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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULARA PARA LA EDUCACION

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LAS ARTES

LA LITERATURA EN
VENEZUELA

INTEGRANTE:

RENZO BENITEZ

C.I. 27.342.010
INTRODUCCION

Al mencionar la literatura venezolana, en el acto se hace referencia a las obras


textuales escritas u orales “canciones, mitos, leyendas, romances, tradiciones” con
alto valor literario, que son del dominio creador de autores venezolanos desde la
época colonial independentista. Obras que se relacionan de inmediato con la
literatura hispanoamericana, por haberse iniciado con las de la época
prehispánica, que se dieron a conocer por la tradicional vía oral. La poesía y la
novela venezolana tendrán el papel principal en este ensayo, así como el análisis
de un ejemplar de estos dos géneros antes mencionados. Indagar un poco sobre
la literatura venezolana y dar a conocer las relaciones o la importancia que tiene
para la música es el objetivo de este ensayo.
La poesía

La poesía es un género literario que se caracteriza por ser la más depurada


manifestación, por medio de la palabra, de los sentimientos, emociones y
reflexiones que puede expresar el ser humano en torno a la belleza, el amor, la
vida o la muerte. Como tal, puede estar compuesta tanto en verso como en prosa.

La poesía venezolana repite la historia de muchas otras naciones sudamericanas,


al surgir como el fruto de la literatura indígena y de la literatura colonial. Estas dos
tradiciones, la de los pueblos autóctonos y la de los españoles, se combinaron en
el desarrollo de la producción poética venezolana. Las crónicas y varios estilos de
poesía fueron las principales manifestaciones literarias durante el siglo XVIII.

La poesía popular, que en todos los pueblos precede a la erudita, no alcanzó a


nacer y desarrollarse entre nosotros sino cuando los pueblos se vieron ya en el
pleno goce de su independencia y libertad.

La guerra de independencia despertó las dormidas potencias del pueblo


venezolano, el cual al par que combatía heroicamente, bajo el pabellón de la
República Rey, cantaba sus proezas o lloraba sus penas y sus amores en
improvisaciones que manifiestan su despejada inteligencia y la generosidad de
sus sentimientos. En esta poesía, más que en la erudita, dada generalmente a la
imitación, resalta la pompa, el desorden y la exuberancia y nerviosidad propias de
nuestra naturaleza y método de vida.

Llamados cantadores y sólo por cantadores conocidos, estos poetas,


improvisadores todos, rara vez salvan su nombre del olvido, y viven en las
montañas o en las extensas llanuras, desde donde sueltan esas perlas que van
rodando de pueblo en pueblo. De un cantador de nuestros llanos en el Pao de
Cojedes, es el ingenioso galerón o romance que inserta el eminente literato Don
José María Vergara y Vergara en su importante Historia de la literatura en Nueva
Granada:

Yo no soy de por aquí,


yo soy de Barquisimeto:
nadie se meta conmigo,
que yo con nadie me meto.
Yo soy nacido en Aroa
y bautizado en el Pao,
no hay zambo que me la haya hecho
que no me la haya pagao.
El periodo del romanticismo encontró en Venezuela a exponentes como Fermín
Toro (1806–1865), Juan Vicente González (1810–1866) y Juan Antonio Pérez
Bonalde (1846–1892), siendo éste último mencionado como uno de los
precursores del modernismo. Andrés Mata (1870–1931), por su parte, es otro de
los autores que se ubican entre la frontera del romanticismo y el modernismo.

Siglo XX, donde surgió la gran figura de Arturo Uslar Pietri (1906–2001).
Frecuentemente nombrado entre los intelectuales venezolanos más importantes
de su época, fue escritor, periodista, político, abogado y productor de televisión.
Su brillante trayectoria, con libros de poesía como «El hombre que voy siendo» y
«Manoa: 1932-1972», le permitió obtener diversas distinciones: Premio Nacional
de Literatura, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, Premio Rómulo Gallegos,
Gran Cruz de la Legión de Honor en Francia y otros. Andrés Eloy Blanco (1897–
1955) y José Antonio Ramos Sucre (1890–1930) son otros de los autores más
reconocidos de este periodo.

