Está en la página 1de 6

Neoclasicismo

Fue una tendencia artística que tenía como base la renovación de los valores
filosóficos y estéticos de la Antigüedad Clásica y el culto a la razón, interpretados como
modelos para la construcción de la modernidad. Surgió en Francia a mediados del siglo
XVIII y abarcó hasta el siglo XIX, durante la época histórica de la ilustración,
movimiento ideológico-cultural que inspiró cambios culturales y sociales, su finalidad
era disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del
conocimiento y la razón. La razón llega para sustituir el papel de la religión, surge la
ética laica, la cual se basa únicamente en facultades humanas como la lógica, la razón la
empatía o la intuición y no deriva de una revelación sobrenatural.

Estos movimientos se expandirán en América, donde en ese momento nacen los


poetas criollos y su madurez coincidirá con las guerras de la independencia. El deseo de
libertad trascenderá a la literatura y se reflejará en la escritura de tres grandes
neoclásicos.

José Joaquín de Olmedo (1780-1847)

Nació en Guayaquil, en aquel momento, ciudad del virreinato del Perú, y hoy el
puerto más importante de la República del Ecuador. Realizó estudios de jurisprudencia
en lima. Cuando en 1820, Guayaquil se proclamó independiente, Olmedo ocupo el
puesto de jefe político de la ciudad, ante la presión del ejército boliviano y al comprobar
la inutilidad de sus esfuerzos para mantener la emancipación de Guayaquil, dejó la plaza
y se refugió en Lima.

Luego, olvidando antiguos rencores, acepto ser el emisario del Perú ante
Bolívar. Su misión tuvo éxito, y las tropas del libertador sellaron definitivamente la
emancipación de América del Sur. Participo también en los días de 1830 que marcaron
la separación de Ecuador de Colombia. Participó activamente en la vida política de su
patria.

Literatura
La notica de la victoria de Junín, que consideraron el broche final de la guerra,
colmó de gozo a los criollos y Olmedo, poeta desde su adolescencia universitaria en
Lima, y autor de numerosas composiciones liricas, sintió el arrebato y redacto su
célebre oda: La victoria de Junín (1824)

Dedicada a exaltar la figura del libertador, como lo atestigua su subtitulo de


“Canto a Bolívar”

[…] “proclaman a Bolívar en la tierra

árbitro de la paz y de la guerra” […] (P.1)

[…] “nosotros vimos de Junín el campo,

vimos que al desplegarse

del Perú y de Colombia las banderas,

se turban las legiones altaneras,

huye el fiero español despavorido,

o pide paz rendido.

Venció Bolívar, el Perú fue libre,

y en triunfal pompa Libertad sagrada

en el templo del Sol fue colocada.” […] (P.2)

Retoma elementos y personajes de la cultura griega, invoca a las musas y a los


dioses, remite a cuando solo el guerrero y el poeta eran dignos de honor y memoria. Se
remite a lo clásico en la escritura pero el tema es patriótico, de la actualidad que se
vivencia en el continente americano. Compara a Bolívar con Aquiles.
[…] “Tal el héroe brillaba

Por las primeras filas discurriendo.

Se oye su voz, su acero resplandece,

do más la pugna y el peligro crece.

Nada lo puede resistir… y es fama.

-¡oh portento inaudito!

que el bello nombre de Colombia escrito

sobre su frente, en torno despedida

rayo de luz tan viva y refulgente

que, deslumbrado el español, desmaya,

tiembla, pierde la voz, el movimiento,

sólo para la fuga tiene aliento.” […] (P. 6-7)

Narra la batalla de Junín y describe a Bolívar como héroe, pero lo hace de


manera épica, tomando como ejemplo el héroe clásico. También ocurre la aparición
celestial del Inca Huaina Cápac, que vaticina una nueva batalla en los llanos de
Ayacucho que, ésta sí, marcará el fin de las guerras emancipadoras; con lo cual se
refleja la realidad vivida en estas tierras que buscaban y lograron su independencia.
Finalmente se despide el poeta.

Andrés Bello (1781-1865)

Los primeros veinte años de su vida, que transcurrieron en la hoy capital de


Venezuela. Allí realizó sus estudios primarios, secundarios y universitarios, hasta
graduarse de Bachiller de Artes y fue el redactor del primer periódico de Venezuela, la
Gazeta de Caracas, en 1808. En este periodo manifestó una precoz inclinación hacia el
estudio de las lenguas clásicas y se dio a conocer como poeta a través de composiciones
de circunstancias, de neto corte neoclásico.

