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PDF 3 Dios Del Mar en El Mar Del Este Extenso en El Del Oeste Fuyumi Ono 12 Reinos Compress
PDF 3 Dios Del Mar en El Mar Del Este Extenso en El Del Oeste Fuyumi Ono 12 Reinos Compress
3- Dios
4-del
MilMar en eldeMar
Millas del Este,
Viento, Extenso
el Cielo en el del Oeste
del Amanecer
5- Las Alas Aspiradas
6- La Orilla en Crepúsculo, el Cielo al Amanecer
Historias Cortas
7- Sueños de Prosperidad
8- Las Aves de Hisho
Relacionado
El Niño Demoníaco
Fuyumi Ono
La Saga de Doce Reinos
Libro III
Traducción:
Traducción: DarkAngelW
Edición: EED_Wolf
Ono, Fuyumi
Doce Reinos – Dios del Mar en el Mar del Este,
Este, Extenso en el del Oeste
Título original: Juuni
Juuni Kokki - Higashi no Watatsumi,
Watatsumi, Nishi no Sōkai
Publicado en Japón en 1994
Traducción:
T raducción: DarkAngelW
Edición: EED_Wolf
Fecha de Edición: 2020
Contacto EED_Wolf:
https://es.scribd.com/user/253213915/EstefaniaEugeniaDiaz
EED_Wolf@hotmail.com
Índice
Mapas - Página 7 Capítulo 3 - Página 31
Introducción - Página 11 Capítulo 4 - Página 43
Prólogo - Página 13
PARTE II
PARTE I Capítulo 5 - Página 49
Capítulo 1 - Página 19 Capítulo 6 - Página 53
Capítulo 2 - Página 25 Capítulo 7 - Página 59
Capítulo
Capítulo 20
21 -- Página
Página 141
133 Capítulo
Capítulo 38
39 -- Página
Página 247
251
Capítulo 22 - Página 147
Capítulo 23 - Página 153 Epílogo - Página 259
Capítulo 24 - Página 159
INTRODUCCIÓN
PRÓLOGO
En un lado del gran mar, las personas lo llaman “Hourai”. Del otro
lado, lo llaman “Tokio”, el país eterno.
Prólogo Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Prólogo Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
y siguió la orilla.
Justo antes del atardecer,
atardecer, llegó a la ciudad.
Desesperadamente corrió por las calles, buscando a su madre,
pero todo lo que encontró fueron desconocidos. Pronto se dio cuenta
que estaba en una ciudad diferente
diferente a la ciudad donde había desper-
tado esa mañana.
Se estaba preguntando qué haría ahora cuando un hombre se le
acercó. Después de escuchar al niño lloriquear mientras contaba su
historia, el hombre le dio unas palmaditas en la cabeza, le dio agua
y algo de comer.
El hombre miró a la gente a su alrededor
alrededor,, sus ojos se encontraron
y entonces tomó al niño de la mano. Lo guio de vuelta al acantilado a
las afueras de la ciudad, donde más allá de las arremolinadas aguas
azules el niño pudo ver montañas gigantes levantándose como pa-
redes al otro lado del océano. El hombre le dio una palmadita nal y
susurró:
—Lo siento —entonces, lo empujó por el acantilado.
Cuando volvió a abrir sus ojos, el niño estaba en una fosa oscura
como una caverna. Podía
Podía sentir el olor del mar en su nariz y algo
al go más:
olor de descomposición, aunque ya estaba acostumbrado a la muer-
te y sus horribles restos que no le pareció nada inusual o alarmante.
Pero el niño estaba mojado, tenía frío y se sentía solo. Cuando es-
cuchó algo moviéndose cerca, se volvió para mirarlo, pero todo lo que
pudo ver fue una gran forma en la oscuridad. El niño lloriqueó, pues
tenía miedo después de todo, pero más que nada, se sentía solo.
Entonces sintió un cálido aliento en su brazo. Lo hizo estremecer-
se hasta que algo suave empezó a acariciar su piel, se sentía como las
plumas de un ave. La forma era un ave gigante que vino a examinarlo.
Aunque su cuerpo estaba congelado de la sorpresa, las cálidas
plumas pronto alejaron todos sus miedos. Se dio cuenta que estaba
siendo sostenido por un par de alas.
Era cálido, muy cálido y se aferró fuertemente a las plumas.
—Madre…
Sentándose allí en la oscuridad, el niño empezó a llorar
ll orar..
17
Prólogo Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
¿Por qué
qué más allá del Mar del Vacío hay un lugar de felicidad
felicidad cuando
cuando
aquí no hay ninguna?
Hourai y Tokio
Tokio no eran más que los objetos de una inútil esperan-
e speran-
za, cultivada por las personas que habían sufrido la l a devastación de
sus vidas.
Pero estos niños, abandonados de ambos lados del Mar del Va-
cío, uno al este y el otro al oeste, se reunirán después de mucho.
Llevando el peso de la ruina sobre sus espaldas, caminarán por
la tierra en busca del paraíso mítico.
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PARTE I
CAPÍTULO 1
Capítulo 1 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Setsuzan
na una nola
montaña, Kou, Boukoku que
destrucción no Kai —La desolación
extermina que desmoro-
una nación.
Era como si el reino de En no tuviese salvación.
El último emperador fue recordado como Kyou-ou. Después de su
coronación había logrado gobernar durante mucho tiempo. Sin em- em-
bargo, luego de un tiempo, algo en su corazón cambió. Comenzó a
abusar de su pueblo y a ignorar los gritos de dolor de su gente. Puso
soldados en todo su reino para que cumplieran la función de espías
con el objetivo de capturar a todas las personas que se quejaran so-
bre el emperador, para después ejecutarlos junto con sus familias y
conocidos. Si ocurrían levantamientos el emperador daba la orden de
abrir las compuertas del río para hundir a toda la ciudad bajo el agua,
luego ordenaba rociar aceite a todo el pueblo para después lanzar
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EED_Wolf
dará a su ladosicomo
Sin embargo, su no
el kirin elescoge
sirviente recibiendo
a un el de
rey antes nombre de treinta
cumplir Taiho.
años, este muere y sobre el reino se rige el caos y la desolación.
El emperador gobierna la tierra y equilibra la naturaleza de la na-
ción. Una vez que el emperador muere su reino cae y las catástrofes
son inevitables. De esta forma, la tierra que ya estaba estéril debido
a la caída de Kyou-ou ahora se encontraba aún más estéril debido a
esta catástrofe. Al nal, la gente ni siquiera tenía la fuerza para llorar
por su desgracia.
—De esta forma comienza la desolación.
De pie, sobre una pequeña colina,
colin a, Rokuta movió
movió sus ojos y miró al
hombre que estaba a su lado. El hombre se encontraba observando
esta tierra estéril.
Parte I 21
Capítulo 1 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Rokuta
— miró hacia abajo, sintiendo ganas de llorar.
¿Qué pasa?
La voz de aquel hombre sonaba cálida. Rokuta suspiró profunda-
mente. Finalmente se dio cuenta que aquel peso que se encontraba
sobre sus hombros había desaparecido.
—Bueno —dijo el hombre mientras ponía su mano sobre el hom-
bro de Rokuta. —Vamos
—Vamos al Monte Hou para poder empezar
empeza r a construir
este reino.
Ahora todo lo que sentía sobre sus hombros era el peso de una
cálida mano. Rokuta había nacido hace trece años. Para un niño de
trece años, el peso de un reino era demasiado grande. Pero ahora,
por n había encontrado a la persona que se haría cargo de ese peso.
Rokuta se volvió hacia el hombre a su lado, este le dio unos
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EED_Wolf
CAPÍTULO 2
Rokuta
Rok uta dijo con algo de aturdimient
aturdimiento:
o:
—Es tan verde.
Rokuta
Rok uta contemplaba el verde de Kankyuu a través del Mar de las
Nubes en el patio del palacio.
El nuevo emperador ya había reinado por veinte años y el reino
comenzaba poco a poco a revivir.
El Monte Kankyuu se encuentra en una de las ciudades del reino
de En. En la cima de esta montaña se encuentra el Palacio Imperial el
cual recibe el nombre de Genei. La cima de esta montaña no es más
que una isla que ota en el mar sin límite de las nubes.
En el alto cielo, el Mar de las Nubes -Unkai- separa al mundo de
abajo del de arriba. E incluso cuando se observa desde el suelo, no
se
verpuede ver que
las nubes queexiste agua
son las en el Mar
crestas de olas
de las la s Nubes.
las Uno solo
golpeando puede
el pico del
Monte Kankyuu. Mirándolo desde el cielo, el mar es transparente y
posee un ligero color azul muy tenue, y parece tener la profundidad
de la altura de una persona. Sin embargo, si una persona bucea para
llegar al fondo jamás lograría llegar al otro lado. El agua es transpa-
rente y se puede mirar directamente a través de ella el exuberante
mar verde de los campos de trigo, el verde revivido
revivido de las montañas,
los árboles que protegen las chozas y los pueblos.
—Bueno, después de reinar tanto tiempo uno podría decir: ¿vein-
te años y solo se ha logrado esto?
Rokuta se cruzó de brazos y hundió su barbilla en ellos. El agua
del Mar de las Nubes golpeaba al pie del balcón.
Parte I 25
Capítulo 2 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 2 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Cuando
perial, nada sesuresuelve,
Majestadnada
no asiste a las reuniones
se aprueba. del Consejo
Por eso mismo Im-
Itan rea-
liza peticiones formales al emperador, el cual le dice que lo hablaré
después y se le otorga un día y un horario. Como hoy. A esta hora. Y
debido a que espera y espera y su Alteza no aparece, decide relevar
el cargo al consejero del emperador, el Taiho. Pero el Taiho no se en-
cuentra por ningún lado.
—Sí, bueno, umm…
—Cuando este tipo de cosas comienzan a suceder a diario, debo
tomar medidas necesarias. Con el debido respeto, ni el emperador ni
el Taiho deben esperar ser tratados como guantes de seda cuando
se trata de asuntos imperiales.
Rokuta
Rok uta respondió con una risa débil y una inclinación de cabeza.
Parte I 29
Capítulo 2 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 3
Sacudido por una fuerte brisa, Shukou caminó por los pasillos del
Palacio Imperial y salió del Palacio Interior.
Interior.
En era el reino noreste en el grupo de los “Cuatro Estados” -Sai,
Kyou, En y Kou-. Era una tierra fría, desgastada y enfriada por los
vientos secos que vienen del noreste durante el invierno, y es azota-
do por las brisas frías que soplan desde el Mar Negro en verano.
El verano cae rápidamente. Los vientos dominantes disminuyen
día a día. La tierra se calienta por el sol aumentando la temperatura.
Los veranos son frescos y la lluvia rara vez cae, convirtiéndose en un
lugar no muy adecuado para el cultivo de plantas.
Los otoños, por el contrario, son largos, ventosos y cálidos. En-
tonces el viento se levanta y de la nada el invierno se presenta pre-
cipitadamente.
Por encima del Mar de las Nubes, el Palacio Imperial está aislado
de las estaciones que se dan en la tierra. Pero en ese momento, la
brisa soplaba indiferentemente. El otoño pronto se presentaría. Al
nal del otoño se produce un mes de lluvia. Luego de la lluvia llega el
joufuu, los vientos fríos, los cuales hacen llegar
l legar huesos y cuerpos que
provienen del Reino de Tai.
—El Rokusui, solo puedo esperar que estemos a tiempo.
ti empo. —Shukou
miró al oeste por el Mar de las Nubes y se preguntó de nuevo. —¿Es-
tarán los diques en su lugar antes de que lleguen las lluvias?
El poderoso
Kankyuu, río Rokusui
a la provincia uyeendeel la
de Gen, provincia
Mar Negro. de Sei, el hogar de
La provincia de Gen es conocida por sus amplias llanuras y
Parte I 31
Capítulo 3 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 3 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 3 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
rumores sobre cómo fue que terminé ahí aun con mi cabeza sobre
los hombros.
Shukou le sonrió, cosa que solo dejó desconsolado a Itan. Sin
importar lo interesante que otros encontraran la historia, para él era
cualquier cosa menos un motivo de risa. Honestamente, pensaba
que iba a morir.
Naturalmente, al comienzo Itan no sentía nada más que respeto
por el emperador y no expresó una palabra de queja. Pero esa cortina
de devoción se terminó demasiado rápido. No había nada digno de
admirar en ese hombre.
¿Cómo iba a rever
reverenciar
enciar a un emperador que desperdiciaba todo
su dinero y tiempo en un burdel en vez de atender los asuntos impor-
tantes del Estado?
—Francamente, me regaño a mí mismo por dejarme engañar tan fá-
cil por su supuesta magnanimidad. Él no es magnánimo. Es un perezoso.
perezoso.
—Itan, ¿no crees que deberías de cuidar tu lengua y hablar con
un poco más de prudencia? Cuidar tus modales y tener un poco más
de deferencia harían maravillas a tu paz interior.
Itan miró a Shukou.
—No eres nadie para decir eso.
Shukou fue originalmente un subministro en el Ministerio de Pri-
Pri-
mavera, que se adjunta al Naishi, el escriba imperial. Durante una
visita de inspección, se había dirigido al emperador directamente:
—Hemos estado trabajando bajo el nombre del antiguo empera-
dor.. Dígame, su Majestad, ¿cómo debemos llamarlo: “Kou-o” El Prós-
dor
pero o “Metsu-o” El Destructor ? ¿Va a hacer renacer de las cenizas a
el Reino
Cuando de En o alehundirlo
Itan recordóen ellas
eso, nuevamente?
nuevament
Shukou e?
le respondió con una leve
sonrisa.
—Yo solo estaba cumpliendo con mi deber de buen Barón. Al pa-
recer,, es la mejor forma de ganar una promoción aquí.
recer
—Eso no funcionó conmigo. Sucedió al tercer día de la corona-
corona-
ción. Yo todavía
todavía estaba bajo arresto domiciliario.
—¿Oh? Mi memoria debe estar fallando, ha de ser la vejez.
Itan frunció el ceño y miró la cara de Shukou. Aunque sus rostros
juveniles sugieren lo contrario, sus edades verdaderas sugieren que
ya están entrados en años.
—Bueno, ese ministro junior es ahora el Ministro Imperial, por
Dios, su Alteza sí que es un hombre generoso.
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Capítulo 3 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 3 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 4
Capítulo 4 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Nos—El pesar
hemos de la vidaen
convertido —dijo Chotatsu
nadas y nadacon unaque
menos expresión de dolor—..
en el hazmerreír
hazmerreír.
—Tiene razón.
Esta vez los tres voltearon al mismo tiempo para ver de frente al
propietario de esas interjecciones impulsivas.
—¡El Taiho
Taiho es tan culpable como él!
Las frías miradas
miradas cayeron sobre él. Rokuta
Rokuta se encogió de hombros.
—Hey,, yo no soy el que tiene el hábito del juego.
—Hey
—Puedo preguntar entonces, ¿qué estaba haciendo durante sus
ausencias en la corte?
Presionado por Shukou, Rokuta forzó una sonrisa en su rostro.
1 BAKA. Caballo en japonés es “joba” y y ciervo es “shika” , el emperador tomó el
“Ba” de joba y y formó la palabra “Baka”, que en japonés signica “tonto”.
y el “Ka” de shika y
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Capítulo 4 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—¡Oh! Yo
Yo estaba afuera observando
obser vando el… hum, la recuperación de
los campos.
—¿Y podría resumir los resultados de esas observaciones?
obser vaciones? Ahora.
—Bueno… ah…
—Enano embaucador.
Rokuta miró a su señor.
—Para empezar,
empezar, eres el único que vive un libre albedrío. ¡Y ahora
me afecta a mí! Sabes, no es gracioso.
—Dice el niño que se hace el idiota.
—Una cosa es ser idiota y otra es la deserción, huir de la ciudad.
—Seis de uno, media docena de la otra.
—La gravedad
gravedad de una cosa u otra importa más que la cantidad de
veces que se hace.
Shukou dio un puñetazo en la mesa.
—¿Podrían tomarse esto en serio, por favor?
Shouryuu levantó la mano.
—Lo lamento. Luego de esto, voy a atender los asuntos del gobier-
no. ¿Felices?
—¿Podemos tomar
tomar su palabra de que lo hará?
—Sería buena idea de cualquier forma, mantener un perl bajo
y calentar el trono por un tiempo. Hay algo sospechoso en el oeste.
Los cuatro miraron a Shouryuu.
—El oeste…
Shouryuu sonrió.
—Provincia de Gen. Mejor nos preparamos porque algo está
ocurriendo.
Itanelnolugar
revisar pudo evitar
antes demirar detrás
concretar de reunión
esta él. Se había asegurado
y había conrmadode
que no había nadie más allí.
