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ADMISION DE LOS HECHOS

Ahora bien, siguiendo el criterio establecido por esta Sala en sentencia n°


565/2005, del 22 de abril, cabe destacar que el procedimiento especial por
admisión de los hechos constituye una de las formas de auto composición
procesal, a través de la cual el legislador patrio creó una manera especial de
conclusión anticipada del proceso penal, a través de la cual se le impondrá una
condena al imputado con prescindencia del juicio oral y público, aun cuando
dicha institución procesal no se encuentre incluida dentro del Capítulo III, Titulo
I del Libro Primero del Código Orgánico Procesal Penal, lo cual no obsta a que
pueda ser considerada como una fórmula alternativa a la prosecución del
proceso.

Respecto a la institución de la admisión de los hechos, la Sala de Casación


Penal de este máximo Tribunal, en sentencia n° 0075/2001, del 8 de febrero,
señaló lo siguiente:

“…la ‘admisión de los hechos’, es un procedimiento especial que procede


cuando el imputado consiente en ello, reconoce su participación en el hecho
que se le atribuye, lo cual conlleva a la imposición inmediata de la pena con
una rebaja desde un tercio de la mitad, atendidas todas las circunstancias y
considerando el bien jurídico afectado y el daño social causado. La admisión de
los hechos supone una renuncia voluntaria al derecho a un juicio, principio
garantizado no sólo por el Código Orgánico Procesal Penal sino por
instrumentos internacionales ratificados por la República; y al mismo tiempo, tal
admisión evita al Estado el desarrollo de un proceso judicial que siempre
resultará costoso”.

A mayor abundamiento, debe señalarse que la admisión de los hechos,


cuyos orígenes se remontan al plea guilty -figura propia del Derecho
anglosajón-, constituye un reconocimiento que realiza el imputado de su
culpabilidad en los hechos que se le atribuyen, cuya consecuencia es la
imposición de una pena con prescindencia del juicio oral y público. Pero es el
caso, que dicha institución trae aparejado como beneficio para el sujeto una
rebaja en la pena correspondiente al delito que le ha sido atribuido, toda vez
que para que esta renuncia del imputado al juicio tenga algún sentido, resulta
necesario que el mismo obtenga algo a su favor (ver Sentencias 4.278/2005,
del 12 de diciembre y 227/2006, del 17 de febrero). (TSJ-SC, Sentencia Nº
1114 de fecha 25-05-2006)

LA ADMISION:

Consiste en el reconocimiento que hace el imputado de los hechos que se le


imputan a fin de que le sea aplicada la pena correspondiente de forma
inmediata y rebajada desde un tercio a la mitad por su reconocimiento.

Naturaleza Jurídica:

La Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N°


2000-1504, de fecha 26/02/03, hizo referencia a la naturaleza jurídica de esta
figura introducida en el nuevo sistema procesal penal venezolano y sobre este
aspecto señala lo siguiente: “ ... La admisión de los hechos si se aplica
correctamente puede ser un instituto muy eficaz para poner fin a un gran
número de procesos, en los cuales por reconocer el acusado los hechos que se
le imputan, resultaría inútil u ocioso, además de oneroso para el estado,
continuar con un proceso penal que puede definirse allí mismo; pero si por el
contrario su utilización o aplicación se hace en forma errada, alterando su fin o
naturaleza bien sea por el Juez, el Ministerio Público o cualquier otra de las
partes, más bien va a surgir como un instrumento para desviar la justicia y
hasta para crear un estado de impunidad, que constituye el principal reclamo a
la justicia penal en los actuales momentos.

En este sentido, en cuanto a la naturaleza jurídica de la admisión de los


hechos, la misma no puede entenderse como un atenuante e incluirla en el
elenco de los atenuantes genéricos que traen como consecuencia, al momento
de aplicar la pena, la utilización de las reglas contempladas en el artículo 37 del
Código Penal.

Su naturaleza no puede ubicarse en el campo del derecho penal sustantivo y


mucho menos confundirse con el régimen de las atenuantes; ya que éste
instituto procesal apartándose del delito y de la personalidad del imputado se
inserta en el mérito procesal del mismo, es decir, se concentra en el
cumplimiento de los requisitos o formalidades establecidos en la Ley Procesal.

