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Los procesos de composición de

textos
Cuando queremos expresar nuestras propias ideas, conocimientos, creencias y sentimientos
simplemente deseamos transmitir un mensaje por lo que con escribir palabras no basta. Por simple que
sea el mensaje, la escritura requiere una planificación de lo que se quiere transmitir, establecer los
contenidos y realizar una serie de procesos lingüísticos para traducir esos conceptos en proposiciones
lingüísticamente apropiadas, por lo que se necesita un tipo de capacidad nueva a la
que denominamos "composición escrita".

Como señalaron Bereiter y Scardamalia, además de pasar desde la expresión oral a la


gráfica,componer un texto escrito implica pasar de una comunicación cara a cara a otra en la que nuestro
interlocutor está ausente, lo que supone pasar de utilizar un sistema de producción del lenguaje
interactivo, que depende de las respuestas de los interlocutores, a un sistema en donde el emisor funciona
autónomamente, sin obtener una respuesta inmediata del receptor.

No es sólo que la situación de escritura sea más o menos difícil que la de expresión oral, sino que es
una tarea totalmente diferente, en donde se tiene que aprender a generar un texto sin la presencia de
señales externas y se necesita un grado de planificación ausente en la comunicación oral.

A diferencia de lo que ocurre con la comprensión lectora, los modelos de la composición escrita son
escasos, aunque existen diversas investigaciones que se han orientado a describir y explicar los procesos
que lleva a cabo el escritor y a describir y explicar las operaciones, estrategias y conocimientos que
debe poseer y cómo interactúan entre sí todos estos aspectos en el proceso mismo de escritura.

Aunque para conseguir este fin se han empleado diferentes metodologías de investigación, los
modelos más logrados proceden del modelo de Flower y Hayes, de acuerdo con este modelo, los grandes
componentes que determinan el proceso de composición escrita son tres: el conocimiento almacenado
en la memoria a largo plazo del escritor, el contexto de producción del texto y los propios procesos
mentales que hacen posible la expresión escrita.

• La memoria a largo plazo (MLP).

La persona que intenta escribir tiene almacenados en su memoria una serie de conocimientos para
su propósito, que le permitirá adoptar la perspectiva de los lectores potenciales o el conocimiento del
lenguaje escrito y sus convenciones.

• El contexto de producción del texto.

Está modulado por los objetivos de la escritura e incluye los aspectos motivacionales, las
características de la audiencia y la interpretación de la tarea que hace el escritor. En función de todos
ellos, el texto que se va produciendo, se está reelaborando continuamente hasta su versión final.
• Los procesos de expresión escrita.

Son los procesos y operaciones concretas que lleva a cabo el escritor, en los que influyen todos los
factores citados anteriormente. En relación con este último aspecto, se proponen tres procesos básicos
de producción de la escritura:

- Proceso de planificación: Consiste en la búsqueda de ideas e información y elaboración de un


plan de escritura, integrado por establecimientos de metas y objetivos generales, generalización de
ideas o del contenido y organización. Las preguntas a las que quien escribe trata de responder con
este tipo de procesos son:

➢ Qué se va decir.

➢ Cómo se va a decir.

➢ Qué aspectos se van a resaltar y cuáles serán de carácter secundario.

➢ Quién va leer lo escrito.

➢ Qué fin se persigue.

➢ Qué sabe el potencial lector del tema sobre el que se escribe.

- Proceso de textualización: Consiste en convertir las ideas en palabras, en producir el discurso


planificado por lo que implica la concreción y el desarrollo de la secuencia de palabras que servirán
para expresar las ideas, incluye los procesos grafomotores, sintácticos, léxicos, semánticos, textuales
y contextuales.

- Proceso de revisión: Consiste en mejorar el texto hasta que toma su forma definitiva. Implica la
evaluación y revisión del texto, el análisis de las metas e ideas que todavía no se han trasladado al
papel y supone la detección y corrección de errores, precisar y comprobar la coherencia de las ideas.
Tiene dos subprocesos: edición y lectura de texto, reedición y nuevas revisiones.

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