—Eso es… —Al decir eso, el emperador se refería a la provinc
provincia
ia de
Gen.
—Lo he escuchado en la calle. Los soldados de Gen se han es-
tado presentando en la ciudad varias veces al mes, los marineros
borrachos derrochan su dinero en los burdeles. Llegan con las manos
vacías y se van con un gran cargamento.
—¿Están comprando algo en Kankyuu?
—No sería un problema si se tratase de alimentos. Pero armas…
Shukou ladeó la cabeza a un costado.
—No puedo imaginármelos juntando la cantidad de armas
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Capítulo 4 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
PARTE II
CAPÍTULO 5
Capítulo 5 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 6
Capítulo 6 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 6 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 6 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 7
Capítulo 7 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
que —Un
debeemperador
mantener la existe porque
matanza y lamata y explota
explotación a sus súbditos.
al mínimo y hacerloAsí
lo
más disimuladamente posible. Si mantiene los números lo sucien-sucien-
temente bajos puede que nunca llegue a llamarse como un déspota
ilustrado. Aunque los números nunca llegarán a cero.
Rokuta
Rokuta no respondió.
—Hay cinco señores provinciales vivos. Tres de ellos fueron ase-
sinados por el emperador Kyou. Sus provincias ahora están siendo
gobernadas por los respectivos ministros de cada uno. El señor de la
provincia de Sei es el único que se precia. —Shouryuu bajó la voz—.
Oye, Rokuta,
Rokuta, dile al señor de la provinc
provincia
ia de Sei que me gustaría pedir
prestado su ejército.
ejé rcito.
—Lo que es mío es tuyo. No es como si yo fuese a llevarlos a la
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CAPÍTULO 8
Capítulo 8 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
con desconcierto.
—¿Qué pasa? ¿Conoces a alguien del mundo de abajo?
—A diferencia de ti, Shouryuu, yo si tengo un amigo.
—¿Un amigo?
—Así es. Voy a estar fuera por un tiempo.
—¿Y las reuniones de esta
es ta tarde?
Rokuta
Rok uta tosió y cambió de postura.
—Sí, tengo el presentimiento de que me estoy enfermando. Lo me-me-
jor será que me tome la tarde
tarde para descansa
descansarr. Voy
Voy a tomarme
tomarme el día.
Shouryuu lo miró con una sonrisa.
—Eso suena a algo seria. Lo mejor será llamar a Koi.
Koi era el médico a cargo del kirin.
—Agradezco tu preocupación, pero no es tan grave. Dile que me
retiraré a mis habitaciones para descansar.
—Ekishin —dijo Seishou al ocial de la corte de pie junto a él—. Ve
con él.
—Está bien, Seishou. No hay necesidad de preocupar a todos.
Solo se trata de un amigo.
Rokuta se apresuró. Con una mirada de Seishou instó a Ekishin
a seguirlo. Ekishin hizo una reverencia y se fue en su persecución.
La puerta del faisán se encuentra en la base del monte Kankyuu.
El palacio y la corte imperial que se encuentran en la cumbre se los
conoce como “La Corte de la Golondrina”. Los funcionarios del Tri- Tri-
bunal Superior tienen sus hogares y ocinas en el patio interior, los
burócratas de menor rango son alojados en el atrio exterior, en la
mitad de la montaña. Más abajo se encuentra la puerta de entrada
al monte
Ahí esKankyuu.
donde se encuentran las ocinas del gobierno provincial.
Las personas eran libres de ir y venir entre la puerta alta del acan-
tilado, que es la puerta de entrada al Palacio Imperial, y la Puerta
del Faisán e la parte posterior de las ocinas provinciales, también
llamada Puerta de Oriente.
Rokuta corrió hasta la puerta del faisán. La Montaña Ryuun se
reere literalmente a una montaña que pasa más allá de las nubes.
Pero el camino real estaba encantado, por lo que esa distancia se
recorría en solo una fracción de segundo. Sin embargo, Rokuta tenía
que ir primero al palacio a cambiar su traje de ceremonia, por lo que
le tomó más tiempo del que le hubiese gustado.
Llegó sin aliento al edicio dentro de la Puerta del Faisán reservado
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EED_Wolf
no elLadorado.
gente enEsolosesreinos lucía
un signo todo tipodel
particular dekirin
colores
. de cabello, pero
—¡Y pensar que fue el Taiho
Taiho quien me dio mi nombre! Aunque en
ese momento, probablemente no habría entendido el signicado de
tal honor.
—Entonces, ¿qué has estado haciendo todo este es te tiempo?
—Un hombre de buen corazón me acogió y me enseñó el lenguaje
humano. Yo Yo le sirvo en calidad de funcionario público provincial.
—Así que estás en el Registro Inmortal. De ahí tu edad.
Kouya sonrió.
—Eso
dieron es correcto.
muchas ganas deLoverlo.
acompañé a Kankyuu.
Pensé que, si pedía Una vez aquí, con
una audiencia me
el Taiho no iba a conseguirla a través de la puerta principal. Así que
Parte II 65
—Les dije
—Bien. que me
Grande tomaría
está el resto
deseando verlodeltambién.
día libre.
—¿Está cerca?
Parte II 67
Capítulo 8 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 9
Aunque Kankyuu era la capital del reino, sus calles eran cualquier
cosa menos amplias y espaciosas. Esto era algo propio del reino de
En, en general. Rokuta creía recordar que las calles de Kioto eran
mucho más amplias.
Dentro de la Puerta del Faisán, envolvió un chal alrededor de su
cabeza. Apenas podía pasar inadvertido sin ocultar su cabello. Por
alguna razón, la melena del kirin no puede teñirse, por lo que tuvo
que emplear otros medios para ocultarla.
Se vistió con ropa de calle ordinaria y sin preámbulos acompañó a
Kouya por las calles de Kankyuu, con Ekishin
Ekishin siguiendo cada movimiento.
Ekishin había sido un ocial del ejército bajo el mando de Sei- Sei-
shou. Cuando Seishou fue encarcelado, muchos de sus subordina- subordina-
dos presentaron sus renuncias y se refugiaron en sus cuarteles hasta
que Seishou fue liberado de la cárcel.
El emperador Kyou
Kyou rechazó la mayoría de las dimisiones, trans-
trans-
riendo una buena parte de ellos a las funciones públicas, y ejecutan-
do a cualquiera que se negara. Sin embargo, al nal del día, un buen
número logró sobrevivir.
sobrevivir. Ellos servían
ser vían ahora en la Guardia del Palacio
bajo el Daiboku Seishou.
Además de haber sido elegidos personalmente por Seishou, le
eran leales y estaban entrenados en las artes marciales, y nunca
bajaban la guardia. Kouya y Rokuta intentaron perderlo al principio,
peroEkishin
renunciaron
mantuvoal verlo imposible.
sus ojos bien abiertos.
El kirin era la única bestia divina de un reino. No importaba qué, no
El era la única bestia divina de un reino. No importaba qué, no
Capítulo 9 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
daespaldas
—¿Qué?hacen un movimiento en falso, se lo tragará por complet
completo.
o.
—Dile a tus shirei que
que se retiren. Intente cualquier cosa y Rokuta
Parte II 71
—No, Taiho.
Una voz de mujer. Los brazos que lo abrazaban estaban cubier-
tos de escamas blancas. Alas blancas lo envolvieron, cubriendo su
Parte II 73
Capítulo 9 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
rostro. Un shirei de
de Rokuta.
—¡Kouya!
Las alas blancas no podían extinguir los gritos sordos de Ekishin.
El hedor de la sangre y los ruidos espantosos le describían exacta-
mente lo que estaba pasando, el ruido sordo de un cuerpo cayendo
al suelo,
algo, Ekishin respirando
amortiguado solo por elsu último
llanto aliento,de
repentino unun
animal
niño. devorando
—Kouya… ¿Qué…?
—Necesito que vengas conmigo a la l a provincia de Gen.
—Gen —murmuró Rokuta
Rokuta para sí mismo.
—Si decides venir conmigo le perdonaré la vida a este niño- Dile a
tus shirei que
que se comporten. Nadie te hará daño. Simplemente, ven
conmigo y concédele a mi señor una audiencia.
—Tu
—T u señor… —¿No había mencionado Shouryuu algo sobre la pro- pro-
vincia de Gen?
—El Rikkan, Jefe Ministro de la prov
provincia
incia de Gen.
—Atsuyu, quieres decir.
Rokuta
Rok uta hizo a un lado las alas que cubrían su rostro. Kouya
Kouya esta-
ba de pie junto al youma, la sonrisa aún estaba en su rostro.
—¿Así que conoces al ministro?
—¿Qué está pasando en Gen?
Kouya no contestó a la pregunta, solo señaló a los hombres que
estaban allí para llevárselo.
—Taiho…
—T aiho… —dijo una voz detrás de él.
Rokuta
Rok uta negó con la cabeza.
—No, Yokuhi. —Ni siquiera levantó un dedo.
—Pero…
—Déjame ir.
Los brazos blancos lol o liberaron suavemente
suavemente de su abrazo. Roku-
ta volvió hacia su preocupada nyokai .
—Yokuhi, puedes irte.
Una mujer cubierta por escamas, luciendo alas blancas y piernas
de águila. Ella le devolv
devolvió
ió una mirada de desconcierto.
desconcier to. Con un suspi-
ro y un movimiento de su cola de serpiente desapareció, volviendo a
la sombra de Rok
Rokuta.
uta.
Después de haber conrmado que ella se había ido, Rokuta en- en-
frentó a Kouya,
—Como el cualdesde
esperaba solo leeldevolvió la Taiho.
principio, sonrisa.
Su innato sentido de
la benevolencia siempre está en primer plano.
74 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
PARTE III
CAPÍTULO 10
Capítulo 10 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
niños corriendo por todos lados, era tan desgarrador que no podía
soportarlo.
Y,, sin embargo, apenas se iba, deseaba con todo su corazón vol-
Y vol-
ver a verlos.
El youma que cuidaba de Kouya nunca se relacionaba con los l os de
su propia especia. Los youma que encontraron en sus viajes invaria-
blemente buscaban pelea. Probablemente fuera su naturaleza. Así
que la vida diaria de Kouya consistía solo con ellos dos.
Si él iba en busca de compañía humana en las ciudades, el you-
ma atacaría a los humanos. La situación no tardaría en salirse de
control, y en poco tiempo estarían atacando también a Kouya con
espadas y lanzas.
Él le rogaba al youma que no lo hiciera, pero cuando un youma
tiene hambre, el apetito es el que manda. Y aun cuando él no ataca-
ra, la gente que veía a Kouya y al youma empezaban a gritar y a huir
para salvar sus vidas, o daban la vuelta y atacaban con todas las
armas que tenían a mano.
Kouya miraba al youma a los ojos y repetía:
—Rokuta —una y otra vez—. Si dejas de atacar a la gente, enton-
enton-
ces podríamos ir a Kankyuu juntos.
Pequeñito, gorjeaba el youma.
—No. Soy Kouya. Kouya.
Pequeñito, dijo el youma de nuevo, con una voz que indicaba que
quería salir y quería que Kouya lo acompañara.
—Si no me llamas por mi nombre, terminaré olvidándolo de nue-
nue-
vo, de la misma manera que he olvidado mi nombre real.
Su madre, sin duda se habría dirigido a él por su nombre mien-
mien-
tras caminaban de la mano. Pero no podía recordarlo.
—Llámame Kouya.
Los niños jugando en las calles, sus padres llamándolos, levan-
tándolos en sus brazos, golpeándolos para disciplinarlos -Kouya los
envidiaba
madre quealotodos-. Las únicas
abandonó en las manos que la
montañas, recordaba eran las
callosa mano del de su
hom-
bre que lo llevó a los acantilados para ver el océano.
76 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
¿Por qué no había una mano cálida así en su vida? ¿Por qué la
gente era tan amable con otros niños y, sin embargo, a él lo abando-
naron y le hicieron cosas tan terribles?
Había un reino llamado Hourai cruzando el mar. Si pudiera llegar
a él, nadie lo ahuyentaría de nuevo. Una mano cálida seguramente
encontraría
debía haber la
unasuya. Si miraba
ciudad el tiempo
que lo recibiría consuciente,
los brazosen algún lugar
abiertos.
—Rokuta.
Rokuta había escuchado lo que tenía que decir, le dio comida,
palmaditas en la espalda. Le pidió a Kouya que fuera con él. No ha-
bría ningún nal a las cosas que podían hablar. Rokuta siempre lo
llamaba por su nombre. Podrían jugar juntos todo el día al igual que
los niños en las ciudades.
—Sí, yo debería haber ido con Rokuta.
Excepto que el youma fue el primer ser vivo que no había tratado
de matarlo. Kouya echó los brazos alrededor del cuello del youma y
enterró el rostro en las plumas rojas.
—Me gustaría que ambos hubiésemos podido ir —Kouya volvió a
recordarle al youma—: no puedes ir por ahí atacando a la gente.
Cuando tenía hambre, el youma mataría y comería al primer ani-
mal que viera. Así Kouya aprendió a cazar para él. Cuando estaba
lleno, el youma escuchaba lo que Kouya le dijera.
Pero incluso cuando el youma dejó de atacar a las personas, la
gente todavía los despreciaba. Al llegar cerca de cualquier ciudad,
empezarían a llover las echas. Y aunque no tenía ninguna razón
para seguir visitando la orilla opuesta, Kouya no podía decidirse a
dejar de ir allí.
Ese anhelo de compañía humana aumentaba a medida que cre-
cía. Pero no había ningún lugar donde Kouya pudiera mezclarse con
la gente común. El youma seguía sin llamar a Kouya por su nombre.
Lo único que podía hacer era hablar en voz alta para sí mismo.
A veces, Kouya no podía evitar preguntarse si solo había soñado
conocer a Rokuta. Rokuta no había tenido miedo de él o del youma.
Había hablado con él como un verdadero amigo. Pensando en ello
ahora, el encuentro parecía tan increíble. Por lo que se aseguró a
llamarse a sí mismo Kouya y al youma, Rokuta.
meroNoenimporta
comer. cuán hambriento
No importan estaba yKouya,
sus dolores el youm
molestias, youmaa erase
siempre elase-
pri-
guraba de ir a cazar para él.
él . Siguiendo la advertencia
adver tencia de Rokuta de no
Parte III 77
Capítulo 10 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
lo llamaba
dentro “Pequeñito” con tanto afecto que el impulso se marchitó
de él.
Kouya era el hijo de un youma, después de todo. No podía rela-
cionarse muy bien con los seres humanos.
Estaba dispuesto a abandonar la idea cuando conoció a Atsuyu,
en las mismas orillas del Mar Negro en la provincia de Gen, donde
previamentee se había reunido con Rok
previament Rokuta.
uta.
Kouya montó al youm
youma a y sobrevolaba la tierra como era su cos-
tumbre. Allí mató a unas pequeñas presas con unas rocas. Un conejo
o dos que no llenarían el estómago del youm
youma a. Kouya dejó al youma
youma
terminar esa comida mientras cazaba presas más grandes. Una heri-
da reciente de una echa todavía le dolía, estaba
es taba tan mal que no podía
dormir.. Pero tenía que asegurarse de que el youm
dormir youmaa fuera alimentado.
Las echas recorrían el cielo.
Kouya gritó y corrió a esconderse en el bosque. Le habían dispa-
rado demasiadas veces para recordar
recordar,, y tenía demasiadas cicatrices
de las puntas de las echas para contar. No valía la pena quejarse
por una herida, olvidando todo lo que había aprendido.
Se escabulló entre los árboles y se enterró en la maleza.
—Muchacho, ven —la voz sonó alta y clara. Como Kouya contuvo
el aliento, el hombre continuó—: ¿No eras tú el que viajaba con un
youma por el cielo?
A Kouya se le dicultaba comprender el lenguaje humano. Pero
por extraño que pareciera, entendió todo lo que dijo el hombre. Ha-
blaba sin miedo, ni ira. Eso despertó
desper tó la curiosidad de Kouya. Sacó la
cabeza de la densa espesura.
Varios soldados estaban en la cresta de la pendiente que se ele-
vaba desde el bosque. La mayoría estaba de rodillas, con sus arcos
preparados. En el centro de la línea, un paso por delante de los de-
más, había un hombre con los brazos cruzados.
—¿Vas a salir? —El hombre escaneó su entorno y les dijo a los
soldados—:
—Pero…Bajen sus arcos.
—protestaron.
El hombre hizo un gesto con la mano y bajaron sus arcos.
—Ven
—V en —el
Kouya hombre
emergió le aseguró—.
lentamente de Estarás bien. Él quería ver cómo
la espesura.
era estar rodeado de gente que tenía la intención de convertirlo en
la presa.
