Está en la página 1de 4

Carta XX

Mi querido Orugario:

Veo con gran disgusto que el Enemigo ha puesto fin forzoso, por el momento, a tus ataques
directos a la castidad del paciente. Debieras haber sabido que, al final, siempre lo hace, y haber
parado antes de llegar a ese punto. Porque, tal como están las cosas, ahora tu hombre ha
descubierto la peligrosa verdad de que estos ataques no duran para siempre; en consecuencia, no
puedes volver a usar la que, después de todo, es nuestra mejor arma: la creencia de los humanos
ignorantes de que no hay esperanza de librarse de nosotros, excepto rindiéndose. Supongo que
habrás tratado de persuadirle de que la castidad es poco sana, ¿no?

Todavía no he recibido un informe tuyo acerca de las mujeres jóvenes de la vecindad. Lo querría de
inmediato, porque si no podemos servirnos de su sexualidad para hacerle licencioso, debemos
tratar de usarla para promover un matrimonio conveniente. Mientras tanto me gustaría darte
algunas ideas acerca del tipo de mujer —me refiero al tipo físico— del que debemos incitarle a
enamorarse, si un "enamoramiento" es lo más que podemos conseguir.

Esta cuestión la deciden por nosotros espíritus que están mucho más abajo en la Bajojerarquía que
tú y yo, y por supuesto de una forma provisional. Es trabajo de estos grandes maestros el producir
en cada época una desviación general de lo que pudiera llamarse el "gusto" sexual. Esto lo
consiguen trabajando con el pequeño círculo de artistas populares, modistas, actrices y
anunciadores que determinan el tipo que se considera "de moda". Su propósito es apartar a cada
sexo de los miembros del otro con quienes serían más probables matrimonios espiritualmente
útiles, felices y fértiles. Así, hemos triunfado ya durante muchos siglos sobre la naturaleza, hasta el
punto de hacer desagradables para casi todas las mujeres ciertas características secundarias del
varón (como la barba); y esto es más importante de lo que podrías suponer. Con respecto al gusto
masculino, hemos variado mucho. En una época lo dirigimos al tipo de belleza estatuesco y
aristocrático, mezclando la vanidad de los hombres con sus deseos, y estimulando a la raza a
engendrar, sobre todo, de las mujeres más arrogantes y pródigas. En otra época, seleccionamos
un tipo exageradamente femenino, pálido y lánguido, de forma que la locura y la cobardía, y toda
la falsedad y estrechez mental general que las acompañan, estuviesen muy solicitadas.
Actualmente vamos en dirección contraria. La era del jazz ha sucedido a la era del vals, y ahora
enseñamos a los hombres a que les gusten mujeres cuyos cuerpos apenas se pueden distinguir de
los de los muchachos. Como éste es un tipo de belleza todavía más pasajero que la mayoría, así
acentuamos el crónico horror a envejecer de la mujer (con muchos excelentes resultados), y la
hacemos menos deseosa y capaz de tener niños. Y eso no es todo. Nos las hemos arreglado para
conseguir un gran incremento en la licencia que la sociedad permite a la representación del
desnudo aparente (no del verdadero desnudo) en el arte, y a su exhibición en el escenario o en la
playa. Es una falsificación, por supuesto; los cuerpos del arte popular están engañosamente
dibujados; las mujeres reales en traje de baño o en mallas están en realidad apretadas y
arregladas para que parezcan más firmes, esbeltas y efébicas de lo que la naturaleza permite a
una mujer desarrollada. Pero, al mismo tiempo, se le enseña al mundo moderno a creer que es
muy "franco" y "sano", y que está volviendo a la naturaleza. En consecuencia, estamos orientando
cada vez más los deseos de los hombres hacia algo que no existe; haciendo cada vez importante el
papel del ojo en la sexualidad y, al mismo tiempo, haciendo sus exigencias cada vez más
imposibles. ¡Es fácil prever el resultado!

