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Los reinos católicos

A partir de 1492 con la salida de Cristóbal Colón hacia la búsqueda de la ruta de las Indias y hasta los procesos
de independencia de las colonias en el continente americano existieron una gran cantidad de reyes, algunos de
los cuales permanecieron unidos a la Iglesia Católica. Sin embargo, durante el siglo XVI inició el movimiento
protestante y otros reinos fueron promotores de esas creencias. 
Por lo tanto, como este es un curso sobre historia de la Iglesia Católica en América Latina se explicarán sólo
aquellos que favorecieron la doctrina católica.

1. Los reyes católicos. Es el nombre que se les dió a los reyes de Castilla (Isabel I) y Aragón (Fernando II),
quienes unificaron los reinos en la península ibérica. 
2. Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Reinó sobre los reinos hispánicos y fundó el
Sacro Imperio Romano Germánico. El título de Emperador se remonta a la época de Carlomagno cuando el
Papa León III lo nombra así en el año 800. El emperador Carlos V fue coronado el 24 de febrero de 1530. Su
poder se extendió en los reinos de Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Valencia, Mallorca, Cataluña, Germania e Italia.
Durante su período la Iglesia Católica le concedió el Patronato Regio -conjunto de privilegios y facultades
especiales que el Papa concedió a reyes y que les concedía ser escuchados antes de una decisión papal o elegir
directamente en sustitución de las autoridades eclesiásticas, a determinadas personas que fueran a ocupar cargos
vinculados a la Iglesia católica-. También se le concedió el Título de Patriarca de las Indias, obteniendo el
contro de toda la labor evangelizadora.
3. Felipe II (1556-1598). Extendió el poder del Sacro Imperio Romano Germánico hasta Inglaterra, Francia y
Austria y Portugal junto con todas las posesiones de estos reinos. Por lo tanto, su poder se extendió por los
oceános Atlántico y Pacífico. En su período la monarquía española fue la primera potencia europea y el Sacro
Imperio Romano Germánico llegó a su esplendor.
4. Felipe III (1598-1621). Un aspecto a resaltar durante su reinado fue el enfrentamiento con los protestantes.
En su reinado se creó la Liga Católica, que unió a España, Austria y Baviera en contra del Palatinado -reinos
alemanes proclives al luteranismo-. También se expulsaron a los moriscos de España -musulmanes de al-
Ándalus bautizados de manera forzada durante la época de Fernando II de Aragón-
5. Felipe IV (1621-1665). Reinó sobre España, Portugal, Austria. Se apoyó de los jesuitas para reformar las
costumbres morales en el reino. Durante su período tuvo lugar el Siglo de Oro de la cultura española. La
mayoría de las pinturas de esa época se encuentran en el Museo del Prado. 
6. Carlos II (1665-1700). Con él se termina la rama española de los Habsburgo debido a sus problemas de
infertilidad. Inicia la decadencia española. El padre jesuita Juan Everardo Nithard fue consejero real e incluso
llegó a formar parte del Consejo de Estado hasta ser el Inquisidor General, gracias a la anuencia del Papa
Alejandro VII. Este hecho provoca un conflicto con la orden de los dominicos en el reino español. En su
reinado se firmó la Paz de Ryswick -conflicto que enfrentó Francia contra España, Inglaterra, Países Bajos,
Sacro Imperio Romano Germánico- que permitiría a la corona francesa ocupar el trono español.
7. Carlos VI (1703-1715) del Sacro Imperio Romano Germánico. Reinó sobre Hungría, Bohemia y España. Al
morir Carlos II de España sin sucesión, Carlos de Austria se autoproclamó Rey de España al ser miembro de la
casa de Habsburgo. Esto provocó la guerra de sucesión entre los aspirantes al trono contra Felipe, duque de
Anjou.
8. Felipe V de España (1700-1746). Fue el primer Rey de la Casa de Borbón -casa real de origen francés que se
remonta hasta la dinastía franca de los Capetos-. Tuvo conflictos con la Santa Sede en contra el Papa Clemente
XI el 15 de enero de 1709 pues no lo reconoció como sucesor de la corona española. Y esto provocó que el Rey
Felipe V de España rompiera con la Santa Sede y España pudo nombrar obispos en sus territorios. 
9. Fernando VI de España (1746-1759). Durante su reinado continuo la disputa sobre el patronato real por
medio del cual los reyes no necesitaban de la aprobación pontificia para ejercer su potestad sobre la Iglesia
Católica en sus dominios. El Papa Benedicto XIV se negó a reconocer esta situación.
10. Carlos III (1759-1788). Es famoso porque durante su reinado se expulsaron a los jesuitas de todos los
dominios del reino. La razón es porque se pensaba que esta orden religiosa estaba detrás de los conflictos
generados en las cortes españolas desde la época del Padre Juan Everardo Nithard -inquisidor General en el
reinado de Carlos II (1665-1700)- y los enfrentamientos entre los reyes españoles contra la Santa Sede.
11. Carlos IV de España (1788-1808). Accedió al trono poco antes de la Revolución Francesa y trató de
imponer la Ilustración en sus dominios. Durante su reinado se incrementó el regalismo -teorías y prácticas que
sostienen que los reyes poseen determinadas regalías (prerrogativas) y que son contrarias con los intereses del
Papa- De esta manera, el rey asumía la confirmación canónica de los obispos que antes correspondía al Papa. El
Papa Pío VII se opuso a estas disposiciones. 
Los virreinatos