El hombre se inclinó y extendió su mano.
—Nadie va a hacerte daño.
Estaba siendo atraído hacia él, Kouya estaba a punto de alejarse
de la cubierta del bosque cuando un aullido lo detuvo en seco:
DETENTE .
Con un crujido de plumas, el youma se desplomó como una pie-
dra y descendió frente a él. Rugiendo amenazadoramente a los sol-
dados en la colina, se puso en cuclillas y le imploró a Kouya que se
subiera a su espalda.
Los soldados que habían bajado sus arcos a toda prisa los aga-
rraron de nuevo y apuntaron al youma.
El hombre puso una rodilla en el suelo.
—¡Deténganse! ¡Que nadie dispare! —El hombre miró al youma
y de nuevo a Kouya sin la más mínima señal de miedo. Sino con
una expresión de intensa curiosidad—. Fascinante. El youma te está
defendiendo. —Miró de nuevo hacia Kouya—. Ven conmigo. Tú y el
youma estarán a salvo. ¡Ah! Pero por supuesto.
Se volvió a sus perplejos sirvientes, todavía algunos levantaban
sus arcos, otros no.
—Traigan el ciervo. —Entonces se volvió a Kouya—. Debes estar
cazando también. Pero no se puede matar a un ciervo con una roca.
Kouya se le quedó mirando y luego al cadáver del ciervo. El hom-
bre sin duda tenía la intención de dárselo
dárse lo a ellos. No entendía
e ntendía por qué.
El hombre sonrió ante la consternación de Kouya.
—¿Has comida carne de venado también? ¿O es solo para tu
compañero?
De una bolsa en la cintura sacó un artículo envuelto en hojas
verdes.
y cebadaDesprendió las hojas
al vapor. Kouya para revelar
recordaba una bola
los pasteles de de masa
arroz quede arroz
Rokuta
le había dado.
Capítulo 10 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
El hombre
—Es para ti.asintió. Él le esbozó
Ven y come. Eso sí,una
no sonrisa al youma
vengas en pos de. cualquiera
de nosotros.
El youma respondió con un gorjeo de sospecha, pero dio un paso
adelante, agarró la pata del ciervo
cier vo con su boca y tiró de ella acercán-
dolo. Kouya observó al youma comer y con cautela se volvió hacia el
hombre, lanzando una mirada vacilante a su séquito. No parecía que
le iban a hacer nada malo.
Aliviado, se sentó. El hombre se acercó a él. Kouya se encogió un
poco. Él puso su mano sobre la cabeza de Kouya, una gran mano cálida.
—Qué niño más extraño. Domesticaste a un youma.
La dulzura de su voz calmó los sentidos de Kouya. Lo apartó. El
contacto de su mano desapareció, sustituida por una intensa sensa-
ción de anhelo.
—¿No te gusta que te toquen?
No es eso. Kouya negó con la cabeza.
—Está bien. No voy a hacer nada que no te guste. ¿De quién eres
hijo? He oído historias de un duendecillo por estos lares que está en
compañía de un tenken. ¿Quién iba a creer que era un niño humano
real?
Kouya se limitó a mirar la cara sonriente del hombre.
—¿Tienes un nombre? ¿Dónde vives?
—Kouya.
Ser capaz de responder a la pregunta tocó la bra más sensible
de su corazón. Tenía un nombre y aquí era un lugar en el que el nom-
bre importaba. Había soñado con esta escena
e scena durante tanto tiempo.
—Kouya, ¿eh? ¿Son de por aquí, Kouya?
Ser llamado por su nombre era muy agradable. Saboreó la sensa-
sensa-
ción, volvió a mirar por encima del hombro y señaló a las montañas
distantes que se elevan en el cielo por encima de los árboles.
—¿Las montañas Kongou?
Kongou? No es el Mar Amarillo. Dicen que ni los
humanos, ni los youma pueden entrar y salir de allí a voluntad.
—Los acantilados.
El hombre sonrió.
80 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
—¿Qué hay de
Kouya negó tuslapadres?
con cabeza.
—Otra familia con demasiadas bocas que alimentar. Una gran
cantidad de niños fueron abandonados en el Mar Negro de esa ma-
nera. Has hecho un buen trabajo de sobrevivir por tanto tiempo.
—Debido a Rokuta —Kouya
—Kouya inclinó la cabeza ante el youma detrás
de él.
—Eso no es menos impresionante. Un niño criado por un youma.
Su nombre es RokRokuta,
uta, ¿eh?
—Sí.
El hombre se rio. Dirigió su atención hacia el brazo izquierdo de
Kouya.
—¿Qué es esto? Esa herida está infectada.
i nfectada.
Cuando Kouya asintió, lo tomó del brazo y lo examinó más de cerca.
—Tienes la punta de una echa incrustada en la piel. Es necesa-
necesa-
rio que seas tratado.
El hombre se puso de pie. Kouya sintió el aguijón de su inevitable
separación. Pero él se agachó.
—Ven
—V en conmigo. Realmente mereces una vida mejor que esta.
—¿Ir contigo?
—Mi nombre es Atsuyu. Yo vivo en Ganboku. ¿Sabes en dónde
está?
Kouya negó con la cabeza.
—Puedes vivir conmigo. Necesitas ropas y educación. Por no ha-
blar de atención médica.
—¿Rokuta
—¿Rok uta también? —Kouya preguntó con gran aprensión.
—Peroo por supuesto.
—Per
Parte III 81
CAPÍTULO 11
Gen
la les tomaría
compañía un mes. youju
montando Con Kouya montando
, el viaje su youma
duró menos de la y el resto
mitad de
de un
día mientras las aves volaban.
Rokuta
Rok uta cabalgó con Kouya en el youma. El youma no apestaba a
sangre. Kouya se mantuvo el a su palabra al respecto.
Volaron hasta que el sol estaba bajo en el cielo. En repuesta a
las preguntas de Rokuta, Kouya describió cómo llegó a estar bajo las
órdenes de Atsuyu.
—El ministro realmente
realmente hizo que me llevaran a Ganboku y me ense-
ño mucho. A Rokuta también. Grande se lleva todos los alimentos que
puede comer, por lo que está bien para no atacar a otros seres vivos.
—¿Así que él no ha matado a nadie últimamente?
—Yo no diría eso. Tres años después que me llevaran con ellos,
el ministro me hizo su guardaespaldas. Cualquier hombre o animal
que lo amenazara, tendría que lidiar con Grande. Es nuestro trabajo,
como puedes ver.
—Sí, ya veo —Rokuta se dijo a sí mismo. Miró hacia abajo una
gran ciudad que quedó a la vista, bañada por la luz castaña rojiza del
sol poniente. Al parecer, más grande incluso que Kankyuu—. ¿Es eso
Ganboku?
—Sí. Más bonita que Kankyuu, ¿no te parece?
Era cierto.
En comparación con Kankyuu, las calles de Ganboku estaban
limpias y bien mantenidas. Los campos y las colinas circundantes
Parte III 83
Capítulo 11 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Rokuta
Rok uta yuta
Rokuta
Rok añadió—:
asintió.Dicen que es más conable que el emperador
emperador..
—No me sorprende. Shouryuu es un idiota.
—¿No te gusta el emperador? —dijo Kouya, claramente descon-
certado.
—No me desagrada. Pero el hecho es que él es un idiota.
—¿Por qué le sirves a ese idiota?
—Tienes que jugar con las cartas que te dieron. ¿Qué hay de ti?
¿Te gusta Atsuyu?
Kouya sonrió.
—Lo suciente para estar dispuesto a secuestrarte.
secuestrar te.
Pero Atsuyu es un rebelde. Rokuta se tragó su réplica.
Ser secuestrado era suciente evidencia de la naturaleza de Atsuyu.
Y también estaba presente el almacenamiento
almacenamiento de armas. Era un
insurrecto. No había vuelta de hoja.
El kirin elegía al emperador. Eso era un hecho establecido. Pero
este hecho no signicaba que todo el mundo lo aceptara. No había
n a los hombres y mujeres que, a lo largo de la historia, conspiraron
para derrocar al emperador y colocarse en el trono.
Rokuta miró hacia atrás. Las montañas de la provincia de Sei se
desvanecieron en la niebla y pronto desaparecieron de la vista.
¿Qué va a hacer Shouryuu? Rokuta tuvo que esperar que al me-
nos se ponga un poco nervioso.
Al igual que en Kankyuu, el palacio del señor provincial de Gen
se encuentra en la cima de la montaña en Ryou’un Gen, llamado
Monte Ganboku. Los corredores yacían en una repisa en el lado de
la montaña. A partir de ahí, Rokuta fue escoltado al palacio sobre el
Mar de las Nubes.
Entre los ministros reunidos en la sala, un hombre en particular
lo estaba esperando. Un hombre joven, que mantenía las aparien-
cias, con un cabello castaño oscuro que bien podría llamarse rojo.
Rokuta
Rokuta tenía
sosteniendo uno un
de hombre a suKouya
sus brazos. izquierda
y ely youma
a su derecha, cada
siguieron uno
la mar-
cha. El youma todavía tenía al bebé entre su pico, del cual hacían eco
84 Edición: EED_Wolf
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Capítulo 11 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 12
Capítulo 12 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
90 Edición: EED_Wolf
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Parte III 91
Capítulo 12 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 13
Ribi dijo:
—Taiho,
Rokuta
Rok ¿está bien?
uta esbozó una sonrisa.
—Estoy bien, estoy bien. En cuanto a las prisiones, este lugar no
es tan mal. Mejor amueblada de lo que hubiera imaginado.
Echando un vistazo alrededor de la habitación, se preguntó para
qué había sido destinada originalmente. Aunque no era muy amplia,
la habitación apenas se parecía a la celda de una cárcel tradicional.
Parecía haber sido tallada en la roca. En la parte de atrás había un
rincón para dormir con una cama. Un diván ocupaba una sección de
la sala dividida por unas pantallas.
Habíade
conjunto unutensilios
pozo y un de
depósito
cocina.deAlagua
mirarenhacia
l a esquina,
la arriba, junto conera
el techo un
alto, casi podría inducir una sensación de vértigo, una claraboya fue
cortada en la roca, la cual permitía ingresar la luz del sol una vez que
amaneciera.
Rokuta
Rok uta dijo con una sonrisa:
—Así que, Ribi, ¿puedes cuidar del bebé?
Ribi enrojeció un poco.
—Tengo
—T engo que admitirlo. No es exactamente mi fuerte.
fuer te.
—¿No tienes hijos?
—Hace
minos muchocuando
separados tiempo fui
tuve un marido
nombrada y un hijo.
ministro. EsoFuimos por ca-
fue durante el
reinado del emperador anterior, así que ha sido bastante tiempo.
Parte III 93
Capítulo 13 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
94 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
Capítulo 13 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 14
Capítulo 14 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
manos—Fueno secuestrado
va a cambiaronada.asesinado.
ExceptoSiquelo mataron,
asesinarloretorcernos las
no sería fácil.
Él tiene sus shirei a a su servicio. Si él fue secuestrado, alguien lo hizo
con un n en especíco en mente. Si Rokuta se resistió en lo más
mínimo, sus shirei lo lo defenderían. Una vez más, no es el tipo de cosa
fácil de hacer. Solo un cadáver fue dejado atrás, por lo que Rokuta no
debe haber luchado. Nuestra mejor apuesta es que este tipo Kouya
lo secuestró.
—¿Él no se resistió porque Kouya
Kouya era un amigo?
—Probablemente, y estaba usando a esa bebé desaparecida
como rehén. De cualquier manera, si Rokuta fue “voluntariamente”,
no habría una gran cantidad de pistas por ahí. Y si fue secuestrado,
tiene que haber una buena razón. A pesar de las apariencias, él no
es un chico tan lindo como para que alguien quiera llevarlo de paseo.
—Mire, Shouryuu…
—Agarraron a la reina del tablero de ajedrez. Es solo cuestión de
tiempo antes de que muestren su premio. Mientras tanto, no vamos
a hacer ningún movimient
movimientoo brusco.
—¿Realmente no hay otras medidas que podamos tomar hasta
entonces?
—¿Qué otras medidas propondrías, Shukou? Shukou?
—Sí, sí, ya veo su punto.
—Peroo podemos enviar un mensaje a Ribi, en la provincia de Gen.
—Per
—¿Provincia
—¿Pro vincia de Gen?
Shouryuu lo dijo con una sonrisa de complicidad.
—Algo podrido que está pasando. Y cuando algo está emitiendo
un hedor, es una buena idea mirar más cerca para ver de dónde
proviene
prov iene el olor
olor.. Bueno, tenemos que hacer algo o Rok Rokuta
uta me halará
de las orejas cuando regrese, por haberlo dejado de lado. ¡Ah! Y com-
prueben el Registro de Inmortales para alguien llamado Kouya.
—Entendido.
Shouryuu miró por
—Qué montón la ventana, causa
de problemas con una leve
ese sonrisa
chico. en losylabios.
Él sigue sigue
hablando de lo reacio que está a una guerra civil, y luego él es el que
Capítulo 14 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
va y golpea la chispa.
—Así que, su Alteza sospecha que está implicada la provincia de
Gen.
—Denitivamentee están reuniendo tropas. Y las armas están des-
—Denitivament des-
apareciendo de la sala de armas.
Seishou
tuación asintió con las
indirectamente, la cabeza.
reservasLoenmejor que pudo
el arsenal auditar
de hecho la si-
estabansi-
disminuyendo.
—Casi todo el mundo por aquí es culpable de algo. Si empeza-empeza-
mos a tantear el terreno, ellos sabrán que sabemos algo. El que está
detrás del secuestro de Rokuta, ya sea la provincia de Gen o en otro
lugar,, cuando nos movam
lugar movamos,os, ellos también lo harán.
—Sí.
—¿Dónde estará ese conejo que asomará la cabeza fuera del agu-
jero? Por ahora, hay
hay demasiado conejos y muchos malditos agujeros.
Shouryuu junto a la ventana, observaba el Mar de las Nubes hun- hun-
diéndose en el caos y la oscuridad.
100 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
PARTE IV
CAPÍTULO 15
Capítulo 15 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
temporada de lluvias?
—Lo siento. No tengo ni idea.
—Ni yo. Solo que el Rokusui es uno de los ríos más famosos. Te-
Te -
niendo en cuenta el estado del deterioro en el que se encuentra, se
puede empezar a comprender como está el resto. ¿No le parece?
—Probablemente
—Probablemen
de Atsuyu—. te tienes un
Sin embargo, razón —Rokuta
—Rok
reino nouta
es miró a los pequeño.
un lugar intrépidos Solo
ojos
cuando se trata de control de inundaciones, que la demanda supera
con mucho la oferta de trabajo, el personal ministerial es minúsculo.
No podemos seguir arrastrando a las personas -preocupadas por la
próxima cosecha- de sus granjas para ejecutar todos los l os proyectos
proyectos de
obras públicas. Seguramente entiendes que un reino no puede dar
un vuelco de la noche a la mañana.
—Lo entiendo —Atsuyu respiró y exhaló—. Pero ¿por qué deben los
decretos divinos estipular a un señor provincial y a un virrey imperial
para que sirvan al mismo tiempo? Quitándoles a los señores provin- provin-
ciales su autoridad, ha hecho imposible que las acciones provincia-
les se realicen sin la aprobación del virrey. Entiendo cuáles son las
condiciones del reino y por qué hay que hacer tales cosas. Pero ¿no
debería signicar que los virreyes también deben asumir los deberes
del señor pro
provincial?
vincial?
—Bueno, eso es…
—El Rokusui es una amenaza constante. Los diques deben ser
construidos. En lugar de dejarlo en las manos del señor provincial,
si realmente fuera más rápido para el virrey pedírselo al emperador,
recibir el permiso, y supervisar los trabajos, nunca habría tomado
medidas tan drásticas.
Rokuta
Rokuta se quedó momentáneamente sin palabras.
—Por lo que sé, lejos de estar consumido de noche y día con los
asuntos de Estado, el emperador está a menudo ausente del consejo
privado, poniendo a los ministros a buscarlo por todas partes. Enton-
ces, ¿por qué privar a los señores provinciales de la autoridad para
actuar en nombre de sus deberes?
—Shouryuu es…
—La autonomía debe ser devuelta a las prov provincias.
incias. El emperador
es el punto focal del reino, el yin y el yang , y yo no estoy en posición
de
los juzgarlo
asuntosde
deuna manera
gobierno, u otra.
debe Pero si esa
devolverle al emperador
autoridad no
de legobierno
gustan
a los señores provinciales. Que le deje el resto al Rikkan y nadie se
Capítulo 15 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
que los dioses castigan a los malvados con truenos y relámpagos. Así
que, en lugar de enfermar al kirin, ¿por qué no hace caer al capricho-
so emperador con un relámpago?
