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Introducción 

(pp. 15-24)
https://doi.org/10.2307/j.ctv1xxtvt.3

Siempre es mejor evitar un embarazo no deseado que recurrir al aborto. El aborto es


un último recurso; por ello, es mejor informarse antes y utilizar anticonceptivos. Hay
quienes piensan que con educación sexual podrían evitarse todos los abortos, pero
esta relación es imperfecta. Para empezar, porque el deseo sexual es natural e
inconsciente y nadie puede someterlo a la razón ni a la planeación. Pero además
porque el embarazo no deseado tiene múltiples causas: la censura es una de las
principales, pues una sociedad que no difunde ampliamente la información sobre los
anticonceptivos y que no los hace accesibles

Género, sexualidad y embarazo (pp. 25-48)


https://doi.org/10.2307/j.ctv1xxtvt.4

La ignorancia y las desigualdades de poder entre los sexos han sido barreras para
ejercer una sexualidad libre y para recurrir a las prácticas de prevención del embarazo.
Desde mediados del siglo pasado tres fenómenos históricos transformaron la
sexualidad juvenil y las desigualdades de género: el surgimiento de las llamadas
“culturas juveniles”, la comercialización de la píldora anticonceptiva y la refundación
del movimiento feminista. Después de las guerras mundiales, un movimiento global
juvenil se extendió a través de la música justo cuando comenzaba la comercialización
de la píldora anticonceptiva y se refundaba el feminismo. Ideas renovadas acerca del
ser joven

El aborto (pp. 127-188)
https://doi.org/10.2307/j.ctv1xxtvt.6

No todas las personas estamos preparadas para tener hijos, ni para tenerlos en
cualquier momento. De ahí la importancia de utilizar métodos anticonceptivos y la
necesidad de tener abierta la opción del aborto, como último recurso. Es tan valioso y
significativo el acto de trascender la vida con la decisión de ser madre o padre que en
muchas ocasiones esa gran emoción nos impide analizar con serenidad una acción
tan importante como es la de abortar. Así como tener un hijo compromete los recursos
y los márgenes de la realización personal, interrumpir un embarazo
La OMS define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y
social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. 

Para que todas las personas tengan acceso a la atención de salud y para avanzar
hacia la satisfacción progresiva de los derechos humanos, se debe ofrecer a todos
una atención de salud de calidad que incluya servicios de atención integral para el
aborto. Estos servicios abarcan la información, la atención para el aborto y
atención postaborto. La falta de acceso a una atención para el aborto segura,
asequible, humana y oportuna pone en riesgo no solo el bienestar físico, sino
también el bienestar mental y social de las mujeres y las niñas.

El aborto provocado (o interrupción voluntaria del embarazo) es un procedimiento


médico sencillo y habitual. De los embarazos que se producen cada año, casi la
mitad -121 millones- no son deseados; además, seis de cada diez embarazos no
son deseados (y, en total, tres de cada diez embarazos) se interrumpen
voluntariamente. El aborto es seguro cuando se utiliza un método recomendado
por la OMS que resulta también adecuado teniendo en cuenta la duración de la
gestación y lo practica una persona que posee los conocimientos necesarios. Sin
embargo, cuando una mujer que está embarazada sin haberlo deseado encuentra
obstáculos para que se le presten servicios de atención al aborto de calidad, se
expone a riesgos si decide abortar.

Aborto (who.int)

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