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SALACIVIL

Auto Supremo: 968/2018


Fecha: 01 de octubre de 2018
Expediente: PT-21-17-S
Partes: Nazaria Oros Vda. de Condo. c/ Ana Lourdes Oros.
Proceso: Nulidad de testamento.
Distrito: Potosí.

FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN

Del contexto de todo el recurso de casación se advierte que tiene como punto
neurálgico que el testamento otorgado por Francisco Oros, no cumple con los
requisitos exigidos por Ley, porque las personas que habrían concurrido como
testigos, no serían vecinos del testador aspecto que sería reconocido por la
propia demandante al manifestar que no todos eran vecinos del testador; añade
que, cuando se presenta el testamento en forma escrita, se debe acreditar cuál
de los testigos escribió el testamento dictado por el cujus lo que no sucedió, y al
adolecer de estos requisitos formales, el testamento seria nulo de pleno derecho
al n cumplirse con las formalidades exigidas por el art. 1133 del Código Civil.

Habiendo generado una interpretación jurídica de forma sistemática en el


apartado IlI.1, IlI.2 y con la finalidad de que la argumentación juridica a ser
emanada sea coherente y clara corresponde determinar cuáles los fundamentos
facticos que sustentan la demanda, Nazaria Oros Vda. de Condo por escrito de
fs. 42 a 45 planteada demanda de nulidad de testamento manifestando que su
hermano el sr. Francisco Oros falleció en la ciudad de Potosí, el 11 de julio de
2013, habiendo dejado a su fallecimiento un bien inmueble, una línea telefónica
y dos cajas de ahorro, ante tal hecho en la gestión 2013 se hizo declarar
heredera, porque su hermano no se casó ni procreo hijos, para adquirir los
bienes realizó los trámites ante el Banco Nacional S.A y ante la Cooperativa
Catedral Limitada SRL, también realizó la regularización del derecho propietario
mediante tramite de división y partición del inmueble ubicado en la calle
Chayanta N° 560 con una superficie de 53.14 mts.2 sin que durante el trámite
se haya planteado oposición alguna, pero en la conclusión de su trámite, su hija
Ana Lourdes Oros el 4 de septiembre de 2014 le hace llegar una carta notaria,
donde le solicita inhibirse de ejecutar mejoras, trabajos de construcción y otros
trámites administrativos, motivo por el cual inicio una medida previa de
conciliación para que se aclare lo aseverado y exhiba la documentación que
acredite esa solicitud, actuado donde hizo conocer la existencia de un
testamento abierto de su hermano que en vida le dejo el bien inmueble y las dos
cajas de ahorros, solicitando la nulidad del referido testamento de fecha 12 de
abril de 2013 por incumplimiento del art. 1133 del CC, entre otros argumentos
porque los testigos no son vecinos del lugar.

Ana Lourdes Oros contesta negativamente refiriendo que el testamento abierto


fue suscrito ante testigos, es legal, público y protocolizado ante el juzgado de
instrucción en lo civil, planteando paralelamente demanda reconvencional de
mejor derecho sucesorio.

Que por Sentencia N° 33/2016 el A quo declara probada la demanda de nulidad


de testamento e improbada la demanda reconvencional de mejor derecho
sucesorio, bajo el argumento que de acuerdo a la confesión provocada en la
respuesta quinta la demandada señaló que algunos de los testigos son vecinos
que compartieron con su tio y otros compañeros de trabajo, y las declaraciones
testificales evidencian que no conocen a los testigos que participaron en el
testamento, extremo que no ha sido desvirtuado por el demandado, porque de
la revisión de las Cedulas de Identidad estos no condicen con el domicilio real
del testador.

El Tribunal Ad quem revoca la Sentencia argumentando que la parte


demandante no cumplió a cabalidad con la carga de la prueba que impone la
Ley, por cuanto la prueba testifical que no fue producida era de suma
trascendencia con relación a la vecindad de los testigos testamentarios quienes
pudieron ilustrar en cuanto a su relación con el testador; y con relación a la
cedula de identidad indica que el domicilio pudo haber cambiado, por cuanto
dicho punto debió acreditarse con certificaciones domiciliarias, o sea que la
parte demandante no cumplió con la carga de la prueba.

En el caso de Autos se ha ofrecido como medios probatorios documentales


inherentes a la nulidad de documento por la falta de formalidad de los testigos
vecinos: el proceso de comprobación de testamento de fs. 4 a 37, carta notariada
de fs. 38 a 40, escritura pública de testamento abierto de fs. 65 y vta.,
consistente en el testamento abierto y la fotocopia de la Cedula de Identidad de
los testigos, escritura de división y partición de fs. 14 a 24 y la confesión
provocada de [s. 158 a 159.

Del análisis de todo lo obrado, en si del testamento (fs. 33), podemos extraer
que los testigos que intervinieron dentro el testamento abierto otorgado por
Francisco Oros, se presentaron ante el Juzgado Primero de Instrucción en lo
Civil, manifestando de forma conjunta que: "las clausulas contenidas en el
testamento son las mismas, así como las firmas y rubricas estampada puesta a
consideración", si bien este acto es una formalidad establecida en el art. 1149
del Código Civil, extraña el sustento del Tribunal de alzada al sostener que la
parte demandante no ha producido los elementos probatorios como los testigos
vecinos que participaron en ese acto de otorgación de testamento abierto, ya
que no solo la demandante ofrece a estos testigos (fs. 44), sino también la
demandada, quien es la directa afecta, puesto que en su memorial de respuesta
a la demanda (fs.96 a 99), dentro su otrosí 4, se adhiere a la prueba testifical
ofrecida por la demandante, manifestación que se reitera en el escrito de
proposición de prueba (fs. 150); empero, esos medios probatorios testificales no
son producidos durante toda la sustanciación del proceso por ninguna de las
partes, sobre todo la demanda, resultando entonces errada totalmente esa
aseveración que correspondía exclusivamente su producción a la demandante.

Ahora en cuanto a la concurrencia de los testigos vecinos testamentarios,


siguiendo el criterio vertido en los acápites III.1 y II1.2 el testamento abierto
conforme determinan los arts. 1131 y 1133 del Código Civil puede ser redactado
por el testador, o bien, por uno de los testigos que concurran y los testigos
deben ser vecinos en un número de cinco o como mínimo tres (numeral 1);
como se dijo en los citados puntos la finalidad de los testigos vecinos engloban
dos aspectos la solemnidad del acto y el segundo avalar la voluntad del testador,
bajo ese enfoque también se orientó que el testigo vecino puede ser entendido
como una persona que tenga un trato de familiaridad constante o tenga su
domicilio aledaño al testador.
Empero coincidiendo con el criterio vertido por el Juez de primera instancia en
el caso de Autos no existe prueba suficiente que lleve a la convicción que los
testigos vecinos suscribientes del testamento abierto posean esas
características, porque según el acta de confesión provocada la demandada es
textual al referir: "que son vecinos los que compartieron con mi tío y los otros son
compañeros de trabajo", alusión que da a entender que los testigos que
participaron en el acto serian compañeros de trabajo, en ningún momento se
aclara que fueran del testador, al contrario se infiere que serían compañeros de
trabajo de la demandada, situación que no los encuadra como -testigos
vecinos- , al margen en ningún momento se ha establecido cuales de esos
testigos serían los compañeros del de cujus, asimismo el Auto de Vista señala
que son vecinos de este último, pero no existe coincidencia entre sus cedulas
de identidad y las direcciones de francisco Oros, es decir con la calle Chayanta
N° 560, y la afirmación de que hubieran cambiado de dirección en sus Cedulas
de Identidad, resulta una aseveración sin sustento legal.

