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AREQUIPA
2022
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El video del debate entre Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori me pareció muy
instructivo e interesante de analizar debido a que ambos poseen distintos modos de
debatir, argumentar, exponer sus ideas y elegir su público (audiencia) respectiva. Por un
lado, Mario Vargas Llosa apela a la razón —logos—, ya que se inclina por
conceptualizar, explicar mecanismo sofisticados y entregar una información compleja.
Por otra parte, Alberto Fujimori apela a las emociones —al pathos—, utilizando frases
populistas, demarcando un público específico compuesto por la población vulnerable
del país y enfocando su atención a rebatir los argumentos de Vargas Llosa, para así
poder descalificarlo.
Mario Vargas Llosa demuestra que tiene un conocimiento elevado de los elementos
necesarios para llevar a cabo un buen debate y trabajo argumentativo: buen tono de voz,
explicación ordenada de sus argumentos, uso de frases y palabras que otorgan mayor
formalidad y peso a sus intervenciones, y concentración en su propio tema. Sin
embargo, no tomó en cuenta el contexto del debate ni la premisa central de su
intervención: convencer, persuadir. El elector peruano común y mayoritario de esa
época no responde ni encaja con las pretensiones argumentativas de Mario Vargas
Llosa.
En este debate vemos enfrentados dos estilos muy diferentes para acercarse al tema
económico. Por un lado, tenemos las soluciones sofisticadas de Mario Vargas Llosa que
hace constante uso del logos para sustentar sus argumentos, sin tomar en cuenta que su
público objetivo no está interesado en datos económicos, sino más bien en escuchar
soluciones sencillas que se identifiquen con sus necesidades. En este sentido, Fujimori
supo aprovechar ello, se presentó como el candidato popular, despertando empatía en un
electorado mayoritario intranquilo por su día a día. Fujimori toma ventaja de la postura
arrogante de su contrincante para descalificarlo y acusarlo de pertenecer a los grupos de
poder.