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Partes: G.C.L. y otro c/ G.A. del C.

s/ nulidad de matrimonio

 
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
 
Sala/Juzgado: B
 
Fecha: 16-feb-2009
 
Cita: MJ-JU-M-42913-AR | MJJ42913 | MJJ42913
 
Producto: Microjuris
 
Se admite la acción de nulidad del matrimonio, con fundamento en el impedimento de
ligamen del causante, calificando de buena fe a la demandada y teniendo en cuenta
que en la partida de matrimonio constaba como nota marginal por error el divorcio
vincular que habilitaba al causante, padre de los actores, para el acto que celebraría
con la demandada.

 
 

Sumario:
 

1.-Corresponde confirmar la sentencia apelada que admitió la acción de nulidad del


matrimonio, con fundamento en el impedimento de ligamen del causante, y calificó de
buena fe a la demandada. Es que tanto la sentencia apelada cuanto el dictamen fiscal,
se atuvieron a la directiva emanada del artículo 224 del Código Civil, conforme al cual
la buena fe debe existir en el momento de la celebración, no importando que con
posterioridad el cónyuge fuera enterado del impedimento. En base a esta preliminar
determinación, ninguna de las pruebas producidas convence de que la demandada
hubiera tenido cabal conocimiento de que la sentencia dictada en el juicio entre los
progenitores de los demandantes-, era de separación y no de divorcio vincular.
Especialmente porque al inscribirse el fallo en el Registro del Estado Civil, se tomó razón
de aquello que se había requerido mediante oficio del Juzgado interviniente, y que por
error, consistía en la anotación del divorcio vincular. De tal modo en la partida de
matrimonio, constaba como nota marginal, el divorcio vincular, y a la época del
casamiento de la demandada con el causante, el instrumento que pudo conocer aquella,
habilitaba a éste para el acto que celebraría.

2.-En relación con lo que regula la norma del artículo 224 del CCiv., en el escrito de
demanda, los actores no puntualizan la que debería ser afirmación conceptual dirigida a
descalificar a la demandada. No hay en la demanda una línea, un párrafo en el que
siguiendo los requerimientos del artículo 330 del CPCCN., los actores digan que la
demandada sabía al tiempo de casarse que el causante no se había divorciado
vincularmente, y que describan específicamente cual sería el fundamento para sostener
tal afirmación. Y en verdad, el único recaudo eficiente que debía tener en cuenta la
contrayente era el instrumento público en el que se definía el estado civil del causante,
presupuesto para concretar la unión de éste con la demandada, la partida del anterior
casamiento, con la anotación marginal que lo habilitaba porque el asiento registraba el
divorcio vincular, y la toma de razón obedecía a una comunicación efectuada por el
Juzgado Nacional competente. Ese documento, en el que se registraba la aptitud nupcial
del causante, era suficiente y excluyente constancia, sin posibilidad ni necesidad de
recurrir a otro. Se suma a lo anterior que los testigos no aportaron dato alguno que
autorice a sostener que la demandada sabía, al tiempo de la celebración del
matrimonio, que existía impedimento para el esposo, por lo que en definitiva
corresponde admitir la acción de nulidad del matrimonio, con fundamento en el
impedimento de ligamen del causante, y calificar de buena fe a la demandada.
 

 
Fallo:
 
Buenos Aires, Capital de la República Argentina, a los 16 días del mes de febrero de dos mil
nueve, reunidos en Acuerdo los Señores Jueces de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Civil, Sala "B", para conocer en los recursos interpuestos en los autos caratulados: "G.C.L. y
otro c/ G.A. del C. s/ nulidad de matrimonio", respecto de la sentencia de fs. 389/398, el
Tribunal estableció la siguiente cuestión a resolver:

¿Es ajustada a derecho la sentencia apelada?

Practicado el sorteo resultó que la votación debía efectuarse en el siguiente orden Señores
Jueces Doctores: GERONIMO SANSO - CLAUDIO RAMOS FEIJOO.- MAURICIO LUIS MIZRAHI -

A la cuestión planteada el Dr. Sansó, dijo:

1. Contra la sentencia de fojas 389/398, que admitió la acción de nulidad del


matrimonio, con fundamento en el impedimento de ligamen del causante, y calificó de
buena fe a la demandada, interpusieron los demandantes recurso de apelación que
sostuvieron en el memorial de fojas 415/422, contestado a fojas 425/427. A Fojas
429/430 dictaminó el señor Fiscal ante esta Cámara.