De lo que se concluye que no se ha demostrado que el acto del testamento


abierto se realizó sin presencia de testigos vecinos que puedan avalar este acto
o acreditar la última voluntad del causante, máxime si como se expuso al ser
un acto solemne que se encuentra investido de determinadas formalidades que
son esenciales para su validez y eficacia, caso contrario de desconocer este tipo
de formalidades implicaría generar inseguridad jurídica en la elaboración de
estos actos de última voluntad, por lo que corresponde acoger el criterio vertido
en Sentencia por ser apegado al ordenamiento jurídico.

Del análisis de la respuesta al recurso de casación, se advierte que la parte


demandada observa, que el recurrente no señala si el tribunal incurrió en
infracción directa de la ley o errônea interpretación de la Ley.

Al respecto se debe precisar que al ser este un presupuesto de admisibilidad, el


mismo fue detalladamente analizado por el Auto supremo de admisión N°
1190/2017-RA cursante de fs. 265 a 266, que no merecido observación alguna
de forma oportuna por cuanto no corresponde mayor análisis sobre el
particular.

Continuando con el análisis de la respuesta del recurso de casación, se advierte


que observa el tema de la existencia de testigos.

En principio nos ratificamos sobre toda la argumentación vertida, ya que de la


revisión del proceso se evidencia que las partes, no probaron que los (testigos
testamentarios) sean vecinos por ningún medio idóneo.

Por lo expuesto corresponde emitir resolución en la forma prevista por el art.


220.1V del Código Procesal Civil.
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA CIVIL

Auto Supremo: 141/2013

Sucre: 2 de abril 2013

Expediente: SC-13-13-S

Partes: Felicia Fernández Montaño. c/ Mary Elena Toledo Fernández .

Proceso: Nulidad de Testamento.

Distrito: Santa Cruz

FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:

Para comenzar con el análisis respectivo se debe precisar que la prueba producida en instancia
es apreciada por el Juez de acuerdo a la valoración que les otorga la ley, pero en caso de no
estar determinada, podrá apreciarlas a su prudente criterio o sana crítica, valorando la pruebas
esenciales y decisivas conforme establece el art. 1286 del Código Civil y 397 parágrafos I y II de
su procedimiento. Ahora bien, en casación la valoración de la prueba realizada en instancia es
incensurable, salvo cuando en esa apreciación se haya incurrido en error de derecho o de
hecho.

En el caso en cuestión, se alega vulneración al derecho a la defensa que se expone, según el


recurso, en proponer prueba, que éstas se produzcan y se valoren correctamente de forma
justa e imparcial; al respecto cabe puntualizar, que la recurrente no precisa cual de todas las
pruebas aludidas habrían sido apreciadas y valoradas incorrectamente y si existió error de
derecho o de hecho, pues las expresa de manera general sin comprender que toda la prueba
circunscrita en proceso fue valorada oportunamente por los de instancia y en casación resulta
incensurable esa labor judicial.

Sobre la falta de valoración de la prueba pericial dactiloscópica acusando que el Juez A quo no
habría estimado la notificación para la obtención de ese dictamen pericial y que al haberse
presentado ese dictamen en Alzada el Tribunal debió hacer uso de la facultad conferida por el
art. 233 del Código de Procedimiento Civil; al respecto se debe señalar que se acusa con
carácter principal en este punto, es la tramitación misma de recepción de esa prueba pericial
dactiloscópica, en tal caso, esa denuncia versa sobre una cuestión procedimental que no
merece un examen en un recurso en el fondo, sino debió ser impugnado mediante casación en
la forma, similar tratamiento ocurre al acusar falta de fundamentación en el Auto de Vista,
siendo este aspecto de forma y no de fondo, por lo que no merece examen en este recurso.

Sobre el error de derecho en la apreciación de la prueba documental y testifical mediante los


cuales demostró su reconvención, a este punto cabe señalar que al establecer el Juez A quo, la
nulidad del testamento, por falta de formalidad en su otorgación, conforme señala el art. 1132
num.1) del código civil, no era pausible, por una lógica jurídica, dar lugar a la reconvención, por
cuanto al margen del testamento, no se había demostrado ese mejor derecho pretendido,
explicado de esa forma en la Sentencia. En el marco de lo señalado, no se puede apreciar error
de derecho, en las pruebas señaladas, ya que la nulidad de testamento está basada en el
propio tenor del testamento, corroborado por otros medios probatorios, y que la eficacia
probatoria de esta Escritura Pública no puede ser decantada por otros medios, que ni es
explicado de manera razonada y positiva en el recurso.

En relación a la denuncia de incorrecta interpretación del derecho a testar; al respecto se debe


señalar que la sucesión testamentaria, tiene su origen en la voluntad del de cujus, expresado
en un acto llamado testamento, por el cual el testador destina sus propios bienes a favor de sus
hijos, parientes o extraños. La liberalidad de disposición de los bienes por el testador, en
nuestra legislación, no es absoluta pues está sujeta a las limitaciones de las reglas de la legítima
y la porción disponible.

En todo caso, el testamento, si bien es un acto de última voluntad, empero en su otorgación


está sujeto a formalidades que la propia ley dispone, por ser un acto formal solemne que se
justifica por la importancia social y para asegurar su genuidad, espontaneidad, seriedad y
ponderación. En el caso en cuestión, el art. 1132 del Código Civil regula los testamentos
otorgados ante notarios, describiendo un catálogo de requisitos para su extensión,
formalidades inexcusables para su otorgamiento.

Señalado esto, se debe ser claro al indicar que nuestra legislación impone estos requisitos en
caso de otorgarse un testamento abierto ante notario, no pudiendo soslayarse de cumplir con
esos preceptos que garantizan la voluntad del de cujus y garantiza el negocio jurídico del que
recibe, en tal razón conforme se señaló en instancia la Escritura Pública (Testamento) No.
38/2011 fue declarado nulo en virtud al art. 1132 num. 1) del Código Civil, o sea, ante el
incumplimiento de las formalidades exigidas en dicha norma legal, siendo correcta esa decisión
conforme las normas que rigen nuestra legislación sobre el derecho sucesorio. Por lo que los
fundamentos que hacen a la casación en el fondo son infundados.

Por lo expuesto éste Tribunal de casación, emite Resolución en la forma determinada por los
arts. 271 num. 2) y 273 del Código de Procedimiento Civil.

TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA CIVIL

Auto Supremo: 59/2021.