Alusión a la poesía – Andrés Bello

Divina poesía,
tú, de la soledad habitadora,
a consultar tus cantos enseñada
con el silencio de la selva umbría;
tú, a quien la verde gruta fue morada,
y el eco de los montes compañía;
tiempo es que dejes ya la culta Europa,
que tu nativa rustiquez desama,
y dirijas el vuelo adonde te abre
el mundo de Colón su grande escena.
También propicio allí respeta el cielo
la simple verde rama
con que al valor coronas;
también allí la florecida vega,
el bosque enmarañado, el sesgo río,
colores mil a tus pinceles brinda;

Publicado en la revista “Biblioteca Americana”. Formaba parte del gran poema


América. Es un poema de 384, versos heptasílabos y endecasílabos.
Su estructura es bastante desigual. Hasta el verso 207, Bello desarrolla su
invitación a la poesía para que cante a la Naturaleza americana. Su visión es
universal. Pasea su mirada por los lugares más significativos del Continente
americano. A partir del verso 207, hace un recuento de personajes y hechos
importantes en la Guerra de Independencia. A lo descriptivo de la naturaleza
intercala los episodios históricos de la revolución y de épocas anteriores para
evitar la monotonía del poema.

En el poema, Bello desarrolla la primera proclama americanista (versos del 1 al


10). Ya Europa está vieja, seca, cansada, ya no tiene nada nuevo que merezca un
canto poético; en cambio, América es joven y desconocida, propicia para la
poesía. Europa se encuentra sumida en la confusión y el desastre que sucedieron
los imperios napoleónicos, frente al futuro republicano, lleno de cultura que se
abre para las recién emancipadas naciones americanas (versos 33-44).

Este poema tiene una importancia vital, pues en él aparece por primera vez
enunciado, desde la conciencia americanista, uno de los rasgos fundamentales
que pueden servir para definir y diferenciar a la literatura hispanoamericana de
otras literaturas: el hecho de que cualquiera de las variantes ideológicas estéticas
que los escritores hispanoamericanos toman de Europa se rellenan
inmediatamente con los contenidos concretos, con la realidad concreta, con la vida
en Hispanoamérica. (versos 63 a 81) El perfecto conocimiento de la tradición
clásica y el de la realidad americana hacen que Andrés Bello asocie sustantivos y
adjetivos a objetos del reino vegetal, totalmente desconocidos en Europa. (versos
195-200) La naturaleza americana, según Bello, es más rica, más fecunda, distinta
a la del Viejo Continente, con lo que sienta las bases que va a autorizar,
fundamentar el nacionalismo americano en el paisaje y en la naturaleza; pero no
sólo una naturaleza distinta a la europea, sino más viva.

La segunda parte, a partir del verso 207, exalta a los héroes americanos y las
naciones, en su lucha por la libertad (versos 270-280). También recuerda a sus
amigos que dieron la vida por la libertad. (versos 621 - 644)
Novela:

Una novela es una obra literaria de carácter narrativo y de cierta extensión. Está
escrita en prosa y narra hechos ficticios o basados en hechos reales.

Muchos autores coinciden al afirmar que la novela venezolana surge a mediados


del Siglo XIX, tras la publicación de Los mártires, de Fermín Toro en 1842. Las
primeras novelas venezolanas siguen los postulados de las corrientes literarias
que para la época prevalecían en el ámbito mundial. A excepción de las inscritas
en el marco del modernismo, movimiento literario de origen latinoamericano.

En el tardío romanticismo venezolano, tuvieron gran aceptación las novelas de


carácter histórico que se adaptaban al espíritu romántico, como Blanca de
Torrestella (1868), de Julio Calcaño. Bajo estas influencias románticas se
escribieron muchas novelas de tono sentimental, así como también novelas de
denuncia: Zárate (1882) de Eduardo Blanco y Peonía (1890) de Manuel Vicente
Romero García. En la mayoría de los casos, las primeras novelas venezolanas
funcionan como tribunas para denunciar las injusticias sociales, o como
instrumentos pedagógicos o de construcción de la identidad nacional.

A partir de los inicios del siglo XX, estas preocupaciones se irán relajando: el valor
literario y estético cobrará mayor importancia, sobre todo tras el surgimiento del
modernismo, en el que prevalecía el cuidadoso lenguaje y el adorno retórico. Son
piezas claves para comprender la producción de este período las novelas de
Manuel Díaz Rodríguez quien publica en 1901 su primera novela: Ídolos rotos,
sátira política y social de la sociedad de la época, evidenciando una problemática
lucha entre lo nacional y lo mundial.

El año de 1910 se toma como punto de partida de nuevas experiencias estéticas


que reaccionan en contra del modernismo e intentan escribir acerca de la vida
común. De manera que se perfila una nueva expresión literaria de carácter
realista, en la que reaparecen viejas esencias del costumbrismo.

En este momento de la trayectoria de la novela venezolana son relevantes los


nombres de José Rafael Pocaterra, Teresa de la Parra y Rómulo Gallegos, entre
otros. Política feminista, es la primera novela publicada por Pocaterra, cuya obra
ha sido enmarcada dentro del realismo. En La casa de los Abila (1946) este autor
logra reflejar con extrema agudeza la decadencia y descomposición social y
política de la realidad que lo circunda.
Novela psicológica perteneciente a la corriente realista. Según Juan Liscano
(critico venezolano) hay tres tipos de realismo en la Venezuela de la época: el
“naturalista” de Pocatierra, el “idealista” de Gallegos y el “intimista” de Teresa de la
Parra.