Es descartable también, buscar su naturaleza en el campo civilista de los


negocios jurídicos al tratar de encuadrarlo en ciertas categorías de actos donde
la voluntad y los vicios de la misma pudieran recibir un tratamiento parecido al
reservado en materia civil a los negocios jurídicos. Todo lo cual es descartable,
no tan sólo desde un punto de vista de la construcción dogmática, sino también
de las consecuencias prácticas. En éste instituto, por lo demás, la solicitud y el
consentimiento del imputado asume la característica de una verdadera
declaración de voluntad tendente a conseguir determinados efectos procésales
y sustanciales que redundan a su favor, a la vez que permiten al Estado, sin
renunciar a los propósitos y fines del proceso. Es allí donde se encuentra su
verdadera naturaleza jurídica. ...”

Del análisis de estas palabras, podemos decir, que la admisión de los hechos
es un acto unilateral, porque solo al imputado se le otorga esta facultad de
reconocer o no su responsabilidad en los hechos objeto de una acusación, tal
como se observa en lo establecido por la ley adjetiva en su articulo 376,
cuando señala que “el Juez instruirá al imputado sobre el procedimiento por
admisión de los hechos, le concederá la palabra y éste podrá admitir los
hechos objeto de la acusación”. Como se ve, el legislador otorga al imputado la
posibilidad de decidir si lo acepta o no. Por otra parte, tal como lo expresa el
magistrado de la Sala de Casación Penal, esa declaración de voluntad tiende
obtener una sentencia más favorable.

Igualmente, se puede decir que la admisión de los hechos representa una


solución al fondo de la causa, y constituye a su vez una alternativa para evitar
procesos largos e inútiles.

Oportunidad Procesal:

La admisión de los hechos, se produce en la fase intermedia del proceso penal


ordinario, específicamente en la audiencia preliminar, una vez que haya sido
admitida la acusación.
En los casos donde se deba aplicar el procedimiento abreviado la oportunidad
para admitir los hechos es una vez presentada la acusación y antes del debate.

Procedimiento:

Efectos:

En este caso, el efecto que produce la admisión de los hechos, es la aplicación


de la pena de forma inmediata, con su respectiva rebaja y por ende la extinción
de la acción penal. Sin embardo la ley señala otros aspectos y sus efectos,
estos son; Cuando en los delitos de que se trate haya existido violencia contra
las personas, o en los delitos contra el patrimonio público o los previstos en la
Ley Orgánica sobre sustancias estupefacientes o psicotrópicas, cuya pena
exceda de los ochos años en su limite máximo, solo se rebajará la pena hasta
un tercio, incluso no se podrá imponer una pena inferior l imite mínimo de la
pena correspondiente al delito.

En los casos en donde la sentencia se realizara con base al incumplimiento a


un acuerdo reparatorio o por el incumplimiento de las condiciones impuestas en
razón de la suspensión condicional del proceso no se realizará la audiencia
prevista en este procedimiento.

En efecto, la figura de la admisión de los hechos, comprende dos aspectos, por


una parte la obtención del beneficio de la reducción de la penalidad que
pudiera aplicarse en virtud de la aceptación de la acusación admitida en la
audiencia preliminar y por otra parte, la materialización del principio de
celeridad procesal, verificado en la imposición inmediata de la pena, además
de la reducción de costos del proceso al Estado, por ello la aceptación de los
hechos descritos en la acusación, luego de su admisión parcial o total por parte
del Juez de Control o de Juicio y antes del debate debe efectuarse de modo
simple y claro, sin condición alguna que desvirtúe la aplicación del referido
procedimiento especial, y de allí la necesidad de que el Juez de Control,
instruya sobre estos aspectos al imputado, a los fines de evitar confusiones

ADMISIÓN DE LOS HECHOS Y CALIFICACIÓN JURÍDICA


Sala Constitucional N° 1066 / 10-8-15 (VINCULANTE)

“… esta Sala Constitucional, en tanto máximo garante del principio fundamental


que consagra el debido proceso, considera necesario efectuar las siguientes
consideraciones:

El Código Orgánico Procesal Penal, en su artículo 375, establece lo siguiente:

“El procedimiento por admisión de los hechos tendrá lugar desde la audiencia
preliminar una vez admitida la acusación, hasta antes de la recepción de
pruebas.