El escrito de queja censura la calificación que hiciera el fallo respecto de la buena fe de


la accionada, arguyendo que la documentación aportada, expedientes judiciales
incluidos, la declaración de los testigos y las presunciones constituyeron elementos de
convicción de peso suficiente, concurriendo para demostrar que la demandada conocía
el impedimento del causante J.M.G., para contraer matrimonio válido

2.- Tanto la sentencia apelada cuanto el dictamen fiscal, se atuvieron a la directiva


emanada del artículo 224 del Código Civil, conforme a la cual la buena fe debe existir
en el momento de la celebración, no importando que con posterioridad el cónyuge fuera
enterado del impedimento.
En base a esta preliminar determinación, coinciden fallo y dictamen fiscal en que
ninguna de las pruebas producidas convence de que la demandada hubiera tenido cabal
conocimiento de que la sentencia dictada en el juicio entre J.M.G.M. y M.D.C.-
progenitores de los demandantes-, era de separación y no de divorcio vincular.

Especialmente porque al inscribirse el fallo en el Registro del Estado Civil, se tomó


razón de aquello que se había requerido mediante oficio del Juzgado interviniente, y
que por error, consistía en la anotación del divorcio vincular. De tal modo en la partida
de matrimonio, constaba como nota marginal, el divorcio vincular, y a la época del
casamiento de la demandada con el causante, (12 de Julio de 2002) el instrumento que
pudo conocer aquella, habilitaba a éste para el acto que celebraría.

Esa equivocada inscripción del fallo de separación (22-12-00), fue consecuencia de que
el oficio librado el 11 de diciembre del año 2000 así lo hiciera constar, manteniéndose
el error hasta el 8 de julio 2004, que es la fecha en la que ingresara al Registro el oficio
judicial en el que se comunica la modificación de la inscripción.

3.- Documentos a los que se refiere el memorial de agravios (foja 415 vuelta): Escritura
204 del 02-08-2001, contiene el convenio de división de bienes por disolución de la
sociedad conyugal entre el causante y M.C.; el instrumento privado entre las mismas
partes, y con la misma fecha. Estos documentos fueron agregados por la demandada al
sucesorio.

Escritura Nº 20 del 09-05-2002, compra de unidades en propiedad horizontal efectuada


por el causante, haciendose constar el estado civil del mismo, como separado.Escritura
Nº 156 del 18-10-2002 que suscribiera la demandada, aceptando la compra antes
aludida, titulandose divorciada de A.F.P., pero no casada con González Meana como
hubiera correspondido.

Esta última escritura, tal como lo señala el señor Fiscal, es posterior a la fecha de
casamiento de la accionada con el causante (12 de julio de 2002), y la anterior
relacionada la suscribió el causante singularmente, invocando el carácter de gestor de
negocios.

Aquellos otros instrumentos referidos a la división de bienes, solo por haberlos


presentado la accionada, al tiempo de iniciarse el sucesorio del causante, no
constituyen indicio de que los conociera a la época en que contrajeron matrimonio.

La circunstancia de que en diversas escrituras, la accionada omitiera invocar su estado


civil de casada con el causante, haciendo figurar que era divorciada de A.F.P. sería una
presunción más, según lo entienden los apelantes, corroborante de que sabía del
verdadero estado civil de su nuevo esposo. Esto fue desechado por la sentencia apelada,
en la inteligencia de que las razones por las cuales la demandada obviaba declararse
casada, tendrían que ver con otras eventuales causas de índole patrimonial, sin que
hubiera forma de asociarla con la buena o mala fe de la contrayente al tiempo de unirse
en matrimonio con el causante.

Menos incidencia tiene la parcial aseveración de que la accionada les ocultara a los
actores, que se había casado con el progenitor de estos, manteniéndolo en secreto,
siendo que tenían trato y se veían con frecuencia. Justamente, por la frecuentarse,
parece poco creíble que los demandantes no se percataran del vínculo formal, frente a
una relación presentada como pareja.

4.-A la pormenorizada consideración de las cuestiones que hiciera la señora Juez de la


causa, sumo el minucioso y profundo análisis del señor Fiscal ante esta Cámara, que el
memorial de queja no alcanza a refutar.
Pero particularmente, y en relación con lo que regula la norma del artículo 224,
advierto que en el escrito de demanda, los actores no puntualizan la que debería ser
afirmación conceptual dirigida a descalificar a la actora. No hay en la demanda una
línea, un párrafo en el que siguiendo los requerimientos del artículo 330 del Código de
Procedimientos, los actores digan que la demandada sabía al tiempo de casarse que el
causante no se había divorciado vincularmente, y que describan específicamente cual
sería el fundamento para sostener tal afirmación.