Con una abundante producción literaria, no solo dentro del plano de la novela sino
también en otras categorías genéricas, destaca la labor de Arturo Uslar Pietri y
Miguel Otero Silva. Estos autores se consideran como pertenecientes al canon
literario venezolano y se constituyen en autores clásicos del Siglo XX. Arturo Uslar
Pietri, quien ganó el Premio Príncipe de Asturias en España (1990) y el Premio
Rómulo Gallegos (1991) en Venezuela con su novela La visita en el tiempo, se ha
constituido en un punto de referencia dentro de la producción novelística nacional.
Es uno de los autores de mayor difusión dentro y fuera del país e incursionó en
diversos géneros, siempre de manera destacada.

Memorias de Mamá Blanca

Memorias de Mamá Blanca o Las Memorias de Mamá Blanca (publicada en 1929


en Francia) forma parte del catálogo de obras de Teresa de la Parra. La novela
está basada en su propia vida: básicamente relata momentos importantes que
caracterizaron su infancia, en específico la relación de esta con su familia en
donde se ven involucradas sus cinco hermanas.

La novela se desarrolla en la mitad del siglo XIX, mientras que la Advertencia es


relativa al comienzo del siglo XX. Los acontecimientos se desarrollan
principalmente en una ficticia hacienda de caña de azúcar, Piedra Azul mientras
que la Advertencia y Aurora principalmente en Caracas; hay rápidas descripciones
de los lugares como el trapiche y el corralón, los lugares idílicos de Piedra Azul,
pero no hay la presencia del paisaje y de la naturaleza que en otros autores son
muy importantes. Las referencias a la situación históricas del país son pocas pero
es inevitable mencionar la inestabilidad política de la época en el retrato de los
personajes de Juancho y de Vicente, involucrados en estos acontecimientos
políticos.
Estructura: Novela que consta de 174 páginas, dividida en nueve capítulos no
enumerados más un apéndice con los “Principales venezolanismos y
americanismos utilizados”.

El primer capítulo “Advertencia” no pertenece a las Memorias, siguen:

• Blanca Nieves y compañía

• Vienen visitas

• María Moñitos subdividido en I-II-III-IV

• Aquí está Primo Juancho subdividido en I-II-III-IV-V

• Vicente Cochocho subdividido en I-II-III-IV-V

• Se acabó trapiche

• Nube de agua y Nube de Agüita subdividido en I-II-III

• Aurora subdividido en I-II-III-IV

Principales venezolanismos y americanismos utilizados.

Se puede dividir la novela en las siguientes partes:

Primera parte: la Advertencia, escrita directamente por la autora.

Segunda parte: de Blanca Nieves hasta María Moñitos que son capítulos sobre la
vida en general en Piedra Azul.

Tercera parte: Los personajes relevantes en Aquí está Primo Juancho y Vicente
Cochocho.

Cuarta parte: Los lugares relevantes en Se acabó trapiche y Nube de agua etc.

Quinta parte: Aurora que es el capítulo de la mudanza para Caracas, de la muerte


de Aurora y de una última visita a Piedra Azul.
Conclusión

Literatura de Venezuela se refiere a la obra literaria realizada en este país desde


el período de la conquista y colonización hasta el presente. A mi parecer, la novela
y la poesía tienen una estrecha relación con el PNF música ya que a lo largo de la
historia han servido de musas para muchas obras musicales, se han musicalizado
o se han tomado fragmentos de estas para la realización de grandes obras
musicales. Un ejemplo de esto en la poesía venezolana, bien puede ser los
poemas del venezolano Aquiles Nazoa que han sido musicalizados en muchas
ocasiones. El loco carabina es uno de los poemas de Aquiles Nazoa, que fue
musicalizado por el maestro Simón Díaz. Además de este, podemos encontrar
muchos otros como Mi papá y mi mama, jardines bajo la lluvia y líneas para un
retrato, musicalizados por el chileno compositor e intérprete de guitarra, Horacio
Salinas. Otro ejemplo de la relación entre la poesía venezolana y la música son
esos versos llanero que se cantan con el cuatro como compañero al que se le
conoce como poesía popular. Esta poesía está formada por versos, la mayoría de
las veces son improvisadas, que demuestran que la poesía ha sido una influencia
directa en la música. Si bien la novela venezolana no ha tenido una adaptación
musical directa, esta ha sido modernizada llevándola a la pantalla mediante la
televisión. Esta adaptación de la novela ha permitido a la música ambientar y dar
melodías a las grandes obras del género como la trepadora, Doña Bárbara.

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