buscando el punto crítico que permita crear un nuevo
equilibrio que se corresponda con un nivel de conciencia más
elevado. Si “las cosas están mal”, en cualquier asunto, en
mayor o menor medida siempre podremos hacer algo para que
mejoren, ¡por supuesto que sí! Aún en cuestiones que escapen
a nuestro control, siempre tendremos la posibilidad de
modificar, al menos, la forma en que las vivamos, para que
lejos de afectarnos (como tal vez haya ocurrido hasta ahora)
las pongamos en su justo lugar extrayendo al mismo tiempo
algún tipo de enseñanza. Eso sí es algo que podemos decidir
nosotros.
››En todo caso, para ponerse en marcha hacia la solución de
algo siempre hay que dar un primer paso. Como dijo
Aurobindo: “Sólo se trata de dar un paso cada vez”, de subir
ese primer peldaño, aunque no logremos ver la escalera
completa.
››Lo de la contaminación sólo es un ejemplo. Podrían citarse
mil cosas más que están mal o que son susceptibles de mejora
en el individuo y en la sociedad, una sociedad que no es otra
cosa que la suma de las distintas individualidades que la
componen.
››A nivel de esas individualidades, en estos momentos de
crisis muchos se limitan a lamentarse: “No tengo trabajo...”
“Todo está fatal...” “Hay mucho paro...” Quien así se expresa
ha decidido ponerse a sí mismo la etiqueta de víctima, de
“maltratado injustamente por la vida”. ¿Quién ha dicho que las
cosas sean fáciles, ni siquiera para los que hoy tienen
ocupación? Posiblemente la forma en la que hoy muchos se
ganan la vida no sea la que soñaron. Hay casos de ingenieros
licenciados hace años que no han logrado acceder a su primer
empleo, que se ganan la vida regentando un estanco montado
por sus padres (la vida tiene estas aparentes incongruencias).
Habrá mujeres que acaben con los pies destrozados después
de una larga jornada como dependientas en unos grandes
almacenes, o viajantes que lleguen tarde a su hogar cansados y
desanimados después de una jornada improductiva. Haga uno
lo que haga para ganarse la vida, lo quiera o no, lo sepa o no,
ese es su lugar, el que le ha asignado la vida en esa etapa de su
existencia para su evolución (al menos de momento). Es en ese
sitio donde encontrará, en la mayoría de las ocasiones, los
resortes o puntos de apoyo a partir de los cuales podrá
impulsarse para mejorar su situación. Por supuesto esto no
llega poniéndole una vela a un santo, sino teniendo la
determinación de que las cosas cambien a base de atención,
voluntad y visualización.
››Al irrumpir en este mundo ―continuó D. Andrés― se nos ha
asignado una parcela. Como te comenté cuando hablamos de la
Ley del Campo, nuestra obligación es cultivarla de la mejor
manera que sepamos procurando obtener de ella el máximo
rendimiento posible.
―Recuerdo a la perfección sus palabras D. Andrés: “para
recoger los mejores frutos hay que seguir los pasos correctos:
preparar la tierra, sembrar, regar, esperar, confiar... Actuando
de esta manera, el resultado de nuestro esfuerzo acabará
llegando”. ¿No es así?
―Veo que lo tienes claro. Hay muchos ejemplos en la historia
y también a nuestro alrededor de personas que partiendo de la
nada han conseguido crear auténticos imperios. Sin tener por
qué ser tan ambiciosos, mejorar nuestra vida es una
posibilidad real que depende en gran medida de nosotros
mismos. Hay que desearlo con fuerza, eso en primer lugar, y a
continuación, asumir la parte que nos corresponde en ese
esfuerzo que nos permitirá hacer que se materialice aquello
que hemos visualizado. Si por desconocimiento, falta de
experiencia o pereza no hacemos lo correcto, el producto de
nuestra recolección necesariamente será pobre o inexistente.
››Cuando las cosas vayan mal, en lugar de continuar dando
tumbos debemos pararnos y reflexionar con la determinación
de averiguar qué es lo que no estamos haciendo de forma
correcta. Lo más fácil (y lo más frecuente) es echar la culpar a
las circunstancias o a los demás para disculparnos a nosotros
mismos asumiendo el cómodo y estéril papel de víctimas.
Alimentar este tipo de actitud sólo demora en el tiempo lo que
más tarde o más temprano deberá ser abordado. Lo fácil,
rápido y gratis no existe; todo es fruto del trabajo, y trabajar es
construir, crear, hacer que surja algo donde antes nada había
decidiendo utilizar el abundante “material” que tenemos
alrededor, un material que muchas veces nos pasa
desapercibido por falta de atención.