Y en verdad, el único recaudo eficiente que debía tener en cuenta la contrayente era el
instrumento público en el que se definía el estado civil del causante, presupuesto para
concretar la unión de éste con la demandada, la partida del anterior casamiento, con la
anotación marginal que lo habilitaba porque el asiento registraba el divorcio vincular, y
la toma de razón obedecía a una comunicación efectuado por el Juzgado Nacional
competente.

Ese documento, en el que se registraba la aptitud nupcial del causante, era suficiente y
excluyente constancia, sin posibilidad ni necesidad de recurrir a otro.

5.- Tampoco convencen las evocaciones parcializadas, ni las inferencias extraídas de las
declaraciones de los testigos, que los apelantes proponen.

El temperamento rector en esta materia, es el de que los testimonios no deben ser


evaluados aisladamente, uno por uno sino que corresponde aprehenderlos en cúmulo,
que es la manera más racional de obtener un panorama de conjunto. El empleo un
sistema de análisis individualizado, testigo por testigo, priva de la visión de lo
importante. De allí que la prueba de testigos debe apreciarse en conjunto, por ser la
manera más razonable de evaluar el conocimiento que los declarantes pudieran haber
tenido de los hechos, y de los actos que se invoca como fundamento de la acción o de
las defensas.

Los testigos no aportaron dato alguno que autorice a sostener que la demandada sabía,
al tiempo de la celebración del matrimonio, que existía impedimento para el esposo.

Por todo lo expuesto, propongo que al rechazarse los agravios se confirme la sentencia
apelada en todo cuanto decide, con las costas en esta instancia a los actores vencidos.
Los Dres. Ramos Feijóo y Mizrahi por análogas razones a las aducidas por el Dr. Sansó, votaron en el mismo sentido a
la cuestión propuesta.

Con lo que terminó el acto:

GERONIMO SANSO. CLAUDIO RAMOS FEIJOO. MAURICIO LUIS MIZRAHI -

Es copia fiel del Acuerdo que obra en la Pág. nº a nº del Libro de Acuerdos de esta Sala "B" de la Excma. Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil.-
Buenos Aires, febrero 16 de 2.009.-

Y VISTOS: Por lo que resulta de la votación que instruye el Acuerdo que antecede, se confirma la
sentencia apelada en lo que ha sido materia de agravios. Con las costas en esta instancia a los
actores vencidos.

Teniendo en cuenta como se decide en esta instancia; naturaleza del proceso; que, conforme tiene resuelto este
Tribunal, la carencia de monto no implica, en modo alguno, un correlato de una falta de "valor del litigio", pues, la
base regulatoria debe discernirse buscando en cada caso particular aquel parámetro que refleje adecuadamente la
cuantía patrimonial del pleito, procurando no sólo preservar la ratio legis del art.19 de la Ley de Arancel, sino
también arribar a una justa retribución representativa del grado de responsabilidad profesional por los intereses en
juego, la complejidad de la cuestión y el mérito de la labor desempeñada y que, por su parte guarde relación con la
solvencia económica de aquellos que, en virtud del resultado, tienen la obligación de soportarla (conf. C.Nac.Civ.,
Sala C, "Samez c/Calzon", del 06.11.84, L.L., 1985-B, 548; id. id., Sala B, "Rio c/Rio s/Colación", H.nº 53.252/94, del
10.09.03; id. id., "Club Ciudad c/ Asociación s/ Amparo, H. nº101.983/99 del 30.03.06; id. id., "Instituto c/ Circulo s/
Medidas Precautorias", H. nº 18.362/01 del 30.03.06; id. id., "Suarez c/ Delait s/ Restitución de Bienes", H. nº
124.921/96 del 04.04.06; id. id., "Nardelli c/ Caja Notarial s/ Amparo", H. nº 51.683/05 del 24.10.07, entre otros);
etapas cumplidas; resultado obtenido; recursos de apelación interpuestos por bajos a fs. 399 y fs. 401, y por altos de
fs. 401, y lo dispuesto en los arts. 6, 7 , 8, 9 , 19, 30(reF:LEG805.30), 37, 38 , 49 y cctes. de la ley de
arancel nº 21.839 con las reformas introducidas por la ley nº 24.432 , se confirman las regulaciones de fs . 398 vta.
practicadas a favor d e la letrada apoderada de la parte actora Dra. Beatriz Magdalena García y de la letrada
patrocinante y luego apoderada -desde fs. 144- de la parte demandada Dra. Alicia Beatriz Salomon.

Por su labor en la Alzada se fijan en ($.) los honorarios de la Dra. García y en ($.) los de la Dra. Salomon (conf. arts.
14 , 49 y cctes. del arancel), los que deberán abonarse en el mismo plazo que el fijado en la instancia de grado.

Notifíquese y devuélvase.-

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