—¡No puedo creer que estoy aquí escuchándote decir esas cosas
tan escandalosas!
—Si es cierto
jo, entonces, que el kirin
muéstrame elige a Si
la prueba. la existe
mejor el
persona
Señor para
Dios el traba-,
Creador,
Creador
entonces, tal vez podría hacernos una visita. No digo esto con ligere-
za: él y los suyos no existen. Y si lo hicieran, no importan. Si eso me
convierte en un hereje, entonces, puede un rayo del cielo fulminarme
aquí y ahora.
Ribi no sabía cómo responder a tales argumentos. En su mente,
dudar de la grandeza del Señor Dios Creador no era diferente de
cuestionar la realidad misma.
Atsuyu se limitó a sonreír.
—Aquí está una criatura que eligió a su propio amo y decide no
seguir a ningún otro. Una criatura que posee grandes poderes mági-
cos, gentil, dispuesto y con gran intelecto. No me sorprendería saber
que nuestros antepasados, apreciando los talentos extraordinarios
de esta criatura, por gratitud, convirtieran su decisión como una ley
de la naturaleza.
Ribi se levantó de un salto por la ira.
—¡Maldito seas, Atsuyu!
Rokuta le dio unas palmaditas en la espalda.
—Tal vez podrías mostrar tu respeto por el kirin calmándote un
poco cuando estés cerca de uno de ellos.
Ribi contuvo la respiración y bajó la cabeza.
—Lo siento.
—No hay problema —Rokuta
—Rokuta le dijo a Atsuyu—: ¿Así que estás recla-
mando que es un error que el kirin coloque a un emperador en el trono?
Los ojos de Atsuyu brillaron como el acero pulido.
—¿Puede el Taiho decir con convicción que el actual emperador
es el mejor hombre para el trabajo?
Rokuta le devolvió la mirada. Por supuesto que tenía toda la ra-
zón del mundo para responder armativamente a esta pregunta. Y,
sin embargo, dijo la verd
verdad.
ad.
—No —sonrió—.
yu. Siempre Pero que
he pensado no acepto la premisa
estaríamos mejor de
sintuunpregunta,
emperadorAtsu-
en
absoluto.
CAPÍTULO 16
Capítulo 16 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 16 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
de los árboles. No solo ropa, sino incluso las cortinas eran de seda.
Estaba más enojado que agradecido.
—Sí.
Rokuta
Rok uta bajó la mirada hacia sus manos.
—Y entonces me dijeron que tenía que elegir al siguiente
siguiente emperador.
Nunca olvidaría
do escuchó eso, unaelpalabra
escalofrío que recorrió
asociada con lossuclanes
espina dorsal como
samurái cuan-
el Yamana y Hosokawa2. Pero eso solo confundió a las nyosen3, que
no entendían de lo que estaba hablando.
—Pensé que era una gran broma. No quería nada n ada que ver con eso.
—¿A pesar de ser un kirin?
Rokuta asintió. No importa qué tan pequeño o aparentemente
insignicante fuera, el kirin elegía al emperador y se convertía en su
principal consejero. Aunque fueran muy pequeños, se cree que tie-
nen un extraordinario buen juicio para su edad.
—Como kirin, yo no era una excepción. Era lo sucientement
sucientementee bri-
bri-
llante como para saber que no me gustaba lo que estaba escuchan-
do. Y ese no fue el nal. Las nyosen me enseñaron todo tipo de cosas
desagradables, como una vez que escogiera al emperador tenía que
trabajar para él.
El kirin en todo esto equivale a nada. Él elige al emperador y le
sirve al emperador y todo lo que podría llamar suyo -título de la tie-
rra en la que vive- pertenece al emperador. Y aunque el poder de la
unción del emperador le fue otorgado por el Cielo, si el emperador
se aparta del camino, es el kirin quien paga el precio inicialmente.
Cuando muere, sus shirei devorarán
devorarán sus restos. En última instancia,
ellos también existen para servir al emperador.
emperador.
Al nal, el kirin existía -en cuerpo y alma- por el bien del empera-
dor. Rokuta tuvo que preguntarse:
¿Qué tipo de vida es esa?
Los reyes abusan de sus súbditos. Era un hecho en la vida. Roku-
Roku-
ta no tenía ningún deseo de convertirse en un socio de tal abuso.
Conducido a la guerra por el orgullo y el ego, extray
extrayendo
endo la sangre
del pueblo con sever
severos
os impuestos, un monarca encarnaba las l as luchas
y sus súbditos era mera leña arrojada a la hoguera. El kirin no tenía
2 La Guerra de Ōnin fue una contienda civil ocurrida en el centro de Japón que
destruyó los remanentes de autoridad gubernamental e indujo a un siglo de conictos
armados. Este conicto se desencadenó por la disputa entre Hosokawa Katsumoto y
Yamana
Y amana Sōzen.
3 NYOSEN
NYOSEN. Sacerdotisas inmortales que sirven a los kirin en
en el Monte Hou.
Capítulo 16 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
En un pequeño feudo en las orillas del mar interior. Todos los feu-
dos por los que había pasado tenían las horribles cicatrices de la gue-
rra. Entonces, como ahora, se encontraba en las garras de una ebre.
—Fue molesto en extremo. Allí estaba yo, caminando sin ningún
objetivo en mente, y, sin embargo, yo estaba siendo atraído hacia el
emperador.
bía huido delNo podíaHou
Monte huir. Hastadetestaba
porque el día de hoy, no puedo
la elección del decir si ha-
emperador
o porque tenía que volver a Hourai para encontrar ala l emperador.
emperador.
—Ya veo —dijo Kouya suavemente.
—Y por eso estoy aquí, como sirviente de Shouryuu. Me he resig -
nado a eso también. No tiene sentido discutir con el mensajero sobre
las cartas que me repartieron. Si Atsuyu se levanta en armas, eso lo
convertirá
conv ertirá en mi enemigo también. No tengo ningún deseo de luchar
contigo o con tu señor. Todavía hay tiempo para detenerlo.
Kouya se hundió brevemente en el silencio. Por la expresión de
su rostro, Rokuta
Rokuta no podía empezar a comprender lo que pasaba por
su mente. Pero entonces él abrió la boca y borró toda esperanza.
—No puedo.
—Kouya…
—Atsuyu sabe lo que está tratando de hacer y está actuando so-
bre la base de lo que conoce. No tengo las palabras para detenerlo.
—Esto signica que habrá una guerra civil. Muchos soldados mo- mo-
rirán y muchos civiles no escaparán a la conagración.
—Tienes razón —dijo Kouya entre dientes, evitando su mirada, su
cara en blanco de la emoción.
114 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
CAPÍTULO 17
Capítulo 17 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Hey, chico.
Sacado de su ensoñación, Rokuta miró hacia un cielo azul claro.
La luz del sol brillaba en sus ojos, momentáneamente dejándolo ciego.
—¿Estás despierto?
Una mano áspera y seca que olía a pescado lo sacudió de nuevo
por el hombro. Desde una pequeña cabaña cercana, varios pares de
ojos lo miraron jamente.
—¡Oh, por Dios! —El anciano dejó escapar un suspiro de exaspera-
ción—. No podías abrir los ojos para nada, como que estabas muerto
para el mundo —Miró por encima del hombro y dijo con voz aliviada—.
Él está consciente, parece que sí estaba vivo.
Debilitado por una tierra empapada en sangre, poseído por una
ebre, agotado de tanto caminar, Rokuta había tomado una siesta
en la orilla rocosa. Eso era lo último que recordaba. Respiró hondo y
aspiró el aire fresco del mar, libre de sangre y pestilencia.
El hombre le dio una palmada en la mejilla.
—Ese joven te recogió y te trajo hasta aquí. Debes darle las gracias.
Rokuta siguió la mirada del anciano. Un joven alto estaba senta-
do sobre una roca frente a la cabaña.
—Aún entre los vivos, ¿eh?
Él le sonrió. Rokuta sintió un escalofrío por la columna vertebral.
ver tebral.
No de miedo. Los sentimientos de alegría pura le hicieron sentir la
piel de gallina. Así que esto es lo que se siente tener una revelación
Capítulo 17 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
allí
asumay conlasganas de entretener.
entretener
obligaciones de su. familia.
Es preferible a que una chica patética
Rokuta
Rok uta respiró profundament
profundamente. e.
—Eres un cretino.
—Una opinión ampliamente compartida. Eres un hombre bien in-
formado.
—Me compadezco de estas personas.
Rokuta
Rok uta no podía decir si era un tonto o demasiado generoso para
su propio bien, solo que no parecía un hombre hecho para estos tiem-
pos difíciles. No parecía tener una idea de lo que estaba pasando
fuera de las fronteras de su pequeño feudo. La guerra había reducido
a Kioto a cenizas. Inexorab
Inexorablemente
lemente corroía las defensas civiles. Guar-
niciones estaban estacionadas en todas partes. Era prácticamente
imposible escapar del olor de la sangre en el aire.
Este rincón en particular del mundo estaba en paz, pero no había
forma de saber cuánto tiempo duraría.
—Todo el tiempo que estás siendo entretenido por tus jóvenes
muchachas, el país se está e stá desmoronando a su alrededor.
alrededor.
—Allí está. Un minuto estás en la cima del mundo, al siguiente,
si guiente, la
rueda de la fortuna está rodando sobre ti.
—Tus súbditos tienen este peso sobre sus espaldas. Cuando lle-
gue la guerra, no sabrán qué camino tomar
tomar..
Shouryuu se limitó a sonreír y dijo con aire indiferente:
—Es mejor no luchar en absoluto. Si los Kobayakawa
Kobayakawa aparecen en
Capítulo 17 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 18
Capítulo 18 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Atsuyusus
todos no patos
habríaenrecurrido
una la. a secuestrar al Taiho sin primero tener
—Mayor razón para preocuparse.
Itan escrudiñó el papel. Actualmente el emperador tenía a su dis-
posición una división de la Guardia Imperial
Imperial y una división de la guardia
provincial de Sei, excepto que ambos estaban en la fuerza de brigada,
con 7.500 soldados en el primero y 5.000 en el segundo. En combina-
ción, apenas alcanzan la paridad con la guardia provincial
provincial de Gen.
En circunstancias normales, el emperador debe ordenar a seis
divisiones completas de 12.500 hombres cada una. La diezmada po-
blación de En no podía soportar tales números.
—Está blofeando —opinó Shouryuu, aunque nadie mordió el an- an-
zuelo—. Es probable que la fuerza de la brigada sea de 7.500 hom-
bres a lo sumo, con 10.000
10.000 reclutas de relleno en las las.
La Guardia Imperial bajo el mando del emperador se compone
de tres ejércitos designados: “Derecha”, “Izquierda” y “Centro”, cada
uno con una fuerza de división prevista de 12.500 hombre y tripula-
dos por soldados profesionales. Si eso no fuera posible, se podrían
bajar a las divisiones reducidas de 10.000 o brigadas de 7.500
Los tres ejércitos de la Guardia Provincial bajo el mando del Taiho
también corrían normalmente
normalmente a la fuerza de división completa. El resto
de las provincias mantenía
mantenía brigadas de 7.500.
7.500. En situaciones
situaciones de emer-
gencia, otros 5.000
5.000 reservistas podrían añadirse a las las. En las peo
peo--
res circunstancias, los soldados podrían ser reclutados por la fuerza.
nas,Los
conejércitos se movilizaban
concentraciones únicamente
militares mantenidascontra amenazas
al mínimo inter-
necesario
para hacer frente a la lucha
l ucha interna.
Cuando se desplegó la Guardia Provincial
Provincial para cuatro divisiones,
se añadió una división auxiliar a las tres existentes.
Esta división auxiliar normalmente tenía una fuerza de 2.500
hombres del regimiento. Aunque la provincia de Gen había manteni-
do durante mucho tiempo cuatro divisiones, después de haber perdi-
do la Derecha, la Central y las divisiones auxiliares, solo la Izquierda
se mantuvo.
Shouryuu
75.000 contempló
soldados frente a elfrente
Mar contra
de las una
Nubes. SeisProvincial,
Guardia divisionescon
de
un máximo de cuatro divisiones de 30.000 reducirían a un señor pro-
vincial rebelde a una presa fácil. En el peor de los casos, las ocho
provincias juntas podrían desplegar un ejército de 180.000. Si el
emperador perdía el rumbo, los señores provinciales podrían unirse
para eliminar la amenaza en el trono.
Simplementee no quedaban sucientes personas en
Simplement e n el reino para
justicar cualquiera de las opciones. En el momento de la corona corona--
ción, una población original de tres millones de adultos se había re-
ducido a una patética de 300.000
300.000.. Los refugiados que regresaban al
reino y los niños que crecían hasta la edad adulta podría a lo sumo
ser el doble.
Encontrar a 12.500 soldados para llenar las las de la Guardia
Imperia sería un milagro.
—Un ejército de la Izquierda en plena división, simplemente no
es posible.
—De todos modos —Itan dijo enfáticamente—. Necesitamos una
prueba contundente que la provincia
provincia de Gen está en el medio de todo
esto. No podemos simplemente movilizar a la Guardia Imperial solo
porque hemos identicado este sujeto Kouya.
—Peroo el tiempo es esencial. Si por casualidad el
—Per e l Taiho
Taiho está ahí…
Seishou dijo:
—Dile a la Guardia Imperial que empiecen a hacer los preparativos.
Capítulo 18 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
en laShouryuu se limitó
puerta, como a sonreír.
si algo Al salirocurrido.
se le hubiera de la habitación, se detuvo
—Ejecuta la siguiente orden imperial: el Rikkan y el Sankou están
despedidos.
Shukou e Itan lo miraron boquiabiertos. Itan irrumpió con el ros-ros -
tro enrojecido.
—¿Qué demonios estás pensando? ¡Este no es el momento!
No era el momento de empezar a reorganizar las posiciones mi-
nisteriales, cuando un paso en falso podría llevar a una guerra civil.
El proceso de selección por sí solo podría prolongarse casi que eter-
namente. Sincompitiendo
los ministros añadir a estopor
la los
inevitable
cargos.disensión interna, así como
Estos argumentos no persuadieron a Shouryuu en lo más mínimo.
—Estoy cansado de verlos. Seishou, contáctate con el Chousai y
convócalo al Consejo Privado de mañana.
—¿Estás en tu sano juicio?
Sin dar muestras de haber oído el reproche de Seishou, Shouryuu
respondió:
—Soy el emperador, ¿verdad? Haré lo que yo quiera.
Haciendo caso omiso de los reproches de Itan y los otros,
Shouryuu abandonó el Palacio Interior y llamó a un lado uno de sus
sirvientes.
—Préstame tu caballo.
—¡Su Majestad!
—Solo voy a aclarar mi mente. No me des ninguna cantaleta al
respecto.
El nombre del sirviente era Mousen. Tomó
Tomó un respiro profundo.
—Eso es lo que siempre dice, pero si se corre la voz de que soy yo
el que lo ayuda, el Daiboku tendrá
tendrá mi cabeza.
—En ese caso, te haré señor prov
provincial.
incial.
—Eso me será de gran ayuda cuando esté muerto.
—Entonces, te voy a nombrar para ser Sakou.
—No bromee con cosas como esas. Muy bien. Pero a cambio, me
voy con usted.
—Eso no va a suceder.
Mousen, temeroso dijo:
—¿Entiende la gravedad de los tiempos que estamos viviendo?
¡Increíble!
—Razón de más. Algo siempre debe estar en marcha.
mí y—V
—Vuelva
seuelva
fuga apronto.
lugaresSidesconocidos,
sigo inventandoelhistorias
Daibokusobre
segurocómo se aleja de
me degradará.
Shouryuu rio.
—No te preocupes. Si alguna vez llega
ll ega a suceder eso, voy a inven-
inven-
tarme una excusa mucho mejor.
Parte IV 125
PARTE V
CAPÍTULO 19
Parte V 127
Capítulo 19 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
emperador.
—Así que debe ser superior ala l emperador o no hay trato, ¿eh?
—Tanto un emperador de facto como un emperador jurado sir-
viendo al mismo tiempo destruiría al reino.
»En su lugar, renuncie a su autoridad de hecho y en nombre. Vá-
yase de la villa imperial. Vaya a disfrutar de los bosques y campos,
dejando el mundo vulgar atrás y sintonizando su corazón a la belleza
de la naturaleza en medio de las de ores silvestres.
Shouryuu estalló en carcajadas.
—Bueno, si lo pones de esa manera. Así que, coloco a Atsuyu en
una posición más alta incluso que la mía y luego me retiro al campo
para vivir mis días tomando la belleza rústica de las ores que orecen.