››Claro que este proceso de construcción, como te digo,
requiere un esfuerzo, y no todo el mundo está dispuesto a
llevarlo a cabo. Precisamente es la pereza lo que paraliza
muchos desarrollos personales dejando en el mundo de las
conjeturas proyectos que jamás llegarán a tomar forma por
falta de voluntad. Esto es así porque la energía necesaria para
lograr que se conviertan en realidad ni siquiera ha hecho acto
de presencia, o porque ese “primer impulso” para escapar de
algo (que se quiere dejar atrás pero que al mismo tiempo es
cómodo) se desinfla en los primeros pasos cada vez que se
intenta de una forma tibia, una tibieza que sólo conduce al
fracaso.
―O sea, que cualquier cosa a la que aspiremos siempre será
a cambio de pagar un precio por ella.
―Tal vez te desilusione la respuesta, pero así es. Las cosas
hay que ganárselas, y para ello hay que ser consciente de que
en la vida no hay premios ni castigos, sólo consecuencias.
››La Naturaleza es justa, no favorece ni perjudica a nadie en
especial. Lo que sucede es que la mayoría se ve zarandeada en
el mundo de los efectos, sin reparar siquiera en que esos
efectos se han originado por determinadas causas. Estas
personas seguirán recibiendo golpes hasta que tomen
conciencia de este mecanismo. Sin embargo el que ha
“Despertado” ya no se conforma con lo que llega sin más: se
dedica a moverse en el plano de las causas para conseguir que
éstas obren los efectos deseados.
D. Andrés, al ver mi expresión de perplejidad al mirarle con
los ojos enfocados en algún punto más allá de él tratando de
encajar en mi interior toda aquella avalancha de información
que llegaba por oleadas para trastocar mi mundo, como si
asistiese a lo que estaba ocurriendo en mi cabeza me trajo de
nuevo al presente con sus palabras.
―No le des tantas vueltas... Todo es más sencillo de lo que
parece, lo que pasa es que tenemos la mala costumbre de
complicarlo todo.
―Es cierto ―contesté―, el pensamiento no es que ayude
mucho, lo cierto es que en ocasiones lo enreda todo aún más.
¡Esta cabeza mía...! Me estoy dando cuenta de la cantidad de
rutinas que tengo que cambiar, entre ellas, la manía que tiene
mi mente de ponerse siempre en el peor de los casos: “¿Y si
ocurre esto...? ¿Y si ocurre lo de más allá...? ¿Y si...?” ¡Es
agotador!
―¡Cómo no vas a acabar agotado! No sabes cuanta energía
se desperdicia pensando de esa manera.
››¡La vida es maravillosa! ¡Claro que tiene momentos en los
que no parece que sea así!, pero el contraste es necesario. Los
momentos de duda y amargura son el telón oscuro de fondo
que permite que podamos apreciar, destacados sobre él, el
color y la belleza.
››Ese miedo que a veces te embarga está producido por una
falta de presencia y un exceso de futuro. Cuando te enfrentes a
algo piensa que no existen problemas, sino tan solo situaciones
que deben ser atravesadas. Ese tránsito ha de hacerse
perdiendo la menor cantidad de energía posible. Viéndolos de
esta manera te darás cuenta de que los “problemas”, como
tales, no existen, existe en todo caso la “preocupación”, y el
99% de las cosas que te preocupan..., sorpréndete, ¡jamás
pasarán!
››La preocupación es un desvitalizador juego mental que
debes erradicar de tu vida cuanto antes. Sustituye la
pre/ocupación por la “ocupación” plena en aquello que lleves
entre manos a cada momento. No olvides que no sólo son las
circunstancias, también estas tú y lo que puedas decir o hacer
ante lo que acontece. Un 10% de nuestra vida son las cosas
que ocurren “ahí afuera” sobre las que no tenemos ningún
control; el 90% restante está directamente relacionado con
cómo reaccionamos ante ellas, y cada persona, como ser único
que es, reaccionará de manera diferente. Sé consciente del
gran margen que tienes para transformar los acontecimientos,
para crear, para hacer que mágicamente tome forma “algo”
que sólo puede irrumpir en el mundo a través de ti.
››Siempre vas a tener temas que resolver. Como dijo el sabio:
“La vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a
bailar bajo la lluvia”. No permitas que el temor a equivocarte
te paralice; todos los que han llegado lejos han pagado un alto
precio en errores. Gandhi dijo que el fracaso es la experiencia
que precede al triunfo, así que “usa” la vida, permítete
experimentar con ella como si fuese un laboratorio: acierta y
equivócate, acierta y equivócate... y saca tus conclusiones para
estar cada vez más cerca de la actuación correcta, de la
fórmula definitiva e infalible de actuación.