Fecha: 27 de enero de 2021

Expediente: LP-108-20-S.

Partes: Mónica Del Carmen Soliz de Cuenca c/ Leonardo Javier Soliz Rodríguez
y Jorge Remmy Siles Cajas (Ex notario de Fe Pública).

Proceso: Anulabilidad de testamento abierto.

Distrito: La Paz.

FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN

Expuestos como están los fundamentos que hacen a la doctrina aplicable al


caso, corresponde a continuación ingresar a considerar los reclamos expuestos
en el recurso de casación interpuesto por el demandado.
Se tiene que los reclamos del recurrente contenidos en los puntos 1 y 2, son de
exposición coincidente, en sentido de cuestionar al Tribunal de alzada por
realizar una errónea valoración de la Escritura Pública Nº 397/2012 la cual
haría plena prueba, de que la última voluntad de su madre María Paz Rodríguez
Rodríguez fue designarlo como único beneficiario del inmueble ubicado en la
Av. Buenos Aires, con una superficie de 669.75 m2, registrado en Derechos
Reales bajo la Matrícula Computariza Nº 2010990049559.

Refirió además que no se consideró que, en la escritura pública cuestionada, en


las primeras líneas su madre expresó que se encontraba en pleno goce de sus
facultades intelectuales y era capaz de suscribir el testamento abierto; asimismo
manifestó que su madre jamás fue declarada judicialmente como interdicta, y
las pruebas tampoco establecen que carecía de capacidad mental.

Para dar respuesta a este punto, es necesario realizar las siguientes presiones
respecto a la Escritura Pública Nº 397/2012, que protocolizó el testamento
abierto cuestionado:

-En esta escritura en las primeras líneas refiere que el Dr. Jorge Remy Siles
Cajas, Notario de Fe Pública Nº 59 a horas 10:00 del día 17 de marzo de
2012, se constituyó en la calle Vanguardia Nº 1010 de la zona Nueva Potosí,
a objeto de identificar a la señora María Paz Rodríguez, quien identificada le
presentó el testamento abierto.

-Del testamento abierto que fue transcrito en la Escritura Pública Nº 397/2012,


se observa, además, que el mismo fue suscrito el 16 de marzo de 2012 y en
la cláusula primera, María Paz Rodríguez Rodríguez, manifestó que es madre
de Leonardo Javier Soliz Rodríguez, y es su plena voluntad, con todo uso de
razón sin que medie ningún tipo de dolo y presión, realizar el referido
testamento.

-En la cláusula segunda del mencionado documento declara que es propietaria


de un inmueble ubicado en la Av. Buenos Aires, con una superficie de
669.75 m2, registrado en Derechos Reales bajo la matrícula
2010990049559.

-En la cláusula tercera, María Paz Rodríguez Rodríguez refiere que, es su


decisión testar porque se encuentra muy delicada de salud, debido a un
diagnóstico que le dieron hace varios años.

-En la cláusula cuarta María Paz Rodríguez Rodríguez voluntariamente deja a


su hijo Leonardo Javier Soliz, una casa de 669.75 m2., registrado bajo la
matrícula 2010990049559, como único beneficiario y legítimo propietario.

-De igual manera en el testamento, se observa que María Paz Rodríguez


Rodríguez imprime sus huellas digitales en presencia de los testigos a ruego
Juan Remberto Poma Huanca y Wilma Ramirez Mamani, y como testigos
testamentarios Luisa Norah Mendoza Villarreal, Omar Alejandro Alarcón
Pinto, Guadalupe Ubaldina Alarcón Aranda y no se consigna dirección
domiciliaria de ninguno de los testigos testamentarios.

-Finalmente, en lo complementado por el Notario suscribiente, en el punto


“conclusiones”, se puede observar que el mismo manifiesta que María Paz
Rodríguez Rodríguez estampó sus huellas digitales y como testigos
testamentarios solo firmaron dos personas Omar Alejandro Alarcón Pinto y
Guadalupe Ubaldina Alarcón Aranda.

Realizadas estas presiones y con la finalidad de otorgar una respuesta


debidamente motivada y fundamentada, es pertinente señalar lo expresado por
Félix Paz Espinoza quien en su obra derecho de sucesiones mortis causa en la
pag. 349 refirió que: “La capacidad para testar esta resumida en un conjunto de
condiciones legales que atribuyen efectividad jurídica a la declaración de la
última voluntad y consiste en la cualidad de querer entender y disponer, que debe
reunir el testador…”.

Ahora respecto a los testamentos el art. 1126 del Código Civil, establece que los
testamentos pueden ser: testamentos solemnes, estos pueden ser abiertos o
cerrados y testamentos especiales en los cuales solo basta que conste la
voluntad del otorgante, en los casos que establece la ley.

Para el caso que nos ocupa es necesario identificar que es el testamento abierto,
para lo cual nos remitimos a lo señalado por Armando Villafuerte Claros quien
en su obra Derecho de Sucesiones tomo II, en la pág. 198, refirió que: “el
testamento abierto se lo hace mediante acto público, ante notario y testigos o
solamente ante éstos, (…) Por la intervención del notario recibe también los
nombres de testamento notarial y testamento público, en algunos códigos se lo
denomina ordinario…”

Entonces, el testamento abierto es aquel, por el cual el testador expresa su


última voluntad de forma pública y necesariamente en presencia de 5 testigos
testamentarios como mínimo 3 testigos y con la concurrencia o no del Notario
de Fe Pública, donde el otorgante debe manifestar su voluntad; además, el
testamento puede ser realizado por escrito o de palabra ante el notario y los
testigos.

Ahora bien, en el caso que nos ocupa, se tiene que a través de la certificación
cursante a fs. 7, otorgada por el médico Dr. Fernando Álvarez Daza, se puede
establecer que María Paz Rodríguez Rodríguez fue internada desde el 16 de
marzo de 2012 hasta el 26 de marzo del mismo año, fecha que le otorgaron su
alta médica; la referida prueba es respalda por el reporte del historial clínico
cursante a fs. 9, la orden de hospitalización cursante a fs. 17, y el historial
clínico de fs. 19 a 29 donde se encuentra registrado que en fecha 15 de marzo
de 2012 María Paz Rodríguez Rodríguez recibió la orden de internación y se
observa que desde el día 16 de marzo de 2012 inicia las notas de evolución
clínica, entre una de las más sobre salientes se tiene registrado “se evidencia
paciente con piel y mucosas deshidratadas pálidas, responde a preguntas
simples, no se encuentra orientada en espacio, si en tiempo y
persona”, continuando el historial clínico de forma correlativa, desde ese día
hasta el 26 de marzo de 2012, cuando le otorgaron la alta médica.