Hakutaku
Hakutak u inclinó la cabeza en el suelo.
Shouryuu dijo:
—Dile a Atsuyu lo siguiente…
—Sí.
—No soy tan tolerante como un hombre para darle a otros lo que
es mío por derecho.
—Su Alteza —dijo una voz de entre los ministros.
Shouryuu le hizo callar con un gesto de la mano.
—Dile a Atsuyu que, si regresa a Enki, voy a ser lo sucientemente
compasivo como para permitir que él tome su propia vida de la ma
nera que preera. Pero, si sigue provocando problemas mientras se
esconde detrás de Enki, voy a rastrear a Atsuyu y lo ejecutaré como
un traidor al reino.
Después de un momento de vacilación, Hakutaku se inclinó aún
más y dijo:
—Entiendo.
Shouryuu se levantó y sacó la espada del cinto. Solo se le permi-
permi-
tía al emperador y a sus guardaespaldas llevar armas en la sala del
Consejo Privado.
—Dime, Hakutaku,
Hakutaku, ¿pensaste que iba a dejarte
dejar te ir de aquí tan ram-
pante?
Aún postrado, Hakutaku respondió con voz clara.
—No.
—Eres el primer ministro de la provincia. ¿Atsuyu te obligó a venir
aquí como representante?
—Yoo pedí serlo. Yo sabía desde el principio que mis posibilidades
—Y
de volver a casa eran insignicantes. Era mejor venir yo, que un hom-hom-
Parte V 129
Capítulo 19 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 20
provincia.
—El informe de Atsuyu era exigiendo que se lo promoviera a un
cargo por encima del propio emperador.
emperador. Y lo rechazó en el acto.
Shouryuu parpadeó.
—¿Crees que debería haber tomado en serio la oferta?
—¡Imbécil! ¿Por qué no le seguiste el juego para ganar algo de
tiempo? ¡Algo como que tenías que hablar de ello con tus ministros
mientras nosotros buscábamos la manera de hacerle una zancadilla!
El tiempo se agota. Tenemos que adivinar el verd
verdadero
adero estado de las
cosas en Gen, sus disposiciones y los efectivos reales. ¿No te pasó
eso por esa dura cabeza tuya?
Shouryuu le devolvió la sonrisa.
—Estoyy seguro de que se nos ocurrirá algo.
—Esto
Itan estaba más que furioso. Estaba desesperado. Había 12.500
Parte V 133
Capítulo 20 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Parte V 135
Capítulo 20 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Parte V 137
Capítulo 20 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
alcanzaran también.
—Shukou —Shouryuu miró directamente a los ojos de su sirvien-
sirvien-
te—. ¿Para preservar la preciada vida de Rokuta, debemos someter-
nos a las demandas de Atsuyu?
Shukou no encontraba palabras.
—El kirin elige al emperador. Esa es la principal base sobre la
cual se funda un reino. Un traidor que socave con éxito ese principio
pondría al reino de rodillas. Algo como eso no se puede permitir. ¿No
te parece?
—Pero…
—¿Preferimos
—¿Pref erimos al reino o al rey?
Shukou no tenía una respuesta preparada.
Si Atsuyu mataba a Rokuta, el emperador delante de él moriría
también. Esa era la forma en que este mundo funcionaba. Si a pesar
de toda la lucha la ventaja volvía al emperador, Atsuyu al verse aco-
rralado podría
emperador,
emperador matar
, debió al kirin
aceptar . Actuando
la oferta solo en
de Atsuyu. el no
Pero mejor interés
podía del
hacerlo.
—El día que le demos a Atsuyu lo que quiere, ese día este reino
perderá cualquier legitimidad que pudiera tener —Shouryuu le mos- mos-
tró al estupefacto Shukou una sonrisa irónica—. Con un poco de suer-
suer-
te, estamos seguros de poder salir de este lío.
Parte V 139
CAPÍTULO 21
Parte V 141
Capítulo 21 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Cierto.
—De hecho —dijo Kouya, levantando la mirada del cuadro de aba-
jo y mirando
mirando a Rokuta—,
Rokuta—, el ministro quiso movilizar
movilizar sus tropas mucho
mucho
antes. Salvo que las probabilidades no favorecían una marcha hacia
Kankyuu. Tenía
Tenía que encontrar una manera de conseguir que la l a Guar-
dia Imperial viniera a él. Solo después de que no había encontrado
una estrategia de este tipo, le mencioné mi conexión contigo. Le dije
que conocía al Taiho. Y por eso terminamos aquí. ¿Estás enojado?
Había imaginado que Rokuta se había olvidado por completo de
él. Pero esperaba que, si persistía, podría al menos concertar una
cita. Y si jugaba bien sus cartas,
car tas, atraerlos a Ganboku. Rokuta
Rokuta estaba
seguro al estar rodeado por sus guardaespaldas. Si las cosas iban
mal, Kouya nunca regresaría a Ganboku
Ganboku..
En respuesta a estas preocupaciones, Atsuyu ideó una estrategia
alternativa.
“Es mejor
Rokuta
Rok uta mentir un poco que perder a mi Shashi”, había dicho.
asintió.
—El n justica los medios. Esa es la forma en la que funciona el
mundo. Hey,
Hey, ¿está bien si no tengo que volver a mi celda?
—Debes de estar sufriendo de claustrofobia ahí. Además, el mi-
nistro dijo que merecías tiempo libre por tu buen comportamiento.
—Qué bueno de su parte.
Esta vez, Kouya solo respondió con una sonrisa sincera.
—Está muy agradecido por darle toda tu atención. TalTal vez esta es
su forma de agradecerte. Pero da un paso fuera del palacio y el hilo
se romperá.
—Sí, lo sé. —Aún así, Rokuta levantó los ojos, no podía ver la pie-
pie -
dra atada a su frente.
Kouya sonrió.
—Los kirin son criaturas terriblemente inconvenientes.
inconvenientes. Necesitas
al menos dos rehenes para mantener a uno inmovilizado.
—Mucho más que dos.
—Cierto —Kouya volvió a sonreír—. Tenemos prisionera a Ribi, por
no mencionar al resto de su séquito. Si intentas algo, todos ellos se
mueren.
—¿No puedes al menos dejarlos ir?
—¿Crees que deberíamos?
—Un solo rehén es suciente. Veo por qué tienes a Ribi, pero ¿por qué
mantener al resto de ellos y al bebé? No es como que vaya a huir o algo.
Parte V 143
Capítulo 21 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 22
Rokuta
Rokuta caminaba de vuelta a su celda. Ribi estaba
es taba jugando con el bebé.
—¡Oh! Está de vuelta —dijo.
—Sí.
Teniendo en cuenta el tono de mal humor de su voz, Ribi se incli-
nó hacia delante con una mirada de duda.
—¿Qué está pasando?
—Ribi —dijo Rokuta tomando asiento—, ¿te parece que querer que
un reino es lo mismo que querer el trono?
—¿Eh?
Rokuta
Rok uta negó con la cabeza.
—No, no es lo mismo. Cómo decirlo, no sé.
—¿A qué se dijo
—Shouryuu debeque
esto?
quería un reino. Nada acerca de ser empera-
empera-
dor o aprovechar
aprovechar al máximo su rango y posición. Solo el reino. Siento
que no es lo mismo que convertirse en emperador, uno de los gran-
des y poderosos. Es por eso por lo que le di el trono.
—Taiho…
—Tal vez, ¿me equivoqué?
—Taiho… que en el mundo…
Rokuta
Rok uta se dejó caer sobre la cama.
—Lo siento. Solo estoy balbuceando.
El cielo estaba claro sobre el pequeño feudo, abrazando las costas
Parte V 147
Capítulo 22 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Parte V 149
Capítulo 22 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 23
Parte V 153
Capítulo 23 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Parte V 155
Capítulo 23 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Parte V 157
Capítulo 23 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 24
Parte V 159
Capítulo 24 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Parte V 161
Capítulo 24 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
PARTE VI
CAPÍTULO 25
Capítulo 25 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
nera,—Sin
ser embargo,
comparadoelcon
competente Atsuyu
. no puede, de ninguna ma-
el emperador.
emperador ma-
—Estás segura de conocer a Shouryuu. Pero Atsuyu es el tipo de
hombre que hace las cosas. Desde que llegó aquí, no lo he visto sen-
tarse a ver crecer la hierba.
—Taiho…
—Dicen que es audaz y decidido, que sabe cómo equilibrar la
cabeza y el corazón. Es generoso y comprensivo. Shouryuu podría
aprender una o dos cosas de él. Casi puedo creer que dejarle los
asuntos de Estado a Atsuyu sería una mejora.
Ribi levantó
levantándose delas cejas y frunció
su asiento, dijo: el ceño. Enderezándose y medio
—Taiho,
—Taiho, no puedes hablar en serio.
—Lo digo en serio.
—¿Por qué habla así? ¿No cree en el emperador que usted mis-
mo eligió?
—Creer no tiene nada que ver con ello —Rokuta sonrió—. Él real-
mente es un idiota.
—El emperador no tiene un pelo de tonto
tonto.. Creo que el papel de go-
bernante le viene bien. Es por eso por lo que lo he elegido para servirle.
—¡Ah, Ribi! ¿No me digas que tienes algo con él?
—¡Taiho!
Ahora ella parecía muy enojada. Rokuta reexivamente
reexivamente se agachó un
poco. Él sabía que se había pasado.
pas ado. Su inquietud estaba disminuyendo,
puesto de vizconde,
por encima no podía dejar de hacerla sentir que se elevaba
de su posición.
Shouryuu negó con la cabeza.
—No me agradezcas todavía. Si los señores provinciales levantan
la bandera de la insurrección,
i nsurrección, los virreyes se encontrarán en la prime-
ra línea. Indicarle a un virrey que establezca residencia en un palacio
provincial podría llegar a ser una sentencia de muerte. El problema
es que estoy jugando en este tablero de ajedrez con muy pocas pie-
zas. No quiero pronunciar sentencias de muerte, pero no tengo a na-
die más calicado que tú para ir ir..
Ribi se quedó inmóvil por un momento antes de enfrentarse al
emperador, con una expresión inusualmente seria en su rostro.
emperador,
—Estoyy muy agradecida por que sea tan sincero conmigo. Cuales-
—Esto
quiera que sean las probabilidades, no me gustaría hacer otra cosa.
Capítulo 25 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
manera. Te las
recogiendo dirán que las
piezas quepersonas más cercanas
él deja atrás. Se salta alasél reuniones
se desgastan
del
Consejo Privado, se dirige quién sabe dónde, cada palabra le entra
por un oído y sale por otro mientras hace todo lo que él decidió hacer
hacer..
—Pero su Majestad no ha hecho realmente nada malo. Itan y
los demás siguen diciendo que él es un perezoso bueno-para-nada,
mientras que el emperador se ha comportado de una manera mag-
nánima. Como resultado, incluso cuando las cosas estaban en su
peor momento, nunca sucumbió a la desesperación.
—Realmentee tienes una debilidad por Shouryuu.
—Realment
Ribi tristemente sacudió la cabeza.
—¿Por qué dice las cosas así? Imaginar que no tiene fe en el em-
perador me duele terriblement
terriblemente.
e.
—Ribi, yo…
personasutacomo
Rokuta
Rok ellos, por lo que el campo se ha recuperado.
no respondió.
—Shukou es el Magistrado Imperial, un Barón de menor rango,
como mucho. El Magistrado Imperial es independiente de la corte y
puede disciplinar incluso a los señores provinciales, es el único mi-
nistro que depende directamente del emperador. Seishou es el Dai-Dai-
boku y el más cercano al emperador en el Ministerio de Verano.
ȃl puede estar parado cerca en las sombras y proteger al em-
perador contra los traidores y renegados. Puede cortar un camino a
través de los tontos en la burocracia, de modo que Shukou y Seishou
puedan hacer su trabajo.
—Ribi, ya basta —Rokuta respiró, pero ella no había terminado.
—El emperador le dio a Itan la posición de Suijin. Sin un
ministro de rentas internas o cualquier persona administrando los
Capítulo 25 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 26
Capítulo 26 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Atsuyu
—¿Cuálmiró
es elhacia Hakutaku
actual número ydepreguntó con
efectivos delunEjército
tono frío en su voz:
Imperial?
—Al menos veinte mil.
—¿Qué? —Los ojos de Atsuyu se abrieron completamente—. Es
decir,, tres mil más que en el último informe.
decir
—Sí —dijo Hakutaku haciendo una reverencia.
Tres mil, Kouya se repitió para sí mismo.
El Ejército Imperial añadió más reclutas a sus las con cada paso
que daba.
La mayoría de los nuevos reclutas -los ministros rieron al princi-
pio- eran agricultores que habían estado labrando sus campos, inclu-
so llevaban aun sus azadas en la mano. Pero dejaron de reír cuando
los totales superaron los diez mil.
Los rumores decían que el ministro en jefe del Gen Rikkan
haciendo nuestros
—Lo siento. Estaespías
nuevaallí?
información los tomó por sorpresa.
—Idiotas.
Tú eres el idiota, quería gritarle Hakutaku.
Sospechando por la falta de inteligencia
i nteligencia procedente
procedente de Kankyuu,
había enviado a sus propios espías para hacer el respectivo segui-
miento, solo para descubrir que estaban
es taban omitiendo deliberadamente
los informes.
¿Qué pensabas que iba a pasar cuando rechazast
rechazaste
e al emperador
elegido de acuerdo con la Volun
Voluntad
tad Divina?
Sublevarse y exigir la independencia por el bien de la gente
ge nte de Gen
era una cosa. Secuestrar al Taiho e intentar extorsionar al emperador
era otra muy distinta. Con eso, junto con el personal del consulado
de Gen, los espías salieron a la vista y se unieron al Ejército Imperial.
Capítulo 26 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Me temo que hemos tomado el peso del trono imperial y la ma-
jestuosidad de los Decretos Divinos
Divinos demasiado a la ligera.
—¿Sería el mismo peso y majestad concedida al emperador Kyou?
Kyou?
—La gente sin duda lo cree. Todos ellos creen fervientemente
que el reinado del nuevo emperador dará a luz un futuro próspero.
Hemos declarado nuestra intención de traicionar ese futuro. Es per-
fectamentee lógico que las personas elijan distanciarse de nosotros.
fectament
—¡Hakutaku!
Cuando Atsuyu se irguió en toda su estatura, Kouya escuchó un
ruido extraño. De su bolsillo llegó un sonido como la cuerda de un
arco al romperse. Eso lo hizo quedar helado.
Atsuyu y Hakutaku se volvieron a él.
—¿Qué?
La sangre abandonó el rostro de Kouya.
—La línea roja se rompió.
—¿Qué?
—Tengo que ir a ver lo que pasó.
Kouya se dio la vuelta y saltó sobre la espalda de su youma.
174 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
CAPÍTULO 27
Kouya hacia
lo arrastró no lo hizo,
atrás.y El
unhocico
paso después tomósalió
de un animal a Rokuta
comopor
unaelerupción
cuello y
desde el suelo y tomó un bocado de su sombra.
—¡Rokuta!
Un lobo de tres colas se interpuso entre ellos, bloqueando el cami-
no. Dos brazos alados salieron del piso ensangrentado. El yo uma se
youma
lanzó delante
delante de Kouya y lanzó un rugido amenazador.
amenazador. Kouya
Kouya de nuevo
gritó su nombre.
Rokuta al n volvió la cabeza.
—¡Rokuta! ¡Llama a tus shir ei !
shirei
—Deténganse
suave —dijo Rokuta,
para ser escuchada—. inicialmente
Espera, Rikaku. con una voz demasiado
—Pero… —respondió su shir ei .
shirei
Rokuta sacudió lentamente la cabeza.
Capítulo 27 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—¿El sello?
Kouya miró hacia sus pies.
—El hechizo está en su lugar otra vez.
—¿El sello le hará daño de alguna manera?
—Un poco. Pero no puedo ver que tengamos ninguna otra opción.
Atsuyu tomó una respiración profunda.
—¿No dijiste que un kirin solo se podía contener por una cárcel
hecha de personas?
Kouya bajó los ojos.
—Lo siento.
—Bueno, esa cárcel tuya se destruyó a sí misma, así que eso es
todo, supongo. Aun así, dejo el cuidado del Taiho en tus manos. ¿Por
qué no tenías guardias vigilándolo?
—Simplemente no se me había ocurrido.
Atsuyu volvió a respirar profundo.
—Parece que hemos terminado por donde empezamos. Podríamos
hacerlo mejor que esto. Asegúrate de que no vuelva a suceder lo mis-
mo otra vez.
—Sí.
—Ministro —Hakutaku se tambaleó hacia él.
—Hakutaku.