En 1810 fue enviado a Londres por Fernando VII en una comisión negociadora y
permaneció allí como representante de su país, completando sus ya profundos y
amplísimos conocimientos en el museo Británico, cuya famosa y riquísima biblioteca lo
contó como uno de sus concurrentes más asiduos. Múltiples y diversas fueron las obras
de Bello durante este período.

En 1829 Bello decidió volver a América y solo Chile acepto su servicio, allí fue
oficial mayor del ministerio de Relaciones Exteriores, educador, filósofo, lingüista,
poeta y difusor de cultura. Como poeta había poetizado temas en moldes neoclásicos.
La anarquía que azotaba a gran número de las jóvenes naciones americanas, lo incitaban
a buscar en la antigüedad clásica ejemplos que sirvieran de norte para labrar el futuro de
esos pueblos recién nacidos a la libertad. Por tal motivo proyectó escribir un largo
poema, titulado América, del cual solo alcanzó componer las dos primeras partes:
Alocución a la poesía y La agricultura de la zona tórrida.

Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida. (1826)

En el poema se presenta con mayor rigor la descripción de los cultivos propios


de la zona tórrida, presentándolos como dotados de vida.

[…] “Tú das la caña hermosa,

De do la miel se acendra,

Por quien desdeña el mundo los panales;

Tú en urnas de coral cuajas la almendra.” […] (P. 1)

Este poema es un magnifico exponente de la poesía cívico-social


hispanoamericana del S. XIX, que enuncia un posible programa de vida para las
naciones del nuevo continente. Además de exaltar el paisaje y enumerar los cultivos
característicos de la región, reflexiona acerca del abandono de las tierras americanas a
raíz de las guerras de la independencia e incita a volver al campo para dedicarse a tareas
rurales.

[…] “el campo es nuestra herencia; en él gozaos.

¡amáis la libertas? El campo habita.” […] (P. 3)

Si bien recuerda las luchas libertarias y exalta a los héroes, propone dejar las
armas para empuñar el arado, invita a las naciones americanas para que honren las
virtudes del campesino, donde se encuentran las bases del porvenir. Es una poesía que
propone una visión al futuro, a olvidar lo sucedido, las batallas y aprovechas los
campos, nuestra herencia y pensar en lo que nos queda por hacer. Hacer de ese lugar
nuestro hogar, pero ahora en libertad.

José María de Heredia (1803-1939)

Nació en Santiago, Cuba, su corta existencia coincidió con una etapa política
difícil, ya que, abortados los primeros intentos de emancipación, Cuba vivió la llamada
“gestación de la conciencia nacional” en la que los intelectuales se debatían entre los
valores tradicionales de lo español y la novedad de las ideas revolucionarias. Sus
manifiestas ideas libertarias le valieron pronto el destierro, primero en EE.UU y luego
en México. En su formación clásica unió las lecturas de los grandes románticos
europeos.

Su obra poética fue impresa en 1825 cuando Heredia tenía 22 años. En ella ya se
advierten dos líneas temáticas definidas: la exaltación patriótica o civil y la descripción
de la naturaleza americana. Aquí propongo la lectura de dos poemas, el primero para
visualizar la exaltación patriótica y la segunda para la descripción de la naturaleza.

Himno al desterrado.

En este poema narra sus sentimientos luego de su destierro, como extraña su


patria, su “isla”.
[…] “Cuba, Cuba, que vida me diste,

dulce tierra de luz y hermosura,

¡cuánto sueño de gloria y ventura

Tengo unido a tu suelo feliz!” […]

Niagara

En este poema, la naturaleza es fuente constante de inspiración para el


poeta, donde va a describir las cataratas de Niágara. Ante tanta admiración y para buscar
una respuesta a tan hermoso lugar remite a lo religioso a lo sobrenatural, lo que en la
época se intenta disipar, como lo plantee al inicio.

[…] “Abrió el señor su mano omnipotente;

Cubrió tu faz de nubes agitadas,

Dio su voz a tus aguas despeñadas

y ornó con su arco tu terrible frente.” […] (P.7)

Además también hará alusión a su destierro y la soledad que siente:

[…] “¡Delirios de virtud…! ¡Ay! ¡Desterrado,

sin patria, sin amores,

solo miro ante mi llanto y dolores!” […] (P. 8)

Los tres poetas escriben sobre la realidad de la época, cada cual refiere a lo que
lo atraviesa en su vida personal o aquello que los interpela, pero como se visualiza y
expuse anteriormente, inspirados aun en la escritura clásica. Se entrelazan lo antiguo
con lo nuevo, lo clásico con lo moderno.

También podría gustarte