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MAHELET LÓPEZ PONCE

REFLEXIÓN DE LA LECTURA, CAP. 12 “” DEL LIBRO “DOCE LECCIONES PARA


LA HISTORIA” DE ANTONIE PROST.
TEMA DE ELECCIÓN:
“RECONSTRUCCIÓN ECONÓMICA DE LAGOS DE MORENO, POR LA CRISIS DE
1982”.
La diferencia entre un texto histórico y uno periodístico no está en el orden de la intriga. La
historia viene señalada con signos externos, es por eso que las notas son esenciales en la
historia: son el signo claro de la argumentación. La prueba sólo es admisible si es
verificable. Para un historiador, es importante seguirle en la intriga que ha creado. Para que
la historia sea verdadera, pues, debe tener una serie de aspectos que la apoyen, ya sean las
notas o una serie de críticas a las fuentes utilizadas.
LOS CARACTERAS DEL TEXTO HISTÓRICO
Un texto saturado
Para el texto de un historiador aparece en primer lugar como un texto pleno. Es la
consecuencia de su propia construcción, de su trama. El plan del libro de historia es a la vez
el boceto de una narración y de una argumentación. El texto del historiador aparece repleto
de hechos, de precisiones y rinde cuentas de todo. Es un texto pleno, saturado, que no
presenta agujeros ni lagunas. No es que no existan, pues son inevitables, pero o bien son
imperceptibles o el historiador las disimula o las asume. Para mi realizar mi trabajo,
buscare que el cierre del texto histórico sea cronológico: pues parto de una fecha y va hacia
otra, aunque pueden hacerse incisos, avances y retrocesos. En fin, el cierre del texto
alrededor de la intriga que elegí, contrastara con la apertura de mi investigación.
Un texto objetivado y autorizado.
El texto de historia presenta un segundo rasgo digno de mención: sitúa entre paréntesis la
identidad del historiador. Evita implicarse en el texto, tomar partido, indignarse, es así que
algunos son usos generalmente respetados: para librarse parece que se necesita haber
accedido a una excepcional legitimidad institucional y mediática.
La referencia desempeña dentro de este dispositivo una doble función, pues por un lado,
permite la verificación de las afirmaciones del texto y por otro lado, también son un indicio
visible de la cientificidad y exposición del saber del autor, en tal caso puede actuar como
argumento de autoridad. Para mi trabajo, utilizare referencias lo más apegados al tema
económico y a lo social. Citando autores expertos en el tema.
LOS PROBLEMAS DE LA ESCRITURA HISTÓRICA
Lo pensado y lo vivido
Se continúa mencionando, que un texto se intenta dar razón de aquello que ocurrió: que se
explica y argumenta. Por otro lado, analiza: distingue, descompone, para tratar mejor lo
general y lo específico, para decir en qué y por qué el objeto estudiado difiere de otros
semejantes y, con todo, diferentes. Es por eso que la escritura de la historia, es
simultáneamente del lado de lo pensado y del de lo vivido, puesto que no es sino el
pensamiento de una vivencia. Ésta es la razón por la que la cuestión de la escritura de la
historia es de orden epistemológico y no literario. En cuanto quiere retomar, recomponer,
representar una vivencia pasada, busca hacerla revivir.
Decir lo correcto con palabras.
Todos los autores que han escrito sobre la historia han dedicado algunas páginas a la
necesidad de escribir bien. En mi caso, que hablo de la economía, la historia no se escribe
con ecuaciones y símbolos matemáticos, sino con palabras, con la lengua cultivada
contemporánea. Por lo tanto, yo no puedo escapar de la literatura. Es por eso que las
palabras están cargadas todas de una cultura, es por ello que las traducciones son difíciles,
pues la cultura del lector rara vez coincide con la del autor. Pero la escritura de la historia
presenta dificultades específicas en otro sentido, nacidas de la distancia que separa el
pasado del presente.
Decir lo correcto con palabras falsas.
La solución que da el autor, en torno al texto, es que utilice lo que utilice el historiador no
podrá evitar la necesidad y el comentario. La distancia entre el significado pasado y
presente de los términos debe ser compensada, ya sea con una descripción del sentido
concreto del término antiguo, ya sea con una explicación de su diferencia con el actual.
Junto con ello, al margen de su relato, se debe recorrer como en punteado un texto paralelo,
un meta texto, que ofrezca el sentido de los términos, tanto con una nota a pie de página o
con una descripción integrada en el propio texto, e incluso con un inciso cuando el término
aparezca por primera vez. La cultura literaria, la práctica y el gusto de la escritura
constituyen aquí ayudas preciosas. La historia no puede prescindir de un trabajo que es de
orden literario, con las especificidades de un género que es particular.

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