La Disqueratosis congénita es un desorden genético multisistémico muy poco
frecuente caracterizado por alteraciones mucocutáneas y disfunción de la médula ósea, causado por defectos hereditarios en componentes del complejo de telomerasa. La disqueratosis congénita autosómica dominante se asocia con mutaciones en el componente RNA de telomerasa, denominado hTERC (transcriptasa reversa de telomerasa), en tanto que la forma ligada al cromosoma X se debe a mutaciones en el gen DKC1 localizado en Xq28, que codifica para la Diskerina, proteína nucleolar involucrada tanto en la función de las telomerasas como en el procesamiento del RNA ribosomal6,7. La Diskerina participa específicamente en la pseudouridilación del RNA ribosomal y forma parte del complejo de telomerasa, que es responsable de sintetizar las repeticiones de telómeros que se encuentran en el extremo de los cromosomas. Se sabe que muy poca o ninguna telomerasa se expresa en las células somáticas, por lo que los telómeros se acortan en cada división celular. Por el contrario, las telomerasas se expresan en niveles elevados en células madres, células germinales y en células neoplásicas. Lo heterogéneo de las manifestaciones clínicas se expresa también en una gran variedad de mutaciones descritas en el gen DKC1, en el caso aquí presentado se detectó una mutación que determinaba la sustitución de alanina por valina en la posición 353, la que se ha descrito en aproximadamente un tercio de los casos reportados de disqueratosis congénita ligadas al cromosoma X2. Desde el punto de vista clínico la Disqueratosis congénita se reconoce por la tríada clásica compuesta por: distrofia ungeal, pigmentación cutánea anormal y leucoplaquia mucosa, alteraciones que generalmente aparecen entre los 5 y 15 años de edad. La distrofia ungueal se presenta en cerca del 83% de los casos y generalmente es la primera manifestación de la enfermedad, pudiendo progresar en algunos casos a la pérdida de las uñas. Por otra parte, la leucoplaquia generalmente compromete la mucosa oral, sin embargo, en algunas ocasiones puede afectar la conjuntiva, la mucosa uretral, genital o intestinal8. Estas manifestaciones mucocutáneas llevaron a considerar inicialmente a esta enfermedad como una patología exclusivamente dermatológica, sin embargo, debido al importante compromiso de la médula ósea actualmente se considera una enfermedad predominantemente hematológica. Otras manifestaciones incluyen: obstrucción lagrimal, trastornos de aprendizaje, enfermedad pulmonar, alopecía, encanecimiento precoz, anormalidades del tracto intestinal (estenosis esofágica y anal)9, hipogonadismo, osteoporosis y alteraciones dentales como por ejemplo: inflamación periodontal, hipomineralización, alteraciones del esmalte y pérdida dental prematura10. Las principales causas de morbilidad y mortalidad son complicaciones que se desarrollan como consecuencia de la falla medular, tales como infecciones oportunistas y hemorragias, y del desarrollo de neoplasias, ya que se ha observado una incidencia aumentada de cánceres epiteliales y hematológicos11. El pronóstico es ominoso, la muerte ocurre en promedio a los 16 años, en la mayoría de los casos por falla medular o menos frecuentemente por enfermedad pulmonar12 o desarrollo de neoplasias10,13. El tratamiento es controvertido, siendo en la actualidad básicamente paliativo. Diversos esquemas terapéuticos han sido utilizados, (Factor estimulante de colonias granulocíticas combinado con eritropoyetina, Oxymetolona, Factor estimulante de colonias granulocíticas y macrofágicas y trasplante de médula ósea) con resultados poco alentadores. Así, los pacientes que han sido sometidos a trasplante convencional de médula ósea han evolucionado de forma insatisfactoria, debido a la alta incidencia de complicaciones precoces y tardías relacionadas al trasplante, las que incluyen mucositis severa, sepsis, enfermedad hepática veno-oclusiva, anemia hemolítica microangiopática y fibrosis pulmonar1,14. Se presenta el caso de una enfermedad poco frecuente en que la tríada dermatológica hiperpigmentación reticular, distrofia ungeal y leucoplaquia permite sospechar el diagnóstico, el que se confirma a través de estudio molecular.