En consecuencia, se tiene demostrado que fue imposible que el Notario de Fe


Pública Dr. Jorge Remy Siles Cajas se haya constituido en el domicilio ubicado
en calle Vanguardia Nº 1010 de la zona Nueva Potosí, con el objeto de identificar
a María Paz Rodríguez Rodríguez, quien habría otorgado el testamento abierto,
conforme se tiene descrito en la Escritura Pública Nº 397/2012, ya que María
Paz Rodríguez Rodríguez, se encontraba internada en el Hospital de Clínicas
desde el 16 de marzo de 2012 hasta el 26 de marzo del mismo año.
Producto de ello se tiene que el Notario de Fe Pública no pudo cumplir con las
formalidades establecidas en el art. 1132 del Código Civil, es decir el testamento
no pudo ser leído en voz alta, en presencia de la testadora y sus testigos, pues
como reiteradas veces ya se dijo la testadora se encontraba internada, por ende,
tampoco los testigos pudieron evidenciar que la voluntad de María Paz
Rodríguez Rodríguez era designar como único beneficiario a su hijo Leonardo
Javier Soliz Rodríguez.

De igual forma es importante señalar que el demandado Javier Soliz Rodríguez,


no presentó prueba alguna que pueda desvirtuar o pueda confrontar la prueba
presentada por la demandante consistente en el informe e historial clínico antes
detallado, que demuestra que la testadora no se encontraba en su domicilio a
tiempo de labrarse el testamento; es más se tiene que el ahora recurrente, por
memorial de fs. 191 solicitó se realice el estudio dactiloscópico, con el objeto de
probar que las huellas plasmadas en el testamento abierto correspondían a su
madre, sin embargo, Javier Soliz Rodríguez no llegó a producir esa prueba, pese
a que el juez por providencia de 24 de julio de 2015 autorizó el peritaje y designó
como perito a Octavio Yujra Callisaya.

Por otro lado, se observa que la Escritura Pública Nº 397/2012, señala como
testigos testamentarios a Luisa Norah Mendoza Villarreal, Omar Alejandro
Alarcón Pinto y Guadalupe Ubaldina Alarcón Aranda, sin embargo, en la
referida escritura, en ninguna cláusula se evidencia que los mismos sean
vecinos conforme exige el art. 1132 num. 1) del Código Civil y que fue
desarrollado en el considerando III.1 de la doctrina aplicable.

Al respecto es evidente que cuando un testamento es otorgado ante notario y


testigos, este constituye un documento público por excelencia y no requiere de
comprobación para surtir sus efectos, conforme establece el art. 465 del Código
Procesal Civil, sin embargo, la verdad material, genera la primacía de la realidad
de los hechos sobre la aparente verdad que pueda emerger de los documentos;
aplicando este principio, debe prevalecer la verificación y el conocimiento de
éstos, ahora, en el presente caso realizada la labor valorativa de las pruebas
introducidas al proceso, se logró establecer que la suscripción de la Escritura
Pública Nº 397/2012 de 17 de marzo que protocoliza el testamento abierto de
16 de marzo de 2012, fue suscrito con una serie de irregularidades y no se logró
demostrar que la misma haya sido suscrita con el pleno consentimiento de
María Paz Rodríguez Rodriguez, en consecuencia se establece que la
determinación asumida por las autoridades inferiores fue correcta.

Respecto a la acusación de que en la Escritura Pública cuestionada María Paz


Rodríguez Rodríguez, expresó que se encuentra con plena voluntad y con todo
uso de razón, y por voluntad propia decidió nombrar como único heredero a
Leonardo Javier Soliz Rodriguez; es evidente que esa expresión se encuentra
escrita en la Escritura Pública Nº 397/2012, sin embargo, conforme lo detallado
líneas supra, ya se estableció que María Paz Rodríguez Rodríguez no pudo
otorgar su consentimiento en ese testamento por cuanto no se encontraba en
su domicilio a tiempo de labrase el referido documento, puesto que se
encontraba internada por una afección de salud.

Referente al reclamo que su madre no fue declarada interdicta, es pertinente


señalar que si bien María Paz Rodríguez Rodríguez, no fue declarada
judicialmente interdicta, los actos irregulares advertidos en la suscripción de la
Escritura Pública Nº 397/2012 son evidentes y comprobados principalmente
por la prueba adjunta al proceso de fs. 7 a 28 vta., pruebas que no fueron
desvirtuadas y mucho menos tachadas de falsas.

De ahí que la determinación de anular la Escritura Pública Nº 397/2012, es


correcta, porque la misma no cumplió con las formalidades exigidas en el art.
1132 del Código Civil. En consecuencia, la acusación del recurrente es
infundada.

Por lo expuesto y al no ser fundadas ni evidentes las acusaciones expresadas


en el recurso de casación, corresponde a este Tribunal Supremo de Justicia
emitir resolución conforme lo prevé el art. 220.II del Código Procesal Civil

TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA CIVIL

Auto Supremo: 364/2013

Sucre: 19 de julio 2013

Expediente: PT-20-13-S

Partes: Angélica Ramos Yucra, y Otros c/ Francisca Yucra Flores y Otros.

Proceso: Nulidad de Testamento y anticipo de legítima

Distrito: Potosí

FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:

Al estar planteado recurso de casación en la forma como en el fondo, se resolverá


primero al reclamado en la forma en consideración a que si los fundamentos
expuestos fueran valederos, la Resolución fuera por anular obrados o el Auto de
Vista, imposibilitando por lo mismo la consideración del recurso de casación en
el fondo.

Dicho lo anterior, en la forma se tiene que, se denunció en primer término la


violación del principio de congruencia, considerando que ello se manifestaría en
haber dado lugar a contención en la vía que no corresponde, sin embargo no
explica de manera precisa lo que en definitiva se pretende denunciar como
incongruente en esta primera parte, pues termina por señalar que en este tipo
de procesos la resolución tampoco adquiere la calidad de cosa juzgada. Luego
cuando se pretende que en razón del art. 91 del Código de Procedimiento Civil
en relación a los arts. 190 y 192 de la misma norma legal es un aspecto
descriptivo de cual debiera ser el contenido de las Resoluciones, arribando al
punto último en la que se dice que no contuviera el Auto de Vista
fundamentación debida y motivación empero que contendría transcripción de
conceptos de orden legal sustantivo como adjetivo sobre la sucesión hereditaria
y procedencia de la nulidad de anticipo de legítima y con la cita de normas
legales del procedimiento que correspondería la nulidad de obrados, sin
vinculación valedera sobre esa posibilidad, de manera que al ser genérico el
cuestionamiento sin demostración objetiva de la vulneración de normas que en
todo caso vulnerarían asimismo derechos de la recurrente, no es fundado el
reclamo.