―Sin embargo a veces nos empeñamos al máximo en sacar
algo adelante y no hay manera... ―afirmé.
―Si has hecho lo que has podido entregándote a fondo,
cumpliste. A partir de ese punto relájate y confía; deja el
asunto en manos de… el “destino” si quieres llamarlo así.
››No podemos tener el control sobre todo lo que ocurre. Con
frecuencia las cosas dependen de otros factores que están
fuera de nuestro alcance. Las hay que en cierto punto hay que
dejarlas para que tomen su propio rumbo, y a partir de ahí,
como si adquiriesen vida propia, en no pocas ocasiones
evolucionan ante nuestros ojos de forma sorprendente. Es
como si “algo” se hiciese cargo de ellas. Al vivir situaciones
desconcertantes de este estilo es posible que no entendamos
qué pasa en el momento, pero una vez superadas, cuando
miramos hacia atrás, ya serenos, nos damos cuenta de que
cuanto ocurrió “encaja” a la perfección.
››Cuando te sientas agobiado relativiza lo que ocurre
recordándote que cualquier obstáculo siempre es temporal.
Descansa en la idea de que ese desafío surge en tu camino
para que ejercites cualidades adormecidas que posees, que
una vez conquistadas, te acompañarán ya para siempre; esa es
la razón por la que la vida te pone en situaciones que no
dominas.
››No tengas miedo a los problemas, son la excusa para que
puedas expresar tu creatividad, y en esas circunstancias, para
los que tienen el valor de tomar decisiones arriesgándose a
equivocarse, la vida abre puertas en los aparentes callejones
sin salida. Confía en que todo cuanto sucede, en última
instancia, siempre opera a tu favor.
Mientras escuchaba al profesor hablar, viendo la utilidad que
podía tener lo que decía en mi vida, me esforcé en
concentrarme en sus palabras para grabarlas a fuego en mí.
―El sufrimiento ―prosiguió― es algo que todo el mundo
experimenta. El fin que persigue esa sensación que
clasificamos en nuestra mente como desagradable, es que
evolucionemos. Es la forma que tiene la Naturaleza de
decirnos que algo está fallando en nuestra vida. Cuando nos
vemos cara a cara con el sufrimiento, lo más habitual es que
recurramos a un apaño provisional para salir del paso en lugar
de buscar, encontrar, y cortar su raíz para que no vuelva
reproducirse. Sin embargo lo normal es angustiarse por cómo
pueda evolucionar lo que nos aflige, o revivir una y otra vez
“aquella” circunstancia nefasta perteneciente al pasado,
maltratando nuestra psique y nuestro cuerpo y cosechando las
lógicas consecuencias de esta forma de actuar: envejecimiento
prematuro, estrés, depresión, cáncer, infarto, infelicidad...
››Aunque en una primera lectura pudiera parecer que es la
situación la que causa el sufrimiento, no es así. Recuerda lo
que hablamos sobre la aceptación. El dolor que se experimenta
tiene su origen en la oposición, en la negación, en la
resistencia “a lo que es”.
››Lo primero que hay que hacer en lugar de despotricar
contra el destino, es aceptar lo que hay, por terrible que pueda
parecer. Es a partir de esta actitud cuando el cambio se pone
en marcha. Una vez aceptamos aquello que nos aflige,
alcanzado este punto, sólo hay que dar un primer paso para
intentar mejorar la situación, sólo uno, por pequeño que sea.
Sólo uno hoy, y otro mañana, y otro pasado..., conviviendo
serenamente con la evolución progresiva de las cosas hasta
que el equilibrio vuelva a restablecerse.
CREANDO TU FUTURO:
LA VISUALIZACIÓN
―P
motivo.
or lo que deduzco después de todo lo que me ha
explicado, las casualidades no existen, todo tiene un
Estimado lector/a:
Gracias por el tiempo que has dedicado a leer este libro. Deseo
que hayas disfrutado de él y que hayas podido encontrar,
navegando entre sus páginas, alguna idea o reflexión que
pueda venirte bien en estos momentos de tu vida.
Porque tu opinión es importante para mí, y porque me
ayudarías a llegar a más personas a las que pueda serles de
utilidad esta lectura, quisiera pedirte un favor: que entres de
nuevo en www.amazon.es, y en la ficha del libro, en la pestaña
“opiniones clientes” dejes una breve reseña sobre la impresión
que te ha causado, y si fuese el caso, si lo consideras
merecedor de tu recomendación a otros posibles lectores.
Vaya por delante mi agradecimiento.
Javier Gil Lloréns
www.javiergilllorens.com