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EXEQUATUR

El derecho internacional privado contempla el cruce de diversas legislaciones a lo largo del mundo
jurídico, a razón de ello, la regulación de normativas y el reconocimiento de estas en otros estados
supone la protección de derechos y deberes de individuos que interactúan relaciones jurídicas en
diversos estados. A razón de ello, el punto esencial del reconocimiento recae en el reconocimiento
de sentencias extranjeras denominado como Exequatur, debiendo seguirse un respectivo
procedimiento.

Según Velarde (2016) la procedencia del exequatur surge por tres requisitos esenciales, los
cuales atienden a la existencia de un tratado, es decir entre el estado que emite la sentencia y el
estado en el que se pretende reconocer tal sentencia, seguidamente, atiende a la reciprocidad,
esto atendiendo que el reconocimiento de la sentencia tenga igual valor jurídico que una
sentencia emanada en Perú, finalmente, la regularidad internacional de los fallos, basándose en el
respecto del ordenamiento jurídico, la notificación debida al demanda, y que la sentencia se
encuentre ejecutoriada como calidad de cosa juzgada en el estado que la emana. (p.1)

En ese sentido, teniendo en claro los términos a cumplir en el ámbito internacional, es preciso
señalar que nuestra legislación contempla tales requisitos en el Libro X del Código Civil
específicamente en el artículo 2104°, del cual se detalla a continuación:

Artículo 2104.- Requisitos para Exequator

Para que las sentencias extranjeras sean reconocidas en la República, se requiere, además de
lo previsto en los artículos 2102 y 2103.

1. Que no resuelvan sobre asuntos de competencia peruana exclusiva.

2. Que el tribunal extranjero haya sido competente para conocer el asunto, de acuerdo a sus
normas de Derecho Internacional Privado y a los principios generales de competencia procesal
internacional.

3. Que se haya citado al demandado conforme a la ley del lugar del proceso; que se le haya
concedido plazo razonable para comparecer; y que se le hayan otorgado garantías procesales
para defenderse.

4. Que la sentencia tenga autoridad de cosa juzgada en el concepto de las leyes del lugar del
proceso.

5. Que no exista en el Perú juicio pendiente entre las mismas partes y sobre el mismo objeto,
iniciado con anterioridad a la interposición de la demanda que originó la sentencia.

6. Que no sea incompatible con otra sentencia que reúna los requisitos de reconocimiento y
ejecución exigidos en este título y que haya sido dictada anteriormente.

7. Que no sea contraria al orden público ni a las buenas costumbres.

8. Que se pruebe la reciprocidad.


A razón de ello, brindaremos una jurisprudencia netamente del tema exequatur.

Casación N° 1332-2019

En el presente caso la demanda de exequatur fue interpuesta con fecha 24 de octubre del 2019
por Olga Cecilia Woll Torres y William Jhoseph Miller ante la Segunda Sala Especializada de Familia
de la Corte Superior de Justicia de Lima, solicitando como pretensión principal el reconocimiento
de sentencia extranjera sobre su divorcio constituido en el estado de Florida – Estados Unidos,
seguidamente como pretensión secundaria que ante el reconocimiento de la sentencia se oficie al
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, o por sus siglas RENIEC para el curso de cambio
de estado civil constituyendo el estado civil de “divorciado”, así como también, se curse oficie al
Registro Personal de los Registros Públicos de Lima, para los fines correspondientes.

Estando ello, proceden a configurar los hechos materia de reconocimiento, en primer lugar,
señalan que con fecha 01 de abril de 1994 las partes contrajeron matrimonio civil en la ciudad de
Arlington perteneciente al estado de Virginia en Estados Unidos, en segundo lugar, el matrimonio
lo registraron en el concejo provincial del Callao – Perú con fecha 25 de junio de 1994, lugar donde
se constituirá el domicilio conyugal.

Sin embargo, ante las diferencias cursadas entre ambos sujetos se consigna que con fecha 30 de
abril de 2010 el aún esposo William Jhoseph Miller retorno a su país natal, consignando las partes
que tal sujeto no regreso al Perú, así pues, tras largas conversaciones y opiniones con fecha 14 de
setiembre de 2016 ante la Corte del Décimo Octavo Circuito Judicial del Condado de Seminole en
el estado de Florida- Estados Unidos se declaró por disolver el vínculo matrimonial, esto es el
divorcio.