El Juez o Jueza deberá informar al acusado o acusada respecto al


procedimiento por admisión de los hechos, concediéndole la palabra. El
acusado o acusada podrá solicitar la aplicación del presente procedimiento,
para lo cual admitirá los hechos objeto del proceso en su totalidad y solicitará al
tribunal la imposición inmediata de la pena respectiva.

En estos casos; el Juez o Jueza podrá rebajar la pena aplicable al delito desde
un tercio a la mitad de la pena que haya debido imponerse, pudiendo cambiar
la calificación jurídica del delito, atendidas todas las circunstancias, tomando en
consideración el bien jurídico afectado y el daño social causado y motivando
adecuadamente la pena impuesta.

Si se trata de delitos en los cuales haya habido violencia contra las personas
cuya pena exceda de ocho años en su límite máximo, y en los casos de delitos
de: homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad,
integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro,
delito de corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio público y la
administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de
capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con
multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los
derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves contra la independencia y
seguridad de la nación y crímenes de guerra, el Juez o Jueza sólo podrá
rebajar hasta un tercio de la pena aplicable”.

En el mismo sentido, la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una


Vida Libre de Violencia, en su artículo 107, taxativamente dispone lo siguiente:

“Presentada la acusación ante el Tribunal de Violencia Contra la Mujer en


Funciones de Control, Audiencia y Medidas, este fijará la audiencia para oír a
las partes, dentro de los diez días hábiles siguientes. Antes del vencimiento de
dicho plazo, las partes procederán a ofrecer las pruebas que serán evacuadas
en la audiencia de juicio oral y oponer las excepciones que estimen
procedentes. El tribunal se pronunciará en la audiencia.

En este acto el imputado podrá admitir los hechos, pero la pena a imponerse
sólo podrá rebajarse en un tercio.

Finalizada la audiencia, el juez o la jueza, expondrá fundadamente su decisión


respecto a los planteamientos de las partes. En caso de admitir la acusación,
dictará el auto de apertura a juicio y remitirá las actuaciones al tribunal de juicio
que corresponda.

El auto de apertura a juicio será inapelable”.


Finalmente, el artículo 583 de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes, establece lo siguiente:

“Admitida la acusación o antes del inicio del debate en la fase de juicio, el juez
o la jueza de control o de Juicio según sea el caso, instruirá al o la adolecente
respecto del procedimiento especial de admisión de los hechos. Admitidos los
hechos el imputado o la imputada podrá solicitar al tribunal la imposición
inmediata de la sanción.

En estos casos, el juez o la jueza de control o de juicio deberá decretar la


rebaja de la sanción que corresponda para el caso, de un tercio a la mitad,
independientemente de la sanción que corresponda a imponer.

En caso de reincidencia o concurso real de delitos de los previstos en el


artículo 628, solo se rebajará hasta un tercio de la sanción”.

Las disposiciones normativas transcritas supra, prevén como procedimiento


especial la admisión de los hechos, concebido este como una de las formas de
autocomposición procesal (que no debe entenderse como un acto de
conciliación), mediante el cual el acusado o acusada obtiene una rebaja de
pena, como resultado de su reconocimiento en forma anticipada de su
participación en el hecho o hechos imputados en la acusación.

La oportunidad procesal en la cual se verifica dicha admisión de los hechos es


en la audiencia preliminar o antes del inicio del debate en la fase del juicio oral,
según sea el caso, debiendo informar el Juez o Jueza al acusado o acusada
respecto a la posibilidad que tiene de admitir los hechos. El acusado o
acusada, concedida la palabra solicitará la aplicación de este procedimiento
especial, a cuyo efecto admitirá los hechos objeto del proceso en su totalidad y
solicitará al tribunal la imposición de la pena respectiva.