El virrey es el representante directo y superior del monarca español en América y es su hombre de confianza. La
primera vez que se menciona al virreinato es en las Capitulaciones de Santa Fe (17 de abril de 1492), firmadas
por los Reyes Católicos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla con Cristóbal Colón. Los monarcas le
otorgaron los títulos de almirante, virrey y gobernador general de todos los territorios que descubriera o ganase
durante su vida. También le concedieron un diezmo de todas las mercaderías que hallase, ganase y hubiese en
todos los lugares conquistados. 
Posteriormente, el virrey tendrá los siguientes poderes
1. Capitán general
2. Gobernador
3. Presidente de la Audiencia
4. Inspector de todo el sistema económico del territorio
5. Vicepatrono en materia religiosa
Solo podrán ser virreyes mientras el rey o monarca que así los nombró esté vivo. 

1. Virreinato de la Nueva España. 


Se creó oficialmente el 8 de marzo de 1535 y comprendió:
1.1. América del Norte. Los actuales estados de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona,
Texas, Oregón, Washington, Florida, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Luisiana, Canadá.
1.2. América Central. Las capitanías de Guatemala -actual Guatemala, Chiapas, Belice, Costa Rica, El Salvador,
Honduras, Nicaragua- de Cuba -actuales Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Isla de
Guadalupe-, provincia de Venezuela.
1.3. Asia y el Pacífico. La capitanía general de Filipinas -actuales Filipinas, Islas Carolina, Islas Marianas,
Oceáno Pacífico, Asia y Oceanía- y la Isla de Taiwán -llamada Formosa por los portugueses-.
El virreinato de la Nueva España se dividió en reinos y capitanías generales

Virreinato de la Nueva España


Reinos Capitanías Generales
Santo Domingo -establecida en la Isla La Española,
incluyó lo que ahora es Haití, República Dominicana,
Nicaragua, Cuba, Puerto rico, Trinidad y Tobago y
México y Michoacán (1527) Jamaica- (1535)
Yucatán  -los actuales Estados de Campeche, Quintana
Nueva Galicia -actuales Nayarit y Jalisco- (1530) Roo, Tabasco y Yucatán- (1565)
Filipinas  -lo que se llamó las Indias Orientales con
Guatemala (1540) capital en Manila-(1574)
Nueva Vizcaya -actuales Durango, Chihuahua y
Coahuila- (1562) Puerto Rico  (1582)
Nuevo León -actuales Nuevo León y San Luis Potosí-
(1569)
Nuevo México -actuales Texas, Kansas, Santa Fé y
Oklahoma- (1598)
Nueva Extremadura (1674). Tuvo tres lugares: en el
norte (actuales Texas y Coahuila); Chile -Pedro de
Valdivia estableció la capital en Santiago de
Extremadura y que también comprendió Perú- Guyana
-es el tercer lugar conocido como Extremadura y abarcó
desde el Orinoco hasta el Amazonas-
Nuevo Santander -actuales Tamaulipas y Nuevo León-
(1746). Se creó para controlar los ataques de los
pueblos originarios de esas regiones contra los
comerciantes provenientes de la Ciudad de México. Cuba (1777)