En ese sentido, al obtener el documento que acreditaba la disolución del vínculo matrimonial se
configuraron otras declaraciones de hecho y derecho para poder proseguir tal procedimiento en la
legislación peruana, siendo los siguientes:

 Acreditaron que no existía otro proceso judicial por materia de divorcio, en sentido
general.
 No se habían constituido hijos dentro del matrimonio.
 Los derechos patrimoniales habían sido delimitados por la sentencia expedida en
Estados Unidad.
 Acreditaron que no existían bienes muebles o inmuebles de la sociedad conyugal
constituidos en Perú.
 Acreditaron que el proceso de divorcio había sido constituido con las formalidades de
ley, esto es se habría notificado válidamente a las partes, por lo que hicieron el uso de
su defensa.
 Finalmente, la sentencia emitida en Estados Unidos adopto la calidad de cosa juzgada,
esto es que ninguna de las partes ha interpuesto recurso impugnatorio contra esta,
por lo tanto, ha sido consentida.

A pesar de lo consignado por las partes, con fecha 05 de noviembre de 2018, los criterios de la
Sala señalaron que debían incurrirse en subsanaciones, toda vez que, no se habría configurado
el adjuntar aranceles por ofrecimiento de prueba como la sentencia extranjera, acreditar que
en el Perú no existe otro juicio pendiente, acreditar que la sentencia emitida no sea
incompatible con otra sentencia anterior, debiendo necesariamente acreditarse mediante
declaración jurada con firmas legalizadas ante la misma Corte.

Estando ello, las partes recurrentes cumplieron con subsanar lo señalado, sin embargo,
realizaron oposición a lo determinado por el mandato de presentación de una declaración
jurada, y es que si bien es cierto los requisitos de demanda señalados en el art. 424 ;425 y 551
del Código Procesal Civil no expresan de manera obligatoria que sea necesario presentar una
declaración jurada de tales términos.

Ahora bien, tras la supuesta subsanación la Sala correspondiente con fecha 23 de noviembre
de 2018 rechazo tajantemente la demanda, señalando que no se había cumplido con acreditar
la no existencia de juicio pendiente en el país sobre el objeto de divorcio, así como tampoco,
se habría acreditado que la sentencia podría ser incompatible con otra sentencia, pudiendo
acreditarse a través de un documento certificado o mediante una declaración jurada
certificada.

En ese sentido, las partes interpusieron el recurso de apelación con fecha 08 de enero de
2019, señalando que:

 Ya se habría acreditado mediante declaración jurada lo solicitado por la Sala.


 Se oponen al requerimiento ejercido por la Sala de acudir a la misma sede judicial a
certificar sus firmas para recién ser constituida como una declaración jurada.
 Señalan que la normativa procesal civil invocada por la Sala no determina
expresamente la necesidad de presentar una declaración jurada con obligatoriedad de
certificación de firmas, considerando que la Sala ha constituido un requisito tácito
para recién poder admitir la solicitud de exequatur, siendo además que tal
presupuesto no está regulado por ninguna norma vigente.

Al respecto, la decisión de la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la


Republica determino que se declarará nula la resolucion emitida con fecha 23 de noviembre
de 2018, esto es la resolucion que rechaza la solicitud de exequatur, disponiendo que la Sala
que emitió tal decisión emita una nueva resolucion con los precedentes que se detallaran, a
continuación:

Estando que el exequatur es el reconocimiento de una sentencia extranjera en el Perú, es


necesario contemplar el cumplimiento de los requisitos dispuestos en el artículo 2104° del
Código Civil.

Asimismo, debe contemplarse los artículos 2102° sobre sentencias extranjeras, estando el
reconocimiento de sentencia extranjeras a través de tratados celebrados entre los estados, y
el artículo 2103° sobre reciprocidad negativa, estando a las sentencias que provienen de un
estado en el cual no se evidencia el cumplimiento de sentencias peruanas.

En ese sentido, es preciso señalar que el argumento de la Sala sobre rechazo de demanda no
contiene la debida motivación de resoluciones judiciales, aduciendo más requisitos que los
determinados en la norma, esto es la exigencia de una certificación o declaración jurada de los
recurrentes para determinar el cumplimiento total de requisitos para el exequatur. Estando
ello, resulta evidente que la nueva resolucion que emita la Sala será consignada a favor de los
recurrentes, disponiéndose el exequatur y el reconocimiento del divorcio en el Perú.

REFERENCIAS:

Código Civil Peruano [CCP]. Artículo 2104.

Corte Suprema De Justicia De La República Sala Civil Permanente. (2020). Casación N° 1332-2019-
LIMA. https://cdn.gacetajuridica.com.pe/laley/APELACI%C3%93N%20N%C2%BA1332-
2019-LIMA_LALEY.pdf

Velarde, L. (2016). Exequátur (ejecútese). Horizonte Empresarial. (10). 73-76.


https://revistas.urp.edu.pe/index.php/Horizonte_empresarial/article/view/249/238

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