En tal caso, el Juez o Jueza podrá rebajar la pena aplicable al delito según el
instrumento procesal aplicado, pudiendo cambiar la calificación jurídica del
delito, atendidas todas las circunstancias, tomando en consideración el bien
jurídico afectado y el daño social causado y motivando adecuadamente la pena
impuesta, esto es, declarará la culpabilidad por el delito imputado e impondrá la
pena con la rebaja correspondiente una vez atendidas todas las circunstancias
(aplicación del término medio, atenuantes y agravantes).

Visto que la institución de la admisión de los hechos comporta un beneficio


para el procesado o la procesada y que su aplicación supone el fin del proceso
con fundamento en el principio de justicia penal negociada, donde se acepta el
reconocimiento en la participación delictiva bajo el ofrecimiento de la rebaja de
la pena; esta Sala, a fin de garantizar la admisión de los hechos de manera
libre y voluntaria, efectúa las siguientes consideraciones con carácter
vinculante:

El comentado procedimiento especial por admisión de los hechos puede


materializarse tanto en la fase intermedia, (audiencia preliminar en el
procedimiento ordinario), como en la fase de juicio (antes del debate, y una vez
presentada la acusación, en el procedimiento ordinario y abreviado).

Cabe destacar de igual modo que, en la admisión de los hechos, es


imprescindible el buen desempeño del rol del Juez o Jueza, quienes deben
instruir suficientemente al imputado acerca de dicho procedimiento especial,
señalando de manera clara y precisa en qué consiste admitir un hecho
atribuido en la acusación, así como señalar el contenido y alcance de las
disposiciones penales sustantivas en las cuales el Juez o Jueza ha circunscrito
en un tipo penal el hecho o hechos objeto de la acusación.

Asimismo, en la admisión de los hechos es preciso que el Juez o Jueza


explique detalladamente que el hecho que dio lugar a la acusación constituye
una conducta contraria a derecho (antijurídica), la cual se corresponde con
unos de los delitos previstos en el ordenamiento jurídico penal venezolano
(tipicidad) y que ese delito contiene como sanción, una pena.

Una vez que el Juez o Jueza haya efectuado la explicación correspondiente,


debe preguntarle al acusado o acusada si comprendió el contenido de dicha
explicación y, en caso afirmativo, si desea hacer uso del procedimiento
especial por admisión de los hechos, con la convicción de que el procesado
entendió la consecuencia jurídica de su reconocimiento voluntario acerca de su
participación en el hecho o hechos objeto de la acusación.

Llegada esta oportunidad, el Juez o Jueza de la causa, con base en la


calificación jurídica efectuada al momento de admitir la acusación, deberá
imponer la pena con la dosimetría penal y la rebaja correspondiente dentro los
límites establecidos en el instrumento adjetivo aplicable.

Así entonces, a pesar de que el artículo 375 del Código Orgánico Procesal
Penal literalmente dispone que después de admitidos los hechos el Juez o
Jueza puede “cambiar la calificación jurídica del delito”, una interpretación
sistemática de la institución de cara a los derechos constitucionales a la
defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, permite concluir que,
cuando la acusación fiscal o la acusación particular propia, en su caso, sean
admitidas, el Juzgador o Juzgadora queda vinculado a la calificación jurídica
establecida en la admisión de la acusación, en el sentido de que no puede
modificarla mediante una adecuación típica distinta a la ya admitida en la
acusación fiscal o particular propia; lo contrario implicaría la vulneración de los
derechos fundamentales del imputado o imputada, toda vez que se le estaría
condenando por una calificación jurídica distinta al hecho reconocido y
previamente calificado por el Juez o Jueza en la admisión de la acusación, es
decir, comportaría una suerte de “engaño” en su contra.

Además, la Sala observa que también le está vedado al Juez o Jueza de


Control realizar un cambio en la calificación jurídica después de admitido los
hechos aun en el caso de que sea más beneficioso para el imputado o
imputada, por cuanto esa modificación sorprendería la buena fe del imputado o
imputada que admitió los hechos, lesionando además los derechos de la
víctima y del Ministerio Público.