—¿Hay un ministro en nuestra provincia que habría hecho algo
así? Ribi sacricó su vida por el emperador de En o para preservar la
integridad del trono? En cualquier caso, debemos confesar nuestras
culpas. Ribi estaba dispuesta a dar su vida por el emperador. Y si no
fuera—¡Hakutaku!
por él, entonces ella lo hizo por el bien del reino.
—¿Cuántas personas comunes acudieron en masa a Ganboku
para luchar contra usted, creyendo que está del lado correcto? Diez mil
de ellos se han reunido para
para atacar a la provincia de Gen. Sus números
solo crecen día a día.
—¿Por qué me dices estas cosas ahora? —dijo Atsuyu con su voz
teñida de ira—. ¿Qué me estás pidiendo que haga? ¡Sabes muy bien
que no hay reserva en este punto!
—Envíeme a Kankyuu una vez más. Voy a dar mi vida a cambio…
¿… de la mía? ¡No seas tonto!
Hakutaku se encogió y se postró aún más.
—El éxito o el fracaso está aún por determinarse. ¿Qué logrará
toda esa indecisión? Convence a la gente. Explícales las razones de
CAPÍTULO 28
Capítulo 28 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 28 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 28 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
hacia la libertad
liber tad muertos, la gente que huía fue rodeada y eliminada.
El clan Komatsu ya no existía.
Parte VI 187
PARTE VII
CAPÍTULO 29
Capítulo 29 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—¿Qué está pasando? Ellos no han dado un paso a través del Roku-
Roku-
sui. —Atsuyu estaba en el balcón y miraba hacia el río—. ¿Están espe-
rando que más gente se una a ellos? Están construyendo un ejército
de amateurs. Ellos simplemente se interpondrán en el camino de los
soldados regulares.
Hakutaku
Hakutaku dijo con expresión dudosa:
—Han reclutado a 20.000 a lo largo del camino y los han puesto
a trabajar
—¿Qué? colocando bolsas de arenas en las riberas.
—Están construyendo los diques. Estos llamados soldados no
tienen ningún armamento digno de mención. Deben haber previsto
desde el principio desplegar obreros.
—¿Ahora están construyendo diques? ¿Están tratando de ganar-
se nuestro favor?
—Solo podemos esperar que eso es lo que están haciendo. El
Ejército Imperial está trabajando en las orillas
oril las lejanas del Rok
Rokusui
usui de
las aguas de Shin’eki a las de Sugo.
—¿No querrás decir que… ellos están desviando el río?
Atsuyu frunció el ceño. El Rokusui giraba alrededor de Ganboku
como una serpiente. Durante mucho tiempo, los diques mantuvieron
el río dentro de sus márgenes. Atsuyu secretamente había hecho un
Capítulo 29 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 29 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
el peor de los casos, solo nos mojaremos los pies. Se lo ruego, aleje
esos pensamientos de su mente.
—Estamos sin opciones. ¡Haz lo que he ordenado!
194 Edición: EED_Wolf
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CAPÍTULO 30
Rokuta abrió los ojos. Sus párpados eran tan pesados que le tomó
varios minutos para centrarse en su entorno.
—Él está consciente.
Percibió el sonido de unos pasos apresurados y la voz de una
mujer. No podía ser Ribi, por supuesto. Recordándolo, Rokuta gimió
en voz alta.
Rokuta
Rok uta se cubrió la cara con las manos.
¿Por qué ir tan lejos? Todo,
Todo, al nal, por el emperador
emperador..
Una mujer se inclinó sobre él y le dijo, con una voz muy cerca.
—¿Cómo está? ¿Siente dolor?
Rokuta
Rokuta negó con la cabeza.
—Ha dormido durante mucho tiempo. Estábamos muy preocupados.
preocupados.
Rokuta
Rok uta bajó sus manos y se incorporó. El mundo giró.
—¿Cuánto tiempo?
La mujer que lo atendía tenía unos treinta años. El corte de su
vestido la identicaba como una viceministra de baja clasicación.
—Ha sido una semana completa.
—Una semana. ¿Qué pasa con el Ejército Imperial? —Él le lanzó
una mirada de preocupación.
La guerra no podría haber comenzado ya.
Ella sacudió la cabeza.
—Están
movido. acampando
—Y añadió en la
con una risaorilla opuesta
ner viosa.
nerviosa. al Rokusui
—Pero y noconstru-
ellos están se han
yendo los diques.
—¿Están haciendo qué?
Capítulo 30 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
ella Rok
Rokuta
uta la una
le tendió miróbolsa
con una expresión dudosa. Con una suave sonrisa
de tela.
—Esto tiene todo lo que necesita. Debe salir de aquí lo más rápi-
do posible.
—Eh, ¿qué?
—Nos rebelamos contra el emperador creyendo que podríamos
asegurar un mejor futuro para nuestros súbditos. No teníamos la in-
tención de hacer decaer el reino. No pensamos profundamente so-
bre las prioridades del emperador o las consecuencias de nuestras
propias acciones. Ahora estamos indignados ante el caos que nos
rodea y la ira que hemos generado.
»Si se pudiera reunir con el Ejército Imperial, regresar al palacio
y transmitir a su Alteza estas palabras de disculpa en nuestro nom-
bre…
Capítulo 30 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 31
Rokuta
Rok uta se apoyaba en la pared para evitar que sus piernas colapsaran.
—Rikaku… Rikaku…
Llamó a su shirei y
y no obtuvo respuesta.
—Rikaku. Youhi.
Los percibió débilmente, pero solo oyó su angustia. El kirin esta-
ba estrechamente unido a sus shirei . Cuando un kirin sufría, también
lo hacían ellos.
—Rikaku.
Había rango y estatus entre los shirei . Rikaku y su nyokai Youhi
Youhi
eran los principales y por ellos, estaban sufriendo tanto. Rokuta ni
siquiera podía sentir las reacciones de los demás.
Deseaba más que nada acostarse y dormir
dormir.. Pero él estaba a con-
trarreloj. Ya se había escapado y no había más rehenes vinculados
a él. Otros podrían haber sido forzados a tomar el lugar de Ribi y el
bebé, excepto que el hechizo que una vez lo ató ya no poseía sus
poderes malignos.
Dirígete hacia el Ejército Imperial y diles que se queden hasta
que puedas volver a Kankyuu y tener una conferencia con Shouryuu.
Había lógica en lo que Atsuyu le había dicho. Privados de su so-
beranía, las nueve provincias
provincias eran demasiado grandes para que una
sola persona las administrara. No tenía ningún sentido.
El descontento
perpetuo de los queera comprensible,
viven porde
en las llanuras noinundación
mencionardel
el malestar
Rokusui.
No importaba. La guerra debía ser evitada a toda costa. Ekishin, Ribi
y el niño fueron sucientes. Nadie más tenía que morir.
morir.
Capítulo 31 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Con cada paso que daba, la voz se hacía más clara. Divisó un con-
juntoo de puertas al nal de un pasill
junt pasilloo late
lateral.
ral. El ruid
ruidoo ven
venía
ía de detr
detrás
ás de
esas puertas. Un gemido, un aullido que no formaba ninguna palabra.
Sin embargo, un kirin poseía la capacidad de percibir el signica-
signica-
do detrás de ellos:
“Déjenme salir”.
Rokuta se salió del camino por un momento y se aventuró por el
Rokuta
callejón. No podía ignorar tal grito desesperado de ayuda.
Cuando llegó a la puerta, los sonidos cesaron de repente. Bus-
cando a esa alma, sus sentidos registraron ahora a un hombre llo-
rando en voz baja.
Rokuta
Rok uta puso las manos en la puerta y empujó. La puerta se abrió
lentamente sin ninguna resistencia. ¿Por qué?, se hizo obvio inme-
diatamente. Frente
Frente a la puerta
puer ta había una celda como en la que él ha-
bía sido connado, con un entramado de barras de hierro bloquean-
bloquean-
do la salida.
Aunque era bastante grande, la única fuente de luz en la habita-
ción sin ventanas provenía de la puerta abierta. Al principio, Rokuta
solo pudo distinguir una sombra en cuclillas al pie de la puerta de
hierro con barrotes.
Un anciano delgado y ojeroso. Estaba allí sentado agarrando las
barras con las manos sucias.
Al ver a Rokuta levantó
levantó su cara llena de lágrimas, sacudió las ba-
rras y levantó la voz. Una cadena enrollada como una serpiente por
el suelo de piedra sucio se adhería a la pierna del hombre. La cadena
se sacudió
uta ymiró
Rokuta
Rok rechinó con cadaalmovimiento.
con asombro desgraciado y atormentado anciano.
—¿Quién… quién eres?
No hubo respuesta. El anciano abrió la boca para gritar, pero solo
logró un gemido.
Déjame salir, quería decir. Déjame salir. Detente. Te equivocas,
te equivocas…
—¿Quién haría algo así?
La razón de esos gritos sin palabras era cruelmente evidente. No
había ninguna lengua en la boca del anciano.
—Rikaku.
—Rikaku. ¿Puedes abrir estas
e stas barras?
No. El seguro está encantado.
De hecho, los caracteres grabados en la
l a supercie rugosa, oxida-
oxida-
da tenían un hexágono vinculante.
Capítulo 31 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
justo—Atsuyu, ¿cómo
debajo de has podido permitir que algo como esto suceda
tu nariz?
¿No dijiste que estabas haciendo todo esto por el bien de las
personas?
204 Edición: EED_Wolf
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CAPÍTULO 32
Capítulo 32 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 32 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Perdió
parado una Tras
la diana. vez, Atsuyu se lo atribuyó
haber invocado al criado
a los dioses que habíaapre-
y expulsado los
1 TSUINA. Un rito de China originado cuando los demonios eran representados por
actores con máscaras intentando entrar en el templo y eran perseguidos por los sacerdotes.
Capítulo 32 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
dos avirtud
una la guerra sinYreivindicar
hueca. quesufrían
las personas la justicia
en estaba
nombrede
desulalado. Pero era
justicia.
Una guerra civil solo hará que se sufra más, le dijo Rokuta a At-
suyu una y otra vez.
¿Por qué seguía diciendo que todo era por el pueblo e insistía en
aumentar los ejércitos, sin importar qué? Si él realmente estaba po-
po-
niendo primero a las personas, ¿por qué los militares siempre tenían
prioridad?
Tal vez el vacío de esa virtud explicaba la extraña sensación de
impotencia
impotenc ia que sentía
se ntía Rokuta cada vez que intentaba señalarle esto
a Atsuyu.
—Atsuyu… —dijo Rokuta en voz alta.
Ese prisionero.
—¿Se suponía que iba a ser el doble de cuerpo de Genkai?
Mandando a Genkai lejos y dejando a un doble en su lugar, es-
condido justo por debajo del Palacio Interior.
“Detente”, el anciano había llorado una y otra vez.
O eso era lo que Rokuta pensaba que estaba diciendo. Atsuyu
contrató al anciano para sentarse en esa celda sin luz y pretender ser
Genkai. Pero el actor se cansó de interpretar ese papel.
“Quiero parar”. Eso es lo que quería decir. “Déjame salir de aquí”.
En su lugar había estado encadenado y detenido, le cortaron la
lengua para evitar que dijera demasiado.
—Maldita sea, Atsuyu.
Rokuta sentía como si el sonido de la voz de Genkai fuera a se-
guirlo a todas partes.
Parte VII 211
CAPÍTULO 33
Capítulo 33 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
el
mosPalacio
quinceInterior dicenhaber
años debe que pueden
perdidooírlo
oíla
rlocapacidad
gemir y llorar. En estos
de hablar. últi-
Lo que
signica que el ministro debía coger las riendas del asunto y guiar a
la provincia de Gen a través de estas aguas turbulentas.
a Atsuyu
que que
huyera deella terminaría
la provincia desiendo perseguida.
Gen. ¿Es eso cierto?Entonces le dijeron
cier to?
—Creo que han ocurrido tales cosas. El ministro no disfruta de
castigar a criminales como esos. Es una persona generosa cuando
Capítulo 33 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
se trata de la crítica.
—Si es así, ¿por qué no he oído una sola palabra de ella desde
entonces? Todo lo que ella más quería en su vida se quedó atrás.
¿Por qué?
—Bueno…
—Desgraciado.
Kouya levantó
levantó sus ojos para encontrarse con los de ella.
e lla.
—Se la diste de comer a ese youma tuyo, ¿verdad? Y vas a hacer
lo mismo conmigo.
Kouya le devolvió la mirada. Una leve sonrisa se puso en sus
labios.
—No parece probable que pronto cambies de opinión. Pero su-
pongo que eso era inevitable desde el principio.
La mujer se puso de pie.
—Justo como lo pensé.
—Es mi trabajo, ¿es que no lo ves? Por desgracia, yo soy uno de
esos tontos útiles de los que hablaste. Creo en el ministro. En vista de
que no dejarás de calumniarlo, tu existencia no le hace ningún bien.
—Atsuyu te dijo que hicieras esto, ¿verdad?
¿verdad?
Kouya negó con la cabeza.
—No, el ministro no me perdonaría lo que hago. Pero al nal todo
es para su benecio. —Acarició el pelaje del youma. —El ministro es
demasiado indulgente. Yo no dejo vagar libremente a una serpiente
sin antes cortarle la cabeza —lo dijo sin ningún tipo de emoción—.
Llegó la hora de la cena, Rokuta.
La mujer
el youma seabalanzó.
se le dio la vuelta
Eraysu
saltó hacia atrás.
naturaleza Con un el
el disfrutar grito alegre,
apagar la
vida de su presa.
ordenó, pensó Kouya, mientras los gritos de
Atsuyu nunca me lo ordenó,
la mujer hacían eco en sus oídos.
Ni una sola vez Atsuyu había emitido una orden de este tipo. Solo
su repetido e incomprensible sufrimiento -de la malicia de sus sir-
vientes traidores- de las profundas ansiedades que surgieron cuando
estaban bajo custodia.
¿Qué pasaría si se las arreglaban para escapar? ¿Van a venir
en pos ”.
Kouya? de mí? Y si lo hicieran, ¿qué pasaría si no estuvieras aquí,
Una y otra vez. No parecía temer por su vida, solo expresaba es-
tas realidades silenciosas con sus ojos. Una y otra vez. Por lo que
Kouya se ofreció para matarlos. Atsuyu lo había reprendido. Sin em- em-
bargo, nunca dejó de inculcarle a Kouya el peligro latente de los trai-
dores que habitaban en estas celdas.
Incapaz de soportar
sopor tar por más tiempo, Kouya se aventuró a la maz-
morra solo. Hace muchos años, le había pedido a Atsuyu que le diera
la responsabilidad de los prisioneros en los bloques de celdas. Atsu-
yu estuvo de acuerdo.
Kouya trajo a su youma con él durante su visita a un prisionero.
Cuando Rokuta terminaba -no quedaba nada, incluso lamía hasta la
última gota de sangre- Kouya le decía a Atsuyu que el prisionero se
había rendido y Kouya lo había expulsado del palacio.
Alguien más podría haber vendido de forma tan convincente una
mentira tan descabellada. Pero ¿y si ese informe procedía de un
mensaje cuya cara estaba pálida, le castañeaban los dientes y sus
rodillas temblaban tanto que apenas podía mantenerse en pie?
“Ya veo”, decía Atsuyu con una sonrisa. Acariciando a Kouya en la
cabeza. “Realment
“Realmente e eres el mejor de mis sirvientes”.
sir vientes”.
Kouya bajaba la mirada hacia sus manos, los sonidos del youma
masticando todavía
todavía estaban frescos en sus oídos.
Atsuyu decía, sonriendo, a pesar del malestar evidente en sus ojos:
“Es como si pudieras leer mi mente. Ya sabes lo que quiero sin
tener que decirlo. Estoy muy agradecido de tener un Shashi tan em-
pático”. Le daba unas palmaditas en la espalda a Kouya.
Kouya interpretó por el peso de su mano lo que Atsuyu había
deseado desde el principio y quería que Kouya lo siguiera haciendo.
Atsuyu informó del incidente a los ministros reunidos e hizo que
alabaran a Kouya. Dio a conocer que, a partir
par tir de ese momento, Kou-
ya sería el responsable de la disposición de todos los criminales.
En resumen, Kouya se convirtió en el verdugo de la corte. Él y
su youma eliminaban no solo a los que pudieran dañar físicamente
a Atsuyu, sino a cualquiera que pusiera en peligro su reputación y
posición.
Así que obviamente, desde el momento en que ella se volvió con-
tra Atsuyu, había sellado su destino. Kouya la llevó allí para conver-
tirse en una comida para el youma. Como siempre, se aseguraría de
que el youma
Atsuyu sehabía
que ella hubiese deshecho
elegido de todo.
regresar Cuando
al campo, no le reportara
quedaría unaa
mota de sangre o carne para demostrar lo contrario.