Esa es la estrategia general del momento. Pero, dentro de ese marco, todavía te será posible
estimular los deseos de tu paciente en una de dos direcciones. Descubrirás, si examinas
cuidadosamente el corazón de cualquier humano, que está obsesionado por, al menos, dos
mujeres imaginarias: una Venus terrenal, y otra infernal; y que su deseo varía cualitativamente de
acuerdo con su objeto. Hay un tipo por el cual su deseo es naturalmente sumiso al Enemigo —
fácilmente mezclable con la caridad, obediente al matrimonio, totalmente coloreado por esa luz
dorada de respeto y naturalidad que detestamos—; hay otro tipo que desea brutalmente, y que
desea desear brutalmente, un tipo que se utiliza mejor para apartarle totalmente del matrimonio
pero que, incluso dentro del matrimonio, tendería a tratar como a una esclava, un ídolo o una
cómplice. Su amor por el primer tipo podría tener algo de lo que el Enemigo llama maldad, pero
sólo accidentalmente; el hombre desearía que ella no fuese la mujer de otro, y lamentaría no poder
amarla lícitamente. Pero con el segundo tipo, lo que quiere es sentir el mal, que es el "sabor" que
busca: lo que le atrae es, en su rostro, la animalidad visible, o la mohína, o la destreza, o la
crueldad; y, en su cuerpo, algo muy diferente de lo que suele llamar belleza, algo que puede
incluso, en un momento de lucidez, describir como fealdad, pero que, por nuestro arte, podemos
conseguir que incida en su obsesión particular.

La verdadera utilidad de la Venus infernal es, sin duda, como prostituta o amante. Pero si tu
hombre es un cristiano, y si se le han enseñado bien las tonterías sobre el "Amor" irresistible y que
lo justifica todo, a menudo se le puede inducir a que se case con ella. Y eso es algo que vale la
pena conseguir. Habrás fracasado con respecto a la fornicación y a los vicios solitarios, pero hay
otros, y más indirectos, medios de servirse de la sexualidad de un hombre para lograr su perdición.
Y, por cierto, no sólo son eficaces, sino deliciosos; la infelicidad que producen es de una clase muy
duradera y exquisita.

Tu cariñoso tío,

ESCRUTOPO
Cartas del Diablo A Su Sobrino
Dinámica de la Carta XX

Dinámica (15 min.)

Citas y no a ciegas. Formar dos equipos, uno de chicos y otro de chicas, para que realicen lo siguiente:

1. Una lista de las 20 cualidades del chico o chica ideal


2. Una lista de 5 consejos para una relación exitosa

Lectura Carta XX (5 min.)

Preguntas y Comentarios Carta XX (60 min.)

De guerra espiritual

▪ ¿Qué piensas, cómo te sientes ante los ataques (tentaciones, presiones) a tu sexualidad?
▪ ¿Crees que son batallas que se pueden lograr vencer o no?
▪ ¿Qué dice la Biblia respecto a las tentaciones? [Lucas 4:13; 1 Corintios 10:13]

 El Enemigo ha puesto fin forzoso, por el momento, a tus ataques directos a la castidad del paciente.
 Tu hombre ha descubierto la peligrosa verdad de que estos ataques no duran para siempre; acabando con la mejor
arma del diablo: la creencia de los humanos ignorantes de que no hay esperanza de librarse de nosotros, excepto
rindiéndose.

Prototipos de belleza

▪ ¿Qué papel o importancia tiene el aspecto físico en la búsqueda de una relación?


▪ Lewis advierte por lo menos dos formas en que el hombre –y la mujer, son manipulados en este asunto. ¿Cuáles
son y qué consecuencias conllevan?

 Algunas ideas acerca del tipo de mujer —me refiero al tipo físico— del que debemos incitarle a enamorarse, si un
"enamoramiento" es lo más que podemos conseguir -si no podemos servirnos de su sexualidad para corromperle.

I. Produciendo en cada época una desviación general de lo que pudiera llamarse el "gusto" sexual,
trabajando con el pequeño círculo de artistas populares, modistas, actrices y anunciadores que
determinan el tipo que se considera "de moda", su propósito es apartar a cada sexo de los miembros del
otro con quienes serían más probables matrimonios espiritualmente útiles, felices y fértiles.

 En una época lo dirigimos al tipo de belleza estatuesco y aristocrático.


 En otra época, seleccionamos un tipo exageradamente femenino, pálido y lánguido, de forma que la
locura y la cobardía, y toda la falsedad y estrechez mental general que las acompañan, estuviesen
muy solicitadas.
 Ahora enseñamos a los hombres a que les gusten mujeres cuyos cuerpos apenas se pueden distinguir
de los de los muchachos. Como éste es un tipo de belleza todavía más pasajero que la mayoría, así
acentuamos el crónico horror a envejecer de la mujer (con muchos excelentes resultados), y la
hacemos menos deseosa y capaz de tener niños.