Se califica por otro lado al Auto de Vista recurrido como citra petita, es decir,
mas allá de lo pedido denuncia la ilegal y oficiosa interpretación realizada
presuntamente de la disposición testamentaria de quien en vida fuera Simón
Ramos Chambi, y que esta no podría ser observada por ser decisión
personalísima del testador, este argumento se relaciona con el presunto de que
no era posible ya revisar la determinación adoptada por el Juez que realizó la
apertura y comprobación y que si no se hubiera suscitado contención, se
produciría preclusión, este razonamiento no tiene sustento en razón a que el
art. 657 del Código de Procedimiento Civil, cuando refiere la declaratoria de
contención no limita a la posibilidad de la tramitación en el mismo proceso sobre
la posibilidad de cuestionar la validez del testamento, de manera que
independientemente de ese proceso voluntario, las partes pueden cuestionarlo,
pues este procedimiento de comprobación apertura y protocolización de
testamento, se caracteriza como una medida voluntaria que no prejuzga sobre
la validez del testamento, estando limitado a ordenar la apertura, su
comprobación y consiguiente registro en los protocolos de una notaria de fe
pública, denotándose como objetivo, el convertir al testamento en instrumento
público y como dice Gonzalo Castellanos Trigo en su obra Análisis Doctrinal y
jurisprudencial del Código de Procedimiento Civil Boliviano “…no le atribuye
validez ni implica cosa juzgada material, puede ser atacada por la parte contra
quien se oponga mediante el proceso de conocimiento (ordinario o sumario)”, en
ese sentido no es evidente la infracción denunciada por la recurrente,
encontrando mas bien respaldo lo razonado por el Tribunal Ad quem, no
operando el principio de preclusión como se reclama, lo mismo que la caducidad
pretendida. Por último la presunta errónea apreciación y valoración de las
pruebas documentales y testificales de cargo y descargo que refiere, queda en
esa mención sin demostración objetiva de que es lo que en definitiva se pretende
pues refiere que fuera uno de los fundamentos del recurso que interpuso, bajo
esos parámetros no es posible considerar la aplicación del art. 254 núm., 4) del
Código de Procedimiento Civil, debiendo en cambio declararse infundado el
recurso de casación en la forma.

En el fondo

En primer término cuando se reclama como omisión en la valoración de la


prueba, este aspecto basado en no haberse tomado en cuenta el legajo de las
investigaciones que se vendrían siguiendo por la presunta comisión de delitos,
en las que se encontraría inmerso informe pericial -dictamen grafológico- que
no habría sido considerado y por lo mismo habría omisión.

Por otro lado a la denuncia de que la prueba testifical de fs. 15, 21 y 22 fue
omitido y por consiguiente violación de la ley en infracción de los arts. 190, 192
inc. 2 y 476 del Código de Procedimiento Civil, y 1330 del Código Civil, habrá
que manifestar que ciertamente existe omisión en la consideración de las
referidas atestaciones, empero producidas como prueba anticipada y no enla
tramitación del proceso, no obstante ello, los tribunales de instancia debieron
considerarlo para arribar a un entendimiento real de las circunstancias que se
suscitaron a tiempo de otorgar el testamento reclamado de nulo posteriormente.
Dicho lo anterior, e ingresando al punto que consideramos neurálgico resolver
lo referido a la nulidad declarada, en primer término especificar que se demandó
sobre dos cuestiones, el primero referido a la nulidad del anticipo de legítima y
luego la nulidad del testamento otorgado por Simón Ramos Yucra, al respecto
debemos considerar que se denuncia errónea interpretación de la ley, en cuanto
a la legítima, que la que habrían sido comprendidos todos los coherederos, sin
exclusión de ninguno de ellos, siendo ese el primer aspecto a considerar, debe
tenerse presente que la legítima representa la parte del patrimonio del de cujus
que la ley reserva para la los herederos llamados legitimatarios o forzosos, del
que no pueden ser privados si la ley no señala la existencia de alguna causa, es
decir, los herederos forzosos no pueden ser privados de su legítima si no
concurre una causa legal.

Corresponde referir al art. 1254 del Código Civil que señala: “Toda donación
hecha a heredero forzoso que concurra a la sucesión del donante importa
anticipo de su porción hereditaria, salvo el caso de dispensa a que se refiere el
art. 1255”, sin embargo conforme a la previsión contenida en el art. 1059 del
Cód. Civ., en cuyo marco el anticipo de legítima no es una donación propiamente
dicha porque no constituye acto de liberalidad alguno que se ajuste a la
previsión del art. 655 del Código Civil, que en esencia dice “La donación es el
contrato por el cual una persona, por espíritu de liberalidad, procura a otra un
enriquecimiento disponiendo a favor de ella un derecho propio o asumiendo
frente a ella una obligación” sino como su nombre lo indica, es un acto de
entrega anticipada de la porción que en la sucesión le corresponde a un
heredero forzoso, legítima que en nuestra economía jurídica cualquiera sea el
origen de los hijos, es de las cuatro quintas partes del patrimonio, constituyendo
únicamente la quinta parte restante la porción disponible que el de cujus puede
destinar a liberalidades, sea mediante donaciones o mediante legados, en favor
de sus hijos, parientes o extraños. La Legítima, entonces, es parte de la herencia
a que tienen derecho los herederos forzosos respecto del patrimonio de su
causante, la misma que no puede ser dispuesta libremente ni ser objeto de
liberalidades, es decir, objeto de donación, debido a que en caso de afectación
al fallecimiento del de cujus, los herederos tienen el legítimo derecho de solicitar
la colación de los bienes que pudiesen haber afectado la legítima que es
indisponible.

De lo anterior se infiere que si el causante ha dispuesto mas de lo que la ley


permite en tratándose de un coheredero, los afectados están facultados a
recurrir a la vía legal para pedir el reintegro y reducción previa cuantificación
de la masa hereditaria, pues contra ese acto excesivo de disposición patrimonial
se han instituido esas acciones, constituyendo ésta vía el remedio jurídico
idóneo para restablecer o reconstituir el porcentaje predeterminado por ley,
estando habilitados para ello los descritos en el art. 1070 de la norma
Sustantiva Civil en los que están –en el caso de análisis- inmersos los
demandantes, de considerar que a tiempo de enterarse del contenido del
Testamento cerrado que dejó Simón Ramos Chambi, se habrían anoticiado a la
vez que a favor de Hugo Ramos Yucra (hermano menor –por padre-) se había
dispuesto en calidad de anticipo de legítima el 50% del bien inmueble de
propiedad del de cujus y Francisca Yucra Flores, no a tiempo de disponer el
testamento cerrado sino por acto anterior y esta disposición se consideraba
excesiva o en desigualdad en la proporción que consideraban desfavorable a sus
intereses, de ninguna manera demandar la nulidad de aquella, sino demandar
la reducción, en ese antecedente ciertamente el Juez A quo como el Ad quem
han interpretado de manera errónea el tema referido al anticipo de legitima,
pues de manera vinculante se ha hecho el análisis de que ambos estuvieran
ligados por la presunta falsedad del testamento, sin haber determinado de
manera fáctica si es evidente o no la afectación de los derechos de los otros
coherederos con la otorgación de ese anticipo de legítima consistente en el 50%
del bien inmueble cedido a favor de Hugo Ramos Yucra, pues de la
argumentación de los demandantes, en testamento no se habría dispuesto bien
alguno, empero de la lectura del testamento cuestionado se establece que se
hizo por parte del de cujus una distribución de bienes a favor de todos los hijos,
ahora, si existe proporcionalidad o no, pasa necesariamente por establecer la
cuantificación de la masa hereditaria vía restitución, para determinar si existe
exceso en la disposición como anticipo de legítima a favor de Hugo Ramos Yucra,
y eso se establecerá por la acción de reducción. Y la acción de reducción como
dice el Dr. Armando Villafuerte Claros “no es una acción de nulidad ni de
anulabilidad, porque, en sí misma, la reducción no depende de ningún vicio
intrínseco ni en el testamento ni en el acto de donación.” En ese contexto, el
criterio emitido por los Tribunales de instancia no es acertado y el reclamo
realizado por la recurrente tiene sustento.