Este era el secreto tácito que los dos compartían. Atsuyu nunca le
Capítulo 33 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
dijo que matara a nadie. Kouya actuó por consideración a Atsuyu, por
devoción. Esa era la forma en que debía ser.
ser. Y según le dijo a Atsuyu,
él había dejado ir a la mujer.
Eso signicaba que se ganara los elogios de Atsuyu como un Sha-
Sha-
shi bueno
Ya me yhe
el, como un sirviente consumado y capaz.
acostumbrado.
Kouya observaba impasible como el youma terminaba su cena.
Aquí las acusaciones formuladas contra Atsuyu, los gritos de sus víc-
timas, con las manos empapadas de sangre, no tocarían su corazón
en lo más mínimo.
218 Edición: EED_Wolf
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CAPÍTULO 34
Capítulo 34 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
mo del pasillo.
—¡Allí está! —nalmente gritó uno de los
l os guardias.
La única luz disponible provenía de las antorchas de pino, pero
Rokuta tenía la extraña sensación de que la propia luz uía a través
del aire y uía hacia él.
—Imagínate encontrarte en un lugar como este.
Al mirar al guardia corriendo hacia él, Rokuta casi se echó a llo-
rar.. Era alto, con un toque de chico malo en esa
rar es a sonrisa. Pero se tragó
sus emociones y levantó las manos en lugar de una respuesta.
—Daiboku, ¿este
¿este es el chico que están buscando?
—Es él —respondió el hombre girando sobre sus talones—. ¿Cómo
está? El ministro y los demás diputados están muy preocupados.
—Fui
—F ui a buscar a Kouya y me perdí en el camino.
—Llévalo contigo —dijo el Daiboku.
—Sí, señor —respondió el hombre.
Rokuta
Rok uta extendió la mano y le dio un golpecito en la rodilla.
—No puedo caminar —dijo, mirando hacia él—. Llévame.
Una sonrisa irónica se dibujó en los labios del guardia. Sin decir
una palabra, se puso en cuclillas y se volvió de espaldas a él.
haciendo aquí?, quería preguntar Rok
¿Qué estás haciendo Rokuta.
uta.
Esto era exactamente el tipo de cosas que le molestaba a Shukou
y a los demás. Ese hombre era un sinv
s invergüenza
ergüenza e irresponsable.
Rokuta
Rok uta dijo con voz suave, casi tragado por el roce de la ropa:
—Trata
—Trata de no hacer nada realmente estúpido, ¿de acuerdo?
partido libremente
l ibremente sus provisiones
provisiones con Kouya cuando se conocieron.
La única razón por la que iría en contra de los deseos de Atsuyu era
la idea de que Rok
Rokuta
uta podría morir a causa de su cuerno sellado.
—Rokuta… —Kouya corrió hacia él.
vida—¿Cómo lo estáde
está colgando llevando?
un hilo. —musitó Fuukan—. Me parece que su
Rokuta, de hecho, cerró sus ojos rápidamente. No parecía estar
consciente.
—Llévalo a su habitación. Él no se ve bien.
“Por allí”, dijo Kouya con un movimiento de cabeza.
Estaba a punto de salir por el pasillo, al escuchar al Daiboku reír-
se entre dientes se detuvo.
—¿Y qué fue de esa mujer?
Kouya volvió a mirarlo. Fuukan también se detuvo y volvió la cabeza.
—La convencí de abandonar el palacio. Después de eso, no ha-
bría lugar para ella aquí. Ella es libre de huir a donde quiera.
—Dentro de la boca de ese youma, quieres decir.
—Este no es un asunto de risa —respondió Kouya brevemente y
se volvió sobre sus talones.
Él sabía muy bien lo mucho que el personal del palacio descon-
aba de él. No eran lo sucientemente ingenuos para creer que sus
propios prisioneros se habían exiliado todos voluntariamente al cam-
po. A Kouya no le importaba. Lo único que le importaba era que esas
dudas no llegaran hasta Atsuyu.
Kouya instó a Fuukan para seguir adelante. Fuukan echó una mi-
rada curiosa al youma que seguía a Kouya.
—Así que eso es un verdadero youma, ¿eh?
—Lo es. Es un tenken.
—Se comporta muy bien. No muerde, ¿verdad?
—De ningún modo.
—No me digas —dijo y siguió caminando.
Kouya le dio al hombre una dura mirada. Sin embargo, el perso-
perso -
nal del palacio los estaba mirando, cuando aparecieron juntos, todos
dieron un paso atrás.
—¿No tienes miedo?
Fuu
Fuukan
kan miró
—Dijiste pormuerde.
que no encima del hombro y se encogió de hombros.
—Sí, más o menos —dijo Kouya.
Qué hombre tan extraño, pensó para sí mismo.
Capítulo 34 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
222 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
CAPÍTULO 35
Capítulo 35 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
de un largo
suspiro ratolos
y cerró examinando
ojos comola caraevitar
para de Kouya. Dejó escapar
un doloroso un largo
espectáculo.
—Kouya,
—Kouy a, hueles a sangre.
Kouya se estremeció y dio un paso atrás.
—Mataste… a alguien… —Rokuta se cubrió la boca con las ma-
nos—. Tú no olías a sangre antes.
—Estos son tiempos peligrosos. Por supuesto que he matado. Ese
es mi deber. Si tú amenazaras la vida del ministro, tendría que ma- ma-
tarte a ti también.
—¡Oh! —murmuró Rokuta. En voz más alta dijo—: Kouya, tengo
que pedirte un favor.
—¿Qué?
—Llévame con el Ejército Imperial.
—¡No puedo hacer eso! —dijo KouyKouya,a, claramente desconcertado.
—Entonces, pregúntale a Atsuyu.
—No puedo, Rokuta.
Rokuta no había desaado a Atsuyu. Es por eso por lo que aún
estaba vivo. Aunque Atsuyu lo había arrinconado, él no parecía dis-
puesto a matar a su rehén. No había forma de saber cómo podría
reaccionar si Rokuta se volvía contra él.
Rokuta
Rok uta abrió los ojos.
ojos .
—Ahora que sé lo que está pasando, no voy a cooperar con Atsuyu.
—Rokuta…
—Un hombre que te convirtió en su asesino personal no es un
hombre que pueda respetar. ¿No me dijiste una vez que detestabas
la masacre humana?
—¿Eh? —Kouya parpadeó sorprendido.
—La primera vez que nos encontramos, ¿no me dijiste que Gran-
de no escuchaba cuando le decías que no atacara a la gente? Eso te
entristecía.
Atónito, Kouya
Kouya le devolvió la mirada.
—Y,respetar
podría sin embargo, te manda
a un hombre a matar.
que Y debes
hace tales obedecer. Yo nunca
cosas.
—Rokuta… —dijo Kouya.
Aunque había protestado,
protestado, nadie le creyó. Sin embargo, insistió en
triste
desaara Rokuta. —Los kirin no son diferentes. He oído que no pueden
al emperador.
—Shouryuu nunca me mandaría a matar a nadie.
—¿Puedes decirlo con certeza? Nadie sabe de lo que es capaz
hasta que lo hace. Tu amo y mi señor no son diferent
diferentes.
es.
Incluso Kouya quería creer que el Ministro
Minis tro en Jefe del Rikkan era
puro como la nieve recién caída. Pero ningún gobierno podría funcio-
nar ecazmente sin tener que ensuciarse las manos. ¿Podría hacerlo
el emperador? A duras penas.
—Bueno, yo puedo decirlo con certeza.
Kouya le lanzó una mirada nerviosa a Fuukan. Estaba sentado
en la cama como si estuviera listo para relajarse y tomar una siesta.
Miró a Kouya y sonrió con complicidad.
—Nunca le pediría a Rokuta que matara a nadie. Sería mucho
más rápido si lo hago yo mismo, ya lo verás.
Kouya se le quedó mirando.
—Tú…
Rokuta
Rok uta se incorporó.
—¡Shouryuu, idiota!
Shouryuu le dio un golpecito en la frente.
—¿Quién es el idiota aquí? Necesitas descansar.
—El emperador de En —murmuró Kouya.
Kouya.
—Y tú debes ser Kouya. Si realmente lo consideras tu amigo, en-
en -
tonces ¿por qué no dejas que se vaya? Para ser honesto, no causa
más que problemas. Pero
Pero las cosas van a irse al garete cuando él no
esté.
Kouya puso su mano sobre la cabeza del youma.
—¿Así que cuando el kirin no exista, perderás tu humanidad?
—Nah —sonrió Shouryuu—. Cuando él no esté, todos los ministros
vendrán a mi quejándose en su lugar. Es un verdadero dolor en el
trasero.
Kouya
—¿Paratensó la mano
qué viniste apoyada sobre la cabeza del youma.
a Gen?
—No pude encontrar a nadie tan capaz como yo para hacer el
trabajo.
Capítulo 35 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—¿Todavía insistes
Rokuta asintió. Unaensola
protegerlo?
palabra había bastado para saber que
era Shouryuu. Abajo, en las catacumbas, había un resplandor a su
alrededor,, un rayo de sol que no debería existir. Shouryuu era el em
alrededor em--
perador.. Eso por sí solo no podía negarse.
perador
—Tee lo dije, ¿no? Soy el sirviente de Shouryuu.
—T Shour yuu.
—Y yo lo soy del ministro Atsuyu. —Kouya enfrentó a Rokuta y dijo
con un trono tajante en voz—: voy a hacer lo que él mande. Estoy aquí
para protegerlo, incluso si eso signica matar a cualquiera que se
interponga en su contra.
—¿Y si Atsuyu te lo ordena, te convertirás
convertirás en cómplice de la insu-
rrección? ¿Incluso si eso signica que Atsuyu se convierta en traidor?
¿Incluso si eso se traduce en que cada echa disparada con ira lo
golpeará?
—Si él desea el rango de emperador,
emperador, entonces que así sea, inclu-
inclu-
so si es considerado un traidor. Él espera plenamente ser señalado
como un rebelde y está muy bien con eso. Con el reino encaminán-
dose hacia la destrucción, si él desea convertirse en el Señor Dios
Creador,, eso estará bien para mí también. Me gustaría estar allí para
Creador
darle a Atsuyu toda la ayuda posible.
—Entonces, ¿qué hay de mí? —Rokuta miraba a Kouya, ese otro
niño que se despertó en la misma noche para encontrarse siendo
abandonado—. Me agradas. Pero no puedo soportar el olor de la san-
gre proveniente de ti.
—Lo que sea necesario. De la misma manera que defenderás a
Shouryuu, yo defenderé a Atsuyu.
—¿Y para eso vas a matar a cualquiera que se interponga en su
camino? ¿Eso no te molesta de alguna
al guna manera?
Es imposible que no, pensó Rokuta.
El Kouya que Rokuta
Rokuta conocía no era esa clase de persona.
—¿Matarás si Atsuyu lo aprueba? ¿Te apartarás del rumbo y le-
vantarás ejércitos?
¿Quieres crear más ¿Enviarás
niños comoeltú?
reino a la destrucción y a la ruina?
Kouya respondió en voz baja.
—Todos son desconocidos para mi —su pálido rostro estaba
para morir.
es algo Reinos
tangible, nose levantandetener
podemos y reinos caen. propia
nuestra Sin embargo, el dolor
destrucción in-
evitable.
Kouya era el hijo de un youma. Cuando un youma aparecía en
las fronteras de un reino, llegaba a sembrar la destrucción. Era, sin
duda, el hijo de la destrucción.
—Mientras viva Atsuyu, los demás pueden morir.
Rokuta le devolvió la mirada, sorprendido. ¿Por qué no se había
dado cuenta antes? La dureza de su corazón no lo habría sorprendi-
do en lo más mínimo.
—Aunque podría hacer una pequeña excepción solamente para
Rokuta,
Rok uta, Atsuyu no tiene ningún interés en particular en tu destino, así
que no tengo ningún motivo para preocuparme. Encontraría varias
formas de atormentarte. Cuánto sufre todo el mundo, cuánto decae
el reino, nada de eso importa al nal. Si todo está bien para Atsuyu,
está bien para mí.
—¡Kouya!
—¿Es la caída del reino lo que te asusta? ¿Es la destrucción? ¿Su
muerte? ¿Quieres que te enseñe el camino para encontrar la paz? —
él esbozó una sonrisa brillante—. Deja que todos se vayan al inerno.
—¿Y si Atsuyu también muere? —preguntó Rokuta.
Kouya respondió con apenas un encogimiento de hombros.
—Si eso es lo que quiere Atsuyu, entonces que así sea.
—¡Este es tu reino también! —La voz de Shouryuu repentinamen-
repentinamen-
te sonó.
Rokuta
Rok uta y Kouya lo miraron sorprendidos.
—Atsuyu no es la única cosa que puedes llamar tuya. Lo mismo
ocurre con este reino.
Rokuta
Rok uta desvió la mirada.
—Shouryuu, no tiene sentido.
—¡No hasta que yo diga que no lo tiene! —rugió Shouryuu. Y di-
di -
rigiéndose
dices? ¿Vivea Kouya le dijo—:
y deja morir, ¿”Deja
dices? que
¡Son mistodos se vayan
súbditos de losalque
inerno”,
estás
hablando!
»Con ese tipo de actitud,
a ctitud, ¿qué estoy haciendo aquí?
Capítulo 35 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Kouya parpadeó.
—¿De qué sirve un emperador sin ningún súbdito? Pide un reino
para gobernar y es la gente quien te lo confía. ¡Esa es la única razón
por la que soy emperador! ¿Y estás bien con todo yéndose al iner-
iner-
no? Las
¿Qué crees que
personas estoy
-sus haciendo
personas- aquí?solo para chocarse con una
huyeron
pared de echas. El castillo y el campo y todos los que vivían allí des-
des-
aparecieron en las llamas.
—¿Por qué se me permitió vivir en desgracia? ¿Por qué se me
permitió escapar? Me dieron un reino para gobernar y murió. Habría
dado de buen grado mi vida por ellos. Pero me dijeron que se me
había conado otro reino. Esa es la única razón por la que aguanté.
“¿Quieres un reino?”, le había preguntado Rokuta.
—La única razón por la que existo es para entregarte un reino rico
y abundante, Kouya.
Durante un minuto, Kouya solamente contempló estupefacto a
Shouryuu. Luego dijo lenta y deliberadamente.
—No soy tan ingenuo como para creer esas promesas endulza-
das con azúcar.
Él se puso de pie. Como había anhelado un lugar donde pudie-
ra llevar una vida tan tranquila. Pero había llegado a darse cuenta
de que todo era una fantasía. Al igual que Hourai, que se mantuvo
siempre fuera de su alcance. Tal reino habitado por un pueblo así era
la cima de una montaña que nunca alcanzaría, sin importar cuánto
tiempo subiera.
—No he oído nada. No sé nada —Kouya hizo una mueca y les dio
la espalda—. Te dejaré a cargo por ahora, Fuukan. Los ministros en-
cargadoss de la custodia del Taiho estarán aquí pronto. El Taiho tendrá
cargado
que permanecer aquí por el momento.
—Kouya.
Kouya miró por encima de su hombro.
—Como te dije. Cualquiera que amenace a Atsuyu tendrá que res-
ponder ante mi youma. Eso es una cosa que nunca se debe olvidarolvidar..
228 Edición: EED_Wolf
EED_Wolf
PARTE VIII
CAPÍTULO 36
Capítulo 36 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
Capítulo 36 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 37
Atsuyu preguntó:
—¿Cómo se siente?
Rokuta
Rok uta negó con la cabeza.
—No tan bien.
—Entonces probablemente debería evitar dar paseos largos. ¿O
había algo en particular para lo que necesitaba verme?
—Me gustaría volver a Kankyuu.
Atsuyu frunció el ceño.
—Lo siento, pero eso está fuera de cuestión.
—Cada rincón de este palacio está teñido con el hedor de la san-
gre. No es abrumadora, pero me perturba constantemente. Si te im- im-
porta mi bienestar en absoluto, al menos podrías encontrar un lugar
para mí fuera del palacio.
—No puedo hacer eso.
—Por cierto, Atsuyu…
—¿Tiene otra cosa en mente?
—¿Por qué mantienes a tu padre encerrado en connamiento
solitario?
La sorpresa de Atsuyu solo era superada por las expresiones de
perplejidad en el rostro de los ministros reunidos.
—Su cuerpo es un desastre, para ser sincero, él no parece estar
en plena posesión de sus sentidos. La historia es que Genkai cayó
enfermo, se retiró y te pasó la autoridad a ti. Excepto que retiro ape-
nas signica lo mismo que connamient
connamiento o solitario, ¿verdad?
