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Colegio Mirador de Puente Alto

Departamento de Religión
Profesora: Doris Torrealba

GUIA DE TRABAJO N° 1
FORMACIÓN VALORICA/RELIGION
CURSO: 6° BASICO

NOMBRE:__________________________________ FECHA:________________________

Valor trabajado: Honestidad

Objetivo de aprendizaje: Identifican la importancia de respetar a otros con sus diferencias y ver
cuánto podemos aprender de sus actitudes
Indicadores de logro: Escriben su propio final para la historia, identificando las cualidades positivas
de los personajes.

Recuerdan en conjunto con el Profesor:

¿Qué entendemos por Honestidad?


Cuando un ser humano es honesto se comporta de manera transparente con sus semejantes, es decir, no
oculta nada, y eso le da tranquilidad.

ACTIVIDAD.

I. Lee y analiza en grupo la siguiente historia.

“El niño, la serpiente y la paloma”.

Un niño se paseaba por una arboleda cuando una paloma bajó y se posó a unos
metros de él. El chico sintió, tal cual le había sucedido tantas veces, ese impulso
tan propio de la infancia de tomar una piedra y arrojársela, tratando de dar en el
blanco, pero suponiendo, a su vez, que no lograría hacerlo, tal cual era costumbre.
Pero para su sorpresa, esta vez la piedra alcanzó al ave justo cuando esta la había
advertido y daba un desesperado aletazo para intentar esquivarla. El niño se
sorprendió por su inesperada puntería y hasta sintió cierta euforia por la
perfección de su tiro. Abrió bien grande los ojos, como quien acaba de descubrir
un secreto revelador, y esbozó una amplia sonrisa, mezcla de satisfacción e
incredulidad. Pero un par de segundos más tarde, al ver cómo el ave gravemente
herida intentaba de manera caótica y, en vano, alzar el vuelo para  huir, se vio
embargado por un sentimiento de profunda congoja y culpa. Entonces fue hacia
ella para examinar la gravedad de su herida, rogando que no fuese de
consideración.  Al verlo venir, la paloma trató torpemente de huir, dando aletadas
que pegaban contra el piso. Como pudo la paloma fue a dar a unos arbustos. El

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niño comenzó a buscarla entre los mismos. Los arbustos eran espinosos,  sus
dedos podían advertirlo claramente, pero más espinoso aun era el sentimiento de
culpa y de indignación por lo tonto que había sido al arrojar aquella piedra. Claro
que él nunca había pensado que…Continuaba buscando, pero el ave no aparecía.
De pronto se encontró con ella, pero advirtió asimismo que a su lado había una
serpiente. Entonces tomó la paloma antes de que la serpiente pudiese alcanzarla.
Sin más demora la llevó a su casa para intentar sanar su herida. Pero cuando llegó
comprobó que la paloma ya había muerto. Se quedó unos instantes contemplando
el ave muerta en su mano, con el cuello colgando y esos párpados grises tan
característicos de una ave muerta. Trataba de buscar una explicación, de
encontrar una justificación. No podía ser que la paloma hubiese muerto por una
pedrada. La escondió para que su madre no la viese  y en ese momento se acordó
de la serpiente; y entonces encontró la justificación que tanto buscaba. Fue al
instante a recriminar al ofidio por la muerte de la paloma. Llegó al lugar y la
serpiente aún estaba allí. El niño comenzó a acusarle, diciéndole que la paloma
había muerto porque ella la había picado, que él solamente la había herido. La
serpiente le dijo que eso  no era cierto, que ella había comido hacía un par de
horas y que las serpientes luego de comer no necesitan volver a hacerlo por un
buen tiempo y, por consiguiente, no necesitan volver a matar. Además, si quisiesen
hacerlo, no podrían, ya que el veneno se encuentra muy reducido y su efecto es, en
el mejor de los casos, insuficiente. Agregó que ella había visto como él había
arrojado aquella piedra a la paloma, y que esta había muerto por la herida que él
le provocó. Finalizó diciéndole que era un cobarde por no asumir su
responsabilidad y, en cambio, buscar a un tercero sobre quien cargar la culpa. El
niño, viendo que era acusado nada más y nada menos que por una serpiente, se
sintió aun más indignado. Entonces giró su cabeza y vio un palo. Se agachó para
tomarlo, lo alzó con ambas manos y se dispuso a aplastarle la cabeza con un golpe
preciso. Pero, en el momento en que bajaba violentamente sus brazos para  darle
tal golpe, vio que en lugar de una serpiente había una paloma. El niño se detuvo
justo cuando sus manos estaban frente a su rostro, manos que ahora se
encontraban fuertemente atadas por una serpiente. El niño quedó arrodillado, el
ofidio fuertemente enroscado en sus manos y mirándolo fijamente a su rostro.  El
chico pedía perdón, entre un mar de lágrimas. Así estuvo por unos minutos, hasta
que la paloma, sin decir palabra, le miró y alzó el vuelo, al tiempo que la serpiente
se desenroscaba lentamente de sus manos y se retiraba. El atormentado niño
emprendió la vuelta a su casa. Cuando llegó, fue al lugar donde había dejado la
paloma muerta: halló en su lugar una piedra.
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II. Los niños en grupo analizan la siguiente pregunta:

 Muchos sabios han pensado en la sencilla paloma……


“Como serpientes en la tierra, sean prudentes, y tengan mansedumbre de las palomas también”.
Si ese animal es virtuoso, ¿Por qué no podemos ser personas que trabajemos en pro de la sencillez?

III. Redacta tu propio final para esta historia, pensando que hubiera pasado si los tres personajes hubieran
actuado de manera distinta, cada uno pensando en su propio interés.

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