Por otro lado, de manera diferenciada debe considerarse los aspectos


demandados para la nulidad del testamento. Comenzando por señalar que
según el art. 1112 del Código Civil, “(Noción) I. Por un acto revocable de última
voluntad una persona capaz puede declarar obligaciones o disponer de sus
bienes y derechos en todo o en parte, dentro de lo permitido por ley, para que
ese acto tenga efecto después de su muerte. La parte no dispuesta sujeta a las
reglas de la sucesión legal, si ha lugar.”, además de verificar lo establecido por
el art.1207 de la norma sustantiva civil que establece (Nulidad de testamento)
I. Es nulo el testamento otorgado sin las formalidades expresamente previstas
en este código, o sin cualquier requisito de fondo exigido en el testador, en el
instituido o en el testamento mismo. Si la nulidad afecta sólo a alguna o algunas
disposiciones del testamento, son válidas las restantes.”, recordando que en el
caso en cuestión se trata de invalidar por nulidad un testamento cerrado, en la
que se hubo cumplido con todas las formalidades de ley como la propia
Sentencia lo reconoce de fs. 203 textualmente: “El testamento objeto de la litis
conforme a las diligencia de medida preparatoria de demanda adjunta al proceso
en fs. 24 al 27 se evidencia que este documento fue otorgado en sobre cerrado
por el Sr. SIMON RAMOS CHAMBI con la participación y presencia conjunta y
simultánea de los testigos Srs. ERNESTO MARTINEZ FLORES, SONIA ISABEL
FERNANDEZ GUZMAN Y MARCO ANTONIO VASQUEZ MOLLINEDO, ante la
Notaria de Fe Pública Dra. Amelia Acho conforme consta en las declaraciones
juradas de fs. 15, 21 al 23 de obrados, en consecuencia se han cumplido a
cabalidad los requisitos establecidos en el art. 1147 del Código Civil.”,
verificándose que en el caso se cuestiona un testamento cerrado, y de la revisión
de antecedentes se establece que se cumplieron con las formalidades
determinadas por el art. 1127 “I. El testamento cerrado se escribe en papel
común por el mismo testador quien, después de firmarlo y cerrarlo, en una
cubierta, personalmente entregará al notario ante tres testigos vecinos
manifestando a viva voz que contiene su testamento…” “El notario, establecida
la identidad del testador, extenderá en la cubierta el otorgamiento, lo firmará
con el testador y los testigos, y luego de transcribir el otorgamiento en su
registro con las descripción y característica del sobre y sello, labrara el acta
respectiva firmándola igualmente con el testador y los testigos después de
leerles el tenor.”, esos aspectos fueron estrictamente cumplidos en el caso de
Autos, de ello se explica la conclusión a la que arribó el Juez A quo para señalar
que se había cumplido con las formalidades establecidos por ley, sin embargo
de ello, de manera errada se toma la premisa de que se habría llegado a
comprobar que la firma estampada en el testamento no le correspondería al
otorgante, sin considerar que en el proceso mismo nunca se produjo prueba que
determine ello, si bien es cierto que se adjuntó en fotocopias legajo de un
cuaderno de investigaciones en la que se habría establecido que la falsedad
fuera evidente, no es menos cierto que esa “prueba” de ninguna manera podía
ser tomada como determinante en razón a que primero se la produjo en un
proceso ajeno al presente de manera unilateral, de tal suerte que carece de valor
y debieron ser rechazados por ser violatorias de los principios de contradicción,
inmediación, igualdad y publicidad que rigen el proceso civil, toda prueba para
ser válida y ser valorada en Sentencia debe ser ofrecida o producida dentro del
proceso de conocimiento tanto de las partes como del Juez. Recurrimos a lo que
la Corte Suprema de la Nación (hoy extinta) señaló en el Auto Supremo Nº 346
de 12 de noviembre de 2003: “Ninguna pieza procesal, actos y actuaciones
procesales son válidas cuando se ha elaborado fuera del proceso, entendiéndose
por éste el conjunto armónico y ordenado de actos y actuaciones procesales en
lo principal y accesorio del mismo, por cuanto todo ello forma una unidad
integral. El debido proceso es aquel en el que se observan los derechos y
garantías constitucionales y procesales de las partes, no pudiendo tramitarse
resoluciones extra proceso y luego acumularlas en cualquier tiempo, menos
emitir resoluciones si no se desprende la causa para éstas de la secuencia
procesal”; segundo que el proceso aquel del que provino el “estudio grafológico”
se encuentra apenas en etapa de investigación y la querellada según se verifica
ha manifestado y demostrado, la objeción a ese informe y solicitado uno nuevo,
de manera que resulta impertinente la consideración de esa “prueba” para
determinar la falsedad la firma del testador, sin razonar que los testigos
ofrecidos por los propios demandantes en calidad de declaraciones anticipadas
en medida preparatoria en sentido que el testador entregó personalmente su
testamento ante el Notario de fe Pública Dra. Amelia Acho en presencia de los
demás testigos, y que este sobre fue abierto cuando fue citado por el Juez
Instructor en el trámite de apertura y comprobación del testamento,
declaraciones contenidas a fs. 15 y vlta., 21 al 23, que son concluyentes, sin
embargo no considerado valorado ni comprendido por el A quo ni por el Ad quem
que lejos de enmendar aquel error, confunde argumentos y sin diferenciación
de que el acto de disposición patrimonial del de cujus mediante anticipo de
legítima fue un acto anterior al de la disposición testamentaria y este último
acto simplemente se aclaró que se dispuso mediante ese anticipo a favor de su
hijo menor el 50% del bien inmueble de su propiedad conjuntamente su madre
del que fueran propietarios, como se ha dicho anteriormente, en este caso no
correspondía la nulidad de ninguno de los actos, en el caso del anticipo de
legítima porque la vía correcta es la de reducción y en el caso del testamento
porque habían concurrido las formalidades de ley exigidas al efectodel art. 1127
del Có digo Civil; que exista el informe grafológico que señale que la firma no le
correspondería al otorgante del testamento, no tiene mayor relevancia en razón
a que no se lo produjo en el presente proceso y aun de admitir que fuera válida
esa prueba para el caso de Autos, aquella fue cuestionada en la vía que se
tramita, -penal- y se encuentra inmerso en un proceso de investigación en la
que no se ha adoptado determinación alguna. Existiendo ciertamente error de
hechoen la valoración de las pruebas contraviniendo lo determinado por el art.
1286 del Código Civil y art. 397 del Código de Procedimiento Civil, pues en ese
marco y en sujeción a lo previsto por las normas legales citadas suponen el
análisis crítico e integral del conjunto de los elementos de convicción reunidos
e introducidos en el proceso; la apreciación de la prueba conlleva para el
juzgador el deber de valorar los elementos probatorios en conjunto y no en forma
aislada, en otras palabras confrontarlos e integrarlos unos con otros, con el
propósito de obtener una conclusión afirmativa o negativa sobre la cuestión que
se pretende resolver, en consideración a que la prueba incorporada al
expediente escapa de la esfera dispositiva y pertenece al proceso lo que Autoriza
al Juez para valorarla con independencia de quien la promovió, con fundamento
en el principio de adquisición procesal, aspecto que en el caso de Autos no
sucedió.