2. Virreinato de Perú.
Fue creado por la Corona Española en 1542 estableciendo su capital en Lima -conocida como la Ciudad de los
reyes-. En su origen comprendía toda América del Sur (las actuales Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia,
Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Perú y Brasil) quedando exceptuadas Venezuela y Santo Domingo.
También se incluyeron algunas islas de Oceanía. 
Durante las reformas borbónicas -los reyes de la Casa de Borbón- se dividió el virreinato del Perú:
2.1. Virreinato de Nueva Grenada (1717)
2.2. Virreinato de Río de la Plata (1776)
2.3. Virreinato de Brasil (1776)

3. Virreinato de Nueva Grenada.


Fue creado en 1717 por el Rey Felipe V como una manera de control territorial. Se suspende en 1723 debido a
problemas financieros. Es restaurado en 1739 hasta ser suspendido por el movimiento independentista de 1810.
El rey Fernando VII lo restauró en 1815. Formaron parte del virreinato de Nueva Grenada los actuales países de
Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y Guyana. Estuvo regida por las Audiencias de Santafé, Panamá y
Quito y la Capitanía General de Venezuela. Estableció su capital en Santafé. 

4. Virreinato de Río de la Plata.


Se le conoció también como virreinato de las Provincias de la Plata o virreinato de Buenos Aires. Fue creado en
1776 por disposición del rey Carlos III. Integró los territorios de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Santra
Cruz de la Sierra, la Capitanía general de Chile, y los actuales Uruguay y Bolivia y partes de Brasil y Perú. 

5. Capitanía General de las Provincias Internas de la Nueva España.


Fue creada por el rey Carlos III en 1776, dando a su comandante las mismas facultades que al virrey de la
Nueva España. Abarcó lo que ahora se conoce como Sonora, Sinaloa, las Californias, Coahuila, Nuevo León,
San Luis Potosí, Texas, Nuevo México, Tamaulipas, Durango y Chihuahua. Su creación se explica como un
intento del rey Carlos III de contener la expansión de los reinos de Rusia, Francia y Gran Bretaña en la parte
septentrional de la Nueva España.
Instituciones reales

Por instituciones reales debe entenderse todo tipo de organización creada por los reyes para la administración de
sus colonias. Entre ellas se encuentran.

1. Patronato real 
Es el conjunto de privilegios y facultades especiales que los Papas concedieron a los reyes de distintas
monarquías europeas. A través del Patronato real los monarcas podían ser oídos antes de una decisión papal.
También podían elegir directamente en sustitución de las autoridades eclesiásticas, a determinadas personas que
fueran a ocupar cargos vinculados a la Iglesia. Con estos patronatos, los reyes se convirtieron en las máximas
autoridades eclesiásticas en los territorios bajo su dominio.
Una vez formadas las iglesias en los nuevos territorios de América, los reyes eran los únicos en condiciones de
sostener la creación de diócesis y la institucionalización de la Iglesia Católica. De esta forma, mediante las
bulas Romanus Pontifex (1455) e Inter coetera (1456) se otorgan beneficios a Portugal. Por su parte, con
las Bulas alejandrinas - Eximiae devotionis / Dudum siquidem - las coronas españolas también adquieren estos
beneficios.
El Papa Julio II confirmó los Patronatos reales para que la enseñanza religiosa a los pueblos originarios fuera
posible mediante la creación de los obispados.
Los poderes de los reyes fueron en aumento con estos patronazgos:
a. Enviar y seleccionar los misioneros que serían enviados a América.
b. Establecer las reglas para el cobro del diezmo.
c. Facultad para fijar y modificar los límites de las diócesis en América.
d. Facultad de vetar la elección de arzobispados u obispados
e. Derecho de presentar los candidatos idóneos a juicio de la Corona para todos los cargos o dignidades
eclesiásticas (Obispos, párrocos, canónigos, etc)