Atsuyu se puso de pie. Fru
Frunció
nció el ceño y luego sonrió.
Capítulo 37 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Mi padre no está bien. Así que no pudo presentarse ante usted,
debe haberlo confundido con otra persona. ¿Dónde está esa perso-
na? Y ¿por qué usa el nombre de mi padre? Explíqueme las circuns-
tancias del encuentro.
—Entonces,
Palacio Interior?¿a quién tienes encerrado en las profundidades del
—El Palacio Interior —Atsuyu repitió con recelo—. Eso sería donde
reside mi padre.
—¿Estás admitiendo que tienes a tu padre encadenado? —Roku-
ta vio el terror en la cara de Atsuyu—. ¿Lo ataste con cadenas, le
cortaste la lengua y lo dejaste allí a pudrirse? ¡Respóndeme, Atsuyu!
—Eso fue…
Rokuta
Rok uta se dirigió a los ministros.
—¿Alguno de ustedes sabe algo? ¿Lo sabían y aun así continua-
ron sirviéndole? Si es así, la provincia de Gen no es más que una
cueva de ladrones.
La mayoría de los ministros reaccionaron con alarma y miraron a
Atsuyu.
Solo un pequeño grupo evitó sus ojos.
—Haz hecho un gran sermón, Atsuyu. Pero para todas tus procla-
mas de lealtad al Camino, ¿qué estás haciendo realmente? ¿Secues-
¿Secues-
tro? ¿Encarcelamient
¿Encarcelamiento? o?
—Me disculpo por haber recurrido a medios tan bajo con el n de
atraer al Taiho aquí. Cuando el Shashi dijo que podría traerlo aquí,
nunca imaginé que iba a recurrir a tales métodos indeseables.
Kouya levantó los ojos y miró prolongada y duramente el rostro
angustiado de Atsuyu.
“Lo has hecho bien, Shashi”. Kouya sabía el verdadero signi- signi-
cado oculto dentro de esas palabras. “No me gustaría perder a mi
preciado Shashi”. Incluso si solo signicaba que sería inconveniente
perder los servicios de un sirviente útil, Atsuyu era la única persona
que más quería a Kouya.
Kouya bajó la cabeza. Atsuyu volvió a Rokuta y dijo:
—Sin embargo, yo soy responsable de las obras de mis sirvientes.
sir vientes.
No hay palabras para expresar mis disculpas. Por favor,
favor, encuentre en
su
do corazón
confesarelque
perdón. En cuanto
yo estaba a mi padre,
totalmente una vez más,
en la oscuridad solode
acerca pue-
su
condición y que podrían haber conspirado para cometer tales injus-
ticias. Me encargaré de que una investigación se ponga en marcha
inmediatamente.
Rokuta
Rok uta frunció el ceño. En ese momento, alguien entró corriendo
en la habitación. El primer ministro de la provincia, Hakutaku.
Hakutaku.
—Ministro, ¿qué ha hecho? —Hakutaku tropezó y cayó de rodillas
apués
los pies
de quede supliqué
Atsuyu—.que¿Deno verdad ordenó
tomara destruirtan
una medida losdrástica?
diques? ¿Des-
Los ministros plantearon las voces de alarma compartida. Atsuyu
agitó las manos en el evidente descontento.
descontento.
—Hakutaku,
—Haku taku, debes irte.
ir te.
—¡No! ¿No dice siempre que actúa por el bien de las l as personas? Y,
sin embargo, ¡está destruyendo los diques que construyó el Ejército
Imperial! ¿Al hacer eso qué pensará la gente de sus buenas intencio-
nes? ¿Quién va a creer que está pensando en su bienestar y quiénes
no? ¿No puede comprender la repercusión de estas acciones?
—Hakutaku…
—¡Está luchando con los mismos aldeanos que están tratando
de salvar los diques! La Guardia Provincial levantó sus espadas con-
tra ellos y el Ejército Imperial se precipitó a su rescate. ¿Cómo cree
que va a terminar esto? Los ciudadanos de Ganboku escucharonescucharon los
rumores también y se están yendo tan rápido como les es posible.
¡No solo los reclutas, sino también los soldados están abriendo las
puertas de la ciudad y están huyendo!
—¿Qué?
Atsuyu corrió a la ventana. Sin embargo, las espesas nubes oscu- oscu-
recían el mundo de abajo.
—Este es el nal de la provincia de Gen. Ha logrado su anhela-
anhela-
do desea, ministro. Se ha excedido y se ha rebelado contra todo el
reino. —Hakutaku se puso en pie y se enfrentó a los ministros clara-
mente perturbados—. Huyan mientras puedan. Entréguense al Ejér-
cito Imperial, conesen sus pecados y pidan clemencia. Un batallón
está marchando a Hokui en estos momentos y están ansiosos. Ahí es
donde la lucha comenzará en serio. Después de eso será demasiado
tarde. Sus cabezas adornarán las puntas de sus picas.
Los hombres de Atsuyu se estrecharon. Se apartó de la ventana
Los hombres de Atsuyu se estrecharon. Se apartó de la ventana
y se dio la vuelta, con el rostro desencajado por la rabia.
—¡Hakutaku!
Atsuyu se cercó a él, lo agarró de la parte delantera de su capa y
lo lanzó al suelo.
—¡El único conspirador y traidor aquí eres tú, Hakutaku! —Atsuyu
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Capítulo 37 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
El soldado sonrió.
—No puedo creerlo —Hak
—Hakutaku
utaku negó con la cabeza.
El soldado pasó a través de la multitud de sirvientes desconcer-
tados y se acercó
a cercó a Atsuyu.
Atsuyu
—Pareceloque
observó acercarse
no sabes y le te
qué lado dijo:
conviene.
—No, en absoluto —dijo el soldado
so ldado con una sonrisa. Se arrodilló—.
Pensé que debía informarte de algo importante.
importa nte.
—¿Información importante? —Atsuyu ladeó la cabeza hacia un
lado—. ¿No fuiste promovido desde la Guardia Provincial?
Provincial?
—Lo fui. Gracia a ti.
—Bien, entonces. ¿Cuál es la información importante? ¿Cuál es
tu nombre, soldado?
Su sonrisa se amplió.
—Komatsu Naotaka.
Atsuyu sacudió la cabeza ante ese nombre, como si fuese moles-
tado por un mosquito persistente. El soldado se puso de pie.
—Aunque algunas personas insisten en llamarme emperador
Shouryuu.
Dio un paso adelante, al mismo tiempo que sacaba la espada y
presionaba la punta de acero frío contra el hueco de la garganta de
Atsuyu.
—¡Tú!
—¡Kouya!
—¡Kouy a! No intentes nada. O esta
es ta espada verá el otro lado de su
cuello.
Mientras que por reejo intentó hacer un movimiento defensivo,
Kouya captó la mirada en los ojos de Shouryuu
Shour yuu y se congeló en su lugar.
—Lo mismo va para todos los demás. Pueden aferrarse a sus ar-
mas. Basta con mover la espalda contra la pared.
Miró por encima del hombro a Rokuta,
Rokuta, que se había detenido en
la puerta.
—Aprecio el cumplido.
—¡No te estaba elogiando, maldita sea!
Mientras descansaba la punta de la espada contra la garganta
de Atsuyu, Shouryuu rio en voz alta.
—Bastardo, ¿quéaesprueba
—Querías poner esto? —se quejó Atsuyu.
la Voluntad Divina, ¿verdad? Bueno,
pensé que debería darte la oportunidad de intentarlo.
—¿Qué?
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—Perdóneme, su Alteza.
—Perdóneme,
Hakutaku se postró en el suelo. Los demás siguieron inmediata-
mente su ejemplo.
—Su Majestad, me da vergüenza decir que esto como mucho era
una —Como
pequeña rebelión
golpe provincial.
prov incial.
de estado, sin duda, no pasará a la gloria.
—Sí. Sin embargo, sin duda está en su derecho de eliminar al
ministro, evitemos cualquier otro conicto inútil y acabemos con las
cosas aquí. Seguramente puede ser compasivo para darle el juicio
más humano posible.
Pero, por supuesto, dijo la sombría sonrisa en la cara de Shouryuu.
Miró a Atsuyu, que había dejado caer la espada a su lado mien-
tras caía de rodillas.
—Abre las puertas del palacio y desmov
desmoviliza
iliza a la Guardia Provincial.
Provincial.
Atsuyu inclinó la cabeza cerca del suelo.
—Lo haré.
Shouryuu miró a su alrededor
alrededor..
—Por el momento, alguien tómelo bajo arresto. —Envainó su es-
pada y se alejó de Atsuyu. Mirando, Rokuta sintió un escalofrío de
aprensión. Shouryuu dijo—: Tal vez pueda ser un hombre humani- humani-
tario, pero él todavía tiene mucho por qué responder. Coloquen un
guardia en su celda y asegúrense de que no se lastime.
Detrás de él el sonido de un corte de espada a través del aire.
—¡Shouryuu!
Shouryuu giró en un instante, con la mano en la empuñadura de
su espada. Atsuyu se dirigió hacia él, balanceando la espada sobre
su cabeza. Tres
Tres pasos los separaban. Era imposible saber si el golpe
de Atsuyu aterrizaría antes de que Shouryuu pudiese detenerlo.
Todo el mundo tragó a la l a vez.
—¡Rikaku!
—¡Rokuta!
Kouya y Rokuta gritaron al mismo tiempo. Todo se reducía a esos
tres pasos.
Excepto que Rikaku se movió más rápido que Atsuyu. Un chorro
de sangre salió cuando el shirei lo
lo agarró por la mandíbula.
Rokuta
mismo desvió
tiempo. la mirada.
Kouya, Miró a Kouya.
sin embargo, Ambos
le había gritosasonaron
ordenado al
su youma
que se detuviera.
La llamada a salvar una vida y la necesidad de detener la masacre
Capítulo 37 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 38
Shouryuu
su espada.escaneó la la de ministros aturdidos mientras guardaba
—Kouya —lo llamó Shouryuu. Se acercó a él. Teniendo una expre- expre-
sión vacía en su rostro, dijo—: Kouya, siento haber tenido que hacer eso.
—Pero…
—Per o… —la voz de Kouya estaba entrecortada
e ntrecortada y vacilante—. Yo…
Yo…
—Estoyy agradecido.
—Esto
Rokuta
Rok uta llegó a su lado.
—Kouya.
Kouya se arrodilló y se postró en una profunda reverencia.
reverencia.
—Acepto el juicio que merezco.
—¡Kouya!
Shouryuu solamente lo miraba.
—No voy a matarte,
matar te, Kouya.
—“Decapítenlo”, es la frase habitual por alta traición.
—No.
Kouya levantó la cabeza, sus rasgos estaban retorcidos por la
desesperación.
—¡No traté de salvarte!
El youma gorgoteó y le dio unos golpecitos en el hombro con su pico.
youma
—Yo no quería salvarte. Quería salvar a Atsuyu. Pero Rokuta se
detuvo en el último momento. No fui yo. Fue él. Su voluntad, no la
mía. Nunca quise que muriera.
—Kouya…
—¡Yoo habría hecho cualquier cosa por él! ¡Matar personas sin pen-
—¡Y
sarlo dos veces! ¡Yo te habría matado también! El reino podría irse al
Capítulo 38 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
CAPÍTULO 39
Shouryuu abrió los ojos. Por encima de su cabeza había una amplia
extensión de un cielo azul añil. ¿Se tambaleaba de un lado a otro
debido a su propio vértigo o alguna otra causa?
Parpadeó, oyó el sonido del agua, sintió
s intió el aroma del mar. Las es-
trellas parpadeantes en el cielo oscuro se balancearon suavemente
hacia atrás y hacia adelante, por el balanceo de un barco, supuso.
Allí tendido, volvió la cabeza hacia un lado. Un niño estaba senta-
do en la proa de la embarcación, el niño que Shouryuu había encon-
encon-
trado en la playa. Pensando que estaba muerto, había recuperado
su cuerpo para enterrarlo, solo para descubrir que el niño todavía
estaba vivo.
—¿Cómo he acabado en un lugar como este? es te? —Shouryuu murmuró
Capítulo 39 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
—Estás
Ellos nocargando
fueron lo con la culpa por eso.
sucientemente grandes o fuertes. Sus solda-
solda-
dos fueron fácilmente abrumados. Ellos nunca tuvieron la oportuni-
dad de ganar y los
l os Murakami no pensaron en negociar.
Capítulo 39 Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
voluntad del pueblo, entonces solo tenía sentido dejar que el hombre
que eligió actuara como lo considerara oportuno. Se había decidido
por completo a seguir con esa creencia.
Él realmente sentía como que iba a llorar. Era el tipo de cosas
que
habíale convertido
hacía pensaren que tenía trece años, después de todo, nunca se
un adulto.
—No solo Shukou, Itan y el resto de ellos, sino tú también. Mis
sirvientes seguro que son pésimos jueces del carácter.
carácter.
Esta vez, sin embargo, ese tono bromista en su voz hizo a Rokuta
sonreír.
—Shouryuu.
—¿Qué?
—Al igual que le dijiste a Kouya, ¿vas a crear un lugar que pueda
llamar mío también?
Percibió
Percibió que Shouryuu estaba al borde de la risa.
—Bueno, por supuesto, cuando se trata de la gente de En, cuen-
tas como uno de mis súbditos también.
—¿Y? —dijo Rokuta, levantando la cabeza.
—¿Qué clase de lugar quieres?
—Uno con verdes montañas y campos —Rokuta se alejó un paso
de Shouryuu y se volvió hacia él—. Un próspero reino donde nadie
pase hambre y nadie se congele, donde la gente viva en casas que
los protejan de la lluvia y las fuertes temperaturas. Donde todo el
mundo viva en paz, sin necesidad de preocuparse por la próxima
comida o guerra. Una tierra armoniosa. Eso es lo que siempre he
querido, un reino lo sucientemente rico para que ningún padre que
abandonar a sus hijos.
Shouryuu sonrió.
—Cumpliste tu palabra: me diste un reino, Y prometo darte ese
tipo de reino a ti.
Rokuta
Rok uta asintió.
a sintió.
—Y voy a mantener los ojos cerrados todo el resto del tiempo has-
ta que me digas que está listo.
Parte VIII 257
EPÍLOGO
Rokuta
Rok uta vio ou
—Shukou
—Shuk a un
—loministro
llamó—.pasear
¿Sabespor el Palacio
dónde Interior..
Interior
está Shouryuu?
Diez años habían pasado desde la revuelta de Atsuyu. La reor-
ganización del Rikkan fue total, y los efectos de las reformas fueron
apareciendo en la Corte Imperial. Shukou había sido nombrado Dai- Dai-
shikou, a cargo del Ministerio de Otoño.
—Ni idea —respondió con su habitual suspiro.
Varios viceministros del Ministerio de Otoño también estaban
presentes, Itan entre ellos.
Shukou dijo:
—Es probable que se dirigiera a Kankyuu.
Itan agitó el fajo de documentos que tenía en la mano. Era el
Daishito en el Ministerio de la Tierra.
—Él se detuvo junto a los establos para comprobar un Tama.
Tama era la última montura de Shouryuu, un youju al que le de-
cían sugu.
—Ja. El tipo de cosas que realmente te sacan de quicio, ¿eh?
—Me he resignado a ello. Le gusta volar alrededor de la ciudad y
observar a sus súbditos seguir con su vida cotidiana. Ya no me mo-
lesta como antes.
—No me digas.
—Él es el tipo de líder que tiene que rmar cada pequeña cosa.
Hacemos lo que tenemos que hacer, y si él tiene un problema con
eso, nos lo dice.
Rokuta
Rok uta le dijo a Itan con un tono muy serio:
259
Epílogo Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
261
Epílogo Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
era aEnDaigen
el año. En
87 el
deprimer
Hakuchi , eldeemperador
,
año cambió el
Daigen , promulgó unnombre o de
decreto
decret la-
reor
reor-
ganizando la clasicación
clasicación de los animales domésticos.
domésticos.
Los animales tradicionalmente para usarse como monturas ha-
bían sido designados los caballos, bestias de carga y youjuu. Para
estos
esto cuar ta: youma.
s tres, agregó una cuarta:
De las seis categorías de aves
aves domesticadas y ganadería, agregó
un séptimo: youma.
El decreto fue proclamado en toda la tierra, prominentemente
publicado en todos los lugares de trabajo, en cada puerta del casti-
llo, a la entrada de cada pueblo, desde las costas del Mar Azul y el
Mar Negro hasta las Montañas Kongou.
De todos los doce reinos, En se mantuvo aparte como el único
reino que había realizado dichas modicaciones a las tres y seis ca- ca -
tegorías de animales domesticado
domesticados. s.