Por todo lo expuesto y considerado, corresponde a ese Tribunal fallar en


sujeción a lo determinado por los arts. 271 núm., 4) y 274 del Código de
Procedimiento Civil.

POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado
Plurinacional de Bolivia, con la facultad conferida por los arts., 41 y 42
parágrafo I, núm., 1 de la Ley del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010, y en
aplicación de los arts., 271 núm. 2) y 273 del Código de Procedimiento Civil,
declara INFUNDADO el recurso de casación en la forma; y en atención a lo
previsto en los arts. 271 núm. 4) y 274 del Adjetivo Civil, CASA parcialmente el
Auto de Vista Nº 066/2013 de 29 de abril de 2013 de fs. 401-403 vlta. de
obrados y deliberando en el fondo declara IMPROBADA la demanda de Nulidad
de Testamento cerrado de fecha 10 de marzo de 2010, así como del contrato de
anticipo de legítima, contenidos en el memorial de fs. 31 a 32 de obrados,
manteniéndose subsistente la disposición que declara IMPROBADA la excepción
de caducidad y preclusión de las pretensiones del demandante.
Consecuentemente subsistentes y con valor legal las Escrituras Públicas Nº
0111/2009 de 13 de julio de 2009 y 263/2009 de 26 de junio de 2009
protocolizado ante la Notaría de Fe Pública Nº 7 de Potosí, de la misma forma
subsistente y con valor legal el Testamento Cerrado de fecha 10 de marzo de
2010, pudiendo las partes accionar lo que en derecho corresponda.

TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA


SALACIVIL
Auto Supremo: 910/2016
Sucre: 27 de julio 2016
Expediente: LP-159-15-S
Partes: Valentina Felicidad Mamani Vda. de Mamani y otro. c/ Justina Teresa
Mamani de Choquehuanca
Proceso: Desheredación
Distrito: La Paz
FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:

Del análisis del recurso de casación se tiene que el mismo contiene reclamos de
forma y de fondo, por lo que, a efectos de orden primeramente se absolverán los
reclamos de forma para luego entrar a considerar los reclamos de fondo, en ese
entendido diremos que:

Forma:

En cuanto a que mediante memorial de fs. 63 José Luis Mamani Condori, se


apersona conjuntamente con Valentina Felicidad Mamani vda. de Mamani
quien no habría interpuesto demanda alguna, conforme establece el art. 50 del
Código de Procedimiento Civil no siendo la misma parte del proceso; al respecto
corresponde señalar que de la revisión de obrados se tiene que a fs. 54 y vta.,
José Luis Mamani Condori interpone demanda de desheredación, que es
observada por la Juez A quo por decreto de fs. 56, en cuyo cumplimiento se
subsana la demanda mediante memorial de fs. 63 y vta., ya con la inclusión de
Valentina Felicidad Mamani viuda de Mamani como demándate, demanda que
es admitida por decreto de fs. 65, actuado que acredita que la Juez A quo
admitió la calidad de demandante de Valentina F. Mamani, decisión que si bien
es observada por la demandada a través de un incidente de nulidad en su
memorial de respuesta a la demanda de fs. 68 a 70, que mereció el Auto de fs.
74 y vta., por el que rechaza el incidente planteado y reafirma la calidad de
demandante de Valentina F. Mamani; Resolución esta última que no fue apelada
por la ahora recurrente quien prosiguió con el proceso, incluso reconociendo a
la antes nombrada como demandante en los posteriores memoriales que
presento durante la sustanciación del proceso, convalidando de esta forma la
inclusión de la misma al proceso y precluyendo su derecho a cuestionar dicho
aspecto al no haber apelado la decisión de la Juez A quo que rechazo el incidente
planteado en el memorial de fs. 68 a 70, conforme se tiene desarrollado en el
punto III.1, de la doctrina aplicable.

Por otra parte, en relación a la participación en el proceso de José Luis Mamani


Condori, quien no habría acreditado su calidad de heredero; corresponde hacer
notar que la recurrente consintió la participación del mismo durante la
sustanciación del proceso, toda vez que esta no observo este aspecto que
tampoco le genera indefensión o perjuicio alguno, ya que anular obrados por
dicho motivo no resultaría trascendente ni repararía derecho vulnerado alguno,
en razón a que el mismo actuó en calidad de co-demandate con Valentina
Felicidad Mamani viuda de Mamani esposa del de cujus Isidro Mamani Condori,
quien además resulta ser heredera testamentaria, teniendo acreditada
plenamente su legitimación en el mismo testamento de fs. 58 a 59 y vta., por lo
que el hecho de que José Luis Mamani Condori haya acreditado o no su derecho
sucesorio no resulta trascendente para generar una nulidad de obrados, en
virtud a que –reiteramos- el mismo participo en todos los actuados del proceso
de manera conjunta con la co-demandate; deviniendo en infundado lo acusado
en este punto.

Respecto a que existiría contradicción en la resolución recurrida donde la


recurrente advierte que primero se concluye que el testamento cumple con el
art. 1132 del C.C., para posteriormente señalar que no cumple con los incisos
1), 4) y 5) de dicha norma, argumentos que pondrían en evidencia la errónea
interpretación que habría realizado el Tribunal de Alzada, dejando en
indefensión total a su persona; a esto se debe señalar que del análisis del Auto
de Vista recurrido, no es evidente la contradicción acusada, aspecto que
tampoco se observa en la trascripción realizada por la misma recurrente, quien
textualmente en el recurso de casación señaló “…TESTAMENTO QUE CUMPLE
CON TODOS LOS REQUISITOS EXIGIDOS POR EL ART. 1132 DEL CODIGO
CIVIL, NO SIENDO EVIDENTE QUE EL MISMO NO CONTENGA LO
ESTABLECIDO EN LOS INCISOS 1), 4) Y 5) DEL CITADO PRECEPTO LEGAL…”,
antecedentes por los cuales no es evidente la contradicción acusada en este
punto.

En relación a que si a momento de dejar el testamento su padre no podía firmar,


se debió hacer constar los motivos que le impedían; al respecto corresponde
precisar que la recurrente se limita a señalar que se debió haber hecho constar
en el testamento los motivos por los cuales su padre no podía firmar, sin
especificar o precisar el motivo de dicha observación e identificar con que
pruebas acreditaría que su padre a momento de la suscripción de dicho
documento se encontraba en posibilidad de firmar, y así poder sustentar la
supuesta falsificación de la firma o huella digital que alegó en el proceso y el
recurso de casación en análisis; limitándose a concluir que el que el ex notario
no consigno el motivo, presumiblemente actuando a su libre albedrio, por lo que
no amerita realizar mayores consideraciones al respecto.