De modo que, en el procedimiento especial por admisión de los hechos no es


posible, bajo ninguna circunstancia, la determinación de una calificación
jurídica distinta a la señalada en la admisión de la acusación fiscal o particular
propia, por cuanto ello implicaría la violación de los derechos fundamentales de
todas las partes involucradas en el proceso penal, a pesar de que el imputado
o imputada cuando admite los hechos, no admite igualmente la calificación
jurídica que se desprende de los mismos, en razón de que esa subsunción le
corresponde realizarla a los administradores de justicia.

Al respecto, la Sala de Casación Penal de este Tribunal Supremo de Justicia,


en la sentencia N° 469, del 3 de agosto de 2007, al analizar la institución de la
admisión de los hechos, dispuso lo siguiente:

“El procedimiento por admisión de los hechos es una de las formas de auto
composición procesal que a pesar de no estar incluido dentro de las
alternativas a la prosecución del proceso contempladas en el Capítulo III, Título
I del Libro Primero del Código Orgánico Procesal Penal, a saber, el principio de
oportunidad, la suspensión condicional del proceso y los acuerdos reparatorios,
cumple la misma función: Pone fin a la proceso.

El referido procedimiento está contemplado en el Título III del Libro Tercero,


artículo 376 del Código Orgánico Procesal Penal, previsto por el legislador para
que de una manera especial tenga lugar la terminación anticipada del proceso,
con prescindencia del juicio oral y público y con la condena del acusado.

Este procedimiento especial, es una institución novedosa que carece de


antecedentes o instituciones similares en el Derecho Procesal Penal
Venezolano, por lo que la doctrina lo ubica en el plea guilty americano
(declaración de culpabilidad) y en la conformidad española. La naturaleza
jurídica -en nuestro proceso- estaría dada por la conformidad de la parte
acusadora del proceso con el juicio de homologación del Juez natural
competente para dictar sentencia, a quien le toca revisar sobre el cumplimiento
de los requisitos legales para dictar el fallo, después que el imputado consienta
en que se aplique este procedimiento y admita los hechos, caso en el cual se
prescinde del juicio oral y público, correspondiendo al tribunal dictar
inmediatamente la sentencia, conforme a derecho.

Corolario de lo antes expuesto, es impretermitible señalar que el momento en


el cual el acusado puede o no admitir los hechos es, en la audiencia preliminar
en un procedimiento ordinario y en juicio cuando se trata de un procedimiento
abreviado.

Siendo que, es en la fase intermedia del proceso cuando el acusado puede


admitir los hechos, el Juez como director del proceso debe cumplir con la
función que le confiere la ley en esta etapa, la de filtro purificador o de
decantación del escrito de acusación fiscal o de la acusación particular propia,
que como acto formal debe cumplir los requisitos señalados en el artículo 326
del Código Orgánico Procesal Penal, y es al órgano jurisdiccional -Juez de
Control en la Audiencia Preliminar- a quien corresponde ejercer el control
efectivo de la misma.

El Juez de Control en la audiencia preliminar es garante que la acusación se


perfeccione bajo las actas de investigación ejecutadas, preservando el derecho
a la defensa e igualdad entre las partes y ello sólo puede alcanzarse a través
del examen de los requisitos de fondo en los cuales se fundamenta el
Ministerio Público, y determinar si el pedimento fiscal tiene basamentos serios
que permitan vislumbrar un pronóstico de condena respecto del imputado.

El Juez no es simple tramitador o validador de la acusación fiscal o del


querellante, tal es la función del Juez como contralor de los requisitos del
escrito de acusación (artículo 282 del Código Orgánico Procesal Penal), que le
está permitido cambiar la calificación fiscal a que se contrae el escrito de
acusación, pero ello no obedece al azar o a una simple intuición sino que es
producto del examen de los elementos de investigación recabados en la etapa
preparatoria, contenidos en el escrito de acusación fiscal.

