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El hábeas corpus contra resoluciones

judiciales, ¿constituye una excepción


a la cosa juzgada?
 LEGIS.PE
 -
ABRIL 30, 2018

El artículo 4 del Código Procesal Constitucional [en adelante CPConst.],


regula la procedencia del hábeas corpus contra resoluciones judiciales
firmes, estableciendo lo siguiente:

«El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera
en forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.

Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una


persona en la que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de
libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al
contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de
la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos de
los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en
derecho, a acceder a los medios impugnatorios regulados, a la
imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y
temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia
del principio de legalidad procesal penal».

Sin embargo, contra tal disposición tenemos la regulación contenida en


el artículo 139.2 de la Constitución Política de 1993, que establece como
principio de la función jurisdiccional:

«Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante  el órgano


jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones. Tampoco
puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa
juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar sentencias ni
retardar su ejecución. Estas disposiciones no afectan el derecho de
gracia ni la facultad de investigación del Congreso, cuyo ejercicio no
debe, sin embargo, interferir en el procedimiento jurisdiccional ni surte
efecto jurisdiccional alguno»

Luego, la firmeza de las resoluciones judiciales constituye una garantía


constitucional, que permite otorgar seguridad jurídica frente a las cosas
ya juzgadas. Las excepciones previstas en la propia Constitución, se
refieren al derecho de gracia y las investigaciones del Congreso, no
permitiéndose más posibilidades de modificación.

No obstante, es la propia Constitución que en su artículo 2.24 f) prevé la


libertad como derecho fundamental, no pudiendo ésta ser afectada, sino
por mandato judicial escrito y motivado. Al respecto, se afirma en dicha
norma:

«Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del
juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito».

En atención a ello, debemos invocar el principio de presunción de


constitucionalidad de las leyes, por lo que la vigencia del artículo 4 del
CPConst. debe afirmarse, siempre que una resolución judicial no implique
un mandato escrito y motivado. Luego, es la propia Constitución la que
niega la validez de una resolución que restringe la libertad, cuando dicha
decisión no cumple parámetros razonables de motivación.
Sin embargo, ello no puede interpretarse de ninguna forma, como la
posibilidad de revisar todas las decisiones en las que se considere la
afectación del derecho a la libertad y la tutela procesal efectiva. Ello
únicamente sucederá cuando la vulneración alegada sea manifiesta. Tal
es la previsión expresa del artículo 4 del CPConst.

Ahora bien, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua


Española, algo es manifiesto cuando es «descubierto, patente, claro».
Luego, lo único que corresponde al Juez Constitucional al resolver una
acción de hábeas corpus contra resoluciones judiciales, es revelar la
manifiesta vulneración. Para realizar tal labor, no se debería exigir una
revisión rigurosa de cada uno de los fundamentos expuestos por el Juez
ordinario, pues en ese caso, se estaría incurriendo en un control
jerárquico de revisión de la decisión, el cual está pensado para los
recursos y no para la acción de garantía.

Cuando el artículo 4 del CPConst. exige vulneración manifiesta, se refiere


precisamente a ello, es decir, que la decisión judicial revele con
notoriedad una vulneración a la libertad y tutela procesal efectiva. Para
demostrar ello, el Juez Constitucional no requiere realizar una extensa
motivación de la resolución, para fundar un hábeas corpus, pues ello
demostraría más bien que no nos encontramos ante una vulneración
manifiesta.

En tal sentido, si para el Juez Constitucional le resulta difícil motivar una


decisión de admisión de la garantía, no podemos encontrarnos ante una
vulneración notoria, pues tal concepto, encuentra contenido
precisamente en su sencillez para encontrarla. Sin embargo, es frecuente
encontrar sentencias de más de cien páginas, en las que el Tribunal
Constitucional funda acciones de garantías [hábeas corpus y amparo]
contra resoluciones judiciales, en las que se esfuerza por encontrar la
vulneración.

Debemos entender que todas las resoluciones pueden ser perfectibles,


pero la garantía de la cosa juzgada, no puede flexibilizarse hasta
extremos que permitan revisar todo, sino únicamente de manera
excepcional, cuando sea patente la vulneración. La tarea del Tribunal
Constitucional entonces, únicamente requiere la revelación de tal
notoriedad.