2. Real Audiencia
Se trata de un órgano judicial creado por la Corona de Castilla desde 1371. El rey Felipe II creó Audiencias en
América. La primera en Santo Domingo en 1511. Las siguientes son:
a. Real Audiencia de Santo Domingo (1526). Fue el primer tribuna de la Corona Española en América. Se
encontraba dentro de la jurisdicción del Virreinato de la Nueva España. 
b. Real Audiencia de México (1527) que estuvo en lo que actualmente es el Palacio Nacional de México. Tenía
jurisdicción sobre Cuba, Puerto Rico y la Isla la Española, así como también sobre las Antillas Menores,
Venezuela y Guyana.
c. Real Audiencia de Panamá (1538) que fue un tribunal de apelaciones de la Corona española. Tenía
jurisdicción sobre todas las provincias de Tierra Firme -lo que actualmente es Nicaragua, Costa Rica, Panamá,
Costa Rica, Colombia, Venezuela, Perú)
d. Real Audiencia de Guatemala (1543) establecido en lo que actualmente son las Repúblicas de Guatemala,
Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica y los Estados de Chiapas, Yucatán y Tabasco. 
e. Real Audiencia de Lima (1542) creada junto con el virreinato del mismo nombre por el Carlos V del Sacro
Imperio Romano Germánico. 
f. Real Audiencia de Nueva Galicia (1548) que abarcó los actuales estados de Jalisco, Nayarit, Sinaloa,
Aguascalientes, Durango, Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Texas, las Californias y
Nuevo México. 
g. Real Audiencia de Nueva Grenada (1548). Su territorio pertenecía administrativamente al virreinato de Perú. 
h. Real Audiencia de Charcas (1559) que abarcó varios países del sur de América. Antiguamente conocido
como el Alto Perú y hoy como Bolivia.
i. Real Audiencia de Quito (1563) que comprendía territorios que primero formaron parte del virreinato de Perú
y luego pasaron formar parte del virreinato de Nueva Grenada
j. Real Audiencia de Concepción (1565) que primero estuvo subordinada a la Real Audiencia de Lima hasta que
fue disuelta.
k. Real Audiencia de Manila (1584) que tenía jurisdicción sobre los territorios asiáticos, incluída China.
Clero regular
Comprende el conjunto de personas consagradas a Dios que viven bajo una regla. Las primeras órdenes
religiosas en arribar al Nuevo Mundo fueron los Mercedarios, Agustinos, Dominicos, Franciscanos, Jesuitas y
Carmelitas Descalzos. Los reyes europeos tomaron la decisión de enviarlos gracias a los privilegios del
Patronato regio. 
Hernán Cortés prefirió que los primeros en llegar a las nuevas tierras provenieran de las órdenes religiosas, pues
el clero secular pasaba por un momento de crisis en aquella época. De hecho, la reina Isabel I de Castilla fue la
principal promotora de una reforma eclesiástica en sus dominios.
El Papa León X concedió la bula Alias felicis el 25 de abril de 1521 y se autorizó a las órdenes mendicantes la
tarea misionera. Luego, el Papa Adriano VI concedió la bula Exponi nobis fecisti para que el Emperador Carlos
V concediera a las órdenes mendicantes la administración de los sacramentos del bautismo, el matrimonio, la
celebración de la Eucaristía y la confesión. 
Con la llegada de la Iglesia en el Nuevo Mundo se imponen dos modelos diferentes. Uno impulsado por las
órdenes religiosas con una inspiración misionera. Otro promovido por los obispos y el clero secular. Cada sector
eclesiástico tuvo su propio concepto de los fines de la Iglesia. 
En 1531 la Real Audiencia de México explicó al rey la forma en cómo vivían los pueblos originarios y
sugirieron respetar sus formas de organización prehispánica. Pero la idea no duro mucho y se propusieron las
reducciones. Eran manera de controlar a los indios en un solo lugar, lo cual podía facilitar el cobro de tributos,
la mano de obra indígena y su evangelización.
Un segundo paso de los religiosos para organizar sus primeros centros de evangelización fue aprovechar las
relaciones de dominio de los caciques sobre su población para extender el bautismo y el culto cristiano. De esta
manera, los conventos se convierten en centros donde los cuales se impartirá la doctrina. Por ello, los conventos
se construyeron en donde estaban los principales señoríos prehispánicos, por ejemplo México, Texcoco,
Tlaxcala, Huejotzingo, Cuernavaca, Tepeaca, Cuautitlán, Toluca, etc.
Clero secular
El tercer concilio mexicano de 1585 en el cual participaron los prelados de México, Oaxaca y Guatemala,
pedían a los indios vivir en los pueblos concentrados bajo la vigilancia del virrey y demás gobernantes. Así, se
pasa de reconocer más el trabajo de los funcionarios reales que el de los clérigos regulares. A partir de entonces,
los pueblos de indios vieron surgir un nuevo régimen de tributación y reparto del territorio. 
Los doctrineros y los curas diocesanos fueron haciendose cargo cada vez más de la evangelización en
detrimento de la actividad de las órgenes religiosas. De esta forma, nacen las parroquias. Y otro punto álgido de
la discusión fue el establecimiento de las diócesis. Pues se consideraba que el diezmo debía servir para su
beneficio y no para la Corona o el Papa.