Cómo puede alcanzar el Juez este convencimiento sino analiza, estudia, o


examina los argumentos de las partes y el acervo probatorio, para así obtener
un grado de certeza y con base en ello ha construido y declarado la
culpabilidad del acusado. Para tal declaratoria, el órgano jurisdiccional debe
haber previamente comprobado que el hecho calificado en la acusación fiscal
es sustancialmente igual a la descripción fáctica establecida en la ley penal
como presupuesto para una consecuencia jurídica (pena o medida de
seguridad). Ello no es otra cosa que la operación mental denominada
SUBSUNCIÓN, es decir, la vinculación de un hecho con un pensamiento, a los
fines de verificar si los elementos del pensamiento se reproducen en ese
hecho. Claro está, la SUBSUNCIÓN deberá exteriorizarse y plasmarse en la
MOTIVACIÓN de la sentencia. Debe señalarse que lo anterior, además de ser
una exigencia de seguridad jurídica, es un modo de garantizar el derecho a la
defensa de los ciudadanos.

Ahora bien, en el caso bajo estudio, la Sala Constitucional ha señalado en


sentencia Nº 1.106, del 23-05-2006, bajo la ponencia de la Magistrada Carmen
Zuleta de Merchán, precisó que: “hechos” no es igual a “calificación jurídica”,
por lo que admitir los “hechos” establecidos en la acusación, de acuerdo con el
contenido del artículo 376 del Código Orgánico Procesal Penal, no implica la
aceptación de la “calificación jurídica” que en dicho libelo le atribuye el
Ministerio Público a los imputados”.

Asimismo, determinó que cuando el acusado “accede a reconocer su


participación o coparticipación en esos hechos, afirma su ejecución en aquellos
elementos fácticos que han sido precisados por la parte acusadora, es decir, el
tiempo, modo y lugar de cómo ocurrieron los mismos. Da su consentimiento o
acepta, en forma pura y simple, que ejecutó un comportamiento activo u
omisivo”.

Por lo que es evidente, que una vez que el acusado admite los hechos, o sea
que da su consentimiento o acepta, en forma pura y simple, que ejecutó un
hecho determinado como un comportamiento activo u omisivo, corresponde al
Juez de Control realizar la subsunción de los hechos, dentro de su autonomía
de decisión y mediante el uso de la adecuación típica determinar su calificación
jurídica, por lo que puede compartir o disentir de la calificación planteada por el
Ministerio Público, para luego imponer la pena correspondiente, lo que permite
al acusado, en el caso de que no se esté de acuerdo con la calificación jurídica
o con la pena impuesta, interponer recurso de apelación contra esa decisión
condenatoria.
En cuanto a la acusación incoada contra el imputado, Jauchen expresa: “…El
Juzgador queda ligado a la acusación en el sentido de que no puede condenar
a una persona distinta de la acusada ni por hechos distintos de los imputados,
pero la solicitud concreta del fiscal en cuanto a la calificación de los hechos o la
pena solicitada en modo alguno lo vincula…” (Jauchen Eduardo M, “Derechos
del Imputado” Rubinzal-Culzoni Editores. 1° Edic. 2005. Argentina).

Se observa pues, que estando conforme la parte acusadora con el juicio de


homologación, de admisión de los hechos, por ser un pacto o convenio entre
las partes del proceso, en el cual el acusado admite que es culpable del hecho
cometido por comisión u omisión, por cuanto el hecho ha ocurrido en las
circunstancias de modo, tiempo y lugar que han sido precisados en el escrito
acusatorio. Es por ello que el acusado solicita al Juez de Control la imposición
inmediata de la pena, cuyo efecto procesal es una disminución de la misma,
conforme a las reglas pautadas en el artículo 376 del Código Orgánico
Procesal Penal”.

En consecuencia de lo anteriormente expuesto, esta Sala establece, con


carácter vinculante, que en el procedimiento especial por admisión de los
hechos, una vez que el Juez o Jueza haya admitido la acusación fiscal o la
acusación particular propia, en su caso; y el acusado o acusada, debidamente
instruidos, hayan admitido los hechos, está impedido el juzgador de condenar
al procesado o procesada sobre la base de una calificación jurídica distinta a la
ya admitida por el Juez o Jueza en la acusación, toda vez que, como directores
del proceso penal, tienen el deber de preservar las garantías del debido
proceso mediante la admisión de los hechos en forma libre y voluntaria.

Declarado lo anterior, esta Sala, visto que en el presente fallo se realiza un


análisis interpretativo sobre la institución procesal del procedimiento por
admisión de los hechos, se ordena su publicación en la Gaceta Oficial de la
República”.

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