El artículo 4 del CPConst. nos ha enunciado cuáles son los derechos


involucrados en el principio de tutela procesal efectiva, cuya vulneración
manifiesta, puede conducir al Juez Constitucional a fundar un hábeas
corpus contra resoluciones judiciales firmes. A continuación, revisemos
estos derechos y ensayemos algunos supuestos de procedencia de la
acción de garantía.

a) Derecho al libre acceso al órgano jurisdiccional.- Un ejemplo de


vulneración notoria, se daría cuando se dicta una medida de prisión
preventiva, negando al afectado el derecho de audiencia para ser oído.

b) Derecho a probar.- Un caso notorio, sería el que se emita sentencia de


condena, sin admitir las pruebas ofrecidas en oportunidad y forma por el
sentenciado.

c) Derecho de defensa.- Un ejemplo de vulneración manifiesta, sería el


imponer al condenado un abogado defensor público, que no acepta,
contando sin embargo con defensor particular.

d) Derecho al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso.- Un


ejemplo manifiesto, es la expedición de sentencia de condena, valorando
el Juez un testimonio de cargo, cuando el testigo se negó a someterse al
contrainterrogatorio, afirmando ser testigo impropio.

e) Derecho a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni


sometido a procedimientos distintos de los previstos por la ley.- Ello
puede manifestarse, cuando el imputado es condenado por la justicia
militar, cuando el delito corresponde ser juzgado más bien por la
jurisdicción ordinaria.

f) Derecho a la obtención de una resolución fundada en


derecho.- Ejemplo de ello, es la emisión de un auto de prisión preventiva,
cuando no se supera un presupuesto material de forma evidente, como el
caso que el delito no supere como pena máxima los cuatro años de
privación de libertad.

g) Derecho a acceder a los medios impugnatorios regulados.- Un caso


palmario se puede verificar, cuando el Juez no permite la apelación del
auto de prisión preventiva, afirmando que el defensor no impugnó dicha
resolución al finalizar la audiencia, pese a la no existencia de regulación
legal expresa sobre tal exigencia.

h) Derecho a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos.- Un ejemplo


claro, lo podemos encontrar cuando se funda una acción de revisión con
afectación del derecho a la libertad, sin que concurran ninguno de los
supuestos de precedencia establecidos en el Código Procesal Penal.

i) Derecho a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las


resoluciones judiciales.- Cuando pese al transcurso excesivo del tiempo,
no se emite la decisión final, tornándose el juzgamiento en un largo
proceso sin límite temporal, que atenta contra el derecho al plazo
razonable.

j) Derecho a la observancia del principio de legalidad procesal


penal.- Por ejemplo, cuando se emite un auto de prisión preventiva sin
debate previo en audiencia, pronunciándose el Juez únicamente respecto
del requerimiento fiscal y la observación escrita formulada por la
defensa.

Nótese de los ejemplos apuntados, que la vulneración debe ser notoria,


evidente, exagerada o escandalosa, para que permita la invalidez de la
resolución y con ello, superar el límite del contenido constitucional de la
firmeza de las decisiones judiciales.

Debemos afirmar que, además de la constatación de vulneración


manifiesta, debe establecerse el nexo causal entre la ratio de la decisión
y la vulneración, por lo que tampoco se podrá fundar una acción de
hábeas corpus, cuando pese a la vulneración, no se manifieste que dicha
trasgresión es la causa preponderante que permitió decidir el caso.
Podemos concluir, señalando que si se va a inobservar la cosa juzgada,
debe ser por una causa de evidente notoriedad [valga la pleonasmo] y
vulneración manifiesta de la tutela procesal efectiva. El emitir decisiones
extensas en la fundamentación, no hace más que negar un supuesto de
manifiesta vulneración, como requisito del hábeas corpus contra
resoluciones judiciales. Ni el Juez ni el Tribunal Constitucional, son
superiores jerárquicos del Juez ordinario, ni tampoco cumplen funciones
de control impugnatorio, por lo que si la decisión no es compartida por
aquellos, tal discrepancia no habilita sin más la admisión de la acción de
garantía.

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