Movimientos independentistas en América y el papel de la Iglesia Católica


Independencia de la Nueva España

El virreinato de la Nueva España estaba dividido de esta manera de acuerdo con la Constitución de Cádiz, que
es el principal documento de la España patriótica

Provincias de la Nueva España en la Constitución de Cádiz

Nombre de la Provincia Capital


Nueva España
México
Provincias internas orientales Monterrey
Provincias internas occidentales Durango
San Luis Potosí Guanajuato
Nueva Galicia Guadalajara
Yucatán Mérida
Guatemala (Guatemala, San Salvador, Honduras, Chiapas) Guatemala
Nicaragua (Nicaragua, Costa Rica) León

La guerra de independencia de la Nueva España es un proceso en el cual sucedieron estos acontecimientos


1. Los criollos del Ayuntamiento, encabezados por Francisco Primo de Verdad y Ramos y Francisco Azcárate y
Lezama, quienes propusieron un sistema de gobierno popular en ausencia del rey. 
2. El virrey Pedro de Garibay trató de contener la crisis de la invasión napoleónica de España. Fue destituido
por las presiones de la Iglesia con apoyo de los criollos, quienes promovieron la designación como virrey del
Arzobispo de México, Francisco Javier de Lizana y Beaumont.
3. La conspiración de Querétaro encabezada por Miguel Hidalgo, Miguel Domínguez -corregidor de Querétaro-
y su esposa Josefa Ortíz, los militares Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo. Miguel Hidalgo es
proclamado Generalísimo de las Américas el 17 de octubre de 1810. 

Reino de Guatemala

El antiguo reino de Guatemala, conocido también como Capitanía General de Guatemala que comprendía lo que
hoy se conoce como Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y el estado de Chiapas.
En 1812, las Cortes de Cádiz suprimen la noción de Reino de Guatemala al dividir sus territorios en dos
provincias; las de Guatemala (Chiapas, Honduras y El Salvador) y las de Nicaragua y Costa Rica.
En 1821 sus provincias proclamaron su independencia de la Monarquía española, siendo su gobernador Gabino
Gainza.
Posteriormente, estas provincias fueron anexadas al Primer Imperio Mexicano. En 1823, cuando Agustín de
Iturbide abdicó al Imperio Mexicano, estas provincias de llamaron Provincias Unidas del Centro de América y
en 1824 se transformaron en la República Federal de Centroamérica.
Simón Bolívar

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco (1783-1830)fue un militar y
político venezolano que lideró las campañas que dieron la independencia al Virreinato de Nueva Grenada (las
actuales Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia)
Los territorios del Virreinato ganaron su independencia de España. De esta manera se funda la República de la
Gran Colombia -Provincias Unidas de la Nueva Grenada-, la cual existió entre 1821 y 1831.
Las Provincias Unidas de Sudamérica

El Cabildo de Buenos Aires destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y lo sustituyó por una junta de
Gobierno.  Sin embargo, las Provincias Unidas de Sudamérica no pudieron controlar la intendencia de Paraguay
y perdieron el control del Alto Perú -actual Bolivia-. Luego de la guerrra entre Portugal y Brasil también se creó
la Provincia Oriental, que acabó llamándose Uruguay.
Por otra parte, el Ejército de los Andes fue una fuerza militar de las Provincias Unidas del Río de la Plata, las
que suplantaron al Virreinato de Río de la Plata tras la Revolución de 1810.
José de San Martín fue un general argentino muy importante en los movimiento de liberación de las Provincias
Unidas de Sudamérica. Su objetivo fue consolidar su independencia, así como también acabar con el Imperio
español en Chile y liberar al Virreinato del Perú. 
Reformas borbónicas

Se conoce con este nombre al conjunto de cambios administrativos promovidos por la monarquía absoluta de la
Casa de los Borbones a partir del siglo XVIII en el Virreinato de la Nueva España y el Virreinato del Perú.
El siglo XIX el la parte final de un proceso de creación de un nuevo modelo de Estado centrado en la idea de la
Nación, la cual es diferente al modelo del Estado centrado en la idea del Imperio. 
En Europa se empezaron a independizar lo que antiguamente se llamaba ducado, marquesado o condado para
dar lugar a las naciones. 