II. Orientando cada vez más los deseos de los hombres hacia algo que no existe; haciendo cada vez
importante el papel del ojo en la sexualidad y, al mismo tiempo, haciendo sus exigencias cada vez más
imposibles.
 Todavía te será posible estimular los deseos de tu paciente en una de dos direcciones… el corazón de cualquier
humano, está obsesionado por, al menos, dos mujeres imaginarias: una Venus terrenal, y otra infernal; y su deseo
varía cualitativamente de acuerdo con su objeto.

I. La verdadera utilidad de la Venus infernal es, sin duda, como prostituta o amante.
II. Pero si tu hombre es un cristiano, y si se le han enseñado bien las tonterías sobre el "Amor" irresistible y
que lo justifica todo, a menudo se le puede inducir a que se case con ella.

La auténtica belleza

▪ De acuerdo a los siguientes pasajes [1 Samuel 16:7; Proverbios 17:17; 31:30] ¿qué cualidades deberían tomar en
cuenta en una chica/o?

i. Seguridad y protección. Las relaciones basadas en amor verdadero ofrecen a quienes están involucrados en ellas, la
oportunidad de ser quien realmente es, no tener que fingir ser alguien por miedo al desplante o a la crítica, estar
seguro que el otro me quiere tal cual soy y que me proporcionará un ambiente de cuidado y protección de mi
intimidad.
ii. Estímulo. Cuando uno estimula al otro lo desafía a crecer, la clave del estimulo reside en descubrir las virtudes y
habilidades del otro y edificarlo sobre esas cualidades. Para que esto se dé, es necesario una correcta valoración de
mí mismo y no ver al otro como mi competidor, sino como parte de “un mismo cuerpo”.
iii. Sentido de pertenencia. Sentirse amado es sentir que se pertenece a algo. No sentirse excluido o rechazado, sí,
quizás, corregido y confrontado, pero siempre un sentirse incluido en el mundo interior del que me ama. Nos hace
sentir bien el ver que alguien me abrió su mundo interior para hacerme parte del mismo.
iv. Fidelidad. El Señor desestima el corazón dividido, aquel que tiene doble ánimo. El Señor nos llama a ser fiel con lo
que amamos. El Señor Jesús fue el sumo exponente de la fidelidad [Hechos 10.23, 2 Timoteo 2.13].

Cierre (10 min.)

Protector solar vs Santo protector. Innumerables veces nos han hablado acerca de lo importante de proteger nuestra piel de
los rayos ultravioletas y de los peligros de las prolongadas exposiciones al sol que pueden acarrear como resultado el cáncer
de piel. El cáncer de piel generalmente comienza con una pequeña manchita que se ve como un lunar, pero crece profunda
y mortalmente. Lo que no se suele escuchar ni en TV, ni en radios, ni lo puedes encontrar en las revistas de medicina es de
un peligro aún mayor: El cáncer pecado. También comienza como una pequeña mancha en el corazón, pero crece- de la
misma manera que el cáncer de piel-hasta que todo el cuerpo está contaminado. ¿Quién diría que con el paso del tiempo,
como la piel de aquel que por años se expuso al sol, el resultado serán horribles arrugas en la memoria, un corazón
endurecido, lesiones de culpabilidad y eventualmente la muerte?

La buena noticia es que Dios nos proveyó con la mejor protección. Esta protección se basa en largas exposiciones al creador
del sol. Su protección se llama Jesús y el secreto de su éxito traspasa la pigmentación de nuestra piel y combate la oscuridad
del corazón humano. Es un producto patentado que dice “Señor, necesito que me ayudes a rechazar la tentación y el
pecado de mi vida.”

Para reflexionar y orar

Hay ciertas horas del día en que la prolongada exposición al sol sin protector solar es especialmente dañina. ¿Cuál es el
momento en que corres más peligro de contraer el cáncer pecado?

La mayoría de las personas comienzan aplicándose el protector solar en la nariz y la cara luego los hombros, la espalda, y las
piernas. ¿Qué parte de tu vida necesita protegerse mejor del cáncer pecado? (enojo, mentiras, diversión, noviazgos…)

También podría gustarte