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EQUIDAD Y GÉNERO

Mtro. José Ignacio Núñez

Alumno: Eder Raúl Pérez García

Gómez Palacio Dgo. 10 de septiembre de 2021


¿Los chicos también lloran?

“En las distancias cortas es dónde un hombre se la juega” con tan representativa frase

iniciamos la descripción de todo el género masculino, entendiendo “género” no solo por la

diferenciación sexual, sino por la formación social y sobre todo por la formación masculina.

La llamada “hegemonía masculina o patriarcal” es el resultado de una arraigada serie de

conductas machistas, excluyentes y misóginas heredadas por generaciones de hombres y mujeres

que sembraban el los jóvenes ideas de desigualdad o superioridad de género.

La conducta de hombres y mujeres se basa un estereotipo físico, pero por encima de todo

conductual, trata de regir comportamientos, acciones y hasta resultados en base a su sexo,

excluyendo a hombres y mujeres por igual a diferentes manifestaciones del ser humano, ya sean

gustos personales, actividades laborales o sociales, en sí, trata de formar un ser humano

“moldeado” a lo que una sociedad, grupo político o educativo espera de ese “hombre”.

Tanto la hegemonía masculina como el feminismo mal aplicado son extremos opuestos

que dan como resultado hombres y mujeres carentes de empatía, respeto y tolerancia hacia los

demás, claro ejemplo de ello son los movimientos sociales de la actualidad, así como el relativo

fracaso de modelos educativos basados en el feminismo que excluye al hombre en la formación

académica y, por ende, coarta la formación integral de las mujeres.

Diversos autores, de diferentes partes del mundo y estratos sociales concuerdan en que el

hombre necesita un cambio de paradigma en cuanto a su formación como persona, necesita

valorar a los demás, principalmente a lo mujer como parte fundamental e indispensable de la

sociedad, no solo por su aporte biológico, sino por su valor para generar conciencia en toda las
nuevas generaciones haciendo saber que tiene el mismo valor, calidad y cualidad que el hombre;

no hay labor o rol que hombre o mujer no puedan realizar aun cuando sea una actividad altamente

arraigada en el colectivo social y sea aprovechado por el control masculino. Algunas de estas

ideas se usan en demérito del género femenino afectando al hombre también en el proceso, como

lo es asignar tareas laborales según su género algunas de ellas muy marcadas en el campo

educativo, como lo son las maestras de educación prescolar o inicial, siendo un campo que

hombre y mujeres a delimitado casi exclusivamente al género femenino; actualmente, hombres se

han añadido a este campo, pero queda mucho camino por recorrer para concientizar y formar

nuevos ciudadanos libres de estereotipos, influidos no por agendas políticas o de género, sino por

sus valores de respeto, igualdad y tolerancia.

Lamentable o afortunadamente el concepto de masculinidad, hegemonía, patriarcado y lo

políticamente cambia constantemente, en ocasiones para favorecer a la sociedad y fomentado la

conciencia colectiva, respeto e igualdad o por el otro lado, significa un retroceso a las libertades,

tolerancia y equidad ganada a lo largo de los años.

Bibliografía

¿Los chicos también lloran? De Carlos Lomas en los chicos también lloran: Identidades

Masculinas, Igualdad entre los sexos y coeducación (2004). Barcelona: Paidós. 

Mate, Reyes (2007). Contra lo políticamente correcto. Política, memoria y justicia.

Buenos Aires: Altamira.

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