La monarquía española pretendía fortalecer su economía mediante el máximo aprovechamiento de los recursos
provenientes de sus colonias. Los objetivos de las reformas borbónicas fueron:
1. Centralización del poder.
2. Fortalecimiento del área militar para evitar ataques enemigos.
3. Poner fin a la corrupción de los gobiernos coloniales
4. Restringir el poder excesivo del clero y la aristocracia criolla.
El principal promotor de las reformas borbónicas fue el rey Felipe V de España (1683-1746), quien se convirtió
en el primer rey de la Casa Borbón -de origen francés-. Tuvo conflictos con el Papa Clemente XI en 1709 por
que no lo reconoció como sucesor legítimo a la Corona, pues favoreció al archiduque Carlos de Austria -quien
se convirtió en Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos VI-
Emperador Napoleón I

El Emperador Napoleón I de Francia fue un militar y estadista francés, general republicano, que se convirtió en
el primer Emperador de los Franceses el 11 de noviembre de 1799. Propició la guerra de independencia
española (1810-1814) e instaló a su hermano José Bonaparte (1768-1844) en el trono entre el 6 de junio de 1808
y hasta el 11 de diciembre de 1813.
Durante este período convulso España se dividió en dos partes.
La guerra de independencia española
España patriota
España josefina
La España que estaba bajo la autoridad de José I de
La que permaneció fiel al Rey Felipe VII de España y España (José Bonaparte) y que se regía por el Estatuto
en donde rigió la Constitución de Cádiz de Bayona
Constitución de Cádiz. Estatuto de Bayona
El 19 de marzo de 1812, festividad de San José, se Es una carta otorgada -declaración oral por la cual el
promulgó la Constitución de Cádiz, a que le Rey José I de España se comprometía a gobernar a los
llamaron la pepa españoles de una monarquía absoluta-.
Fue la respuesta del pueblo español a las intenciones Se promulgó en la ciudad francesa de Bayona el 6 de
invasoras de Napoleón Bonaparte que deseaba que julio de 1808 y estuvo inspirada en el modelo
España fuera una colonia más del Imperio Francés.  constitucional bonapartista.
Este documento incorporó los principios del Establece que la religión católica, apostólica y romana
liberalismo democrático, entre los que sobresalen la en España y en todas sus posesiones, será la religión del
soberanía nacional y la separación de los poderes. Rey y de la Nación y que no se permitirá otra.

Tradicionalmente se afirma que el cura Miguel Hidalgo y Costilla pronunció una arenga en la noche del 16 de
septiembre de 1810, y entre las frases se encuentra ¡Viva Fernando VII! De esta manera, podemos deducir que
este personaje era afín a la España patriota.
José María Morelos y Pavón, por su parte, escribe Los Sentimientos de la Nación y ahí establece que la religión
católica, apostólica y romana deberá ser la única permitida dentro de la nueva nación. De ahí que podamos
pensar que este héroe estaba más a favor de la España josefina.
crisis de la cristiandad colonial