Por otra parte, la recurrente hace mención a la supuesta omisión de


pronunciamiento sobre la declaración de indignidad; siendo necesario precisar
que acusa un vicio que afectaría la Resolución de la demanda principal
interpuesta por Valentina Felicidad Mamani Vda. de Mamani y José Luis
Mamani Condori quienes serían los afectados con la falta de pronunciamiento
de ser evidente esta omisión, y en cuyo extremo no existe en obrados reclamo
alguno por parte de estos últimos sobre dicho vicio procesal; por lo que en
relación a lo ampliamente fundamentado en el punto III.2, de la doctrina
aplicable, este Supremo Tribunal no observa en el reclamo contenido en este
punto, el perjuicio que habría sufrido la demandada ahora recurrente con el
supuesto vicio que afectaría la pretensión de la otra parte. Deviniendo en
infundado lo acusado en este punto.

Fondo:

Acusa que en relación a lo señalado en el Testamento, la recurrente se


encontraría en la obligación de desmentir dichos argumentos que no serían
ciertos, ya que más al contrario su persona siempre habría estado pendiente de
su señor padre, pero lamentablemente se habría conocido con su última
cónyuge momento en que este habría empezado a cambiar con su persona ya
que el siempre habría estado contento con ella, por lo cual debe desmentir las
falacias indicadas por los demandantes; al respecto se debe precisar que en este
punto la recurrente se limita a exponer que los argumentos sostenidos en la
demanda y el testamento no serían evidentes, por lo cual debe desmentir dichos
extremos argumentos que sin duda no constituye un reclamo de casación, que
acuse el perjuicio que habría sufrido la recurrente con un actuado procesal o
fundamento de fondo de la resolución recurrida.

En cuanto a que no existiría una correcta valoración, de todo lo cursante en el


expediente, ya que entendiéndose que la acción de desheredación debe proceder
conforme mandan los arts. 1176 y 1177 del C.C., aclarando que el testamento
seria viciado de nulidad procesal por que no se adecuaría a lo dispuesto por los
artículos antes citados; ya que las garantías suscritas ante las oficinas de la
Policía nacional Nº 3 de fecha 14 de abril de 2005 se habrían otorgado en forma
recíproca, pero sin embargo la Juez haría ver como que su persona habría
garantizado; y las atestaciones de los testigos de cargo no serían uniformes
como señalan en Sentencia, pues estos nunca habrían visto, oído o escuchado
que su persona agredió físicamente a su padre, teniendo en cuenta que solo se
basaron en cuentos y comentarios pero ninguno aseguraría haber visto las
supuestas agresiones.

Al respecto corresponde señalar que del análisis realizado por los jueces de
instancia, en la valoración de la prueba aportada al proceso, estos en aplicación
de lo fundamentado en el punto III.3, de la doctrina aplicable y lo dispuesto en
los arts. 1286 del Código Civil y 397 del Código de Procedimiento Civil, centraron
su análisis para generar convicción en la manifestación de voluntad de Isidro
Mamani Condori en el testamento de fs. 58 a 59 y vta., respecto a la
desheredación de su hija Justina Teresa Mamani de Choquehuanca y los
motivos para tal decisión, acreditando dichos extremos en las denuncia por
agresiones realizadas por su padre en vida, conforme se tiene a fs. 2, 3 y 25 de
obrados contra su persona y su esposo, denuncias que más allá de que las
mismas hayan sido sobreseídas demuestran la relación agresiva que mantenían
entre padre e hija, pues si bien la recurrente cuestiona las garantías (fs. 25 y
vta.) serian recíproca, del contenido de la misma se extrae que dichas garantías
nacen porque evidentemente existieron agresiones en dicha relación que
resultan confirmadas por las declaraciones testificales de fs. 361 a 363 vta., que
si bien establecen que vieron la agresión de una señora de pollera hacia Isidro
Mamani Condori y referencialmente saben que es la hija del antes nombrado,
por las denuncias realizadas por su padre; generaron convicción en los
juzgadores de instancia para fallar en el fondo acogiendo la pretensión principal,
no existiendo en obrados prueba eficaz que desvirtué los medios probatorios
antes analizados, pues si bien existe prueba testifical de descargo la misma en
aplicación de los dispuesto en el art. 397 del Código de Procedimiento Civil, no
resulta suficiente para desvirtuar, el contenido del testamento de fs. 58 a 59
vta., las documentales de fs. 2, 3 (memorial de denuncia por agresiones) y el
acta de garantías de fs. 25 y vta; no siendo evidente que no se haya valorado
correctamente la prueba.

Respecto a que no se podría argumentar que en fs. 68-70 se acreditaría que la


parte demandada por confesión espontanea habría señalado que los testigos
eran vecinos de Isidro Mamani cuando ambas definiciones serian totalmente
diferentes; Al respecto corresponde señalar que la observación que realiza la
recurrente se limita cuestionar que por la confesión espontanea se habría
acreditado la calidad de vecinos que serían los inquilinos que firmaron el
testamento de fs. 58 a 59 y vta., aspecto que no resulta suficiente para generar
la nulidad del testamento antes referido, toda vez que más allá de que en criterio
de la recurrente exista una diferencia conceptual entre vecino e inquilino, en
obrados no existe prueba eficaz que acredite que los testigos que suscribieron
el testamento de fs. 58 a 59 vta. no serían vecinos de Isidro Mamani Condori,
por lo que no se puede sustentar la nulidad de un documento en la sola
afirmación conceptual de una parte.

Por otra parte la recurrente hace mención de manera inentendible a que “…la
confesión no sería el medio idóneo para demostrar la falsedad, sino que esta se
comprueba a través de estudios científicos y técnicos previstos por ley…”, pues si
bien cuestiona que la falsedad, debería ser comprobada a través de estudios
científicos y técnicos previstos por ley, la recurrente debe tener presente que al
haber interpuesto demanda reconvencional de nulidad de testamento
cuestionando entre sus fundamentos que el docuemnto de fs., 58 a 59 y vta.,
seria falso en sus firmas o huella digital, la misma tenía a su alcance los medios
probatorios que la ley le reconoce y que hace mención en el recurso en análisis,
para acreditar su pretensión por la falsedad que arguye y desvirtuar la demanda
principal, sin embargo no se observa en obrados prueba alguna que apoye los
hechos de su demanda reconvencional, por lo que se concluye que la misma no
ha cumplido con la carga procesal de probar su pretensión y desvirtuar la de
contrario, conforme se tiene ampliamente desarrollado en el punto III.4 de la
doctrina aplicable y dispuesto por los arts. 1283 de C.C., y 375 del Código de
Procedimiento Civil; deviniendo en infundado lo acusado en este punto.

Por lo manifestado, corresponde a este Tribunal resolver conforme señala el art.


220.II del Código procesal Civil.

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