América Latina se ha visto enfrentada en el transcurso de la Colona a un número creciente de problemas que
Europa pudo lentamente crear y asimilar durante casi seis siglos. Las jóvenes comunidades deben afrontar
sucesivamente: 
a. la crisis del nacimiento de las nacionalidades, 
b. la secularización, 
c. la injusticia del sistema colonial impuesto por las grandes potencias industrializadas, 
d. la constitución de una sociedad pluralista. 
Por otra parte, los diversos grupos sociales tuvieron que buscar nuevamente su coherencia, su equilibrio, su
inspiración, los modos de gobierno, etc. La Iglesia se situará entre estos conflictos a la defensa de sus antiguos
privilegios hasta que, habiéndolos perdido de hecho casi todos, comience una vigorosa renovación de la cual
pueden verse y a los primeros frutos; ciertamente dicha renovación está lejos de haber terminado. 
La línea de fondo de este período de la historia de la Iglesia es un paso del sistema de cristiandad, de Patronato -
donde el Estado español o los gobiernos nacionales dirigen a la Iglesia y la misión- a un sistema de civilización
profana, en la que la Iglesia recupera su libertad de acción y por eso mismo su labor puede dirigirse a la
modificación de las estructuras injustas -con lo que recupera una audencia en la masa, el pueblo-. 
Es decir, al mismo tiempo se pasa de una cristiandad -donde toda otra religión debe ser excluida del cuerpo
político, y donde el régimen local apoya a la Iglesia- al régimen pluralista, en el que la Iglesia debe contar con
sus propias fuerzas y con sus propios medios, en una libertad real de cultos. 
En este segundo momento la Iglesia no interviene ya por medio de los resortes legales del Estado, sino por
medio de las instituciones cristianas; el nacimiento de estas instituciones nos dará a conocer el inicio de la
renovación que contemplamos en nuestros días. 
Esto determinará igualmente que las Iglesias latinoamericanas comiencen una relación directa con Roma -
interrumpida por el sistema de Patronato-, lo que permitirá la apertura hacia Europa y el mundo en general
(dejando así los marcos del Imperio hispánico). 
Por otra parte, «la primera generación revolucionaria» -constituida por hombres formados en la colonia, e,
incluso, integrados en los cuadros vitales y profesionales hispanos- fracasó en su ideología confederacionista.
Esto producirá, naturalmente, un gran separatismo de cada nación y de las nuevas Iglesias nacionales. El
Imperio colonial hispánico desaparece, y con él la «cristiandad» americana.
El movimiento emancipador -esencialmente urbano-, fue dirigido sólo por los blancos criollos, y en defensa de
sus intereses. El centralismo borbónico -igual que el francés de la época- produjo la disminución de la vida.
municipal y su natural descontento. 
Liberados de España políticamente, e igualmente de su monopolio artificial en lo económico, las nuevas
colonias independizadas, los nuevos países libres, no pueden sino caer en la organización del pacto neocolonial
inglés (o de sus seguidores: Europa continental y Estados Unidos): Los países subdesarrollados desde un punto
de vista industrial verán fijar el precio de sus materias primas por los países altamente industrializados, que
pueden así vender cada vez más caros sus productos manufacturados. Este sistema se ha denominado
liberalismo capitalista en el plano internacional. En verdad es un colonialismo económico basado en la primacía
industrial. La Iglesia, que se había solidarizado con el régimen monárquico en la Colonia, se solidarizará, de
hecho, con la nueva oligarquía, criolla primero, burguesa después. 
Durante los procesos de independización en América Latina sucedieron diferentes niveles de secularización que
describieron la relación entre la Iglesia y el Estado. El primer momento fue el paso del Patronato ejercido por la
Corona al mismo Patronato, pero ahora teniendo como sujeto a los jóvenes gobiernos nacionales. La Iglesia
queda un tanto a merced de políticos a veces faltos de escrúpulos, y la mayoría de las veces carentes de
experiencia y prudencia. Los gobiernos liberales e incluso positivistas no renunciaban siempre a este poder
sobre la Iglesia -aunque la persiguieran de hecho en todos los campos.  En segundo lugar, la Iglesia es
despojada de todos los bienes económicos que poseía. Los gobiernos, necesitando fondos y procurando realizar
una reestructuración, echaron mano de los bienes eclesiásticos -como los príncipes alemanes en la Reforma o
como ocurrió en la Revolución francesa-, no sólo de las diócesis sino también de los religiosos. Podemos decir
que la Iglesia pierde todas las propiedades agrícolas o de otro tipo que podía haber heredado de la Colonia, para
verse reducida a una pobreza real, puesto que de hecho vivirá de la sola contribución de los fieles, en la mayoría
de los casos. Los obispos, los sacerdotes no dependerán más de bienes raíces ni de sueldos del Estado. En tercer
lugar se puede mencionar la pérdida progresiva del ejercicio de los resortes legales y políticos del gobierno o
del poder. En todo el proceso de la independencia la Iglesia interviene activamente, y esto hasta las
Constituciones de la primera mitad del siglo XIX. Los grupos liberales serán más opuestos a la Iglesia, mientras
que los conservadores la apoyarán según las circunstancias. Por último, la enseñanza laica se impuso en casi
toda América Latina. Sin embargo, hay una tendencia a replantear el problema escolar y en algunos países se
vuelve a la enseñanza religiosa optativa en los colegios del Estado. En algunos países la Iglesia ha comprendido
la importancia de trabajar dentro de una doctrina de libertad de conciencia, que no se usen los organismos
estatales para los fines de la Iglesia, sino la libertad efectiva de una formación en la conciencia religiosa dentro
de las estructuras educacionales del Estado. 

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